Capítulo 5. ¡Arriba los novios!

Estaba delicioso, Luna- dijo Harry, apartando el plato. Sonrió a Ron Weasley, que estaba sentado frente a él-. Ron, eres un tipo con suerte. Además de ser guapa, sabe cocinar.

-Y dentro de poco, volverá a ser una próspera editora-contesto Ron, mirando a la que se había convertido en su esposa tres semanas atrás.

Ronald le había comentado que el padre de Luna había comprado El Profeta, donde la chica sería quien lo dirigiera.

-Eso está bien- Harry miró a Luna-. ¿Cuándo vas a abrir las nuevas oficinas?

-Dentro de una semana- respondió-. Estoy esperando a que me lleguen algunos artículos más y otras cosas que se requieren, antes de abrir oficialmente.

-Todo ha sido muy rápido- dijo Harry

-El antiguo almacén estaba muy bien conservado y contraté a una cuadrilla para que trabajaran más rápido. No tardamos mucho en transformarlo en las nuevas oficinas de El Profeta.

-Serás el nuevo editor en jefe¿no es así?

Luna asintió- Y también haré artículos…así que no tienes que preocuparte más por Rita Skeeter.

Harry sonrió- Te lo agradeceré por siempre.

Luna sonrió y acaricio la mano con gesto amoroso y se levanto- Los dejo para que hablen…mientras acompañaré a Hermione a hacer compras de último momento- Beso a Ron y saló de la casa.

-Muy bien, ahora estamos solos- dijo Ron- y quiero decirte que eso de que se casan porque de pronto lo decidieron no me la creo…así que¿Hermione está embarazada?

-¿Qué es esto Ron, una entrevista exclusiva?- bromeó Harry

-Es en serio…se están casando muy precipitadamente y cuando los novios adelantan la boda solo es por una razón.

-Para tranquilizar tu conciencia de hermano mayor, te diré que Herms no está embarazada…aunque quiere tener hijos cuanto antes.

-Y todo nos lleva a que mañana es el gran día.

-Si- Harry tomó su taza de café con ambas manos.

-Si me lo hubieras avisado con más tiempo, te habría preparado una despedida de soltero.

-Bueno…después de la experiencia de la tuya, creo que no me quedaron ganas- ya era bastante malo que los amigos y familiares les hubiesen organizado una fiesta el día anterior. Tomo un sorbo de café, luchado contra el impulso de sincerarse con Ron y decirle que su matrimonio sería una farsa.

-Herms y yo queríamos una ceremonia sencilla, pero ya vez lo que ocurrió.

La boda sería en el enorme jardín de los Granger, para que todos los familiares y amigos de la familia pudiesen estar presentes.

-Te diré una cosa, Harry. No hay nada como el matrimonio, nada como explorar los secretos de la mujer que amas.

-Herms no tiene ningún secreto para mí. A veces pienso que la conozco mejor que a mi mismo.

Ron se rió- Escucha a tu maestro, pequeño saltamontes-. Harry rió-. Las mujeres están llenas de secretos, y descubrirlos intensifica la intimidad del matrimonio. Y te lo dijo de mi gran experiencia, de donde brota gran sabiduría. Ya, en serio, nunca había sido tan feliz como ahora con Luna.

Harry podía ver la felicidad en el rostro de Ron. Le hacía sonreír con más frecuencia y le daba brillo a sus ojos…por un instante Harry sintió una punzada de envidia.

Apartó ese sentimiento incómodo mientras se levantaba.

-Odio comer y salir corriendo, pero mañana voy a tener un día muy movido- dijo mientras pensaba en la boda.

Ron también se levantó- Te acompaño a la puerta.

-Dale las gracias a Luna por esa comida tan maravillosa- dijo al salir del porche.

-No hay problema. Por cierto, me enteré que te habían nombrado juez de Miss Hechicera.

-Si¿Por qué te retiraste?

Ron se encogió de hombros- La razón principal es que le prometí a Luna que en cuanto regresáramos de la luna de miel empezaríamos a trabajar en las oficinas de El Profeta. No estaba seguro de cuanto tiempo necesitaría.

Entonces¿Ya viste a SueEllen desnuda?

Harry lo miró sorprendido y Ron se rió.

-¿Cómo lo sabes?

-Justo antes de retirarme, SueEllen apareció llevando solo un impermeable.

