Nota de la Autora: Sábado, 26 de noviembre de 2005.
Hey qué tal estáis. Espero que bien. Os comunico que la semana próxima tenemos un puente que dura 6 días. Así que espero sacar tiempo para seguir subiendo el fic, más todavía cuando ya sólo quedan (contando con éste y el próximo) dos caps antes del 37, donde dará comienzo la batalla final.
ADVERTENCIA: El siguiente capítulo contiene una escena no sexualmente explícita pero sí lo bastante descriptiva como para indicar algo "no apto para menores". Así que quedáis avisados. A quien no le guste ese tipo de cosas o quien no deba estar aquí, simplemente que se salte este cap porque será entero dedicado a este momento tan especial que compartirán nuestra pareja protagonista. Pero como yo soy malísima, no voy a poner letrerito de "parte comprometedora" ni tampoco "fin de la parte sexual", así que el que lea el cap, que sepa que se lo va a encontrar en un momento concreto.
Si los que leáis esta escena luego os preguntáis por qué no he sido más explícita, os diré que este fic está en la categoría T, y que los fics con escenas sexuales explícitas están en la categoría M, por lo tanto, no he sido más explícita, primero porque he respetado la categoría del fic y luego porque simplemente no me ha dado la real gana.
Yo siempre he dicho que no me gustan los lemons ni las limas. Pero también os prometí que veríais esta escena en algún momento del fic y yo siempre cumplo con mis promesas. Tened en cuenta que es la primera vez que escribo algo así, así que por favor, os lo ruego, sed comprensivos, como lo habéis sido siempre conmigo y mi historia.
Sé que no será una maravilla, pero os aseguro que lo he escrito poniendo todo mi mejor esfuerzo por que quede bien o lo más digno posible y estoy más que satisfecha del resultado. Sin más que deciros, me despido de vosotros por el momento. Nos vemos más abajo, en mi otra nota de autora, antes de los Reviews. Un besazos a todas. RAkAoMi. ;-)
Simbología:
La misma de siempre.
Música recomendada:
Cualquiera que sea bonita y sobre todo, instrumental. Porque cuando no hay voces que distraigan la lectura, la cosa impacta más. (Al menos esa es mi sincera opinión). Yo recomiendo: Los tv theme (música de piano), Close your eyes (Buffy the vampire slayer), la princesa prometida (tema central), y cualquier otra que os guste. Si tenéis como yo, la banda sonora de "La vida es bella", poned para dicha escena, la primera del cd, que se titula "Buon Giorno Principessa" (Buenos días Princesa). Que dura unos tres minutos y medio y es perfecta para dicha escena. Y si queréis ponerla más de una vez, por mi parte, estupendo.
¿Y cuándo empieza esa escena? Cuando leáis esto: - Hermione los hizo rodar, y ahora ella quedó encima de él.
Ea, ya lo sabéis. Un besazo. ;-)
Cap.35. "En tus brazos."
Hermione miró el pomo de la puerta, murmuró lo que sonó para Harry como "ábrete" y en seguida, pasaron al interior de la estancia.
La puerta se cerró con un suave "clic", igual de suave que hizo el ruido del cerrojo al echarse solo.
Ellos no esperaron más para seguir con su sesión besucona, mientras él llegaba a la cama de Hermione y la depositaba en ella.
Justo cuando Harry se había colocado encima de la prefecta, el estómago de él rugió y ella se partió de risa, pero no pasó mucho tiempo antes de que el estómago de Hermione también hiciese ruido.
- Necesitamos comer algo- dijo Harry.
- Sí, desde ayer no he comido nada. No se tú, pero yo ahora mismo podría comerme una vaca.
- No me extraña, llevas días que no comes casi nada.
- Es que no tengo tiempo.
- Sí lo tienes, lo que pasa es que lo dedicas a otras cosas. Siempre te pasa eso Hermione, cuando te enfrascas en algo pierdes la noción de todo, hasta de comer. Eso no es bueno ¿sabes? Deberías cuidarte más.
- Harry, suenas igual que la profesora McGonagall.
- Será porque los dos te queremos y nos preocupamos por ti.
- Nunca lo he dudado.
El estómago de Hermione volvió a rugir, ella se puso colorada.
- Lo siento.
- ¿Por qué te disculpas? No hace falta.
- Umm…pero…es un poco vergonzoso eso de que suene el estómago justo cuando estábamos a punto de…ya sabes.
