Domingo, 26 de Septiembre del 2004.

Nota de la Autora: ¡Síiiii! Por fin la segunda parte y última para tener el Cap 10 completo. Esta parte ¡es mi favorita! Aquí pasarán unas cosas que..vais a alucinar jjijijijiijji. Y ya no digo más. Un besazo.

Atención a:

Todo lo que ocurre es importante, pero sobre todo prestad mucha atención a Ron y a la advertencia de Winky.

Nos vemos al final del cap en mi otra Nota de la Autora. Besitos miles.


Simbología:

- Lo que va al lado de guión son los diálogos de los personajes.

- Lo que va con cursiva y comillas son los pensamientos internos de los personajes.

- Lo que va con comillas y letra normal, es el sueño de Hermione.

Y ahora..disfrutad de ésta última parte del Cap 10. Besazossssss. RAkAoMi. ;-)


Cap 10. "La Primera Elegida (II)".

- ¡Hermione!

Ella se tambaleó, Harry la alcanzó justo a tiempo de que se estrellase contra el suelo. Hermione le miró con los ojos entrecerrados. Él le tocó la frente, y se dio cuenta que estaba caliente.

- Tú no estás bien. Agárrate a mí, Hermione.

Antes de que ella dijese algo, él la cogió en brazos y echó a correr rumbo a la Enfermería. Ella le tocó ligeramente el brazo para indicarle que estaba despierta. Cuando sintió su toque, Harry bajó un instante la mirada y la observó durante dos segundos, él se asustó, estaba más blanca que la leche. Tras ver el pálido color de su piel, Harry volvió a mirar hacia delante mientras aumentaba la velocidad. Hermione le habló con dificultad.

- Ha..Harry, dde..tente.

- Nunca.

- Ha..Harry, su..suéltame por..por favor.

- Ni loco, voy a llevarte a la Enfermería y la Señora Pomfrey te curará lo que sea que tienes.- contestó él sin dejar de mirar hacia delante ni aminorar su frenética carrera un instante.

- Ha..Harry por..por favor, déjame en el suelo. Vas..a..que..quemarte.

- Me dá igual.

- A..mmí..nno..me dá i..gual que..te q..quemes Harry.

- Pues a mí sí, Hermione. No pienso soltarte hasta que estés en una cama.

- Ha..Harry, tt..te..e..es..tás..q..que..mando ya.

Efectivamente, así era. Y él lo sabía. Notaba cómo el calor abrasador inundaba sus brazos, pero ni siquiera le importó, lo único que preocupaba a Harry en ese momento era que ella estuviese bien y a salvo y por Dios que haría lo imposible por asegurarse de que así fuese, aunque eso significase que sus brazos se achicharrasen.

Hermione cerró una mano sobre la túnica de Harry mientras sentía cómo él doblaba una esquina y aminoraba un poco el paso para un instante más tarde, volver a acelerarlo.

Tras doblar otra esquina, Harry vislumbró el pasillo que le conducía a la Enfermería.

- Ya casi estamos Hermione.

Ella no contestó.

- ¿Hermione? ¿me escuchas?

Ella seguía sin emitir sonido.

Harry supo que algo no iba bien y eso le llenó de angustia. Una angustia enorme.

Cuando por fin llegó ante la puerta de la Enfermería, él estaba completamente agotado y dolorido. No se sentía los brazos, decir que le quemaban era decir poco. Harry pensó que se desprenderían y por sí mismos caerían al suelo, pero a pesar de eso, no se atrevió a soltarla ni un instante.

Tras llamar a gritos a la Señora Pomfrey, Harry bajó la vista un segundo y cuando vio a Hermione inconsciente, con la cabeza caída hacia atrás y los brazos colgando como sin vida, un miedo terrible le invadió.

- ¡SEÑORA POMFREY! ¡SI ESTÁ DENTRO ABRA LA PUERTA!

Él pegó el oído a la puerta, pero no escuchó nada.

- ¡Señora Pomfrey por favor! ¡ABRA LA MALDITA PUERTA!

Harry volvió a pegar el oído a la puerta y para su alivio, esta vez sí oyó pasos desde el interior.

- ¡ SEÑORA POMFREY SOY HARRYYYYYYY! ¡DÉSE PRISA, NECESITO AYUDA!

Cuando la buena Enfermera abrió, Harry casi la tiró al suelo del empujón que le dio para quitarla de en medio en su carrera hacia la cama más próxima. Una vez allí, él se agachó y dejó suavemente a Hermione sobre las Sábanas mientras la Señora Pomfrey comenzaba a interrogarle.

- ¿Qué ha ocurrido, Señor Potter?

- Ella..se..mareó.- contestó él recuperando el aliento.

- ¿Fue de repente, Señor Potter?

- Sí Señora.

- ¿Hace mucho que está así?

- No Señora, sólo unos 10 minutos.

La Señora Pomfrey le acercó una silla a Harry.

- Siéntese Señor Potter, necesita descansar.

- Yo estoy bien, es Hermione la que necesita ayuda.

- Enseguida estaré con ella, Señor Potter. Pero antes, dígame qué ocurrió exactamente.

- Nosotros.. íbamos caminando y de repente, ella se tambaleó y se cayó, la agarré justo a tiempo de que se estrellase contra el suelo.

- ¿Sabe usted si la Señorita Granger ha tenido mareos antes?

- No, que yo sepa.

- ¿Sabe usted si la Señorita Granger ha Desayunado hoy?

- No, ella no vino al Comedor esta mañana.

- Así que no ha comido nada en toda la mañana ¿verdad Señor Potter?

- Que yo sepa no, no lo ha hecho.

- ¿ La ha notado más débil de lo normal últimamente?

- No, no. Ella estaba bien, completamente sana, hasta el momento en que se desmayó.

- Sabe si ella

- ¡Por favor deje de preguntarme cosas y atiéndala de una vez, Señora Pomfrey!

- Lo siento Señor Potter, pero si fue usted el último que estuvo con ella, es normal que le pregunte.

- Ya le he dicho que ella estaba bien antes de que se desmayase, Señora Pomfrey. Lo último que sé fue que ella estaba caliente, su frente ardía y por eso fue que la traje aquí corriendo. Ya no sé más, ¡atiéndala!

- Cálmese Señor Potter, está usted muy nervioso. Le aseguro que la atenderé como es debido. Espere fuera, ya le avisaré cuando haya terminado.

La Señora Pomfrey se aproximó a Hermione y acercó su mano a la frente de la Prefecta, con la intención de comprobar su temperatura.

- ¡No, no la toque!

- Señor Potter, por favor, déjeme hacer mi trabajo.

- Pero usted no lo entiende, no debe tocarla, Señora Pomfrey. Si lo hace..se hará daño.

- ¿Cómo dice Señor Potter?

- Digo que..si toca a Hermione sin que ella lo sepa, usted se hará daño. Eso digo.

- Creo que está usted desvariando, Señor Potter.

- ¡No lo hago! ¡le estoy diciendo la verdad! ¡Mire!

Harry le enseñó sus brazos a la Enfermera, y cuando ella los vio rojos e hinchados sólo tuvo una pregunta que hacer.

- ¿Desde cuándo tiene usted esas quemaduras, Señor Potter?

- Desde hace 10 minutos, el tiempo que he tardado en llegar hasta aquí.

- Pues no tienen buen aspecto, remánguese y déjeme curarle.

- De acuerdo, pero luego, ¿me dirá qué es lo que le pasa a Hermione?

- Sí, Señor Potter. No se preocupe.

Con un toque de varita y una pomada, las quemaduras y el dolor desaparecieron.

- Por favor Señor Potter, espere fuera. Tengo que examinar a la Señorita Granger y necesito privacidad.

- De acuerdo Señora Pomfrey. Pero hágalo con cuidado o se quemará.

- No se preocupe Señor Potter, sé lo que tengo que hacer.

15 minutos después, la Señora Pomfrey abría la puerta de la Enfermería dejando entrar a Harry.

- ¿Cómo está?

- Bien, no se preocupe Señor Potter. No tiene nada grave.

- ¿Qué le ocurrió?

- La falta de Alimento le produjo debilidad, eso unido al Stress, es lo que provocó que se mareara y que perdiese el conocimiento.

- ¿Y la fiebre?

- Ella no tiene fiebre.

- La tenía, la toqué y la frente le ardía, Señora Pomfrey.

- Sería algo pasajero. Su temperatura estaba bien cuando yo la examiné.

