Nota de la Autora: Domingo, 25 de Diciembre de 2005.
¡FELIZ NAVIDADDD Y PRÓSPERO AÑO NUEVOOO!
Espero que paséis unas felices fiestas junto a vuestros seres queridos y amigos más cercanos.
Aquí estamos de nuevo, subiendo la segunda parte del cap 36, espero que os guste y que os fijéis bien en todo lo que ocurrirá pues a partir del 37, nos meteremos de lleno en la batalla final y durará hasta que acabe el fic, pues el epílogo será de otra cosa. ¡Ya lo tengo escrito en un cuaderno! Y me gusta mucho cómo ha quedado, aunque…puede que antes de publicarlo le haga algunos cambios, ya veré…sobre todo para complacer a cierta persona que me ha pedido que cambie cierta parte. Tú sabes quién eres y la verdad, a mí también me gustará meter ese cambio. ;-)
¡Por cierto, me dijeron en el cole que a lo mejor el profe al que sustituyo vuelve el 9 de enero! Si eso es así, significará que terminaré mi destino en Almería y me darán otro, ojalá me manden a Sevilla, así podría seguir con el fic, en el caso de no terminarlo durante las vacas de navidad, cosa que pretendo pero no veo posible pues aún me falta mucho por subir.
Quiero agradecer a TaBeRu el que me haya dedicado su primer fic "Hermione al rescate", la verdad es que me ha hecho mucha ilusión y me siento más que honrada. Menudo detallazo, muchísimas gracias.
¡Ah sí! En el cap anterior, hay una frase repetida, la de "¡Yo no soy Psicóloga!" perdonad pero…no fui yo quien la duplicó, sino la página. Es que cuando le dí al Edit/Preview, estuve modificando espacios y eso y luego al publicar el cap ví que había duplicado la frase. ¡Odio a la page cuando me hace ese tipo de cosas! Otras veces me come puntos, comas, signos de interrogación o admiración…¡incluso me junta palabras que en el archivo del cap están bien separadas! Ej: Élse asustó. Asi que si aquí os encontráis cosas de ese tipo sabed que no soy yo. ¡Por dios que soy profe, yo sé escribir sin faltas de ningún tipo! Por algo las corrijo...
Sin más que deciros por el momento, os dejo con el cap. Una vez más¡FELIZ NAVIDAD! Y muchas gracias por seguir ahí. ;-) RAkAoMi.
Simbología:
Cursiva: pensamientos.
Guión y letra normal: diálogo de los personajes.
Negrita: Algo importante.
Música recomendada: ¡SOBRE TODO PARA LOS PRÓXIMOS CAPS, TOMAD NOTA, PARA QUE OS DE TIEMPO A BAJARÓSLA SI NO LA TENÉIS AÚN!
A partir del cap 37 y hasta el epílogo (que os pondré otra) os recomiendo las siguientes:
- Buffy The Vampire Slayer: Aftermath, Resurrection (When she was bad), Hell School and Prokatory Stone (creo que ese era el título o algo así), Massacre, Close your eyes (Angel and Buffy love theme), Walking Willow, Chosen, Every girl a Slayer, Sacrifice, Slayer's Elegy.
-The Princess Bride (La princesa prometida): I will never love again.
-Marmalade Boy: Moment (piano), Saigo no Yakusoku.
-Y si tenéis la de El señor de los anillos, Braveheart o El último samurai, os recomiendo que uséis cualquiera que valga para escenas de batallas. Personalmente prefiero la de El último samurai porque es genial la música que tiene para las guerras y esas cosas. Si usáis la de El último samurai, poned la nueve, "Red Warrior" ¡se oyen gritos de guerra y eso os puede emocionar mucho, de verdad! Yo por lo menos cuando la escucho, me imagino a Hermione y otros personajes peleando contra Lori o Rak y es que…¡bueno, me entra de todo por el cuerpo! Qué banda sonora más bonita, emotiva y de todo es la de El último samurai, de verdad. Menudo tesoro auditivo ha hecho Hans Zimmer, ya lo creo que sí. Ya me gustó con la banda sonora de "La delgada línea roja (The Red Thin Line)" pero ya con El último samurai me ha enamorado completamente.
Cap. 36. La puerta negra (II)
El animal adelantó la cabeza, justo donde estaba la roca de Hermione, oliéndola.
"Que no me huela, por favor Señor, hazme inolora."
De repente, la serpiente siseó y abriendo la boca, cogió la roca donde se ocultaba la prefecta.
Ella se agazapó tras la piedra todo lo que pudo pero eso no evitó que Lein escupiese el peñasco y éste cayera al suelo, haciéndose pedazos y revelando así, el cuerpo ahora dolorido de la castaña.
Con asombro, Hermione vio en la cara de Lein lo que parecía una sonrisa nada amigable.
"Joder, la que me espera."
La serpiente agachó la cabeza y la puso a la altura de la de Hermione. Abrió la boca y…
"Padre nuestro que estás en los cielos…"
sacó la lengua…
"Santificado sea tu nombre…"
mostró sus colmillos… y Hermione dejó de rezar, su único pensamiento fue…
" Te quiero Harry."
Lein sacó la lengua otra vez y la pasó por todo el cuerpo de Hermione.
"Puaj"
Probando su sabor, decidió que aquella humana sabía estupendamente.
La Gryffindor vio sus intenciones en sus enormes ojos amarillos…
"Me va a comer, y tanto que sí."
Y cuando Lein abrió de nuevo la boca y atrapó con su lengua el cuerpo de la prefecta, envolviéndola por todo su cuerpo humano, Hermione dejó sus pensamientos a un lado y gritó…
- ¡ESPERA!
Y para asombro de ella, Lein se detuvo.
"Loriana dijo que a Lein le gustaba la amabilidad y yo puedo ser amabilísima cuando quiero. Bueno, por probar no pierdo nada."
- ¿Podrías soltarme, por favor Lein?
La serpiene la miró con curiosidad.
- Verás, es que…
"¡Coño!. ¿Y qué se supone que he de decirle a un bicho enorme que se me quiere merendar, cómo mierda voy a convencerla de que me deje libre?"
- Es que…soy…amiga de Loriana¡sí, eso! Y…me dijo que saliera para cumplir un…¡encargo suyo! Así que…en fin, que no puedes comerme porque entonces ella se enfadará mucho cuando se entere y tú no quieres que eso suceda ¿verdad?
"Por favor, que funcione. Sé que Loriana y Lori se odian pero…si las dos son una misma parte de una misma persona, Lein tiene que respetar igual el nombre de Loriana que el de Lori."
Lein la soltó enseguida. Hermione se sintió tan feliz, que sin planteárselo siquiera, besó la cabeza de la enorme serpiente al tiempo que le decía
- ¡GRACIAS!- de forma entusiasta.
El reptil lamió su cara.
"Supongo que eso significa de nada."
La prefecta sonrió dulcemente al animal, le acarició la cabeza y tras inclinar su propia cabeza de forma respetuosa, se incorporó de nuevo, despidiéndose de ella con la mano para seguidamente desaparecer de su vista.
Echó a andar sin ver hacia dónde dirigirse ni tampoco dónde pisaba, lo único claro que tenía era que debía salir de allí lo más pronto posible.
Al no ver por dónde caminaba, tropezó varias veces, cayéndose al suelo pedregoso y arañándose la cara, manos, piernas y rodillas.
Sintió la sangre deslizarse por una de sus piernas, tocándose una de las rodillas con los dedos se dio cuenta que tenía una brecha.
"Genial, debo de tener un aspecto estupendo. Cuando vuelva al castillo y me vea Harry, se va a alegrar muchísimo. Me parece estar viéndole, mirándome asustadísimo y diciéndome de forma nerviosa ¡deja que te lleve a la enfermería Hermione! Ah… me encanta que se preocupe tanto por mí, pero a veces resulta pesado. Ni que yo fuese de porcelana. ¿Uh? Creo que el suelo ha cambiado, ahora parece más blando. ¿Arena quizás?"
