Capítulo 8. La dulce vida de recién casado.
2ª. Parte.
Harry se despertó e inmediatamente notó el aroma a flores. Abrió los ojos. Estaba amaneciendo y la habitación estaba a oscuras.
Hermione le daba la espalda y él la estaba abrazando, y unos mechones de su cabello, que se escapaban de la trenza, le hacían cosquillas en la nariz. No recordaba haberla abrazado, pero debió hacerlo en algún momento durante la noche.
Pensó en moverse, pero no quería despertarla. Cerró los ojos y recordó la noche anterior, justo antes de que ella apagara la luz. Al oler el aroma de la loción, girarse para ver lo que hacia y verla con el pijama sexy de seda color beige, se había sorprendido.
Hermione, por su trabajo, solía llevar siempre pantalones y camisetas, y cuando por casualidad se ponía vestido, solía ser suelto, sin ajustarse a su silueta. Pero le gustaba la ropa interior sexy, de seda y satén, y eso añadía una nueva dimensión a la mujer que era su mejor amiga. Tal vez habían pasado tanto tiempo juntos y se sentía tan cómoda con ella, que nunca la había visto como una mujer.
Por eso se había puesto de mal humor la noche anterior. Se había sentido como si estuviera compartiendo su cama con una extraña…y eso no le gustó.
Con la calidez de Hermione contra él y el aroma que se desprendía de ella, el cuerpo de Harry comenzó a responder, y entonces decidió levantarse. Movió el brazo que la cubría muy suavemente y se levantó metiéndose al baño. Ella no se movió.
Al estar bajo el chorro de la ducha, volvió a pensar en Herms vestida con esas prendas de seda. Había sentido un deseo intenso y eso lo había irritado. Se suponía que eso no debía pasar, no estaba en el trato. Tenía que dejarla embarazada, pero los sentimientos no estaban en el plan.
Al salir de la ducha, había conseguido calmarse. Hermione seguía dormida. Harry salió del dormitorio sigilosamente y entró en la cocina que daba a la parte trasera de su propiedad.
Se había arriesgado al invertir casi toda su fortuna para comprar la casa y las más de 40 hectáreas que la rodeaban. Había sido uno de los mayores riesgos, pero se estaba recuperando. Era el único medimago en Hogsmeade y era muy reconocido por la comunidad de sanadores de Europa.
Estaba sentado a la mesa tomando su segunda taza de café cuando entró Hermione. Se había recogido el pelo en una nueva trenza y llevaba vaqueros y una camiseta rosa.
-Buenos días, señor Cascarrabias- dijo mientras cruzaba la cocina.
-Anoche estuve un poco pesado¿no? Lo siento. Supongo que fue culpa del cansancio y de los restos de la resaca.
-Acepto tus disculpas- se sentó a la mesa con una taza de café y apareció otro mantel amarillo y un plato de fruta-. Después de ayudarte con los pacientes, voy a ir a comprar los pergaminos para escribir las notas de agradecimiento y empezar a enviarlas, y también voy a hacer compras para la casa. Esos platillos que te han traído parecen interesantes, pero han estado congelados mucho tiempo.
-No te preocupes por la comida, yo la compraré. Eso es lo que hace un marido-dijo sonriendo-. Si vas a Quigley, diles que lo carguen a mi cuenta- Ella asintió con la cabeza y bebió un sorbo de café-. ¿Has dormido bien?- Harry se preguntó si Hermione se habría dado cuenta de que se habían abrazado durante la noche.
-Como un tronco. Creo que no me moví en toda la noche.
Si que lo había hecho…se había abrazado a él, apretándose contra su cuerpo. Pero si no lo recordaba, él no iba a decírselo. Terminó el café y se levantó.
-Voy al hospital para empezar a trabajar. Con un movimiento de su mano, la taza quedó completamente limpia y en su lugar. Después se inclinó y acarició a Tizne detrás de las orejas.
-Yo recogeré la casa, limpiaré la arena de Tizne e iré a ayudarte.
-Tómate tu tiempo- respondió mientras salía.
El sol comenzaba a calentar, y cuando entró al hospital, Mellie lo saludó amigablemente. Tenía a algunos pacientes esperando. Entró a la oficina, encendió la computadora y abrió su agenda, los informes más recientes de los pacientes que atendería se abrieron automáticamente. Tenía dos citas esa mañana, un check up, la visita al hijo de Jess Manning, Blue, y por la tarde tenía que ver al señor Stryker...pero antes de todo eso, había personas esperando que debía atender.