- ¿Dijo usted que tenía Stress?

- Sí, Señor Potter. Stress y falta de Alimento, una mezcla explosiva. Pero no se preocupe, ya está bien.

- ¿Está despierta?

- No, ahora no, le hice tomar una poción somnífera. Necesitaba dormir y descansar, Señor Potter.Estaba completamente agotada.

- ¿La hizo tomar una poción? ¿ella estaba consciente?

- Sí, poco después de que usted saliese, ella despertó. Me contó que se mareó y se desmayó y que usted la trajo en brazos hasta aquí. El resto..ya lo sabe.

- Estuvo despierta..¡¿y no me avisó?! ¿Por qué?

- Porque ella necesitaba descansar, Señor Potter.

- Pero..me habría gustado hablar con ella, Señora Pomfrey.

- Lo supongo Señor Potter, pero como le comenté, lo mejor era que ella descansara. Pero no se preocupe, cuando ella despierte, podrá usted charlar con ella todo lo que quiera. Ahora márchese, váyase a comer y deje de preocuparse por la Señorita Granger.

- ¿Me avisará cuando esté despierta, Señora Pomfrey?

- Sí, Señor Potter, le doy mi palabra de que lo haré.

- ¿Seguro que está bien?

- Sí, Señor Potter, perfectamente. Y estará mejor aún cuando despierte, pero eso no ocurrirá hasta dentro unas horas. Márchese a Almorzar, Señor Potter, no vaya a desmayarse usted también si se queda sin comer.

- De acuerdo, me iré. Gracias por todo.

- No me las dé, Señor Potter. Yo sólo hago mi trabajo.

- Hasta luego, Señora Pomfrey.

- Hasta luego Señor Potter y en todo caso, gracias a usted por traerla tan rápido como lo hizo.

- Debía hacerlo, su estado no era como para no darme prisa, Señora Pomfrey. Cualquiera habría hecho lo mismo que yo.

- Cualquiera no, Señor Potter. Sólo alguien que de verdad la quiera tanto como la quiere usted.

- ¿Perdón?

La Enfermera no dijo nada más, sólo se limitó a esbozar una sonrisa de complicidad mientras le abría la puerta a Harry.

- Que le aproveche el Almuerzo, Señor Potter. Le enviaré una lechuza cuando ella esté despierta.

Harry asintió con la cabeza y se despidió con la mano mientras ponía rumbo al Comedor.


Mientras Harry y Ron almorzaban, su mejor amiga se hallaba sumida en un profundo sueño nada agradable.

"Oscuridad y silencio absoluto, era todo lo que Hermione podía ver y percibir. Ella comenzó a caminar por aquella Nada, en busca de luz.

El sonido de sus pasos y de su propia respiración era todo lo que ella podía escuchar.

Hermione siguió avanzando en busca de la salida de aquél Laberinto oscuro que parecía no acabar nunca.

De repente, ella se chocó contra algo. Tras tocarlo, se dio cuenta que era una Puerta. La Prefecta la abrió y se metió dentro. Todo lo que pudo ver, fue una gran estancia llena de lucecitas de todos los colores.

- ¿Qué es esto?

- La Sala de los Actos Puros.

- ¿Quién eres?

- Eso no importa ahora, Elegida.

- ¿Dónde estás?

- En todas partes.

- ¿Por qué estoy aquí?

- Para que veas qué es lo que mantiene el Equilibrio y lo que pasaría si se perdiese.

De repente, las lucecitas desaparecieron y Hermione se sintió caer al vacío. Cuando ella estuvo de nuevo en tierra firme, lo que vio la dejó horrorizada.

Toda la Tierra estaba destruyéndose. En el Cielo, los Rayos y Truenos caían quemando árboles, plantas, matando animales..

Las personas gritaban y corrían aterrorizadas en busca de un Refugio seguro.

Los mares se desbordaban, las Islas se hundían. La Tierra se abría y Los Magos y Brujas intentaban con su Magia, ayudar a frenar tanta Catástrofe, pero era inútil, todo lo que había era Caos, el Caos más absoluto.

Desde la distancia, Hermione veía ese mismo Caos y Destrucción y todo el sufrimiento que producía. Sus ojos se llenaron de lágrimas al ver cómo la Muerte se llevaba tantas vidas.

- ¡¿Es que no hay forma de parar esto?!

- Sólo un Acto Puro ofrecido por un Alma Pura, podría detenerlo.

- ¿Qué Acto Puro sería?

- Uno suficientemente grande como para que renazca la Esperanza y la Sala de Actos Puros vuelva a llenarse de Almas Puras.

- ¿Qué renazca la Esperanza?

- Sí porque La Esperanza..ya no existe. Todos los habitantes de la Tierra la han perdido. ¿No lo ves?

- ¡No todos la han perdido! ¡Los Magos y Brujas intentan ayudar para salvarles! ¡Si lo hacen es porque tienen Esperanza!

- No la tienen de corazón, Elegida. Saben que hagan lo que hagan, fracasarán.

- ¡Eso no es cierto no es cierto! Si lo fuese, no intentarían ayudar.

- Se puede ayudar aún sabiendo que nada se puede hacer, Elegida. Ellos acabarán muriendo, todos moriremos. La Sala está vacía y el Equilibrio se ha roto, ya no queda nada en este Mundo que pueda salvarlo.

- Algo tiene que haber.

- No lo hay, lo habría pero..ya no hay nada ni nadie que pueda evitar el Caos y la Destrucción.

Hermione continuó viendo todo aquél horror, hasta que algo llamó su atención sobre todo lo demás. Ella observó a una mujer que se acercó a un chico de pelo negro, revuelto e indomable. Él estaba en el suelo. Parecía que el chico protegía con su cuerpo algo o alguien que estaba muy mal herido.

Ahora la escena se acercó a los ojos de Hermione, fue como si sus pupilas se dilatasen, acercando la imagen de lo que ocurría como si sucediese delante de ella. Cuando la Prefecta pudo ver el aspecto del chico, se quedó más que asombrada.

- ¿Harry?

Pero su asombro se acrecentó más todavía cuando vio que la mujer que se acercaba a él, le agarró del cuello y le izó en el aire mientras ella misma flotaba a su lado. Ella le estrangulaba mientras reía sin parar. Él sólo miraba hacia abajo, a lo que había estado protegiendo que para Hermione era tan borroso, que no podía distinguirlo bien.

De repente, la mujer volvió la cara y miró en dirección a Hermione, la Prefecta se quedó muda. Su cara sólo mostraba el más absoluto odio y a la vez, disfrute por todo lo que ocurría.

La mujer le habló a Hermione, que era incapaz de moverse pese a querer hacerlo.

- ¿Te gusta lo que ves?

- ¿Quién eres?

La mujer sonrió e introdujo una mano en el cuerpo de Harry, hundiéndose en su carne. Él gritó de dolor.

- ¡DÉJALE, NO LE HAGAS MÁS DAÑO!

- Dejará de sufrir cuando haya obtenido lo que quiero.

- ¿QUÉ ES LO QUE QUIERES?

La mujer volvió a torturar a Harry y Hermione sin saber cómo, logró echar a correr y después levitar hasta estar cara a cara de ella.

- ¡SUÉLTALE AHORA!

- No lo haré.

- ¡TE HE DICHO QUE LE SUELTES!

- NO.

La mujer tocó la cicatriz de Harry y de repente, empezó a sangrarle sin medida. Hermione le vio perder el conocimiento y fue más de lo que pudo soportar.

En un instante y sin saber cómo, la Prefecta golpeó a la mujer haciendo que soltase a Harry, pero entonces fue a Hermione a la que atrapó, inmovilizándola.

- ¿Por qué has hecho eso?

- Porque no dejaré que le hagas daño.

- Jajjaaaaaaa ¿crees que eso me importa? En cuanto acabe contigo volveré a por él y ya nada ni nadie podrá evitar su muerte.

- ¿Qué es lo que te ha hecho para que quieras matarle?

- No haber querido cumplir con mi voluntad.

- ¿Qué le pediste?

- ¡Deja de preguntar cosas que no te importan!

La mujer lanzó una bola de energía a Hermione que la impulsó hacia abajo. Ella cayó justo al lado de Harry.

- Harry, Harry, despierta Harry. Tenemos que salir de aquí.

Desde el Aire, la mujer reía ante los intentos que Hermione hacía por reanimarle.

- ¡Es inútil! ¡Él ya está muerto!

