20 de Diciembre de 1980 : Cuando un día empieza mal, siempre termina peor.

Sirius se despertó sobresaltado, y al instante tuvo que llevarse una mano al cuello. Le dolían mucho las cervicales... Miró la hora en su reloj y comprobó con acritud que había pasado la noche en el sofá. En su regazo, algo arrugada, estaba la agenda de Nat... ¿Se había dormido mientras la leía? Se rascó la cabeza confuso. Era raro que él, un sábado por la noche se hubiera quedado en casa... Por no decir que era la primera vez desde que tenía uso de razón...

Miró otra vez el reloj. Las 10. No tenía ni idea de que clase de vida había en el mundo exterior un domingo a esas horas...

Se levantó intentando estirarse para desperezarse, pero un dolor agudo en las cervicales le hizo cambiar de opinión. Arrastrando los pies fue hasta su habitación y se cambió de ropa. Después se puso una chaqueta y su bufanda y salió a la calle.

Reprimió un escalofrío y las ganas de volver a entrar en casa y vegetar al lado de la estufa. Se recordó a si mismo que si no, no desayunaría... El echo de que muchos domingos se levantara en camas que no eran las suyas, o si se levantaba, era a la hora de comer suponían no tener nunca nada para desayunar.

Empezó a deambular por las calles, encontrándose con la desagradable sorpresa de que casi todo estaba cerrado. Pero entonces sus labios se curvaron en una sonrisa, creyendo haber tenido una idea genial.

O.O.O

Nat se enroscó la toalla alrededor de la cabeza y salió de la ducha, poniéndose el albornoz. En ese momento sonó el timbre. Cogió su reloj que había dejado sobre el lavabo y miró la hora : las diez y veinte... ¿Quién sería a esas horas?

Sin ponerse nada más encima fue a abrir, pasando por la cocina donde sus dos hermanos gemelos de dos años estaban liando una guerra con su desayuno.

"¡No¡Eso no se hace!" – les gritó, pero sin detenerse.

Se quedó petrificada en el umbral cuando vio a Sirius al otro lado, mirándola de arriba abajo con una media sonrisa. Instintivamente se cerró más el albornoz.

"¡Black¿Qué haces tu aquí?"

"Es que... Te dejaste ayer la agenda en el Ministerio. Yo la vi pero ya te habías ido, así que la cogí para que no se perdiera y he venido a primera hora a traértela, antes de que la echaras en falta..."

Nat lo miró levantando una ceja al tiempo que tomaba su agenda de piel que le estaba tendiendo Sirius. ¿Realmente se había despertado temprano sólo para ir a devolverle su agenda y que no se preocupara?

"Emmm... ¿Has desayunado?"

"No, no, lo primero es lo primero." – inventó él, esperando que colara.

"¿Te apetece una taza de café? Tengo la cafetera en el fuego y no tardará en estar listo."

"Oh, no te preocupes, no quiero molestar."

"No es molestia hombre, es lo mínimo que puedo hacer para agradecerte que vinieras hasta aquí."

"Pues gracias." – cuando Nat se hubo dado la vuelta, Sirius se permitió una sonrisa de triunfo. No había sido tan complicado encontrar algo para desayunar a pesar de todo... Y después la siguió hasta el interior de la casa.

En la cocina había un pequeño caos. Dos niños idénticos como dos gotas de agua habían montado un campo de batalla con la mesa y las sillas, y se lanzaban trozos de fruta.

"¡Niños ya basta!" – ordenó Nat, pero los dos chiquillos no le hicieron el más mínimo caso. Miró a Sirius pidiéndole disculpas con la mirada - "Bueno... Es que se han despertado un tanto... revolucionados. Espera un momento, voy a ponerme algo de... ropa." – terminó algo avergonzada – "Resguárdate de sus proyectiles."

Fueron unos escasos diez minutos los que Nat dejó a Sirius a solas con sus hermanos, pero cuando volvió encontró que la situación en la cocina había empeorado... y mucho! Sirius, recuperando sus instintos de crío, que Nat sospechaba que no lo habían abandonado jamás, se había unido a la guerra de sus dos hermanos gemelos cuando ya harto de que trozos de manzana le dieran en la cabeza acabó 'defendiéndose'. En ese momento estaba agachado debajo de la mesa resguardándose del ataque que habían emprendido los dos contra él a golpe de plátano.

El animago alzó una mano y empezó a palpar por encima de la mesa, para encontrar algo con lo que defenderse. Encontró lo que le pareció un trozo de bollo y lo lanzó sin mirar nada. Nunca fue consciente, pero en ese instante Sirius hizo dos errores muy muy graves : Sin ser consciente de ello, había escogido como proyectil un trozo del brownie que Nat le había preparado a Alex, y que esta última estaba a punto de pasar a recoger. Primer error. Al lanzar sin mirar donde lo dirigía, el brownie acabó encima de Nat, recién duchada y con ropa limpia. Segundo error.

El silencio se hizo en la cocina. Los tres tenían la vista fija en Nat, que parpadeó un par de veces, intentando procesar lo que acababa de pasar. Tras esos instantes su cara cambió de la sorpresa al más puro cabreo. Dirigió una mirada fulminante a sus hermanos y dijo con una lentitud peligrosa :

"Quiero todo esto recogido y os quiero en vuestro cuarto sin oíros siquiera respirar." – después se giró hacía Sirius – "Y tu..."

Sirius se encogió, temiéndose lo peor y sin poder dejar de echar vistazos a los cuchillos de cocina que tenía la chica justo al lado, encima del mármol de la cocina.

Entonces sonó el timbre. Sirius se creyó salvado.

