Nota de la Autora: Sábado 3 de Septiembre de 2005.

¡Hola cómo estáis! Yo bien, ya en casa y habiendo descansado mucho en las vacaciones.

Volví a casa el día 29 de Agosto, pero siento mucho no haber subido el cap como os prometí, he tenido problemas con el PC, con deciros que por poco me borra los archivos del fic, lo digo todo. Además de eso, no sé por qué, no lograba subir el fic. Pero bueno, ya lo he conseguido. :-)

Doy gracias a las personas que han estado dejando Reviews durante las vacaciones y doy la bienvenida también a los nuevos lectores que siguen mi historia. Mando un saludo especial a hibari por haberme ayudado en lo que ella sabe (no demos pistas, por si acaso). Sin más, os dejo con el fic. Os aviso de que este cap es largo. Un beso a tods. RAKAoMi.


Simbología:

Lo que va en guión, son los diálogos de los personajes.

Lo que va en cursiva y comillas, son los pensamientos de los personajes.

Lo que va en negrita, es importante, prestad atención.

Lo que va en mayúscula, indica gritos o una fuerte emoción.


Cap.24. " La Alineación de Estrellas."

Con rapidez, así es como entró Hermione Granger en su habitación. Sin tiempo que perder, cogió las cosas que necesitaba y se fue al despacho de Minerva McGonagall.

- Señorita Granger, me alegra verla de nuevo. ¿Se encuentra mejor?

- Sí profesora, gracias.

- Bien, comencemos, tome asiento por favor.

- Profesora¿puede recordarme en qué consiste la Alineación de esta noche?

- Por supuesto querida. La Alineación de estrellas es un aviso que nos indica, que sólo tenemos tres días para descubrir a Lori antes de que ella abra y active el Portal que unirá el mundo del Caos con el nuestro.

- Y para que ella tenga éxito, debe tener la Llave¿verdad?

- Exactamente.

- Pero la llave no tiene forma y está escondida en el interior de algo, aunque no sabemos en qué y sólo podrá ser utilizada por alguien ajeno a la propia Lori ya que con la diosa, la llave no funcionará.

- Eso es.

- Lo que no entiendo es… ¿quién más, aparte de Lori, querría activar un portal que podría destruir el mundo?

- Alguien con esas intenciones.

- ¿Voldemort?

- No lo creo, señorita Granger. El innombrable es malo, pero no tanto como para destruir el mundo que él mismo quiere gobernar.

- Entonces ¿quién podría querer hacer algo tan terrible?

- Sinceramente…no lo sé.

- ¡Pues estamos apañadas!

- No se desespere, saldremos de ésta, querida, siempre lo hacemos.

- Ya…pero…no sé si esta vez ganaremos, profesora, esto se va complicando por momentos. Por mucho que busco ¡no encuentro a Lori!

- Sí…parece que se la hubiese tragado la tierra.

- Quizás nos equivocamos, profesora, puede que ella no esté en el cuerpo de alguien, como supusimos en un principio.

- Entonces estará en un sentimiento.

- Sí pero… ¿en cuál?

- En alguno negativo.

- ¡Pero es que todas las personas, incluso las que son buenas, tienen sentimientos negativos en su interior y yo no puedo dedicarme a relacionarme con TODAS las personas que habitan Hogwarts, ni en tres días podría conseguirlo, profesora McGonagall. Se tarda AÑOS en llegar a conocer a UNA SOLA PERSONA, y ni si quiera tras una vida entera junto a alguien, se la llega a conocer del todo! . ¿Cómo podría yo, examinar y/o conocer TODOS los sentimientos de la gente en menos de 3 días? . ¡ Es imposible!

- Entonces sólo nos queda esperar a que Lori se presente e intentar detenerla en el momento en que abra el Portal.

- ¡Joder, qué esperanzador!

- Qué quiere que le diga, me encuentro tan descorazonada como usted.

- Lo dudo mucho, al fin y al cabo, usted no tiene que luchar contra ella. Puede que cuando termine todo, usted salga viva pero yo… es muy posible que acabe muerta.

- Lo sé, pero aunque eso ocurriese, no se preocupe, no estará sola.

- ¿Cómo dice?

- Digo que…aunque usted muera, no estará sola. Tendrá compañía.

- ¿Me está diciendo que habrá alguien conmigo en la otra vida?

- Oh sí, por supuesto. Más de una persona, se lo aseguro. Y todas esas personas, estarán más que encantados, de estar junto a usted por toda la eternidad.

- ¿Por qué?

- Porque usted es la salvadora del mundo, y alguien así, tiene mucho valor.

- Ah… ¡Qué bien, me querrán por ser famosa!- dijo Hermione con fastidio.

- No, señorita Granger, no es eso. La querrán porque usted será como el ángel de la esperanza.

- ¿El ángel de la esperanza?

- Sí, el ser que conseguirá que no se pierda la fe en la vida y las ganas de vivir.

- No, si ahora resulta que soy lo más de lo más¡y yo sin saberlo!

- Comprendo su fastidio, señorita Granger, pero le aseguro, que usted, tiene muuchos amigos y no sólo terrenales como el señor Potter o Weasley.

- Y esos amigos no terrenales¿dónde están?

- Junto a usted, querida, siempre han estado acompañándola aunque usted no pueda verlos.

- ¿Cómo Arion?

- Sí, como el Dios Arion, o la primera bruja que ayudó a Arion y que Lori mató, Lak, todas las antiguas Elegidas e incluso, la madre del señor Potter.

- Un momento¿mencionó usted a Lak?

- Sí, lo hice.

- Pero ¡ella no es mi amiga, sino todo lo contrario! . ¿Olvida que intentó matarme cuando la invoqué?

- Pero eso fue un caso aislado, querida. Le aseguro que ella no volverá a hacer nada contra usted.

- ¿Por qué está tan segura de eso?

- Porque ella al fin y al cabo, es una Elegida, y como Elegida, tiene como prioridad acabar con Lori. Además, ella sabe que usted es la más poderosa de las Elegidas, por lo tanto, no le conviene tenerla en su contra.

- Pero eso no signifique que sea mi amiga, a ella no le interesa serlo, le interesa que yo gane.

- Se equivoca, querida, a ella no le interesa usted por el hecho de que pueda ganar, le interesa como persona, ella le admira muchísimo.

- ¿Y usted como lo sabe?

- Digamos que tengo mis medios para saber esas cosas.

- ¿Acaso habló con ella?

- No, pero sé lo que hay en su interior y puedo afirmarle con total seguridad, que no es nada malo. Es cierto que ella está loca y es muy peligrosa, sobre todo cuando se enfurece, pero puedo decir con total convicción de no equivocarme, que Lak, tiene mucho que ofrecer a este mundo, incluso a la misma Lori.

- ¿Qué podría querer Lori de Lak?

- Algo que está en su interior.

- Un momento…eso me suena. Algo que está en su interior…algo que está en… ¿la Llave?

McGonagall sonrió levemente, casi de forma enigmática.

- ¿Lak tiene la llave?

- Es posible.

- ¿Es posible, quiere decir que no está segura?

- Exactamente.

- ¿Y por qué piensa que ella podría contener la llave?

- Porque es lo más lógico. No olvide que ella fue la primera Elegida, por lo tanto, eso es algo que la hace única con respecto al resto.

Al igual que usted es única en su género sólo por ser la última Elegida.

- Ya pero…por qué ocultaría la primera bruja…la llave en el interior de alguien que no está bien de la cabeza…

- Porque sería el último lugar, donde Lori buscaría. Al fin y al cabo, ella no podría pensar nunca, que la llave estuviese dentro de la persona que más odia ella.

- Se equivoca, profesora McGonagall, la persona que más odia Lori no es Lak, sino Arion.

- No, querida, se lo aseguro.

- ¿Por qué está tan segura de eso?

- Porque Lak fue la primera persona que le plantó cara a Lori.

- No, la primera fue la primera bruja que Lori mató. Ella escondió las cosas que la diosa necesitaba ¿recuerda?

- Lo recuerdo, pero eso no implica que Lori la odiase.

- ¿Entonces por qué la mataría si no estaba enfadada con ella?

- Lori la mató porque quiso, y que estuviera enfadada con ella no implicaba que la odiara, Lori sólo sentía fastidio por lo que ella le había hecho, pero no la odiaba.

- ¿Y a Lak sí la odia?

- Con toda su alma. Ya le he dicho que ella le plantó cara a la diosa, no quiso dejarse vencer cuando ella la amenazó, tampoco quiso seguir a sus órdenes a pesar de haber matado a su hijo. ¿No lo entiende, querida?

- La verdad es que no.

- ¡Pero si es muy fácil, señorita Granger. Lori odia a Lak porque no quiso dejarse dominar por ella!

- Así que todo se limita a una cuestión de orgullo¿es eso?

- Sí.

- Vale, considerando que eso sea cierto, sigo sin entender por qué podría tener Lak la llave.

- Ya se lo he dicho, porque sería el último lugar donde Lori buscaría.

- Bueno pero…si esa teoría fuese cierta, entonces eso no quiere decir que sólo Lak pudiese tener la llave, porque si Lori no buscase nunca la llave dentro de una persona, entonces, cualquiera podría tener la llave aún sin saberlo.

- Sí, eso también es posible.

- Incluso usted podría contener la llave, profesora.

- O usted, querida.

- ¿Yo? No lo creo, no soy tan importante.

- ¡Claro que lo es!

- No, yo soy importante por la misión que tengo, pero creo que la llave, en caso de estar dentro de una persona, estaría en el interior de alguien no relacionado directamente con esta misión. Puede que estuviese en Harry, Ron o incluso Dumbledore.

- ¿Y por qué piensa que estaría dentro del director del colegio?

- Porque él es el mago más poderoso que existe, y si la llave tiene tanto poder como para activar un portal de otra dimensión, es más que probable que se encontrase dentro de alguien muy poderoso. Y ya que Voldemort está descartado, sólo nos queda el director, pues todo sabemos que es el mago que incluso el mago más tenebroso que existe, teme.

