Sorry x la tardanza…

A pedido del público (xq siempre hago lo que ustedes me dicen? ;-) ) va a haber un par de momentos alegres para la parejita esta.

Mendigando Amor

Segunda Temporada; Cap 3!

La calle parecía más oscura, más peligrosa.

Podía ver a los bandidos corriendo sigilosamente tratando de ocultarse en las sombras de los edificios. El callejón parecía esconder más de lo que mostraba.

No dejaba de apurar el paso. Solamente quería llegar al departamento de aquel hombre de la foto. Y que le pagara, por supuesto. Eso esperaba. No deseaba volver a aquel maldito callejón con aquel paquetito.

Eriol miraba a cada lado, tratando de encontrar la dirección. Le costó tiempo, pero lo logró. Toco varias veces a la puerta metálica, haciendo resonar con cada golpe a lo largo y ancho del callejón. Iba a desistir, cuando un hombre se asomó.

Era un hombre alto y corpulento, y emanaba un olor insoportable a alcohol. El hombre sacó la cabeza del depto, como si no quisiera que alguien más lo viera.

-¿La trajiste? –le preguntó en voz baja y misteriosa, con lentitud. El aliento era aun peor que el mismo olor.

Sin decir nada, y tratando de disimular el gesto de repugnancia, el joven le alcanzó la bolsa con el paquetito. El hombre la agarró y miró a Eriol.

-¿Qué esperás para irte? –preguntóle el hombre, mirando a Eriol con un tono gracioso. El joven no sabía si responderle o no.

-El dinero… -contestó dubitativo, cuando el hombre oloroso largó una estruendosa carcajada.

-¿Cuál? –el tipo aquel se burlaba de Eriol, quien no sabía si exigirle más o simplemente irse. Y se acordó de lo que le había dicho Yamasaki.

Eriol volteó para irse, cuando notó que lo tironearon del cuello del abrigo hacia el interior del oscuro depto, arrojándolo con fuerza contra el piso.

El joven trató de incorporarse, cuando sintió una fuerte patada en el estómago.

No. No iba a poder salir de allí como había pensado.

-¿Te creés que soy idiota yo? –gritó el tipo, propinándole otra patada al chico en el suelo –Conozco muy bien a tu jefecito… Ya me cagó una vez y ¡no me va a cagar devuelta! –otra vez la patada.

¿Qué? ¿Por qué lo había mandado Yamasaki a aquel lugar, sabiendo que estaba 'en deuda' con aquel borracho?

-Hace cuánto que estás con él. Decime dónde vive, si no querés morir hoy –aquella bestia lo había agarrado de la solapa del abrigo, y tenía el rostro de Eriol a sólo unos centímetros.

El chico fue ágil. O por lo menos más que aquel inestable señor. Le propinó un cabezazo poderoso, dejando que el hombre cayera pesadamente al piso. Sin esperar más, Eriol agarró el paquete (el chico es bueno, no tonto) y salió corriendo de allí.

Solamente pudo respirar cuando llegó a la pensión. Subió agitado a su piso y entró al cuarto. Se sentó en el sofá y allí se quedó, tratando de recuperar el aliento.

Hacía tiempo que no corría tanto.

Se levantó y caminó hacia la pequeña heladera, y se sirvió un vaso de limonada. No podía entender, aun, por qué Yamasaki lo había mandado a él.

Eriol enjuagó el vaso y fue a la habitación. Era tarde ya. Al cerrar los ojos se quedó dormido.

No se había dado cuenta que alguien faltaba.

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-¡Háganla callar, por favor!

Un joven de voz ronca gritó a un par de hombres, quienes trataban de hacer callar a la chica que tenían secuestrada.

Era realmente insoportable. No dejaba de gritar detrás del pañuelo que cubría su boca, y o dejaba de patalear, aunque tuviera los pies atados.

-Mirá, Tomoyo –el chico se dirigía a ella. –Si no te callás ahora, la unica persona… bueno, si es que se lo puede llamar así… que las va a pagar es tu adorado noviecito, ¿ok? Así que ¡no te quiero escuchar más!

Fue instantáneo. Tomoyo se calló y se quedó quieta. ¿Por qué a ella? ¿Por qué en ese momento? ¿Por qué Shaoran?

No entendía nada, y sabía que aunque tratara de averiguarlo, no iba a poder. Porque simplemente no tenía las respuestas.

El pequeño auto seguía en marcha. Hacía ya más de media hora que se había subido a aquel coche con rumbo desconocido. Pero no podía refutar, ni quejarse.

Luego de un par de minutos más, el auto se detuvo. Estaban en un barrio bastante aislado del resto. Bastante distinto. Le hacía recordar al rancherío de atrás del alambrado, en su antigua mansión en Tomoeda.

Los tipos la bajaron, tratando de ocultarla. La metieron a una casucha y le ataron los pies y las manos a los bordes de una cama maltrecha.

-Vuelvan en una hora –escuchó la voz de Li. Los hombres se marchaban.

El joven chino se dirigió a ella, mientras se desabotonaba la camisa.

-Vos me hiciste mierda la vida, nena. Es la hora de la venganza.

Shaoran se abalanzó sobre ella y comenzó a besar salvajemente su cuello. Tomoyo sólo trataba de soltarse. Esperaba lo peor.

Entre lágrimas, sólo esperaba que Eriol se diera cuenta y la rescatara.