-El otro día la encontré en mi ducha, dispuesta a frotarme la espalda.

-Pobre chica- Ron movió la cabeza lentamente- Quiere la corona y no se da cuenta de que haciendo eso no la conseguirá. Pero tiene una bonita figura¿verdad?- preguntó sonriendo.

Harry le devolvió la sonrisa- No me fije.

-Claro- contestó Ron mientras Harry se metía en la camioneta-. Te veré mañana por la tarde en la recepción.

Mañana por la tarde en la recepción. Las palabras de Ron resonaron en su cabeza de camino a casa. Más de una vez había tenido que obligarse a no llamar a Hermione y cancelarlo todo.

Había reaccionado de forma exagerada a todo el asunto del concurso, se había sentido vulnerable al ver a SueEllen desnuda y se había visto atrapado en el plan de Hermione. Aunque seguía queriendo llamar y echarse atrás no lo iba a hacer. No iba a fallarle a su amiga.

Las cosas se les habían ido de las manos. En las últimas semanas Arabella, la Sra. Weasley, la mamá de Hermione y Ron, alegando que sería el padrino, se habían convertido en unos tornados que hacían desaparecer cualquier obstáculo que entorpeciera el día de la boda.

Habían encargado las flores, encontrado una empresa encargada de banquetes, arreglado el jardín de los Granger, puesto carpas y contratado una orquesta. Él llevaría un esmoquin negro, y durante los últimos tres días no habían parado de llegar regalos a la casa.

Tenía la sensación de que nada podría detener las cosas.

Lo que sí tenía claro es que Ron se había equivocado al decir que parte del matrimonio consistía en descubrir los secretos del otro. Herms, con sus brillantes ojos ámbar y su cara salpicada de pecas era como un libro abierto para él. Sabía lo que degustaba comer y como se le enrojecía la nariz cuando lloraba. Sabía que en cuestión de política tenía tendencias de derecha, que se había arreglado los dientes con magia y que en la infancia la llamaban Hermione la delgaducha.

Él tampoco tenía ningún secreto con Herms y no había mentido a Ron al decirle que la conocía mejor que a sí mismo. No, no habría ninguna sorpresa con Hermione. Con un poco de suerte, se quedaría embarazada pronto, podrían separarse tranquilamente y tener un divorcio sin complicaciones.

Pero¿Y el bebé, susurró una vocecita en su cabeza. Era la primera vez que pensaba en las consecuencias de su trato con Hermione. La principal consecuencia sería una pequeña vida humana…el bebé de Harry.

Harry nunca había considerado seriamente la posibilidad de tener hijos. Cuando Cho vivió con él, le había dejado claro que no estaba particularmente interesada en tener una familia.

Estacionó el vehiculo frente a la casa y se dirigió a la oficina para ver los expedientes de sus pacientes.

Lo único que esperaba era que su breve matrimonio con Herms fuera tan sencillo como parecía que iba a ser cuando decidieron llevar a cabo el plan.

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Hermione estaba frente al espejo de su antigua habitación, observando el reflejo de una novia. Llevaba toda la semana diciéndole a su madre que no quería un vestido de novia, que su traje color beige sería suficiente, pero Jane Granger no estaba dispuesta a que su hija se casara con un traje viejo.

El vestido que finalmente habían elegido era blanco, sencillo, pero tradicional. Era de seda, tenía pequeños botones en la parte frontal y le quedaba como si fuera una segunda piel, realzándole el pecho y la cintura fina.

Llevaba el pelo trenzado, recogido alrededor de la cabeza y adornado con margaritas.

-Estas guapísima- dijo su madre, y se dio vuelta para mirarla de frete.

Hermione arrugó la nariz haciendo una mueca-.Todo lo guapa que puede estar una mujer con la cara llena de pecas y el pelo con el color más común del mundo.

-Tonterías- dijo Jane-. Estás preciosa- abrazó a Hermione, con lágrimas en los ojos-. Me siento tan feliz, querida. Sé que Harry y tú van a ser muy felices juntos. Hermione se sintió culpable al devolverle el abrazo a su madre. Juró que cuando toda la farsa hubiera acabado, no volvería a hacer nunca nada parecido. Su madre la perdonaría por haber roto su matrimonio si le daba un nieto.

-Voy a ver si todo está listo. Ahora vuelvo, cariño- su madre salió de la habitación y Hermione se giró para mirarse al espejo.