Con precaución, caminó hasta que llegó al final del sendero que había estado recorriendo. Ella pudo sentir el aire sonar bajo sus pies.
"Creo que estoy en lo alto de un barranco."
Con cuidado, se agachó, poniéndose a cuatro patas y comenzando a gatear lentamente, buscando el filo.
"Aquí está."
Usando sus dedos, palpó la suave tierra que cubría la superficie.
Sin incorporarse aún, ella se giró y con toda la precaución posible, se agarró al borde y comenzó a descender. Usando sus pies y manos para agarrarse a la pared rocosa.
Hermione iba despacio, casi tanto como un caracol, y no era para menos, ya que no tenía ni idea de lo grande y profundo que era el barranco.
La piedra estaba húmeda y sus manos a menudo resbalaban, pero ella se asiaba con tanta fuerza a las rocas, que en sus esfuerzos por no caerse, apretó tanto los dedos que se partió varias uñas. Aguantándose el dolor y las ganas de llorar, ella siguió descendiendo cada vez más, hasta que uno de sus pies tocó fondo.
"Tierra húmeda. Puede que esté en un sitio próximo a un lago subterráneo o algo parecido."
Una vez de pie en el suelo, comenzó a caminar otra vez, repasando mentalmente todo lo que le había ocurrido desde que había entrado por la puerta negra.
"1- Lori odia a Loriana pero no acaba con ella porque sabe que ella es una parte de sí misma. Y supongo que lo mismo puede aplicarse a Loriana respecto a Lori.
2- Es mejor ser amable que agresiva. Porque incluso un bicho feo y repugnante como Lein, merece un poco de amabilidad. Quizás debería tener eso en cuenta si vuelvo a encontrármela, aunque espero que no, con lo de antes he tenido suficiente. Me pregunto si la amabilidad y comprensión funcionarán también con Lori. ¿Seré ese mi regalo, es posible que la comprensión o incluso la compasión, puedan aplacar la ira de la diosa?
3- No vuelvo a dejarme crecer las uñas en mi vida. No valen para la escalada¡madre de Dios, cómo me duelen! Seguro que me he hecho sangre.
4- Cuando vuelva al castillo, voy a irme yo sola a la enfermería. Harry no debe verme herida o magullada. ¿Para qué voy a asustarle si puedo evitarlo? No…yo debo evitar que sufra por mi causa, de todas formas presiento que a partir de mañana, tanto él como yo, vamos a sufrir muchísimo. Sólo espero que sea un dolor pasajero y que todo termine pronto. Felizmente a ser posible. ¿Por qué tengo que pasar por esto, tan mala he sido que me merezco vivir toda esta pesadilla?
Sinceramente… agradezco el voto de confianza de que seré capaz de llevar a cabo la misión pero…además de las 9 características de la Elegida o del escudo protector¿no podrían Arion o Knorck haberme dado algo más especial? No sé¿superpoderes por ejemplo? Algo como…¿La capacidad de ser invisible o tener el cuerpo tan duro como el acero? Es que… en fin, si sigo haciéndome polvo con tanto susto, herida y demás cosas, me parece a mí que no voy a poder llegar a la batalla final contra Lori. Desde luego…os habéis lucido los dos, y tanto que sí. ¡Coño, luz, veo luz!"
Apresurando el paso pero sin llegar a correr, Hermione llegó al final y se dio cuenta que había estado en una gruta subterránea.
"Vale, hay luz y dos caminos. En uno sigue habiendo oscuridad absoluta y en el otro hay penumbra. ¿Cuál debo escoger?"
Recordando que Loriana le había dicho que la zona oscura era la única segura, ella escogió ese camino.
No había recorrido mucho cuando apareció ante ella otra puerta, más negra y alta que la primera por la que había entrado.
"La abriré, qué otra cosa puedo hacer si no."
La puerta chirrió y ella la abrió con mucho esfuerzo, pues pesaba muchísimo. Se abrió lo justo para que pudiese cruzar al interior.
Una vez dentro, volvió a cerrarse. Hermione tomó aire.
"Vamos allá."
Conforme andaba, el aire ululaba, pero ella no tenía miedo. Había pasado por cosas peores que una negrura absoluta y una brisa ululante.
Un poco después, vio una zona iluminada por lo que parecía ser la luz de la luna, aunque ella sabía que era imposible que fuese la luna real porque ella no estaba al aire libre sino bajo tierra.
Cuando entró en la zona iluminada por aquella luz plateada, se percató de que estaba ante lo que parecía un cementerio.
Tumbas y lápidas rotas o desdibujadas, se presentaban ante ella.
Un enorme escalofrío le recorrió el cuerpo conforme avanzaba y leía las inscripciones de las lápidas, comprendiendo al hacerlo, que todas aquellas tumbas pertenecían a todas las Elegidas anteriores a ella.
"Muertas, todas muertas. Sin duda es muy alentador saber que ninguna de ellas sobrevivió."
Estaba a punto de terminar el sendero de tumbas cuando algo llamó su atención, otra tumba, una nueva, como si acabasen de colocarla.
Ella se acercó a leer la inscripción y se le cortó la respiración.
"No puede ser, es imposible, debo estar alucinando."
Allí, ante sus marrones ojos, se encontraba la misma tumba que ella había visto en un sueño anterior.
"Hermione Granger. Elegida. La mejor de todas las que hubieron.
Desaparecida en combate.
Tus padres, amigos y Harry, no te olvidan."
- Pero ¿qué Coño es esto, qué significa. Cómo mierda va a ser mi tumba si yo estoy viva?
- De momento lo estás.
- ¡ QUIÉN ES, QUIÉN HABLA!
- Eso ahora no importa.
- ¡Déjate ver!
- No.
- ¿QUÉ SIGNIFICA ESA TUMBA, POR QUÉ LLEVA MI NOMBRE!
- Porque ése será el final que tendrás si te rindes y no luchas por tu vida y la del mundo.
- ¿Qué intentas decirme, que moriré fracasando?
- No, intento decirte que puedes morir, pero si has de hacerlo, mejor que sea venciendo, porque ten en cuenta que eres la última Elegida. Si tú fracasas, el mundo que tú conoces y tanto aprecias, dejará de existir. ¿Es eso lo que quieres?
- ¡POR SUPUESTO QUE NO!
- Entonces lucha, lucha con todas tus fuerzas, no te dejes vencer por muy mal que lo puedas estar pasando. ¿Sabes una cosa? Se puede combatir aún siendo un espíritu. Lo importante no es conservar la vida física sino la espiritual. Si consiguen acabar con tu cuerpo, has de hacer lo posible por no perder también el alma. ¿Me entiendes?
- Sí.
- Lo que hace especial a una Elegida no es el cuerpo que tenga o los poderes que posea, sino el valor, el arrojo, el empeño, la sabiduría, el coraje, las ganas de no rendirse nunca y sobre todo, su amor por la vida y por el mundo. Un amor tan grande, como para luchar por la conservación de ese mundo aunque en apariencia todo esté perdido. ¿Comprendes todo lo que te estoy diciendo?
- Perfectamente.
- Dime Elegida¿qué es lo que más valoras de este mundo?
- El amor. Creo que por él se rige todo. El mundo se mueve por amor, porque no hay nada ni nadie que pueda acabar con él. Incluso la gente mala como Lori, Rak, Voldemort o Malfoy, sienten amor por algo o alguien. Todas las personas son capaces de amar. Algunas veces ese amor lleva a las personas a cometer actos malos y otras veces actos buenos. Pero sin duda, todos los habitantes del mundo aman.
- Correcto. ¿Crees que si tú usas tu amor, el mundo se salvará?
- No lo sé. Yo creo que el mundo puede salvarse no sólo con el amor que yo esté dispuesta a sentir o entregar, sino con el de todas las personas que estén conmigo en el momento de la batalla final.