- ¿Hacer el amor?
- Sí.
- Hey…es temprano. Tenemos todo el día de hoy y parte del de mañana para hacer eso o cualquier otra cosa que nos apetezca.
- Sí pero…mañana estaré muy ocupada, no creo que pueda tener tiempo para ti, mucho menos por la noche.
- La batalla…
- Eso es, mañana por la noche me enfrentaré a ella.
- ¿Tienes miedo?
- Muchísimo. Pero no de Lori o Rak, sino de fracasar sin poder cumplir con mi objetivo.
Él le acarició la mejilla.
- Tú no fracasarás, Hermione, eres perfecta en todo lo que haces. Siempre has sido una fuera de serie y estoy seguro que en la batalla también lo serás.
- ¿Crees que venceré?
- No lo creo, lo sé.
- ¿Cómo lo sabes?
- Porque tengo fe en ti, mucha fe. Y nada ni nadie harán que deje de tenerla.
- A veces me pregunto cómo es posible que me valores tanto.
- Porque eres alguien extraordinaria además de una gran persona, por eso.
- No lo soy tanto como tú.
- ¿Yo? Yo no tengo nada de especial, salvo ser el jodido niño que vivió.
- ¡No digas eso! Por supuesto que eres especial, Harry. Eres muy especial, al menos para mí.
- ¿Por qué lo soy, porque sobreviví a Voldemort siendo un bebé?
- No. Lo eres porque no hay nadie como tú en todo el mundo. Y porque también eres el que liberará al mundo mágico del poder de ese mago loco con delirios de grandeza.
- Pues por esa misma teoría, tú también eres especial, ya que tienes que enfrentarte a una diosa más loca que una cabra.
- Sí ya…pero…yo no la vencí siendo un bebé, tú a él sí.
- NO fui yo quien le venció, fue el amor de mi madre, que formó una barrera protectora cuando decidió morir protegiéndome.
- Es posible que el amor de Lily hiciera eso pero yo creo que también tuvo que ver tu poder interno que por si nunca te has dado cuenta, es inmenso.
- Sí me he dado cuenta. Sobre todo de unos años aquí. Sé que mi poder cada vez es mayor pero el tuyo también.
- Sólo porque soy la Elegida. Supongo que cuando la Elegida deje de existir, también desaparecerán los poderes que ella tiene y volveré a ser otra bruja más de las que tantas hay. Igual que lo era antes de conocer mi destino y mi misión.
- Tú nunca has sido una bruja más, Hermione, siempre has sido extraordinaria. Yo diría que la mejor que ha tenido nunca Hogwarts.
- No exageres, Harry.
- No lo hago, estoy siendo sincero.
Ella se acercó para besarle pero justo cuando iba a hacerlo, su estómago rugió. Hermione se apartó, soltando un suspiro de resignación.
- Será mejor que coma algo antes.
- Oye¿no tenías una campanita con la que llamar a Winky?
- Sí.
- Podrías pedirle comida.
- ¡Mucha comida!
- Bueno, como mínimo para 2 personas.
- ¡Para 4!
- ¿Tanta hambre tienes?
- Como ni te imaginas. Incluso a ti podría comerte.
Ella lo dijo sin malicia alguna, sólo para que él se hiciese una idea de la enorme hambre que tenía, pero ese comentario produjo algo en el interior de Harry, un algo que hizo que sus verdes ojos brillasen de una forma que Hermione no había visto antes, con picardía, pero una picardía especial, una que aseguraba que aquél desayuno, no sería uno normal ni tampoco corriente.
- ¿Dónde la tienes?
- ¿La campanita? En el bolsillo de mi túnica.
- Hazla sonar.
Ella obedeció y salió de la cama para buscar el pequeño objeto. En cuanto la prefecta la tuvo en sus manos, la hizo sonar y volvió junto a Harry. No pasó mucho hasta que la pequeña elfina estuvo a la vista, y tras recibir su petición, poco después, Winky aparecía con varios platos de cosas ricas y luego desaparecía, volviendo a dejarles toda la privacidad que ellos necesitaban.
Al principio, cada uno comió lo que quiso, pero cuando a Hermione se le ocurrió coger una miga de pan y tirársela a Harry para luego esquivar la que él le lanzó, comenzó una batalla de "a ver quién mancha más al otro" que dio como resultado un Harry con la boca llena de chocolate, debido a los bollos que ella le había estampado en los labios y una Hermione con las mejillas llenas de nata montada ya que él se la había extendido tras quitársela de las manos, pues ella había echado un gran pegote en sus dedos, con la intención de mancharle el pelo. Aquél pelo indomable que tanto odiaba él y tantísimo le gustaba a ella.