No había nada que Jane Granger quisiera más que un nieto. Y por fin iba a ocurrir. Sus mejillas se sonrojaron al pensar en la noche que le esperaba. Se apartó del espejo y se acercó a la ventada, desde donde vio que la luz del día se estaba desvaneciendo.

En unos minutos, Harry y ella estarían casados y por la noche, después de la recepción, irían a su casa y ella se metería en su cama. Tendrían sexo y con un poco de suerte harían un bebé.

Hermione sintió un escalofrío y justo en ese momento su madre abrió la puerta. Tenía los ojos brillantes por las lágrimas que la chica sabía que derramaría durante la ceremonia, y dijo simplemente:

-Es la hora.

Hermione recogió el ramo de flores y respiró profundamente. De repente se sintió muy nerviosa y no supo porqué. Era Harry, su amigo de toda la vida, con quien se había subido por primera vez en una montaña rusa. Se trataba de su mejor amigo. Hermione empezó a relajarse. Era el viejo Harry, y todo iba a salir bien.

Hermione salió de la casa al jardín, a la entrada de una carpa e inmediatamente oyó el órgano tocando la marcha nupcial. El grupo que se había reunido en esa parte era pequeño, porque tanto Harry como ella habían insistido en que solo las personas más cercanas los acompañaran, aunque Hermione sospechaba que en la recepción aparecería todo el mundo.

Su padre la esperaba, y le puso un brazo sobre el suyo con una sonrisa.

-Estás maravillosa, hija- dijo suavemente.

-Gracias papá- le apretó el brazo ligeramente y los dos comenzaron a andar hacia el centro de la carpa.

El pulso se le aceleró y empezó a sentir una sensación sofocante. Entonces vio a Harry. Estaba con Dumbledore y Ron y se veía muy atractivo con el esmoquin negro. La corbata estaba ligeramente torcida y tenía una mirada de pánico. Perro en ese momento la vio y abrió ligeramente los ojos, como si se hubiera sorprendido. Hermione luchó contra el impulso de reír. No podía creer que estuvieran haciendo eso, y sabía que él estaba sintiendo exactamente lo mismo.

Cuando su padre le dio su mano a Harry, ella le hizo un guiño, Harry sonrió ligeramente y le devolvió el gesto. Al volverse, Albus Dumbledore les sonrió y comenzó la ceremonia.

El beso que selló su unión fue un ligero y dulce roce de labios.

Los invitados se retiraron a la parte de atrás del jardín, donde sería la recepción, mientras los novios se hacían las tradicionales fotos, tanto muggles como mágicas. Al terminar, con una sonrisa pícara, los dejaron a solas.

-No puedo creer que lo hayamos hecho- dijo él, sentándose en una de las sillas dispuestas en la carpa donde se realizó la boda. Se aflojó un poco la corbata, como si sintiera que lo estaban estrangulando-. Por cierto, no estás mal con vestido de novia.

-Gracias. Tú tampoco estás horroroso con el esmoquin.

Él sonrió, mientras su esposa se sentaba a un lado.

-Bueno, lo hicimos- repitió el medimago.

-Solo hemos hecho la mitad- contesto Hermione, y para su sorpresa, sintió que se ruborizaba-. Te he salvado de las garras de las mujeres solteras de Hogsmeade. Ahora todo lo que tienes que hacer es cumplir tu parte del trato.

-¿Quieres que lo haga aquí¿Ahora? Lo intentaré, pero creo que no estaremos muy cómodos en el pasto…sin contar con el hecho de que alguien puede vernos.

Aunque estaba bromeado, Hermione pudo ver que estaba un poco tenso. ¿O acaso eran sus propios nervios al pensar en la noche que les esperaba?

-Antes de que te precipites, creo que deberíamos entrar y disfrutar de la recepción que Arabella, Ron y mi madre han preparado para nosotros.

-Tienes razón- se puso de pie y ofreció su mano a Hermione.

Todo era como un juego, se recordó la chica mientras entraba con Harry a la enorme carpa donde se llevaría a cabo la recepción. Él seguía tomándola de la mano, rodeándola con sus dedos fuertes y cálidos.

Había una multitud justo en la puerta, que recibió a los recién casados con ovaciones y una lluvia de pétalos de margaritas. Riendo, corrieron hacia la puerta y entraron en la carpa, que Arabella, Jane, Molly y Ron habían convertido en un paraíso de flores, lazos y velas. En medio había una mesa cubierta con un hermoso mantel de encaje y, sobre ella, una tarta nupcial de tres pisos y una fuente de la que brotaba champán.