- ¿Quiénes son esas personas?
- Las que como yo, están destinadas a enfrentarse a Lori o Rak. Gente como McGonagall, Winky, Arion, Loar, James, Lily, Lak, Lisel…Todas ellas tienen o han tenido en algún momento de sus vidas, algo que ver con esta misión o con las Elegidas.
- Cierto. ¿Crees que ellos te ayudarán?
- Estoy convencida de que así será en el instante en que les pida colaboración.
- ¿Morirías por ellos?
- Sí.
- ¿Vivirías por ellos?
- Sí.
- ¿Harías cualquier cosa por ellos?
- Por supuesto que sí.
- Tu corazón es puro y muy bondadoso.
- Gracias.
- No dejes que nada lo corrompa. No permitas que tu alma se manche de impureza. Conserva tu alma pura, porque llegado el momento, toda esa pureza del alma te hará falta.
- ¿Para qué?
- Para salvar al mundo, para hacer que todo renazca, para que siga habiendo un mundo que los demás puedan habitar.
- ¿Quién eres?
- Alguien poderoso, muy poderoso. Lo suficiente como para quitar la vida o hacer que todo renazca.
- ¿La muerte?
- La muerte no hace que la vida renazca. La muerte acaba con la vida.
- ¿Entonces quién eres o qué eres?
- Soy un dios, y eso es todo lo que tienes que saber por el momento.
- Un dios…no serás…¿el dios supremo de todos los dioses y diosas, Knorck? Porque que yo sepa, él es el único dios lo suficientemente poderoso como para hacer que todo se destruya o renazca.
- Cualquier dios o diosa auténtico puede hacer que todo se destruya o renazca, Elegida. Pero sí es verdad que yo soy el más poderoso.
- ¡Entonces eres Knorck, pues sólo él es el dios supremo!
- Muy bien, Elegida. Veo que me conoces.
- He leído sobre ti, aunque no mucho. Me gustaría ver qué aspecto tienes¿es eso posible?
- Sí, pero por el momento no me apetece hacerme visible pero si quieres hacerte una idea de cómo soy, te diré que soy increíblemente guapo y con un cuerpazo ¿cómo decís los humanos? Ah sí…impresionante.
- Jajajjajjjajaa. ¡Eres muy divertido!
- Gracias. Sólo intento que me conozcas un poco, Elegida. No quiero que me tengas miedo, yo no soy tu enemigo.
- Nunca lo pensé, pero admito que me impones bastante respeto. No todos los días se conoce a un dios supremo, aunque sólo sea de oídas ya que no puedo verte la cara.
- No te preocupes por eso, llegado el momento, me verás.
- ¿Cuándo muera y sea juzgada por ti tal y como hiciste con Lak?
- Así es, pero puede que no tengas que esperar a estar muerta para que podamos vernos cara a cara.
- Entonces muéstrate ahora ante mí.
- No, no es prudente ni para ti ni para mí, al fin y al cabo, estamos en territorio enemigo. Éste es el hogar de Rak y Lori y no me conviene que me vean aquí. No es que les tenga miedo, porque ellos nunca podrían nada contra mí, es sólo que no quiero causarte más problemas de los que ya has tenido ahora y tendrás mañana.
- Me espera una buena ¿verdad?
- Como ni te imaginas, pero no te preocupes, si eres como has sido desde que naciste, todo te irá bien.
- ¿Desde que nací?
- Sí, una chica extraordinaria.
- Gracias.
- No me las des a mí, si todo termina bien, seremos los demás los que te daremos las gracias a ti. Incluso los dioses y diosas te las darán.
- Si te soy sincera, no confío mucho en mis posibilidades. Es decir, sé que puedo hacerlo pero…aún dudo de si seré capaz de vencer.
- Tú vencerás, Elegida, sé que lo harás, así que deja de tener dudas, no debes tenerlas porque si lo haces…si no estás segura, puedes condenarnos a todos a una destrucción absoluta.
- Yo no tengo dudas sobre lo que he de hacer, sé que debo entregar mi regalo, sé que ella lo aceptará, lo que me intriga es qué ocurrirá si Rak se presenta. Ahí es donde dudo, porque no creo que ofreciéndole un regalo se de por satisfecho.
- Eso no valdrá para Rak. A Rak sólo le complacen dos cosas…
- El sacrificio y la muerte.
- Exactamente.
- ¡Pero yo no quiero matar a nadie para poder salvar el mundo!
- Lo sé, pero…¿y si no tuvieses más remedio?
- ¡NO LO HARÉ! Antes de matar a alguien, me mato yo misma.
- ¿Estás segura de eso?
- Completamente. Además, yo soy la Elegida ¿no?
- Lo eres.
- Y la Elegida es la única destinada a acabar con el mal y la oscuridad de Lori y Rak, por lo tanto, sólo en mí recae el destino del mundo.
- Muy bien, me alegra saber que lo tienes tan claro.
- ¿Puedes decirme por qué he visto mi tumba?
- Porque este lugar, guarda el destino de todas las Elegidas, muestra cuál fue su final.
- Pero mi destino aún no ha terminado¡ni si quiera he empezado a luchar!. ¿Cómo puedo estar muerta?
- Es que no lo estás. Tu tumba es sólo una ilusión óptica, las demás sí son reales.
- Comprendo.
- ¿Te gustaría salir de aquí?
- Cuanto antes.
- Yo puedo sacarte pero antes, debes encontrar la respuesta.
- ¿La respuesta a qué?
- A la gran pregunta que siempre te estás haciendo.
- La de…¿si seré capaz de vencer?
- No, la de…¿tendré que morir para que los demás puedan vivir?
- Cómo sabes…
- Puedo leer en tu corazón, Elegida. Aún sabiendo que tú nunca formulaste en voz alta esa pregunta, sé que eso es lo que más te preocupa.
- ¿Conoces la respuesta?
- Sí.
- ¿Y bien, tengo que morir o no?
- Averígualo tú.
Un potente viento envolvió a Hermione, ella cerró los ojos, cuando los abrió, se encontró en otro lugar. Un paisaje, uno desalentador.
Todo se estaba destruyendo, maremotos arrasaban playas, huracanes destruían casas y bosques, las personas gritaban de dolor y agonía al ver cómo los fenómenos naturales les arrebataban sus pertenencias y a sus seres queridos. Y en medio de todo eso, estaba ella, la Elegida. Mirándolo todo sin ser capaz de reaccionar. Fue entonces que una voz se escuchó.
- ¿Te gusta lo que ves?
Hermione se volvió en busca del dueño o dueña de esa voz, pero todo lo que vio fue la destrucción más absoluta.
Oteando el alrededor, pudo ver dos figuras, las de dos personas. Una era adulta y la otra parecía la de un chico adolescente.
La figura adulta agarraba por el cuello al chico, parecía que le estaba estrangulando lentamente.
Algo se despertó en Hermione, un instinto de protección como pocas veces había sentido.
Sin dudarlo, echó a correr en dirección a esas dos personas. Y cuando estuvo ante ellas, se llevó una mano a la boca para ahogar un grito de horror cuando vio la cara de aquél chico al que tanto hacían sufrir.
"Harry."
- ¡SUÉLTALE AHORA MISMO!
- No.
- ¡QUE LE SUELTES!
- ¡NO!
La mujer apretó más su agarre, mientras Harry palidecía por momentos. Fue entonces que Hermione se fijó en el atuendo de aquella mujer y dejó salir otro grito de asombro y terror al reconocer en aquél cuerpo, al de aquella mujer de negro con la que había soñado en anteriores ocasiones.
" Pero…Lak me dijo que era ella quien llenaba mis pesadillas y esa mujer…no se parece a ella. ¿Es que acaso hay dos mujeres de negro o será que Lak me mintió? Bueno¡me da igual quien sea pero no voy a permitir que mate a Harry!"
