Capítulo 6. Siempre hay una primera vez.
ADVERTENCIA:
El siguiente capítulo contiene Lemmon…así que si no te gusta este género o eres demasiado pequeño o cualquier otra cosa, no lo lean…Y como dicen en mi País…Sobre aviso no hay engaño y el que avisa no es traidor.
Que lo disfruten.
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Antes de abrir los ojos, Harry supo que tenía una terrible resaca. La cabeza le dolía con una intensidad tal, que le recordó los buenos tiempos de Voldemort, tenía la boca seca y con un sabor asqueroso. No podía recordar la última vez que se había sentido tan mal.
Se quedó en la cama durante un buen rato con los ojos cerrados y pensó en la noche anterior. Nunca la había visto tan…increíble. Su pelo dorado había brillado con un resplandor impresionante, y el vestido había revelado curvas que ni él ni siquiera se había dado cuenta de que existieran. Y por la noche ella esperaba no sólo que le hiciera el amor, sino que la dejara embarazada.
¿Y si no podía? Aunque nunca antes había pensado en eso, ¿qué pasaría si no podía dejarla embarazada? ¿Y si a Herms no lo le gustaba como hacia el amor? ¿Debería besarla y acariciarla o eso la ofendería?
Una preocupación había seguido a la otra y había empezado a beber para no pensar en ello. Ni siquiera recordaba cómo habían llegado a la casa.
Abrió los ojos y se sentó, agarrándose la cabeza con las manos. Tenía un dolor de cabeza impresionante.
¿Y dónde estaba Herms? Le debía una disculpa.
Se levantó con cuidado y se acercó a la puerta del dormitorio, desde donde podía ver la habitación de invitados al otro lado del pasillo.
El vestido de novia estaba colgado en el armario, y la cama no estaba hecha. Así que allí era donde había pasado su noche de bodas.
Definitivamente le debía una disculpa. Pero antes…una ducha.
Momentos después, de pie bajo el chorro de agua caliente, Harry empezó a sentirse de nuevo como un ser humano. Había tomado una poción para el dolor de cabeza y esta dejo de latirle y se sintió ansioso por arreglar las cosas con Herms.
Se secó, se puso unos vaqueros y una camiseta y se dirigió a la cocina, donde flotaba un agradable aroma de café recién hecho. "El primer beneficio de estar casado"- pensó.
Hermione estaba sentada a la mesa, con Tizne jugando con una bola de estambre a sus pies. Harry se acercó y le dedicó una sonrisa. Ella se la devolvió e inmediatamente se sintió aliviado. Gracias a Dios, Hermione no era una mujer rencorosa. Se sirvió una taza de café y se sentó a la mesa, donde, de inmediato, aparecieron unos manteles individuales amarillos y un cesto lleno de galletas y biscochos recién horneados.
-Pasas una noche en mi casa y ya la estás llenando de trastos.
-Y eso que acabo de empezar. Desde que compraste esta casa he estado deseando decorarla- tomó un sorbo de café y miro a Harry por encima del borde de la taza-. ¿Cómo está tu cabeza esta mañana?
-Si me lo hubieras preguntado hace quince minutos, te habría pedido que me la arrancaras. Pero después de la ducha no me siento tan mal- tomó un sorbo de café, pensando en la mejor manera de disculparse. Luego dejó l taza en la mesa.- Herms…sobre lo de anoche…Lo siento, no sé que fue lo que me entró.
Ella sonrió- Yo si lo sé…Lo que te entró fue un par de botellas de champán.- sonrió avergonzado, pero se puso serio al ver una punzada de dolor en los ojos de Hermione.
-Sé que esperabas que cumpliera con mi parte del trato anoche, y me siento fatal por haber bebido demasiado y quedarme dormido.
-Está bien- contesto ella. Bajó la vista-. Harry, sé que no soy el tipo de mujer con el que sueles salir. Quiero decir, no soy morena ni despampanante- lo miró otra vez con las mejillas sonrosadas-. Entiendo que, ya sabes…que no me desees. Tal vez si lo hiciéramos en la oscuridad podrías imaginar que soy otra persona…o tal vez con un hechizo, puedo parecerme a quien tú quieras.
Harry lo miró, sorprendido por sus palabras-. Si, o podríamos ponerte una bolsa de papel en la cabeza.
-Si crees que eso ayudaría…
-¡Por Dios, Herms! ¡Estaba bromeando! ¡No soy tan superficial!
Ella se encogió de hombros y evitó mirarlo a los ojos-. Yo solo sé que las mujeres que te atraen son las del tipo Miss Hechicera, y los dos sabemos que yo no soy de ésas.