Ya había examinado a cuatro de sus pacientes cuando Hermione se unió a él. Mellie le permitió ser la asistente de Harry.
Atendieron a algunos niños, a los que Hermione premió al final con una paleta, los heridos del ataque a Hogsmeade fueron dados de alta definitivamente.
Acababan de atender al último paciente y bromeaban con Mellie, cuando oyeron pasos en el exterior, señal de que alguien llegaba.
-Debe ser Jonathan Richman, que viene por su Check-up- dijo Harry, y se dirigió a la puerta, junto con Hermione. Jonathan Richman era un mago ya entrado en años, medio gruñón y terco, que disfrutaba sacando al medimago de sus casillas.
Harry frunció el ceño al ver en el camino a un niño que no conocía, con una caja de zapatos en la mano y una mujer adulta tras él.
-Es Jimmy Sinclair- dijo Hermione-. Es un alumno de primer año de Hogwarts…de Gryffindor, por cierto.
-Hola Jimmy- saludó Hermione.
-Hola profesora Granger…quiero decir, Señora Potter. Mi mamá me ha traído aquí porque Whiskers ha muerto y ella dice que el Dr. Potter sabe que hay que hacer.
Harry sonrió a Jimmy y se arrodilló frente a él-. ¿Whiskers está en la caja?- preguntó suavemente. Jimmy asintió. Tenía los ojos brillantes, y apretó la caja contra su pecho.- ¿Puedo echar un vistazo?
El niño dudó un momento y después le dio la caja a Harry, que la abrió y miró dentro. Había un hámster muerto sobre un lecho de papel.
Harry sabía lo dolorosa que podía ser la pérdida de una mascota, y no importaba si era un perro, un gato, un hámster o un pez. Lo había vivido junto con Hermione al morir Crookshanks…le había ofrecido un lugar dentro de su propiedad para sepultar ahí a su amado gato y para ayudarla a superar su tristeza. Desde entonces, cada que alguien perdía una mascota, acudían con él.
Al principio había pensado en negarse…pero su amiga se lo había pedido con ese brillo tan especial en sus ojos y no había podido decir que no. Cerró la caja y se la dio a Jimmy-. Tengo un lugar especial para Whiskers. Mientras voy por una pala, podrías decirle a tu mamá que vamos a dar un paseo y que volveremos enseguida.
El niño corrió a decírselo a su madre y Harry entró a la casa en busca de una pala.
Momentos después, Harry, Hermione y Jimmy echaron a andar por el camino. Harry puso una mano en el hombro del chico.
-¿Durante cuanto tiempo has tenido a Whiskers?
-Desde que tenía 6 años. Ahora tengo 12. Anoche cuando me fui a la cama estaba bien. Estaba corriendo en su rueda. Cuando me desperté esta mañana fui a la jaula a darle los buenos días y estaba muerto.
Harry le apretó ligeramente el hombro con afecto. Era un niño muy guapo, con cabello rubio y unos enormes y expresivos ojos cafés-. Jimmy, los hámster, aunque sean mágicos, no viven mucho tiempo. Creo que Whiskers murió de viejo.
-¿De verdad?- Jimmy miró a Harry, más tranquilo-. Pensé que a lo mejor había hecho algo mal, pero no se me ocurría que podía haber sido.
-No- contestó Harry-. Entiendo de estas cosas, y Whiskers tiene toda la apariencia de haber muerto de viejo.
Jimmy suspiró aliviado y Hermione sonrió a Harry por encima de la cabeza del niño- Él intentó no fijarse en como los rayos del sol arrancaban reflejos brillantes a su cabello.
Pasaron junto a los arbustos de Zarzamora junto al estanque y atravesaron un prado lleno de flores. Al fondo del prado, había un pequeño bosquecillo y un terreno rodeado por una valla de madera. Harry abrió la valla para que Hermione y Jimmy entraran.
-En este lugar decimos adiós a las mascotas que han muerto- dijo Harry-. ¿Quieres que ponga a Whiskers en un lugar especial?
Jimmy observó la zona, sonde había varios letreros de madera con los nombres de las mascotas-. ¿Qué tal allí?- señaló un lugar bajo el árbol.
-Ése es un sitio estupendo para un hámster- dijo Hermione.
-¿Whiskers era un buen hámster?- preguntó Harry, mientras comenzaba a cavar.
