Nota de la Autora:

Lunes, 24 de Octubre de 2005.

¡Hola cómo estáis! Espero que genial.

Me siento muy aliviada y agradecida con vosotros, por haber entendido la escena de Loar y Harry, de verdad, gracias.

Para ser sincera, me dio mucha risa escribir aquello, tanto los insultos y las palabras de la discusión como la "amenaza" de Loar de ¿A que te calmo con mis poderes? Y ese Harry súper chulo en plan ¿me estás amenazando? Y luego llamándole MARIQUITA Ajajajajajajjjajajajaaa. Es que…sólo de imaginarme la cara de Harry, escuchando a Loar y luego sus advertencias de lo que pasaría si él no se calmaba…mira…lo que me pude reír. Pero ya cuando por poco lloro de risa, fue cuando ví en mi cabeza la cara de Harry al ser besado por Loar. Yo pensé…sería digna de una foto. ¿Dónde estaría Colin Creevey que no inmortalizó el momento? Pero bueno, no quería ser tan mala, dejemos a Harry sin fotografiar, que tampoco vamos a cebarnos en el susto que se llevó el pobre ¿no?

Y no os preocupéis, no le quedará trauma psicológico, aunque tampoco será un recuerdo agradable…

En fin, que gracias otra vez. Que de verdad no tengo palabras para daros las gracias por todo, tanto por seguir mi historia, por apoyarla, por dejarme reviews, que dicho sea de paso, siempre son tan cariñosos, amenos y divertidos, que es un gusto para mí el leerlos, os lo juro. Y…gracias también por aguantarme a mí, eso ante todo. Porque reconozco que soy algo pesada, y me enrollo más que una persiana y que escribo determinados caps que podrían pasar por otro pasaje más de la Biblia, porque mira que son largos y aún así, los leéis encantados.

Así que gracias otra vez, no me cansaré nunca de daros las gracias, porque os las merecéis.

Antes de pasar a la simbología, quiero decir unas palabras a una persona:

TaBeRu, muchas gracias por ser como eres, y sobre todo, gracias por comprender mi respuesta. ¡Un abrazo fuerte y hasta pronto! ;-)


Simbología:

Guión y letra normal: diálogo.

Guión y letra cursiva: Flashbacks.

Comillas y letra cursiva: pensamientos.

Comillas y letra normal: susurros.

Negrita: algo importante.


Música recomendada:

- Sleeper.

- Loliness of six.

- Close your eyes.

Y cualquier otra que os de la gana poner.


Cap. 31. " Contigo."

Harry abrió los ojos, lo primero que vió fue el techo adornado de la cama con dosel donde se encontraba. Echando un rápido vistazo a su alrededor, se percató de que estaba en la habitación de Hermione. Él miró a su izquierda y…allí estaba ella, completamente dormida. Una bella sonrisa se dibujó en su rostro cuando la vió a su lado.

Cerró los ojos intentando relajarse, imágenes de lo que había soñado aparecieron en su mente.

El bosque, la colina descendente, la cascada, la cueva submarina y…una luz blanca y brillante que él atravesó. Luego…visionó el naranjo, recordando el agradable aroma que desprendía la corteza del árbol, incluso se vió a sí mismo queriendo cortar una rama con algunas hojas y flores. Entonces otra imagen apareció…Loar. Su conversación, la discusión y su táctica relajatoria.

"Ugh…creo que voy a vomitar."

Con rapidez, él salió de la cama y se metió en el cuarto de baño de Hermione. Abrió el grifo y se enjuagó la boca al menos 6 veces antes de volver a la cama.

"Lo mejor será que no le cuente nada a Hermione. Mucho menos lo del beso, me pongo enfermo sólo de acordarme. Aunque…tengo que reconocer que consiguió calmarme. Pero…¿no había otra forma? Supongo que no…¡pero es que es tan humillante! Además, no me gusta ese tipo y me da igual que esté aquí para ayudarnos. ¡Cómo se le ocurra volver a tocarme se va a enterar de quién soy yo!"

El sonido de Hermione bostezando sacó al ojiverde de sus pensamientos. Él esperó a que ella abriera los ojos y cuando lo hizo, contempló la bella sonrisa que ella le dedicó al verle a su lado.

- Hola cielo.

- Hola preciosa.

- ¿Qué hora es?

- Las 6 de la tarde.

- ¿Dos horas durmiendo eh?

- Sí.

- Tengo hambre.

- Y yo. Estaba pensando en ir a las cocinas a comer algo ¿te vienes conmigo?

- No.

- ¿Por qué?

- Porque no me hace falta salir de aquí para poder comer, jiijiiiiijjiji.

- Uy…esa risa picarona la conozco señorita Granger. ¿Qué está tramando tu mente traviesa?

- Muchas cosas… pero primero, comamos algo.

- ¡Pero si aquí no hay comida!

- Harry Potter, después de 6 años conmigo¿todavía no has aprendido nada?

- ¿A qué te refieres?

- A que soy una persona de recursos y siempre tengo lo necesario para salir de cualquier situación.

- Eso ya lo sé, Hermione.

- Entonces también sabrás que cuando digo que vamos a comer, es que vamos a comer, sin importar que no haya comida a la vista.

- No me digas que has aprendido un hechizo que hace aparecer alimentos ¿es eso?

- No, qué va.

- ¿Entonces?

- Tengo una campanita.

- ¿Perdón?

- Una campanita que Winky me dio hace días, si la hago sonar, ella aparecerá y cumplirá cualquier cosa que yo le pida.

- ¿Cómo?

- Lo que has oído. Y si la llamo y le pido comida, tendremos comida.

- ¿Te has golpeado la cabeza o algo así?

- No¿por qué?

- Porque te escucho y no me lo creo. Tú siempre has dicho que no se debe explotar a los elfos porque

- Sé lo que dije y lo mantengo, Harry, pero ahora mismo no tengo ninguna gana de salir de mi habitación para buscar comida. Además, yo nunca he explotado a Winky, jamás se me pasaría por la cabeza hacer algo así. Y para que lo sepas, ella y yo somos amigas y además de eso, a ella le encanta hacerme favores y que nos traiga la comida, será un gran favor para mí y también para ti.

- ¿Ah sí?

- Sí.

- ¿Puedo preguntar por qué?

- Porque así tendremos más tiempo para nosotros.

- Oh…no había pensado en eso.

Hermione se echó hacia delante para darle un beso, pero Harry se retiró.

- ¿Ocurre algo?

- No, es que…

- ¿Qué?

- Me…me ha besado…un…un…

- ¿Te ha besado un qué, Harry?

- No puedo, no lo haré.

- No puedes hacer ¿qué?

- Decírtelo.

- ¿Decirme qué?

- Quién me besó.

- A ver, vamos por partes. Intento besarte y te apartas porque ¿te ha besado alguien y no quieres decírmelo?

- Sí.

- Me parece que el que se ha golpeado la cabeza eres tú, Harry.

- No que va, estoy perfectamente y mi cabeza también.

- Pues entonces déjate de tonterías y dime de una vez, qué es eso de que te han besado y por qué no quieres decirme quién ha sido. No te montaré una escena de celos psicópatas si es eso lo que te preocupa.

- ¡No es eso Hermione!

- ¿Entonces qué?. ¡Dímelo!