- ¡SI NO LE SUELTAS EN ESTE INSTANTE TE JURO QUE TE HARÉ ALGO HORRIBLE!
- Como si me importara. ¿Qué más da que le mate o no, no ves que todo se está destruyendo, que todos están muriendo? Una muerte más no hará una gran diferencia¿no crees?
- ¡NO, NO LO CREO. QUIERO QUE LE SUELTES DE INMEDIATO Y QUIERO QUE SEA AHORA!
- Y si lo hago…¿qué me darás a cambio?
- ¿Cómo dices?
- Si le dejo vivir¿me darás algo a cambio, por ejemplo…tu vida?
- ¡QUÉ!
- ¿Morirías por él?
Hermione experimentó un potente Deja Vû.
"La misma pregunta que las otras veces que soñé con esto mismo. Recuerdo lo que sucedió las otras veces ¡recuerdo que tardé en contestar y ella le mató, no dejaré que ocurra de nuevo!"
- ¡CONTESTA A LA PREGUNTA!. ¿MORIRÍAS POR ÉL?
- ¡SÍ MALDITA SEA, MORIRÍA POR ÉL. LO HARÉ, MORIRÉ POR ÉL!. ¿SATISFECHA?
La mujer sonrió.
- Mucho.
- ¡ENTONCES A QUÉ ESPERAS, LLÉVAME A MÍ EN SU LUGAR!
Ni dos segundos pasaron desde que ella liberó a Harry y atrapó a Hermione. La prefecta intentó evitar el ataque, pero era inútil, aquella mujer tenía una fuerza increíble, pero lo que más asombraba a Hermione no era su fuerza sino el hecho de que no podía ver su rostro pues una gran capucha lo cubría. Ella no podía comprender cómo era posible que con el forcejeo, la capucha no se desprendiese y mostrase lo que ocultaba.
- ¡DEJA DE RESISTIRTE, DIJISTE QUE MORIRÍAS POR ÉL!
- ¡Y ES VERDAD!
- ¡ENTONCES DEJA DE OPONER RESISTENCIA O VOLVERÉ A POR TU QUERIDO HARRY Y LE QUITARÉ LA VIDA DESPUÉS DE ACABAR CON LA TUYA!
- ¿CÓMO SABES SU NOMBRE?
- Sé mucho más de lo que crees…¡Y AHORA MUERE!
Ella sintió una potente energía impactar de lleno en su corazón y entonces todo se volvió negro.
Minutos más tarde, ella abrió los ojos. Todo había cambiado para bien. El mundo estaba a salvo, parecía que nada de la terrible destrucción anterior hubiese ocurrido nunca.
Los pájaros cantaban, el sol brillaba y los niños volvían a jugar libremente. A lo lejos, Hogwarts se hallaba en pie, como si nunca hubiese sufrido daño. Sus compañeros de clase y casa, acudían a sus clases matinales, como siempre hacían. Todos llevaban prisa menos dos personas, un chico pelirrojo y otro moreno de pelo negro e indomable.
"Ron, Harry… ¿por qué no estáis en clase?"
Ellos hablaron y sus voces fueron audibles para la castaña, que les observaba desde las alturas, aunque ella aún no se había percatado de estar flotando por encima de sus cabezas.
- Vamos Harry, tenemos pociones. ¿Quieres que Snape nos castigue otra vez?
- Me da igual lo que me haga, en realidad, me da igual todo.
- ¡No hables así!
- ¿Y por qué no, Ron?. ¡Es la verdad, para qué quiero preocuparme por mis notas o por los castigos si ella no está!
- ¿Ella?
- ¡Hermione, imbécil!. ¿Cuántas veces tendré que decírtelo?
- Harry, no sé por qué te empeñas en nombrar a una chica que ni si quiera existe.
Él agarró a su amigo por el cuello de la camisa y le zarandeó.
- ¡ES NUESTRA MEJOR AMIGA, SIEMPRE LO HA SIDO!
Ron estaba blanco y muerto de miedo.
- Lo…lo que tú digas, Harry, pero por favor, suéltame, me…me estás ahogando.
El ojiverde le liberó de su agarre y Ron tosió durante algún tiempo, recuperando el aire.
Harry se levantó del banco donde había estado sentado y echó a andar hacia los terrenos del lago.
- ¿Dónde vas?
- A tomar el aire. Lo necesito.
- ¡Espérame, voy contigo!
- ¡NO!
- ¿Por qué no?
- Porque quiero estar solo.
- De acuerdo.
Hermione siguió a Harry y se detuvo detrás de él, observando el lugar que él había escogido para sentarse y reflexionar.
"Este lugar es…el Roble Centenario. Aquí fue donde nosotros hablamos de la muerte de Sirius, donde le dije que debíamos romper y donde él gritó con el corazón consiguiendo así romper el maleficio que hizo que nos quedásemos mudos. ¿Por qué está aquí? Un momento ¿está llorando¡sí que lo está!. ¿Y por qué llora?"
- ¡Lo siento, lo siento, lo siento tanto!
"¿Qué es lo que sientes Harry?"
- Siento mucho que murieses, siento mucho no haber podido salvarte. ¡Pero lo que más siento es que nadie parece acordarse de ti, sólo yo!. ¿Por qué, maldita sea?. ¡Tú salvaste al mundo, diste tu vida por todos ellos!. ¿Por qué no pueden recordarte?
"Entonces…¿estoy muerta?"
- Te echo tanto de menos Hermione… Te necesito ¿sabes? No tienes ni idea de cuánta falta me haces. ¿Por qué me has dejado solo?. ¡Prometiste que nunca me dejarías solo!
- No te he dejado, Harry, estoy aquí, contigo¿es que no me ves?
- ¿Hermione!
Él miró por todas partes, pero no vio a nadie.
- Creo que me estoy volviendo loco…pero no me importa¡sigue hablándome!
- Harry, no estás solo, yo te acompaño.
- ¡Hermione!. ¿Dónde estás?. ¡No puedo verte!
- Estoy a tu lado, príncipe, siento mucho que no me veas.
Harry la escuchó sollozar y sintió sus lágrimas invisibles mojarle la túnica. Él abrazó el aire, como si supiese dónde estaba ella exactamente.
- No llores, por favor, no llores…
- Te quiero Harry¡te quiero mucho!
- Yo también a ti. Y aunque todos te hayan olvidado, yo no lo haré. Te juro que no me olvidaré de ti, aunque los demás me tomen por loco. Eso no me importa.
- Harry yo…
- ¿Tú, qué, princesa?
- Jamás te olvidaré.
Ella sintió que algo la absorbía y dejó salir un ¡Oh! Que llamó la atención de él.
- ¿Hermione?
- Te quiero Harry, no lo olvides nunca.
- Eso suena a despedida. ¡No te vayas!
- Adiós príncipe.
- ¡Hermione, HERMIONE!
- ¡HERMIONEEE!
Ella abrió los ojos y se encontró con unos preciosos ojos verde esmeralda que la miraban llenos de preocupación.
- ¿Estás bien?
- ¡HARRY!
Hermione se tiró a sus brazos, haciéndole rodar, estando ella encima.
Llenó de besos su cara y labios y luego le tocó por todas partes, asegurándose de que era real.
- No es que no me guste tu despertar pero…¿a qué viene esto?
- ¡Me alegro tanto de estar viva, me alegro tanto de que estemos juntos!
- ¿Y por qué no íbamos a estarlo? Si no recuerdo mal, hemos pasado la mañana en la cama y luego nos quedamos dormidos.
- ¡Un sueño, todo fue un sueño!
- ¿Qué es lo que has soñado?
- No quieras saberlo, era horrible.
- ¿Cómo de horrible?
- Digamos que…yo estaba muerta y todo el mundo se había olvidado de mí menos tú.