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Eran ya casi las 3 de la mañana. Eriol se levantó entre dormido y fue hacia la heladera otra vez. Volvió a servirse otro vaso de limonada. Cerró la puerta con fuerza.

Un papel se cayó al suelo.

Encendió la luz y levantó el papel.

"Salí con Chiharu a pasear un poco por la ciudad. Vuelvo pronto, te amo. T."

Eriol seguía sin despertarse del todo. Dejó el vaso en la mesada y volvió a su habitación.

A los pocos instantes, volvió corriendo hacia la cocina, dodne había dejado el papel. Lo leyó de vuelta y miró el reloj.

Dos cosas no encajaban: la letra no era de Tomoyo; y ya eran las 3 de la mañana.

Se vistió lo más rápido que pudo, y fue hacia el depto de Chiharu y Yamasaki.

Tardaron en abrir la puerta.

El muchacho lo miraba con cara de intriga.

-¿Qué hacés a esta hora, Eriol? No sé si sabías que hay gente que duerme en Manchester…

-Tomoyo… Tomoyo, Yamasaki… No está… había una nota… decía que estaba con Chiharu… dónde está, Yamasaki ¡dónde! –la desesperación se apoderaba rápidamente de él.

-Eriol, calmate –el chico no dejaba de repetir que su novia no estaba, mientras se agarraba la cabeza, temblando. –Llamemos a la policía.

-¡Y Qué va a hacer la policía!

-No grites, Eriol, no –Yamasaki trataba de calmarlo, pero parecía una misión imposible. –Llamemos, y ellos se van a encargar de encontrarla.

-¿Y si la secuestraron? ¿Y si la matan? ¿Y si la lastiman?

-¡Basta! –el chino logró hacer callar al otro. Sin decir nada, se levantó y llamó él mismo a la policía. Le pasó el tubo a Eriol para que explicara lo que había pasado, y demás detalles.

Varios minutos habían pasado ya.

-¿Y?

-Qué impaciente que sos, Eriol… Pueden tardar… no sé, 3 horas como pueden tardas 3 semanas, o 3 meses…

-¿Y Tomoyo? –los ojos azules del joven estaban colorados, y su rostro estaba marcado por un camino de lágrimas.

Yamasaki se sentó a su lado, y le dijo: -Va a estar bien. Si te calmás, va a salir todo bien. Pero si estás así de nervioso, la vas a hacer peor. En serio. Quedate acá esta noche –dijo compadeciéndolo –Estás muy nervioso. Ya de paso, te voy a dar algo que te va a hacer bien.

Lo condujo hacia un cuarto de huéspedes. Eriol solamente se dejó llevar. El otro lo acostó sobre una cama, y sacó un paquete, parecido al que esa misma noche le había llevado sin éxito al hombre del callejón.

Yamasaki lo abrió. Era un polvo blanco. Con su dedo meñique untó un poco, y lo acercó a la nariz de Eriol, quien se alejó.

-¿Qué pasa? –yamasaki lo miró divertido -¿Nunca probaste?

-No… Yo….

-dale, te vas a sentir mejor. -Lo acercó más, mientras el inocente Eriol lo miraba. Con el dedo de la otra mano, Yamasaki tapó un agujero de la nariz de Eriol. –Cuando diga ya, respirá fuerte. –puso el polvo en su nariz. –Ya.

Wow. Qué loco. Sólo habían pasado 3 segundos. El peso que tenía en su pecho se había desvanecido, dando lugar a una éxtasis inexplicable, una euforia infinita.

Los pensamientos negativos fueron desplazados por pensamientos alegres, optimistas. Sin querer, había viajado a otra realidad. Parecía mucho mejor.

Eriol miró a Yamasaki, quien no dejaba de observar la leve sonrisa de su 'amigo'.

-¿Más?

-Sí –no sabía por qué, pero cuando aspiró esa segunda dosis de heroína sintió que nunca más se la quitaran. Podría desahogarse, llorar sin lágrimas, hablar sin palabras; su amiga eterna, la que lo salvaría esa y muchas veces más del dolor.

Su heroína.

Quizá lo ayudaría, y seguramente ella también iba a estar allí cuando Tomoyo volviera a los brazos de Eriol, cuando volvieran a verse, a amarse.

Sí, sí. Eriol estaba seguro.

Sin embargo, nunca pudo haberse imaginado que cuando Tomoyo volviera, no iba a hacerlo sola.

Después de todo, un bebé no es siempre una mala noticia. ¿o no?

N de A:

Heys, que hacen de vuelta!

Lo prometido es deuda, y mi deuda está saldada: Eriol está contento, encontró su paz interior, su equilibro espiritual y mental… ¿no es eso lo que me pedían? ;-)

Bueno, lo admito: el drama me ama, y no me deja sola. Por eso en todas mis historias hay tragedia.

El cap fue corto, pero se hizo largo (denso…) sorry x eso…

I love las reviews, ellas me guian por el camino del sabio oO (esteee…. Pasemos a otro tema, ejem…)

Si leiste hasta aca es x algo… Bueno, me voy a ver LOST, por AXN (se pueden hacer chivos en oO

Me encanta hacer eso

oO

Ejem…

Te pido una review para que me digas que pensas, si la sigo o no, si queres cambiarle un poco el rumbo, no sé… No te cuesta nada, y me ayuda un montón, posta…

Acepto lo que sea: desde esta historia la rompe hasta dedicate a vender panchos… algo es algo oO

Chauuuuu!

Hasta la next!

StArHuNtEr