- ¡Es que es demasiado humillante!

- ¿Humillante, que es demasiado humillante…que te hayan besado?.

- ¡Sí! Entre otras cosas porque no fue un beso deseado y tampoco por la persona que me lo dio.

- ¡JÁ, TIENE GRACIA, MUCHA GRACIA!

- ¿El qué?

- ¡Lo que estás diciendo, Harry, eso tiene gracia!

- Pues yo no se la veo…

- ¡Yo sí!. ¿y sabes por qué? Porque resulta, que si aquí hay alguien que deba sentirse humillado o algo parecido, soy yo, porque podría contarte todas y cada una de las veces en el tiempo que llevo de misión, en que me he sentido humillada o degradada de alguna forma.

Lori, Lak o Draco Malfoy son buenos ejemplos de ello. Y a pesar de que me hicieron mucho daño...¿te lo oculté? No ¿verdad? ¿y sabes por qué no lo hice? Porque confío en ti. Pero ahora resulta que a ti te ha pasado algo que consideras humillante ¿y no me lo quieres decir porque te da vergüenza?

- ¿Y qué si es así, Hermione?. ¡Es la verdad!

- Harry por favor, que según lo que me has dicho ¡sólo ha sido un beso!. ¿Qué humillación puede ser que te besen?. ¡Peor es que intenten violarte, y eso por fortuna no te ha ocurrido a ti!

- ¡Pero es que yo no quería que me dieran ese beso!

- ¿Me estás diciendo que por el hecho de que te hayan besado sin tú quererlo, te sientes humillado y degradado y que eso es lo que te impide darme más detalles del asunto?

- ¡Sí!

- Pues Harry, perdona que te diga pero…eres tonto.

- ¿Cómo?

- ¡Que eres tonto!

- ¿Pero por qué me insultas?

- ¡Porque te lo mereces, por eso!

- Hermione…

- ¡Ni Hermione ni leches, Harry, te guste o no, eres tonto!

- Tonta lo serás tú.

- ¿Yo?. ¡Y una mierda!

- No entiendo por qué te has enfadado tanto y muchos menos por qué te crees con derecho a insultarme, no he hecho nada para merecer que me trates así.

- ¡Sí lo has hecho!. ¿Y te digo qué lo ha ocasionado?. ¡Tu falta de confianza en mí!

- Pero…¿qué dices Hermione?. ¡Yo confío mucho en ti!

- ¡No es verdad! Si lo hicieras, me contarías sin problemas, eso del beso. ¡Pero no me lo dices! Así que estoy en mi derecho de pensar que no confías en mí lo bastante como para algo así¡y tengo todo el derecho del mundo a enfadarme por eso y a insultarte si así lo creo conveniente!

- Pues yo no tengo por qué aguantar tu enfado, tus insultos y mucho menos tus riñas. Así que me voy.

- ¡Ni se te ocurra marcharte ahora, Harry!

- ¡Mírame, ya estoy andando!

"Eso mismo le dije a Malfoy antes de que me atacara."

¡Harry no te vayas, por favor!

Él abrió la puerta.

- ¡QUÉDATE!

Y se cerró con un golpe, y él se quedó muerto de asombro, porque se había cerrado sin que él la empujara. Sólo pudo suponer, que Hermione había empleado sus poderes para evitarle la huída.

Harry volvió a la cama, pero no se metió en ella, se quedó de pie, mirando a Hermione con algo de ira en su rostro.

- Hermione, abre la puerta.

- No.

- Hermione…

- ¡Que no!

- Hermione, te lo advierto. Me estoy enfadando mucho y cuando eso sucede, ocurren cosas desagradables. Así que, te pido de buenas maneras¡que abras la puta puerta y me dejes salir!

- Eso no son buenas maneras, Harry. Y por mucho que te enfades, no saldrás de aquí hasta que yo quiera.

- ¿Pero qué Coño te pasa, eh?

- ¡Nada, sólo quiero hablar contigo!

- ¡Y una mierda!

- ¡Es la verdad!

- ¡No lo es. Porque para hablar no hace falta enfadarse ni tampoco insultar a nadie, y mucho menos dejarla encerrada. Y YO ODIO QUE ME ENCIERREN y por si se te olvidó, fuiste tú la que empezaste con los enfados, los malos tonos y las malas palabras. Así que aquí te quedas, yo me voy!

Él volvió a la puerta, pero por más que lo intentaba, no había manera de abrirla.

- No se abrirá hasta que yo lo desee, Harry, así que deja de intentarlo. Será mejor que te hagas a la idea de que tendrás que aguantarme otro rato más.

- ¿Cuánto tiempo?

- Hasta que decidas decirme qué te ocurrió con lo del beso.

- ¿Es que estás sorda o te has vuelto imbécil de repente¡HE DICHO QUE NO QUIERO HABLAR DE ESO Y MUCHO MENOS CONTÁRTELO, ASÍ QUE DÉJAME SALIZ DE UNA PUÑETERA VEZ!

Uno de los jarrones que la prefecta tenía, se rompió en mil pedazos.

Hermione se asustó un poco, pero no quiso demostrarlo. Ella pensó que lo mejor sería intentar calmar a Harry, aunque no tenía ni idea de cómo iba a conseguirlo, ya que reconocía que él tenía razón en decir que ella había empezado el mal ambiente que ahora les rodeaba.

- Harry, lo siento ¿de acuerdo? Por favor, vuelve a la cama y siéntate a mi lado.

- No me apetece, gracias. Me quedo aquí.

- ¡Sólo quiero ayudarte!

- ¡No necesito ayuda!

- ¡Sí la necesitas! Puedo ver que algo te está haciendo daño y yo sólo quiero saber qué es.

- ¿Qué puedes ver, dijiste, pero tú cómo vas a ver lo que tengo dentro, ahora resulta que tienes visión de rayos x para poder descubrir los sentimientos de la gente, o qué?

- No tengo visión de rayos x. Tengo sentido común y desde hace un rato me está diciendo que te pasa algo grave. Así que ¡te lo ruego Harry, cuéntamelo y déjame ayudarte!

- ¡QUE NO QUIERO CONTÁRTELO Y TAMPOCO QUIERO QUE ME AYUDES. SÓLO QUIERO MARCHARME DE AQUÍ YA!

- Está bien, vete.

La puerta se abrió y se cerró, dejando a la prefecta sola, completamente sola.

Un único sonido se escuchó por la habitación. El llanto de Hermione Granger.


Tras tirar una segunda piedra al lago, el calamar gigante emergió para golpear el agua con sus tentáculos, demostrando así su fastidio.

Harry tiró una tercera piedra y una potente ola provocada por el calamar, le empapó las ropas. Soltando una expresión nada agradable, el Gryffindor se dejó caer en la orilla, sentándose bajo un árbol cercano.

Los rayos del sol secaron su cara y cabello. Harry cerró los ojos, disfrutando de aquella agradable sensación. El sonido de unos pasos, llamó su atención. Él miró en dirección del ruido y se encontró con su mejor amigo.

- Hola Ron.

- Hola Harry.

- ¿Qué haces aquí?

- Relajarme. ¿Por qué estás mojado?

- Tiré unas piedras al agua y el calamar se enfadó. Oye Ron…

- ¿Sí?

