Capitulo Dos
Se encontraba en cuarto de limpieza besándose con aquella chica, lamiéndole el cuello, mientras sus manos recorrían su cuerpo por dentro de la blusa de ella, ella daba de vez en cuando excitantes gemidos que hacían que James cada vez estuviera mas adentro del juego, cuando de pronto tocaron la puerta y él se detuvo inmediatamente, esperando a ver si había otro golpe, pero no lo hubo, decidió ir a investigar que fue aquello, dejando a la chica, abrió la puerta del armario en el que se encontraba y caminó unos metros por los pasillos desolados de aquella mansión, decidió devolverse, sin dejar de ver a ambos lados del frío pasillo que se extendía en grandes dimensiones, buscaba la puerta palpando la pared, después de un tiempo parecía no encontrarla, la agitación se apoderaba de él, no pudo seguir de espaldas a la pared, se volvió rápidamente, tenía que encontrar aquella puerta, necesitaba entrar con urgencia, después de unos segundos de lo que pareció pánico absoluto la vio, estaba ahí, detrás suyo, sin pensarlo mas la abrió y entro, pero ya no era aquel armario de limpieza, ni se encontraba la chica dentro, ¿Qué era lo que había ahí entonces? Lo único que se encontraba en aquel lugar era una ventana, pro era de noche, no se podía ver a través de ella, James se acercó para divisar mejor lo que había afuera, hizo que su nariz tocara el vidrio, pero lo único que pudo ver fue a alguien cubierto de pies a cabeza caminando por un jardín desconocido, quería ver mas pero un brazo que lo sujetaba desde atrás lo impresionó y dejó de ponerle atención a la ventana.
El cuerpo detrás del suyo se juntó al de él, prácticamente aplastándolo contra la fría pared donde ya no se encontraba la ventana, la mano que lo sujetaba iba bajando lentamente por su abdomen firmemente, deslizándose por su pantalón hasta llegar a su entrepierna y sujetándola con fuerza, ante esto James tubo que ahogar un gemido que se le coló.
- Suéltame – dijo con un tono que esperaba hubiese sonado firme, pero en realidad aquello no lo alteraba, por alguna extraña razón, aunque recordaba haber estado mucho mas cómodo momentos antes con la chica, pero aquello, debía admitir, era excitante
- ¿A quien espiabas? – le susurró una voz masculina desde atrás suyo, intentando retener la risa que le había causado la petición que él acababa de lanzar – Es muy tarde, no hay nadie ahí…
James no pudo discutir, no le puso contradecir y decir que si había alguien, ya que la persona que lo mantenía retenido le había volteado la cabeza y lo besaba bruscamente, no tenía la oportunidad de mirar quién era el que lo besaba, solo sentía el cabello semi largo interponerse entre ambas caras y el bulto que se amontonaba a su espalda en la parte inferior…
- Jaaaaaaaaaammmmmmmmeeeeesss! Me aburro! – el grito de Sirius hizo que James se sobresaltara y saliera de su subconsciente abruptamente, regresando al conciente, donde se encontraba en su cuarto tendido sobre la cama blanca, afortunadamente boca abajo – James! Si no te despiertas empezaré a brincar sobre la cama