- ¿Menos yo? Vaya…
- Es extraño, lo sé, pero por otro lado, es bonito que sólo tú seas capaz de recordarme aunque los demás no lo hagan.
- Yo nunca te olvidaría, Hermione.
- Lo sé. Ahora lo sé. ¿Te he dicho ya que te quiero?
- Sí, a lo largo de la mañana me lo has dicho varias veces.
- ¿Puedo decírtelo otra vez, aunque resulte pesada?
- Tú no eres pesada. Puedes decírmelo todas las veces que quieras, te diré lo mismo que me dijiste tú antes, nunca me canso de escuchártelo decir y cada vez que lo dices siento lo mismo que la primera vez.
- ¡TE QUIERO, TE QUIERO TE QUIERO HARRY POTTER!- pronunció ella llenándole de besos.
- Yo también te quiero, Hermione Granger, y nunca dejaré de quererte.
El estómago de ella sonó. Él se rió.
- Parece ser que alguien tiene hambre. La verdad es que ya es la hora de almorzar. ¿Qué me dices, nos levantamos y nos vamos al Gran Comedor?
- Bueno…
- O si quieres, nos quedamos aquí y le decimos a Winky que nos traiga la comida.
- No, la verdad es que me apetece estirar las piernas. Además, tengo que ver a McGonagall.
- Ah sí, por lo de mañana.
- Una batalla que presiento será tan horrible como la de mi sueño.
- No te preocupes por eso, Hermione, ya verás como todo sale bien.
- Eso espero.
- Hey…quita esa expresión triste de tu cara, tú eres una bruja extraordinaria y además tienes poderes adicionales por ser una Elegida¿acaso lo has olvidado?
- No pero…no sé si esos poderes serán tan poderosos como para hacer que todo termine bien.
- Claro que lo serán ¿y sabes por qué?
- ¿Por qué?
Él abrazó su cintura respondiéndole- Porque pertenecen a una mujer fuera de serie, y sólo por eso, todo lo que ella haga, tendrá éxito-y regalándole un dulce y apasionado beso en los labios.
- Te quiero Harry.
- Y yo a ti.
Iban a besarse otra vez cuando el estómago de Hermione volvió a rugir, Harry dejó salir una carcajada.
- Será mejor que comamos algo.
- Vale.
- ¿Me pasas el zumo de naranja, Ron?
- Ten Hermione.
- Gracias.
Ron se quedó mirándola durante unos momentos, eso llamó la atención de su amiga.
- ¿Ocurre algo?
- No, es sólo…que estás distinta. No sé por qué, pero parece que hayas crecido de repente.
- Crecí hace tiempo, Ron, y mañana cumplo 17, es normal que me veas más mayor.
- No me refiero a eso.
- ¿Entonces?
- No sé, pero hay algo en ti que ha cambiado, aunque no sé qué.
Harry y ella se miraron con complicidad, se guiñaron discretamente el ojo y siguieron comiendo.
- Hey, esta tarde no hay clases, podríamos ir a dar una vuelta por el lago ¿os apetece?
- ¿Por qué no hay clases Ron?- preguntó Harry.
- Oh, es sólo que los profes han decidido darnos la tarde libre, aunque no explicaron por qué.
"Creo que me hago una idea del por qué."- pensó la Gryffindor mientras engullía más puré de patatas.
- Entonces qué…¿nos vamos al lago o preferís que nos escapemos a Hogsmeade? Me vendría bien ir, se me están terminando los dulces.
- Siempre pensando en la comida, no tienes remedio Ron.- comentó Hermione mientras le cortaba un trozo de filete a Harry.
- ¿Ahora le cortas la carne?
- ¿Perdón?
- ¿Desde cuándo haces eso? Si tanto te gusta puedo pasarte mi plato, mi salchicha está algo dura. ¿Me la cortas a mí también?
- Já…más quisieras.
- ¿Y por qué a Harry sí le ayudas con su carne?
- Privilegios de mejor amiga. "Y novia."
- No es justo…- dijo el pelirrojo con fastidio, apartando el plato de la salchicha y cogiendo otro para echarse pollo al horno y patatas asadas.
Estaba tan atento a lo que comía, que no vio a Harry susurrarle algo al oído de Hermione, ni tampoco lo roja que se puso ella para luego reírse y acercarse a la oreja del ojiverde, haciendo como que le respondía algo cuando en realidad estaba dándole un dulce beso al lado de la oreja.
Cuando Hermione volvió a comer, mirando su plato, Harry la miró de reojo, sonriendo felizmente mientras engullía un trozo de filete y bebía un poco de zumo de calabaza.
Una vez terminado el almuerzo, el trío inseparable de Gryffindor se levantó de sus respectivos asientos y salió del Gran Comedor.
- Bueno, yo me despido aquí. Tengo que ver a McGonagall. ¿Nos vemos en la cena?- preguntó Hermione.
- Sí, Harry y yo tenemos algo que hacer. ¡Nos vemos luego, Hermione!
- Hasta luego.
Ella comenzó a andar, volviendo la cabeza de vez en cuando para mirar a Harry, quien también la miraba como diciendo "no sé qué trama."
Cuando los dos chicos desaparecieron de su vista, ella continuó su camino y poco después llegó a la puerta del despacho de su profesora favorita. Llamó a la puerta y no tardó en abrirse.
- Pase, señorita Granger. Tengo novedades que contarle.
- Yo también, profesora. Lori sabe quién tiene la llave.
- ¡Merlín todopoderoso!. ¿Cómo lo ha sabido?
- ¿Ella o yo?
- Usted.
- Soñando.
Me dormí y soñé con el hogar de Loar y una puerta negra. Entré y ví la habitación de Lori. Allí la escuché hablando con su alter-ego Loriana. Lori le dijo que ella sabía quién era el portador de la llave pero como no pronunció su nombre, desconozco su identidad. Sólo puedo suponer como hice hace tiempo, que es alguien de este castillo. Había pensado en Harry, o incluso Dumbledore. Porque por la forma de hablar de Lori, creo recordar que dijo "él", por lo tanto, debe ser un hombre o chico.
- Es posible.
- Profesora, soy consciente que si no hemos encontrado la llave en estos días, no vamos a encontrarla de un día para otro. Sólo espero que logremos que Lori no pueda hacer que la llave active el portal antes de que le haya entregado mi regalo.
- No se preocupe, señorita Granger, aunque Lori logre que la llave active el portal, su regalo servirá igualmente para poder aplacar a la diosa. No sólo aplacarla, sino hacer que ella detenga todo.
- Pero si hacemos eso, Rak vendrá ¿verdad?
- Sí, es muy probable que eso suceda.
- Pero a él no le detendrá un regalo, sino la muerte o un sacrificio.
- Correcto.
- ¿Cree usted que debería matar a alguien para complacer a Rak?
- No, señorita Granger, no lo creo. Es más, si se convierte en una asesina, me enfadaré mucho con usted.
- Alguien me dijo en mi sueño, que si no tuviese otra opción, tendría que matar a alguien.
- Siempre hay opción, señorita Granger.
- Yo también lo creo. Y creo que antes de hacer algo tan horrible como la de quitarle la vida a otro ser humano, antes me la quito yo. Al fin y al cabo, soy yo la única destinada a salvar el mundo.
- No se preocupe, querida, usted no estará sola, yo lucharé junto a usted. No es la única destinada a enfrentarse a Lori o Rak ¿sabe?
- Lo sé, y le agradezco enormemente toda la ayuda y sabiduría que me ha prestado durante todos estos días.
- No tiene que agradecerme nada, señorita Granger, por algo soy su Vigilante.
- Igualmente quiero darle las gracias, profesora.
- Ya lo ha hecho, querida.
- ¿Puede decirme por qué han suspendido las clases de esta tarde?
- Porque puede que mañana sea el último día en el que las personas puedan disfrutar de este mundo.
- ¿Usted también piensa que fracasaré?