- Bueno, es cierto que Dumbledore es el único mago al que Voldemort tiene miedo. Sí, es posible que lo que usted está planteando, sea verdad. Él puede tener la llave, pero, si la tuviera, no la activaría.

- ¿Y por qué no?

- ¡Piense en lo que acaba de preguntar, señorita Granger! . ¿Por qué querría una buena persona como Dumbledore, acabar con el mundo?

- Porque quizás, fuese el único medio para salvarlo, profesora.

- ¿Cómo dice?

- Digo…que a veces, para arreglar algo, es necesario destruirlo y volverlo a montar, profesora. Imagine que Lori tiene éxito y trae el Caos al mundo independientemente de donde esté la llave y

- ¡Pero es que sin la Llave, Lori no puede activar el portal!

- Cierto, pero, olvidó usted una cosa, profesora. Lori no necesita la llave para destruir el mundo, sólo necesita ayuda.

- ¿De quién o qué?

- De Rak. Imagine que Rak se presenta, él destruiría el mundo aún sin ayuda de Lori. ¿Verdad?

Entonces…si Dumbledore o cualquier otra persona tuviese la llave, y sabemos que la llave es la que activa el portal…considerando que el portal ya lo habría activado Rak aunque no tuviese la llave porque él sí es un Dios auténtico y por lo tanto, no necesita de cosas secundarias para hacer algo así, la llave seguiría sirviendo como elemento de activación, para alguien con un poder inferior al de Rak, como yo, Lori o cualquier otra persona que no fuese un dios o diosa auténtico, pero que quisiera de alguna manera, detener a Rak y su destrucción, así que la llave sería necesaria para cerrar el portal porque cualquier llave tiene una doble función, abrir y cerrar algo.

- Eso es cierto.

- Entonces ya está, la llave cerraría ese portal que estuviese en funcionamiento y si la llave activase el portal cuando alguien ajeno a Lori deseara que el mundo se destruyese, puede que también lo cerrase si ese alguien que tuviese la llave, deseara que el portal dejase de funcionar. Por lo tanto, sólo tendría que desear que se cerrara y todo terminaría felizmente.

- ¿Y en serio cree, señorita Granger, que si el portal se cierra todo quedará como si nada hubiera pasado?

- No, pero…el mundo estaría a salvo.

- No, el mundo estaría a salvo del Caos, pero no de Rak¿acaso olvida que la intención de ese dios es destruir el mundo para construir otro a su antojo y que él pueda gobernar?

- No lo olvidé. Pero sigo diciendo que el mundo estaría a salvo del Caos.

- Pero no de la destrucción de Rak, querida. En cualquier caso, alguien debería detenerle.

- ¿Alguien como yo?

- O cualquierotra persona dispuesta a dar su vida para salvar al mundo de semejante monstruo.

- ¿Incluso un Dios?

- O un muerto.

- ¿Una persona muerta como Lak?

- O la primera bruja, o Lilian…

- O sea, alguien que sintiera un gran amor por el mundo, tanto mágico como muggle.

- Eso es.

- Entonces Lak está fuera de esos posibles candidatos, porque ella odia al mundo. Acuérdese que se fue a vivir a una oscura cueva y que sólo salía por la noche, para no tener contacto con ninguna persona humana.

- Pero eso sólo fue durante un tiempo, querida, ella volvió a estimar el mundo, ya que fue en ese mundo donde encontró y cuidó a su hijo adoptivo.

- Bueno, eso también es verdad. Entonces estamos en las mismas del paradero de Lori o la llave, cualquiera podría ser válido.

- Sí pero no, señorita Granger. En el caso de la salvación del mundo con respecto a la destrucción de Rak, sólo podría servir alguien con poderes mágicos. Alguien muggle no nos sirve.

- Pero yo soy muggle y tengo poderes mágicos, y sí que sirvo para la misión.

- Pero usted es una Elegida además de bruja, querida, y yo me refiero a que no nos sirve un muggle corriente, sin ningún poder mágico o destino heroico como usted o el señor Potter.

- Harry ¿tiene un destino heroico?

- Claro, él tiene que acabar con Voldemort¿lo olvidó?

- Ah sí, ya recuerdo.

- Por lo tanto, ese alguien debe ser una persona o ser mágico. Pues sólo alguien perteneciente al mundo mágico, es capaz de querer y valorar el mundo que lo rodea.

- Eso no es cierto, profesora, porque hay magos y brujas que no quieren al mundo muggle ni a los que lo habitan y tanto el mundo muggle como el mágico, están dentro del mismo mundo del que estamos hablando.

- Sí pero…aunque no quieran al mundo muggle ni a los propios muggles, eso no implican que odien al mundo en general, porque cualquier mago o bruja, o incluso los elfos domésticos, adoran el mundo en el que viven, aunque no tengan relación con el mundo muggle. Eso no quita que no aprecien al planeta¿entiende?

- Creo que sí.

- Seré más clara, señorita Granger. Toda persona mágica, que habita este mundo en el que vivimos, siente un gran amor por estas tierras, mares, animales y todo lo que hay en nuestro planeta. Todas y cada una de ellas, pueden tener o no, deseos oscuros, pero todas coinciden en una cosa, y es la de conservar el mundo, pues como le dije, incluso gente mala como Voldemort, lo aman, ya que no les interesa destruir algo que ellos mismos quieren habitar o dominar. Por lo tanto, ningún mago o bruja, bueno o malvado, desearía jamás, que el mundo se destruyese¿entiende?

- Entiendo, pero… ¿Qué tiene eso que ver con que ellos sean los únicos capaces de apreciar al mundo?

- Tiene que ver en que los magos, brujas y cualquier otro ser mágico, ama la magia, cree en ella, la valora y usa para conseguir lo que desea.

Si son buenos, la emplearán para que las cosas de este mundo, mejoren, si son malos, la usarán para el mal, pero un muggle no mágico, no podría nunca amar al mundo mágico, ni tampoco usar la magia, puesto que no cree en ella ni tampoco en la existencia de los seres mágicos, o de los magos y brujas que habitamos este mundo, el mismo en el que ellos viven, y como ellos no creen en nosotros ni en la magia, p no puede vernos y tampoco disfrutar de la magia.

Así que…no, un muggle no mágico no podría nunca, querer al mundo tal y como lo queremos nosotros.

- Vale, creo que ahora lo pillo. Si eso es así, estoy de acuerdo con usted.

- Me alegra que así sea.

- ¿Puede ahora decirme las cosas que necesito saber para la Alineación de esta noche?

- Sí por supuesto. Necesitará tomar nota.

- Vengo preparada, profesora, no se preocupe.

- Bien, entonces comenzaré. La Alineación se producirá exactamente a medianoche, y será esencial que usted esté muy atenta a ella.

- Habiendo tantas estrellas ¿cómo localizaré la alineación? Hay muchas estrellas que parecen en línea, y algunas forman dibujos, como la Osa Mayor.

- Esta alineación, no será como la Osa Mayor, señorita Granger. No formará un dibujo corriente.

- ¿Y qué es lo que dibujará?

- Ya lo verá. Y cuando lo vea, corra hacia allí pues la Alineación señalará el sitio donde Lori, aparecerá tres días después para abrir y activar el portal, en el caso en que tuviese la llave.

- Y si no tuviese la llave, no pasaría nada ¿verdad?

- Mentira, sí pasaría. Porque aunque ella no posea la llave, Lori sólo tendría que llamar a Rak, y él sí lo activaría.

- Pero a ella no le interesa que él se presente, ella le tiene miedo.

- Sí pero…situaciones desesperadas requieren medidas desesperadas y Lori está más que desesperada, está al límite, ella necesita con toda su alma, tener éxito esta vez.

- Porque si vuelve a fracasar, Rak vendrá y la destruirá¿verdad profesora?

- Sí, y como toda persona, ella no quiere desaparecer ni dejar de existir. Así que hará lo imposible por ganar, aunque eso signifique invocar a la persona que más teme.

- ¿Y si él viniera, la ayudaría?

- No, es muy probable que la destruyese, pero aún así, ella se habría salido con la suya porque él activaría ese portal que traería el Caos y la destrucción al mundo que tanto ansía Lori.

- Entonces ella no tiene por qué tener miedo de que Rak la destruya.

- ¡Claro que tiene miedo, señorita Granger! Si él la desintegra, ella no tendría forma de volver a vivir como una diosa.

No olvide que ella tiene los poderes que tiene, gracias a que Rak se los dio.

- Pero ella seguiría siendo una Diosa, ella se convirtió en una cuando se casó con Arion. Lo leí en el libro "De Dioses Míticos y Espíritus Milenarios".

- Sí pero ese rango, es sólo honorífico, como un título, se podría decir. El hecho de que ella tuviese rango de Diosa al casarse no es lo mismo que tener poderes de Diosa. ¿Me entiende?

- La entiendo.

- Por lo tanto, si Rak destruyese a Lori, tal y como la conocemos, ella dejaría de ser una Diosa para ser un espíritu común y eso no le conviene.

- Entiendo. Yo también le tendría miedo, si estuviese en la situación de ella.

- Sí, estar miles de años bajo las órdenes de un psicópata, no debe de ser nada agradable. Aunque Lori tampoco es un angelito.

- Pero no es tan mala como parece, profesora. Estoy segura de que todavía, existe algún bien en ella.

- No lo creo, señorita Granger, Lori hace mucho que se corrompió. Nunca volverá a ser la que era.

- Yo pienso que sí, profesora, aún podemos recuperar su alma buena.

- ¿Ah, sí, y cómo piensa hacerlo?

- No lo sé, pero ya se me ocurrirá algo.

- ¿Y usted piensa de verdad, que ella dejará de ser mala así de repente?

- No, de repente no, pero ya haré algo para conseguir que vuelva a ser la de antes.