- ¿Qué deberes han puesto para mañana?

- No mucho. Sólo…una redacción para pociones, acerca de los efectos positivos y negativos del Veritaserum y luego, un trabajo sobre los animagos que mandó McGonagall para entregar el viernes.

- ¿Pasado mañana?

- Sí.

- El viernes es el día del cumpleaños de Hermione.

- Lo sé. ¿Qué vas a regalarle?

- Había pensado…algo personal pero…ahora no sé si quiero entregárselo.

- ¿Por qué?

- Nos hemos peleado.

- Oh… bueno, vosotros siempre os habéis entendido muy bien, seguro que os reconciliáis pronto.

- No sé…

- Harry, ella y tú nunca os habéis peleado¿por qué no íbais a arreglarlo?

- Porque de momento no me apetece.

- ¿Me estás diciendo que quieres separarte de ella?

- Por el momento sí.

- Pe…Pero…yo pensé que tú la querías.

- Y la quiero.

- ¿Entonces por qué quieres dejarla?

- Simplemente no me apetece estar con ella, eso es todo Ron.

- Pues espero que sólo sea temporal.

- ¿Por qué dices eso? Ni que fuera a destruirse el mundo si ella y yo rompiéramos.

- Sí.

- ¿Qué?

- Harry…escúchame bien, si tú dejas a Hermione y con ello le rompes el corazón, ella…no podrá cumplir con éxito su misión.

- ¿Pero qué estás diciendo? Eso es un disparate, Ron.

- ¡No, no lo es, es la verdad!

- ¿Y tú qué sabes?

- ¡Mucho más de lo que crees!

- De acuerdo, quién eres y qué has hecho con Ron.

- Harry, soy Ron.

- No pareces tú.

- ¡Harry, déjalo ya, llevas días diciéndome que qué me pasa, que si no parezco yo y yo ya no sé cómo decirte que soy Ron Weasley. Simplemente soy un Ron más maduro a cómo era hace unos años. ¿Por qué te cuesta tanto aceptarlo?

- Porque no me acostumbro a verte razonando así. Además, dices cosas raras, como eso de que el mundo se irá a la mierda si yo rompo con Hermione.

- ¡Es que es la verdad!

- ¿Pero qué dices, es que no te escuchas, Ron. Cómo va a joderse el mundo por una ruptura amorosa?

- ¡Porque esa ruptura, afecta a la Elegida, que es la salvadora del mundo mágico!

- ¿Y qué?

- ¿Cómo que y qué, Harry. Es que no entiendes todavía que tú eres la única razón por la que Hermione sigue luchando. No comprendes que sin ti, ella no encuentra sentido a su vida ni tampoco a su misión?

- Ah vamos, no te pongas trágico, eso no es así.

- ¡Sí lo es!

- ¿Y tú cómo sabes tanto, eh?

- Digamos que tengo a alguien que me ha informado de todo y me ha abierto los ojos acerca de muchas cosas, entre ellas, la misión de Hermione.

- Pues nada, me alegro por ti. Parece ser que tú sabes más que yo, quizás deberías ayudarla a completar su misión. Seguro que tu ayuda es mucho mejor que la mía.- Harry arrancó un poco de hierba, en señal de frustración, luego soltó un suspiro triste mientras bajaba la mirada y la cabeza.

- Es eso lo que te pasa ¿verdad? Por eso estás deprimido.

- ¿Yo?

- Sí tú, estás deprimido porque te sientes frustrado con todo lo de Hermione. Sientes que quieres ayudarla de una determinada forma y sabes que no puedes, eso te frustra y deprime, por eso estás enfadado y por eso has descargado tu malhumor en Hermione y eso ha ocasionado que os pelearais ¿verdad?

- Algo así, pero no me he enfadado con ella porque esté frustrado. Es que no quería contarle una cosa que me ocurrió hace poco.

- ¿Qué te ocurrió?

- Me besaron.

- ¿Y eso es malo?

- Sí.

- ¿Por qué?

- Porque no me besó una chica.

- ¿Quién te besó, Malfoy?

- ¡No! Ugggg, sólo de pensarlo me dan ganas de vomitar. Si Draco llega a besarme juro que me suicido, después de matarle, claro.

- ¿Entonces quién fue?

- Un hombre.

- ¿Snape?

- No. ¿Por qué iba a ser él?

- Porque ¿sería una buena forma de fastidiarte?

- Si a Snape se le ocurriera hacerlo, ni San Mungo podría ayudarle a recuperarse.

- Jjajajajajjajajaaa.

- Ríete si quieres, pero lo decía en serio.

- Venga Harry, dime quién fue el hombre que te besó, prometo que no me reiré.

- ¿De verdad?

- Sí.

- Pues…fue uno llamado Loar. Por lo visto era un dios o algo parecido, y dijo que me besaría para relajarme.

- ¿En serio?

- Ya te digo.

- ¿Y por qué tenía que besarte, es que no había otra forma de relajarte?

- Por lo visto no. Él dijo que uno de sus poderes era la relajación por medio de besos y caricias. Así que usó un poco de su poder para calmarme.

- ¿Y lo consiguió?

- Sí.

- ¿Entonces cuál es el problema?

- Que cuando alguien quiere besarme me llega la imagen de él haciendo lo mismo y me pongo malo.

- Al decir alguien te refieres a Hermione ¿verdad?

- Sí.

- Entonces no hay problema.

- ¿Cómo dices, es que no has oído lo que te he dicho Ron?

- Perfectamente.

- ¡Pues no digas que no hay problema porque sí lo hay!

- ¿Por qué, Harry? Sólo fue un beso y lo más probable es que haya sido el primero y único que él te dé.

- ¿Y tú qué sabes?

- Porque tú mismo me has dicho que lo hizo para calmarte, por lo tanto es de suponer que mientras tú no te alteres en su presencia, él no volverá a usar sus poderes ¿comprendes?

- Hablas como si le conocieras…

- Qué va, simplemente hago suposiciones lógicas.

- Debería irme, si no me cambio pronto de ropa voy a pillar una pulmonía, está empezando a refrescar.

- ¿Te apetece una partida de ajedrez mágico?

- ¿Quieres volver a perder?

- Eh…no presumas tanto, sólo me has ganado una vez.

- Con jaque mate, por si se te olvidó.

- Es la suerte del principiante.

- ¿Principiante?. ¡Llevamos 6 años jugando, Ron, creo que dejé de ser principiante hace mucho!

- En cuestión de estrategia, aún lo eres. Y el ajedrez, se basa en eso, estrategias. Mientras no las domines, no ganarás con frecuencia.

- Nos vemos en la sala común en diez minutos, el tiempo justo para volver y cambiarme de ropa.

- Te esperaré con el tablero y las piezas.


Cansada de estar sola, la prefecta se enjuagó la cara y salió de su habitación. Decidió que un paseo le iría bien. Quizás iría al lago, siempre le había gustado estar allí. Estaba a punto de llegar a las puertas que daban acceso a los terrenos cuando algo llamó su atención, el sonido de un llanto que parecía venir de las mazmorras.

"Allí están las zonas de Slythering y la clase de pociones. ¿Debería ir a ver qué ocurre? Al fin y al cabo soy prefecta y mi deber es cuidar de los alumnos ¿verdad? Sólo espero no cruzarme con Snape, o peor…con Malfoy."