Harry no podía creer lo que estaba escuchando. Nunca se había dado cuenta de esa falta de seguridad que Hermione tenía en su atractivo. Era verdad que nadie diría que era increíblemente hermosa, pero era más que bonita. Sus ojos eran de color ámbar, rodeados de abundantes pestañas. Su cabello castaño brillaba con destellos rojizos, y su boca era delicada, como el arco de Cupido. Su verdadera belleza iba más allá de lo físico y Harry lo sabía perfectamente.
Al mirarle los labios pensó en el beso que habían compartido en su fiesta de compromiso. Se había sorprendido al ver que su boca era tan cálida, dulce y complaciente. De repente, sintió unas ganas horribles de besarla de nuevo.
-Seguramente piensas que anoche bebí tanto para poder enfrentarme al hecho de hacer el amor contigo.
-La idea me pasó por la cabeza- admitió ella con voz baja.
Harry sintió una oleada de emociones contradictorias. Esa mujer había estado a su lado en todos los momentos importantes de su vida. Cada vez que él se había caído, ella lo había ayudado a levantarse, sin preguntas ni reproches, y cuando había celebrado algo, ella había sido la más animada del grupo.
Pero Herms tenía miedo de ser tan poco atractiva que él tuviera que emborracharse para poder hacer el amor con ella. Se levantó de la mesa y le tendió una mano.
-Herms.
Ella frunció el ceño y lo miró con curiosidad-¿Qué?
-Ven aquí- le tomó la mano, la levantó y, sin darle tiempo a reaccionar, la besó en los labios.
Durante unos instantes ella se quedó quieta, tensa, pero cuando la lengua de Harry tocó la suya, introduciéndose en la dulzura de su boca, la tensión comenzó a desaparecer.
Hermione olía a las flores de verano, y a través del fino tejido de su vestido, Harry podía sentir sus senos contra su pecho.
Se separó de ella y volvió a tomarla de la mano, sorprendiéndose al sentir que sus dedos estaban fríos.
-Ven conmigo- dijo él.
-¿Dónde?- preguntó con la respiración entrecortada.
Al notar la duda en su amiga, Harry sonrió traviesamente y se echo al hombro a la chica y comenzando a subir las escaleras hacia el dormitorio.
Hermione estaba sorprendida-. Pero Harry, es de día.
El enarcó una ceja, divertido-. ¿Es que hay normas para estas cosas?
-Bueno…no, pero así te resultará más difícil fingir.
-Herms, no necesito fingir- al llegar a la habitación, la dejo en el suelo, junto a la cama y la miró a los ojos-. ¿Quieres echarte para atrás?
-No, ¿Y tú?
Como única respuesta, volvió a besarla, sorprendiéndose de nuevo por la dulce calidez de Hermione. No sabía que besara tan bien, y se sorprendió de su propia reacción física.
Ella le puso los brazos alrededor del cuello y, aunque Harry la había abrazado millones de veces, en ese momento, con sus cuerpos tan juntos, descubrió cosas de las que antes no se había dado cuenta. El calor irradiaba de su cuerpo y, aunque era esbelta, ya no era Hermione la delgaducha. Tenía curvas donde las mujeres debían tenerlas.
Le acarició la espalda y finalmente sus manos se detuvieron en la cremallera del vestido. Empezó a besarle el cuello y la garganta y ella gimió. Harry sintió que su deseo aumentaba a l ver que a ella le gustaban sus caricias y sus besos.
Le bajo la cremallera del vestido y se sorprendió al notar que ella comenzaba a acariciarle la espalda. Así que no iba a ser una compañera pasiva, sino que iba a participar- pensó.
De repente, Harry olvidó todas las razones por las que pensaba que el plan no era una buena idea. Olvidó que Hermione era su mejor amiga. Lo único que sabía era que la deseaba en ese momento y en ese lugar. Y, a menos que ella pusiera objeción, la iba a hacer suya.
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Cualquier duda que Hermione hubiera podido tener sobre ese momento se desvaneció al sentir la pasión de los besos de Harry. Su aroma la envolvía, familiar y reconfortante, y se sorprendió al no sentir nada de vergüenza. Se sentía bien con él.
Harry comenzó a quitarle el vestido por los hombros y ella dejó que cayera al suelo como si fuera un charco de algodón color coral. Se quedo de pie ante él con solo su ropa interior de seda blanca.
Harry se apartó un poco de ella y se quitó la camiseta. Después, sin dejar de mirarla a los ojos, se desabrochó el botón de los vaqueros. Sus ojos brillaron mientras se quitaba los pantalones, quedando únicamente en ropa interior.
