Capitulo 2. El caso del misterioso compromiso.

Hogwarts, la escuela de Magia y Hechicería más importante de Europa era un imponente castillo en Escocia, rodeado de un gran lago y del Bosque Prohibido. Durante los últimos cinco meses, Hermione Granger había sumido la dirección del colegio, aprovechando el año sabático que había tomado en el departamento de Aurores.

Al principio, se había sentido un poco recelosa de regresar a su antiguo colegio, pero pronto se había sentido como en casa, sobre todo al recorrer los largos corredores del castillo y recordar con cariño todas las aventuras que ahí había vivido.

El salón de transformaciones la recibió con los dibujos de colores y los hechizos en el pizarrón y el familiar olor a tiza y niños. Mientras se sentaba frente al escritorio pensó que en menos de una semana el curso habría acabado, y que los dibujos de los hechizos se borrarían hasta el curso siguiente.

Desde que la Profa. McGonagall había asumido la dirección del colegio, los profesores se reunían con los padres de los alumnos dos veces al año. La primera reunión se celebraba antes de Navidad, para comentar las mejoras que debían realizarse y en qué áreas los niños tenían más fallos, la segunda, al final de curso, se realizaba para hablar sobre los avances que se habían hecho y sobre lo que los padres podrían hacer para ayudar a preparase a los niños para el siguiente curso.

Hermione miró el reloj y sacó la carpeta de Becky Altenburg. Sus padres llegarían enseguida y estarían muy contentos con los progresos de la niña. Era un pequeña muy alegre y brillante, hija de muggles, que le hacía recordar cuando tenía 12 años.

Se reclinó en la silla e intentó no pensar en Harry. Desde que se fue de su casa se había estado reprochando lo que había hecho. No debía haberle hablado de ello. Lo último que quería hacer era algo que dañara la preciosa amistad que compartían. Habían ido juntos a la Universidad Mágica, y sólo se habían separado cuando se reencontró con Cho y se había ido a vivir con ella.

Después de graduarse, Harry había decidido establecerse en Hogsmeade, pero Cho solo había durado 2 meses en la pequeña ciudad antes de irse. El tiempo que Hermione había estado separada de Harry había sido el peor de su vida.

No podía dejar de pensar en su idea. ¿Realmente era una locura? No estaba interesada en ningún hombre, y no había mentido al decirle a Harry que quería tener hijos mientras su madre aún viviera. Cuanto más pensaba en ello, más se convencía de que era la solución perfecta para los dos. Confiaba en Harry más que en nadie, y estaba segura de que su amistad podría resistir un matrimonio de conveniencia.

Sonrió y dejó de pensar en Harry y en bebés cuando Max y Betty Altenburg entraron en el salón. La reunión duró solo 5 minutos y después los padres de Becky se fueron sonriendo orgullosos tras escuchar las alabanzas de la directora a su hija.

Hermione volvió a mirar el reloj y se dio cuenta de que aún tenía 15 minutos antes de su próxima reunión. Se levantó y se dirigió al Gran Comedor, donde estaban sirviendo café y galletas.

Una docena de personas pululaban alrededor de una larga mesa decorada con los colores de las casas. Olía a café recién hecho y a dulces horneados. Casi había salido del Gran Comedor cuando su buena amiga Ginny Weasley, ataviada con el clásico uniforme de medimago se acercó a ella.

-¡Te he estado buscando por todas partes!- exclamó, mientras la tomaba a Hermione del brazo y la apartaba hacia un rincón- Apenas me enteré y vine inmediatamente, ¿Por qué no me lo dijiste? Creí que era una de tus mejores amigas- añadió con un puchero.

-Y lo eres- ¿Qué fue lo que no te fije?- preguntó Hermione con curiosidad, antes de darle un mordisco a su galleta.

-Que Harry y tú están comprometidos y que van a casarse.