Cuando Hermione vio cómo él se anticipaba a sus intenciones y le agarraba las manos quitándole la nata para luego pringar con ella sus mejillas, ella no tuvo otra reacción más que la de reírse como no lo había hecho en mucho tiempo.
Poco tiempo después, ellos se dejaban caer de nuevo en la cama de la prefecta y se miraron, volviendo a reír como posesos mientras se señalaban como diciendo ¡qué pinta tienes!
- Creo que deberíamos limpiarnos.- dijo Harry.
- Una buena ducha de agua caliente estaría bien.
- Sí, tengo tanto chocolate en la boca que creo que pasará mucho tiempo hasta que vuelva a comerme otro bollo.
- Imposible, los bollos de chocolate son tu perdición.
- Y los tuyos los de nata montada.
- Además de los huevos revueltos con beicon que pude comerme antes de que decidieras pringarme con la comida.
- Oye, fuiste tú la que empezó, yo sólo te seguí el juego.
- Ya, ya, excusas excusas. Tienes que reconocer que te encanta eso de las guerras de comida. ¿O es que tengo que recordarte todas las veces en que tú y Ron habéis hecho alguna?
- No hace falta, las recuerdo todas. Pero nunca me lo he pasado tan bien como ahora.
- ¿Por qué?
- Porque a ti es más difícil esquivarte, y eso representa un gran reto para mí y a mí me encantan los retos. Con Ron no me cuesta trabajo, su puntería es penosa.
- Ummm…así que lanzo migas mejor que él ¿eh?
- Y otras cosas también.
- Confieso que lo que más he disfrutado ha sido restregar en tu boca todo el chocolate de ese gran bollo que querías comerte y ver tu expresión cuando sentiste la boca y barbilla llenas de eso que tanto te gusta. Sinceramente, fue una cara digna de retratar. ¿Llamo a Colin? Jijijijij.
- Ni se te ocurra, o no volveré a jugar contigo nunca más.
- Já, más quisieras tú. A ti te encanta jugar conmigo…
- Y a ti también, reconócelo.
- ¿Cuándo lo he negado?
- ¿Te he dicho ya lo graciosa que estás con las mejillas llenas de nata?
- Acabas de hacerlo.
- ¿Me dejas que te las limpie?
- Sí pero…no sé con qué vas a hacerlo. Hemos dejado las servilletas hecha una pena.
Harry levantó una ceja y sonrió de medio lado. El corazón de Hermione dio un vuelco. Conocía perfectamente lo que significaba esa sonrisa y aquella mirada traviesa que él le estaba dedicando.
Estaba tramando algo divertido, muy divertido. Pero ella intuía que diversión no era lo único que implicaba aquella mirada. Y no tardó en descubrirlo cuando le vio inclinar la cabeza y sentir cómo él le retiraba la nata por medio de besos. Ella se rió, no pudo evitarlo, pues los labios de Harry le hacían cosquillas.
- Ya está, señorita Granger, tiene usted las mejillas completamente limpias.
- Muchas gracias señor Potter, creo que ahora, debería ser yo quien le retirase todo ese apetecible chocolate negro que tiene usted en esa encantadora barbilla y esa boquita más que apetecible. ¿Me da usted su permiso?
- Por supuesto. Cuando usted quiera, señorita Granger. Estoy a su entera disposición.
- Lo sé.
Ella sonrió de medio lado, igual que había hecho él antes, y Harry sintió que algo bueno se avecinaba, lo suficientemente bueno como para estar disfrutando durante horas.
Hermione no esperó más para comenzar con su misión limpiadora. Y se deleitó de lo lindo retirando y saboreando aquél magnífico chocolate que antes había estado en la cara de Harry.
- Misión cumplida, señor Potter. Le aseguro que no le queda ni un poquito de chocolate.
- Muchas gracias, señorita Granger. Ha hecho usted un gran trabajo. Pero aún no estoy satisfecho.
- ¿Aún tienes hambre?
- Sí.
- Pero ya no queda comida. ¿Quieres que le diga a Winky que traiga más?
- No.
- ¿No quieres más comida?
- No.
- Entonces... ¿qué es lo que quieres?
- A ti.