- Admiro su optimismo, señorita Granger, y también la bondad de su corazón, nadie más que una persona bondadosa y con mucho amor como tiene usted, podría pensar así de Lori. Ojalá no se equivoque, querida, y Lori no sea tan terrible, cosa que dudo, sinceramente.

- Pues no dude, porque sé de lo que le estoy hablando. Hay cosas que no le he contado, pero ahora no es el momento. Sólo voy a decirle que, tuve una especie de viaje astral en el que aparecí en el territorio de Lori. Era un sitio horrible y allí…bueno, ella poseyó mi cuerpo, se metió dentro ¿sabe? Y lo ví, o más bien lo sentí, ella tiene dos almas, una buena y otra mala. La buena pertenece a la antigua Lori, que si no recuerdo mal, se llamaba de otra forma, Loritana o algo así.

- Loriana, señorita Granger, el nombre humano de Lori, era Loriana.

- Bueno, pues, como le decía…Loriana es buena, es la única parte humana que aún queda en Lori, pero esa parte teme salir a la luz, está aterrada, es como si le diese un miedo mortal mostrarse y tomar el control sobre la otra alma.

- ¿Y por qué cree usted que el alma de Loriana tiene miedo de Lori?

- No lo sé, pero…sentí que Loriana tenía pánico de dejarse ver. A pesar de todo, la clave para vencer a Lori está en Loriana. Lo presiento. ¿Cómo podríamos hacer eso profesora, como conseguimos que Loriana nos escuche y obedezca?

- No tengo ni la más remota idea. ¿Un hechizo potente, quizás?

- No lo creo, Lori es una diosa, no creo que nuestros hechizos sean equiparables a los suyos. Ella es muy poderosa y peligrosa, creáme porque sé de lo que hablo.

- ¿Ha vuelto a enfrentarse con ella?

- Sí, pero esta vez…sé a lo que me expongo aunque siento en mi interior, que todavía tiene más de un truco guardado en la manga, para mí.

- No se preocupe por eso, querida, cuando llegue el momento, yo estaré junto a usted en la batalla final.

- ¿Y peleará contra Lori, al igual que yo?

- No lo dude, aunque yo no puedo intervenir mientras usted esté luchando, pero…le prometo que la ayudaré en todo lo que pueda para que logre tener éxito en su misión. Haré todo lo que esté en mi mano, para protegerla, ayudarla y salvarla. Palabra de Gryffindor.

Los ojos de Hermione se empañaron.

- Si pudiera, la abrazaría, profesora.

- ¡Oh no sea usted tonta, señorita Granger! Por supuesto que puede hacer eso.

- Creí que a usted, no le gustaba las demostraciones de afecto con los alumnos.

- Eso es cuando hay público, pero ahora estamos solas, así que nadie puede acusarnos a usted o a mí, de tener favoritismos la una con la otra. Así que…venga aquí, querida, estoy deseando darle un gran abrazo de oso.

McGonagall abrió sus brazos y sonrió dulcemente. Soltando una risa traviesa, la prefecta se levantó con energía de la silla y se abrazó con ímpetu a su profesora favorita. Incluso con su ancianidad, el cuerpo de la profesora no resultó incómodo para Hermione, más bien era cálido e incluso blando, a pesar de su delgadez.

La prefecta cerró los ojos y empezó a recordar su infancia y aquellos abrazos que le brindaba su madre cada día. La Gryffindor aspiró el dulce aroma a canela, que emanaba de la piel de Minerva. Nunca pensó que una mujer de su edad, aún se perfumase la piel, una piel que olía divinamente y que hacía sentir a Hermione, como si estuviera junto a una segunda madre.

Cierto es que no era la primera vez que la profesora le demostraba afecto o que la abrazaba, pero había algo en aquél abrazo, que hizo sentir a Hermione, que era distinto a otros. Era un abrazo que le transmitía cosas como "No te alejes de mí" o incluso "siempre estaré aquí para ti", más propio de una persona familiar o muy cercana, que de una profesora a su alumna.

Hermione se relajó más, dejando su cuerpo casi fláccido, mientras sentía cómo Minerva le acariciaba la espalda suavemente, de arriba abajo, sin pausa pero tampoco sin prisa.

Era algo verdaderamente encantador, una sensación única, tanto, que Hermione pensó, que si McGonagall hubiese tenido hijos, o algún niño o niña a su cargo, habría sido una madre magnífica. Pues estaba más que claro, que bajo su austera apariencia y su severo carácter, el corazón de Minerva McGonagall era uno de lo más nobles y puros, que Hermione había conocido nunca. ¿Quién si no una buena persona, podría dar un abrazo como el que Hermione estaba recibiendo?

La prefecta se acomodó más, colocando su cabeza en el hueco que había entre el cuello y uno de los hombros de Minerva. Entonces sintió como la profesora se acomodaba más y tiraba suavemente de Hermione, colocándola en su regazo, pero no sólo se conformó con eso sino que también, le dio un beso en el cabello y luego otro en la frente.

Hermione suspiró satisfecha.

Sí…era muy agradable sentirse querida, aunque ese afecto viniese de una profesora, alguien que en teoría, nada tenía que ver con ella pero con la que al mismo tiempo, tenía muchísimas cosas en común y no sólo con respecto a la misión sino también en cuanto a gustos personales.

Ambas eran mujeres parecidas, fuertes de carácter, con un corazón valiente y noble y con un gran amor por la magia y el mundo que la rodeaba.

De repente, Hermione se acordó lo que mencionó Lily sobre ella y su marido…

"Somos compañeros de alma" - había pronunciado la pelirroja- "como una especie de alma gemela"

"Pero con un sentido mucho más profundo que el de alma gemela"- pensó Hermione- "Y si es cierto que existen las almas gemelas o los compañeros de almas, entonces McGonagall puede perfectamente ser una de ellas y creo que de alguna manera, estaba destinada a mí."

La prefecta consideró eso durante unos minutos, le estuvo dando vueltas una y otra vez. ¿Qué era un alma gemela al fin y al cabo?

Una persona destinada a estar junto a ti, para aportarte cosas positivas. Tanto si era en el sentido de pareja amorosa, como amistosa, se suponía que un alma gemela era alguien destinado a estar junto a otra persona y cuya compañía, sólo podía aportar felicidad y otras cosas buenas para la persona que tenía relación con esa supuesta alma gemela.

Un alma gemela podía ser un mejor amigo o amiga, con el que se tuviera una buenísima relación y con el cuál sentir una profunda amistad. Por otro lado, un alma gemela también podía ser la pareja "perfecta" de esa persona, alguien con el que te sentías completo y sin el cuál la vida no tenía sentido.

Eso último sonaba a película romántica, Hermione siempre había pensado que la gente exageraba cuando decía cosas así, pero también sabía, que aquellas cosas, cursis o no, eran ciertas.

Cuando pensaba en las personas que la rodeaban y por las cuales ella sentía algún aprecio, se daba cuenta que en realidad, había muy pocas personas con las que ella se sintiera realmente bien o con las que pudiera ser ella misma al 100 por 100. La primera persona que le vino a la mente fue Harry, al fin y al cabo, él había sido el primer chico que se había hecho su amigo y con el que verdaderamente se sentía a gusto.

Recordó cómo lo conoció. En el tren camino a Hogwarts. Ella sabía quién era él nada más verle y reconocía para sí misma, que siempre le había despertado admiración. Al principio por ser "el niño que vivió", pero luego, conforme le fue conociendo, se fue encariñando de él por todo lo que representaba en sí mismo, no por ser el destinado a salvar el mundo de un jodido psicópata que tenía delirios de grandeza.

"Igual que Lori"- se dijo a sí misma- "Con la única diferencia de que Voldemort no tiene nada bueno y Lori al menos, conserva algo de humanidad dentro de ella."

Una dulce melodía empezó a ser oída y a la prefecta le sorprendió escucharla pues salía de los labios cerrados de McGonagall.

"Está tarareando mi canción favorita. ¿Cómo puede saberlo? Nosotras no hablamos de esas cosas."

Decidiendo que por el momento, aquello de la canción no tenía la menor importancia, la prefecta llegó a la conclusión, que una situación como la que vivía ahora con McGonagall, no se daba todos los días. Así que optó por dejar de pensar en todo eso y otras cosas, y limitarse a disfrutar de la compañía de aquella mujer anciana, que, sin darse cuenta de ello, se había convertido poco a poco, año tras año y día tras día, en una de las mejores amigas que había tenido Hermione Granger.

"Sí…Lily tenía razón. Los compañeros del alma y las almas gemelas existen, y Minerva es una de ellas. Doy gracias por ello."

- Gracias.

- ¿Por qué, señorita Granger?

- Por todo, pero sobre todo…por ser como es.

- No, querida, gracias a usted, en todo caso.

- ¿Por qué?

- Le diré lo mismo: por ser como es. Alguien digno de admiración y respeto. Una buenísima persona y mejor bruja aún. Arion y Knorck tenían razón, usted es especial, querida, muy especial.

- No lo soy, profesora. Sólo soy una chica corriente.

- Una chica sí, pero corriente no, desde luego que no. Las brujas no somos mujeres o chicas corrientes.

La prefecta se rió suavemente.

- ¿Puedo decirle algo, querida?

- Claro que sí, profesora, lo que quiera.

- Hay veces que la miro…y me parece estar viendo mi propio reflejo de cuando yo era una estudiante de este colegio. Otras veces, la veo como alguien independiente y única en su género. Pero la mayoría de las veces…veo en usted una gran mujer, alguien que podría conseguir cualquier meta que se propusiera por muy difícil que fuese. Yo creo que existen personas en este mundo, que dejan huella y usted es una de ellas.

- Por favor profesora, va a conseguir que me ruborice.

- Pues hágalo si quiere, pero eso es lo que pienso sinceramente.

- ¿Por qué me tiene en tan gran estima? No creo merecerla.