- ¡NO! ¡AÚN VIVE!

- ¡No por mucho tiempo!

En un instante, la mujer volvió a agarrar a Harry, pero Hermione le liberó de ella.

- ¿Por qué te empeñas en salvarle?

- Porque él me importa.

- ¿Por qué te importa?

- Porque lo que me impulsa a protegerle es algo tan importante para mi, que haré lo imposible por evitar que le hagas daño.

- ¿Cualquier cosa?

- Sí, cualquiera.

- ¿Incluso morir por él?

- ¿Qué?

- ¿INCLUSO MORIR POR ÉL?

Hermione estaba tan anonadada por la pregunta y todo lo que ocurría que cuando abrió la boca para contestar la mujer la miró y sólo dijo..

- Si tardaste tanto en responder es porque él no te importa tanto como aseguras.

Y entonces desintegró a Harry. "

- ¡NOOOOOOOOOOOOOO!

Fue el grito de dolor que salió de la boca de la Prefecta en el instante en que vio a Harry consumirse delante de ella y justo después de eso, abrió los ojos.

Ante el grito de Hermione, la Señora Pomfrey corrió a su lado. Encontrándose a la Prefecta con un ataque de nervios, llorando sin parar y su cuerpo lleno de temblores. Hermione intentó levantarse de la cama, pero la Señora Pomfrey con un toque de varita, volvió a acostarla.

- Señorita Granger acuéstese, ¡ usted necesita descansar!

- No..no, no quiero. No puedo.

- Sí puede y debe descansar, Señorita Granger.

- Harry, Harry..

- Él no está aquí, Señorita Granger. Está en clase.

- Él está muerto, muerto. Harry..¡ESTÁ MUERTO!

- No es cierto Señorita Granger, cálmese. Le aseguro que su amigo está vivo y en breve estará con usted.

La Señora Pomfrey miró preocupada a Hermione, la Prefecta no parecía escucharla. Lo único que hacía era repetir que Harry estaba muerto una y otra vez.

- Señorita Granger, tranquilícese, le aseguro que su amigo está bien.

Mientras la Señora Pomfrey se levantaba y se dirigía a su mesa para escribirle una nota a Harry pidiéndole que acudiese rápidamente a la Enfermería, Hermione comenzaba a ver la realidad y tomar conciencia de lo que había ocurrido.

"Fue..un Sueño. Más bien una Pesadilla, la más horrible que he tenido nunca."

La Prefecta miró por la ventana y se dio cuenta que estaba empezando a Oscurecer.

"No me queda mucho tiempo. Tengo que repasar la Profecía antes de que llegue la hora de ir a su encuentro."

Hermione se acercó a la mesa de la Señora Pomfrey. Ella la llamó y la Enfermera levantó la cabeza sorprendida.

- Señorita Granger, ¿qué hace fuera de la cama?

- Me encuentro mejor, Señora Pomfrey. Creo que me iré a comer algo, tengo hambre.

- No, Señorita Granger. Usted debe descansar.

- Lo siento Señora Pomfrey, pero ya he descansado bastante. Y hay algo que debo hacer esta noche urgentemente.

- Usted no ha descansado, Señorita Granger. Hace tan sólo unos momentos usted estaba cualquier cosa menos relajada. Acuéstese, es una orden.

- No pienso obedecerla, Señora Pomfrey. Estoy bien y me voy.

La Señora Pomfrey se quedó estupefacta, ¿desde cuándo Hermione Granger se negaba a obedecer la orden de alguien que no fuese un Alumno de Hogwarts? Pero antes de que la Señora Pomfrey pudiese preguntar o comentar nada más, Hermione abrió la puerta. La Enfermera arrugó la nota que le había escrito a Harry y la tiró a la papelera mientras escribía una nueva para mandársela a Dumbledore.

- No se moleste en avisar a nadie de lo ocurrido, Señora Pomfrey. Ni siquiera el Director me detendría esta noche.

Y la puerta se cerró, dejando a la Señora Pomfrey mucho más que asombrada.


Antes de ir a su habitación, Hermione entró en las Cocinas. Nada más cerrar la puerta, Dobby se acercó a saludarla.

- Señorita Hermione Granger, Dobby se alegra de verla. ¿Desea la Señorita comer algo?

- La verdad es que sí, Dobby.

- Dobby le traerá algo enseguida, Señorita.

- No hace falta, Dobby, yo misma me serviré.

- Por favor Señorita Hermione Granger, permita que sea Dobby quien le traiga la comida.

- Está bien, Dobby. Como quieras. ¿Has visto a Winky?

- No, Señorita Hermione Granger, Dobby no la ha visto desde hace un rato grande.

- ¿Te dijo dónde iba?

- No, Señorita, Winky no dijo nada a Dobby. ¿Le apetece un trozo de pollo asado y un pedazo de tarta de chocolate?

- Sí, gracias Dobby.

Cuando Hermione terminó, ella le dio las gracias al Elfo y se despidió de él mientras Dobby la acompañaba hasta la puerta.

- Si ves a Winky, Dobby, dile que quiero hablar con ella. ¿Lo harás?

- Sí, Señorita Hermione Granger, Dobby lo hará.

- Gracias por todo Dobby, y por la cena, estaba muy rica.

- De nada, Señorita Hermione Granger, Dobby está siempre al servicio de los amigos del Señor Harry Potter.

- Buenas noches Dobby.

- Buenas noches Señorita. Que descanse.

- Gracias Dobby, lo mismo digo.

Una vez en su habitación, Hermione sacó el Pergamino que contenía la Profecía y la releyó de nuevo.

" En una noche sin luna, cuando todo esté en paz,

un claro rayo de luna, al Roble Sabio iluminará.

Bajo su amparo.. se encuentra el lugar, donde la Elegida deberá consultar.

El fuego la llamará y tras su llamada, la sabiduría milenaria surgirá.

Mientras el fuego arda, ella presente estará,

Y cuando te mire, la vista no debes apartar,

Porque si lo haces, su furia conocerás.

A una sola pregunta ella responderá, y la respuesta que ella dé, no la debes olvidar.

Pues en la respuesta que la Primitiva dé, encontrarás la clave que te ayudará a vencer.

¡Piensa bien la pregunta! ¡No la hagas por hacer!

Porque tan sólo una vez, la Elegida la podrá ver.

Una vez tu duda resuelta, apaga el fuego y date la vuelta.

No olvides las gracias dar y por la información recibida, un obsequio entregar.

Cuando la ofrenda ofrecida esté, no mires atrás y echa a correr.

Pase lo que pase, no debes dudar y por lo que más quieras, ¡apártate de la Oscuridad!

En la Oscuridad ella vive, a ella pertenece, y si no quieres morir, ¡huye de ella y desaparece!"

"Sí, es tal y como la recordaba. Lo que no entiendo es la advertencia que decía Winky que había. Yo no veo ninguna advertencia. Si ella hubiese podido contármela sin interrupciones..¿qué fue lo que dijo? Dijo que..lo más importante era que yo debía quedarme en..¿dónde? Creo que lo mejor será que la busque y me lo cuente antes de invocar a Lak. Sí, será lo mejor."

Tras guardar de nuevo el Pergamino que contenía la Profecía, Hermione salió de su habitación en busca de la Elfina.

No había recorrido mucho, cuando alguien se cruzó en su camino.

- Hola Hermione.

- Hola Ron.

- ¿Qué haces deambulando por el Castillo?

- Tengo algo que hacer.

- Hermione, son las once y media de la noche, ¿qué es lo que tienes que hacer a estas horas?

- Lo que yo tengo que hacer no te incumbe, Ron. ¿Y tú por qué estás despierto?

- No podía dormir. Así que decidí pasear un poco.

- Buenas noches, Ron. Te veo mañana en el Desayuno.

La Prefecta echó a andar pero la voz de su pelirrojo amigo la hizo detenerse otra vez.

- Ten cuidado, Hermione.

- ¿Cómo dices Ron?

- Digo que..tengas cuidado, Hermione. Filch está por ahí.

- Ah ya, gracias Ron, hasta mañana.

- De nada. Hermione...

- ¿Sí Ron?

- Su luz es tu Salvación.

- Ron, ¿qué has dicho?

- ¿Yo? Nada.

- Ron..

- Buenas noches, Hermione. Te veré en el Desayuno.