- A mí ya me tienes, Harry. Siempre me has tenido.
- No del todo, aún falta algo que no me has entregado. Mejor dicho, que no nos hemos entregado. Porque yo también quiero dártelo.
Como un potente flash de una cámara fotográfica, así fue como ella recibió la doble intención que encerraban aquellas palabras y supo en su interior, que él tenía razón. Había llegado el momento de dar ese gran paso del que tanto habían hablado y por lo que a ella respectaba, estaba más que preparada.
- Te lo daré encantada pero…Harry...¿estás seguro de que quieres dar este paso?
- Completamente. ¿Y tú?
- Sin ninguna duda.
- Entonces estoy listo.
- Y yo, pero tomémonoslo con calma... ¿sí?
- Por supuesto.
- Y Harry…
- ¿Sí?
- Te quiero.
- Yo también a ti.
- Y quiero que sepas, que pase lo que pase, siempre seré tuya.
- Y yo tuyo. Siempre lo he sido, Hermione, y no sólo en un sentido físico.
- De alguna manera, lo sé. Sé que siempre nos hemos pertenecido el uno al otro.
- Y nada ni nadie podrá arrebatarnos eso.
- No, jamás lo harán.
- Te quiero Hermione.
- ¿Has terminado de hablar?- dijo ella sonriendo de forma insinuante.
Él sonrió abiertamente y en menos de un segundo, ya estaba besándola sin descanso.
Ella tenía razón cuando le dijo el año anterior que él no era malo besando. Y se lo había dicho cuando aún no había probado sus labios, pero desde que lo hizo, no había sino confirmado en todas las ocasiones en que se habían besado, lo más que acertada que había estado en decirle aquello.
Y era cierto que él besaba estupendamente, pero lo que más complacía a Hermione era el hecho de que sabía, que con ella y sólo con ella, Harry se mostraba tan pasional, sensual y ardiente como lo estaba haciendo ahora mismo.
Quizás porque con Cho la cosa no terminó bien era ella y no Cho, la que estaba disfrutando de aquél momento con Harry, o quizás porque él la amaba tanto como ella a él, o a lo mejor era porque simplemente, Harry podía ser él mismo cuando estaba con ella, pero de una forma u otra, Hermione sabía en su corazón, que Harry se había abierto más a ella y había aprendido a ser más expresivo y cariñoso, desde que estaba con ella, como nunca antes lo fue.
Por cualquiera de esas razones u otras, el caso era de que a Hermione le encantaba saber que gracias a ella y su relación con él, Harry había mejorado mucho, sobre todo a nivel personal. Ahora era mucho más comunicativo de lo que había sido antes, y eso la llenaba de orgullo hacia él y le hacía quererle más aún.
Y entonces supo que la Hermione de su sueño, aquél lado oscuro que había asegurado ser su sombra, tenía razón cuando le dijo que una persona puede cambiar la vida de otra y que existen lazos poderosos que pueden crearse entre dos personas aunque no sean familia o de la misma sangre. Eso es algo que ella siempre había sabido, pero ahora simplemente lo corroboraba.
Como también corroboraba el hecho de que él era alguien extraordinario. En cualquier aspecto. Lo que ella nunca pensó, antes de experimentarlo en carne propia, fue que él también fuese más que genial en el sentido expresivo-amoroso. Y vaya si lo era.
Sin darse cuenta hasta ahora, Hermione se encontró así misma gimiendo bajo Harry. Y haciéndole suspirar y gemir a él también, ya que ella estaba participando activamente en todos los besos y caricias que ambos se estaban dando el uno al otro.
Llegó un momento en que ella sintió tanto calor, que creyó que se derretiría, pero también supo que ese calor era el mejor que había sentido en toda su vida.
Hermione los hizo rodar, y ahora ella quedó encima de él.
Harry se quedó quieto durante dos segundos, esperando ver qué haría ella, y fue entonces cuando la vió sonreír de forma maliciosa y supo sin duda alguna que Hermione haría algo que no le dejaría indiferente. Y acertó, vaya si acertó.
Porque cuando ella le besó en la boca y luego el cuello, y comenzó a desabotonarle la camisa para luego quitársela y tirarla al suelo, supo que estaba ante algo más que bueno. Pero ella no se conformó con quitarle la camisa, porque también se deshizo de sus pantalones, dejándole sólo en ropa interior y notando el bulto de sus boxers.