- ¡Se equivoca, señorita Granger. Por supuesto que la merece! No hay muchos como usted, eso se lo aseguro. Alguien con tantas cualidades y buenos valores y sobre todo, con tanto amor dentro de sí mismo, amor que siente y lo expresa por todos aquellos a quienes estima. Cuando dije que usted era como un ángel, es porque de verdad la veo así.

- Gracias pero…yo entendí que usted se refería a que yo era la encargada de salvar al mundo.

- Y de devolver la esperanza y las ganas de vivir, sí, lo dije y lo repito.

- Pues yo no creo ser tan especial como usted cree. Creo…que simplemente soy una bruja con un destino determinado desde el momento en que nació pero no creo ser una Elegida porque yo sea súper fantástica sino porque simplemente, estaba predestinada a serlo. Tampoco creo ser un ángel, le aseguro que no soy tan buena ni tan santa como usted me está poniendo.

Tengo un genio tremendo y cuando me sacan de quicio, como cierto rubio imbécil integral que por desgracia, conozco, puedo ser tan violenta y cruel, como la propia Lori. Con la única diferencia de que ella tiene más poder que yo. Ya se lo dije antes, profesora, todas las personas, de cualquier clase, tenemos buenos y malos sentimientos en nuestro interior y, tarde o temprano, los usamos y raras veces nos arrepentimos de lo que sea que hayamos hecho, sea bueno, o malo.

- No, si yo no dudo de que usted pueda ser violenta o cruel en determinadas ocasiones, todo el mundo es así cuando la ocasión lo requiere. Incluso yo puedo ser malísima si quiero, pero lo que intento decirle, señorita Granger, es, que a diferencia de otras personas que simplemente disfrutan haciendo el mal a los demás, usted no es así. Usted es buena, es un alma pura.

Es alguien de corazón muy noble. Usted confía en la gente, les guía, ayuda y apoya, aunque en algún momento hayan sido malos o crueles con usted. Incluso con ese rubio que ambas conocemos y que sabemos que se ha pasado muchas veces con usted y sus amigos, incluso con él, sería capaz de ayudarle si él lo necesitase. ¿Me equivoco?

- Bueno…siempre y cuando no intentase matarme o a cualquiera de la gente que me importa.

- ¿Lo ve, querida? Tengo razón. Usted es buena. Lo crea o no, es un ángel. Porque sólo los ángeles son capaces de perdonar todo y de ver la bondad y las buenas intenciones incluso en seres o gente en los que otras personas no creen o confían.

- Eh, un momento, profesora McGonagall, vuelve usted a equivocarse. Yo no veo la bondad y las buenas intenciones en todas las personas o todos los seres.

Yo no sería capaz de ver nada bueno en Voldemort ni aunque él mismo se pusiera de rodillas delante mía jurándome arrepentirse de todo el mal o dolor que hubiese causado antes. Le aseguro que no voy perdonando a todo el mundo, sea quien sea y de la forma que quiera ser. Yo le confirmo, que perdono a quien se lo merece, pero no por el hecho de que quieran mostrarme sus buenas intenciones o hacerme creer que las tienen, voy a picar fácilmente.

- No, si no pretendo insinuar que usted sea una ingenua que se lo cree todo, señorita Granger. Lo único que intento hacerla entender, es que es alguien muy especial y no lo digo porque la estime ni tampoco porque sepa que usted es la Elegida.

Lo digo porque la conozco desde hace años, porque llevo esos mismos años observándola a usted y sus amigos y porque sé ver en el interior de las personas y el suyo, querida mía, es uno de los más bonitos, que he visto a lo largo de mi larga y ancha vida.

- Vale, capto la idea. Una vez más, gracias.

- Una vez más, gracias a usted.

- No quiero ser descortés ni nada por el estilo pero… ¿Podría soltarme ya?

- Oh, claro, por supuesto, discúlpeme si la agobié.

- ¡No, por favor, nada de eso! Lo que pasa es que son las diez, y considerando que dentro de dos horas debo estar atenta a la Alineación, creo que debería ir a cenar algo para tener fuerzas ante lo que pudiese ocurrirme.

"Además, sé que Malfoy me espera para hacerme algo horroroso, o al menos cree que lo conseguirá."

- ¿Cree usted que corre peligro esta noche?

- No sé, pero algo me dice, que no será una noche corriente. "Con Malfoy nunca se sabe."

- ¿Qué es lo que siente, querida?

- Que algo muy malo, me va a ocurrir.

- Pues yo le aseguro, que ese algo malo no tendrá nada que ver con la Alineación, puesto que la propia Alineación, no representa ningún peligro.

- Entonces…es otra cosa. Si no es la Alineación la que producirá algo que me hará daño…es otra cosa, o quizás…una persona. "Y sé muy bien quién, pero ahora paso de contarle mi vida, Minerva."

- ¿Una persona, acaso ha discutido con alguien?

- ¿Discutido? Bueno, sí, pero no sólo con esa persona, también con otras.

- ¿Quiere contármelo?

- No, ahora no. Pero gracias por su interés.

- De nada, querida. Sabe que puede contar conmigo.

- ¿Por qué hay gente así, profesora, por qué disfrutan haciendo daño?

- No lo sé, señorita Granger.

- Es que ¡estoy tan harta de soportar año tras año los insultos y humillaciones de gente como Malfoy o Snape!

- Ellos le hacen daño ¿verdad?

- Sí, sobre todo psicológicamente, pero yo intento no demostrarlo.

- El qué… ¿Qué le hacen daño?

- Claro, qué si no. Si una persona tiene un enemigo, tendrá que tener cuidado de no dejar mostrar sus puntos débiles porque si no, el enemigo los aprovechará para destruir a esa persona que tanto odia. Por eso, intento siempre dar una imagen de alguien muy seguro de sí mismo y sobre todo, intento parecer perfecta, que no tengo puntos débiles o algo que me hiera demasiado.

Sé que en ocasiones, puedo parecer fría, como que sólo vivo en mi mundo, o que nada más que los estudios, me importa. Pero no es así, nunca ha sido así. La gente que me conoce, como usted, mi familia o mis amigos. Saben quién soy yo en realidad, pero el resto de personas que habitan este castillo, no saben una mierda de mí. Ellos se han hecho una idea preconcebida de cómo soy yo, ellos CREEN conocerme, pero se equivocan.

- Pues ellos se lo pierden, señorita Granger.

- Gracias.

- De nada.

McGonagall la acunó durante unos segundos, la prefecta emitió un suspiro de satisfacción.

- Profesora...¿debo saber algo más que tenga relación con la Alineación?

- Sí. Debe saber que Lilian tiene una vara, que mostrará el sitio exacto donde Lori aparecerá dentro de tres días. Debe entender también, que usted tiene que estar atenta y memorizar el lugar exacto que mostrará esa vara, porque luego, no será fácil encontrarlo.

- ¿Por qué no?

- Porque la noche está muy cerrada, señorita Granger, y la luna, alumbrará poco. Si usted no está atenta, si no está lo suficientemente concentrada, puede que luego no sepa encontrar o recordar, el sitio. ¿Entiende?

- Perfectamente, pero no se preocupe, profesora, le prometo que tendré alerta mis 5 sentidos.

- Seguro que sí, no lo dudo.

- Y dígame, profesora, una vez que tenga la vara y que ésta me haya indicado el sitio donde Lori aparecerá¿qué hago con ella?

- Destruirla.

- ¿No debería devolvérsela a Lilian?

- No, ella no la necesita. Lilian estará de acuerdo en que la vara se destruya.

- ¿Y por qué querría ella que la vara desapareciera? No consigo entenderlo.

- Porque sería lo mejor. Peor sería que la vara cayera en malas manos¿no cree?

- Pero ¿quién querría una vara como esa?

- Mucha gente, sobre todo Lori o incluso el propio Rak.

- ¿Qué tiene esa vara de especial, para que Lori o Rak la ansíen tanto?

- Tiene el poder de la creación.

- ¿CÓMO DICE?

Hermione se apartó rápidamente de Minerva y la miró más que asombrada.

- Digo, que esa vara, tiene el poder de la creación. Pero una creación muy peculiar, que resultará según el corazón de la persona que lleve la vara. Es decir, si la vara la maneja una persona buena, sólo hará bien, pero si la usa alguien malo, los resultados serán terribles.

- Pero yo creí que la vara, sólo indicaría el lugar donde Lori aparecería…

- Y así es, pero además de eso, tiene otras funciones, el más importante es el de la creación, como ya he dicho.

- ¿Y qué es lo que crea?

- Cualquier cosa que quiera la persona que porte la vara.

- O sea, si por ejemplo esa vara cayese en manos de Lori y ella quisiera crear un terrible ejército para acabar conmigo o incluso el mundo entero¿la vara lo haría?

- Sí, con sólo pronunciar el deseo, la vara lo convertiría en realidad.

- ¡Señor, es algo asombroso!

- Además de peligroso, señorita Granger. Por eso…hágame caso. Destruya la vara en cuanto le haya mostrado el punto de aparición. ¿De acuerdo?

- Sí.

- Muy bien, querida. Y ahora…váyase a cenar. Sus amigos estarán esperándola.

- No creo, ya son las once. Lo más probable es que se hayan ido a dormir. "Jódete Malfoy, llevas una hora esperándome y lo que es yo, no pienso ir a buscarte. Paso de ti."

- ¿Todos? No lo creo, señorita Granger. Estoy segura que habrá alguien esperándola. Por ejemplo…alguien con ojos verdes, que lleva gafas y que posee una cicatriz con forma de rayo, situada en medio de la frente.

- Alguien como Harry Potter ¿Mmm?

- Alguien como él, sí.

- ¿Y usted cómo lo sabe?

- Rutina, señorita Granger. Él siempre la espera despierto, antes de acostarse. Lleva años haciéndolo. Sé que le encanta hablar con usted, o más bien, lo que disfruta es estando con usted, ya sea charlando, escuchándola o simplemente observándola en silencio.