Conforme bajaba las escaleras de acceso a las mazmorras, el llanto se hizo más claro.

"No debe de estar muy lejos."

Ella abrió una puerta y entró en el pasillo central.

"A la derecha, la clase de pociones, a la izquierda, la zona Slythering. ¿Hacia dónde voy?"

El sonido volvió a escucharse, venía de la parte que daba acceso a la sala común de Slythering.

"Pero si tiro a la izquierda y entro en la sala común, puedo buscarme un lío porque aún no son horas de hacer rondas. ¿Qué excusa puedo poner?"

El llanto se hizo más potente y la preocupación de Hermione crecía por momentos.

"Debería dar la vuelta e irme pero…ese llanto…suena como si alguien sufriese mucho, como si estuviera experimentando un gran dolor físico y emocional. ¿Y si están torturando a alguien? Pero no puede ser ¿verdad? Nadie se arriesgaría a hacerlo en una sala común, donde cualquiera puede entrar y verte. Lo mejor será marcharme."

Justo cuando se disponía a regresar por donde había venido, ella escuchó un grito de pánico.

"¡A la mierda la prudencia, alguien está en problemas y mi deber como prefecta es ir en su ayuda!"

Sin dudarlo, Hermione dijo la contraseña y entró en la sala común de Slythering, encontrándosela vacía.

"Pero si el grito vino de aquí, estoy segura."

El llanto volvió a escucharse y no sólo eso, ahora también se oían gemidos.

"¿Qué Coño está pasando?"

Hermione siguió avanzando, persiguiendo el ruido, no tardó mucho en llegar a un pasillo oscuro, tan sólo iluminado por una antorcha de luz verde.

Estaba planteándose si debía aventurarse por aquél lugar, porque recordaba la advertencia de Loar acerca de no frecuentar los sitios oscuros mientras estuviera en Hogwarts, ya que Draco Malfoy podría estar escondido en alguno de ellos y atacarla sin previo aviso. Pero las ganas de ayudar a esa persona que sufría tanto eran más potentes que el miedo que sentía por el Slythering, así que en el instante en que volvió a escuchar otro grito, ella no lo pensó dos veces y entró en el pasillo.

Sus pasos resonaban por el suelo de piedra y cuando llegó al final del pasillo, el llanto y los gritos cesaron.

Dos pasillos se abrían paso ante sus ojos. Uno a su derecha y otro a su izquierda.

"Y ahora qué… ¿Por dónde tiro?"

Susurros inundaron el lugar, ella experimentó un potente Deja Vû.

"Es igual que cuando entré por la puerta de la Elegida y empecé a caminar. Allí también escuché susurros, pero la única diferencia, es que me decían cosas y estos no, o a lo mejor es que no entiendo lo que están diciendo."

Ella cerró los ojos y bajó el volumen de su respiración. Vació su mente y se concentró en los susurros, sólo en ellos.

Un sonido claro, llegó a sus oídos, unas palabras…

"Ven…"

Y ella volvió a tener otro Deja Vû.

"Si lo siguiente que me digan resulta igual que en mi sueño, empezaré a creer que no desperté."

"Ven a mí…"

"Suena por el pasillo izquierdo y además, estoy segura que ven a mí no lo dijeron en mi sueño, está claro que estoy despierta y que todo esto es real."

"Ven conmigo…"

" Ahora es oficial, estoy despierta y sin una muestra de cordura. Porque estoy andando en dirección al sonido y lo peor es que estoy obedeciendo la orden de ir con alguien que ni si quiera veo. ¿Me habré vuelto loca?"

"Ven Hermione…ven…"

" Que Arion me proteja, tengo la sensación de que algo muy malo va a ocurrir de un momento a otro."

La prefecta se detuvo y miró a su alrededor. Cuando se dio cuenta que estaba rodeada por la oscuridad más absoluta, empezó a experimentar un enorme desasosiego.

"¡Mierda, mierda!. ¿Por qué haría caso, por qué vendría aquí?. ¡Joder, no veo nada. Tengo miedo!"

Sin pensarlo dos veces, ella usó su varita.

- ¡Lumos!

Y entonces lo vió. Vió algo que parecía una sombra, algo completamente negro y que era una cabeza y media más alta que ella.

Una de las manos de la sombra, se cerró en su garganta y ella empezó a sentir que se asfixiaba.

La sombra abrió la boca y emitió una horrible risa y Hermione tuvo un Flashback…

- "No uses la magia, o despertarás a la sombra. Una sombra a la que deberás enfrentarte y aún no estás preparada para hacerlo."

Ella intentó liberarse, pero no pudo. Esa cosa ejercía una fuerza tremenda y ella se sintió así misma caer de rodillas al suelo de aquella negrura.

Entonces sintió que le clavaban un puñal en la barriga y escuchó una voz, reír satisfecha mientras decía…

- Muere, sangre sucia.

Y Hermione cayó al suelo, y su último pensamiento fue uno.

"Malfoy."

Y todo se volvió negro para ella.


- Jaque Mate. ¿Lo ves Ron? No es suerte de principiante, sé jugar bien.

- Vale Harry, eres un crack. ¿Echamos otra partida?

- No, se me han quitado las ganas.

- ¿No me vas a dar la oportunidad de la revancha?

- Hoy no. Quizá mañana.

Ron se quedó callado y como si tuviera la mirada perdida, entonces, una voz salió de su interior.

- Hermione…

- ¿Qué has dicho?

- No llores…

- ¿Qué?

- Cuando la veas…no llores…

- Ron ¿pero qué te ocurre?

- La última vez que la viste herida, lloraste…

- ¿Pero de qué hablas y por qué te ha cambiado la voz?

- Esta vez no debes llorar…

- ¿Eh?

- Debes ayudarla Harry.

- ¿Cómo?

- Con tu amor…

- ¿Loar, eres tú? Estoy seguro de que es tu voz la que habla.

- ¡Deprisa Harry Potter, encuéntrala y ayúdala, no te queda mucho tiempo!

- ¿Tiempo para qué?

- ¡Para salvarle la vida!

- ¿Cómo has dicho?

El cuerpo de Ron se echó hacia delante, y sus manos agarraron con fuerza el cuello de la túnica de Harry. El ojiverde vió sus ojos, y supo que ese azul no era el de su mejor amigo, era el de Loar, tal y como él había supuesto.

- Suéltame ahora pedazo de imbécil, o te juro que te daré una paliza.

- ¡Rápido Harry, ve por ella!

- ¿Ir por quién?

- ¡Por Hermione!

- ¿Cómo?

- ¡ ES QUE NO LO ENTIENDES!. ¡ ELLA SE ESTÁ MURIENDO!

- ¿De ira? Imposible. Nadie se muere por estar enfadado y la última vez que la ví, estaba enfadada conmigo y para tu información, se quedó en su habitación y allí no puede pasarle nada.

- ¡Está bien, tonto del culo. No hagas nada, no me hagas caso, no la busques. Ya lo haré yo!

- ¿Qué?. ¡Ni se te ocurra!

- ¡Entonces hazme caso y ve por ella!

- ¿No me estás tomando el pelo?

