Preparate para leer el fanfic que logró la conmoción de los lectores en sus primeros capítulos, que cautivó a sus espectadores y cuyos lectores han pedido fervientemente una segunda temporada!

Y aquí está (chan!) para todos los que lo pidieron, para todos los que lo aclamaron a gritos…!

Más impactante, más reveladora y más cautivante que la anterior...

MENDIGANDO AMOR

CAP 1, SEGUNDA TEMPORADA

Un año ya…

Qué loco…

Sólo se trataba de decisión…. Cruzar el alambrado le cambió la vida…

Y no sólo a él…

Desde la ventana miraba el paisaje nuevo que se le presentaba. Se veía tan ajeno, tan lejano a todo lo que había vivido…

Pero era suyo.

Y su realidad y su pasado también…

Sólo un año…

Y no se lamentaba. De nada. De nada de lo que había hecho.

Si hubiera dejado que las cosas siguieran su curso, hubiera sido la persona más desdichada y triste que hubiera existido.

Pero no era así, al contrario.

Era feliz junto a la persona que él amaba.

Y no le importaba, en absoluto, que esa persona fuera su hermana.

-Eriol, ¿en qué pensás ahora? –Tomoyo se acercó a él y lo abrazó por la espalda. Él seguía con la vista perdida en los árboles del bosque.

-En nada, ¿por? –él la abrazó a ella.

-¿Qué hacemos?

Ambos ya sabían la verdad, y no había rencores. Lo pasado, pisado.

-Con qué.

-Con nosotros, Eriol. –ella se puso frente a él, y lo miró con sus ojos celestes. Él dejó de mirar al bosque para observarla a ella. –No podemos seguir acá. O sea… tenemos que irnos, empezar nuestras vidas otra vez… Las cosas malas ya pasaron, ahora tenemos que empezar a vivir nuestra vida.

Esa palabra había tocado el corazón de Eriol. Nuestra. Suya. Juntos.

-Y dónde proponés que vayamos.

-Volvamos.

Eriol la miró, y arqueó una ceja. Pero su rostro estaba serio, igual que el de ella.

-Me estás jodiendo, ¿verdad? –le dijo él. Entonces se apartó de la ventana para sentarse en uno de los sofás que estaban en la humilde cabaña del bosque. –Si volvemos allá… todas las sospechas van a recaer sobre nosotros…

-Si hubiéramos sido sospechosos, ya estaríamos en la cárcel –la joven se acercó al sillón y se sentó sobre las piernas de Eriol y lo abrazó. –Ya deben haber encontrado a alguien.

-No quiero volver. No a Tomoeda. –los recuerdos más viejos y los más recientes volvían a su mente.

-Por favor… -Tomoyo lo besó tierna y suavemente. Lo miró suplicante. Él bajó la mirada. No podía resistirse.

-Está bien. Y ¿a dónde vamos a ir?

-Eso no importa.

Está bien. Preparemos las cosas y vayamos. –Eriol se levantó, y Tomoyo hizo lo mismo. –Voy a preparar las cosas, ¿si?

La joven lo miró. Qué raro era todo…

Antes su vida era lujo, glamour, moda, fama, fortuna…

Ahora era todo lo contrario… aquello la había abandonado…

A veces le molestaba: ¿no podía acaso seguir todo como era? Pero no quería a Sonomi. No. Le alegraba haber hecho lo que había hecho.

¡Bum!

Pero quería vivir una buena vida, al lado de Eriol. No importaban los lazos de sangre.

Por primera vez para ella importaba lo que sentía dentro.

¿Vamos? –Eriol salía de la habitación, con una pequeña maleta. Allí llevaban todo.

Comenzaron a caminar lentamente hacia donde se suponía estaba la camioneta. Nunca, en esos 12 meses, habían vuelto a aquel lugar.

En aquella noche de lluvia y decisiones, la camioneta se había quedado atorada en el barro, con la pequeña valija de ropas y comida que los jóvenes habían guardado. Pero no lo habían necesitado. La pequeña cabaña lo tenía todo.

Y allí, estaba, como la última vez.

Eriol apoyó la maleta en el camino de tierra. Le costó abrir la puerta, pero lo logró. Tomoyo agarró la valija y subió al vehículo.