Hermione se había alejado un poco de ellos…a unos pasos estaba la tumba de Crookshanks. Sabía que a pesar de haber pasado tiempo, su amiga seguía extrañando al viejo gato color canela.
-Si, lo era- dudó un momento y después añadió- pero a veces me mordía- Y una vez lo saque de la jaula y dejé que se quedara en mi cama, pero se escapó. Estuve todo el día sin poder encontrarlo y mi madre se enfadó mucho.
Harry sonrió y dejó la pala a un lado.- A los hámsters a veces les gusta explorar. Y eso hace que las mamás se enfaden mucho.- El medimago agarró la caja y vio que Hermione se acercaba a Jimmy y ponía una mano sobre su hombro- Lo envolveremos en el papel y tiraremos la caja¿De acuerdo?- Jimmy asintió y observó a Harry mientras metía al animalito en le hueco que había excavado-. ¿Sabes, Jimmy? Ésta no es la última vez que verás a Whiskers. Cuando vayas al cielo, Whiskers estará ahí, esperándote.
-¿Y me morderá el dedo?
Harry sonrió y negó con la cabeza-. Oh, no. En el cielo, las mascotas no muerden…o arañan- añadió viendo a Hermione y sonriéndole.- Ahora¿quieres decirle unas palabras a Whiskers para despedirte el él?
Jimmy asintió y se acercó a la pequeña tumba.- Adiós Whiskers, fuiste un buen hámster y un buen amigo…te veré en el cielo.
Por un momento, Harry pensó que Jimmy iba a llorar, pero aunque sus ojos estaban muy brillantes, miró a Harry y asintió con la cabeza. Solemnemente, el medimago comenzó a llenar el agujero de tierra, mientras pensaba que el niño era un digno representante de la casa de los leones.
Hermione, sacando su varita, creó una pequeña lápida de madera para el hámster.
Al regresar a la casa, Harry prometió a Jimmy que podría visitar la tumba de Whiskers siempre que quisiera. Hermione estuvo unos minutos hablando con el chico sobre lo mucho que disfrutaría el siguiente curso escolar, después saludaron a su madre y poco después se marcharon.
Harry comenzó a caminar hacia el granero, pero sintió que Hermione lo miraba.
-¿Pasa algo?- preguntó
Ella se encogió de hombros y suspiro-. Estaba pensando que es una pena que no quieras tener hijos, porque serías un papá formidable.- Sin esperan respuesta, se dio vuelta y se dirigió a la casa
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Hermione llevaba casada semana y media. Abrió la llave para añadir algo más de agua caliente y se metió lentamente en el baño perfumado.
Harry estaba terminando las tareas del día y cuando se duchara, irían a Londres al teatro y a cenar. Sería su primera comida fuera desde que se casaron.
Pero Hermione no estaba preocupada por su salida. Ese día había recibido una lechuza del Departamento de Aurores, recordándole que su año sabático vencería en Enero y que sería todo un honor tenerla de regreso, junto con el nuevo contrato y un muy buen aumento de sueldo.
El problema era que no estaba segura de si quería regresar o no. Si se quedaba embarazada enseguida, daría a luz en Marzo, además de que por su estado, seguramente tendría que hacer trabajo de escritorio, lo cual no le atraía en lo absoluto, además, no quería tener al bebé y volver inmediatamente a trabajar. Por otra parte, si no lo firmaba y no se quedaba embarazada pronto, se quedaría sin trabajo…aunque eso no le preocupaba en exceso, tenía los ahorros suficientes para vivir bien una larga temporada…y una bruja como ella encontraría trabajo rápidamente en cualquier lado.
Pero, por si eso no fuera suficiente, estaba preocupada por algo más que no se le iba de la cabeza. Tomó la esponja y la deslizó por su cuello. Pensaba que podía ser una ninfómana.
La palabra le resonó en el cerebro mientras terminaba de bañarse.
Había empezado a pensar que podría serlo una semana atrás. Harry u ella habían hecho el amor casi cada noche, y le gustaba. Le gustaba mucho y eso le preocupaba.
Salió de la tina y agarró una toalla, sin dejar de pensar en hacer el amor con Harry. Se suponía que no le tenía que gustar, que solamente lo hacía para conseguir lo que quería. Pero le encantaba sentir su cuerpo cálido, le encantaba el sabor de sus labios. Y, sobre todo, le encantaba como la hacia sentir especial.
