Nota de la Autora: Lunes, 31 deOctubre de 2005.
Buenasss. Me alegra saber que estáis disfrutando el fic tanto como yo el escribirlo. : - )
Bueno, aquí estamos de nuevo, con el cap 33 nada menos. Creo que me quedan 3 caps más antes de meternos en la recta final . Es decir, en los últimos 4 caps que contendrá la batalla final. Creo que tendré bastante con eso, si no, el fic quedaría como mucho en 42 caps más el epílogo. ¡SIIII HAY EPÍLOGO! Gracias a Samy. Así que escribidle agradeciéndole el animarme a que lo escribiera. Su email es: sam25 guión bajo arroba hotmail punto com
Pues ella fue la única que me pidió que hiciese uno ¡que todos podréis disfrutar! Así que ya sabéis, "es de bien nacido ser agradecido".
¡Por cierto! Lamento que a algunos de vosotros se os hiciera interminable el cap 32. ¡PERO YO YA LO AVISÉ, INCLUSO OS DIJE QUE COJIÉSEIS LA COCA-COLA Y HASTA EL APERITIVO! Y como dice el refrán "el que avisa no es traidor…"
ADVERTENCIA: Este cap contiene escenas violentas y determinadas expresiones mal sonantes que podrían ofender u herir la sensibilidad de algunas personas. La autora recomienda que si esto no gusta al lector, que simplemente no lea este cap. (No es broma.)
ADVERNTENCIA 2: Una vez dado el aviso, recomiendo encarecidamente a la gente que lea el cap, que, le guste o no lo que aquí va a ocurrir, espero que no se le ocurra a nadie dejar reviews ofensivos o non-gratos porque entonces la que se volverá non-grata seré yo. Porque los que leéis desde que el fic empezó, sabéis sin duda alguna, que YO AGUANTO TODO MENOS LAS FALTAS DE RESPETO. Y si yo soy la primera que no se lo falta a nadie, lo único que exijo a cambio, es que nadie me lo falte a mí. Y eso, vale sobre todo para los posibles nuevos lectores que aún no me han dejado Review, porque los que sí lo hacen, me respetan tanto como yo a ellos. Y ahora, os dejo con el cap. Un beso. RAkAoMi.
Simbología:
Guión y letra normal: diálogos.
Cursiva y comillas: pensamientos o conversaciones telepáticas.
Comillas y letra normal: susurros.
Guión y cursiva: Flashbacks.
Música recomendada:
-La que os de la gana. Pero tienen que ser varias melodías, dos o tres de tensión y dos románticas. ¿Ok? Sobre todo empezad con las de tensión después de la primera escena, en la que Hermione y Minerva hablan.
Yo recomiendo: Christopher Beck: As Angel becomes, Angel waits (Passion), Resurrection (When she was bad), Mob Rush, Massacre, The beginning of the end, Magic Snow Music, Massacre (sí, otra vez esa), Lolinnes of Six, Remembering Jenny, y Close your Eyes.
Cap.33. "¡No la toques!."
En el despacho de McGonagall, la prefecta le contaba a su Vigilante, todo lo que contenía el mensaje de Lisel y lo que ella había deducido.
- ¿Cree usted que voy bien encaminada?
- Sí, señorita Granger.
- ¿Y qué era de lo que quería hablarme, profesora?
- De Lis.
- ¿Ella también se puso en contacto con usted?
- Por supuesto, tenía información para la Vigilante de la Elegida. Son cosas que usted debía saber antes de la batalla.
- ¿Para la lucha?
- Sí y también para qué hacer en el caso de que usted invoque a Arion y él le preste su poder.
- O sea, que esos consejos ¿sirven para que mi alma no se extinga con el calor de Arion?
- No, sirven para que usted sobreviva si él o cualquier otro espíritu invocado por usted, se mete en su cuerpo.
- Entiendo. Y… ¿qué es lo que debo hacer?
- Tener fe.
- ¿Cómo?
- Tener fe, esperanza, valor y seguridad, sobre todo seguridad, porque si usted invoca un poder o un espíritu sin la seguridad de que podrá controlarlo, puede matarla. ¿Lo entiende?
- Sí señora.
- Muy bien.
- Profesora, no quiero ser impertinente ni nada pero…son las diez y…estoy agotada ¿sabe? Además tengo hambre y… ¿No podemos hablar de esto mañana?
- Sí, al menos lo más importante ya se lo he dicho. Si quiere, mañana continuaremos. Yo también tengo cosas que hacer.
- Entonces la veré mañana. ¿A qué hora vengo?
- Después del desayuno, señorita Granger.
- De acuerdo. Buenas noches profesora.
- Buenas noches querida.
La prefecta abandonó el despacho y puso rumbo lo más rápido posible, a su habitación, sabiendo que allí estaba Harry esperándola.
Sólo le faltaba pasar otro pasillo para llegar cuando escuchó un ruido que llamó su atención. Ella siguió el ruido y se encontró bajando las escaleras en dirección al vestíbulo. Al llegar a esa zona del castillo, todo era silencio.
Como era prefecta, no tuvo problemas para estar despierta a deshoras, así que sin dudarlo, bajó las siguientes escaleras y llegó a las puertas de entrada al castillo que también daban a los terrenos de Hogwarts.
Estaba a punto de abrir las puertas y salir a investigar cuando otro ruido se escuchó, un ruido que ya había escuchado antes, un susurro.
"Ven…"
"Malfoy. Es él, estoy segura. Pero ya no tengo miedo. Sé a lo que voy a enfrentarme y eso es mucho peor que toda la magia oscura de ese gilipollas. Prepárate Draco, porque no sabes la que te espera como se te ocurra ponerme un solo dedo encima."
Hermione entró sin dudar en el túnel de acceso a las mazmorras. Ella bajó las escaleras y tras saludar al prefecto que había delante de la puerta, entró en la zona Slythering. Sus pasos resonaban por el suelo de piedra y ni si quiera necesitó usar el lumos para alumbrarse, ya que las luces de las antorchas eran lo suficientemente claras para ella como para saber hacia dónde se dirigía.
"Ven…ven a mí…"
- ¿Dónde estás?
"Encuéntrame…"
"¿Quieres jugar, eh? De acuerdo, juguemos."
Ella siguió caminando, hasta llegar a una zona de las mazmorras que jamás había visto. Todo estaba más negro que la noche y más oscuro que un agujero negro. Hacía un frío terrible y olía peor aún.
"Este olor…me resulta familiar…"
"Ven…"
"¿Dónde he olido esta peste, dónde?"
"Ven conmigo…"
"De acuerdo. Pon tus ideas claras, Hermione. Ahora mismo importa poco de qué conoces este olor asqueroso. Tu prioridad es encontrar a Malfoy y darle una buena patada en el culo. ¿Cierto?"
"Ven a mí…"
"Este tío parece un disco rallado. ¿Es que no sabe decir otra cosa? En fin¿cómo fue que apareció la última vez? Ah sí, con el lumos. Vamos allá."
- ¡LUMOS!
Allí, delante de ella, casi pegado a su rostro, estaba él.
- Hola, sangre sucia. ¿Preparada para morir?- preguntó él, tras poner un puñal en su garganta. Pero ella ni se inmutó.
- Hola, hijo de puta. ¡Más quisieras tú!. ¡INCENDIO!
- Ahhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhh.- Gritó Draco llevándose las manos al rostro tras recibir el impacto de aquél fuego surgido de la varita de Hermione, que le dio en plena cara.
Su puñal cayó al suelo y ella no tardó en cogerlo y tirarlo lejos.
- Qué… ¿Un calor de lo más agradable, cierto?
- Maldita…
- No, qué va, al contrario. ¡Soy una bendita, porque en realidad debería matarte aquí mismo, en este momento, pero no lo haré!. ¿Y sabes por qué? Porque yo ¡NO SOY COMO TÚ!. ¡LOCOMOTUS MORTIS!
Los pies de Draco se pegaron mágicamente y él cayó al suelo de boca, escuchando el crujir de uno de sus dientes partidos por el impacto.
Usando su varita, él se libró del hechizo y se preparó para el contraataque. Hermione se colocó en una postura que resultó extraña para Draco, pero muy conocida para cualquier muggle que hubiese visto alguna película de artes marciales.
Ella sonrió y movió los dedos juntos de la mano hacia dentro y hacia fuera, tal y como había visto hacer a Morfeo en la película Matrix.
Draco se lanzó a por ella con toda su furia, queriendo golpearla, pero ella esquivó todos sus golpes hábilmente. Él gruñó de rabia y ella le obsequió con un rodillazo en la entrepierna. Él cayó al suelo agarrándose los testículos mientras escuchaba la voz de Hermione alrededor suyo.
- ¿Qué, todavía no tienes suficiente? Porque yo creo que ya has debido captar el mensaje.