-¿Todo bien?- preguntó suavemente.
El hecho de que hubiera preguntado había que todo estuviera aún mejor. Ella asintió y Harry la abrazó, dejándola caer despacio en la cama.
Hermione se había preguntado si tendrían preliminares, y en ese momento supo la respuesta. Harry no parecía tener prisa en terminar.
Reclamo sus labios con otro beso apasionado y le acarició la piel desnuda de la espalda, como si tuviera todo el tiempo del mundo para explorar el cuerpo de Hermione. Cuando le desabrochó el sujetador, ella ya estaba lista para dar el siguiente paso.
Todos los miedos de la primera vez se habían desvanecido. Supo que Harry sería dulce y delicado y que nunca haría nada que la lastimara, tanto física como emocionalmente.
Hermione se recordó que aquello nada tenía nada que ver con el placer, sino que tenía un fin. Un bebé. Eso era lo que quería de harry y por eso estaban haciendo el amor. Él estaba cumpliendo su parte del trato. Pero era difícil concentrarse en ese aspecto cuando el placer la invadía con cada caricia. Él le quito el sujetador y le cubrió los pechos con las manos, haciendo que los pezones se le endurecieran.
Cuando él capturó uno de los pezones con la boca, Hermione dio un grito de sorpresa al sentir que una corriente eléctrica le recorría todo el cuerpo. Nunca antes la habían acariciado tan íntimamente, y una vez más se sintió agradecida por que fuera Harry con quien compartiera ese momento…como todo en su vida.
Ella le pasó las manos por la espalda desnuda, admirando los músculos de Harry bajo sus dedos y haciéndole gemir de placer. Las sensaciones la abrumaban y despertaban un ansia que estaba dormida en su interior. Cuando finalmente él l acarició a través del delicado tejido de su ropa interior, Hermione no se resistió al impulso de arquearse para encontrarse con él.
Al principió la acarició suavemente, con ritmo lento, casi desesperante. Hermione sólo podía pensar en las caricias de Harry, en la calidez de su cuerpo, en el fuego que le había estallado en la boca del estómago.
Justo cuando pensó que no podía esperar más, Harry se deshizo de las prendas que aún los separaban. Se situó entre sus muslos e intentó entrar en ella, pero se puso tenso al encontrar resistencia.
-¿Herms?- empezó a retirarse, pero ella le puso las manos en las caderas, acercándolo de nuevo.
-No pares, Harry- susurró-. Todo está bien. Esto es precisamente lo que quiero.
Él la miró durante un momento, después cerró los ojos y la penetró. Hermione había esperado dolor, y era algo doloroso, pero era perfectamente soportable.
Durante unos segundos él no se movió, como si temiera hacerle daño, pero el dolor inicial había desaparecido y el cuerpo de Hermione reaccionó con los instintos naturales.
Movió las caderas y él gimió con un sonido profundo que resonó en el interior de la chica. Comenzó a moverse suavemente y volvió a gemir, como si la sensación fuera demasiado intensa como para poder soportarla.
Mientras él se movía dulce y abrumadoramente en su interior, Hermione volvió a sentir que la tensión la invadía.
-Harry…-quiso saborear su nombre al entregarse al placer. La luz que se filtraba por la ventana le daba a la piel de Harry un tono bronceado y Hermione recordó el día que lo había visto desnudo en el estanque.
Él la miró con ojos brillantes de un intenso color verde, después sus labios encontraron los de Hermione, compartiendo un beso profundo y abrumador.
De repente, todo se volvió más frenético. Hermione nunca había pensado que el sexo podía ser tan hermoso, tan formidable, y se preguntó si siempre era así o era el hacerlo con Harry lo que lo hacia especial.
No tuvo tiempo de pensar en la pregunta, porque rápidamente se dejó llevar por la oleada de placer que la hizo estremecerse. Al mismo tiempo Harry se tensó contra ella y gritó su nombre.
Durante un momento se quedaron quietos, recuperando el ritmo normal de la respiración en silencio. De repente, con una brusquedad que la sorprendió, él se separo de ella y se puso de pie. Ella agarró la sábana para cubrir su desnudez.
-Deberías habérmelo dicho- dijo con tono cortante mientras recogía su ropa interior y se la ponía.
-¿Qué diferencia hay?
Él se puso los vaqueros- Créeme, sí que hay diferencia.
Sin esperar respuesta, recogió la camiseta del suelo, y salió de la habitación. Un momento después, Hermione oyó que la puerta principal se cerraba.
