Hijo de la oscuridad.

Prologo

Mi nombre real es Dante, mi padre me puso ese nombre por que bajo las condiciones en las que nací el sabia que debería pasar por un infierno y un purgatorio para lograr alcanzar lo mas cercano a un paraíso.

Mi madre era una sacerdotisa, la mas hermosa de todas la humanas según palabras de mi Padre, el fue un vampiro, de los mas poderosos de la Alianza Negra. Ellos se enamoraron perdidamente, y mi Padre actuando en contra de su propia naturaleza prefirió amarla antes que matarla.

La Alianza Negra es la mas ancestral y oscura unión de todo tipo de seres y espíritus malignos que se quedaron atrapados en la tierra. Todos ellos tienen un pacto de terror, buscan atormentar o matar a los humanos y seres de luz en una lucha eterna. Veneran a Hades, Naraku, Belcebú, Satán o como prefieran llamarlo. Los vampiros que gobernaron en esta alianza eran del clan al que perteneció mi Padre. De hecho, mi abuelo era el Gobernante cuando yo nací. Los Demonios son un clan muy poderoso también, en el hay diferentes tipos de yukais, desde los simples demonios comadreja, hasta los licántropos y los demonios perro. Antes de que mi abuelo fuera gobernante de la Alianza Negra esta fue gobernada por un demonio perro llamado Inutashio, sin duda alguna era respetado. Pero los vampiros conspiraron para asesinarlo y así lograr subir al poder. El tenia dos hijos, uno llamado Sesshoumaru que era frió como una roca y poderoso como un tornado, y el otro era como yo, mitad demonio y mitad humano. Inutashio siempre protegía al pequeño Inuyasha, todo mundo lo despreciaba por ser un híbrido. Pero tras su muerte, Sesshoumaru trato de matar a su hermano. Fue mi abuelo quien evito que esto sucediera. Aunque Inuyasha aun luce como un adolescente, todo esto ocurrió hace 150 años.

Después nací yo. Un híbrido mas dentro de la Alianza Negra ( o como nosotros la llamamos "los oscuros") . Mi nacimiento fue solo un pretexto para que Sesshoumaru comenzara a organizar una masacre dentro de la alianza. Todo comenzó cuando mi Madre dando a luz, fue atacada por un sin fin de espíritus, mi padre no pudo hacer nada por que le tendieron una trampa y se encontraba muy lejos de ella, sin embargo, aunque no llego a tiempo para salvar la vida de la mujer que amo si logro salvarme. Ella fue muy valiente, uso toda su energía y poder espiritual defendiéndome hasta el final, hasta que su desgastado cuerpo sucumbió y murió. Pese a que ya estaba muerta una barrera de energía muy cálida y pura me protegió hasta el arribo de mi Padre, todos dicen que fue como un milagro.

Pero eso no fue todo ya que un dia mientras celebrábamos uno de los rituales mas oscuros de iniciación para darme la bienvenida al mundo ( como un bautizo en el catolicismo , pero en vez de agua con sangre), Sesshoumaru junto con miles de Yukais mataron a todos los vampiros que se encontraban ahí, yo logre salvarme debido a que Inuyasha me salvo. Ambos teníamos que escapar por que cuando Sesshoumaru tomara el poder nos haría ejecutar enfrente de todos para poner el ejemplo e impedir mas impurezas dentro de la alianza.

Inuyasha me llevo a un templo Budista. Me dejo ahí, pues el sabia que nadie notaria mis atributos sobrenaturales de vampiro hasta que cumpliera 18 años. Por lo tanto me crié y forme como un Monje Budista. Inuyasha dejo una nota junto conmigo, me cambio el nombre, desde ese momento deje de ser Dante, el destinado a pasar por un infierno, y me convertí en Miroku, el próximo Buda. Es irónico, pero seguramente con mi nombre real mas de un Monje hubiera puesto literalmente el grito en el cielo.

En mis años tempranos los Monjes descubrieron que tenia poderes espirituales mayores a los de cualquier Monje anciano. Mis entrenamientos por lo tanto fueron muy fuertes, aprendí a hacer conjuros, levantar barreras de energía, detectar energías malignas y un sin fin de cosas útiles para combatir a los monstruos. Una vez mas , ironía en mi vida, pues ahora tengo las herramientas necesarias para combatir a los míos, que algún dia vendrían en mi búsqueda.

A lado del templo Budista hay un Convento Católico, pero no es un convento convencional, ya que las monjas que lo habitan se dedican, al igual que nosotros, a exorcizar y exterminar Yukais. Aunque ellas utilizan otros métodos un poco mas convencionales como balas de plata, bombas antipersonales y otros objetos bélicos.

Cuando yo tenia 6 años una niña llego al Convento. Su nombre es Sango, ella quedo huérfana a causa de unos monstruos, por lo tanto las monjas vieron en ella un potencial enorme debido a la cantidad de odio y las ganas de venganza que corría por sus venas.