Hermione se agachó y le miró a la cara con una expresión más que seria.
- Escúchame bien pedazo de mamón. Déjame en paz ¿de acuerdo? Olvídate de mí y de mi existencia. Porque puede que la próxima vez que lo intentes, no sea tan considerada contigo. ¿Queda claro?
Él no respondió, ella le apretó más los testículos…
- ¿QUEDA CLARO?
- Sí señora.- dijo él a duras penas.
Ella soltó una pequeña carcajada y se dio la vuelta para salir de allí. No había andado ni dos pasos cuando una risa amarga inundó el lugar. Hermione tuvo un mal presentimiento. Se giró, preparándose para lo que pudiera venir. Estaba a punto de ponerse en guardia cuando una energía verde impactó en su cuerpo, haciéndola caer al suelo, completamente inmóvil.
La Gryffindor se vió boca arriba y sin poder mover un músculo. Era como si su cuerpo pesara una tonelada.
El Slythering caminó rodeándola, mientras reía más.
- Vaya vaya vaya…parece ser que se han girado las tornas¿eh, puta?
Ella quiso responder, pero sus palabras no salieron.
- No intentes moverte, guarra. Tu cuerpo no te responderá por mucho que quieras. Ahora está bajo mi control. Pero no te preocupes, yo también seré delicado contigo…
Él buscó el puñal hasta encontrarlo y entonces se acercó de nuevo a la prefecta y comenzó a abrirle la camisa lentamente, usando el filo del puñal para hacer saltar los botones. Luego pasó la fría hoja de metal por el pecho y abdomen de la prefecta, que estaba haciendo verdaderos esfuerzos mentales y físicos, por no dejarse invadir por el pánico.
- No tengas miedo…
Draco bajó la mano y pasó la hoja del puñal por las piedras del suelo, haciendo chirriar la hoja del arma.
- No tengas miedo…
"Soy fuerte, soy valiente, él no me asusta. No me asusta, no…"
Ella sintió cómo él recorría su abdomen y pecho usando el puñal, como si la acariciase con él.
- No tengas miedo…
"No, no temo nada. Ni si quiera a la muerte. No estoy asustada, sólo estoy enfadada de no poder hacer nada para romper el hechizo o lo que sea que me haya hecho."
Sintió la sangre correr y supo que él acababa de rajarle el abdomen de una forma casi imperceptible. Deslizando la hoja muy muy lentamente.
"Es como si se tomase su tiempo, como si le gustase lo que está haciendo. Es un monstruo…"
- Ummm…interesante…
"¿Qué? Oh Dios mío… ¿Es frío lo que siento en mis piernas? Antes yo llevaba pantalones… ¡Antes!"
- Bonita ropa interior…sangre sucia. Nunca pensé que una zorra como tú pudiese tener tan buen gusto.
"¿Es el puñal lo que siento recorriendo el interior de mis ingles? Por favor, que no sea verdad, esto ha de ser un mal sueño. Acaba de colocarse encima mía. No, no puedo estar viviendo lo mismo dos veces, no puede ser cierto que él vuelva a querer violarme ¿verdad? Aunque estoy segura de que eso será lo próximo que intentará hacerme y lo que más me inquieta es que esta vez puede que lo consiga."
- No tengas miedo…
"Joder…intento no tenerlo. ¡Pero una posible violación asustaría a cualquiera, hasta a un hombre!"
Draco le arrancó las ropas que le quedaban y volvió a tumbársele encima. Ella se desesperó.
"¡No quiero, no quiero no quierooooo!"
-¡Auuu!- pronunció el Slythering al sentir un enorme calor invadir su cuerpo. Él miró el cuerpo de la prefecta y comprobó que humeaba.
- ¿Crees que eso me detendrá?. ¡GLACIUS!
De la varita de Draco, salió hielo y el calor que emitía Hermione, desapareció.
Él volvió a situarse encima de ella.
- ¿Por dónde íbamos?
Y ella sintió cómo él empezaba a manosearla, toquetearla y palparla, como si ella fuese mercancía que hubiese de ser revisada antes de usarla. La humillación que sentía Hermione, no tenía descripción posible, era una humillación enorme pero no tan grande como su ira, que crecía tras cada toque, cada manoseo y cada beso que él le daba, si es que a aquello que él hacía se le podía llamar beso…
"¿Qué puedo hacer, cómo salgo de esta situación si mi propio cuerpo no me responde?"
- Pero no tengas miedo…recuerda que no estás sola…nunca lo has estado.
"¡Eso es, puedo pedir ayuda, puedo hacerlo!"
- ¡Ni se te ocurra!
Una potente bofetada, seguida de un poderoso puñetazo, partió el labio de Hermione y le dejaron la mejilla más que morada. Ella sólo pudo deducir, que él podía leer el pensamiento.
"Me da igual lo mucho que me pegues, Malfoy, no te saldrás con la tuya. Tú no puedes evitar que use el cerebro ni el pensamiento. Hagas lo que hagas, tienes los segundos contados. Te lo aseguro."
- Jajjajajajajajaa. ¿Tú crees, sangre sucia?
"No lo creo, imbécil, lo sé."
Draco volvió a reírse y Hermione vio que él se caía a un lado. Ella intentó mover una pierna y notó aquella parte del cuerpo menos pesada que antes, así que intuyó que debía de estar pasándose el efecto del hechizo pero no quiso pensarlo con palabras sabiendo que él podría darse cuenta.
Unos minutos después, él volvió a donde había estado, y cuando la miró a los ojos, con una mirada y sonrisa más que intimidantes, quiso asustarla diciéndole…
- ¿Preparada para gritar como nunca en tu vida?
Y ella respondió, "¡Grita tú!" no sólo con la mente, sino también con su cuerpo, propinándole un rodillazo en los testículos.
Decir que aulló de dolor sería decir poco para lo mucho que chilló él, pero aunque a Hermione le alegraba habérselo quitado de encima, aún no estaba contenta del todo porque aunque ya podía moverse, todavía no podía levantarse.
Cuando él volvió a acercarse a ella, ella notó otro cambio, un calor en sus cuerdas vocales y presintió que su voz había regresado.
- Me estás causando muchos problemas, Granger…- dijo él volviendo a pasar la hoja del puñal por su piel, más concretamente, por la de uno de sus brazos.
- Tú llevas causándomelos desde que tuve la desgracia de conocerte, cabrón.
- Oh…no no no no no, qué muchacha tan malhablada, debería arreglar eso. ¿Qué tal si te corto la lengua?
Él agarró su mandíbula y se la apretó…
- Sólo tengo que hacer un determinado movimiento, para que tu lengua aparezca, sangre sucia, y te aseguro que no me costará ningún trabajo dejarte sin ella. Así que ya sabes lo que te conviene si no quieres perderla…
Él la soltó y ella le escupió. Pero se arrepintió de haberlo hecho cuando sintió el látigo energético que ya había usado la otra vez, azotar su cuerpo desnudo. Ella cerró los ojos y aunque sabía que él escucharía sus pensamientos, volvió a usar la telepatía.
"¡Por favor…que alguien…me ayude! Lily, James, Arion, Lak, Lisel¡quien sea! Ayudadme…por favor…por favor…ayuda…"
Justo cuando Malfoy estaba a punto de azotarle la cara con el látigo, una luz blanca y potente inundó la oscuridad de la mazmorra.
- ¡APÁRTATE DE ELLA!- gritaron dos voces más que enfadadas.
Draco se quedó muerto de asombro. No podía creer lo que veía. Y es que sin duda, la visión que se presentaba anta él era más que impresionante. Dos figuras brillantes y flotantes, aparecieron ante sus ojos. Eran un hombre y una mujer y los dos le miraban con odio infinito. Malfoy tragó saliva.
El espíritu del hombre fue el primero en actuar. Echó el brazo derecho hacia atrás y luego lo estiró hacia delante, tan rápido que el Slythering ni lo vió acercarse, pero supo que un potente puñetazo le golpeó la nariz cuando sintió el ruido de los huesos partidos y la humedad de la sangre que salía de sus fosas nasales y empezaba a empaparle las ropas.
Pero no fue sólo la nariz lo que le rompieron a Draco, pues también quebraron uno de sus brazos ya que aquél hombre brillante, acababa de agarrar su brazo derecho y de un potente movimiento seco, lo dobló hacia atrás.
Los ojos de Malfoy se llenaron de lágrimas por el terrible dolor que estaba sintiendo.
- Duele… ¿Verdad pedazo de mierda? Ahora te lo pensarás dos veces antes de volver a dañar a esta chica o a cualquier otra.
- Qui… ¿Quién eres?
Él acercó su rostro al de Draco, casi pegándolo al del Slythering, y con una voz nada amigable, respondió…
- Tu peor pesadilla.