Hermione se atragantó y casi escupió el bocado. Tomó un sorbo de café y miró a Ginny sorprendida- ¿Dónde has oído eso?- logró decir- Además, tu vives en Londres

-Bueno, si,- acepto Ginny, moviendo la mano para quitarle importancia al asunto- pero tu sabes como corren este tipo de noticias, sobre todo, tratándose de Harry Potter- sonrió- A mi me lo dijo una paciente, Terry, a quien se lo contó Krista, que lo oyó de SueEllen en el salón de belleza- los ojos de Ginny brillaron- Yo tenía razón…si se nota a leguas que están enamorados. ¿Y cuando es el gran día? Me gustaría hacerte una gran fiesta… ¡Será tan divertido! Mamá está sumamente emocionada, porque dos de sus "hijos" consentidos se casan, me imagino que tus padres deben estar muy contentos.

Hermione se sintió mareada y levantó la mano para detener la charla de Ginny.- Tengo una reunión en unos minutos. Hablaremos más tarde.

-Claro, claro, yo debo regresar a San Mungo…pero no dejes de contactar conmigo, debemos organizar todo…el vestido el banquete, la fiesta….ya sé, ya sé, tienes prisa- sonrió al ver la expresión de su amiga y le dio un abrazo rápido- No sabes cuanto me alegró por ti y por Harry, pero ya hablaremos-añadió, mientras se alejaba de la puerta con rumbo desconocido.

Hermione regresó al salón de transformaciones y se sentó detrás de su escritorio. Estaba aturdida. ¿Por qué esa chica, SueEllen, le estaba diciendo a todo el mundo que Harry y ella estaban comprometidos? Seguramente se había equivocado…habría escuchado parte en un chisme y lo había malinterpretado.

No era la primera vez que se propagaba un falso rumor en Hogsmeade. Honestamente, esa era la mayor diversión de los habitantes, leer el Profeta y desatar rumores…y más cuando se trataba de el famosos niño que vivió y su mejor amiga…Hermione atribuía eso al hecho de que no tenían televisión ni centros comerciales u otro tipo de distracción, así que había aprendido a tomarse con filosofía los chismes…solo que nunca habían llegado tan lejos., Simplemente, debía recordad cuando en 4º.Grado se había esparcido el rumor de que Harry y ella eran más que amigos.

Tenía que hablar con Harry. ¿Y si él escuchaba el rumor y pensaba que lo había comenzado ella por la conversación que habían tenido en la tarde? Aunque Harry la conocía lo suficientemente bien como para saber que si quería convencerlo para que llevara a cabo su plan, hablaría con él directamente en vez de propagar rumores.

Hermione siempre había pensado que los teléfonos móviles eran objetos innecesarios, pero en ese momento deseó desesperadamente tener uno. Tal vez tendría tiempo de ir a la oficina y usar la red flu, pensó, o de usar una lechuza, pero justo cuando se estaba poniendo de pie, llegaron los siguientes padres.

Eran las 8:30 p.m. cuando terminó la última reunión. Salió del castillo y corrió hacia su auto, ansiosa de llegar a casa de Harry y contarle lo del último rumor. Abrió la puerta del auto y dejo escapar un grito de sorpresa al sentir una mano en la espalda. Entrenada para defenderse, actuó de inmediato y sin saber como Harry de pronto se encontró en el suelo con la chica encima, sujetándolo.

.¡¡Auch!- se quejo el chico- No sabía que eras tan ruda, Herms.

-¡Harry, me has dado un susto de muerte!- exclamo la chica, retirando su varita del cuello del medimago- Espero no haberte lastimado…demasiado.

-¡Me gustan las chicas rudas!- bromeo Harry, haciendo que su amiga se ruborizara- pero generalmente me gusta a mí dominar la situación.

-Eres un tonto- exclamo la castaña, dándole un golpecito en el hombro y ayudándolo a levantarse.

-Tenemos que hablar- dijo él- ¿Qué te parece si vamos a Las Tres Escobas y cenamos?

Hermione asintió y los dos caminaron en dirección a la taberna. Como siempre, Hermione tuvo que apresurarse para seguirle el ritmo y, como siempre, él llevaba unos vaqueros ajustados y una camiseta.

Hermione no pudo evitar fijarse en como los pantalones moldaban las piernas largas y musculosas y se ajustaban a su cintura estilizada.