Hermione continuó andando mientras pensaba en cómo era posible que Ron supiese lo de la Profecía. La Prefecta siguió recorriendo el Castillo en busca de Winky mientras llegaba a la zona de la Sala Común de Gryffindor. Ella se detuvo frente al retrato de la Señora Gorda.

- ¿Contraseña, querida?

Hermione no respondió.

- ¿Vas a entrar, querida?

Hermione no contestó, simplemente miró al frente, no podía creer lo que veía.

- ¡Winky!

La Prefecta corrió hasta alcanzar a la Elfina, que casi no se tenía en pié.

- ¡Por Merlín, Winky! ¿qué te ha ocurrido?

La Elfina miró a Hermione con los ojos entrecerrados.

- Señorita Hermione Granger, Winky se alegra mucho de verla, Señorita.

Hermione se quitó la túnica y cubrió a su pequeña amiga con ella.

- Estás..helada Winky, dime..¿qué te pasó?

- Winky..sólo quería..ayudarla, Señorita. Por eso Winky fue a buscar su Amuleto.

- ¿Amuleto? Yo no tengo ningún Amuleto, Winky.

- Winky..lo sabe, Señorita Hermione Granger. El Amuleto es de Winky, por eso Winky fue a buscarlo, Señorita.

- Creo que necesitas descansar, Winky, te llevaré a mi habitación.

- ¡No Señorita! ¡casi no le queda tiempo! Márchese ahora, Señorita Hermione Granger. Winky estará bien.

- NO pienso dejarte aquí sola, Winky, ¡si ni siquiera puedes andar!.

- Winky estará bien, Señorita Hermione Granger. No se preocupe por Winky, Señorita.

- Por supuesto que sí me preocupo por ti, Winky, siempre lo hago.

Hermione cogió a la Elfina en brazos y la llevó al interior de la Sala Común de Gryffindor. Ella depositó a Winky en un Sillón que acercó junto al fuego.

- ¿Estás mejor, Winky?

- Sí, Señorita, Winky se siente mucho mejor ahora, ¡muchas gracias Señorita Hermione Granger!

La Prefecta acarició las orejas de la Elfina. Winky la miró agradecida.

- No me las des, Winky. Yo sí que tendría que agradecerte todo lo que estás haciendo por mí.

- Winky lo hace con gusto, Señorita, porque Winky la quiere mucho, Señorita Hermione Granger.

- Yo también a ti, Winky.

La Elfina miró preocupada a Hermione mientras estallaba en llanto.

- ¡Por favor Señorita, tenga mucho cuidado esta noche!

- Tranquila, Winky. Estaré bien.

- Llévese el Amuleto, Señorita.

Winky se metió una mano dentro de su viejo vestido y sacó un colgante en forma de sol que pendía de una tira de cuero. Con cuidado de no tocar a la Prefecta, la Elfina lo colocó en su cuello.

- Ésto la protegerá, Señorita.

- ¿Qué es, Winky?

- El Símbolo de Arion, Señorita Hermione Granger. Si usted lo lleva, ella no se atreverá a hacerle daño.

- ¿El Símbolo de Arion, Winky? ¿de dónde lo sacaste?

- De mi Abuela, Señorita. Mi Abuela sirvió a una de las que era como usted y cuando ella murió, mi Abuela lo guardó y luego se lo pasó a mi madre y ella a su vez me lo pasó a mí.

- Tu Abuela..¿por eso sabes tantas cosas acerca de todo esto?

- Sí, Señorita.

- Winky pero..por qué no me lo dijiste.

- ¡Ahora no hay tiempo para que Winky se lo cuente, Señorita Hermione Granger! ¡Son las doce menos cuarto, Señorita, márchese, rápido! Si pierde esta oportunidad, no tendrá otra, Señorita Hermione Granger. ¡Váyase ahora!

- De acuerdo, Winky. ¿Seguro que estás bien?

- Sí, Señorita, Winky está bien. No se preocupe por mí, Señorita Hermione Granger.

- Quédate aquí, Winky, vendré a verte cuando haya terminado. ¿De acuerdo?

La Elfina asintió con la cabeza mientras miraba con los ojos empañados a Hermione.

La Prefecta comenzó a andar, pero cuando se encontraba justo ante el Retrato y se disponía a salir por él, volvió a escuchar la voz de Winky.

- Señorita Hermione Granger..

- ¿Sí, Winky?

- Aléjese de la Oscuridad.

- ¿Cómo dices?

- Aléjese de la Oscuridad, Señorita. No se acerque a ella, Señorita Hermione Granger y si entra en ella, entonces..¡corra hacia la luz!

- Winky no entiendo..qué intentas decirme.

- ¡Quédese en la Luz, Señorita! ¡Pase lo que pase, oiga lo que oiga, quédese en la luz! ¡No salga de ella Señorita Hermione Granger!

- Pero...

- ¡Márchese Señorita, rápido! ¡Sólo le quedan diez minutos para las doce! ¡Váyase ya! ¡Váyase antes de que sea tarde Señorita Hermione Granger!¡Vamos, márchese AHORA!

Hermione salió corriendo sin mirar atrás y pasó a toda velocidad por los pasillos de Hogwarts. Ella bajó casi volando las escaleras y atravesó rauda como un Rayo todos los Terrenos del Lago hasta que llegó hasta el Roble Centenario. Una vez allí, ella observó un Rayo de Luna iluminando justo la zona del suelo que había bajo la parte central de la Copa del gran y frondoso Roble.

En menos de diez segundos, ella trazó un círculo en el suelo y metió trozos de leña justo en la parte central del interior del círculo. Luego, con la ayuda de su varita, prendió fuego.


Mientras tanto, en la Sala Común de Gryffindor, Winky se encomendaba al Dios Arion pidiendo protección para la Prefecta.

"Por favor, Winky ruega ser escuchada. Winky pide protección, buen Dios Arion. Protección y amparo para la Señorita Hermione Granger. Por favor, que no le pase nada malo, por favor atienda mi súplica."

Al mismo tiempo que Winky oraba interiormente y que Hermione esperaba observando la Hoguera, a que Lak se presentase ante ella de un momento a otro, la puerta del Dormitorio de los Chicos se abría y se cerraba suavemente.

En el instante en que la Elfina oyó la puerta cerrarse, se puso en guardia. Ella se tapó más con la túnica de Hermione y observó quién era el que bajaba por las escaleras. Aunque no había nadie, o al menos lo parecía, pero el fino oído de Winky escuchó pasos. Se oían débilmente, pero muy cerca del Sillón donde estaba la Elfina.

Bajo su Capa Invisible, Harry Potter llegaba hasta el Retrato y se disponía a salir de él, cuando escuchó la voz de la Elfina.

- ¿Dónde va el Señor Harry Potter?

Harry se giró sorprendido, aún bajo su Capa Invisible, encontrándose a Winky justo delante suya. Él no contestó.

- ¿Dónde va el Señor Harry Potter?

Harry le dio la espalda a Winky y dio otro paso hacia el Retrato. Pero entonces, la Elfina le habló de nuevo.

- El Señor Harry Potter no debe salir. Filch podría castigarle si le atrapa deambulando por el Castillo, Señor.

El ojiverde seguía sin poder creerse cómo era posible que la Elfina supiese que él estaba ahí cuando él estaba seguro de no haber hecho ningún ruido que delatase su presencia.

- Winky sabe que es usted, Señor Harry Potter. Lleva una Capa Invisible, Señor.

Harry seguía más que asombrado y sin decir ni una palabra, pero eso no pareció importarle a Winky.

- Winky sabe que es usted, Señor Harry Potter. Y Winky quiere decirle que si piensa usted salir, no lo haga, Señor.

Eso picó la curiosidad de Harry y decidió contestarle a la Elfina, aunque en voz baja.

- ¿Por qué no debo salir?

- Porque Winky sabe que el Señor Harry Potter quiere ver a la Señorita Hermione Granger, pero el Señor Harry Potter no debe hacer eso, Señor.

- ¿Cómo sabes que yo..

- Porque Winky sabe que el Señor Harry Potter está preocupado por la Señorita Hermione Granger, pero el Señor Harry Potter no debe molestarla ahora, Señor.

- Pero..

- La Señorita Hermione Granger ahora está durmiendo, Señor. No debe usted molestarla ahora, Señor Harry Potter.

- Ella no está durmiendo Winky. Sé que estuvo aquí antes, os oí hablar.

- Si el Señor Harry Potter nos oyó, entonces el Señor Harry Potter sabe lo que ocurre y tiene que entender que no debe interrumpir a la Señorita Hermione Granger, Señor.