Un nuevo ruido de huesos se escuchó, pero no del hombre, ni de Draco, sino de la mujer. Que acababa de crujirse los nudillos, como preparándose para usar sus manos y puños de un momento a otro.
- Querido…
- ¿Sí amor?- contestó él mientras daba de tortas a Malfoy.
- Sé que estás disfrutando esto pero… ¿me dejas participar?
- Por supuesto, dos tortas más y te lo paso.
- Gracias.
Dicho y hecho, tras recibir dos potentes bofetadas en las mejillas, Draco se encontró volando velozmente hacia aquella desconocida.
Él aterrizó a sus pies, y no lo hizo suavemente.
Ella le agarró del cuello de la túnica y le incorporó, dejándole de pie. El Slythering intentó golpearla, pero ella le esquivó y le dio un potente derechazo en el estómago. Él no pudo evitar llevarse las manos a la barriga y escupir otro poco de sangre.
- Bien, parece que la historia se repite¿no, señor Malfoy? Aunque claro, era de esperar, eres un Malfoy al fin y al cabo.
Draco tosió.
- No sé de qué estás hablando, puta.
- Ohhhhhh qué encanto, igual de educado que su padre ¿eh James?
- Sí, sin duda alguna.
- La de leches que te voy a dar… y lo bien que me voy a sentir propinándotelas, no te lo imaginas…
- Te mataré…
- Hazlo y te parto a cachitos, pedazo de cabrón.
Lily le cogió de los testículos y se los apretó fuertemente.
- ¿Sabes qué , hijo de puta? Los hombres como tú, si es que podemos llamarlos hombres…los hombres como tú, no son más que basura, una tan asquerosa y repugnante que debería ser barrida del planeta. Porque la verdad es que no aportáis nada positivo ni productivo al mundo.
- Vete a la mierda ¡guarra!
- Uy…qué mala boca tiene este chico, por dios…debería arreglar eso. ¿Qué tal si te corto la lengua y después los huevos para que no vuelva a intentar violar a nadie más en toda su asquerosa vida?
Draco se puso más blanco y pálido que el tono de su piel. Al ver cómo ella hacía aparecer unas enormes tijeras sin usar si quiera la varita.
- ¿O quizás sería mejor dejarle a Hermione ese privilegio de la castración? Al fin y al cabo, es ella la más indicada ¿no crees?
- Creo que usted está loca…
- ¿Yo? Qué va… ¡Estoy cuerdísima, te lo aseguro! Aunque, como puedes ver, no estoy de muy buen humor después de ver lo que le has hecho a mi niña…
- ¿Su niña?
- Exactamente...¡MI NIÑA!
- Pues no se parece en nada a usted. Aunque entiendo que sea su hija, las dos son igual de feas y repugnantes.
- ¿Será hijo puta!- gritó James.
En menos de dos segundos, él y su esposa estaban dándole al Slythering la mayor paliza que nadie le había dado en toda su vida. Y ni si quiera usaron magia.
- Lily…debo reconocerlo, el estilo muggle es mucho mejor que el mágico, además¡sirve para liberar tensiones!- dijo James, asestando otro potente puñetazo a la barriga de Draco.
Ellos le soltaron y él cayó al suelo.
- James, ve a ver cómo está Hermione, yo mientras tanto me quedaré vigilando a este…asqueroso.
Flotando, James se acercó al cuerpo de la prefecta, comprobando su pulso y respiración.
- Está viva, Lily, pero inconsciente, aunque no creo que corra un peligro mortal. Sólo está desmayada. Pero me preocupa la herida del estómago, creo que le ha dado donde la apuñaló y…¡está sangrando mucho! Intentaré cortar la hemorragia.
Mientras James rompía un trozo de su camisa y la usaba para presionar y taponar la herida, Lily ardía de furia oyendo cómo se reía aquél chico que estaba en el suelo y bastante feliz de saber que Hermione se estaba desangrando.
Ella no dijo nada, ni si quiera le tocó, sólo… se agachó, poniéndose a la altura del rubio y entonces, le miró. Le miró de lleno a los ojos, y a el Slythering se le cortó la respiración ante lo que vió.
Tembló sin poder evitarlo, estaba contemplando la cara de una mujer llena de furia y odio, una cara que tenía los ojos rojos, y no verdes, como en un principio fueron. Su piel echaba humo y de su boca, salió un grito tan horrible y potente, que él creyó que se le partirían los tímpanos. Draco se desmayó de la impresión.
Mientras tanto, Harry seguía esperando a la prefecta en su habitación, pero…ya habían pasado 2 horas y ella no volvía. Él sintió que la charla no pudo alargarse tantísimo, que algo más había ocurrido para que ella se retrasase en exceso. Teniendo un mal presentimiento, él salió de la estancia y echó a correr sin un rumbo fijo, pero sintiendo en su interior, que pronto la encontraría.
Acababa de percatarse de que no había cogido el mapa para buscar a Hermione pero decidiendo que ahora no tenía tiempo de volver por él, siguió bajando las escaleras hasta llegar a la puerta que daba al vestíbulo. La cruzó, recorrió el pasillo a toda velocidad y bajó las escaleras hasta llegar a la zona donde estaban las puertas que daban acceso a la entrada al castillo, el pasillo a las mazmorras y otras escaleras a otros lugares. No había terminado de bajar las escaleras que daban acceso al suelo donde estaban todas esas cosas, cuando escuchó un potente grito que venía de las mazmorras.
Harry no dudó en aventurarse hacia allí, aunque sentía algo de miedo, pues aquél grito le había puesto los pelos de punta. Pero él era un Gryffindor, alguien valiente, así que no se acobardaría. Además¿y si Hermione estaba allí abajo y Draco le hubiera hecho algo?
"No, esta vez no tendrás éxito, Malfoy. No te dejaré que la mates otra vez y como la hayas violado…te voy a…será mejor que me de prisa."
Bajó las escaleras casi de tres en tres, tiró de un empujón al prefecto que había delante de la puerta de acceso a las mazmorras y sin esperar otro sonido que lo guiara, siguió la luz de las antorchas hasta llegar a una zona más oscura que la noche.
- ¡LUMOS!
La punta de su varita se iluminó, y ante él apareció una sala antigua y pestilente. Él recorrió la sala y vió algo en una esquina, algo que estaba encogido contra sí mismo. Acercándose más, pudo ver una larga melena rizada.
- ¡Hermione!
Sin tiempo que perder, la cobijó en su regazo y empezó a darle suaves pellizquitos en las mejillas, intentando hacer que volviera en sí. Un poco después, ella abrió los ojos.
- ¿Harry?
Y él llenó de besos su frente y sus mejillas, lleno de alegría y alivio al verla viva.
- ¿Estás bien?- preguntó él abrazado a ella.
- Sí…pero no me abraces tan fuerte por favor…me duele…
- ¡Lo siento!- él se apartó de ella, pero no la soltó.
- Harry…estoy…muy contenta de verte…
- Yo también, creí que estabas muerta cuando te ví ahí tirada sin moverte.
- No…ha sido tan malo…como… la última… vez…Harry…pero…estoy muy…cansada…
- No te preocupes Hermione, te llevaré a la enfermería y allí podrás descansar todo lo que quieras.
- Prefiero…estar contigo…
- Y lo estaremos, pero cuando te hayan curado.
- Te quiero Harry…te quiero mucho. No lo…olvides…nunca…
Ella cerró los ojos y dejó de moverse. Él sintió pánico.
- Hermione…¿Hermione?...¿HERMIONE! RESPÓNDEMEEE.
El sonido de una onda expansiva inundó la sala. Y una potente energía llenó el lugar, rompiendo y volcando lo poco sólido que había allí. Como un par de antorchas y algunas serpientes de piedra que servían de estatuas.
Desde el aire, James y Lily miraban asombrados lo que había producido su hijo.
"Es increíble lo que puede hacer estando enfadado o asustado." – dijo Lily.
"Sí, más todavía cuando ni si quiera siente miedo por él sino por ella."
"Es normal que lo sienta, James, ten en cuenta que está enamorado. ¿Acaso tú no provocarías algo así si temieses por mi vida?"
"¿Algo como lo de Harry? No. Algo como el Apocalipsis, seguro que sí."
"¿Qué hacemos con Draco?"
"Deberíamos bajarle al suelo, para que Harry le de su merecido."
"Pero… ¿No será peligroso?"
"¿Por qué iba a serlo?"
"Imagínate que él se deja llevar por el odio y el rencor y acaba matando a Malfoy. Eso sería terrible para su alma pura ¿no crees?"
"Sí pero algo me dice, que nuestro hijo sabrá controlarse, Lily."
"Entonces bajémosle a tierra firme y devolvámosle la consciencia."