Le preocupaba que, en cuanto terminaban de hacer el amor, se ponía a pensar en la siguiente vez. No podía ser por Harry, no sentía nada por él. Y tampoco podía sentirlo, porque eso desbarataría su amistad. Entonces, la única explicación era que le encantaba el sexo. Tenía que ser una ninfómana.
Intentó no pensar en ello mientras se ponía unos pantalones de color beige y una blusa beige con verde esmeralda que no se había puesto antes.
Sería agradable salir a cenar.
Acababa de peinarse cuando entró Harry. Al verla, sus ojos brillaron.- Estás muy…guapa- dijo con un ligero tono de sorpresa.
-Mi marido no me lleva a cenar todos los días. Pero si lo prefieres me pongo unos vaqueros viejos y una camiseta sucia para que no estés tan sorprendido.
-Oye Herms, solo te he echado un piropo, no es para tanto- se quitó la camisa, dejando al descubierto su torso musculoso.
Inmediatamente, ella deseó acariciarle el pecho y apretarse contra su cuerpo. Ese pensamiento la irritó y volvió a pensar en lo que la preocupaba.
-Harry- se sentó en el borde de la cama-. ¿Puedo preguntarte algo?
-Claro, lo que quieras- contestó, y se sentó a su lado para quitarse los zapatos.
Ella se mordió el labio inferior antes de continuar. Era su mejor amigo, podía hablar de cualquier cosa con él…incluso de la posibilidad de que fuera sexualmente insaciable.
-¿Conoces alguna ninfómana?
Él dio un grito ahogado y casi se cayó de la cama-¿Cómo dices?
Hermione sintió que se ruborizaba-. Ya me has oído.
-Te he oído, pero no puedo creer lo que he oído.
-Quería saber si conoces alguna y si son normales en cualquier otro aspecto de la vida diaria, excepto en eso.
-Herms¿en que demonios estás pensando?- preguntó mientras la miraba con sus intensos ojos verdes.
Ella apartó la mirada, avergonzada de haber sacado el tema.- No importa.
Él se rió-. Ah, no. No puedes empezar a hablar de un tema como ese y decir "no importa" ¿Qué está pasando?- ella lo miró y comenzó a llorar. Harry le tomó las manos-. Herms, cielo¿Qué ocurre?
Ella intentó reírse, pero le salió un sollozo entre cortado- ¡Creo que soy una ninfómana!- Harry la miró sorprendido y después comenzó a reírse a carcajadas-. No tiene gracia- contestó ella, llorando y riendo a la vez-. Creo…creo que lo soy.
Él le soltó las manos para limpiarse las lágrimas que se le habían salido de la risa- ¿Por qué piensas eso?- preguntó, mientras también secaba sus lágrimas cariñosamente.
Ella intentó recuperar la calma, sin saber si reír o llorar.
-Harry, me encanta hacer el amor. Me gusta mucho.
-A mí también me gusta- respondió con los ojos brillantes-. Mucho. ¿Eso me convierte en un obseso sexual?
-No, por lo que yo sé, te convierte en un hombre- dijo secamente, levantándose-. Olvídalo.
-No quiero olvidarlo- la agarro del brazo, haciendo que se sentara sobre sus piernas-. Creo que debemos hablar de esto.
Ella se cruzó de brazos-. Ve a darte una ducha. Te estas riendo de mi.
Harry sonrió y abrazo a Hermione, poniéndose de pie sin soltarla.- Solo estoy bromeando, Herms. Créeme, es normal y saludable que te guste hacer el amor, especialmente cuando el hombre con quien lo haces es un experto- le hizo un guiño y la soltó para agacharse cuando ella le arrojó la camisa sucia.
La risa de Harry aún resonaba en la habitación después de meterse en el baño.
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Ya estoy acá dándoles la lata de nuevo…quiero pedirles una gran disculpa por actualizar hasta ahora, pero aún no me repongo muy bien de la mano, y me cuesta mucho trabajo escribir, y como yo primero escribo en un cuaderno el fic y después lo paso a la compu, el proceso es algo tardado, sobre todo con mi mano lastimada.
Mi hermano intentó ayudarme a pasar el fic y a escribir, pero, al fin niño, se desespero muy pronto, además que a él no le gusta Harry Potter…de todas formas, le agradezco su intención nn.