La orquesta estaba afinando los instrumentos en una esquina, y todas, todas las mesas estaban ocupadas por amigos y familiares.

Hermione perdió a Harry cuando la gente comenzó a abrazarla. Paso de unos a otros como si fuera una Quaffle, recibiendo besos y felicitaciones, hasta que las caras empezaron a parecerle borrosas. Vio a Harry de reojo, que estaba recibiendo palmaditas en la espalda y besos en la mejilla. Tenía la misma mirada perdida que ella.

La madre de Hermione los rescató agarrándolos del brazo y los llevó a una mesa adornada con un delicado mantel de encaje, un bello centro de flores y velas solo para dos personas.

-Ustedes se sientan aquí. La orquesta empezará a tocar enseguida y tendrán que abrir el baile.

-Me siento como si me acabara de atacar una manada de hipogrifos furiosos- dijo Harry, alisándose la corbata.

Hermione se rió- Tienes razón- frunció el ceño al ver que se aproximaba una figura conocida con una copa de champán en cada mano- Oh, oh, aquí viene el tío Jack- avisó a Harry.

Jack Granger era uno de los familiares preferidos de Hermione, aunque era un poco excéntrico.

-Beban- dijo, dejando las copas en la mesa-. Llevan varias copas de retraso a los demás.

-Gracias, Jack-dijo Harry y tomó un sorbo del líquido burbujeante.

Jack le dio a Harry una palmada en la espalda-. Si esto hubiera sido hace cien años, no estaríamos en esta recepción, estaríamos de juerga aporreando ollas y sartenes frente a tu ventana mientras ustedes consuman el matrimonio. Pero como estamos en el siglo en el que estamos, supongo que lo han estado haciendo durante años.

-¡Tío Jack!- exclamó Hermione y Harry se rió.

-Vamos Hermione, suéltate…flojita y cooperando- contestó su tío antes de alejarse de su mesa.

Eso fue exactamente lo que Hermione intentó hacer durante toda la fiesta. Abrió el baile con Harry, cortó el pastel con él y brindó. Pero cada vez se sentía más tensa.

Harry, sin embargo, cada vez estaba más cómodo. Hermione había perdido la cuenta de las copas de champán que había bebido su marido, pero el brillo en sus ojos y el leve rubor en sus mejillas le decían que se estaba acercando peligrosamente a su límite.

También ella había bebido más de lo normal, pero cada copa parecía despejarla más. Al pensar en meterse en la cama con Harry se despertaban todas las terminaciones nerviosas de su cuerpo con una extraña energía, y esa sensación empeoraba a cada minuto.

Miró a la pista de baile, donde Harry bailaba con Luna. Se había quitado la chaqueta del esmoquin hacia tiempo y tenía parte de la camisa desabrochada, dejando ver algo de su pecho.

Una vez que había superado las malas experiencias de los bailes a los que había asistido y gracias a las clases que Hermione le había insistido que tomarán, a Harry le encantaba bailar, y lo hacia muy bien; se movía con un ritmo natural que Hermione siempre había envidiado. Su amigo había bailado con prácticamente todas las mujeres de la fiesta, y en la última hora, los invitados habían empezado a despedirse.

Hermione pensaba que el protocolo era que los novios abandonarán la recepción antes que la mayoría de los invitados. Se levantó con la intención de agarrar a su marido y llevárselo a casa.

Su marido. Hermione sentía el anillo que le había regalado Arabella como algo frío y extraño. Había sido así desde el momento en que él se lo puso. Era su marido temporal, pero también su amigo de toda la vida, pensó, y al hacerlo parte de la tensión se desvaneció.

Se quedó al borde de la pista de baile hasta que la orquesta dejo de tocar y se acercó a Harry.

-Creo que es hora de que nos vayamos. Lo tradicional es que los novios se vayan antes que los invitados.

-¿De verdad?- él le dedicó una sonrisa-. Queremos ser tradicionales¿no?

Le pasó un brazo por encima del hombro y empezaron a retirarse despidiéndose de todos y dándoles las gracias por haber acudido.

Hermione notó que Harry caminaba con un paso más que vacilante.