Ella no se asustó ni se preguntó el por qué, sabía el por qué, había leído mucho sobre el tema y también había escuchado a otras chicas hablar lo suficiente del sexo como para saber lo que ocurría cuando un hombre o un chico, se excitaban. Ella sabía también, que experimentaría dolor cuando él se uniera a ella por primera vez, pero ella no quería pensar en eso ahora. Sólo quería disfrutar de Harry y con Harry.
Harry la vio mirar hacia aquella zona de su ropa interior, por un momento se preguntó si ella estaría asustada o algo parecido. Pero conocía lo suficiente a Hermione como para saber que no era una chica fácilmente impresionable. En realidad, nunca la había visto verdaderamente asustada de algo, menos cuando temía por la vida de él. Y ahora él no estaba en peligro.
Así que él pensó que si ella no le decía algo al respecto, todo estaría bien. Y lo estuvo, porque ella no preguntó nada ni tampoco se quedó quieta, sino que continuó con lo que había estado haciendo. Volviendo a besarle y acariciarle, ahora en su pecho. Ella lo recorría con las yemas de sus dedos, mientras le llenaba a él de besos ardientes, que quemaban como el fuego pero que no hacían daño como sí lo harían sus llamas.
Ella siguió besándole, cada vez más abajo, bajando y bajando, hasta llegar a su cadera y él sintió cómo ella acariciaba esa zona con sus dedos y sus labios. Harry no pudo evitar dejar salir un sonido gutural que demostró a Hermione lo complacido que se sentía en ese momento. Pero un sonido gutural no fue lo único que él emitió, porque también comenzó a temblar un poquito, pero él y ella sabían que no era de miedo precisamente.
Hermione se detuvo un momento y se apartó de él. Sentándose de rodillas y quitándose la túnica de Harry que él le había puesto cuando la sacó horas antes, de la enfermería.
Él sabía que ella estaría ahora completamente desnuda, pues ella había estado así cuando él la encontró en aquella sala donde también había hallado a Draco Malfoy. Pero Harry no quería pensar ahora en él, sólo quería tener en mente a una persona: Hermione Granger.
Con un movimiento enérgico, ella tiró la túnica al suelo y le miró, con una mirada llena de deseo, pasión y amor. Una mirada como nunca le habían dedicado a Harry, hasta ahora. Él también la miró y pudo trasmitirle a ella, lo mismo que le había transmitido a él.
Harry contempló en silencio lo poco que podía ver de Hermione. Ya que su largo cabello le tapaba los senos, y su postura, arrodillada sobre la cama, le impedía ver ese cuerpo desnudo que él ya había contemplado otras veces y que tanto deseaba volver a admirar. Pero sabía que no tardaría mucho en volver a visionarlo. Ya que ella había vuelto a tumbarse encima de él y entonces rodó, y él volvió a estar sobre ella.
Harry apartó unos cuantos mechones de cabello y entonces sí, lo vió. Su cuerpo desnudo.
Allí, justo ante sus verdes ojos, estaba ella en toda su gloria y si él le había dicho la noche anterior que nunca había visto algo tan hermoso como el cuerpo de ella, ahora simplemente lo tenía más que claro.
Hermione Granger era hermosa, en cualquier sentido. Y Harry se sentía el más afortunado del mundo, sólo por ser él quien pudiera disfrutar de toda aquella belleza que ella poseía. Tanto interior como exteriormente.
"Y es un exterior más que precioso" pensó parasí mismo. Y seguidamente se apartó de ella, y se sentó de rodillas, mirándola, sin decir una palabra, sin emitir un sonido, ni siquiera para respirar. Y ella le miró extrañada, como si le preguntara ¿ocurre algo? Y fue entonces que él dejó salir su voz para decir…
- Todo está bien.
Y ella preguntó….
- ¿Seguro?
Y él respondió…
- Sí.
Y Hermione le creyó y llegó a la conclusión que le daba lo mismo por qué él volvía a callarse y mirarla, sin hacer nada salvo eso, mirarla. Después de todo, la forma en que él la miraba no era nada desagradable, más bien era una forma más que bonita.
Había muchas cosas en la mirada de aquellos ojos verdes que tanto le gustaban a ella. Cosas como la pasión, el deseo, el amor, la sensualidad y tantas otras cosas que sabía ella, sólo producirían cosas más que positivas para los dos.