Comenzó a sentir un frío interno al darse cuenta de lo enfadado que estaba Harry. Se levantó a regañadientes. Tenía que hablar con él, aclarar las cosas. Nunca había podido soportar que Harry se enfadara con ella y esa vez no era diferente.
Se vistió rápidamente y se dirigió al granero, donde sabía que él estaría.
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Hola! Lamento lo corto del capítulo, así que si quieren y tienen tomates a la mano…Háganse una ensalada, los tomates son ricos en potasio y evitaran los calambres. nn.
Espero que por lo menos les haya gustado, es la primera vez que escribo lemmon, y créanme, lo pensé mucho antes de hacerlo.
Quiero agradecer a todos los que se han tomado la molestia de leer mi historia y dejar un review, en especial a: Lorena Potter, SachielitaX, Wei-lo, Orkin, PotterGranger, K-wila evans, Lara G, Olga, Alexis Isilme, Elen-Granter, (Traté de enviarte la contestación, pero rebotó el correo varias veces), Sonia Granger Potter, Yangie, Pgranger, Jenny Anderson, Koibito, Aiosami, Arabella-G-Potter Black, FranGilraen, Barby-chile, Lady Amatista, Lilyem, Pan-nany11, Andasolo, Hikari, K. Oracle (Mi idolo!), Eydren Snape 1, Gaby, Pauly Granger, Sanke, Calipso, Lilia Potter, Jidael Minraelistis, Karly Radcliffe, Minionet, ChantyGranger, Cammiel, Alifelton, Ginger, Annie Ryddle, Alexa Potter, Lady Ski, Janepoter, Kenny Link y Osivoli
Sé que no he contestado a muchos su amable review, pero prometo ponerme al corriente el fin de semana…es que el trabajo me trae vuelta loca…tal vez hasta les conteste de una vez el review de este capítulo, si siguen siendo tan lindos y amables de dejarme uno.
Ahora, antes de que otra cosa pase, quiero decirles, aunque no tiene nada que ver, pero es necesario que sepan, que yo trabajo en un laboratorio de control microbiológico de la calidad…Osease, detecto bichos en la comida…y en este momento tenemos un titipuchal (O sea, mucho) de trabajo, así que eso me obligará a retrasarme un poco para actualizar, créanme, no me gusta esta situación (Sobre todo lo del exceso de trabajo) pero trataré de ser constante y actualizar los fines de semana.
Eso quiere decir que la próxima actualización será el viernes o el sábado de la próxima semana, sin falta.
Además, prometo que sabrán que paso con Harry y el capítulo será más largo…así que guarden esas armas letales (Léase tomates)
Esta semana se festejan las fiestas patrias en mi país, México, así que espero que todos mis paisanos se la pasen muy bien y que no abusen del pozole, los pambazos, las tostadas y el tequila…aunque, si he de ser sincera siempre he pensado que no solo debemos sentirnos mexicanos en Septiembre, sino todo el año, y si realmente queremos a nuestro país, pues festejarlo siendo buenos ciudadanos y sacándolo adelante y…bueno, ya mejor no sigo, porque ya estoy diciendo cosas que ni al caso…no vaya a ser que ahora si empiece la lluvia roja (Noten como estoy obsesionada con los tomates…¿Será porque estoy actualizando salsa Captsup?)
Y, antes de que se me olvide…los Spoilers:
-¿Harry?- él ni la miro, continuó mirando el expediente-. Muy bien, así que tienes uno de tus berrinches- dijo ella, acercándose, de manera que Harry pudo oler su aroma.
-Yo no tengo berrinches- dijo, sin mirarla, pero la taza que había en su escritorio explotó, provocando la risa de ella y él se puso tenso. Nunca antes se había dado cuenta de que su risa tenía un toque provocativo.
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Ella se rió- ¿De que tienes miedo, Harry? ¿De qué me enamore perdidamente de ti y te pida que sigamos casados?- tomó un cojín del sofá y se lo arrojo-. Vamos, te conozco lo suficiente como para saber que nunca podrías ser el tipo de marido que quiero
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No había podido evitar enfadarse al oírle decir que él nunca sería el marido que ella quería…tal vez, si le diera un oportunidad…Harry se quedo asombrado, ¿Desde cuando había querido ser el marido de Hermione, si su matrimonio no era real?
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¿Qué les parecieron? Ahora fueron muchos para compensar lo corto del capítulo…y dejarlos intrigados…ñaca ñaca, soy muy mala.
Bueno niños, los dejo…no olviden dejar un review, me harán inmensamente feliz y me quitarán el estrés.
Besos a todos
Y ¡¡¡Viva México!
Ady