Me temo que ahora las actualizaciones las haré más espaciadas porque…en tres semanas hago mi examen profesional! (Tiempo aproximado, puede ser más o menos una semana) Entonces ya se imaginarán que ando como loca con los trámites, tratando de hacer la presentación del tema, trabajando…y luego esta mano que no me ayuda nada…pero en cuanto pase este estrés trataré de actualizar cada semana, lo prometo.
Muchas gracias a todos los que leen el fic, sobre todo al los que me dejan un review…muchisisisisisimas gracias, la última vez que cheque los reviews casi llegaban a los 300, es increíble! Les agradezco mucho su preferencia y su tiempo, en especial a: Mephista, Arlet, Hibari, Elizapotter, Bella Paola, Sanke, Alejandra13, Janys7, Alexis Isilme, Cammiel, Laudiggory, Orkin, Naremoon, ShadowBlack, Gaby, Alexa-potter, MayeEvans, Yugo, Mariana8, Gabita, Andre, Pan-nany11, FranGilraen, LaraG, Ilona Potter, Karly Radcliffe, Cornamentaao, Erol Haruka, Kry Potter, Elen-Grantter, Billiwig, Lady Sky, Jane Potter (Si, cremallera es Ziper o cierre, como le decimos a acá..y en cuanto a la frase, se refiere a que no era un tema que pudiese hablar con Harry como si fuera cualquier cosa nn)Autista, Dark-Tsubasa, Ninniel, Lorena Potter, GAby, Ginger, Osivoli, Mara, Dore-Malfoy, Wordenwood, Damis Black, Calipso, Aiosami, Derxinef, Pgranger, Jidael Minraelistis, Noin ange, Lilyem, Lady amatista, Alifelton, Karla-Karlila, Vangie Mcdermott, Qukipotter, Zephyrpotter, Ursula, ClaudiaBalck, ShadowBlack ( Gracias por molestarte en dejar otro review) Sachielitax, Autista (Gracias por molestarte en dejar otro review) Yoyi y Lizet.
Lamento mucho no haber contestado como se debe sus reviews, pero el tiempo y la mano (más que nada) me lo impidieron…de verdad, no saben como agradezco que se tomen la molestia de leer mi humilde historia
AVISO IMPORTANTE: Estamos ya en los últimos capítulos, así que si quieren saber que pasa con esos dos necios…pues no se pierdan los siguientes episodios…y algo me falta…¡ah, si! Spoilers! (Ya viene el concurso!)
-Hermione, necesitamos hablar
-No me digas que has cambiado de idea.
-No, todavía intento dejarte embarazada, y nos divorciaremos como hemos planeado, pero no puedo desprenderme de mi hijo así nada más. Quiero la custodia compartida.
Miro a Hermione, pensando encontrar enfado en su rostro y en sus ojos, pero encontró una sonrisa que hizo que el corazón le diera un vuelco.
-No me sorprende. Esperaba que llegarás a esa conclusión...(…)…Sé que tipo de hombre eres, Harry. Es una de las razones por las que quise que fueras el padre de mi hijo…porque sé que cuando es necesario, no das la espalda y te marchas. Y ahora voy a preparar la cena…¿Vienes?
-Iré en seguida- dijo, y se quedo sentado en el pasto. Necesitaba pensar y comprender cómo era posible que Hermione Jane Granger…perdón, Potter lo conociera mejor que él mismo.
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Después del concurso, Harry y Hermione se alejaron del lugar hacia un pequeño bosque, desde donde siempre veían los fuegos artificiales.
Aparecieron una manta y se sentaron a esperar
-…(…) –No quiero hablar de eso ahora- se inclinó y agarro un rizo dorado de su esposa-. Lo que quiero es relajarme y disfrutar de lo que queda de un día casi perfecto.
-¿Casi perfecto¿Qué podría hacerlo más perfecto aún?- preguntó la chica enarcando una ceja.
-Tenemos media hora antes de que empiecen los fuegos artificiales- le recorrió la mejilla y los labios con un dedo, mientras la miraba con ojos ardientes.
Hermione sintió que se le secaba la boca y se le aceleraba el pulso-. ¿En qué está pensando, Señor Potter?
-Sólo en un pequeño revolcón en la hierba con la Señora Potter
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¿Qué les pareció? Interesante¿verdad? Y más cuando Hermione descubra que…ájele¿Qué dijeron? Ya nos dijo…¡Pues no! NO se pierdan el siguiente capítulo…
Un beso y un abrazo a todos
Ady