- ¡NO, JODER, ESTOY HABLANDO MUY EN SERIO. ELLA HA SIDO APUÑALADA POR DRACO MALFOY EN LAS MAZMORRAS DE SLYTHERING Y SI NO HACES ALGO POR SALVARLA, MORIRÁ. ESTÁ PERDIENDO SANGRE POR MOMENTOS, HARRY!

- Oh Dios mío…

Loar liberó su agarre y Harry no perdió más tiempo en seguir hablando. Él salió corriendo fuera de la sala común de Gryffindor y se dirigió a toda mecha hacia las mazmorras de Slythering. No tardó en llegar, pero no sabía hacia dónde tenía que ir.

"Mierda, olvidé preguntar dónde exactamente estaba ella."

Abrió la puerta que daba el acceso a la clase de pociones, encontrándosela vacía. Salió de allí y corrió hasta llegar a un pasillo oscuro, iluminado por la luz verde de una única antorcha. Había dos caminos, uno a la derecha y otro a la izquierda. ¿Cuál debería tomar y qué era lo que le aseguraba estar en el correcto, y si se equivocaba y cuando se diese cuenta y lograse llegar hasta Hermione, era demasiado tarde y se la encontraba muerta?

"No, eso no ocurrirá, no permitiré que suceda. ¡A la mierda el enfado que tuvimos, a la mierda todo! Lo único que importa es Hermione."

Él tiró por el pasillo de la derecha y comenzó a llamarla. Cuando se dio cuenta que no respondía y que había llegado al final del pasillo, se percató de que había tirado por el camino equivocado.

"¡Era el de la izquierda! Por favor, que no esté muerta cuando llegue hasta ella. ¡Es todo lo que pido!"

Echó a correr con todas sus fuerzas, a pesar de no ver dónde pisaba. Ni si quiera usó la varita para iluminar el camino. De repente su pie chocó contra algo y él perdió el equilibrio cayendo al suelo.

"¡Joder qué daño!"

Notó su mano húmeda y se la acercó a la nariz.

"Huele como… ¿sangre?"

- ¡Lumos!

Una horrible imagen apareció ante sus ojos. El cuerpo de Hermione lleno de sangre.

- ¡Oh no, NO! Esto no puede ser verdad¡tiene que ser una pesadilla!

Sin pensarlo dos veces, la colocó sentada en su regazo.

- ¿Hermione, puedes oírme?

Sus ojos se llenaron de lágrimas.

- No llores…

E hizo lo imposible por no dejarlas caer.

- ¡Ayúdala!

- Te sacaré de aquí y luego buscaré a ese hijo puta y le partiré la cara y lo que no es cara.

Harry se puso en pié y cogió a Hermione como si fuese un bebé, él echó a correr con ella en sus brazos, pero tropezó y perdió el equilibrio, cayendo nuevamente al suelo y colocándose de tal manera que su cuerpo amortiguase el golpe, protegiendo al de Hermione.

Él sintió un leve movimiento y notó cómo los delgados dedos de Hermione atrapaban una de sus manos.

- Ha…Harry…

- ¿QUÉ?

- Harry…

- ¡Sí Hermione, soy Harry, háblame!

- Yy…Yyo…Yo…

- ¿TÚ QUÉ?

- Ten…Teng…Tengo…fri…frío…

Él se quitó la capa y se la colocó a ella por encima, cubriéndola hasta el cuello y tapándole la cabeza con la capucha.

- Te pondrás bien, Hermione, te pondrás bien.

- Nn…No…Ha…Harry…esta… vez… no…

- ¿Pero qué dices?

- Si…Sien…Siento…qque…que…mme…es…est…estoy…mu…muri…muriendo…

- ¡TÚ NO VAS A MORIRTE, ME OYES, NO DEJARÉ QUE TE MUERAS!

Harry se puso en pie nuevamente con ella en sus brazos y dobló aún más la velocidad de su carrera. No tardó en salir de aquella zona oscura y vislumbrar el pasillo y las escaleras que daban acceso a la salida de las mazmorras. Él subió los peldaños casi de dos en dos, y en cuanto salió al vestíbulo, se fue directo a la enfermería.

- ¡SEÑORA POMFREY, ABRA LA PUERTA!

La puerta se abrió y Harry entró con rapidez suprema en la estancia. Él dejó a Hermione en la primera cama que encontró vacía.

La enferma no hizo preguntas, pues al ver el aspecto tan débil y pálido de la prefecta, supo que estaba muy grave, lo suficiente como para morir si no actuaba con rapidez. Ella retiró la capa de Harry y luego la de Hermione. Tiró con fuerza de la camisa, y vislumbró la gran herida que tenía ella en el abdomen.

- Señor Potter ¡caliente agua y tráigamela junto a un paño limpio, rápido!

Harry no necesitó que se lo repitiera y en menos de un minuto, ya estaba junto a la señora Pomfrey, dándole la tetera.

- ¿Cómo está?

- Mal, muy mal señor Potter. Temo que la perdamos.

- ¡Pues haga algo para salvarla!

- Ya estoy haciendo todo lo que puedo, Harry, tranquilícese. Su estado nervioso no me ayuda.

- ¡Lo siento, es que estoy asustado!

- Lo comprendo, pero debe serenarse, por su bien y por el mío.

Harry observó cómo la enfermera usaba el agua caliente, unos polvitos y la tela, para crear un ungüento y aplicárselo en seguida a Hermione. Aplicó la mezcla en la herida de la prefecta y ésta se cerró con rapidez, no dejando rastro ni de la herida ni de la sangre, ni si quiera dejó cicatriz. Él suspiró aliviado.

- No cante victoria tan pronto, señor Potter, esto aún no ha terminado.

- Pero si ya le ha curado la herida.

- Sí, pero aún no está bien del todo.

- ¿Cómo dice?

- La apuñalaron con un arma envenenada, señor Potter.

- Pero usted tendrá el antídoto ¿verdad señora Pomfrey?

- Sí, y se lo he dado, pero no sé si surtirá efecto porque la señorita Granger ya ha perdido mucha sangre.

- Si necesita sangre puedo darle la mía, tengo el grupo sanguíneo universal.

- Eso no surtirá efecto, señor Potter. Porque la señorita Granger no tiene una sangre corriente.

- ¿Qué quiere decir?

- Por su aspecto, su sangre parece ser de un grupo sanguíneo que yo desconozco y me temo que nadie más, aparte de ella, tiene sangre como la suya.

- ¿Está segura?

- Sí.

- ¿Y entonces qué solución hay?

- Sólo esperar a que se produzca un milagro. Y ahora, quítese la camisa, déjeme ver su herida.

- ¡Yo estoy bien, esta sangre no es mía, es de Hermione!

Harry salió corriendo y se marchó de la enfermería poniendo rumbo al despacho de la profesora McGonagall.

"Ella sabrá qué hacer. ¡Es su Vigilante, tiene que haber algo que pueda hacer para salvarla!"

Golpeó fuertemente la puerta, pero no se abrió. Él supuso que la profesora no estaba.

"¿Y ahora qué hago, esperar a que se muera?. ¡No quiero verla morir, no quiero!"

Harry regresó a la enfermería y se encontró a la señora Pomfrey tapando el cuerpo de Hermione con una sábana. Él recordó las escenas de los hospitales y salas de los forenses de las películas muggles. Cada vez que cubrían los cuerpos de alguien, es porque estaban muertos.