"De acuerdo, pero debemos desaparecer en el momento en que Malfoy vuelva en sí, incluso antes de que abra los ojos y nos vea."
"Está bien, James. Como tú digas."
"Es lo mejor, Lily, no podemos arriesgarnos a que pase algo que indique nuestra presencia aquí. Sabes muy bien que Harry no puede vernos ni tener contacto con nosotros hasta que esté muerto."
"Lo sé, pero…a veces me arrepiento de haber hecho ese trato, James. Sobre todo ahora, en un momento en el que nos necesita tanto. ¡Mi hijo está llorando porque teme por la vida de Hermione y yo sólo quiero abrazarle contra mí y decirle que todo saldrá bien!"
"Shhhh…cálmate cariño, no llores."
"¿Y cómo no quieres que llore, James? Nuestro hijo está ahí, a pocos metros de mí y de ti ¡y ni si quiera podemos tocarle!"
"Algún día lo haremos los dos, tanto tú como yo."
"¡PERO YO QUIERO HACERLO AHORA!"
"SHHH, baja la intensidad, Lily, es peligroso y tú lo sabes."
"¡A LA MIERDA EL PELIGRO, ME IMPORTA UN COMINO QUE ARION ME ESCUCHE Y LUEGO ME CASTIGUE, QUIERO ESTAR CON MI HIJO Y QUIERO ESTARLO YA!"
"LILY...¡NO!"
Sin pensarlo dos veces, la pelirroja descendió velozmente y se puso delante de Harry. Ella se sentó en el suelo, frente a él, y muy lentamente, le acarició la frente, apartándole el flequillo de su pelo alborotado.
El ojiverde abrió los ojos, un suave aroma a manzana llegó hasta él.
No sabía por qué, pero aquél aroma le resultaba familiar, como si lo conociera desde pequeño pero que por alguna razón, no podía recordar a quién pertenecía. Aunque de una cosa sí estaba seguro, fuera quien fuera el transmisor de ese olor, sabía que era alguien bueno, muy bueno.
Su flequillo le hizo cosquillas y tras subir la vista hacia esa parte de su pelo, notó con asombro que se movía como si alguien estuviese tocándoselo.
Él cerró los ojos, y notó cómo una presencia invisible besaba su frente, párpados, nariz y mejillas. Inundándole no sólo de un delicioso aroma a manzana sino también de una enorme calidez, que llenó su cuerpo de una paz inmensa, como pocas veces había sentido en su vida. Harry pensó que si hubiese podido disfrutar de una niñez junto a su madre, ella también le besaría así, incluso olería de la misma manera. Y sin poder evitarlo, dijo…
- ¿Mamá?
Y suavemente, casi como de una caricia se tratase, una suave voz respondió…
- Sí hijo, soy mamá.
Y los ojos de Harry se llenaron de lágrimas que pronto cayeron mojando su cara y sus ropas, pero a él le dio lo mismo. Sólo quería disfrutar de aquél momento, aunque durase poco, aunque sólo fuesen segundos, porque sabía, que una vez que pasara, sería algo que no olvidaría en toda su vida.
Pero el momento no fue corto, fue el suficiente para hacer saber a Harry que ella estaba allí, aunque él no pudiese verla.
Un poco después, él se atrevió a abrir los ojos y creyó que estaba soñando ante lo que vió.
No podía ser cierto, debía de ser imposible, porque Harry veía a su madre y sólo la había visto en dos ocasiones, primero reflejada en el espejo de Oased, cuando él entró en primer curso y luego en cuarto año, cuando su varita y la de Voldemort conectaron y los espíritus de las personas que aquél indeseable había matado, salieron al exterior durante un breve período de tiempo.
Ella parecía la misma que había visto hacía 6 años, en el espejo. Los mismos ojos verdes llenos de amor que vió brillantes de alegría, sonriéndole tras el reflejo. El mismo cabello rojo que parecía ser sedoso y más que suave. Y recordó que estiró el brazo, queriendo tocarla, tanto a ella como a su padre, que también estaba junto a ella en aquél reflejo. Un reflejo que sabía era irreal, pues el espejo sólo mostraba el deseo más oculto y ferviente de tu corazón y en aquellos instantes, su mayor deseo era conocer a sus padres, aunque sólo fuese físicamente.
Pero ahora no estaba ante un espejo, estaba sentado en un frío suelo de piedra, sosteniendo en su regazo el cuerpo de la persona que más quería y a la misma vez, viendo a una mujer que sólo había visto en un espejo y en sus pesadillas. Cuando soñaba con la noche en que ella murió, dando su vida por protegerle de Voldemort cuando tan sólo era un bebé de un año.
Harry tenía miedo de hablar e incluso de parpadear y de que al hacerlo, ella y su preciosa sonrisa desaparecieran. Pero algo en su interior le decía que ella no se iría, que seguiría ahí aunque él le hablase. Y sin dudarlo un segundo, volvió a preguntar…
- ¿Mamá?
Y de nuevo escuchó su suave voz responder…
- Sí hijo, soy mamá.
- Es…Estás aquí… ¿De verdad?
- Sí cariño…
- No… ¿No es un sueño?
- No cielo…no lo es.
- Puedo… ¿Puedo tocarte?
- Sí…no me romperé…
Y Harry no esperó más para hacer su sueño realidad. Él tocó a su madre, tocó su cara, recorriendo cada contorno, cada forma y cada órgano que había en aquél bello rostro. Tocó su pelo, comprobando que era igual de suave y sedoso como él creyó siempre que sería y luego retiró sus lágrimas, pues sus verdes ojos estaban llenos de ellas.
- No llores…por favor…
- ¡Hijo mío, te quiero tanto!
Ella le abrazó, con fuerza, y él lloró, porque ahora sí que estaba seguro de que ella era real y de que podía sentir su calidez, su aroma, su amor y su cariño, llenándole el alma.
Siempre se había preguntado qué se sentiría al ser abrazado y besado por una madre, ahora…ya lo sabía y podría jurarle a quien fuese, que no había otra sensación más bonita y a la vez única, como aquella. Era como si por medio de aquél abrazo y aquellos besos, él hubiera comprendido por fin lo que significaba hogar, familia y unión.
Y cuando ella dejó de besarle, él sólo tuvo una pregunta que hacer…
- ¿Dónde…Dónde está papá?
Lily levantó la cabeza y miró hacia el techo, Harry la imitó.
- ¿Ahí arriba?
Ella asintió con la cabeza.
- ¿Y por qué no viene?
- Porque está vigilando.
- ¿El qué?
- El que yo esté aquí contigo y pueda decirte algo, antes de que alguien nos castigue muy duramente por romper nuestra promesa.
- ¿Qué promesa?
- La de no tener contacto contigo hasta después de tu muerte.
- ¿Y quién coño puede ordenaros eso?
- Arion.
- ¿Arion? Un momento¿no es ese el nombre del dios que es amigo de Hermione?
- Sí.
- ¿Y qué tiene que ver él con vosotros?
- Ahora no puedo explicártelo Harry.
- ¿Por qué, qué ocurre?
- Se nos ha acabado el tiempo.
Lily comenzó a desaparecer…
- ¡No Mamá, no te vayas!
- Esto es lo que quería decirte…Te quiero hijo, siempre te querré, inmensamente…como te quiere tu padre.
- ¡Mamáaaaa!
Pero ella ya no estaba.
Harry se llevó las manos al rostro y lloró más todavía. Maldiciendo su mala suerte, una pésima, de haber estado con su madre por tan sólo unos minutos. ¿Por qué siempre le pasaban ese tipo de cosas, por qué cuando estaba ante algo extraordinario, lo perdía tan rápidamente?
"No es justo. Yo…sólo quería estar con ella. Sólo quería conocerla más, sólo eso."
Un débil gemido le indicó que él y Hermione no eran los únicos que estaban en la sala. Con cuidado y mucha delicadeza, él la dejó en el suelo y se acercó al origen del sonido.
- ¿Quién anda ahí?- pero nadie contestó.
"Qué tonto, sólo tengo que usar el lumos, igual que antes."
- ¡LUMOS!
Viendo que con esa luz no le bastaba para localizar rápidamente a la persona, él usó otra variante del hechizo que era más potente aún, y que ya habían usado en el primer año, cuando cayeron en la planta lazo del diablo y de la cuál se libraron gracias a que Hermione recitó ese hechizo.
- ¡LUMOS SOLEM!
Ahora tuvo una clara visión de lo que tenía ante sus ojos, la del cuerpo totalmente negro de un chico que portaba una túnica en muy mal estado. Como si también se hubiese quemado, al igual que su piel. Porque el aspecto que tenía esa piel, era la de alguien que había sufrido unas tremendas quemaduras. Harry sólo conocía a una persona, capaz de quemar a quien la tocase sin su consentimiento. Hermione.