Sacó la llave de aquel bolsillo. La miró y la puso en su lugar. Giró. Pero la camioneta no arrancó.

Volvió a girar. Nada.

Otra vez. La camioneta se sacudió un poco y arrancó.

En un par de horas, el vehículo ya recorría las calles de la ciudad de Tomoeda.

No estaba muy cambiada, pero la veían distinta.

Llegaron a un pequeño hotel, que tenía un cartel que decía "vacante". Entraron. Subieron a su habitación, se bañaron, comieron, prendieron el televisor.

Nadie los había conocido.

Ya era de noche.

La joven pareja ya se había duchado. Estaban recostados en el sofá, abrazados, mirando el televisor. La película que estaban mirando había terminado.

-Fijate que hay en las noticias. –le dijo Tomoyo a Eriol, quien era el que tenía poder sobre el control remoto. –Parece que siguen los mismos chismosos.

En el televisor aparecía el mismo periodista que había estado en el registro civil el día en que el marido de Sonomi se enteró de todo.

Hacía un año…

Ambos miraron atentamente el televisor. No…

Al pie de la pantalla había un mensaje que los shockeó.

"A un año del día que conmovió a todo Japón"

No podían moverse ni hablar. Sólo escuchaban al locutor del programa.

"Como todos recordarán, hace exactamente un año de la muerte de la candidata a presidenta, Sonomi Daidouj,i y de su marido; del suicidio de la nuera del actual presidente, Sakura Kinomoto; del encarcelamiento de un indigente por doble homicidio culposo y de la liberación de Arthur Hiiragizawa, el padre de Tomoyo Daidouji, la hija de Sonomi, y de su hermano, Eriol Hiiragizawa, quienes se han fugado y no han dado rastros de vida en los últimos 12 meses."

La información continuó, pero era irrelevante.

Aun seguían los fantasmas. Los recuerdos.

Todo volvía a la mente de los jóvenes.

Eriol cambió el canal. No quería mirar esa mierda que tanto lo indignaba. A él y a su novia.

-Tenemos que empezar de vuelta, mi amor –le dijo Tomoyo en tono triste. –Olvidarnos de todo, y… hacer como si nada hubiera pasado.

¿Hacer como si nada hubiera pasado?

-Sí, tenés razón. Vayamos a otro lado, no sé.

-Proponé un lugar.

Eso le causó gracia al chico. El único lugar que conocía era Tomoeda. La joven se percató de ello, y fue ella la que propuso el próximo destino de la vida de la pareja.

-Inglaterra. –le dijo ella. –Supuestamente vos sos de ahí, es decir… Sonomi te hizo inglés, y…

-¿Qué tiene eso que ver? No sé ni siquiera dónde queda, no cómo es, ni –

-No importa. Va a ser una linda experiencia, ¿no?

-Vivir en cualquier lugar sería una mejor experiencia que vivir acá. –y tenía razón. Le iba a costar olvidarse de todo, pero tenía que lograrlo. –Empecemos ahora.

Tomoyo no dudó. Llamó al aeropuerto internacional. Tuvieron suerte: habían 2 pasajes disponibles que saldrían a las 10 de la noche, en vuelo directo a Manchester, Inglaterra.

-Salimos hoy. –le dijo ella.

Otra vez preparar las cosas, abandonar el lugar y huir. Pero ahora no huían de la policía, ni de los prejuicios, ni de las cámaras… huían de ellos mismos.

.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.--.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.--.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.

En un lapso de 7 horas ya estaban aterrizando en el aeropuerto inglés.

La gente bajaba ansiosa, sintiendo el fresco aire matutino en sus rostros. Tomoyo trataba de contagiar esa alegría a su novio, pero ni ella podía ser tan hipócrita.

Habían hecho transbordar la camioneta en otro avión, de cargas. Pero arribaría recién a las 6 am. Faltaba media hora.

Aprovecharon a tomarse un café con tostadas en la cafetería del aeropuerto.

El lugar estaba tranquilo y callado, a pesar de haber otras personas en el lugar.

Pero una voz femenina los distrajo a ambos.

¡No puede ser! –chilló la joven. Se acercaba a la mesa de la pareja. Tomoyo se levantó a saludarla con una sonrisa, mientras que su 'hermano' sólo miraba la escena. -¡Tanto tiempo! ¡Qué cambiada que estás!