Ella se incorporó un poco, hasta quedar sentada frente a Harry, y le sonrió. Una sonrisa sincera y más que bonita adornaba su bello rostro y Harry volvió a sentirse afortunado, por ser él a quien le hubieran dedicado aquella dulce y hermosa sonrisa.
- Hermione…
- ¿Sí?
Él apartó un mechón de su pelo y lo colocó tras una de sus orejas al tiempo que le decía…
- Eres preciosa.
Y ella se lo agradeció con un beso lleno de amor y pasando sus brazos tras el cuello de él, quedando así, pegada a su cuerpo. En un bello y sincero abrazo. Harry abrazó su delicada espalda y se vió a sí mismo volver a caer sobre ella cuando ella tiró de él, haciéndoles tumbarse nuevamente.
Ella le miró, aún sonriendo y con una voz dulce y suave pronunció…
- Te quiero Harry.
Que provocó que él le regalara muchos de aquellos besos tan pasionales y ardientes que ya le había regalado anteriormente.
Ella bajó sus manos hasta la cintura de él, y notó que aún llevaba puesta la ropa interior. Y sin ningún tipo de vergüenza le dijo amablemente…
- Quítatelos.
Y él obedeció, sin cuestionar nada. No necesitaba hacerlo.
Ahora que estaban en igualdad de condiciones, se dio cuenta de lo bien que se sentía al tener la piel de Hermione bajo la suya. Y también se percató de que una parte concreta de su cuerpo quería formar parte del cuerpo de ella.
Ella también lo sabía y estaba más que dispuesta a permitirle el acceso.
- Harry…
- ¿Sí?- respondió él entre besos y caricias que no se cansaba de darle.
- Estoy preparada.
Y fue todo lo que necesitó él para terminar de dar ese paso que le faltaba por conseguir lo que más deseaba en aquél momento, unirse a ella.
Cuando Hermione le sintió en su interior, se sintió más que feliz, pero no pudo evitar dejar escapar un suave pero audible "Au" que hizo a Harry dejar de besarla y mirar su bello rostro. Él pudo ver que había lágrimas contenidas y eso le afectó, mucho.
- Lo siento.
Él se detuvo y ella le miró extrañada.
- ¿Por qué te detienes?
- Porque estás a punto de llorar y no quiero que llores.
- Harry, estoy bien.
- No es verdad, estás sufriendo. Lo noto en tus ojos.
- Harry, te aseguro que estoy bien y mis ojos también lo están.
- Entonces por qué te quejaste si tan bien estás.
- Porque me hiciste un poquito de daño. Pero yo sabía que eso pasaría. Así que por favor, deja de preocuparte por mí... ¿de acuerdo?
- Pero yo prometí que nunca te haría daño y…
- Y no me lo has hecho. Me has hecho algo de daño físico, pero no me has dañado el corazón. Al contrario, ahora está más alegre que nunca. Créeme.
- Si yo te creo es sólo que te he herido y no quería que eso pasara.
- Harry...¿no sabías que la primera vez le duele a las chicas?
- No.
- Un momento...¿nadie te ha contado nunca lo que ocurre la primera vez que un chico y una chica unen sus cuerpos?
- No. Sólo he oído a los chicos del dormitorio presumir de sus conquistas y de lo que hacen con ellas. Pero ellos nunca dijeron que a ellas les doliese.
- Será porque sus parejas tampoco eran vírgenes. Además, Harry, no es un dolor enorme, es sólo una simple molestia. De verdad que estoy bien. Deja de preocuparte por mí. Es adorable que lo hagas pero…no tienes por qué. De verdad que no.
- ¿De verdad estás bien?
- Divinamente.
- Entonces… ¿podemos seguir?
- Por supuesto que podemos. A no ser que tú quieras dejarlo.
- Yo no quiero. No sé si sonará muy mal lo que voy a decirte pero…estar dentro de ti es fantástico, no sé, es una sensación algo alucinante y a la misma vez muy placentera.
- No ha sonado mal. A mí me ha sonado bastante bien.
- ¿Podrías besarme otra vez?
- Con una condición…
- ¿Cuál?
- Que tú también lo hagas.
Él sonrió.
- Y Harry…
- ¿Sí?
- El dolor se ha ido.
- ¿En serio?
- Sí, no bromeo. Ya te lo dije una vez. Cuando estoy contigo no siento dolor, sólo paz y bienestar.
- Te quiero Hermione. Te quiero mucho.
- Yo también a ti, cielo.
- ¿Ya no soy un tigre?