-¿Has oído el nuevo rumor que circula por la ciudad?- preguntó ella tímidamente.

-Si es el que creo que es, me temo que he sido yo quien lo ha iniciado.

-¿Qué?- Hermione se detuvo y lo miró.

-Vamos, te lo explicare delante de una buena taza de café- la agarro del brazo y la condujo hacia la puerta del local.

Una pequeña campanilla repiqueteó cuando entraron en la taberna. Ya era tarde y había pocos clientes. Harry la condujo hacia la mesa del fondo, donde solían sentarse a cenar. Casi inmediatamente apareció Samantha, la hija de Madame Rosmerta, para tomar su orden.

-Yo solo quiero café- dijo Harry.

-Yo también.

Samantha asintió y con un movimiento de varita, las tazas de café aparecieron frente a ellos, junto con una canasta de ricas galletas y panecillos.

-Bueno, ¿Vas a contarme lo que está pasando?- preguntó cuando la chica se retiro.

Él se reclinó contra la cómoda silla y se pasó una mano por el cabello- ¿Recuerdas cuando te dije esta tarde que tenía miedo de que alguna aspirante a Miss Hechicera apareciera desnuda en mi cama?

Hermione lo miro sorprendida-No me digas que pudieron burlar los hechizos de seguridad…¿Quién era?

-SueEllen Trexlor, pero no estaba en la cama, sino en la ducha.

-¿Desnuda?

-Como Dios la trajo al mundo.

Hermione intentó no reírse- Cuéntamelo todo.

-No tiene ninguna gracia. Fue bastante vergonzoso.

Ella intentó borrar la sonrisa de sus labios.

-¿Y cómo empezó todo con SueEllen desnuda en tu ducha y terminó con el rumor de que estamos comprometidos?

Harry frunció el ceño y tomó su taza con ambas manos- Supongo que tu idea todavía me estaba rondando la cabeza cuando abrí la mampara de la ducha y la vi. Me entró pánico y le dije que estábamos comprometidos. ¿A ti quien te dijo?

-Ginny

-¿Ginny Weasley? ¡Pero si vive en Londres!

-Lo sé. Según ella, SueEllen se lo contó a Krista, quien se lo contó a Terry, quien se lo contó a Kathy- se encogió de hombros-. Ya sabes como se propagan estas cosas.

-Sí- contestó abatido.

-Harry, no es el fin del mundo. Creo que tenemos dos opciones. Puedes decirles a todos que eres un mentiroso o podemos casarnos y llevar a cabo el plan que te conté esta tarde.

Harry miró fijamente su taza de café. Hermione esperó pacientemente, sabiendo que su amigo nunca tomaba una decisión importante sin haber estudiado antes todas las posibilidades…como todo buen médico. Tomó un sorbo de café y tomo una galleta e intentó ni fijarse en la longitud de sus pestañas oscuras y en sus atractivos rasgos.

Cuando tenía 17 años, las hormonas de Hermione se habían despertado y ella había deseado a Harry de una manera que nada tenía que ver con la amistad. Se había quedado noches despierta preguntándose qué sentiría si el la besara apasionadamente. De repente había sido conciente de su aroma, de sus manos fuertes y de su ancho pecho. Pero entonces el había empezado a salir con Marlie Walter, una chica de Hufflepuff, una chica con los pechos más grandes que su coeficiente intelectual y con fama de ser fácil.

Hermione se había dado cuenta de que no era el tipo de chica que le gustaba a Harry, y se había limitado a pensar en él solo como amigo. Hasta ese momento, nada le había hecho cambiar de opinión. Lo único que quería de Harry James Potter era su amistad incondicional y un bebé y deseaba desesperadamente que aceptara su propuesta.

-Hay dos opciones más- dijo él haciendo que Hermione volviera a la realidad. Sus labios se curvaron en una sonrisa, evidentemente satisfecho con lo que se le había ocurrido- Podríamos utilizar un Obliviate. Tú eres un auror calificado y estoy seguro que no tendrías ningún problema en hacerlo.

Hermione entrecerró lo ojos- ¿Estas loco o que? A estas alturas de la vida, Hasta el Ministro de Magia debe estar enterado, no podemos embrujar a tantas personas, Harry.