- Profesora…

- ¿Qué? No me mire así. Yo sé lo que sienten el uno por el otro. En realidad siempre lo he sabido. No es la primera vez que ocurre ¿sabe?

- ¿No es la primera vez que ocurre el qué?

- Que dos buenos amigos, se enamoren perdidamente el uno del otro.

- ¡Profesora!

- ¿Sí, querida?

- Nada. Jajajjajajaaaa.

- ¿Por qué se ríe?

- Por nada en especial, es que me hace gracia saber, que la jefa de mi casa, sabía incluso antes que yo misma, lo que sentía por Harry.

- Sí, bueno, era bastante obvio. Sólo había que observar con atención.

- ¡Pero si yo llevo AÑOS ocultando lo que siento por él! . ¿Cómo va a saberlousted sólo observándome?

- Porque se ve, señorita Granger. Bueno, no es que usted lo lleve escrito en la cara, pero cualquier persona que sea observadora y se tome la molestia de analizar las cosas entre líneas, como se suele decir, se dará cuenta enseguida que Hermione Granger ama a Harry Potter y viceversa.

- Vale, vale, lo capto. O sea, que nada de demostraciones de afecto cuando haya gente alrededor.

- Sí, mejor evitar a los cotillas, pero sobre todo, evitar a Lori.

- ¿Qué tiene que ver la diosa con lo que yo sienta por Harry?

- Tiene que ver con que, si ella averigua por casualidad, que él es lo más importante para usted, ella intentará usarlo en su contra, es decir, intentará hacerle daño a él para dañarla a usted. O para conseguir que usted se corrompa. ¿Me comprende?

- O sea, que suponiendo que él sea mi punto débil, nadie debe saberlo porque si no, tanto él como yo, correríamos un gran peligro.

- Eso es, señorita Granger. Bueno, creo que debería irse ya, querida. Además, le comunico que el señor Potter está en la Sala Común, tumbado en el sofá rojo, esperándola. Y le aviso también de que cuando usted se encuentre con él, no será fácil quitárselo de encima, así que lo mejor que puede hacer, es evitar entrar en la Sala Común hasta que haya terminado con lo de la Alineación.

- De acuerdo.

- Y ahora, váyase.

- Sí pero antes… ¿Cómo sabe todo lo que me ha dicho sobre Harry?

- Porque tengo mis medios para averiguar lo que me interesa.

- Por cierto¿dónde está Winky?

- En las cocinas¿por qué?

- Porque ella tiene algo que necesito. "La vara de Lilian"

- Lo sé, por eso debe ir usted a las cocinas y pedirle a Winky que se lo entregue, de todas formas, ella lo hará sin oponer resistencia. Al fin y al cabo, esa elfina la adora a usted. Vamos, márchese ya.


Tras despedirse de Minerva, la prefecta salió de la habitación, rumbo a las cocinas, con la intención de ver a Winky y que ella le diese la vara de Lilian. No había andado mucho cuando se encontró con Ginny Weasley.

- Hola Hermione.

- Hola.

- ¿Puedo hablar contigo?

- ¿Ahora? Es que estoy algo ocupada. ¿No puede ser más tarde?

- Por favor…- los ojos suplicantes de Ginny, la conmovieron.

- Está bien. "Pero no pienso ir a donde Malfoy me espera."

- Sí pero aquí no, vayamos a otro sitio.

- ¿Dónde? "Que no quiero ir, que tengo sólo media hora para conseguir la vara y ver la Alineación."

- Al Roble Centenario, allí tendremos intimidad, además, quiero enseñarte algo.

"¿Al roble? No, si ya lo sabía yo. Claro, como Malfoy tiene a Ginny coaccionada, ella debe llevarme donde esté él. ¡Pues que esperen Joder, tengo cosas más importantes de las que ocuparme!"

- Lo siento mucho, Ginny, pero es que ahora no puedo, de verdad que no. ¿Qué tal si mañana me lo cuentas?

- ¡No, tiene que ser esta noche!

- Pero… ¿por qué tanta prisa, ocurre algo? " Se está poniendo blanca¿tanto miedo tiene de no cumplir la voluntad de ese cretino?."

- ¡No, sólo quiero que vengas conmigo al Roble Centenario, por favor Hermione!

- Está bien, iré. "Sé lo que me voy a encontrar allí, o más bien a quién. Bueno, supongo que cuanto antes acabe con este asunto, mejor. Además, si por lo que fuera, no me diese tiempo a ver a Winky y pedirle la vara, siempre puedo acceder a ella usando el hechizo Accio, tal y como hice con la escoba de Harry cuando Lak quería matarnos."

- ¡Gracias Hermione, te aseguro que no te arrepentirás! "Perdóname por esta traición, no tengo elección."

- ¿Qué es lo que vas a enseñarme? "Sé que haces esto contra tu voluntad. Pero preferiría que me dijeras la verdad."

- Lo verás cuando lleguemos allí. "Me odio por lo que estoy haciendo pero más odio a Malfoy. ¿Y dice el refrán que "los que se pelan se desean"?. ¡ Mentira! Yo no le deseo de ninguna otra forma que estando ¡muerto!. ¡Que se muera, que le ocurra algo horrible, a él y su asquerosa familia, que lleva AÑOS humillando a la mía. Odio a los Malfoy, los odio los odio los odiooooooo!"

Hermione y Ginny llegaron a las puertas de entrada al castillo y que daba acceso a los terrenos del lago y al bosque prohibido.

La prefecta abrió la puerta, iba a atravesarla cuando Ginny la miró con decisión.

- ¡Espera Hermione!

- ¿Ocurre algo?

- ¡Sí! YO…

- Tú… ¿qué? "Vamos Ginny, dímelo."

- Yo…yo…sólo quiero decirte que…que…

- ¿Qué?

- ¡Que te quiero mucho!

"Mierda, aún tiene miedo." - Y yo a ti.

- Y pase lo que pase, siempre seré tu amiga.

- Yo también respecto a ti.

- Y…

- ¿Y?

- No, nada.

- Bueno, está bien, ya no aguanto más. Ginny, suéltalo de una vez.

- ¿El qué?

- Lo que te ha obligado Malfoy a hacer contra mí, vamos, dímelo. Te sentirás mejor.

- ¿Cómo sabías que Malfoy y yo estábamos implicados?

- Porque os escuché la noche que él habló contigo y conozco los motivos por los que te está obligando a cooperar con él. Sé lo de Dean y lo de la poción que queríais regalarme por mi cumpleaños. De antemano, te doy las gracias por el regalo pero también te digo que no lo necesito, no necesito nada, me conformo con estar con mis amigos.

- Oh Hermione ¿por qué eres tan buena?

- ¿Por qué nací así? De todos modos, no soy santa, Ginny. Pero gracias por quererme.

- ¿Y quién no podría quererte? Soy afortunada de tenerte como amiga.

- Ídem.

- Entonces… ¿vamos al roble?

- Sí y no te preocupes por nada, la única persona que saldrá mal parada, será él.

- Sé que siempre has sido una fuera de serie, Hermione, pero tengo miedo.

- Tranquila, todo irá bien.

Cuando Ginny y Hermione llegaron al Roble Centenario, eran las doce menos cuarto y a Malfoy no se le veía por ninguna parte.

- Esto no me gusta Hermione, se suponía que él estaría aquí.

- Se habrá cansado de esperar.

- ¿Tú crees?

- Sí, Malfoy es cabezota, pero no tanto. No creo que nos esperase eternamente. Bueno ¿sabes qué? Mejor que no esté. Una preocupación menos de la que ocuparnos.

- Sí. ¡Hey, podríamos explorar el lago! El otro día descubrí un sitio repleto de luciérnagas. ¿Quieres que te lo enseñe?

- Ahora no Ginny, no es que quiera ser descortés ni nada por el estilo pero, ahora no tengo tiempo. Debo irme.

- ¿A dónde?

- Eh…a un sitio. "A las cocinas, tengo que encontrar a Winky, pero ya casi no me queda tiempo."

- ¿Qué es lo que te ocurre Hermione?

- Nada.

- No mientas, sé que ocultas algo. Últimamente apenas te veo, casi nadie te ve. ¿Qué es lo que te traes entre manos?

" La salvación del mundo mágico." - Nada en especial.

- ¿Por qué no confías en mí?

- ¿Qué?

- ¡Por qué no me dices lo que pasa!

- Ginny, no te enfades conmigo, por favor.

- ¡Es que sé que ocultas algo y quiero saber qué es! Me tienes preocupada.

- Pues no tienes por qué estarlo, no me pasa nada.

- ¡No mientas!

- No te estoy mintiendo. ¿No ves que estoy perfectamente?

- ¡Deja de intentar cambiar de tema Hermione, sé que ocurre algo que no quieres que sepa!

- Mira Ginny, no te tomes a mal lo que te voy a decir pero… hay cosas en mi vida que no te contaré nunca porque creo que no te conciernen y tampoco debes implicarte en ellas. Es cierto que llevo días sin mantener contacto con casi nadie. Lo único que puedo decir en mi defensa es que estoy haciendo una…tarea especial para McGonagall.

- ¿Más trabajo extra?

- Sí, podríamos llamarlo así.

- ¡Pero si no te hace falta, Hermione. Eres la alumna con las notas más altas de todo Hogwarts!

- Sí pero, digamos que lo que tengo que hacer, es necesario para mi futuro. " Y el del resto del mundo."

- ¿Y no puedo ayudarte?

- No, lo siento. Esta vez no, es algo que sólo me concierne a mí por ser quien soy. ¿Lo entiendes?

- Creo que sí.

- Genial. Y ahora, si me disculpas, he de irme.

- ¿Quieres que te espere?

- Gracias pero no. Vete a dormir, ya es muy tarde.

- No tanto, sólo es medianoche.

- ¿Medianoche ya?

- Casi, falta un minuto.

Hermione agarró la muñeca de Ginny y movió la manga de su túnica, descubriendo el reloj. Efectivamente, faltaba un minuto para las doce.