Sin duda alguna acertaron, ella es una de las mejores del Convento. No tiene poderes espirituales como yo, pero es muy ágil y fuerte. Maneja las armas con una facilidad increíble, y no le teme a nada. Debo confesar que a veces, me da escalofríos al verla con su habito, su rosario de madera colgado en el cuello y su enorme Mágnum 45 en la mano. Ella es mi mejor amiga, de hecho creo que estoy enamorado, pero nunca se lo diría ya que seria una falta de respeto hacia su devoción.

Bueno, se preguntaran como es que se todo esto si era un bebe cuando Inuyasha me saco de aquella masacre. Les contare. Una noche antes de mi cumpleaños numero 18 mientras meditaba debajo de mi árbol favorito, sentí una presencia extraña, muy poderosa. Sin duda me estaba observando, por lo tanto tome mi báculo y me puse en guardia. De repente una voz dijo mi nombre. Pero extrañamente no sentí miedo, la energía que sentía era de un monstruo pero no parecía ser maligna.

Después, entre las penumbras vislumbre una silueta. Le pedí que se acercara y gracias a la luz de la luna pude observarlo. Tenia orejas de perro y pelo blanco , muy largo, traía puesto un traje rojo, bastante antiguo. Luego, el me vio y dijo " parece que ya estas listo". Dentro de mi sentí que un plazo se había cumplido, pero no sabia en realidad lo que pasaba. Se acerco mas a mi y me dijo " Debemos irnos". Yo estaba mudo hasta que le pregunte su nombre. " Soy Inuyasha, debemos irnos ahora". Un fuerte sentimiento de apuro se apodero de mi, sus palabras tenían sentido. Finalmente le pregunte de que hablaba y me revelo mi historia. No entro en detalles, solo me dijo que debíamos buscar un lugar oscuro antes de que amaneciera o yo moriría. Me revelo que mi mitad Vampiro emergería al dia siguiente. Nos fuimos a una iglesia abandonada. Tenia plena confianza en lo que el me decia, pese a que en mi entrenamiento se me enseño a no confiar nunca en un monstruo.

Pasamos toda la noche hablando, por fin conocí todos los detalles de la "alianza negra", conocí mi procedencia y mi destino. Era un alivio de alguna manera ya que aunque fui feliz en el Templo siempre sentí que no pertenecía ahí. Inuyasha me dijo que Sesshoumaru nos buscaría pronto, a los dos impuros, a los únicos dos que podrían destronarlo. Luego amaneció, estábamos en un lugar oscuro, pero por una de las ventanas entro un rayo de luz, cuando lo vi experimente el terror mas grande de mi vida. Mi corazón latía muy rápido y mi instinto me obligaba a buscar adentrarme en las penumbras. Inuyasha no parecía sorprendido ante mi reacción. Se limito a decirme que buscara el lugar mas oscuro y durmiera, el iría a buscarme ropas mas apropiadas para salir de noche. Nunca antes dormí en el día, en el templo me despertaba a las 5 de la mañana a orar y después de un dia arduo de trabajo dormía a las 8 de la noche. Pero ese dia me sentía muy cansado, dormí desde que amaneció hasta el atardecer.

Inuyasha llego cuando el sol se estaba metiendo. Traía consigo ropa negra para mi, yo solo pensé que era un cliché para los vampiros, pero en esa situación accedí a ponérmela. Cuando le pregunte sobre como la obtuvo me contó que el también estaba viviendo en un templo abandonado , ocultándose hasta que yo estuviera listo. En su espera conoció a una chica que al parecer tenia poderes espirituales que lo ayudaban a permanecer desapercibido para " los oscuros".

En cuanto la luz del sol se extinguió comencé a sentirme raro. Mi cabeza comenzó a dar vueltas y caí al suelo. Repentinamente podía ver en la oscuridad, mi sentido de oído era tan agudo que escuche correr el agua de un rió de aguas negras que estaba lejos de nosotros. Mis colmillos crecieron y me sentí lleno de energía. Pero no era solo una energía, era algo poderoso, me sentía mas vivo que nunca, y muy hambriento. Nunca antes me había dolido el tener hambre, era una urgencia que me llamaba a buscar sangre. Inuyasha noto mi desesperación y me tranquilizo. " Esto ocurrirá siempre, malditos vampiros, no piensan en mas que en comer, te traje esto". Mis ojos no podían creer lo que veían. Eran 5 bolsas de sangre. " ¿cómo las conseguiste?" le pregunte. "las robe del banco de Sangre, con eso será necesario por esta noche". Una sensación de asco me inundaba, no quería comer eso, pero lo deseaba con toda mi alma. Mi instinto me gano, y comencé a beber. El sabor comenzó siendo asqueroso para mi, pero poco a poco me fue seduciendo, era casi como experimentar placer sexual tras cada gota. El placer era tanto que quería seguir bebiendo. Cuando las bolsas se terminaron Inuyasha me dijo que debía aprender a utilizar mis habilidades como Monje para tranquilizar mi sed de sangre.

