21 de Diciembre de 1980 : Remordimientos.
Nat suspiró. Sus pasos la habían conducido casi inconscientemente hasta San Mungo... O no tan inconscientemente. Había pasado una noche horrible. Los remordimientos la estaban matando. Se arrepentía de haber permitido que lo que había empezado como una tontería acabara de esa manera, pero estaba tan enfadada... Que pagó quien menos culpa tenía.
Imaginándose ya lo que le diría Dawn cuando la viera, suspiró de nuevo y entró en el hospital.
No tardó en llegar al despacho de su amiga, que en ese momento estaba ordenando unos pergaminos.
"Buenos días..." – le dijo con una media sonrisa.
"¡Nat! Que bieen! Estoy deseando que me cuentes que diablos pasó ayer con Black" – sonrió su amiga.
"¿Cómo está?"
Dawn alzó las cejas y miró con suspicacia a Nat : -"¿Remordimientos?"
¿Cómo podía negarlo? Dawn la conocía demasiado bien.
"La verdad es que... Nos pasamos un poco. ¿Está muy mal?"
"Bueno no sé que tal ha pasado la noche... Pero va a estar un par de días sin poder hacer gran cosa... Los huesos que le han crecido durante la noche tienen que fortalecerse..." – Dawn hizo una pausa para estudiar la expresión de su amiga. Había algo que le decía que algo le estaba pasando por la cabeza... Y que ese algo era la mayor tontería que se le había ocurrido en los últimos dos años. – "Nat..."
"Me lo llevaré a casa estos dos días... Cuidaré de él." – levantó la mirada para ver la expresión de puro horror que le estaba poniendo Dawn – "¡Se lo debo! Es lo mínimo que puedo hacer..."
O.O.OSirius dio un bote en su cama cuando vio entrar a Nat en la habitación del hospital.
"¡Fuera de aquí psicópata! ¿A que has venido? ¿A terminar lo que tu y tu amiguita dejasteis ayer a medias?"
En cualquier otra ocasión, la reacción de la chica ante eso habría sido soltar alguna borderia, pero se contuvo. Se tragó el orgullo antes de preguntar.
"¿Cómo te encuentras, Black?"
"Oh, perfectamente teniendo en cuenta que casi no me quedaba un solo hueso entero en el cuerpo." – respondió Sirius con acritud.
Nat suspiró : - "Lo siento Black... Te pido disculpas porque admito que nos pasamos... Yo tenía muy mal día, los niños me agotan la paciencia ¿sabes? Y Alex... Bueno... Ella tampoco necesita demasiadas excusas para meterse contigo..."
"Ya... Pues solo por eso os podría denunciar y se os caería el pelo." – amenazó cruzándose de brazos.
"No me hagas sentir peor de lo que ya me siento! Ya te he pedido disculpas... "
Antes de darle tiempo a Sirius para responder entró Dawn.
"Buenos días Black, te traigo el alta... Deberías dejar la cama libre para pacientes enfermos de verdad."
"Pero... ¡Si no me aguanto ni de pie casi!" – intentó protestar.
"Ni podrás hasta dentro de un día, o sea que te recomiendo que te busques a alguien para que te cuide. Y si no te importa... Deberías ir yéndote." – dicho esto, la medimaga se marchó, dejando de nuevo solos a Nat y Sirius.
"Es increible... ¿No se supone que las medimagas necesitan un poco de sensibilidad para tratar con los pacientes?" – preguntó Sirius, más para si mismo que para la chica. – "Y ahora que hago yo? Paso de ir a casa de la parejita... Y Remus tampoco creo que pueda..."
"Oye Black... Ven a mi casa. Es lo mínimo que puedo hacer por ti."
"¿A tu casa?" – Sirius miró a la chica completamente alucinado – "¿Te crees que soy masoca o algo por el estilo? Paso, de verdad."
"Bueno, entonces quédate en tu casa solo, sin poder valerte por ti mismo, y hazte la comida, y todo." – dijo Nat, y se giró para salir de la habitación también.