"No te muevas de aquí, todavía no he terminado contigo." – dijo antes de desaparecer para ir a abrir la puerta.

Cuando la chica abandonó la cocina, Sirius recordó que tenía que respirar. Pero la tranquilidad del animago duró apenas dos minutos, el tiempo que tardó Alexiel Laasser en plantarse en la cocina y mirar con mirada asesina a Sirius, mientras sacaba lentamente la varita y le apuntaba directamente.

O.O.O

Dawn alzó las cejas sorprendida cuando vio entrar a Nat en su despacho haciendo levitar a un inconsciente Sirius.

"Aquí te dejo esta cosa. Trata de que no se muera, que paso de ir a Azkaban." – fue todo lo que dijo su amiga antes de irse dando un portazo.

Dawn se acerco y levanto con hechizo a Sirius para dejarle caer en la camilla, lo que arranco un quejido del animago. Dawn volvió a alzar las cejas Nat nunca era tan bestia así que aquí tenia que haber una historia muuuy buena...

Tras unos cuantos hechizos la medimaga se dio cuenta de que detrás de la paliza que había sufrido Sirius también debía estar su amiga Alex. Nat por muy cabreada que estuviera no seria capaz de romperle un par de costillas y la nariz, desencajarle la mandíbula, ponerle los ojos morados y dejarle los huesos de un brazo y una pierna hechos puré.

Dawn suspiró casi estaba por hacerle fotos para guardar esta imagen de recuerdo. Estaba segura de que a Lily le haría mucha gracia ver en que estado había quedado el egocéntrico animago, Sonrió de forma malvada, ya tenia parte de su regalo de navidad para la pelirroja.

Tras guardar la cámara, empezó el trabajo, lo primero era arreglarle la nariz y la mandíbula, mas que nada para que no se le asfixiara. Quedaría fatal en su expediente el que se le hubiera muerto un paciente y quería dejar de estar en practicas pronto. Pronto descubrió que fue un error grave arreglarle la mandíbula porque nada mas hacerlo el animago empezó a hablar.

"Enfermera..."-dijo con voz de pena sin saber donde mirar porque no veía con los ojos hinchados-"Han intentado matarme"

En ese momento Dawn deseo saber alzar solo una ceja mientras se cruzaba de brazos. Mientras empezaba a pensar si decirle quien era o no, el animago siguió hablando pensando que la enfermera, que seguramente era muy guapa, se había quedado asombrada.

"Si una banda de mortifagos me secuestro y..."

Dawn no sabia si echarse a reír o matarle allí mismo, pero con el hablando no había manera de concentrarse. Con un movimiento de varita y una poción le bajo el hinchazón de los ojos mientras su antiguo compañero le decía que tenia unas manos muy delicadas. Si definitivo Dawn iba a ahogarle.

Cuando el antiguo gryffindor abrió los ojos y vio quien le estaba atendiendo dio un bote, seguido de un grito de dolor porque se había dado en la pierna rota.

"Bien Black"-dijo sonriendo de forma malvada-"Ya sabes donde estas, en este momento haré como que no he oído que has llamado a mis amigas mortifagos pero vuelve a abrir esa enorme bocaza tuya y utilizare tus intestinos como comba ¿entendido?"

El animago asintió y Dawn paso a curarle las costillas arrancándole un gemido de dolor. Si probablemente podría haber sido mas delicada, pero Black era un bocazas...

"Ya casi hemos terminado"-dijo mientras se volvía a buscar algo en un armario-"Tienes los huesos del brazo y la pierna hechos fosfatina así que será mas fácil hacer desaparecer los trocitos y hacer que crezcan huesos nuevos"

Dawn se volvió con un bote enorme y un vaso y tras llenarlo, le apunto con la varita haciendo que su brazo derecho y su pierna izquierda parecieran de goma.

"Toma bébetelo entero"-dijo dándole el vaso lleno hasta arriba.

El auror se lo bebió y puso una cara de asco increíble. Eso era vomitivo. Dawn le volvió a dar otro vaso.

"Son muchos huesos Black"-dijo sin que le afectara la cara de pena que estaba poniendo-"Así que bébete todo el vaso de poción"

Sirius obedeció, mas que nada porque su antigua compañera de casa le estaba mirando con cara muy malvada mientras jugaba con su varita. No sabia como a una persona tan sádica le habían dejado ser medimaga.

"Ahora llamare a una enfermera para que te lleve a una cama, porque con lo mal que lo vas a pasar es mejor que pases aquí esta noche"- comentó Dawn con una ligera nota sádica-"Como he tenido que someterte a bastante magia los huesos que crezcan estarán un poco débiles así que te pondré una escayola en el brazo y en la pierna mañana por la mañana para que no los uses en un par de días"

"Ale Black"-dijo dándole unas palmaditas en la cabeza como si fuera un perro-"A ver si aprendes a no meterte con gente con más inteligencia y mala leche que tu. Voy a por la enfermera"

Dawn se fue dejando a un dolorido Sirius en la camilla, preguntándose donde había empezado a ir mal el día.

"Yo sólo quería desayunar..." – alcanzó a murmurar

O.O.O

Buenas! Como dijo ayer Silver, soy Mereth y la encargada de subir el capitulo de hoy. A partir de mañana volverá a encargarse Nar que hemos decidido ser buenas y cambiarla de prisión, por lo menos que tenga conexión a internet xD.

Pues nada espero que os haya gustado el capitulo y la parte del hospital no le echéis la bronca a Nar...la escribí yo cuando tenía el día sádico...Este Sirius siempre metiéndose en líos...Bueno hasta la próxima Besos!