Su cerebro pronto unió las piezas y supo sin ninguna duda, que aquél sujeto negro, no era otro sino Draco Malfoy.
Sin pensarlo dos veces, Harry corrió hasta él y sin ninguna delicadeza, le cogió de la túnica y le levantó del suelo. Dejándole de pie, tal y como había hecho su madre, antes.
- Me alegro mucho de verte, Malfoy. Hacía tiempo que quería arreglar cuentas contigo.
- Potter…
- Por supuesto. ¿A quién esperabas, a Snape? Me temo que esta vez, tu querido profesor no vendrá a salvarte el culo.
- No necesito su ayuda…
- Oh…sí la necesitarás, te lo aseguro. Porque después de lo que voy a hacerte, pedirás ayuda hasta a tu querido señor oscuro, pero él tampoco vendrá.
- Suéltame…
- Claro, cómo no. Pero no antes de ¡esto!
Un potente puñetazo impactó en la mandíbula del Slythering antes de que Harry le soltara y él volviese a caer al suelo. Con dificultad, Draco se puso en pie y encaró al Gryffindor, sacando la varita y esperando entrar en acción.
- No no no no no…Malfoy, sin magia esta vez. ¿O acaso tienes miedo de pelear contra mí?
- Yo no le tengo miedo a nada ni a nadie.
- ¿Seguro? Pues yo creo que has tenido miedo toda tu vida y por eso necesitas escudarte en tu papaíto o en su apellido.
- Vete a la mierda Potter…
- Ve tú delante para que yo no me pierda. Bueno qué¿atacas o sigo dándote de leches hasta que reacciones?
- Tú no puedes nada contra mí…
- ¿No? Pues venga, demuéstramelo. ¡Vamos pedazo de mierda, ven aquí si tienes huevos!
Draco cogió impulso y se echó hacia delante, intentando apuñalar a Harry, pero él esquivó al Slythering justo a tiempo.
- ¿Crees que no he visto el puñal? Pues claro que sí. Pero yo preferiría que lucharas sin eso, porque la verdad, cualquiera puede usar un arma para herir a otro, pero…herirle sin armas, eso sí es una muestra de poder. ¿Tienes tanto poder Malfoy, o sólo haces lo de siempre, mucho decir y poco hacer?
Algo se revolvió en Draco, su orgullo herido. Y Harry lo sabía, conocía su punto débil desde hacía años, era su ego y su orgullo. No había nada que pusiera más furioso al Slythering que el hecho de que alguien cuestionara su valía o su capacidad. Y Harry la había cuestionado y no sólo eso, había herido su orgullo, y él se lo haría pagar.
Malfoy tiró el puñal, y contraatacó, sin armas, tal y como le había retado Potter.
Logró darle a Harry en la mandíbula, pero al estar cansado y magullado de las palizas dadas por James y Lily, su fuerza y su potencia no eran las suficientes como para dañar lo bastante a aquél ojiverde que tanto odiaba él. Casi tanto como a la sangre sucia de Granger.
- ¿Sabes Potter? Tu querida amiga tiene un cuerpo increíble, lo he probado.
- ¡HIJO DE PUTA!
Un potente puñetazo impactó en la mandíbula de Malfoy haciéndole retroceder varios pasos. Acababa de darse cuenta del enorme error que había cometido. Un error tremendo al hacer un comentario como aquél. Él no sabía que la relación de Hermione y Harry había cambiado hacia algo mucho más profundo que una buena amistad, y al mencionar su cuerpo desnudo, había despertado en Harry una furia como nunca había visto en ninguna persona de las que conocía.
En menos de dos segundos, se vio en el suelo recibiendo una gran cantidad de puñetazos y patadas que el Gryffindor le estaba propinando mientras le llamaba una serie de cosas a cada cuál más mal sonante que la anterior. Pero sin duda fue cuando él dijo…
- ¡SI VUELVES A ACERCARTE A HERMIONE, TE MATARÉ!. ¿LO ENTIENDES MAMÓN?. ¡TE MATARÉEE!
Cuando supo que hablaba muy en serio. Y por primera vez, Draco Malfoy temió por su vida y por lo que Harry pudiese hacerle, porque él sabía que sería algo tan horrible que no podría evitarlo por mucha magia oscura que él usara para intentar defenderse o dañar a Potter.
Se sintió flotar y luego tocar el suelo y supo que Harry había vuelto a levantarle con fuerza, una fuerza que parecía impropia de un chico de su edad y más afín a la de un hombre adulto como el que antes le había atacado.
- ¡ESCÚCHAME BIEN MALFOY, ESCÚCHAME CON ATENCIÓN. A PARTIR DE ESTE DÍA, TÚ Y TU ASQUEROSO CULO CHAMUSCADO, NO VOLVERÉIS A MOLESTARNOS, NI A MÍ, A RON, A HERMIONE NI A NINGUNA OTRA PERSONA DE HOGWARTS. Y TE DIRÉ ALGO MÁS.
DEBERÍA MATARTE POR LO QUE HAS INTENTANDO HACERLE A MI MEJOR AMIGA. Y POR ELLA Y POR TODAS LAS OTRAS CHICAS QUE ALGÚN DÍA PODRÍAS DAÑAR... ¿SABES QUÉ? QUE EN VEZ DE MATARTE, HARÉ ALGO MEJOR, ASEGURARME DE QUE NUNCA MÁS VUELVAS A INTENTAR VIOLAR A NADIE!
Con horror, Draco vió cómo Harry usaba la varita para hacer aparecer unas tijeras, y supo, sin ninguna duda, qué era lo que quería cortarle. Pues no era la primera vez que había recibido esa amenaza durante todo el tiempo que llevaba en aquella sala.
Harry abrió las tijeras y las acercó a los testículos de Malfoy, el Slythering se orinó encima y se desmayó.
El ojiverde hizo desaparecer las tijeras y tras pronunciar…
- ¡WINGARDIUM LEVIOSA!
Usó el hechizo para transportar en el aire el cuerpo inconsciente de Draco y sacarlo de aquella sala lo antes posible.
Usó otro hechizo para dejarle quieto, aún flotando, y volvió corriendo a por Hermione, que ya estaba moviéndose, saliendo de su inconsciencia. Él la llamó suavemente.
- Hermione… ¿Me escuchas?
Y ella abrió los ojos y fue para Harry como si en aquella sala hubiese aparecido el arco iris más bonito nunca visto.
- Hola…
- Hola…cielo.
- Me…me has…llamado…cielo…Harry…
- Es que lo eres, tú eres mi cielo.
Ella sonrió dulcemente y le miró con los ojos entrecerrados pues aún se encontraba débil.
- Me…me du…me due…me duele el…el…ab…abdo…abdomen.
- Pronto dejará de dolerte, te lo prometo.
- Dón…Dónd…Dónde…está…
- ¿Malfoy?
- Ssí…
- Le tengo flotando fuera, inconsciente. Pero no creo que vuelva en sí pronto. Así que lo dejaré aquí mientras te llevo a la enfermería. Agárrate fuerte a mí¿vale?
- Nn…Nno…No teng…No tengo mu…mucha…fuer…fuerza, Harry…
- Pero yo sí. Tú sólo abrázate a mí y no te sueltes por nada del mundo, ni aunque me caiga como la otra vez. ¿De acuerdo princesa?
- Ssí…nno…no…tte…sol…taré…tti..gre…
Él la besó en los labios, sin importarle la sangre coagulada que allí había y tras verla agarrarse a su cuello, la cogió en brazos y salió corriendo al exterior. No tardó mucho en salir de las mazmorras y a cada segundo le preguntaba a ella si estaba bien, Hermione sólo emitía un débil sí y él intentaba correr más todavía.
En cuanto llegó a la enfermería, hizo lo mismo que las veces anteriores, llamar a gritos a la señora Pomfrey, y cuando ésta abrió la puerta, se apartó rápidamente de ella, sabiendo lo que le esperaba si no le dejaba pasar lo más pronto posible.
- ¡Tres palabras señora Pomfrey. Malfoy, puñal, herida en abdomen!
- Eso son cinco palabras señor Potter.
- ¡Déjese de tonterías y cúrela de una vez! Yo tengo algo que hacer.
- ¿Dónde va, Harry?
- ¡A que le den su merecido, pero volveré!
Tan rápido como había entrado, salió. Y al regresar donde había dejado a Malfoy, pudo comprobar con gran alivio que aún seguía allí flotando e inconsciente. Harry usó de nuevo el wingardium leviosa para transportarle en el aire y sin importarle los prefectos ni nadie que se pusiera por delante, salió de las mazmorras y llegó al tercer piso, donde se encontraba el despacho de Dumbledore.
Sin dudarlo un instante, llamó a la puerta.