Después me dijo que teníamos que salir de ahí para encontrarnos con Kagome, la sacerdotisa que lo había estado protegiendo. Al salir de la vieja Iglesia, todo vestido de negro, con gafas oscuras y tratando de pasar desapercibido me sentí culpable. Nadie en el Templo sabia sobre mi destino, tampoco había tenido tiempo de despedirme se Sango. Estaba seguro de que no volvería a ver a nadie de mi vida pasada, y sabia que era lo mejor. Mientras caminaba por la ciudad, con Inuyasha guiándome y escondiéndose cada que veía un auto o a una persona, podía sentir un poco mas cada vez los grandes poderes que ahora corrían por mis venas. Pasamos junto a un edificio lleno de espejos y no vi mi reflejo. Todo era nuevo y sorprendente para mi.

Al cabo de un rato llegamos al templo Higurashi, mi nuevo escondite o cuartel. Ahí conocí a la hermosa Kagome, sin duda alguna era una chica llena de luz. Cuando me vio le sorprendió ver que mi aura era pura. "nunca había visto un Vampiro con aura pura", yo le comente que tal vez se debía a que esa noche era mi primer noche como vampiro, era mi renacimiento.

"Bueno, Dante, espero que Inuyasha te haya puesto al tanto de tu situación". Escuchar ese nombre me dio escalofríos, por lo tanto le pedí que me llamara Miroku, después de todo así es como me nombro Inuyasha. Ella accedió y reconoció que mi antiguo nombre también le parecía tenebroso. Supongo que ese es el objetivo que se busca al ponerle nombre a un Vampiro. Kagome me contó que Sesshoumaru nos buscaría no solamente para acabar con impurezas, sino también para evitar que la profecía se cumpliera. Era una profecía que hablaba sobre la comunión pacifica de ambos mundos, el de la luz y el de la oscuridad. La profecía del equilibrio cósmico, del ying y el yang. Esa profecía hablaba sobre que seres con equilibrio sanguíneo (ósea Inuyasha y yo) lograrían terminar con la guerra eterna. "tenemos muchos aliados en esto" me comento la chica de cabello azabache. "Pero primero debes entrenar con tus nuevas habilidades" termino de decir.

Y desde ese día he estado entrenando, tratando de equilibrar mi espíritu con mi cuerpo, mi sed de sangre con mi devoción a buda, aprendí a aceptarme siendo Miroku de dia y Dante de noche. Me he alimentado con sangre robada de hospitales y de carnicerías, sangre de humanos y de animales. El primer Vampiro Budista me llama burlándose Inuyasha cuando me ve meditando en las noches. He descubierto una gran gama de poderes en mi mas allá de los espirituales. Ahora puedo correr mucho mas rápido, golpear mucho mas fuerte y me encanta la noche. Además de esas ventajas vampirescas, debido a mi mitad humana descubrí que puedo salir en el dia, solo debo proteger mis ojos por que la luz me suele lastimar un poco. Mi piel luce mas pálida ahora, y mis ojos se ven mucho mas púrpura cuando anochece, pero por primera vez en mi vida siento la sangre correr por mis venas. Debo admitir que por las noches tengo deseos muy fuertes de matar, de beber la sangre caliente, pero Kagome me dijo que si mataba la fuerza maligna dentro de mi se despertaría y tal vez no podría encontrar nuevamente mi centro.

Extraño ver a Sango entrenar con su extraño habito, es tan hermosa y tan poderosa que solo logra despertar en mi pensamientos impuros, las Madres Superioras de su Convento me quemarían en leña verde si supieran lo que pienso sobre ella, principalmente por las noches cuando me transformo. Me gustaría volver a verla pronto, pero si me viera así seguramente me dispararía una de esas enormes balas. Ahora pertenecemos a razas distintas, pero ambos tenemos el mismo objetivo. Destruir a la alianza.

Ha pasado un tiempo desde que Inuyasha fue por mi de nuevo, he notado que algo ocurre entre el y la señorita Kagome, sin duda alguna el la estima mucho debido a todo lo que ha hecho por el. Hace poco llego un anciano llamado Myoga, es uno de los aliados que Kagome menciono, parece ser una persona muy sabia, el otro dia nos contó que pronto nos uniremos con un par de sus viejos amigos que se han estado preparando al igual que nosotros para la batalla. El parece tener mucha confianza en nosotros, últimamente nos ha mandado a deshacernos de algunos espíritus y monstruos que han estado atacando a personas, dice que conforme se acerque el dia los ataques a humanos se harán mas y mas continuos, nosotros no debemos permitir que la gente muera, ya que sus almas son como combustible para los oscuros y se harán mas poderosos.

A veces me pregunto si no hubiera sido mejor morir junto con mi madre, pero llego siempre a la misma conclusión, si ella se sacrifico por mi fue por el gran amor que sentía y tal vez por que sabia que yo tenia una misión. Se que mi familia paterna es por naturaleza "diabólica" mi padre y mi abuelo fueron asesinos y no me enorgullezco de ello. Pero si me enorgullezco de que mi pare haya podido sentir el amor que sintió por mi madre y estoy seguro que si ella le correspondió es por que vio algo de luz en su corazón.

¿Que me espera en un futuro?, no lo se, pero de algo estoy seguro. La lucha final se acerca y yo estoy preparado para ella y se que no tengo nada que perder. Al menos no por el momento.