- ¡POR SUPUESTO QUE NO! Pero si se diese el caso de que el mundo se destruyese, qué menos que dejar a los estudiantes de Hogwarts, disfrutar de una tarde de descanso ¿no cree?
- Estoy de acuerdo con usted. Me pregunto qué harían al saber que hoy puede ser su último día de vida.
- No lo sé, pero seguro que más de uno aprovecharía el tiempo que le quedase para pasarlo junto a sus seres queridos o incluso para decirle a ese chico o chica que tanto le gusta, lo que siente.
- Para eso siempre hay tiempo, profesora.
- No para todo el mundo, querida, hay personas excesivamente tímidas, como el señor Potter, por ejemplo.
- Eso era antes, ahora es mucho más expresivo y comunicativo.
- Gracias a usted, querida.
- Puede ser, pero yo prefiero pensar que el cambio que se ha producido en Harry, ha sido por él mismo y no por mí.
- Le aseguro, querida, que el señor Potter ha mejorado gracias a usted y a su buena influencia sobre él.
- Me encantaría estar con él cuando se enfrente a Voldemort, considerando que yo tenga éxito en lo de mañana y que aún haya un mundo al que defender.
- Lo habrá, ya verá como sí. No olvide que aunque a usted puedan matarla, puede seguir luchando aún en forma de espíritu. A un espíritu no se le puede destruir a no ser que ese espíritu quiera ser destruido.
- Sí…eso es algo que me han repetido varias veces.
- Porque es la verdad, señorita Granger.
En ese momento, llamaron a la puerta.
- Ahora debo dejarla, querida. Nos veremos mañana.
- ¿Mañana, no tiene nada que decirme antes de la batalla, no hay nada que podamos repasar o incluso descubrir?
- No, querida, lo único que nos faltaba era la llave, pero como eso no podemos saberlo, sólo nos queda esperar a mañana, enfrentarnos a ella y que sea lo que el destino quiera. Pero le aseguro que pase lo que pase, me sentiré más que orgullosa de usted, de hecho…ya me siento muy orgullosa.
- Gracias, profesora.
- Por favor, querida, llámeme Minerva. Al fin y al cabo, mañana lucharemos juntas contra las fuerzas del mal, qué menos que perdamos los formalismos y nos tuteemos como amigas que somos. ¿No opina lo mismo?
- Lo opino, sí.
- Hasta luego, Hermione, te veré en la cena.
- Hasta luego, Minerva, y una vez más…gracias por todo.
- No hay de qué, preciosa, no hay de qué. Y ahora…vete con tus amigos y disfruta con ellos del tiempo que te queda antes de la batalla de mañana. Te lo mereces.
Tras darle un cariñoso abrazo a la jefa de su casa, la castaña salió del despacho, poniendo rumbo a los terrenos del lago, en busca de sus dos mejores amigos.
No los encontró en los terrenos del lago, tampoco en el campo de Quiddicth, ni si quiera en la biblioteca.
"Qué tonta, a ellos no les apasionan los libros como a mí, estaba claro que no estarían aquí."
Pensó en ir a Hogsmeade pero primero, quiso probar otra opción, la de la Sala Común de Gryffindor. Y fue allí precisamente, donde los encontró. Pero no sólo a ellos dos, sino también al resto de sus amigos, como a Ginny Weasley, Neville Longbottom, Dean Thomas y otros compañeros y compañeras de clase.
- ¡SORPRESAAA!- gritaron todos de forma alegre.
Hermione se vio agarrada por las muñecas y siendo aproximada al gran sofá rojo, donde Seamos Finnigan y Dean Thomas la hicieron sentarse.
- ¡Mañana es tu cumpleaños, Hermione, y como Harry y Ron nos han dicho que estarás muy ocupada, hemos querido adelantar la celebración a hoy!
Ella les miró más que alucinada, como si no se creyese del todo lo que estaba escuchando y viendo, pues una preciosa decoración más al estilo muggle que mágico, llenaba la Sala Común de un ambiente la mar de animado.
Globos de colores, cadenetas, y hasta varias piñatas llenas de dulces, colgaban de las paredes, ya que los techos eran demasiado altos para poder alcanzarlos. Hermione se frotó los ojos tres veces y entonces llegó a la conclusión de que todo aquello era real.
- ¿Todo esto es por mí?
- Sí, por tu cumple para ser exactos- comentó Ginny abrazada a Dean Thomas, su novio de aquél curso.
- La decoración ha sido idea de Harry, como él es medio muggle, nos ha dado ideas al respecto.
Ella regaló una dulce mirada a su novio secreto, pues su relación, no era conocida por nadie más que ellos y Ron.
- Gracias Harry, me encanta.
- De nada.- dijo él agachando la mirada de forma tímida al sentirse observado por todos.
- ¡Se ha puesto rojo!- gritó Neville.
- ¿Acaso te gusta tu mejor amiga, Potter?- comentó de forma burlona Lavender Brown.
- ¡Cállate Lavender, no empieces con tus chismes sin fundamento, a nadie le interesan!- dijo Ginny.
Hermione la miró de forma agradecida, aunque nadie excepto la receptora y Harry, lo notaron.
- ¡No son chismes, son verdades aunque muchos no quieran creerlo!
- Por favor Lavender, basta ya, llevas años diciendo que estos dos se gustan y nunca nos han dado una mera muestra de ello. Así que cállate y empecemos con la fiesta, para eso hemos venido ¿no?- añadió Parvati, la mejor amiga de Lavender.
Lavender la miró de forma alarmada.- ¡Parvati!-
- De Parvati nada, sabes que tengo razón, y añadiré otra cosa más, si ella y Harry algún día se enamoran y se lo dicen, será cosa de ellos, no de nosotras dos ni de nadie de esta casa. ¿Está claro?
Ahora fueron Harry y Hermione quienes miraron a Parvati como si se hubiese golpeado la cabeza, pues de todos los alumnos de sexto de la casa Gryffindor, era sabido lo muy aficionadas que eran ambas chicas a los chismes. Todo el mundo guardó silencio esperando ver la contestación a lo dicho por Parvati, pero cuando nadie replicó, fue Ron quien rompió el silencio reinante.
- Bueno, qué…¿empezamos la juerga?
- ¡Que empiece la fiesta!- gritó Ginny.
En menos de un minuto, todos estaban disfrutando de los juegos y sorpresas preparadas, como atarse las manos e intentar coger una manzana flotante usando sólo la boca, encontrar un dulce en un plato lleno de harina, jugar a la gallinita ciega…
El resultado fue un montón de estudiantes de sexto curso con la cara manchada de harina, algunos golpes en las rodillas por las caídas producidas al tener los ojos vendados y muchas muchas risas. Eso era lo que más se escuchaba por toda la Sala Común de Gryffindor, las risas y expresiones de sorpresas que todos emitían en cada juego o enigma resuelto.
Un rato después, llegaron los regalos. Hermione se encontró con mucha bisutería por parte de las chicas y también algo de maquillaje regalado por Lavender Brown y Parvati Patil, algunos libros por parte de los chicos y algo muy especial regalado por Ginny, la poción de la personalidad múltiple.
- Dean y yo la preparamos para ti hace algunos días. Ya te hablé al respecto.
- Lo recuerdo.
- No sé qué utilidad le darás, pero espero que te sirva para aquello en lo que la quieras emplear.
- Muchas gracias a los dos, es un regalo estupendo. Seguro que me será más que útil. "Podría usarla en la batalla final."
- ¡Abre el mío, Hermione!- gritó Ron, abriéndose paso entre la multitud que rodeaba a la prefecta.
Se encontró con un paquete rectangular cuidadosamente envuelto. Ella lo abrió rápidamente encontrándose con un hermoso colgante acompañado de unos pendientes a juego.
- Oh¡es precioso, Ron, muchísimas gracias!- ella se lo agradeció con un beso en la mejilla. Harry frunció el ceño mientras miraba el regalo y cómo Hermione se apresuraba a ponérselo.