- Tú siempre serás mi tigre, y mi príncipe, y mi cielo, y…tantas otras cosas que aún no te he dicho porque te sonarían demasiado cursis pero igualmente son bonitas. Y lo más bonito de todo, es que eres tú quien me las provoca.
- No tanto como lo eres tú. Tú sí que eres bonita, más que eso, eres preciosa.
- Oh Harry yo…
- ¿Tú, qué?
- ¡Te quiero, te quiero, te quiero! Y nunca dejaré de quererte, lo juro.
- Siempre te querré, Hermione. Te lo aseguro.
- Y yo te creo. Pero también creo que si no terminamos con lo que hemos empezado, lo lamentaremos luego. Puede que no haya otra ocasión de que compartamos un momento tan especial como este.
- No digas eso. Por supuesto que sí lo tendremos.
- Puede que no lo tengamos, porque si yo muero, entonces…
- Shhhh. Calla. Por favor, no menciones tu muerte ahora. No quiero pensar en eso. Sólo quiero besarte otra vez y escucharte gemir bajo mi cuerpo.
- Wow…eso ha sido de lo más romántico y sensual que me has dicho nunca, Harry.
- ¿Has terminado de hablar?- dijo él sonriendo de forma insinuante, repitiendo la misma frase que había empleado ella horas antes. Y Hermione respondió su pregunta igual que él había respondido a la suya la primera vez que se la hizo ella, besándole intensamente.
Ella volvió a abrazarle y él volvió a estar unido a ella. Y lo que en un principio fueron movimientos suaves, se convirtieron luego, en los de dos amantes que se besaban, tocaban y acariciaban con desatada pasión. Sin importarles nada, salvo el hecho de estar uno junto al otro.
Horas después, Harry estaba de lado, acogiendo bajo su cuello, la cabeza de Hermione, que le abrazaba por la cintura al mismo tiempo que le acariciaba la espalda con una de sus manos. Él bajó sus brazos y dejó sus manos en la cadera de Hermione.
Ella emitió un suspiro de satisfacción y levantó la cabeza para darle un suave y dulce beso en los labios.
- Hermione…
- ¿Sí?
- Puede que suene muy repetitivo pero…te quiero mucho.
- No es repetitivo. Cada vez que me lo dices, siento lo mismo que cuando lo dijiste por primera vez. Y nunca me canso de oírtelo decir.
- Yo tampoco cuando me lo dices tú.
- Te quiero Harry y quiero estar contigo siempre.
- Y yo contigo. ¿Crees que cuando seamos más grandes, seguiremos queriéndonos tanto como ahora?
- No. Yo creo que nos querremos más todavía.
- ¿Por qué?
- Supongo que porque cuando se es adulto, las cosas se viven distintas a como cuando somos adolescentes. Creo que se viven con mayor intensidad y supongo también, que con el amor entre adultos ha de ocurrir algo así o al menos parecido.
- O sea, que cuantos más años se cumple¿más amor se siente?
- No lo sé. Lo que sí sé es que la madurez te hace ver las cosas de distinta forma. Y yo creo que dentro de unos años, seremos lo suficientemente maduros como para expresar el amor de formas distintas a como se nos ocurren ahora.
- Si esas formas son parecidas a lo que acabamos de hacer, me encantará experimentarlas.
- A mí también.
- Estaremos siempre juntos ¿verdad?
- Ni muerta te dejaré, lo prometo.
- Yo tampoco te abandonaré, aunque muera antes que tú.
- Eso no ocurrirá, Harry.
- ¿El que muera antes que tú?
- Sí.
- ¿Y por qué no?
- Porque falta mucho todavía para que te enfrentes a Voldemort, por eso.
- En cambio, tú tienes que enfrentarte a Lori mañana por la noche.
- Así es, por lo tanto, es más probable que yo sea la primera de los dos, en morir.
- Tú no vas a morirte mañana, Hermione. No dejaré que suceda.
- Harry, tú no puedes intervenir en la batalla. Sabes lo que ocurriría si lo hicieras.
- No pienso intervenir, te prometí que no lo haría y cumpliré mi promesa. Pero no te prometo el no hacer todo lo posible por evitar tu muerte. Porque sí que lo haré.
- Y yo te prometo no dejarme matar fácilmente.
- Si lo hicieras me enfadaría mucho contigo. Y luego me suicidaría para que mi fantasma pudiera perseguirte durante toda la eternidad, gritándote ¡te vas a enterar Hermione!