El director del colegio salió a recibirle con una sonrisa, como siempre hacía. Y sin inmutarse en lo más mínimo al ver a Malfoy flotando por encima de su cabeza, sólo tuvo una pregunta que hacer.
- ¿Cuándo?
- Hace quince minutos, señor. En una sala oscura de las mazmorras. Él hizo daño a Hermione. Yo sólo hice lo que creí conveniente. Se desmayó de un buen susto que le metí.
Dumbledore le miró como diciendo "¿seguro que era un susto y que no iba en serio?" y Harry sólo se encogió de hombros como respondiendo "piense lo que quiera pero haga algo con este tío o lo haré yo."
Así que Albus Dumbledore sólo tuvo que hacer un gesto con su dedo índice para que la puerta se abriera y tanto él, como Harry y el Slythering, pasaran al interior.
- Siéntate Harry y cuéntamelo todo.
- No hay mucho que contar, señor. Simplemente buscaba a Hermione y escuché un grito horrible venir de las mazmorras. Me apresuré allí y cuando llegué, ví a Hermione inconsciente en el suelo, desnuda y con el abdomen lleno de sangre, además de un labio partido y la mejilla morada. También tenía unas marcas rojas por todo el cuerpo, como si la hubiesen azotado con un látigo, fusta o algo así.
- ¿Y?
- Ví a Malfoy y le dí su merecido.
- ¿Y?
- Y…quería cortarle los testículos. ¡En realidad no era un susto, de verdad quería hacerlo porque pensé que se lo merecía. Pero cuando se desmayó supe que con el susto era suficiente. Además, usted no sabe lo que ha pasado Hermione con ese…ese…innombrable.
Él ha estado queriendo acabar con ella desde hace días. Primero la torturó e intentó violarla. Luego la apuñaló con un puñal envenenado pero gracias a la señora pomfrey ella se curó y esta noche…esta noche él ha vuelto a intentar asesinarla y por lo que ví cuando la encontré desnuda, también intentaría violarla por segunda vez!. ¿No lo entiende señor?. ¡ESTÁ CLARO QUE MALFOY SÓLO LE DESEA LO PEOR!
- Lo sé, Harry, hace años que es así. Él siempre la ha odiado, pero…de un tiempo aquí…ese odio se ha convertido en algo peor, por eso quiere matarla. Su única obsesión es que ella desaparezca.
- ¿Por qué?. ¡Hermione nunca le ha hecho nada tan malo como para que él le desee la muerte!
- Sí lo hizo. Hizo lo único que un Malfoy no puede perdonar ni pasar por alto. ¿Sabes qué fue?
- ¿Herir su orgullo?
- Exactamente. Desde el momento en que ella, hace años, le plantó cara, al igual que hiciste tú, y le demostró que no le tenía miedo, y no sólo eso, sino que además se permitió el lujo de darle un puñetazo, puñetazo más que merecido por otra parte, él la odió con toda su alma. Pero no ha sido hasta hoy, tres años después de aquél puñetazo, que ha considerado llegado el momento de entrar en acción.
- ¿Cree que volverá a intentarlo?
- Sin ninguna duda. Es una obsesión lo que tiene, Harry, y las obsesiones…sólo dejan de serlo cuando se ha conseguido aquello que tanto deseabas cumplir. Así que por el bien tuyo y el de Hermione, voy a hacer lo que creo más oportuno para un caso como éste.
- ¿Y ese algo es?
- Escribirle una carta a Fudge, para que sepa qué clase de persona es Draco Malfoy y luego yo mismo le llevaré a Azkaban. Aunque está claro que no haré todo eso por el orden que te he dicho.
Harry sonrió con complicidad, habiendo entendido lo que aquél hombre sabio y anciano, había querido decir.
- Así que enviará la carta una vez que el ministro ya no pueda hacer nada por evitar encerrar a Malfoy ¿verdad?
- Sí…digamos que…Cornelius está demasiado cegado por las aportaciones económicas de Lucius al ministerio de magia, como para interesarle que encierren al hijo de tan gran benefactor.
- ¿Y no cree, señor, que en Azkaban soltarán a Malfoy cuando su padre sepa dónde está su hijo?
- No, no lo creo porque cuando Lucius se entere, ya será tarde para eso.
- ¿Por qué?
- Porque su hijo ya no estará en este mundo.
- ¿Quiere decir…que le darán el beso del dementor?
- Eso espero. Creo que sinceramente se lo merece.
- Yo también lo creo.
- Y ahora Harry, te ruego que me disculpes. Tengo cosas que hacer.
- Sí señor, por supuesto. Gracias por todo.
- Gracias a ti, Harry, gracias a ti.
Sin más que decir, el ojiverde abandonó la habitación y regresó a la enfermería lo más rápido que le permitieron sus piernas.
Una vez dentro, entró en la zona de las camas y vió a Hermione sentada, con la espalda apoyada en la almohada que estaba sobre el cabecero y entonces supo que estaba bien. Sobre todo porque estaba haciendo algo, que siempre le había encantado, leer un libro.
- ¿Historia de Hogwarts otra vez, señorita Granger?
- Historia de Hogwarts de nuevo, señor Potter.
Ella sonrió, dando una suave palmadita sobre la cama y Harry no necesitó una segunda invitación. En cuestión de segundos, ya estaba a su lado, sentado junto a ella y rodeando su cintura. Hermione dejó el libro en la mesita de noche y apoyó su cabeza en el hombro de Harry. Él le dio un beso en el cabello y ella agarró una de sus manos, entrelazando sus dedos con los de él.
Harry le habló bajito, por temor a que la señora pomfrey le riseñe.
- Iba a preguntarte cómo te sentías, pero al verte leyendo, deduje que estabas mejor que bien.
- Bueno…la señora Pomfrey me ha traído el libro. Se lo pedí tras curarme la herida del abdomen y ¡mira!-dijo ella moviendo la sábana un poco para enseñarle esa zona de su cuerpo- ni rastro de la herida ni tampoco de la cicatriz que podría dejar. Es una gran enfermera ¿verdad?
- Sí. Una estupenda.
- Pero tú eres mejor.
- ¿Cómo? Yo no sé curar, Hermione.
- Sí sabes, Harry. No con medicina mágica pero sí con el corazón. A mí me has curado muchas veces a lo largo de todos estos años. Siempre he dicho que eres un gran mago, pero ahora lo corroboro.
- No soy tan grande como tú, Hermione. Tú sí que tienes un corazón inmenso y lleno de magia. Yo…no podría nunca estar a tu altura. Ni en eso ni en conocimientos mágicos o en sabiduría.
- Libros e inteligencia…hay cosas más importantes.
- Amistad, valor y…Amor ¿verdad?
Ella asintió con la cabeza y le obsequió con un dulce beso que él aceptó encantado.
Hermione se fijó en su otra mano y vió que tenía los nudillos más que rojos.
- Te has hecho daño…
- No importa, con un poco de hielo se curará pronto.
- Te has peleado ¿verdad?
- Con Malfoy. Pero eso ya es agua pasada. Ni tú ni yo tendremos que preocuparnos por él nunca más.
- ¿Por qué?
- Porque está bajo de custodia de Dumbledore y por lo que él dijo, se encargará personalmente de que ese desgraciado no vuelva a pisar Hogwarts.
- Gracias Harry.
- ¿Por qué?
- Por defenderme.
- ¿Estás de broma?
- No…
- Entonces no me des las gracias. Sólo hice lo que creía.
- Igualmente te lo agradezco. Si no fuera por ti puede que él…
- Eh…ni lo pienses. Ahora no quiero que te pongas triste por su culpa.
- No estoy triste, sino aliviada. Se me ha quitado un enorme peso de encima o mejor dicho…me lo has quitado tú.
Harry no dijo nada, simplemente la besó.
- ¿Vas a pasar aquí la noche?
- Sí, la señora Pomfrey ha insistido mucho en que descanse. ¿Te quedas conmigo?
- Por supuesto. Aunque a ella no le va a gustar…
- Oh, por eso no te preocupes, me dijo que vendrías a verme así que le pedí amablemente que te dejara quedarte.
- ¿Y le pareció bien?
- No, pero…tal y como dijo la profesora McGonagall el otro día, los tiempos cambian, y la señora Pomfrey ha decidido adaptarse a esos cambios.
- No me digas que a partir de ahora, dejará que todas las personas heridas que tengan pareja, pasen la noche juntas en la enfermería.
- Qué va, ni mucho menos. Pero ella sabe que tú y yo somos demasiado prudentes para no hacer cosas indebidas en sitios donde cualquiera podría vernos.
- Hmmm…
- ¿Qué?
- Le dijiste que tú y yo…pero…no debiste incluirme.
- ¿Por qué?