- Veo que seguiste mi consejo, hermano. Menos mal.
- Cállate Ginny, no fuiste tú quien me aconsejó comprarle eso, sino mamá.
- Igualmente tienes que admitir que te hice ver el error que cometiste el año pasado.
- ¿Cambiamos de tema?- preguntó Hermione, temiendo que una discusión entre los hermanos Weasley estallase en la estancia.
- ¿Jugamos a beso, atrevimiento o verdad?- preguntó Lavender mirando maliciosamente a Harry y Hermione.
- Oh no¡de eso nada, no empieces con tus tonterías Lavender!- gritó Parvati.
- Parvati, de verdad, desde que Hermione te salvó la voz, estás irreconocible.
- ¡Sólo estoy agradecida!. ¿Vale? Y para que lo sepas, prefiero estar con ella que contigo, al menos ella no está siempre cotilleando acerca de todo el mundo.
- ¡PARV!- exclamó de forma herida Lavender.
- ¡Por favor, haya paz!- dijo Hermione, intentando calmar los ánimos- Parvati, agradezco el voto de confianza, pero sin ánimo de ofensa te diré, que llevo 6 años con los mismos amigos y ahora no voy a cambiarlos por otros nuevos.
Tú y Lavender siempre habéis sido uña y carne e inseparables, ahora no quiero que eso cambie y mucho menos por mi causa. Por otra parte, ni tú ni yo tenemos muchas cosas en común como para estar tan unidas como lo estás con Lavender así que si no te importa, prefiero declinar amablemente tu oferta de amistad incondicional. ¿Quién soy yo para romper una amistad tan buena como la que tenéis ella y tú?
- ¡Gracias Hermione, eres fantástica!- exclamó Lavender de manera entusiasta mientras la obsequiaba con un gran abrazo.
- Lavender me estás ahogando- pronunció Hermione con dificultad.
- ¡Perdona!- ella se apartó de inmediato.
- ¡Yo quiero jugar a lo que ha dicho Lavender!- exclamó con entusiasmo Neville.
- Tú lo que quieres es recibir el beso de alguna chica- añadió Seamus de forma pícara, Neville se puso rojo y agachó la cabeza en señal de timidez.
- A mí no me apetece mucho jugar a eso, pero si todo el mundo está de acuerdo, por mí está bien- dijo Hermione mientras veía a Harry sentarse a su lado y a Ron al otro lado de ella.
- ¡El trío unido jamás será vencido!- exclamó Dean Thomas de forma bromista.
- Parecéis sus guardaespaldas- añadió Neville.
- ¿Acaso teméis que estos gamberros le hagan algo malo a vuestra chica favorita?- preguntó Ginny.
- Eso mismo.- dijo Harry, hablando por primera vez. Todos murmuraron por lo bajo y Hermione agarró su mano como muestra de apoyo.
- Bueno qué¿jugamos o no?- volvió a preguntar Neville.
- ¡Juguemos juguemos!- dijo Seamus.
- ¿Quién empieza?- preguntó Padma Patil.
- ¡Hermione, que para eso es la homenajeada!- añadió Ginny.
- De acuerdo. Eh…Ron...¿beso, atrevimiento o verdad?
- Verdad.
- ¿Verdad que te aterrorizan las arañas?
- Verdad.
- Ahora pregunta tú a alguien.
- Lavender…
- ¿Sí?
- ¿Beso, atrevimiento o verdad?
- Atrevimiento.
- Atrévete a decirle a Seamus lo mucho que te gusta.
- ¡A mí no me gusta Seamus me gustas tú, OH!- Lavender se tapó la boca rápidamente, Ron la miró algo alucinado pero no le dio mayor importancia ya que a él le gustaba Luna, que precisamente no se encontraba ahí- Es sólo un juego, Lavender, y si no quieres participar, no pasa nada.
- ¡Sí pasa, si ella no quiere hacer el reto impuesto debe entregar una prenda!- añadió Parvati. Todos la miraron de forma incrédula.
- ¡Es verdad, así es como juegan los muggles,nos hemosinformado!- comentó Padma, su hermana.
- Pero aquí la mayoría no somos muggles- dijo Neville.
- ¡Me da igual lo que seamos, este juego es muggle y jugaremos según sus normas!- volvió a decir Parvati Patil.
- Vale, lo haré, entregaré una prenda, porque no pienso decirle a Seamus algo que no es cierto.- Lavender se quitó la túnica y se la entregó a Ron, sin darse cuenta de la mirada herida que Finnigan le dedicaba a ella.
- De acuerdo, Lavender no ha hecho el reto¿y ahora qué?
- Ahora Lavender le pregunta a alguien- dijo Parvati.
- Seamus¿beso, atrevimiento o verdad?
- Atrevimiento.
- Atrévete a besar en los labios a la chica que te gusta.
- ¡LAVENDER!- exclamaron todos menos Seamus.
- ¿Qué? Lo tiene fácil, si no quiere hacerlo, entrega una prenda de ropa como hice yo y ya está.
- No tienes que hacerlo si no quieres- dijo Dean Thomas, intentando animarle, al ver la cara de aprehensión que tenía Seamus Finnigan.
- De verdad Seamus, no hace falta, no quiero que lo pases mal.- añadió Lavender y todos la miraron de forma dudosa.
Fue entonces que la voz de Seamus se escuchó, aunque de forma tímida.
- No, yo…quiero hacerlo. Quiero besar a la chica que me gusta, aunque yo no le guste a ella.
- Oh…pobre Seamus ¿ya te ha dado calabazas?- preguntó Ron de forma burlona, ganándose un coscorrón por parte de Hermione y oyéndola decir algo que le había dicho en varias ocasiones.
- ¡NO TIENES NI PIZCA DE SENSIBILIDAD!
Ron la miró de forma huraña, pero no dijo nada.
Todos contuvieron la respiración mientras veían a Seamus levantarse del suelo y acercarse a Lavender Brown, quien le miraba como si fuese un fantasma recién aparecido.
En menos de un segundo, Seamus la agarró de la cintura, tiró de ella atrayéndola a su pecho, la empujó hacia atrás, agachó la cabeza y le dio un beso de película. Cuando terminó, él respiraba entrecortadamente, intentando recuperar el aire, Lavender se agarraba el corazón, que latía a mil por hora y los demás prorrumpían en gritos de ¡jó, qué tío! A la vez que aplaudían entusiasmados.
Vieron a Lavender decirle algo al oído, a Seamus sonriendo como si hubiese aprobado todos los éxtasis con "supera las expectativas" y luego se tomaron de las manos y abandonaron la estancia.
- ¿Dónde irán?- preguntó Hermione.
- A meterse mano en la torre de astronomía, como todas las parejitas hacen- dijo Ginny de forma pícara. Ron la miró de manera asesina, ella le ignoró.
- ¿A quién le toca ahora?
- Debería ser a Seamus, pero ya que él y Lavender estarán ocupados en otras cosas, nombremos a cualquiera.- dijo Dean.
- ¡Neville, pregunta tú!- dijo Ginny.
- De acuerdo. Eh…Harry…
- ¿Qué?
- ¿Beso, atrevimiento o verdad?
- ¡Atrevimiento!- dijo Harry, esperando que no le ordenasen algo tan tonto como lo que le dijeron a Seamus.
- Atrévete a…¡decirnos cuál es tu mayor miedo!
- Menuda pregunta, Neville- intervino Ron- todos sabemos cuál es su mayor miedo, los dementores, lo supimos en tercer curso cuando el profesor Lupin nos enseñó a defendernos del Boggart.
Todos miraron a Ron de forma incrédula.
- ¿Desde cuándo tienes tan buena memoria?- preguntó Neville.
- Desde siempre, sólo olvido lo que no me interesa- dijo Ron haciéndose el interesante. Ellos se rieron y él gruñó por lo bajo.