- Jajjajajaja. Eso sería de lo más divertido.
- Para mí sí, para ti no. Te aseguro que soy terrible cuando me enfado.
- Lo sé. He visto lo que ocurre. Las cosas estallan o se rompen.
- Y cosas peores podría hacer si me enfadase de verdad. Pero de momento, ese gran enfado sin fin aún no lo he sentido.
- Y yo espero que nunca lo sientas. Porque no es agradable para nadie, estar enfadado.
- Oye…
- ¿Qué?
- ¿Qué hora es?
- Creo que las once de la mañana.
- Dentro de una hora será el descanso de las clases.
- ¿Y?
- ¿Te apetece que salgamos a dar una vuelta por el lago?
- ¿Sinceramente? No, Harry. Prefiero estar aquí, contigo, donde no pueden interrumpirnos.
- De momento no lo han hecho. Otras veces sí.
- Bueno…en eso tienes razón.
- ¿De verdad no quieres salir?
- ¿Tú sí?
- Yo haré lo que tú quieras que hagamos.
- Pues lo que yo quiero es que nos quedemos aquí un rato más. Y que antes de que nos marchemos hagamos el amor al menos una vez. Pero esta vez sin pausa, sobre todo porque ya no me dolerá. ¿Entiendes Harry?
- Entiendo.
- ¿Me das un beso?
- ¿Sólo uno?
- Empezaremos con uno, los demás…vendrán solos.
Ellos se besaron otra vez y terminaron haciendo lo que Hermione le había pedido a Harry. Y tal y como ella había dicho, esta vez no hubo pausa y tanto él como ella lo disfrutaron mucho más que la vez anterior. Sobre todo porque ya sabían lo que tenían que hacer y también sabían que se querían muchísimo y que mientras tuvieran eso claro, lo demás no tenía la menor importancia.
Continuará.
Nota de la Autora: Sábado, 29 de Noviembre. Hora: las 2 de la madrugada (am).
¡Acabo de volver del cine de ver la peli "Harry Potter y el Cáliz de fuego"! Como siempre, se han comido varias cosas, pero en general ha estado bastante bien. Me encantó ver la escena del baile y ver lo preciosa que han puesto a nuestra Hermione. Ni qué decir de la cara de alucinado que se le queda a Harry cuando nota que esa belleza que baja las escaleras más que sonriente, es su mejor amiga.
Me hubiera gustado mucho que terminara como en el libro, con ese beso en la mejilla que ella le da, pero…como ella le da un beso en la cabeza tras salir él de la prueba de las sirenas, me conformo con eso. ¡Ups, os estoy desvelando cosas y puede que algunos de vosotros aún no hayáis visto la peli! Sorry, pero como no os lo he contado todo ¡y hay muchas cosas que os van a gustar! Tampoco he sido tan mala ¿verdad? ;-)
Sé que este cap ha sido muy corto. Sobre todo en comparación a otros caps del fic. Pero creo que era mejor dejarlo aquí, ya que a partir del siguiente cap, volveremos a meternos en la parte emocionante de la historia. ¿Qué por qué no he puesto más escenas de besos? Y yo digo… ¿más todavía? A ver si cogéis un empacho de tanto dulce…Jijiijjijijijiiji.
Na…yo creo que como dice el dicho…"lo bueno, si breve…dos veces bueno."
En fin, ya me contaréis.
Os informo de que el próximo finde no vendré a casa, me quedaré en Almería pero no os preocupéis, el Martes será fiesta, comenzará un puente que durará hasta el domingo y yo cogeré el tren para venir a Sevilla y os prometo que intentaré escribir para adelantar el fic lo más posible. Si de mí dependiera subiría un cap por día pero eso no es posible, al menos por el momento.
Además de que si lo hiciera, no me daría tiempo a leer todos los reviews tan lindos que siempre me dejáis, y a mí me encanta leerlos. Antes de pasar a los Reviews, dejadme que os diga una cosa que ya he dicho antes pero igualmente me gusta decírosla: Muchas gracias a todos y todas vosotras por todo el apoyo que me habéis demostrado siempre, a mí y al fic.
Aunque admito que lo que más me gusta es ver que sois tan comprensivos conmigo como yo lo soy con vosotros. Eso es algo que sinceramente os agradezco. ¡Ya me callo, lo prometo! Paso a los Reviews. Un besazo enorme. RAkAoMi. ;-)