- Porque yo no estoy tan seguro de lo que haría y lo que no, contigo en una cama aunque fuese una como esta.
- ¡Harry!
- ¿Sí?
- Eres terrible…jijijijijijiji.
- Sí, y tú tienes la culpa de que lo sea.
- ¿Yo?
- Por supuesto. Me has pervertido mucho…
- Jijjijjijijijiji.
- Si hasta dices que parezco un tigre hambriento…
- Jjiijiijijiji.
- Y por cierto, este tigre está viendo un hombro la mar de apetecible…
- Ni se te ocurra… Harry no, que te veo las intenciones. No abras la boca para morderme, Harry… ¡quieto! Jjijiiijiji. ¡Harry!
Hermione se partió de risa y se tuvo que tapar la boca para no formar un escándalo. Pero es que era casi imposible para ella el no soltar las tremendas carcajadas que quería emitir su organismo.
Porque la verdad era que al sentir cómo él le daba suaves mordisquitos en su hombro y cuello le estaba produciendo unas cosquillas tremendas. Y como esos mordisquitos iban acompañados de lo que parecían rugidos en voz baja, ella estaba divirtiéndose de lo lindo. Un poco después, ella le tumbó y usó su pecho como almohada. Él le acarició el cuello con el dedo índice, subiéndolo y bajándolo lentamente por su piel. Ella suspiró encantada.
- Estaba pensando…
- ¿En qué, Hermione?
- En que éste será uno de los recuerdos más bonitos que guardaré de mi juventud. Y también pienso…que si hace 5 años me hubiesen dicho que hoy estaría aquí, contigo a mi lado, en una cama de la enfermería, lo habría tomado por imposible.
- ¿Por qué? Yo estoy encantado de estar aquí ahora.
- Ahora. Pero yo hablo de hace 5 años, y al principio, ni tú ni Ron os juntabais conmigo. Yo era más bien como la peste para vosotros.
- Para mí no, para él sí.
- Pero tú siempre estabas con él.
- Claro, era el primer y único amigo que había tenido en toda mi vida.
- ¿En serio?
- Sí.
- ¿En los colegios muggles nunca tuviste amigos?
- No, ninguno.
- ¿Por qué?
- Porque mi primo y su pandilla se encargaban personalmente de espantar a cualquiera que se me acercase, además, yo era como su punching personal.
- ¿Te usaban como a esos pequeños sacos de boxeo?
- Sí, yo era el saco al que golpeaban.
- Oh Harry, lo siento mucho…
- Da igual, forma parte del pasado. ¿Y tú, Hermione, tenías amigos en los colegios muggles?
- No muchos.
- ¿Por qué, también te pegaban?
- No. Simplemente…no había mucha gente que quisiera conocerme. Porque yo era muy…repelente, por así decirlo. Era igual que cuando me conocisteis tú y Ron.
- Ah…ya. Una niña sabelotodo que siempre estaba diciéndole a la gente lo que estaba bien y lo que no.
Ella le dio un suave pellizco en uno de sus brazos, Harry hizo un gesto exagerado de dolor tremendo y ella se rió por lo bajo.
- Pues esa sabelotodo lleva con vosotros 6 años y si no me equivoco, su sabiduría os ha salvado de más de un apuro.
- Cierto. La verdad es que sin ti, tanto Ron como yo, estaríamos perdidos.
- Sí…lo sé.
- Oye…quisiera disculparme por si alguna vez te hemos hecho sentir como…
- ¿Utilizada?
- Supongo que se podría decir así.
- No te preocupes por eso, Harry. A mí no me molesta echaros todas las manos que hagan falta, lo que me jode es que siempre esperéis al último momento.
- Es culpa de Ron. Siempre le estoy diciendo que debemos avisarte con antelación.
- Ummm… ¿Cuándo os veré estudiando y haciendo los deberes por iniciativa propia?
- Cuando las ranas tengan pelo.
- Jijijijijjijijijiji. Sois un par de vagos…
- Pues claro, si nos reformásemos de repente, sería muy aburrido y a ti te quitaríamos ese papel protector y responsable que tienes con nosotros. Siempre riñéndonos cuando nos lo merecemos y recordándonos que tenemos que hacer los deberes, y estudiar…y etcétera etcétera.
- ¿Tan insoportable soy?
- No, qué va, tú no eres insoportable, son los demás los que no saben apreciarte.
- Oh…eso es uno de los cumplidos más bonitos que nadie me ha hecho jamás.
- ¿Tiene recompensa?
- Sí pero…inocente.
- ¿Inocente?
- Un casto beso.
- ¿Y por qué no uno de los buenos?
- Porque me da miedo que perdamos el control y terminemos haciendo lo que acordamos hacer en mi habitación.
- El día antes de tu cumpleaños…
- Sí.
- Mañana.
- Eso parece.
- ¿De verdad que quieres?
- ¿Tú no?
- ¿Yo? Bueno…al principio me asustaba un poco pero…creo que ahora me parece una idea genial.
- Saldrá bien, Harry. Sólo tenemos que ser nosotros mismos, como hemos sido siempre.
- Y seguir nuestros instintos ¿verdad?
- Sí. Oye…
- ¿Qué?
- ¿Dónde aprendiste a hacer eso?
- ¿El qué?
- A tocarme el pecho como lo hiciste en mi habitación. Me pareció que ya lo habías hecho antes. ¿Con Cho llegaste a tanto?
- ¿Qué? Claro que no. Ella sólo me dio un beso, que dicho sea de paso, estaba mojado por sus lágrimas.
- Nunca me cayó bien esa chica pero…me da pena. Debe de ser horrible perder a tu novio y que el único chico que le vio morir, no quiera decirte nada al respecto.
- Es que no fue una visión agradable, Hermione.
- Lo supongo. Pero debiste entender que ella sólo quería saber, sólo eso.
- Y ella debiócomprender que yo no quería hablar de aquello.
- Sí…no es el tema más adecuado para una cita en la que tú y ella érais los protagonistas.
- Bueno…la verdad es que me alegro de que aquello saliera tan mal. Sirvió para darme cuenta que la tenía idealizada cuando en realidad, Cho no era nada del otro mundo. Sólo tenía una cara bonita.
- Pues a ti te encantó esa cara durante 3 años seguidos.
- Ella me gustó en tercero y cuarto y me besó en quinto. En quinto también, tuvimos nuestra cita. La cosa no salió bien y yo perdí el interés. Sobre todo cuando perdió frente a mí en aquél partido de Quidditch y lloró más todavía, si es que eso era posible. Ahí dejó de gustarme definitivamente. Fin de la historia.
- No te molestes conmigo, no pretendía…
- No estoy molesto. Es sólo que no quiero seguir hablando de Cho.
- ¿De qué quieres hablar?
- De nada. Sólo quiero estar contigo.
- Vale.
Ella tiritó un poco y él tiró de la manta para cubrirlos.
- ¿Mejor?
- Mucho mejor. Gracias.
- De nada.
- Estaba pensando…
- ¿En qué?
- En nuestro primer año. Y en el momento en que te fuiste a buscar la piedra filosofal.
- ¿Cuándo gracias a ti pasé la prueba de pociones?
- Sí.
- ¿Y qué es lo que pensabas?
- Que sí tenía razón cuando te dije que eras un gran mago. Porque si no lo fueras, no habrías llegado hasta allí con tan sólo once años de edad.
- Llegué hasta allí gracias a la ayuda de mis mejores amigos.
- Llegaste hasta allí porque te ayudamos, sí. Pero tú solo te enfrentaste a Voldemort y tú solo sobreviviste.
- Digas lo que digas, simplemente tuve suerte.
- Digas lo que digas, simplemente venciste. Y Harry, lo creas o no, lo eres. Eres un mago extraordinario.
- Pues si yo soy extraordinario tú eres la bruja más poderosa de todas.
- JIjijiji. Vale, somos lo más de lo más.
Hermione entrecerró los ojos y bostezó suavemente.
- ¿Tienes sueño?
- Sí, bastante. Pero no quiero dormirme todavía. Estoy disfrutando mucho de mi acompañante.
- Gracias.
- Antes repetiste lo que te dije tras la prueba de pociones.
- Ah, lo de…hay cosas más importantes…amistad, valor y…
- Sí. Me asombra que aún lo recuerdes.
- Te asombraría más lo mucho que aparece en mis recuerdos de aquél día.
- ¿Por qué?
- Porque ahí me dí cuenta de lo especial que eras.
Ella bajó la mirada tímidamente.
- No soy especial, sólo soy una chica.
- Que no es nada corriente y que se sale bastante de lo común.
- Por supuesto que sí, por algo soy bruja.
- Sabes perfectamente que no lo digo por eso.
Ella se ruborizó mientras daba su respuesta.
- Lo dices porque me quieres... ¿verdad?