"No puede ser¡no puede ser!"

- ¡Aléjese de ella!

De un empujón, tiró al suelo a la señora Pomfrey y la miró como si fuese la peor persona del planeta.

- Señor Potter comprenda que…

- ¡No lo diga porque me niego a aceptarlo!

- Pero ella…

- ¡ELLA ESTÁ VIVA ASÍ QUE NO LE PERMITIRÉ QUE LA TAPE!

- Pero yo no…

- ¡CÁLLESE Y MÁRCHESE. QUIERO ESTAR SOLO CON HERMIONE. ES UNA ORDEN!

Los frascos de medicina que estaban sobre las estanterías, cayeron al suelo, haciéndose añicos.

La señora Pomfrey abandonó rápidamente la estancia y se marchó en busca de Minerva. Cuando Harry oyó cerrarse la puerta de entrada a la enfermería, supo que había conseguido lo que quería.

Con rapidez, destapó a la prefecta, y dobló la sábana a la altura de su cintura.

Tomó su mano entre las de él, importándole muy poco si ardía vivo.

Harry cerró los ojos, esperando notar el calor abrasador que sabía se produciría ya que había tocado a Hermione sin pedirle permiso. Pero cuando sintió que no se quemaba, volvió a mirar y se asombró de no ver el fuego.

- Si no te he pedido permiso¿cómo es posible que no me queme, por qué no me daña tu Escudo?

Nadie contestó su pregunta, y él se desesperó más.

- ¡No es justo, no es justo!. ¿Por qué ahora puedo tocarte sin tu consentimiento y sin quemarme, por qué ahora sí puedo hacer eso y antes no. Por qué mierda no me quemo si lo que quiero es morirme. Es que no lo entiendes Hermione?. ¡No quiero vivir si tú no estás conmigo, no quiero. Quiero estar contigo, quiero estar a tu lado, no quiero dejarte sola, NO QUIEROOO!

Sus lágrimas cayeron en el cuello de Hermione y Harry se dejó caer en su pecho, estando su cabeza bajo el cuello de ella.

Él lloró con todas sus fuerzas, lloró de impotencia, miedo y frustración. Lloró por haber sido tan estúpido de haberse enfadado con ella y de haberle dicho que no quería su compañía. Lloró por esos motivos y por otros distintos, como el no haber acertado el camino correcto la primera vez que la buscó en las mazmorras.

Sus sollozos y lamentos inundaron la estancia y con una voz rota por el dolor le suplicó…

- Por favor Hermione, por favor… ¡No te vayas, no me dejes! Te quiero ¿entiendes¡ TE QUIEROOO!

Una luz blanca y potente inundó la habitación, pero Harry no lo notó. Lo que sí sintió fue el pecho de ella subir y bajar. ¿Estaría viva otra vez o lo estaba imaginando?

Él colocó su cabeza en el corazón de la prefecta y escuchó sus latidos y entonces levantó la cabeza para mirarla y…allí estaban aquellos ojos marrones que tanto le gustaban, y también había una dulce sonrisa adornando su bella cara, y una voz algo ronca salió de su garganta pero para él sonó como la más bonita del mundo.

- Harry…

- ¿Hermione?

- Soy yo…

- ¿Estás viva, no es un sueño?

- No…es real.

- ¿De verdad?

- Tan cierto como que…estás delante mía…mirándome con esos ojos verdes que tanto me gustan…tanto como me gustas tú.

Ella recorrió su rostro con sus dedos y él volvió a derramar lágrimas mientras reía al verla viva. Y sus lágrimas cayeron en la cara de Hermione pero ella no se quejó, sólo amplió su sonrisa y Harry, sin pensarlo dos veces, la besó en los labios, y con ese beso, Hermione supo que él la quería de verdad y que ya no le importaba el haberse enfadado con ella horas antes.

Cuando se separaron, ella sólo tuvo algo que decirle.

- Te quiero Harry Potter, siempre te querré.

Y él volvió a besarla muchas veces más y ellos rieron y volvieron a besarse, una y otra y otra vez y tantas veces más que hasta se abstrayeron de todo lo que no fuese ellos dos. Así que no notaron el ruido que hizo la puerta al abrirse y cerrarse. Y tampoco escucharon el ruido que hicieron cuatro pies que llegaron corriendo hasta donde estaban ellos. Y tampoco escucharon el sonido de la suave tos que estaba haciendo la señora Pomfrey para indicar su presencia en la habitación.

Harry y Hermione continuaron besándose hasta el momento en que la enferma con su potente voz, gritó…

- ¡YA ESTÁ BIEN SEÑOR POTTER. LEVÁNTESE INMEDIATAMENTE DE ENCIMA DE LA SEÑORITA GRANGER. ACABA DE RECUPERARSE DE UNA MUERTE SEGURA!. ¿ES QUE NO TIENE USTED SENTIDO COMÚN, NO ENTIENDE QUE NECESITA DESCANSO?

Sólo entonces Harry pareció salir de su mundo aparte. Él miró a la señora Pomfrey y con una sonrisa descarada y un tono de voz algo chulo le dijo…

- Ni siquiera con un tanque logrará que me separe de ella.

La enfermera se quedó sin habla, tanto por la respuesta de Harry como por lo que había mencionado, y con voz baja le preguntó a Minerva…

- ¿Qué es un tanque?

Y la jefa de la casa Gryffindor respondió a su pregunta y luego rió por lo bajo cuando vió la cara de fastidio con que miraba la señora Pomfrey a Harry y Hermione, ya que ellos continuaban con su sesión besucona sin importarles nada de lo que pudieran decir o hacer aquellas mujeres.

- Poppy, será mejor que nos marchemos.

- Pero Minerva, la señorita Granger está

- La señorita Granger está fuera de peligro, como puedes ver. Si ella no estuviera bien, te aseguro que no besaría a Harry, así que te ruego que les dejemos solos.

- Pero ¿y si le ocurre algo mientras no estamos?

- Entonces Harry nos avisará, tenlo por seguro. Además, lo único que puede ocurrirles a esos dos estando como están ahora, es que sean padres en unos meses, jijijijijiji.

- ¡MINERVA!

- ¿Qué?

- ¡No seas tan descarada!

- Vamos Poppy, sólo bromeaba.

- Sí pero… ¿y si ocurriera? Sería un gran problema, sobre todo para la señorita Granger. Creo que debería darle algún método anticonceptivo, por si acaso.

- No te preocupes por eso, Poppy. Hermione es lo suficientemente responsable como para tomar precauciones cuando llegue el momento adecuado de usarlas.

- Confías mucho en ella ¿verdad?

- Como no tienes idea. Y ahora vámonos, tengo en mi despacho un té estupendo que me trajeron de China. Estoy segura de que te gustará.

Y sin más que decir, la señora Pomfrey abandonó la enfermería agarrada del brazo de la profesora McGonagall.


- Harry…

- ¿Sí?

- Ya no estás enfadado conmigo ¿verdad?

- No.

- ¿Me perdonas?

- El qué.

- Haberte insultado, tenías razón, no tenía derecho a hacerlo.

- Eso ya no importa, Hermione, lo único importante para mí, es que estás viva.

- Gracias a ti.

- ¿A mí?