Sirius lo meditó unos instantes.
"Oye Watters." – dijo antes de que la chica cerrara la puerta tras de si – "De acuerdo... Voy a ir a tu casa. Gracias por el ofrecimiento."
"Bien..." – sonrió Nat, pensando que así, por lo menos dejaría de sentirse culpable. Pero en realidad no sabía donde se estaba metiendo...
O.O.O"¿¡Como?" – Alex se levantó de golpe del sillón donde estaba sentada, mirando con unos ojos como platos a Dawn.
"Shhhh! No grites que vas a despertar a Harry." – dijo Lily acariciando con cuidado la cabeza del bebé que dormía sobre su regazo. – "Pero si... ¿¡En que diablos está pensando Nat!"
"Remordimientos... Se arrepiente tanto de haber dejado a Black en ese estado que lo ha acogido en su casa... En principio solo por un par de días..." – explicó Dawn con los ojos en blanco.
"Pero se le ha girado el cerebro! Las neuronas han dejado de hacerle conexión! A caso no se acuerda de la que lió Black en su cocina?" – masculló Alex. – "¿Y tu no intentaste hacerle entrar en razón?"
"Intenta tu hacer entrar en razón a Nat cuando se le mete algo entre ceja y ceja..." – suspiró Dawn.
"Bueno... Si Black está malo y casi no se puede mover... Tampoco será tan terrible tenerle en casa ¿no? Y así al menos Nat no se sentirá culpable..."
"A veces es demasiado buena..." – suspiró Alex.
Y en efecto, en casa de la chica las cosas no habían empezado del todo mal. Sirius y Nat se trataban con cordialidad, aunque se notaba cierta tensión en el ambiente.
Acababan de instalar a Sirius en la que sería su habitación para los próximos dos días.
"Bueno... No es gran cosa, pero al menos no estarás solo en tu casa..." – dijo la chica, algo incómoda por la situación. No quería demostrarlo, pero no sabía como actuar con el animago.
"No te preocupes, es más que suficiente. Gracias." – sonrió él.
"No me des las gracias, porque la verdad es que..."
"Si, ya sé que esto no es más que un acto egoísta por tu parte, destinado sólo a sentirte mejor contigo misma. Pero aún así quiero darte las gracias." – le cortó Sirius.
Nat sonrió, pensando que tal vez no seria tan malo tener a Sirius en casa.
"Bueno, me tengo que ir al Ministerio..." – dijo ella al fin – "No vengo a comer pero..." – hizo un movimiento de varita y encima de la mesilla de noche apareció una bandeja con comida – "Sólo tendrás que calentártela."
"No tendrías que haberte molestado... Podría haberme preparado yo cualquier cosa."
"Ni se te ocurra levantarte ¿de acuerdo? Ya has oído a Dawn. Necesitas reposo." – dijo Nat cruzándose de brazos.
"Si mamá..." – respondió Sirius con una carcajada – "Solo me levantaré en caso de vida o muerte... O sea cuando ya no pueda aguantar más las ganas de ir al baño."
"Ah si, el baño está..."
"¿Al fondo del pasillo a la derecha?" – preguntó Sirius en tono de broma, cortándola.
"Pues si. Me temo que tengo una casa de lo más previsible..." – rió Nat – "Y bueno... Creo que ya te lo he dicho todo..."
"No te preocupes más, estaré bien. Ni que fuera de cristal." – Sirius puso los ojos en blanco – "Vete o llegarás tarde."
Ella sonrió una vez más antes de coger el bolso y las llaves.
"Oye" – la llamó Sirius cuando ya salía por la puerta.
"¿Si?"
"Ya que vamos a estar viviendo juntos, aunque solo sean dos días, llámame Sirius ¿vale? No me va lo del apellido."
Nat asintió con la cabeza.
"¿Y yo puedo llamarte Nataly?" – preguntó una vez más el animago.