- Lo siento Winky, pero pienso irme. Tengo que asegurarme que ella está bien.

- Usted no se irá de aquí, Señor Harry Potter.

- ¿Ah no? ¿Y quién va a impedírmelo?

- YO, Señor.

- Winky por favor, ahora no estoy para bromas.

- Winky no bromea, Señor Harry Potter. Winky hará lo imposible por evitar que el Señor Harry Potter interrumpa el Ritual.

- ¿Qué Ritual?

- Winky no hablará más, Señor. Pero Winky le asegura que si usted da otro paso más y sale por el Retrato, entonces el Señor Harry Potter conocerá la furia de Winky, Señor.

- Winky, yo no pretendo nada malo. Sólo quiero saber si ella está bien.

- Winky lo sabe, Señor Harry Potter. Pero Winky insiste en que usted se quede, Señor. Porque si el Señor Harry Potter profana el Ritual, entonces la Señorita estará en peligro, Señor.

- ¿Profanar el Ritual, yo? Si no sé de qué estás hablando, Winky.

- El Señor Harry Potter lo sabe porque le dijo a Winky que antes nos escuchó hablar, Señor.

- Oí cómo le decías a Hermione que se fuese, pero nada más.

- Entonces Winky no dirá nada más, Señor Harry Potter. Pero Winky insiste en que el Señor no salga de aquí.

- Cuéntame de qué va todo esto, Winky.

Harry se quitó la capa y se agachó hasta estar a la altura de la Elfina.

- Winky no dirá nada, Señor.

- Winky..si ella está en peligro, dímelo por favor.

- Winky no sabe nada, Señor.

- Winky...

- ¡Winky no sabe nada, Señor!

- Entonces yo mismo lo averiguaré.

Harry se colocó de nuevo la Capa Invisible y echó a andar, la Elfina se puso delante del Retrato.

- ¡Usted no saldrá, Señor Harry Potter!

- Winky, no quiero hechizarte, pero si no te quitas de en medio, te juro que te petrifico.

- Winky no se moverá, Señor.

- Muy bien, tú lo has querido. ¡Petrificus Totalus!

La Elfina cayó hacia delante totalmente inmóvil. Harry la atrapó antes de que tocase el suelo. Él la colocó en el Sillón que había justo delante del fuego y cuando lo hizo, vio la túnica de Hermione.

"Sin duda estuvo aquí, pero..¿por qué se quitó la Túnica? Y..¿dónde iría? El Mapa, tengo que consultarlo."

Él sacó la varita y apuntó al Mapa del Merodeador, pronunciando el Hechizo que lo activaba.

"Juro solemnemente que mis intenciones no son buenas".

Harry ojeó el Mapa en busca de su mejor amiga.

"Planta Baja..no, aquí no está. Torre de Astronomía..no. Hermione, dónde estás, vamos..enséñame dónde está ella."

De repente apareció un puntito que señalaba los Terrenos del Lago.

"Ahí está."

- Travesura realizada.

El Mapa se borró y Harry lo guardó.

Evitando a Filch y la Señora Norris, Harry salió del Colegio y se adentró en los Terrenos del Lago.


Bajo el Roble Centenario, Hermione observaba la Hoguera con atención, la leña se estaba consumiendo así que echó otro poco. En el momento en que lo hizo, el fuego volvió a avivarse y cuando las chispas descendieron, la Prefecta se encontró con una mujer cuyos ojos centelleaban como el fuego.

"Lak."

Hermione observó a la Primera Elegida. Su aspecto era el de una mujer de no más de 50 años. Tenía el cabello mucho más enmarañado que el de la Prefecta y tan lleno de nudos, que parecía que llevase Rastas. Su cara era blanca y tenía dos símbolos tribales, uno en cada rabillo del ojo. La Primera Elegida miraba fijamente a las llamas y Hermione pensó que no había advertido su presencia, pero supo que se había equivocado en el momento en que la oyó hablar.

- Me has llamado, Elegida. ¿Qué quieres de mí?

- Quiero que me ayudes, Lak. Necesito que contestes una pregunta.

- Haz la pregunta Elegida y te daré una respuesta. Sólo una. – contestó Lak mientras se movía frente a Hermione lentamente, de un lado a otro, como si se balanceara.

Hermione se quedó observándola mientras recordaba la Profecía.

"A una sola pregunta, ella responderá, y la respuesta que ella dé, no la debes olvidar,

pues en la respuesta que la Primitiva dé, encontrarás la clave, que te ayudará a vencer.

¡Piensa bien la pregunta! ¡No la hagas por hacer!

Porque tan sólo una vez, la Elegida la podrá ver."

- Haz tu pregunta, Elegida.

La voz ronca y susurrante de Lak, sacó a Hermione de sus pensamientos.

- Yo..quiero saber, si..

- Haz tu pregunta, Elegida.

- Antes de eso, Lak, quiero comentarte algo.

- Lak te escucha, Elegida.

- Tuve una Premonición, en ella decía que..sólo el Regalo ofrecido podría detener el Proceso. Pensé que El Regalo era la clave para vencer a Lori.

Pero luego averigüé que si el Equilibrio se rompía, entonces sólo un Acto Puro podría salvar al Mundo de la Destrucción estuviese o no, provocado por Lori. También tuve una Pesadilla, en ella..el Mundo se destruía porque la Sala de los Actos Puros estaba vacía y todo lo que había en la Tierra era Caos y Muerte.

- Tuviste un sueño Premonitorio, Elegida. De lo que pasará si Lori activa el Portal o si el Equilibrio se pierde.

- Pero..en mi sueño, además de eso, pasaba otra cosa. Mi mejor amigo moría, una mujer le mataba.

- ¿Cómo era ella, Elegida?

- No...no lo sé, no puedo recordarla. Pero su cara sólo mostraba odio y disfrute por todo lo que ocurría.

- Quizás viste a Lori, Elegida.

- No..no lo creo, Lak. Sé cómo era ella físicamente y esa mujer no se le parecía en nada. Lo que sí recuerdo es que..toda su ropa era oscura, negra como la noche y..lo único que quería era matar a Harry.

- Si quería matarle, tendría algún motivo, Elegida.

- Ella..dijo que..él merecía la muerte por no haber querido cumplir con su voluntad. Pero no entiendo por qué querría matarle, si él no tiene nada que ver con mi Misión.

- Te equivocas, Elegida. Sí tiene que ver.

- Yo no lo creo, Lak. La única que tiene que ver con esta Misión, soy yo.

- No, Elegida. Si la mujer de tu sueño fuese Lori, ella querría matarle por ser él tu ser más querido, igual que mató a mi hijo.

- Pero..a Rul lo mató porque tú no quisiste seguir buscando la Llave, Lak. Pero Harry no es mi hijo y no entiendo por qué querría Lori o quien fuese, matarle.

- Porque él es tu ser más querido, Elegida.

- Sigo sin entenderte, Lak.

- Lo sabrás llegado el momento, Elegida. ¿Has pensado ya la pregunta que quieres hacerme?

- Sí, en realidad..tengo más de una pregunta.

- Haz tu pregunta, Elegida, sólo una.

- De acuerdo, Lak. Mi pregunta es..¿cuál es el Regalo que tengo que ofrecerle a Lori para que ella se de por vencida y detenga todo?

- Tu Renuncia es tu Regalo.

- Mi Renuncia es mi Regalo.

- Tu Renuncia..es..tu Regalo.

- No..lo entiendo Lak. ¿No podrías ser más explícita?

- ¡COMO TE ATREVES A PROFANAR EL RITUAL!

- ¿QUÉ? ¿De qué estás hablando?

- Tú...maldita, has alterado el Ritual.

- ¡No! ¡yo he hecho todo siguiendo las normas! ¡Yo no he alterado nada!

- ¡MIENTES!

Fue entonces que Hermione se acordó de otra parte de la Profecía.

"Una vez tu duda resuelta, apaga el fuego y date la vuelta.

No olvides las gracias dar, y por la información recibida, un obsequio entregar."

- Perdona Lak, olvidé apagar la hoguera y..darte las gracias y entregarte un Regalo. Lo siento, ¿puedo hacerlo ahora?

Lak miró con ira a Hermione y no dijo nada, sólo se quedó observando a la Prefecta fijamente mientras sus ojos centelleaban con más fuerza que antes.