- No, lo digo porque lo pienso pero sí, también porque te quiero.
- No deberías hacerlo…
- ¿El qué?
- Ser tan bueno conmigo, Harry. Ser tan buen amigo y mejor pareja aún y hacerme sentir como si fuese la chica más afortunada del mundo. ¿Y sabes por qué?
Él negó con la cabeza.
- Porque al final terminaré por creérmelo y sé que no es verdad. Sé que no soy tan extraordinaria ni especial ni nada de esas cosas. No me creo lo más de lo más por ser una Elegida o la número uno en notas de todo el colegio.
Yo sé que sólo soy una chica, sólo eso, una chica más de todas las que habitan este mundo mágico pero si hay algo en lo que sí debo sentirme especial o afortunada es del hecho de tener la amistad y el amor del chico más extraordinario y buena persona que he conocido en toda mi vida. Doy gracias por ello.
- No, Hermione, quien da las gracias soy yo por tenerte.
- Oh Harry, sé que sonará cursi pero…¡te quiero tanto!
- No es cursi, porque yo también siento lo mismo. Y no me importaría decírtelo igual que tú pero…prefiero hacer otras cosas.
- Cosas que tienen que ver... ¿con los labios?
- Y con las caricias, y con los suspiros que emites y…
- Pues tú gimes…- dijo ella sonando un poco infantil, como una niña pequeña que intentaba defenderse de alguna acusación.
Harry se rió y luego de dio un beso en la cabeza antes de seguir hablando con ella.
- ¿Ves como tengo razón, Hermione? Eres especial, muy especial, pero no lo querría de otra manera. Ven aquí…
Él abrió sus brazos y ella se cobijó en ellos y luego sintió cómo la besaba muy lentamente, casi como si tuviese miedo de que se rompiera.
- Estoy bien Harry- dijo ella cuando se separaron- no tienes que tener tanto cuidado, no soy de porcelana... ¿sabes?
- Ya pero…la otra vez que él te partió el labio recuerdo que se reabría la herida si no tenía cuidado y…no quería causarte dolor. Te dije que nunca te haría daño ¿recuerdas?
- Lo recuerdo. Y Harry…
- ¿Sí?
- Tú nunca me has hecho daño. Ni si quiera cuando me reabriste aquella herida cosida con puntos.
- ¿De verdad?
- Sí. ¿Y sabes por qué?
- No...¿por qué?
- Porque cuando estoy contigo no siento dolor, por muy herida que pueda estar, tu sola presencia sólo me transmite dos cosas, paz y bienestar.
- Oh Hermione…
Y se besaron, llenos de amor el uno por el otro que era un amor inmenso y de los más puros que habían existido en el mundo mágico.
Un poco después…
- ¿Sabes qué?
- Qué, Harry.
- Creo que tienes razón.
- ¿Razón en qué?
- En que, hay cosas más importantes…Amistad, valor y amor y yo siento un gran amor por ti. Como nunca imaginé que existiría.
- Yo también por ti. Y nunca dejaré de sentirlo.
- ¿Estarás siempre conmigo Hermione?
- Siempre. Ni estando muerta te dejaré, Harry. Aunque no puedas verme, yo seguiré ahí, contigo. Durante toda la eternidad.
- Quisiera poder decirte cómo me siento ahora, pero no puedo…no encuentro las palabras adecuadas que lo expresen.
- Entonces no hables, muéstramelo como mejor sabes hacer…
- Ahora mismo.
Y durante los siguientes minutos, ninguno de ellos dijo nada más. Usaron las bocas para algo mejor.
Continuará.
Nota de la Autora:
Bueno…lo que me ha costado que Harry no le cortara sus partes a Malfoy. Buaaaaa yo quería que lo hiciera, pero pensé "si hago esto me matan, me van a decir que soy una sádica." Sinceramente, no sé si el verdadero Harry Potter llegaría a tanto. Pero yo sólo pienso que tengo dos hermanas, una mayor que yo y otra más pequeña. Y me digo "si alguien las viola o lo intenta y encima está a mi alcance, le corto los huevos y luego se los meto en la boca para que se ahogue con su propia porquería mientras siente cómo se desangra." ¡Lo siento si os he asustado con lo que he dicho, pero sinceramente creo que un violador se merece eso o algo peor! Esa gente no tiene cura, ni rehabilitación posible, y está más que comprobado. En cuanto salen de la cárcel, a violar otra vez.
En fin, cambiando de tema. Seguro que más de uno se preguntará qué les va a pasar ahora a James y Lily por haber roto su promesa de no interferir en la vida de Harry ni de relacionarse con él hasta que hubiera muerto. Diré lo que otras veces, ya lo veréis en los siguientes caps.
¿Y Malfoy, irá a Azkaban y le darán el beso del dementor? Contestaré con otra pregunta ¿qué creéis? Yo personalmente espero, que se lo den pero antes de darle ese beso, le obsequien con otra paliza. Aunque mi lado psicópata piensa que lo justo sería que él experimentara en su piel lo que quiso hacerle a Hermione en dos ocasiones. Quizás si supiera lo que se siente, se replantearía volver a intentarlo…
Vale, dejaré de asustaros con mis opiniones non-gratas. Es que me pongo mala ante hombres así. Si es que se les puede llamar hombres…
Ah por cierto, ya no habrá más profecías. La de Lisel era la última. Lo que sí os recomiendo, es que os vayáis releyendo los caps anteriores y apuntéis en un papel las cosas en negrita de las anteriores profecías, aunque algunas ya se hayan cumplido. ¿Por qué? Os preguntaréis, pues porque en la batalla final se van a aclarar muchas cosas que aún os faltan por saber y si vosotros habéis estado dándole vueltas a lo mejor dais con la solución y cuando leáis diréis aquello de "¡LO SABÍA LO SABÍA LO SABÍAAAA!".
Una última cosa antes de los Reviews. Me ha pasado algo alucinante. El domingo me regalaron (sin motivo especial) un nuevo juego de Play 2.
Se llama "Kingdom Hearts" y está muy chulo. Mezcla a los personajes de Final Fantasy con los de Disney.
Bueno, la historia trata de un niño de 14 años llamado Sora que ve cómo su hogar y sus amigos desaparecen por culpa de unos seres oscuros llamados los sincorazón. La misión de Sora es ir recorriendo los disntintos mundos Disney para poder rescatar a sus amigos y entre medio de eso, ir matando bichos de la oscuridad que son de varios tipos pero mayormente como hormigas. La cosa es, que cuando el juego arranca, aparece con el niño siendo transportado a otro mundo.
Él está en una vidriera que tiene el dibujo de Blancanieves y a partir de ahí empieza el lío. Al niño le van haciendo preguntas y le ofrecen tres armas: una espada (el poder del guerrero), una vara de mago (el poder del hechicero) y un escudo (el poder del guardián.) Resulta que el juego te pregunta ¿QUÉ FORMA ADOPTARÁ TU PODER? (¿Os suena de algo esa pregunta, del mensaje de Lisel quizás?)Y tú tienes que elegir el arma que llevará Sora y según lo que elijas, así será su vestuario.
Y ahora yo me empiezo a tragar un rollo sobre la oscuridad, los sincorazón y to eso y de repente me encuentro con que parte del texto que aparece en ese rollo¡COINCIDE CON ALGUNAS FRASES DE LO QUE YO ESCRIBÍ EN EL MENSAJE DE LISEL! Mirad, cuando leí aquello es que me quedé más congelá que un iceberg. Yo diciendo "no puede ser" y luego pensé "como algún lector tenga el juego se va creer que he sacado las ideas de aquí y no es cierto." En fin, cosas que pasan. Si es lo que digo yo, "todo está inventado" así que, que me ocurra algo así tampoco es tan raro.
Os pondré las frases que coinciden o se parecen a las mías:
Pero no tengas miedo, - No tengas miedo, - El poder está en ti. Si le das forma, te dará fuerza. Elige bien.
Utiliza ese poder para protegerte a ti y a los otros, - En ocasiones tendrás que luchar con aquellos que van tras tu poder, - Tu aventura empieza de noche. No será fácil, pero en algún momento brillará el sol.
El día en que abrirás la puerta está a la vez lejos y cerca.
Y no lo olvides. Tienes el arma más poderosa de todas. Así que no lo olvides: Tú eres el que abrirá la puerta.
¿ES PARA ALUCINAR O NO? SI ES QUE PARECE QUE SE HAN LEÍDO EL FIC Y LAS HAN COPIADO. Pero eso no puede ser, porque resulta que el juego es más antiguo que mi historia. Creo que es del 2001 o por ahí. ¡PERO ES QUE ES MUY FUERTE! TODAVÍA ESTOY ALUCINANDO.
Paso a los Reviews. Un besazo a todos y todas. Os quiere. RAkAoMi.