"Si esperas que te conteste, no." – respondió ella, esperó unos instantes, recreándose en la cara de confusión que se le había quedado a él para luego aclarar – "Mejor Nat a secas, que por lo menos no suena tan cursi."
"De acuerdo." – sonrió Sirius – "Que tengas un buen día, Nat."
"Que no te aburras mucho, Sirius."
O.O.ORemus se detuvo delante del despacho, en medio de uno de los pasillos de San Mungo. Se sacó de uno de los bolsillos el pergamino que una lechuza le había traído esa mañana para comprobar, por octava vez, que había leído bien. Si, en efecto, continuaba siendo una nota de Dawn para comer juntos.
Con un suspiro se volvió a guardar el pergamino en el bolsillo antes de llamar a la puerta.
"Adelante." – le indicó la voz de Dawn desde el interior.
Remus hizo lo que se le indicaba. Dentro, ella, estaba guardando lo que parecían algunos informes de pacientes.
"Hola Remus." – le sonrió – "Termino de guardar esto y nos vamos."
"Vale, no te preocupes, no hay prisa."
Mientras Dawn acababa de guardar las cosas, él se dedicó a observarla. Prácticamente no había cambiado desde que habían terminado Hogwarts, cosa que dificultaba que el licántropo pudiera pensar en otra cosa que no fuera lo que ella le había echo sentir dentro del colegio... O lo que todavía le estaba haciendo sentir... Sacudió la cabeza recordándose a si mismo el porque había cortado de raíz su relación con ella... Se prometió que no seria más que una comida. Debía mantenerse alejado por el bien de Dawn. Ella no merecía a alguien como él.
"Bien, listo, ya podemos irnos." – la voz de ella le sacó de sus cavilaciones y forzó una sonrisa antes de seguirla a través del hogar encendido que había en un lado del despacho.
A través de la red flu llegaron a un pequeño restaurante, donde un camarero joven les instaló en una de las mesas.
"Bueno, gracias por venir." – dijo Dawn una vez estuvieron sentados. – "Es que quería comentar contigo lo que pasó ayer."
"Que pasó ayer?" – preguntó extrañado.
"¿No has hablado con Sirius?"
"¿Con Sirius?"
El chico parecía tan confundido que Dawn se decidió a contárselo todo.
"¿Sirius? ¿En casa de Nat?" – preguntó alucinado Remus cuando Dawn terminó el relato.
"Si, parece de ciencia-ficción ¿verdad?" – rió ella.
"Me apuesto lo que quieras a que no aguantan los dos días."
"Yo apuesto a que no pasan ni de esta noche."
"Exageras... Sirius tampoco saca tanto de quicio."
"Ja! ¿Nos apostamos algo?" – propuso Dawn sacando su vena competitiva.
"Lo que quieras." – asintió Remus aceptando el reto.
"Una cena, el día 24. Paga quien pierda."
"Echo." – ambos chocaron las manos.
O.O.O"Ya estoy aquí." – dijo Nat en voz alta cuando llegó a casa, por la noche.
"Por fiiiiin" – se oyó la voz de Sirius desde la habitación – "Me estaba empezando a plantear la posibilidad de mantener una conversación con la almohada."
Nat se acercó riendo hasta la habitación que ocupaba el merodeador. Lo encontró en la cama, con una revista sobre las rodillas.
"¿Qué te ayudo a hacer? ¿La cena? ¿Pongo la mesa?"
"No hace falta que..."
"¡Si! Si que hace falta! Necesito conversación o voy a volverme loco." – dijo él con cara de desesperación.
Nat rió, pensando que era un gusto tener a alguien con quien hablar después de un día de trabajo... Y que tampoco le acababa de desagradar que ese alguien fuera Sirius.
O.O.OHolaaaaaa! Bueno, hoy si que soy Nar. ¡Me han dejado salir de mi prisión! Y como cada día, aquí teneis el capítulo. Ya veis que Sirius no ha sufrido grandes daños... Sigue como siempre xD Bueno, nada más por ahora... ¡Hasta mañana! Seguid dejando revis pliiis!