-Creo que será mejor que tú nos transportes- dijo Harry, mientras salían de la fiesta-. Cuando lleguemos a casa, estaré bien, solo me siento un poco atontado.

-Será un placer.

Se dirigieron lentamente hacia la casa de los Granger, para estar lejos de los ojos curiosos, y durante el camino, él se mostró muy hablador, como solía ser cuando bebía demasiado.

-¿Te la pasaste bien? Preguntó Harry-. Yo me la he pasado estupendamente- contesto sin esperar respuesta-. Nunca pensé que casarse pudiera ser tan divertido.

Hermione le sonrió y pasó sus manos por el cuello de su esposo y él, automáticamente la tomó por la cintura…en unos minutos estaban en el jardín que rodeaba la casa de Harry.

-Cho y yo no hicimos una recepción o algo parecido- seguía Harry, sin soltar a su esposa- pero si la hubiéramos tenido, se habría enfadado conmigo por bailar con todo el mundo. Pero tú no estás enfadada¿verdad?

-No, no estoy enfadada- contestó ella, sonriendo-. Sé que te gusta bailar.

-Eso es algo muy bueno entre tú y yo, Herms. Nos entendemos- se inclinó y le dio unas palmaditas en el hombro y un beso en la frente-. Eres una campeona, Herms.

Pero no se sentía como una campeona. Al estar frente a la casa de Harry lo único que podía sentir era una masa de nervios. Durante años había soñado con perder su virginidad la noche de su boda, y en sus sueños siempre se entregaba a un hombre que la amaba con una intensidad abrumadora. Pero en lugar de eso había convencido a Harry para que se casara con ella para poder tener un bebé.

Caminaron hasta la entrada y Harry se tambaleó al subir los escalones del porche.

-No querrás que te tome en brazos para atravesar el umbral¿no?

-Lo esperaría y lo exigiría sin fuera un matrimonio de verdad- dijo ella, aunque pensó que habría sido bonito en otras circunstancias.

-Puede que quieras echar un vistazo a la cocina antes de ir al dormitorio- dijo Harry cuando entraron a la casa.

-¿Qué has hecho¿Me has dejado una pila de platos sucios como regalo de bodas?

Harry sonrió, aunque sus ojos no terminaron de enfocarla, y se fue tambaleándose hacia el dormitorio.

Hermione entró a la cocina y se sorprendió al encontrar un parquecito infantil en la entrada. Dentro de él y en una cómoda cama en forma de huella de gato la esperaba Tizne, con un lazo plateado alrededor del cuello, quien maulló al verla.

-Oh, Harry- susurró, mientras se inclinaba y acariciaba al cachorro. Sabía que la pérdida de su gato le había afectado mucho…y sin embargo, ahí estaba de nuevo, alentándola con sus detalles.

Apretó a Tizne contra su pecho durante un momento. De repente ya no se sintió preocupada por hacer el amor con Harry. Toda la tensión se había ido al sentir la calidez del cuerpo del gato y al pensar en la amabilidad de Harry. No había ninguna razón para pensar que el sexo arruinaría su amistad. Besó a Tizne, lo volvió a dejar en el parquecito y se dirigió al dormitorio.

Se detuvo en la puerta y todas sus esperanzas se desvanecieron. Harry estaba tirado en la cama, atravesándola en diagonal, y evidentemente estaba profundamente dormido. Tenía la camisa medio desabrochada, como si se hubiera caído en la cama antes de terminar de desnudarse.

Hermione sabía que había bebido más de lo normal, y que estaba ligeramente mareado, pero había subestimado la influencia del alcohol. ¿Y por qué había bebido tanto? Le gustaba tomarse una cerveza por las tardes, pero no solía excederse. Con un suspiro, saco su varita y con un movimiento, cambio a Harry de posición y le puso el pijama, sacó su ropa de dormir de un armario.

Durante la última semana había llevado a casa de Harry la mayoría de sus objetos personales para preparar el matrimonio, que esperaba que, aunque breve, fuera fructífero.

Con la ropa de dormir contra el pecho, salió del dormitorio principal y entró en una de las habitaciones de invitados. Se quitó el vestido de novia y se puso el pijama compuesto de camisola de satén y pantalones cortos. No podía negar que estaba decepcionada.

No había ninguna esperanza de tener un bebé si ella dormía allí y Harry estaba borracho en la habitación de a lado. Pero lo que más la sorprendió fue un miedo inquietante que empezó a sentir al meterse en la cama. Se preguntó si tal vez Harry habría bebido tanto porque no podía enfrentarse al hecho de hacer el amor con ella.