"¡Mierda, ya no tengo tiempo para buscar a Winky!. ¿Qué hago?"

- ¿Hermione?

- ¡Lo siento Ginny, tengo que irme. Buenas noches!

Sin más que decir, Hermione salió corriendo, perdiéndose en la oscuridad de la noche.


Ella corrió sin rumbo hasta llegar a un claro donde los rayos de luna iluminaban una zona concreta del lago. La prefecta elevó su vista al cielo y observó con asombro unas cuantas estrellas que brillaban más que el resto, formando un dibujo concreto…

"Es una línea recta que cae verticalmente. Como si fuese un palo o ¡una vara!. ¡ Eso es, la Alineación señala una vara, la de Lilian! Pero…si no tengo la vara¿cómo podría conseguirla antes de un minuto?. ¡Claro, el hechizo Accio!"

- ¡Accio vara de Lilian!

Pero…nada ocurrió.Ella empezó a desesperarse.

"¿Qué hago, qué hago? Piensa Hermione, piensa. La vara la tiene Winky pero ella está en las cocinas y no sabe dónde estoy. Cómo podría avisarla antes de que sea tarde. ¡Claro, la campanita que me dio hace días! Ella dijo que si yo la tocaba, ella acudiría en seguida"

Decidiendo que no tenía nada que perder por intentarlo y rezando interiormente por tener éxito, la Gryffindor sacó la campanita del bolsillo de su túnica y con decisión, la hizo sonar. En menos de un segundo, la pequeña elfina estaba ante sus ojos.

- ¡Señorita Hermione Granger, Winky se alegra mucho de verla!

- Yo también me alegro de verte Winky pero ahora no tengo tiempo de hablar. Te he llamado porque necesito tu ayuda urgentemente. Tú tienes algo que necesito para mi misión, es una vara.

- Sí, señorita. Winky tiene la vara de Lilian Evans.

- ¿La tienes aquí?

- No, pero Winky puede hacer que aparezca ahora si la señorita lo desea.

- ¡Lo deseo fervientemente, Winky, por favor, haz que aparezca ya!

- Sí, señorita. Winky cumplirá su deseo.

La elfina cerró los ojos y los volvió a abrir, mostrando la vara. Con rapidez, Hermione la agarró y la colocó de pie, apoyada en el suelo, tal y como veía en el dibujo que la Alineación mostraba en el cielo nocturno.

- ¿Y ahora que, señorita Hermione Granger?

- Ahora esperaremos, Winky.

- ¿Qué es lo que descubriremos, señorita?

- Algo importante con respecto a la misión. Es todo lo que puedo decirte por el momento.

- Quiere que Winky… ¡Mire, señorita, la vara está brillando!

- Sí, lo veo. ¡No se te ocurra acercarte, Winky! Podrías dañarte. Presiento que sólo yo puedo tocar esta vara.

- Winky no se moverá hasta que la señorita se lo indique.

- Bien.

La vara se calentó y Hermione hizo una mueca de dolor.

- ¿Se encuentra bien la señorita Hermione Granger?

- Sí, no te preocupes por mí, estoy bien.

- Pero su cara indica que sufre.

- Es que me estoy quemando, pero no importa, luego me curaré.

- Winky puede curarla si la señorita quiere.

- De acuerdo Winky, luego pued¡ahhhhhhhhhhhhhhhhhhhhh!

La vara se puso al rojo vivo, pero Hermione no la soltó en ningún momento.

- ¡Señorita Hermione Granger, Winky va a ayudarla!

- ¡NI SE TE OCURRA, QUÉDATE EN TU SITIO Y NO DES UN PASO. ES MUY PELIGROSO QUE TE ACERQUES A MÍ EN ESTE MOMENTO!

- ¡PERO LA SEÑORITA ESTÁ SUFRIENDO MUCHO DOLOR, WINKY PUEDE VERLO!

- ¡NO IMPORTA LO QUE ME PASE A MÍ, WINKY, PERO SÍ ME IMPORTA LO QUE TE OCURRA A TI, ASÍ QUE QUÉDATE QUIETA!

- ¡PERO WINKY…!

- ¡OBEDÉCEME, POR FAVOR!

- ¡SÍ SEÑORITA, WINKY LA OBEDECERÁ, AUNQUE SUFRA VIÉNDOLA SUFRIR A USTED!

- Buena chica.

Hermione le sonrió dulcemente, la elfina lloró con más sentimiento aún.

- Señorita…

- Tranquila ya se está enfriando, casi no duele. Ya apenas lo noto ¡ahhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhh!

El cuerpo de Hermione se convulsionó durante unos instantes. Winky estaba histérica pero no se movió de su sitio.

Durante unos instantes que para Hermione fueron una eternidad, su cuerpo se sacudió como si recibiera miles de descargas eléctricas.

Sus lágrimas caían con velocidad por toda su cara. Su pelo alborotado empezó a flotar hacia arriba y sus ojos le escocieron tanto, que tuvo que cerrarlos fuertemente pues sentía que se iban a salir de sus globos oculares. Justo cuando pensó que se desmayaría, la elfina le gritó que abriese los ojos.

- ¡Señorita Hermione Granger, mire la vara, rápido!

La prefecta obedeció y en el momento en que lo hizo, un rayo con aspecto de láser, salió de la vara, apuntando a un lugar que Hermione ya había visto antes.

- Es el claro que estaba alumbrado por la luz de la luna. ¡Sé dónde está!

- ¡Winky también lo sabe, señorita!

- ¿Conoces ese lugar?

- ¡Sí, señorita. Es donde está el árbol del olvido!

- ¿El árbol del olvido?

- ¡Sí, es un árbol que hace olvidar todas las cosas buenas que tienen las personas. Dicen que cuando los magos y brujas lo tocan, pierden todos los buenos sentimientos que puedan tener en su interior. Por eso la gente nunca va por allí!

- ¿Y tú cómo sabes eso?

- Porque Winky tiene amigos en el bosque prohibido y ellos le han contado cosas a Winky y una de esas cosas, es lo que hace el árbol del olvido.

- Entiendo. Si sabes más detalles, dímelos luego.

El rayo se extinguió, así como el calor abrasivo que había desprendido la vara. Hermione soltó el objeto y se miró las manos. No es que las tuviera llenas de ampollas, es que las tenía en carne viva.

Con decisión, la elfina se acercó hasta la prefecta y la miró, pidiendo su permiso para poder curarla. La Gryffindor sólo asintió con la cabeza y en menos de un segundo, sus manos volvieron a estar perfectamente sanas. Ella besó la cabeza de Winky.

- Gracias por curarme pero debo dejarte. Tengo que irme.

- ¿A dónde?

- ¡Al árbol, y no me sigas!

- ¡NO, señorita, no vaya allí sola, es peligroso!

- ¡Tranquila, no me pasará nada!

- ¡SEÑORITA NO!

Pero Hermione salió corriendo y se perdió en la negrura de la noche.


En el momento en que llegó al claro, lo vió.

Un árbol grande y fuerte, con aspecto de tener miles de años, se alzaba imponente, con unas ramas altas y frondosas. Pero con unas hojas que parecían enfermas, a pesar del buen aspecto que parecía tener el árbol.

Hermione se acercó, sentía curiosidad por tocarlo. Estaba a punto de hacerlo cuando una voz llamó su atención.

- ¡NO LO HAGAS!

La prefecta se apartó del árbol y giró su cabeza. Allí, ante ella, se encontraba un hombre alto y apuesto, de mediana edad y cuyos rasgos, le resultaron familiares.

- ¿Quién eres?

- Alguien que acaba de evitar que te quedes sin alma.

- ¿Quedarme sin alma, por qué?

- Porque el árbol te la habría quitado en el momento de tocarlo. Menos mal que no lo hiciste.

- Bueno, no pude aunque quise, me diste un buen susto.

- Pues me alegro de haberlo hecho. Si llega a ocurrirte algo, ella me mataría.

- ¿Ella?

- Mi esposa.

- ¿Quién es tu esposa?

- Alguien que te quiere mucho.

- ¿Y ese alguien es?

- Lilian.

- ¿Lilian es tu esposa?

- Sí.

- ¿Lilian Evans?

- En efecto. Aunque yo prefiero usar su apellido de casada, Potter.

- Lilian Potter ¿es tu mujer?

- Sí. ¿Cuántas veces me lo vas a preguntar?

- Perdona, es que…bueno, estoy flipando un poco.

- ¿Flipando, qué significa?

- Alucinando.

- Oh, entiendo. ¿Puedo preguntar por qué alucinas?

- Por nada en especial, salvo por el hecho de que estoy hablando con el marido de una mujer a la que admiro y que además es la madre de mi mejor amigo.

- Y novio.

- Sí, novio también.

- Me alegro de que esté contigo, Hermione, nadie mejor que tú, para querer y cuidar a nuestro hijo.

- Gracias, James.

- ¿ Sabes mi nombre?

- Sé muchas cosas de ti y tus amigos. Harry me ha hablado de vosotros. Creo que os llamaban los merodeadores ¿no?

- Sí. Aquellos tiempos fueron fantásticos, los añoro.

- ¿Por qué te has aparecido ante mí?

- Porque tengo que darte un mensaje.

- ¿De parte de quién?

- De Lilian.

- ¿Y por qué no ha venido ella a decírmelo?

- Porque está ocupada. Digamos que alguien necesitaba hablar con ella.

- ¿ Puedo saber quién?

- Por el momento no. Pero digamos que es alguien que no me gusta cómo la mira. ¡Como se le ocurra tocarle un solo pelo del cuerpo, se va a enterar de quien es James Potter!

- ¿Seguro que ella está bien?

- Sí, sí, no te preocupes. No corre peligro ni nada de eso, simplemente están hablando.

- ¿Y por qué estás tan preocupado entonces? Hablar nunca le hizo mal a nadie.

- ¡Porque cada vez que él la mira, le brillan los ojos. Y me mata pensar que intente ligarse a mi esposa! En ocasiones como esta, desearía que Lily no fuese tan guapa. Si fuese fea, no tendría de qué preocuparme.