-Bien…también podemos estar comprometidos hasta que termine el concurso, así no me molestaran las candidatas. Después, cuando todo termine, podemos romper.

-De ninguna manera, Harry Potter- dijo enfadada- No vas a conseguir lo que quieres a menos que yo también consiga lo que quiero. Si voy a protegerte de las mujeres de esta ciudad, lo menos que puedes hacer es casarte conmigo temporalmente y dejarme embarazada.

Hermione tenía esa mirada que Harry conocía tan bien. Una mirada llena de determinación que le decía que era inútil discutir con ella. Sus ojos ámbar habían brillado con la misma mirada cuando le había dicho en la Universidad que iba a enfrentarse a Roger Davies para ser delegada. Harry había intentado desanimarla, convencido de que no podría ganar a Roger, pero ella había iniciado una campaña con tenacidad y determinación y había vencido.

-Herms, sé razonable- dijo dispuesta a conseguir que recuperara el sentido común- Sin fingimos estar comprometidos durante las siguientes seis semanas, mi vida será mucho menos complicada, y al final, nadie resultará herido.

-Lo mismo podría decirse si nos casáramos. Harry, eres mi mejor amigo, Un divorcio no afectaría nuestra amistad, especialmente cuando vamos a meternos en ello sabiendo lo que hacemos.

-Pero sabes que no tengo intención de casarme- le recordó- Y no quiero un hijo.

Ella se sujetó un mechón de pelo castaño detrás de la oreja y suspiro con evidente frustración.-Eso es lo que te hace tan perfecto. Ya sé que no quieres ser padre, y yo no espero que te hagas cargo del bebé. Soy perfectamente capaz de criar a un niño yo sola, y sigo diciéndote que no sería un matrimonio de verdad. Nada cambiará entre nosotros, excepto…- bajo la mirada y se ruborizó ligeramente-. Bueno, tendremos que, ya sabes, tener sexo para que me quede embarazada.

Harry frunció el ceño, bajo la vista hacia su taza de café y luego volvió a mirar a su amiga.-Sé que deseas un bebé, Herms, pero esa no es la solución- dijo con suavidad.

-Piensa en lo feliz que serían Sirius y Arabella- argumentó Hermione.

-Eso es un golpe bajo- contestó Harry. Hermione sabía que Arabella y su padrino siempre le estaban diciendo que se casara y les diera un nieto.

-Muy bien, tú ganas. Olvídalo.

El la miró con recelo.- ¿Qué quieres decir con "olvídalo"?- se había rendido demasiado pronto.

-Pues eso, que olvides todo el plan. Le diremos a todo el mundo que SueEllen te entendió mal y que no estamos comprometidos. Yo buscaré otra manera de conseguir lo que quiero.

-¿De qué estás hablando?

Hermione fijo la vista en la pared, justo encima de la cabeza de su amigo.- Quiero un bebé, Harry- sus ojos castaños volvieron a mirarlo.- Estoy cansada de ser la tía perfecta de todos mis sobrinos. Soy estable económicamente t, y emocionalmente estoy preparada para ser madre. Estoy segura de que puedo encontrar a algún donante de esperma, por decirlo así.

-¿Cómo quién? No puedo creer que estemos teniendo esta conversación.

-No sé porque te sorprendes tanto. Llevo meses diciendo que quiero tener un bebé.

-Si, pero creí que era cuando yo hablaba de tener un Jaguar. Estaría muy bien tener uno, pero en este momento es imposible.

-Pero no es imposible que yo me quede embarazada- protestó.- Solo tengo que elegir al hombre con el que me voy a acostar.

-¿Cómo quien? Allan Ketchum está loco por ti. Acuéstate con él y tu bebé parecerá hombre lobo.

Ella se rió.- Allan no tiene la culpa de ser tan velludo. Pero tienes razón, no quisiera que mijo tuviera su ADN- tomó un sorbo de café y continuó-. También está Buck Walton, es un excelente auror y ha mostrado interés en mí. Estoy segura que a Buck no le importaría darse un par de revolcones conmigo.