Interpretando el Silencio como una afirmación por parte de la Primera Elegida, Hermione apagó el fuego y quedó de espaldas a Lak. Ella comenzó a hablarle otra vez.

- No sé..qué puedes querer Lak, pero..dime qué es lo que te gustaría y yo te lo daré.

- Jajajajajaaajajaaaaaaaaaaaaaa

La risa de la Primera Elegida puso los pelos de punta a Hermione, esa risa era todo menos alegre o amigable.

- No sabes lo que has hecho.

- ¿¡Qué!?

Hermione se giró para encarar de nuevo a la Primera Elegida, pero no la veía. Sin la luz del Fuego, no se veía nada. La Prefecta se puso en guardia, preparándose para lo que fuese. Algo no iba bien, y ella podía sentirlo.

- ¿Lak?

La risa seguía sonando, sobre todo alrededor de Hermione, la Prefecta miraba a todas partes. Oía la risa de Lak muy cerca de ella, pero no podía ni siquiera intuir dónde estaba exactamente.

De repente, la risa se detuvo, y Hermione oyó la voz de Lak justo a la altura de su oído derecho.

- Has salido del Círculo, Elegida.

- ¿El Círculo?

- Has apagado el fuego.

- ¡Tenía que hacerlo! ¡lo decía la Profecía!

- Me has perdido de vista, me has dado la espalda.

- ¡Es lo que debía hacer!

Hermione sintió un golpe en su espalda, ella cayó al suelo.

- Ya no está la luz Sagrada, Elegida.

- ¿Luz Sagrada?

- Ya nada te protege.

- ¿¡ De qué estás hablando!?

- Ahora puedo matarte.

- ¿Matarme? Pero..si yo soy la Elegida, y tú fuiste la Primera Elegida. Tú no puedes matarme, ¡le prometiste a Arion que me ayudarías!

- Sí, respondiendo a tu pregunta. Pero tu pregunta fue respondida en su momento. Yo he cumplido mi parte y ahora..estás a mi merced.

La cabeza de Hermione se hundió en el suelo y sintió cómo le tiraban del pelo.

- ¡Lak! ¡suéltame!

- No..ahora..eres..¡MÍA!.

La cabeza de la Prefecta cayó hacia atrás y Hermione sintió cómo la arrastraban por el suelo. Ella intentó liberarse, pero no pudo.

- ¡Por favor Lak! ¡ya basta!

- No, pagarás con tu vida por haber violado el Ritual.

- ¡Yo no he violado nada!

- ¡MIENTES!

Hermione sintió un golpe en su nariz y notó la sangre correr en el momento en que descendió hasta sus labios.

La Prefecta se dobló de dolor cuando sintió un golpe en sus costillas y luego otro en su estómago.

- Por favor..por favor..déjame.

- ¡NO!

El Jersey de Hermione se rompió a la altura de su hombro derecho, y la Prefecta sintió cómo le desgarraban la piel al clavarle las uñas en él.

Ella emitió un potente grito de dolor, que recorrió la distancia, llegando hasta los oídos de Harry.

"¡Hermione!"

Harry aceleró el paso en su búsqueda por encontrarla y rogando interiormente por que ella estuviese bien.

Viva sí, pero bien no estaba Hermione, y mucho menos, a salvo.

Malherida, golpeada, y con todas las partes visibles de su cuerpo llenas de sangre debido a los mordiscos y arañazos recibidos, así es como se encontraba la Prefecta que, pese a todo, seguía luchando por su vida y por intentar escapar de Lak.

Con gran esfuerzo, Hermione logró ponerse de pie pero nada más levantarse, volvió a caer al suelo.

Otro grito inundó la noche y fue emitido por la boca de la Prefecta en el instante en que sintió un enorme arañazo justo debajo del cuello. Hermione sintió la sangre correr y descender por el interior de su ropa.

Tumbada en el suelo, bocarriba, y sin ser capaz de moverse, la Prefecta percibió cómo le rasgaban sus ropas.

- Por favor..por favor..basta. ¡Ya bastaaa!

Lak gruñó más fuerte y le arañó la mejilla. Hermione notó la sangre fluir.. y un solo pensamiento llenó su mente.

"Por favor..¡que alguien me ayude!"

Harry tuvo un mal presentimiento. Él atravesó unos Arbustos y vislumbró en la distancia el Roble Centenario.

El ojiverde continuó avanzando esperando una señal, o un grito, lo que fuese, que pudiera indicarle la ubicación de su mejor amiga.

- AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAH.

Fue el Aullido de dolor que salió de la garganta de Hermione en el momento en que un potente mordisco impactó en el otro hombro que tenía descubierto.

Harry lo escuchó y corrió con todas sus fuerzas siguiendo el sonido.

- ¡Aguanta Hermione! ¡Ya casi estoy!

Pero la Prefecta no le escuchó, estaba demasiado aturdida por todo lo que estaba viviendo como para prestar atención a la lejana pero clara voz de su mejor amigo que cada vez estaba más cerca de ella aunque todavía su cuerpo no era visible.

Una patada en su rodilla izquierda hizo que las lágrimas de la Prefecta volvieran a salir y comenzaran a bajar hasta perderse en sus maltrechas ropas.

A la patada le siguió otro mordisco, esta vez en uno de sus brazos y en el momento en que sintió cómo Lak lamía la sangre que brotaba de esa nueva herida, una gran sensación de mareo comenzó a invadirla. Hermione sentía que perdería la consciencia de un momento a otro, pero hizo todo lo posible por no desmayarse, sabiendo que si perdía el conocimiento, entonces sí que estaría perdida del todo.

- Por favor Lak, ya basta.- Suplicó la Prefecta que ya no tenía fuerzas ni para oponer resistencia.

- ¡NO! ¡HAS VIOLADO ÉSTE SITIO SAGRADO! ¡Y POR ELLO MERECES MORIR!

- Yo..no he violado nada.

- ¡MIENTES! ¡TRAJISTE UN INTRUSO!

- Eso.. no.. es.. cierto.- contestó Hermione con gran dificultad debido a lo débil que se encontraba.

- ¡SÍ LO ES! ¡PUEDO OLERLE!

- Nno..hay..nnadie..aquí. Estás..minn..tiendo.

Una potente bofetada hizo ladear el rostro de Hermione, fue entonces que Lak se hizo visible y acercó una mano al cuello de la Prefecta. Con horror, Hermione vio cómo las uñas de la Primera Elegida se alargaban. Lak sonrió maliciosa mientras acercaba sus uñas afiladas al cuello de Hermione.

- ¿Miento? ¡Yo no miento nunca! ¡tú sí lo has hecho y por eso mereces morir!

Hermione cerró los ojos esperando el corte mortal, pero entonces..

- ¡APÁRTATE DE ELLA!

Al escuchar su voz, la Prefecta abrió los ojos y se encontró a su mejor amigo justo al lado de Lak, apuntándola con la varita.

- Ha..rry ¡ve..te.. de.. aq..quí!

Lak giró la cabeza y miró al ojiverde y luego volvió a posar su vista en Hermione.

- ¡Tú le trajiste! ¿verdad, Elegida?

- Ella no me trajo. Yo vine solo. Y ahora..apártate-de-ella.

- Jjajajajaaaaaaaa ¿y si no lo hago qué?

- No te gustará, te lo aseguro.

La luz de la Luna iluminaba a Harry, mientras que Hermione y Lak seguían en la Oscuridad. La Primera Elegida miraba al ojiverde de forma asesina, pero no le tocó por el momento. Hermione miró a Lak y luego a Harry, preguntándose por qué el Espíritu malvado no hacía nada en contra de su amigo. Eso fue algo que la impactó pero lo que más impresión le causó fue ver la expresión de los ojos de Harry. Sus verdes ojos miraban a la Primera Elegida con un odio que la Prefecta jamás había visto antes en él. Ni siquiera cuando él y Malfoy se enfrentaban de alguna forma.

- Lo diré una última vez, apártate..de..ella. ¡AHORA!

Lak se quitó de encima de Hermione, en cuanto se vio libre, la Prefecta hizo un gran esfuerzo por ponerse en pie y lo consiguió. Ella volvió a mirar a la Primera Elegida, que parecía estar esperando el momento oportuno para lanzarse sobre Harry con toda su furia.

Harry estiró una mano para ayudar a Hermione a reunirse con él, pero antes de que ella pudiese agarrar su mano y dar un solo paso, la luz abandonó al ojiverde y Hermione vio con horror cómo la Primera Elegida sonreía maliciosa.