- ¡ JAAAJAJAJAJAJAJJAJAAAAAAAA!

- ¿De qué te ríes?

- ¡De tus celos!

- Pues yo no le veo la gracia, la verdad.

- ¡Pues la tiene, créeme! Es bastante cómico ver a un fantasma celoso. Cosas así no se ven todos los días.

Hermione volvió a reírse, James resopló y eso hizo aumentar las carcajadas de la prefecta.

- Ya vale Hermione, por favor.

- ¡Jajajjajajaaa perdona es que! Jajajjajajaa. ¡Yo…Jjajajajjajaa jjjjijijijijijii!

- ¡ H E R M I O N E!

- ¡Vale, vale, me calmo! No me grites más. Por Dios, qué potencia.

- ¿Se te ha pasado ya la tontería?

- Sí, lo prometo.

- ¿Puedo darte el mensaje entonces?

- Soy toda oídos.

- Bien, entonces escucha. ¡Y presta atención! Porque sólo lo diré una vez.

- Tienes toda mi atención, James.

- El futuro está en peligro. La era del Caos se aproxima. Cuando el día y la noche se junten y la sangre sea vertida, el Portal se abrirá y las dimensiones se fundirán. Si la llave activa el Portal, sólo el Regalo ofrecido, podrá detener el proceso. Pero si por alguna razón desconocida, el Regalo no cumple su función, sólo en la Elegida, estará la salvación. Pero es importante que ella no dude, que no vacile en su decisión, porque si lo hace, nos llenará de terror.

Si todo fracasa y la esperanza se pierde, ya no habrá solución, pues sólo con fe y voluntad, se acabará el temor.

Si la Elegida es fuerte y lucha sin dudar, vencerá a la oscuridad. Pero si ella duda o no se ve capaz, entonces perderá y todos lo pagarán. De la Elegida depende, de ella y su decisión, el acabar con el miedo y traer la salvación. Pero sólo si lo desea, sólo si no duda, encontrará la cura que devolverá, el mundo a la normalidad. Y cuando ya no sufra, cuando no sienta dolor, habrá terminado su temor.

La tierra en silencio estará y todo el mundo enmudecerá, el dolor desaparecerá y la voz no seescuchará. Todo en calma estará, pero eso, bueno no será. Porque el silencio reinará y el grito más fuerte pronunciará, aunque no se oirá. Y sólo una emoción, salida del interior, traerá a la Elegida, su salvación.

Durante unos instantes, ninguno habló.

Hermione grababa en su mente, todo lo que James le había dicho.

Él por su parte, la miraba expectante. Hasta que ella le habló de nuevo.

- James.

- ¿Sí, Hermione?

- ¿Qué significa todo eso?

- Ni idea. Yo no escribí el mensaje, sólo lo transmití.

- Pues menuda ayuda.

- Lo siento, no puedo hacer más.

- No, si yo no me quejo de ti, es que estoy harta.

- ¿De qué?

- De quedarme siempre a medias. Todo el mundo me dice siempre lo inteligente que soy, pero últimamente, me siento tontísima. Cada día que pasa, entiendo menos.

- Lo único que tienes que entender es que tienes una misión que cumplir y que sólo de ti depende que todo termine bien.

- Sí, lo sé, soy la Elegida y de mí depende que el mundo se salve o se destruya.

- Exactamente.

- Joder.

- No te quejes, deberías sentirte orgullosa.

- ¿De qué?

- De lo especial que eres.

- ¿Y por qué tengo que ser especial, por qué no puedo ser una chica normal, del montón?

- Tú nunca podrías ser del montón. Destacas por ti misma. ¿No lo entiendes Hermione? Tú eres alguien excepcional y las personas excepcionales nunca pasan desapercibidas ni tampoco son del montón. No podrías serlo aunque quisieras. Llamas la atención.

- ¡Pero yo no quiero llamarla!

- Lo sé, pero no puedes evitarlo. No hay nadie como tú. ¿Es que no lo comprendes? Tienes tantas cualidades dentro de ti, que te hacen destacar del resto de los demás que te rodean. Eso no es malo.

- Lo es, porque gracias a esas cualidades, estoy destinada a morir.

- No, gracias a esas cualidades y a otras que no tienen que ver con tu misión, estás destinada al éxito.

- ¿Al éxito? Sí, claro, seguro. Vamos, es genial ganar a una diosa y no vivir para contarlo.

- ¿Pero por qué estás tan segura de que no vivirás?

- ¡Porque todas las Elegidas antes de mí, murieron!

- Sí pero, eso no tiene por qué ocurrir contigo. Tú eres la última de la estirpe ¿recuerdas? Y eso te hace diferente a ellas. Eres mejor.

- Eso ya me lo han dicho. Dime algo que no sepa.

- Te digo, que en ese mensaje está la clave de todo.

- ¿La clave de qué?

- De cómo vencer a Lori, el Caos, la muerte, el dolor…y todas las cosas malas que ella o cualquier otra persona, puedan traer al mundo desde el momento en que el portal se active.

- O sea, que cuando el portal entre en funcionamiento, no sólo tendré que preocuparme de Lori o el Caos sino que además puede que haya alguien ajeno a Lori, que también de la lata.

- Sí, es posible.

- ¿Alguien como Rak?

- Por ejemplo.

- Él vendrá¿verdad?

- Es posible.

- James por favor, si sabes algo ¡dímelo!

- No puedo, lo siento. No me corresponde a mí, adelantarte las cosas.

- ¡Entonces por qué has transmitido el mensaje!

- Porque Lily quiso, ya te lo he dicho.

- ¿Y no te da miedo que Arion se enfurezca y te haga algo horrible?

- ¿Y por qué debería tenerle miedo a Arion?

- Porque él no quiere que alguien ajeno a la misión, se entrometa.

- Pero yo no me estoy entrometiendo, sólo te estoy informando.

- ¡Pero es que tú no puedes hacer eso!

- ¿Por qué no? Tengo el permiso de Arion. Ups…

- ¡Lo sabía, sabía que me ocultabas algo relacionado con él!

- Vale, sí, me has pillado. Lily tiene razón, tengo que aprender a controlar mi boca.

- ¿Y por qué no vino Arion a darme el mensaje en vez de decirte a ti que lo hicieras?

- Porque está hablando con Lily. Además, él no me pidió que te diera el mensaje, eso fue cosa de ella.

- Y si él no te pidió que me dieras el mensaje¿cómo es que te ha dado permiso para comunicarte conmigo?

- Porque él sabe que Lily y yo te queremos mucho, sabe que nos preocupamos por ti y aunque yo no esté relacionado con tu misión de forma directa, sí lo estoy espiritualmente.

- No entiendo.

- Tanto tú, como yo o Lily, sentimos un gran amor por el mundo mágico y haríamos lo imposible con tal de que se mantuviese a salvo ¿verdad?

- Sí.

- Entonces, los tres compartimos algo, un mismo sentimiento: el amor por el mundo. Por lo tanto, sí estoy relacionado con tu misión de forma indirecta, una forma espiritual, como ya te dije.

- Ah, creo que ya lo entiendo.

- Me alegro.

- Oye James…

- ¿Sí?

- ¿Puedo pedirte un favor?

- Si está en mi mano, sí, lo que quieras.

- ¿Podría sacarte una foto?

- ¿Qué, por qué?

- Para dársela a Harry. Lily me explicó que tenéis prohibido tener contacto con él hasta el momento en que muera, así que, pensé que si te sacara una foto, podría entregársela y así él podría verte todas las veces que quisiera.

- Harry ya tiene fotos nuestras.

- He visto una en la que estás con Lily. Pero no sé si él tendrá alguna en la que estés tú solo.

- ¿Y qué más da que esté solo o con Lily? Igualmente puede verme.

- Sí pero…no es lo mismo.

- Ahora el que no entiende, soy yo.

- Vale, dejemos lo de la foto aparte. Da igual, tienes razón, él ya tiene fotos en las que puede verte. Para qué querría otra, qué tontería.

- No, no es ninguna tontería. Y te agradezco enormemente que quieras tanto a mi hijo y te preocupes por él. De verdad que te agradezco que pienses tantísimo en él y en su bienestar. A veces pareces su madre, pero eso sólo te hace más encantadora aún, al menos a Lily y a mí nos lo parece. Si te soy sincero…Me encantaría poder estar ahí para verle día a día y explicarle muchas cosas pero…no puedo.

James bajó la cabeza, ocultando una lágrima repentina. A pesar de su esfuerzo, no pasó desapercibida por Hermione.

Ella se acercó al fantasma e intentó levantarle la cara, pero su mano atravesó el rostro incorpóreo de James Potter.

- ¿Por qué no puedo tocarte?

- Porque soy un fantasma.

- Pero Lily también lo es y ella sí tiene cuerpo.

- Sí pero por dentro no tiene huesos, sigue siendo un espíritu.

- ¿Y por qué no tienes tú un cuerpo sólido como el suyo?

- No lo sé.

- Pues no es justo. Tú también deberías tener un cuerpo sólido.

- Ya, pero…no lo tengo.

Hermione movió la mano dentro de la zona transparente del rostro de James, como si intentase acariciarle, notando así, que estaba helado.

- Es raro.

- ¿El qué?

- Lo frío que estás. ¿Por qué estás frío? No pensé que un espíritu pudiese tener esa temperatura.

- Todos los espíritus estamos fríos, Hermione, es algo que nos diferencia de los vivos.

- Pues cuando yo toqué a Lily, ella no estaba fría.

- Porque tiene cuerpo, pero por dentro de ese cuerpo, está igual de helada que yo.

- O sea, que los espíritus con un cuerpo sólido, pueden adquirir una temperatura normal y por lo tanto pasar del frío al calor al igual que cambia el clima, pero por dentro, su temperatura no varía porque siempre está fría. ¿Es eso?

- Sí.