-Sí, claro, quieres su ADN- dijo Harry secamente-. Si el niño se parece a su padre, estará bebiendo cerveza sin parar y tendrá un vocabulario de cuatro palabras que asombrarán al mundo entero.

-¿Por qué eres tan negativo?- peguntó con impaciencia.

-¿Por qué estás tan decidida a hacer eso?- respondió. La sola idea de imaginarse a Hermione con esos tipos estaba empezando a irritarlo.

Ella empezó a retorcer un mechón de su pelo entre los dedos, con un gesto familiar que le dijo a Harry que se estaba concentrando.

-Harry, tú mejor que nadie debe saber lo que ocurre cuando tienen un hijo a edad avanzada.

Él asintió.

-Si espero a enamorarme, casarme y quedarme embarazada, estaré jubilada para cuando mi hijo termine Hogwarts.

-¿Tú prima está embarazada otra vez?

Hermione se sonrojó ligeramente y Harry supo cuál era la respuesta. Linda, la prima de Hermione, casada con Remus Lupin, era como una fábrica de bebés. Había tenido uno al año durante los últimos cuatro años.

-Si, pero eso no tiene nada que ver con mi decisión de quedarme embrazadas- contestó lacónicamente.

-Claro- contesto su amigo, pero Harry sabía que cuando nacía un bebé en la familia Granger los deseos de su amiga de tener un hijo aumentaban. Antes de que pudiera responder vio que Mary Ann Bartel entraba en las Tres Escobas. Estaba muy sexy con unos vaqueros negros ajustados y un top minúsculo de color rosa oscuro. Abrió los ojos de par en par al ver a Harry, que se preparó para lo inevitable.

-Harry- dijo. Pero su sonrisa se desvaneció al ver a Hermione-. Ah, hola Hermione. Entonces, ¿es verdad que están comprometidos?

Harry sabía que esa era su oportunidad para dejar las cosas claras y decir que ese rumor era falso. Pero vio la mirada fanática en sus ojos, una mirada brillante como la tiara del concurso. Tuvo una visión fugaz de su vida en las siguientes 6 semanas, una vida llena de estrés gracias a ese estúpido concurso. También pensó en Arabella y Sirius, que estaban insoportables con eso de que querían un nieto, y en Hermione, no quería que tuviese nada que ver con esos tipos, ¿Qué tal que lastimaban a su amiga?

Un matrimonio temporal con ella resolvería muchos problemas. Con ella no tendría sorpresas, porque la conocía tan bien como a él mismo, y estaba seguro de que nada podría arruinar su amistad, ni siguiera un matrimonio, un embarazo y un divorcio.

-Es cierto- dijo- y vio la sorpresa en los ojos de su amiga. Sonrió deseando que ninguno de los dos tuviera que arrepentirse de haber tomado esa decisión.

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Hola hermosos! Guau! Vaya forma de levantarle el ánimo a un escritor…agradezco mucho sus reviews, es especial a Karly Radcliffe, Ivonne 91, Mara, Dore-Malfoy, Orkin, Ayjasha-peke, Elen-Grantter, Maegboriel, Potter 5, Angely04, Laudiggory, Pipu-Radcliffe, Karla-karlita, Victoria Granger, LaraG, Lady sky, YSDL; Arissita, Aiosami, Hikari, Sakura, Lilyem y Pruepotter 1

Muchas gracias por tomarse la molestia de leer y dejarme un mensaje…a los que me dejaron su mail, la contestación está en su correo…chicos que están registrados, lamento mucho no haberles contestado, pero no puedo acceder al internet de mi trabajo mucho tiempo, y en mi casa por el momento no tengo línea…Me da mucha pena no haber podido buscar sus direcciones para contestarles, pero de todas formas gracias mil por leerme.

Y, para los que tienen dudas, en el prólogo, Hermione se está haciendo la prueba de embarazo…como ya se habrán dado cuenta, si convence a Harry, pero mientras espera, comienza a recordar la historia…

Espero que este capítulo haya sido de su agrado…y sigan dejando reviews.

Con mucho cariño

Ady