¡Ay, Chiharu, te juro que no lo puedo creer! ¡Qué hacés acá! ¿Viniste sola?

No, Yamasaki está conmigo. Pero pasó por el kiosko a comprar unos caramelos. –La joven que antes usaba unas ridículas trenzas, ahora lucía un largo cabello castaño y sedoso. Eriol no podía quitarle la mirada de encima. Se parecía a… -Supongo que sos el famoso novio de Tomoyo, ¿no? Un gusto conocerte.

Eriol reaccionó, le sonrió y la saludó.

Chiharu charlaba con Tomoyo de forma ansiosa sobre lo que le había pasado a ella en los últimos años. Desde que Sakura y Tomoyo se pelearon, Chiharu había servido de punto de apoyo a la joven.

Mientras conversaba, un joven morocho, de aspecto ejecutivo, se acercó a la mesa donde estaban las chicas y Eriol.

-¿Dónde te había metido, mi amor? –el muchacho fue directo a Chiharu. –Te estuve buscando, y… ¡pero miremos a quién tenemos acá! ¡Tomoyo, querida!

-¡yamasaki! ¡Qué cambiado que estás! –la novia de Eriol se levantó a saludar a Yamasaki. –Él es mi novio: Eriol Hiiragizawa.

¿Por qué había tenido que decir su apellido?

Le salió sin pensarlo, y en ese momento Yamasaki y Chiharu se miraron. Eriol trató de cambiar el ambiente al levantarse y saludar al joven. El clima se había puesto más tenso desde la mención del apellido.

-Un gusto, Eriol. –Yamasaki no era de esas personas que se callaban, y tenía una verdadera duda. –¿Vos, sos el hijo de --?

-Sí –contestó Eriol cortante. Sabía lo que seguía a continuación.

-¿Son hermanos ustedes dos? –Yamasaki señaló a Eriol y luego a Tomoyo, y volvió a Eriol.

-No. –Tomoyo lo iba a poner en su lugar. Odiaba que se metieran en su vida privada. –Somos hijos del mismo hombre, pero no de la misma mujer, si te referís a eso. Tampoco nos criamos juntos. Así que no encuentro cuál es la causa de tu sorpresa, lindo.

El joven y Chiharu se miraron. Tomoyo tenía razón. Una cosa no hacía la otra.

-Y… ¿Trabajás de algo, Eriol? –Yamasaki ya había oído sobre la historia de aquel joven huérfano que enamoró a la hija de la mujer más rica de Japón.

Sabía que no todo lo que brilla es oro.

Él iba a romper ese mito.

-No. Recién llegamos de –

-No te hagas problema. Sabés qué, tengo un pequeño trabajo pendiente en el que me podrías ayudar. Ganarías mucho dinero. Además, es algo muy sencillo.

Si las miradas mataran, Yamasaki hubiera muerto cuando Chiharu lo miró.

-No creo que Eriol sea la persona para hacer ese trabajo, mi amor. –le dijo la joven, enojada.

Sabía de qué se trataba.

-Que pruebe. –le contestó a su novia, y sonrió a Eriol. –Si no te gusta la idea, no lo hacés, pero si te parece rentable, empezamos cuando quieras.

-Está bien, pero… de qué se trata?

-Más en privado lo hablamos, amigo.

La conversación sobre el misterioso trabajo terminó allí.

Siguieron hablando amenamente.

Eriol se insertó rápidamente en el grupo, con su novia y amigos. Parecían gente buena, agradable.

Pero, como todos ya saben, no todo lo que brilla es oro.

Aunque muy fácilmente podés ganar mucho dinero vendiendo sólo 100 gramos de cocaína.

/FIN/

N de A:

Cómo andan todos!

Bueno, espero que la continuación de la historia les haya gustado!

Gracias x pedirme que la siga! (aclaro: lo del principio de este capítulo fue pura propaganda :P )

Espero que me sigan dejando reviews para saber qué piensan de esta segunda parte que, como ven, ya viene tramando algo extraño.

La pregunta: ¿Aceptará Eriol el trabajo?

Y no se olviden de Shaoran, que va a aparecer muy pronto!

Grax a todos de vuelta!

StArHuNtEr