- Pues vaya asco. Te mueres, y pasas a estar congelado el resto de la eternidad.

- Los espíritus estamos fríos pero nosotros no lo sentimos. Cuando Lily y yo nos tocamos, no nos quejamos. No sentimos nada, ni frío ni calor.

- ¿Entonces por qué sabéis que estáis helados?

- Porque cuando un humano entra en contacto con nosotros, como tú conmigo ahora, les sale vaho de la boca. Eso indica que transmitimos frío.

- Pues yo no veo el vaho por ninguna parte.

- Porque llevamos rato hablando y ya te has acostumbrado a mi temperatura, pero al principio, te salía, yo lo ví.

- ¿Y cuando te cambia el humor, por ejemplo si te enfadas, también produces frío?

- Sí, al igual que Lily.

- Una vez, vi una película que trataba de un niño que veía muertos que le pedían que hicieran cosas por ellos y en la película decían, que cuando los espíritus o fantasmas se enfadaban, producían frío, un frío helador.

- Eso es cierto. ¿Nunca te ha ocurrido que por ejemplo estabas en un sitio cálido y de repente, todo se enfriaba mucho?

- Sí. ¿Por?

- Porque eso te indica claramente que te está rodeando un espíritu poco amigable.

- ¿Quieres decir que por todas partes hay fantasmas?

- ¡Claro que los hay, incluso en tu dormitorio! El mundo tiene miles de años Hermione y durante todos esos años la gente ha ido muriendo y muchos espíritus han ido habitando sitios del mundo humano que tanto añoran. Ellos están en todas partes, aunque tú no los veas.

- Joder, a partir de ahora, no podré desnudarme.

- No te preocupes por eso, los fantasmas no son mirones. Le interesan otras cosas.

- ¿Cómo qué?

- De todo un poco. Los hay incluso que disfrutan aterrorizando a los vivos, por eso suelen habitar casas de ellos y gastarles bromas como mover muebles o cualquier tipo de cosa que haga que a un humano vivo se le pongan los pelos de punta.

- Así que eso de las casas encantadas no son más que fantasmas con ganas de echarse unas risas a costa de los vivos.

- Algo así.

- Pues vaya forma de divertirse.

- ¿Qué quieres que hagan? Están muertos, hay poco con lo que entretenerse.

- Bueno, puede que tengas razón.

- Creo que debería irme ya, Hermione.

- ¿Ocurre algo?

- No, es sólo que tengo sueño.

- ¿Los fantasmas dormís?

- No todos, pero Lily y yo sí lo hacemos. Es una forma de conservar la rutina que teníamos estando vivos. Nos gusta hacer cosas que hacíamos antes.

- ¿Tan pesado es estar muerto?

- Sí. No voy a mentirte. Al principio es muy chulo porque flotas y todo eso. Además que puedes ver y escuchar sin que los vivos lo sepan y también puedes gastar bromas como ya te comenté pero…llega un momento, en que todo eso te cansa.

Cuando llevas AÑOS muerto, y has hecho de todo lo que se te ha ocurrido para intentar divertirte, y luego no se te ocurre nada nuevo, te desesperas.

Así que sólo te quedan dos opciones: una es resignarte y aceptar tu situación de aburrimiento perpetuo y la otra es intentar tener costumbres o rutinas nuevas. Lily y yo decidimos hace tiempo, que lo mejor era comportarnos como si estuviésemos vivos, por eso dormimos, con la única diferencia de que nunca nos sentimos descansados cuando despertamos. Porque un fantasma no se cansa jamás.

- Pero eso de no cansarse, es bueno ¿no? Así puedes disfrutar sin problemas de todo lo que te guste.

- Sí, eso también es verdad. Bueno, me voy. Además, Lily me está llamando.

- ¿Le darás recuerdos de mi parte?

- Por supuesto que sí.

- Gracias James, por todo. Ha sido un placer conocerte.

- Lo mismo digo, Hermione y añado algo más, es un honor para mí.

- El honor es mío. Creo que eres una persona estupenda.

- Gracias.

- Y tienes tantas cosas en común con Harry…incluso el aspecto físico. Si no fuera porque sus ojos son verdes como los de Lily, seríais iguales.

- Eso mismo dice ella.

- Sé que directamente no puedes mandarle ningún mensaje pero… ¿qué es lo que te gustaría que él supiera?

- No sabría por dónde empezar. Tengo tantas cosas que decirle a mi hijo…

- ¿Por qué no me cuentas algunas de las que me mencionaste antes, de esas cosas que te gustaría explicarle?

- Sería imposible que las recordaras todas.

- Haré un esfuerzo por recordar la mayor parte de ellas, lo prometo.

- Pero…si lo hago… ¿no corremos el riesgo de que Arion se enfurezca?

- No lo creo, porque al fin y al cabo, no estás incumpliendo tu promesa. No estás hablándole a tu hijo, me estás hablando a mí.

- Es verdad, no pensé en eso. ¿Ves como es cierto que eres listísima?

Hermione le sonrió, guiñándole un ojo.

- Cuando quieras, James.

- Pues…me gustaría que mi hijo supiera lo muchísimo que le queremos su madre y yo y lo orgullosos que nos sentimos de él.

Nos encantaría decirle que no cambie nunca porque tal y como es, nos encanta. Me gustaría explicarle lo importante que es, el amor en la vida de una persona, el tener a alguien que te quiera y al que él quiera. Ya sea un amigo o una pareja, los humanos necesitamos amar y ser amados. También me gustaría contarle cosas sobre las chicas, pero eso me lo reservaré, no creo que te interese oírlas.

Quiero que sepa…que sólo con saber que está en el mundo, me hincho de felicidad. Que no me importa los errores que pueda cometer, porque sé que aprenderá de ellos. Que me encantaría poder defenderle de todo lo que le amenazara o le hiciese daño y que vendería mi alma, si con eso consiguiese besarle y abrazarle.

Quiero que mi hijo sepa, que es el fruto del amor que existe entre su padre y su madre, que es un amor inmenso y que sigue creciendo aunque estemos muertos. Deseo que no dude nunca, de que fue un hijo deseado y muy querido y que lo sigue siendo.

Pero sobre todo, quiero que tenga muy claro, que si no hubiésemos muerto, se habría criado en un hogar lleno del amor más puro. Porque entonces, todo habría sido muy distinto para él, habría sido mejor, mucho mejor.

Incapaz de continuar debido a la emoción que sentía, James guardó silencio. Sus lágrimas caían libremente por su transparente rostro, ya no las ocultaba. Como tampoco las ocultaba Hermione.

Se había emocionado mucho escuchándole, podía sentir en sus palabras y el tono de su voz, lo muchísimo que quería a Harry.

Al igual que lo notó en Lily la ocasión en que habló con ella por primera vez. Sabiendo que no podía tocarle, pero queriendo igualmente, demostrar su afecto hacia James, la prefecta le abrazó, mientras sus lágrimas caían en las ropas transparentes del espíritu de aquél hombre que ella ya admiraba.

- No te preocupes, James- dijo ella dulcemente, acariciando su mejilla- Harry sabrá todo lo que me has dicho, te lo prometo.

Ella se puso de puntillas y le dio un beso en la frente y en el instante en que lo hizo, el cuerpo de James Potter brilló.

Hermione se apartó, asombrada.

Cuando el brillo se extinguió, vio algo que la dejó con la boca abierta.

- ¿Ocurre algo, Hermione?

Con lágrimas en los ojos, ella contestó…

- Mírate, James.

Y cuando él lo hizo, lo descubrió. Tenía cuerpo sólido, igual que Lily.

- ¿Cómo es posible?

- No lo sé James, pero parece un milagro.

- No lo parece, lo es. Y todo gracias a ti.

- ¿A mí? Yo no hice nada.

- Sí que lo hiciste Hermione. Fue tu amor. ¿No lo entiendes? Siempre se ha dicho que el amor todo lo puede, igual que la magia. Tú eres una persona con un corazón lleno de amor y también con una gran magia en tu interior. Tú has hecho que yo tenga cuerpo sólido y también visible y por ello te estaré eternamente agradecido. A partir de ahora, estoy a tu entera disposición. James Potter a tu servicio, para todo lo que necesites.

- Yo…yo… ¡no sé qué decir!

- Pues yo sí. ¡Muchas gracias Hermione!

Él la abrazó con ímpetu, haciendo que los pies de ella, abandonaran el suelo. Seguidamente empezó a reír alegremente, mientras daba vueltas con ella aún en sus brazos. Hermione se contagió de su risa, comenzando a reír ella también. Luego él se inclinó, dejándola nuevamente de pie.

- He de irme ya, Hermione, pero volveré.

- ¿Cuándo?

- Cuando tú me necesites. Sólo tienes que llamarme.

- ¿Quieres decir que si pronuncio tu nombre, aparecerás?

- Sí, pero sólo ante ti. Sólo tú podrás verme.

- Entiendo. ¿Y Lily también vendrá?

- Si la llamas, lo hará. Pero al igual que yo, sólo será visible a tus ojos.

- Comprendido.

- Hasta pronto, Hermione.

- Hasta pronto, James. Me ha encantado conocerte.

- Lo mismo digo, preciosa. Hasta luego.

- Hasta luego.

Ella le dio un último abrazo, él le dio un beso en la cabeza y desapareció.

Con la cabeza llena de datos y el corazón pleno de felicidad, Hermione Granger emprendió el camino de regreso al castillo, sintiéndose, tal y como le había dicho James, especial.


Continuará.


Nota de la autora:

Bueno, aquí está el cap. Perdonad por haber tardado tanto, pero la cuenta me ha dado problemas, no sé por qué.

Siento mucho no responder los Reviews pero es que la página sólo da como límite de tamaño 300 kb, y me temo que el capítulo en sí ocupa cerca de 290 kb y si contesto los Reviews, seguro que me paso del límite. Prometo contestaros en el próximo cap. Un beso a todos y todas. RAkAoMi.