- Sí. Fuiste tú quien me curó.

- ¡Pero si no hice nada!

- Te equivocas, Harry.

- ¿Y qué fue lo que hice?

- Gritar con el corazón.

- Pero…eso solo pasa cuando no se tiene voz y yo…la tenía.

- Hay muchas formas de gritar con el corazón, con o sin voz. Tus sentimientos por mí fueron los que me trajeron de vuelta.

- ¿De vuelta de dónde?

- De la muerte.

- Entonces… ¿Moriste?

- Sí.

- Ví a la señora Pomfrey cubrirte con la sábana, pero yo no quería aceptar que hubieses muerto.

- Pues lo hice, pero tú me devolviste las ganas de vivir y por ello te doy las gracias.

- No, gracias a ti por volver.

- Yo siempre volveré, si tú estás conmigo.

- Yo siempre estaré contigo.

- ¿De verdad?

- Sí.

- ¿Pase lo que pase?

- Y pese a quien pese.

- Aunque… ¿nos peleemos?

- Sí, y aunque me insultes hasta cansarte.

- Prometo no volver a hacerlo por muy enfadada que pueda estar.

- Y yo prometo no volver a dejarte sola nunca más.

- Te quiero Harry.

- Yo también a ti.

- ¿Puedes contarme ahora lo del beso?

- ¿Prometes no reírte?

- Sabes que no lo haré, jamás me he reído de ti o tus cosas.

- Gracias.

- No me las des y cuéntamelo todo.

- Está bien.

Harry le contó su sueño y cómo conoció a Loar, luego le resumió la pelea que tuvieron y el beso que él le dio para calmarle. Cuando terminó su historia, Hermione sólo tuvo algo que decir…

- Tonto.

Pero lo dijo con un tono tan cariñoso, que Harry pensó que parecía un halago más que un insulto.

- Debiste decírmelo desde un principio y no nos hubiéramos peleado.

- Es que me daba vergüenza…

- Qué tontería. ¿No ves que lo que él hizo fue por tu bien?

- ¿En serio lo crees?

- Por supuesto que sí, Harry. Loar es bueno. Es un chico amable y cariñoso, que sólo busca ayudarme y por lo que sé ahora, también quiere ayudarte a ti. Así que no te enfades con él, ni por lo que hizo, porque está claro que no lo hizo con mala intención, como tampoco tuvo mala intención cuando me curó a mí.

- Creo recordar que me dijo algo al respecto.

- ¿Lo hizo?

- Sí, dijo que usó sus poderes para curar tu trauma o algo de eso.

- Es verdad. Él también me besó y acarició, incluso más que a ti. Pero fue por una buena causa, lo hizo para curar el trauma que yo tenía, porque después de lo de Malfoy, había cogido mucho miedo al contacto físico con un chico.

- Pero tú y yo tuvimos contacto físico cuando estabas en la enfermería y no parecías asustada.

- Estaba aterrada, Harry, pero sabía que tú nunca me harías daño.

- Puedes estar segura de eso.

- Y por eso me dejé besar y acariciar por ti. Pero si Loar no llega a curarme, puede que nunca te hubiera dicho que estaba preparada para hacer el amor contigo.

- Ahora entiendo los poderes que tiene y le agradezco que te ayudara a superarlo. ¿Aún sigues pensando lo mismo?

- Por supuesto que sí. Y si te soy sincera, estoy deseando que llegue mi cumpleaños para poder hacerlo.

- Querrás decir el día antes de tu cumpleaños. ¿Olvidaste la batalla?

- No, claro que no. Pero si no fuera a luchar contra ella el día de mi cumple, me encantaría pasar el día entero contigo en mi habitación.

- ¿Haciendo el amor?

- Y lo que nos apeteciera, Harry.

- Umm… nunca pensé que fueras una adicta al sexo, señorita Granger- dijo él en tono bromista.

- Jjajajajajajjajajajajajaaaaa. ¡Bueno y qué quieres que te diga!. ¿Qué con una vez sola basta para el resto de mi vida? Mentiría terriblemente si dijera algo así.

- Así que quieres…que lo hagamos ¿más de una vez en un mismo día?

- No…Quiero hacerlo por el resto de mi vida. Porque te aseguro, que si todo acaba bien y vivo para contarlo….No sólo estaré más que dispuesta a irme a vivir contigo, sino que me encantará pasar el resto de mi vida, demostrándote lo mucho que me importas y lo infinitamente grande que es todo el amor que siento por ti. Y si ese amor implica practicar el sexo hasta la eternidad, que así sea.

- Hermione…

- ¿Qué, cielo?

- No puedo…encontrar las palabras para decirte…todo lo que siento después de lo que has dicho.

- Entonces no digas nada y bésame.

- ¿Todo lo que quiera?

- Todo lo que quieras.

- ¿Sin importar el tiempo que dure?

- Sin importar el tiempo que dure.

- ¿De verdad?

- De verdad.

- Te quiero Hermione.

- Te quiero Harry.

Y la besó. La besó poniendo todo su corazón en ello, la besó porque quería entregarle el alma en cada beso que le daba. La besó porque sentía que esa era la mejor forma de demostrarle todo lo que la quería y sobre todo la besó, porque simplemente, le apetecía.

Hermione se sintió feliz, feliz de estar con él y más feliz aún de saber que todo estaba bien entre ellos.

Y le besó, le besó al sentir que él la besaba sin descanso, le besó poniendo el alma en cada beso que le daba, le besó porque le amaba, le besó porque le adoraba, porque sabía que sin él, nada tenía sentido, ni siquiera su misión. ¿Para qué salvar el mundo si Harry no estaría con ella cuando lo lograse?

Pero ella sabía que él estaría siempre junto a ella, se lo había dicho y ella le creía. Además, notaba con cada beso y caricia, que él también la adoraba.

Ella no necesitaba palabras ni juramentos de amor eterno, con sentir a Harry llenándola de mimos y besos, tenía más que claro lo que él sentía por ella y sabía con seguridad que si el mundo se acabara en una hora, él y ella seguirían queriéndose por el resto de la eternidad, aunque estuviesen muertos. Y entonces se acordó de Lily y James y del gran amor que sentían y se profesaban el uno por el otro aún siendo unos espíritus, y ella supo en su corazón, que Harry y ella eran iguales a ellos en cuanto a lo mucho que se querían.

Hermione pensó en los padres de Harry, y usando su pensamiento les dio las gracias…

"Gracias por tener a Harry, y sobre todo gracias a ti, Lily, por quererle lo suficiente como para dar tu vida por salvar la suya.

Lamento mucho que murieseis, porque os merecíais una vida junto a vuestro hijo, pero también siento que si Lily no hubiese hecho aquél sacrificio, es muy posible que él hubiese muerto y entonces nunca le habría conocido, ni tampoco me habría enamorado de él. ¡Y le quiero tantísimo! Que no imagino una vida en la que él no estuviese a mi lado. Así que, gracias James, gracias Lily, de verdad...¡muchas gracias!"

"A ti por quererle tanto."

" ¿Lily?"

" ¿Sí cariño?"

"¿Me oyes?"

"Alto y claro."

" ¡Pero cómo es posible!"

"Porque pronunciaste mi nombre. ¿No recuerdas que te dije que siempre que me llamaras, yo acudiría?"