- ¡HARRY CUIDADO!

Demasiado tarde, Lak se tiró encima de él, haciéndole caer en la Oscuridad. Ellos rodaron adentrándose en la negrura y perdiéndose de la vista de Hermione.

En la distancia, la Prefecta escuchó un grito de dolor del ojiverde y fue entonces que recordó las palabras de la Profecía.

"¡apártate de la Oscuridad! En la Oscuridad ella vive, a ella pertenece y si no quieres morir..¡huye de ella y desaparece!"

"Así que a eso se refería la Profecía. La Oscuridad es el territorio de Lak, a ella pertenece."

Fue entonces que Hermione lo comprendió.

"Ella no le hizo nada porque él estaba en la luz. ¡Claro! ¡Por eso Winky me dijo que me alejara de la Oscuridad! ¡La luz es lo único a lo que ella teme! ¡Es la única cosa que puede detenerla!"

-¡HARRY DONDE ESTÁS!

- ¡Hermione!

Ella escuchó su voz llamándola, pero esta vez su voz se oía más cerca. Otro grito de dolor del ojiverde rompió el inquietante silencio de la noche, la Prefecta usó las pocas fuerzas que había recuperado, para echar a correr a través de la Oscuridad en dirección al grito que Harry había emitido.

- ¡Lumus!

La punta de la varita de Hermione se iluminó, alumbrando el camino que ella recorría frenéticamente. Un poco después, ella les vio. La visión de lo que le mostraron sus ojos la dejó más que impactada.

En el suelo, bocabajo, estaba Harry ahora inconsciente y sobre él estaba Lak. Ella continuaba atacándole con saña, de tal manera que las ropas y túnica de Harry estaban más que destrozadas. Cuando Hermione vio la espalda desnuda de Harry llena de sangre por los arañazos recibidos, una ira inmensa la invadió.

La Prefecta se puso detrás de Lak y con voz tranquila pero nada amigable, le habló al Espíritu de la Primera Elegida.

- Sólo lo diré una vez. Apártate de él.. YA.

Lak se rió y giró su cabeza hasta encarar a la Prefecta, encontrándose su varita a la altura de sus centelleantes ojos.

- ¿Sabes qué, Elegida? Su sangre es deliciosa, la he probado.

- Monstruo.

- ¿Yo? No, Elegida. Soy todo menos eso. Lori lo es. Y lo comprobarás cuando llegue el momento.

- Aléjate de Harry, Lak. ¡AHORA!

- Aléjame tú de él si tienes valor. Pero hagas lo que hagas, de nada te servirá. Tú no puedes matarme, ya lo hizo Lori hace miles de años.

- Si no te levantas ahora mismo de encima de Harry, no respondo de lo que te haré.

- ¿Cómo vas a herirme, Elegida? Ya nada puede hacerme daño.

Hermione sintió un calor repentino en la parte interna de su cuello, ella recordó el colgante. La voz de Winky volvió a sonar en la mente de la Prefecta.

"Si usted lo lleva, ella no se atreverá a hacerle daño."

Hermione tiró de la cuerda. Sin quitárselo, ella sacó el Colgante y lo subió a la altura de los ojos de Lak para que pudiese verlo. Los ojos de la Primera Elegida se abrieron de asombro.

- ¿De dónde has sacado eso?

- Apártate de Harry.

Hermione dio un paso en dirección a Lak. La Primera Elegida se levantó lentamente y la Prefecta dio otro paso hacia ella.

- Échate a un lado, Lak.

La Primera Elegida obedeció, sin dejar de mirar el Colgante ni la luz que de él salía.

- Y ahora..vete, Lak.

La Primera Elegida no obedeció esta vez.

- Lak..vete.

- No.

- Lak...

- No tengo por qué obedecerte, ni siquiera sabes usarlo. ¿Verdad?

Hermione se agachó lo suficiente para estar a la altura de Harry pero sin perder de vista a Lak ni un instante.

- Sé lo suficiente para saber que no podrás hacerme daño mientras yo lo tenga- contestó Hermione mientras agarraba la cintura de Harry y apoyaba uno de los brazos del ojiverde en uno de sus hombros para intentar levantarle del suelo.

- Jajjajajaaaaaa puede que sí, a ti no te haré daño, pero a él..

- Si vuelves a tocarle un solo pelo del cuerpo, Lak, volverás a sentir qué es el dolor por muy muerta que estés.

Tras escucharla gruñir, la Prefecta soltó a Harry y se preparó para lo que pudiera venir.

Lak se tiró a por Harry pero antes de que llegara a tocarle, se encontró con las manos de Hermione sosteniendo el Colgante justo a la altura de sus ojos centelleantes.

La Primera Elegida se quedó a sólo milímetros de que el objeto pudiese tocarla de alguna forma. Volviendo a gruñir amenazadoramente, Lak se quedó inmóvil mientras observaba el Colgante brillar cada vez más.

- Y ahora, Lak, desaparece de mi vista antes de que me arrepienta y te haga algo peor que sólo amenazarte con este Colgante.

La Primera Elegida se retiró lentamente y se puso en pie, mientras Hermione la seguía con la mirada.

La Prefecta se levantó aún sosteniendo el Colgante y pronunció el hechizo invocador.

- ¡Accio Saeta de Fuego!

- ¿Qué pretendes, Elegida?

- No te importa, Lak. Creo que después de todo lo que ha pasado esta noche, no te mereces ni una sola explicación más por mi parte.

En cuanto la escoba de Harry estuvo en las manos de Hermione, la Prefecta se subió a ella y usó su varita para subir a Harry delante de ella de tal manera, que pudiese sujetarle a la misma vez que ella agarraba la escoba.

En cuanto Hermione soltó el Colgante, Lak gruñó y se lanzó a por ella, pero la Prefecta dio una potente patada al suelo y en cuestión de segundos, se encontró volando por el cielo.

- ¿Crees que así puedes escapar, Elegida? ¡Nunca te librarás de mí!

En cuestión de segundos, Lak estaba volando detrás de Hermione. La Primera Elegida consiguió situarse a su lado e intentó tirarla de la escoba, pero Hermione la esquivó justo a tiempo.

La persecución por el Cielo oscuro duró hasta el momento en que Hermione recordó toda la advertencia de Winky y lo que ella le aconsejó al respecto.

"Aléjese de la Oscuridad, Señorita. No se acerque a ella, Señorita Hermione Granger y si entra en ella, entonces..¡corra hacia la luz!

¡Quédese en la Luz, Señorita! ¡Pase lo que pase, oiga lo que oiga, quédese en la luz!

¡No salga de ella Señorita Hermione Granger!"

Hermione ganó altura y se acercó lo más posible a la débil luz de la Luna Nublada. Fue en ese preciso instante, en que las palabras de Ron "Su luz será tu Salvación" llegaron a la mente de la Prefecta . Justo cuando Lak iba a alcanzarla, Hermione detuvo la escoba, y debido a la velocidad que llevaba, la Primera Elegida pasó de largo, quedándose de cara a la oculta Luna. La Prefecta aprovechó ese instante para gritar con voz potente y clara ...

- ¡SELENE AUMENTA TU BRILLO!

Y en el instante en que lo dijo, La Luna se hizo más brillante, deslumbrando con sus rayos a Lak, y haciendo que su luminosidad se metiese por todo su cuerpo, desintegrándolo delante de Hermione. La Prefecta dio las gracias a la Diosa de la Luna y esperó. Cuando sintió que el peligro había pasado y que La Primera Elegida no volvería, Hermione puso rumbo al Castillo.

Una vez allí, ella se dirigió a la ventana de su habitación de Prefecta y entró por ella. Hermione descendió de la Escoba y con algo de esfuerzo, consiguió poner a Harry en su cama mientras salía de la habitación y volvía a la Sala Común de Gryffindor en busca de Winky.


En el momento en que Hermione entró en la Sala Común y se encontró a la Elfina petrificada, la Prefecta le lanzó el Contrahechizo y Winky despertó de su letargo.

Cuando la Elfina enfocó la vista y vio el aspecto de Hermione, tuvo que taparse la boca para no gritar de espanto. Los grandes ojos de Winky se llenaron de lágrimas al contemplar todo lo que la Primera Elegida le había hecho a su humana favorita.

- Señorita Hermione Granger..usted..

- Winky, estoy bien. No te preocupes por mí. Ponte mi túnica y cúbrete con ella.