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¡Hola a todos! Ya estoy por acá dando lata de nuevo…y agradeciendo todos sus reviews…en cuanto suba este capítulo me iré a contestarles, y por cierto, no crean que no les he escrito, a veces me rebotan los mensajes, en especial ya me paso con el correo de Aiosami y de Mara, pero lo voy a seguir intentando, no se preocupen.

Muchas gracias por dejar review a: Lilyem, Barby-Chile, Elen-Grantter, Pan-nany11, Pipu-Radcliffe, FranGilraen, ChantyGranger, Yugo, Andasolo, Autista, Osivoli, Karly RAdcliffe, Jane Potter, HerDaniPotterGranger, ClaudiaBlack, Lady Sky, Kry Potter, Mariana 8, Aiosami, Lady Amatista, Paola Potter, Jenny Anderson, Alonso Potter, Capliso, David, DarkTsubasa, K-Wilaevans, Billiwig, Wei-lo, MarcyLB, Alejandra13, ArabellaGPotterBlack, Hikari, Arlet, KoibitoTnshiToTsuki, Alexa Potter, Hcate, Paola, Mara, Hermione151, Ginnycristy, Paulygranger, Maegboriel, Arwy, Dresinef, Kennylink, Damis Black y Annie Riddle.

Ahora, pasando a cosas no muy agradables, Jane Potter me comentó que alguien en Harry Latino había plagiado mi historia de "Una Hechicera Diferente" y lo peor de todo es que dice que yo le plagie la historia. Ya antes había tenido el mismo problema en la misma página, afortunadamente el autor quito el fic…si me enfada mucho que pasen este tipo de cosas, sobre todo porque, por esa situación, varios autores han dejado de escribir, así que lo único que yo tengo que decir a esto es que, si bien me molesta mucho, no voy a dejar de escribir…No puedo convencer a los que se roban las historias de que no lo hagan, pero yo tengo mi conciencia limpia, y eso es lo que me importa, además de que antes de empezar mis proyectos, comento las ideas con mis amigos, como Blanca o Hikari…así que si alguien me reclama, siempre tengo argumentos con que defenderme nn

Por otro lado, me temo que el capítulo de la próxima semana se tardará un poco, ha sido el que más trabajo me ha costado escribir…ya está medio terminado, el problema es el tiempo, porque me han aceptado la tesis, y ahora me la he pasado persiguiendo sinodales y haciendo correcciones, por ello estaré actualizando el Miércoles en lugar del lunes, lo prometo, sin falta…y antes de dejarlos para no agobiarlos con tanto rollo, les dejo los Spoilers:

Antes de abrir los ojos, Harry upo que tenía una horrible resaca. La cabeza le dolia con una intensidad tal que le recordó los buenos tiempos de Voldemort (…) Nunca la había visto tan…increíble. Su pelo dorado había brillado con un resplandor impresionante, y el vestido había revelado curvas que él ni siquiera se había dado cuenta de que existieran. Y por la noche ella esperaba no sólo que le hiciera el amor, sino que la dejara embarazada.

¿Y si no podía? Aunque nunca antes había pensado en eso¿qué pasaría si no podía dejarla embarazada¿Y si a Herms no le gustaba como hacía el amor¿Debería abrazarla y acariciarla o eso la ofendería?

Una preocupación había seguido a la otra y había empezado a beber para no pensar en ello. Ni siquiera recordaba cómo habían llegado a la casa.

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-Herms…sobre lo de anoche…Lo siento, no se que fue lo que me entró.

Ella sonrió- Yo si sé…Lo que te entró fue en par de botellas de Champán.

Sonrió avergonzado, pero se puso serio al ver una punzada de dolor en los ojos de Hermione.

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¿Qué les parece? Se pondrá un poco denso el asunto…pero antes de que me lancen tomates…lean el capítulo, espero que les guste…y déjenme un Review y háganme feliz.

Un abrazo a todos

Ady

Por cierto, a Sodomizes with severus, Siempre he pensado que todas las críticas son buenas…pero si, con todo respeto, quieres insultarme porque no te gusta como escribo….de menos aprende a escribir bien en español, o escríbemelo en inglés y deja tu dirección de correo…tal vez me anime a escribirte y decirte algunas cositas.