"Pero…yo no te llamé."

"A-á, sí que lo hiciste. Al pronunciar mi nombre fue como si me llamaras, por lo tanto, aquí estoy. Si abres los ojos, me verás."

"Y a mí también."

"¿James?"

"Hola Hermione."

"¿Tú también estás aquí?"

"Junto a Lily."

" ¿No me estáis tomando el pelo verdad?"

"Jamás se nos ocurriría."- dijo Lily.

" Entonces¿quiere esto decir que estáis viendo todo lo que estamos haciendo?"

"Todo absolutamente" - dijo James.

"Oh por dios, qué vergüenza."

"Un consejo Hermione, si le metes la mano por la camisa y le acaricias el pecho, provocarás que te de varios besos de esos que hacen historia."

"¡Lily!"

"¿Qué, James? Sólo intento ayudarla."

"¿A qué, a provocar que terminen practicando el sexo delante nuestra? Yo no quiero verlo."

"Oh vamos James, no seas quejica. Además, por tocar el pecho de nuestro hijo no creo que terminen haciendo eso."

"¿Qué no. Tengo que recordarte lo que ocurrió la primera vez que tú hiciste lo que le has recomendado a Hermione?"

"Aquello fue distinto."

"¿Por qué?"

"Porque estábamos en una cama."

"¡Ellos también lo están!"

"Sí, pero en una de la enfermería. Y no creo que se arriesguen a dejarse llevar tanto como para acabar perdiendo la virginidad en un lugar donde cualquiera podría entrar y pillarles in-fraganti."

"¿Lily, James, podríais dejar de hablar como si no estuviéramos aquí?"

"¿Y qué más da? Harry no puede vernos ni oírnos."- dijo Lily.

"¡Pero yo sí!"

"Bueno, en eso tiene razón"- dijo James.

"¿De verdad estáis aquí?"

"¡Que sí!" – volvió a decir James.

Hermione abrió los ojos para comprobarlo, y efectivamente, allí, sentados en la cama que había justo al lado de la que ocupaban Harry y ella, se encontraban los espíritus de James Potter y Lilian Evans. Mirándoles sonrientes y también con algo de nostalgia.

- Ah…dulce juventud, cómo la echo de menos.- Dijo Lily.

- Hablas como si fuésemos unos viejos, y te recuerdo que aunque estemos muertos, somos unos muertos de lo más atractivo.- dijo su marido.

Hermione estalló en carcajadas, y Harry dejó de besarla y la miró como si se hubiera dado un golpe en la cabeza.

- ¿Te encuentras bien?

- Oh…míralo James...¡cómo se preocupa por ella, está claro que la adora!

- Lo sé.

- Igual que tú a mí... ¿verdad querido esposo?

- Eso ni lo dudes.

Él la besó apasionadamente y ella no se quedó atrás y luego tiró de él, y ambos cayeron en la cama que ocupaban, besándose intensamente.

Hermione se puso colorada.

- ¡Oh por favor, dejadlo ya!- dijo la prefecta.

- ¿Dejar el qué?- preguntó Harry, que no entendía por qué decía eso.

James y Lily se rieron al ver la cara de incomprensión con que su hijo miraba a Hermione y sin poder evitarlo, estallaron en carcajadas que sólo fueron escuchadas por la prefecta.

- ¡Ya vale!- dijo ella con fastidio.

- Hermione...¿pero qué es lo que te ocurre?

- ¡Nada Harry!

- ¿Y entonces por qué le estás riñendo a esa cama si allí no hay nadie?

- Es que no puedes verles- dijo ella en voz baja.

- ¿Dijiste algo?

- ¡No!

- ¿Seguro que te encuentras bien?

- ¡Sí!

- ¿Puedo besarte otra vez?

- ¡No!

- ¡Por qué?

- ¡Porque me da vergüenza que nos vean!

- ¿Pero qué dices Hermione?. ¡Estamos solos!

James y Lily volvieron a reírse, con más intensidad que antes. Hermione vió cómo Lily lloraba de risa mientras se agarraba la barriga y James, por su parte, sin malicia, le hacía burlas a la prefecta, provocando así que su esposa se riese más todavía.

Llegó un momento en que la Gryffindor se sintió tan incómoda, que apartó a Harry y salió de la cama.

- Hermione... ¿dónde vas?

Pero ella no respondió, sólo se acercó a los padres de Harry y con la mirada seria y el ceño fruncido, les dijo…

- ¿Os parece bonito?

Y ellos volvieron a reírse, y Harry llegó a la conclusión de que Hermione todavía no estaba bien del todo, que quizás le ocurría algo, pero estaba claro que debía ser en la cabeza, porque por lo demás, su cuerpo parecía estar perfectamente.

Quizás se había dado un golpe y él no lo sabía. Tenía que ser algo así, porque parecía estar alucinando. Debía ser eso, alucinaciones, porque si no era algo así, no entendía porqué se había obsesionado con reñirle a aquella cama, y tampoco comprendía por qué ella usaba el plural, como si allí hubiera algo más aparte de una cama vacía.

Harry salió de la cama y se acercó a ella, tocándole la frente, para medir su temperatura, pero Hermione le quitó la mano.

- ¡Estoy bien!

- ¿Seguro?

- ¡Que sí!

- Pues no lo parece. Yo no diría que sea normal el hablarle a una cama vacía.

- ¡Pobre hijo nuestro!- dijeron James y Lily- ¡cree que su novia alucina! Jjajajajajjajajajajjaaa.

- ¡Sois insufribles. Vámonos Harry!

- ¿A dónde?

- ¡A mi cuarto, al Japón, donde sea, me da igual, pero lejos de este par de gamberros!

- Nosotros no somos gamberros, Hermione, hace mucho que tú y yo no nos metemos en líos.

Ahora era James el que lloraba de risa al oír la respuesta que había dado su hijo.

- ¡Nosotros no Harry, ellos!

- ¿Quiénes son ellos?

- ¡Tus padres!- dijeron James y Lily, sabiendo que Harry no les escucharía, pero queriendo igualmente contestar a su hijo.

Soltando un soplido de fastidio, Hermione agarró la mano de Harry, y tras un grito de…

- ¡Ahí os quedáis!

Tiró de él, abandonando la estancia, pudiendo escuchar desde la distancia, las tremendas carcajadas de James y Lily.

Cuando llegaron a la habitación de la prefecta y pasaron a su interior cerrando la puerta, Hermione vió el espíritu de una chica joven y atractiva.

"¿Lisel?"

"Hola Hermione."


Continuará.


Nota de la Autora:

¿Qué, os ha gustado el cap? Espero que sí. Ya sé que ha sido más cortos que el anterior, pero ya alargaré el próximo.

Confieso que me he reído mucho escribiendo la parte de James y Lily en la enfermería. Sabiendo como sé, que James era muy gamberro y que aunque Lily en un principio no le soportaba porque le creía una mala persona, pensé que si ella terminó enamorándose y casándose con él, sería por algo ¿no? Además, que ella fuese una chica responsable en sus tiempos de estudiante no quita que pudiera ser también una persona bromista, aunque su sentido del humor fuese distinto al de James. Que yo estoy segura, lo era.

Sin más, paso a los reviews. Un saludo muy grande a todas. RAkAoMi.