En cuanto la Elfina lo hubo hecho, Hermione la cogió en brazos y salió de la Sala Común, poniendo rumbo a su habitación de Prefecta. Una vez dentro, la Gryffindor dejó la puerta débilmente abierta y tras quitarle la túnica, puso en el suelo a su pequeña amiga.

- La Señorita Hermione Granger no ha cerrado bien la puerta.

- Es para que luego puedas salir, Winky.

La Elfina siguió a Hermione hasta su cama y cuando la vio sentarse al lado de Harry, ella hizo lo mismo pero en el lado contrario.

- Señorita Hermione Granger, el Señor Harry Potter está malherido, Winky sabía que esto pasaría, Señorita.

- Cuéntamelo luego, Winky. Ahora eso no me preocupa, lo que me inquieta es que se cure y pronto. ¿Tú sabes algo acerca de la Magia Curativa que usa la Señora Pomfrey para sanar heridas y borrar las cicatrices?

- Sí, Señorita, Winky no sabe tanto como Madame Pomfrey pero Winky tiene algunos conocimientos sobre Magia Curativa. Mi Madre me los enseñó, Señorita.

- Bien, quiero que cures a Harry, Winky.

- Pero Señorita Hermione Granger, ¿no cree usted que sería mejor que le curara la Señora Pomfrey?

- No, son las 4 de la Madrugada, Winky, la Señora Pomfrey estará durmiendo, si ahora la despierto para que cure a Harry, en cuanto nos vea a los dos, lo más probable es que llame a Dumbledore, y yo no quiero eso. No quiero que nadie sepa lo que ha ocurrido esta noche, a menos que seamos Harry y yo, quienes lo contemos. Y tanto la Señora Pomfrey, como Dumbledore, nos invadirían a preguntas acerca de lo sucedido, y eso es lo último que me apetece esta noche, Winky. ¿Lo entiendes?

- Winky lo entiende, Señorita Hermione Granger.

- Bien, entonces..¿puedes curarle?

- Sí Señorita, Winky hará todo lo posible por curar al Señor Harry Potter.

- Genial, Winky. Cuando quieras.

Con ayuda de Hermione, Winky desvistió a Harry, dejándole en ropa interior.

La Elfina ahogó un gemido de espanto cuando vio la espalda del ojiverde. Ella miró a Hermione y la vio llorar silenciosamente.

Winky curó los arañazos y mordiscos de Harry, haciendo que las heridas se cerrasen rápidamente.

- Winky no sabe cómo hacer que no queden cicatrices, Señorita.

- No importa Winky, de verdad, no importa. Has aliviado su dolor y sufrimiento y eso ya es mucho, Winky. Muchísimo. Lo que has hecho significa mucho para mí, Winky. Gracias.

Hermione se derrumbó cayendo sobre la cama, mientras la Elfina se acercaba a ella.

- ¿Puede Winky consolarla tocándole el pelo, Señorita Hermione Granger?

La Prefecta asintió con la cabeza y la Elfina introdujo sus dedos en el cuero cabelludo de Hermione, comenzando a masajear su cabello, eso relajó mucho a la Prefecta.

- La Señorita Hermione Granger debe descansar ahora. Winky se quedará a su lado si la Señorita quiere.

- No hace falta Winky. Vete a descansar. Y..Gracias..Winky. Por todo.

- La Señorita no tiene por qué agradecerle nada a Winky, todo lo que hace Winky por la Señorita, Winky lo hace con gusto y porque la estima mucho, Señorita.

- Winky..¿me harías un favor?

- Lo que usted quiera, Señorita Hermione Granger.

- ¿Querrías curarme a mí?

- Se..Señorita..¡será un honor para Winky hacer eso! ¡claro que sí Señorita Hermione Granger!¡Winky la curará, Señorita!- pronunció la Elfina emocionada.

Hermione se levantó y se quitó sus ropas rasgadas. Winky las recogió y las puso en una Silla. Luego regresó a la cama de Hermione y le indicó a la Prefecta que se tumbase en la cama. Hermione se tumbó al lado de Harry, y se quedó quieta, dejándose sanar por su pequeña amiga. Unos minutos después, Hermione tenía sus heridas limpias y sanas. La Prefecta cogió las manos de la Elfina y las besó, dándole las gracias por lo que había hecho.

Los ojos de Winky estaban inundados en lágrimas y con voz suave y cariñosa habló a la Prefecta.

- Muchas gracias, Señorita Hermione Granger por besar las manos de Winky. Es la primera vez que una Bruja lo hace, Señorita. Nadie humano como usted, había tocado ni besado a Winky antes, Señorita.

- Pues ellos se lo pierden, Winky.

- Oh Señorita..es usted tan buena con Winky..

- Tú también lo eres conmigo, Winky. Y me siento orgullosa de contar contigo y tu amistad. De verdad.

Los ojos de Hermione comenzaron a cerrarse, la Elfina sonrió y arropó a la Prefecta.

- La Señorita debe descansar, está agotada. ¿Quiere la Señorita Hermione Granger que Winky haga algo más por ella antes de que la Señorita se duerma?

- Sí, Winky, ¿podrías por favor traerme un Camisón? Está en el segundo cajón de la Cómoda.

- Sí, Señorita. Ahora mismo.

La Elfina trajo el Camisón y la Prefecta se lo puso, volviendo a tumbarse al lado del ojiverde.

- Señorita Hermione Granger, ¿necesita algo más de Winky?

- No Winky, Gracias, ya has hecho bastante. ¿Harry está bien?

- Sí, Señorita, él respira tranquilo. ¿Quiere usted que Winky arrope también al Señor Harry Potter, Señorita?

- Sí por favor, porque ya no tengo fuerzas ni de hacerlo yo, Winky.

- Ya está, Señorita. Winky lo ha hecho.

- Gracias Winky, ve a descansar y mañana, cuando pueda moverme, te prometo que iré a verte a las Cocinas y nos tomaremos un gran pedazo de tarta de chocolate. ¿Te parece bien?

- Sí, Señorita Hermione Granger. A Winky le parece bien.

- Buenas noches, Winky.

- Buenas noches, Señorita.

Hermione cerró los ojos. La Elfina corrió las cortinas de la Cama de la Prefecta y sin hacer ruido, salió de la Habitación cerrando la puerta suavemente.


Continuará..


Nota de la Autora:

Bueno, aquí está el Cap 10 completito. Espero que os haya gustado. Seguro que más de una está pensando aquello de..¿pero cuándo va a pasar algo entre Hermione y Harry? Y yo digo..todo a su tiempo. Además, después de lo que han pasado "esta noche" ¿creéis que estaban en condiciones de algo más que dormir y descansar? Yo creo que no.

Y os digo lo mismo que os he dicho en otros Caps anteriores, "todo tiene su evolución" y llegado el momento, les veréis decirse todo lo que sienten y darse mil besos cuando haga falta. Y..quizás no tengáis que esperar mucho más para poder verlo jiiiiijijijijijijiijjii.

Espero que os haya gustado lo de la Primera Elegida, la verdad es que lo modifiqué bastante hasta que quedó como quería. Intenté hacer algo emocionante, que tuviera tensión, incluso..transmitir angustia para que vivieseis de alguna forma, lo mal que lo pasa Hermione. No sé si lo habré conseguido, ya me lo diréis en los Reviews.

La verdad es que quería que os diese algo de miedo, pero creo que no tengo esa cualidad. No soy Stephen King ejejejejejejejee. Pero bueno, al menos espero que no os dejase indiferente.

Supongo que ya sabréis cuál era la advertencia que Hermione no vió cuando leyó la Profecía. Pero si seguís teniendo dudas con respecto a eso o cualquier otra cosa de la Profecía, no os preocupéis porque en los siguientes Caps, habrá una escena entre McGonagall y Hermione en la que se aclarará todo lo relacionado con la Profecía.

También os aviso que a partir de ahora, sólo podré actualizar el fic los fines de Semana. Es que..estoy preparándome unas Oposiciones de Maestra de Inglés (no sé si os lo dije, pero esa es mi Profesión), para trabajar en un Colegio Público sostenido por el Estado, y bueno..son unos exámenes muy duros y necesito todo el tiempo posible para estudiar. Espero que lo comprendáis y no os importe esperar al Fin de Semana para leer el fic.

Bueno, nada más por el momento, un beso a todos y todas, os quiero muuucho. ;-) RAkAoMi.