- Bueno Harry, sea ese tu mayor miedo u otro, queremos saberlo- añadió Ginny.
- Mi mayor miedo es perder a la persona que más quiero- dijo Harry mirando automáticamente a Hermione. Ella se puso colorada.
Los demás empezaron a decir "Uuhhhh" y cosas así. Él se puso blanco, pues acababa de darse cuenta de que había mostrado de forma involuntaria, lo que sentía por la castaña, delante de todo el mundo.
- ¡Harry quiere a Hermione, Harry quiere a Hermione, Lavender tenía razón!- dijo Parvati Patil.
- ¿Podemos dejarlo? Estoy cansada- añadió Hermione, queriendo aliviar la situación.
- ¡Tú lo que quieres es que te dejemos sola con Harry!. ¿Verdad picarona?- añadió Ginny guiñándole un ojo. Hermione se puso más roja todavía.
- ¡Bueno vale ya!- dijo Harry, que estaba enfadándose por momentos- ¡ y dejad de decir cosas que no os incumben!
- ¡No lo has negado!- gritó Dean.
- ¡ENTONCES ES VERDAD QUE TE GUSTA HERMIONE!- gritó Neville.
- ¡LO SABÍA, LO SABÍA, SIEMPRE LO SOSPECHÉ!- añadió Ginny.
- ¡POR ESO ESTÁS SIEMPRE CON ELLA!- pronunció emocionada Parvati.
- ¡IROS A LA MIERDA, COTILLAS!- chilló Hermione- ¡y gracias por hacer que mi mejor amigo se enfade y joderme así, la fiesta!
Ella se levantó de manera brusca, dejando caer todos los regalos recibidos, y desapareciendo por el retrato de la dama gorda, poniendo rumbo a su propia habitación de prefecta.
- ¿Os parece bonito?- preguntó Ron a la multitud, que aún miraba el retrato por el que había salido Hermione.
- ¡No sé por qué se enfadó tanto, no fue a ella a la que le hicimos la broma!- comentó Dean.
- Pero se la hicisteis a Harry y fue como si se la hubieseis hecho a ella¿cuándo vais a comprender que todo lo que afecta a Harry, afecta también a Hermione?. ¡Siempre ha sido así!- volvió a decir Ron.
- Ron, te agradecería que no hablases como si no estuviese aquí.- comentó Harry.
- Uy uy…creo que el ambiente se está caldeando. ¡Acabo de acordarme de que no he terminado los deberes de encantamientos!- dijo Neville, levantándose rápidamente del suelo y corriendo a la escalera que conducía al dormitorio de los chicos.
- ¡Anda, olvidé que tenía que escribirle a mi madre!- pronunció Parvati, imitando a Hermione y abandonando la Sala Común.
- ¡Dean!. ¿Me ayudas a entrenar al Quiddich?- preguntó Ginny.
Ellos también se fueron, junto a otras personas, dejando solos a Harry y Ron.
- Deberías ir con ella, Harry.
- ¿No te importa?
- No.
- ¿No estás enfadado?
- Con ellos, no contigo.
- ¡Nos vemos en la cena Ron!
- Sí, hasta luego.
Harry recogió los regalos del suelo y se fue en busca de Hermione.
- ¿Puedo pasar?- preguntó él desde la puerta.
- Adelante.
Con un suave clic, Harry cerró la puerta y se reunió con Hermione, que estaba sentada en la cama. Él dejó los regalos en la mesita de noche y se metió en la cama, atrayéndola a su pecho.
- ¿Estás bien?- preguntó él acariciándole el cabello.
- Sí, pero detesto a la gente cuando hace ese tipo de cosas. ¿Por qué tienen que ser tan entrometidos?. ¡Yo nunca me meto en la vida de nadie!
- Ya, pero…no todo el mundo es como tú.
- ¡Ya lo sé! Es sólo…que no me gusta que opinen sobre nosotros. Menos todavía cuando no le hemos dicho a nadie lo nuestro.
- ¿Quieres que lo sepan?
- ¡No! A ellos no les incumbe. En realidad, ni si quiera Ron debería saberlo pero dadas las circunstancias, acepto que esté al tanto.
- Oye…¿Qué tal tu charla con McGonagall?
- Bien.
- ¿Alguna novedad?
- No. Salvo que sabemos que Lori conoce la identidad de quien posee la llave.
- ¿Y quién es?
- Ni idea, sólo Lori lo sabe.
- Pero…aunque no lo sepáis vosotras…podréis cumplir con la misión ¿verdad?
- Sí. Lo único que debemos evitar, es que la llave active el portal, por lo demás, todo está bajo control.
- ¿Qué ocurrirá si el portal se activa?
- Que el Caos y la destrucción nos invadirán y todo se irá al carajo.
- Madre de Dios…
- Ya…alentador ¿verdad?
- Esperemos que eso no ocurra.
- Haré todo lo que esté en mi mano para evitarlo.
- ¿Podré ayudarte en algo?
- No, que yo sepa. Así que…mantente al margen ¿de acuerdo?
- Sí.
- Estoy cansada.
- Pues duérmete, estaré aquí cuando despiertes.
- Eres un encanto.- Ella le besó.
- Sólo contigo.- Él le devolvió el beso.
Hermione cerró los ojos, estaba a punto de dormirse cuando la voz de Harry la hizo espabilarse otra vez.
- ¿Qué te ha ocurrido?- preguntó preocupado al ver su labio herido, sus moretones y arañazos en las piernas y sus uñas rotas.
"Mierda, olvidé curarme." - Nada, son sólo heridas sin importancia, no te preocupes.
- Deberíamos ir a la enfermería.
- Harry por favor, no empieces, te aseguro que estoy bien.
- ¿Por qué te molesta que me preocupe por ti?
- No me molesta, es sólo que no quiero moverme ahora.
- Como quieras.
- ¿Puedo dormirme?
Él asintió con la cabeza.
- ¿Te quedarás conmigo?
- Claro que sí preciosa.
- Te quiero Harry.
- Yo también a ti.
- Mucho pero muchísimo.
- Lo mismo digo.
Ella se acurrucó más junto a él.
- Se está tan bien así…ojalá sólo existiéramos nosotros- dijo ella con los ojos entrecerrados.
- Descansa princesa, lo necesitas.
Él apoyó su barbilla en la cabeza de ella, cerró los ojos y se quedó dormido.
No pasó mucho tiempo hasta que algo le hizo despertar. El cuerpo dormido de Hermione se sacudía, como si estuviese recibiendo descargas eléctricas. Él la movió, intentando despertarla, pero fue inútil.
- Vamos Hermione, abre los ojos, no me asustes.
Las manos de Hermione aferraron a las de Harry como si fuese su último apoyo, él no podía saber lo que estaba soñando, pero dedujo que no era nada agradable, tanto por la forma en la que ella le agarraba como por las lágrimas que empezaban a deslizarse por sus ojos cerrados.
- No, por favor, no llores. No soporto que llores. Menos aún cuando no puedo hacer nada por consolarte. ¡Hermione vamos, despiértate!
- Harry…
- ¿QUÉ?
- Te quiero, siempre te querré, no lo olvides nunca.
- ¡Yo también a ti, pero prefiero decírtelo estando consciente, vamos, vuelve a la realidad!
- Sí quiero…
- ¿Qué es lo que quieres?
- ¡SÍ QUIERO, SÍ!
- Pero Hermione ¿qué demonios te ocurre?- preguntó él horrorizado al ver las convulsiones que ella tenía. Un poco después, ella se quedó quieta.
Él se temió una tragedia, así que colocó su oreja a la altura del corazón de ella y suspiró aliviado al oír sus latidos.
Estaba viva, pero él seguía preocupadísimo. Ella volvió a hablar en sueños.
- Todo está bien ahora. Por fin el mundo está a salvo…
- ¿Cómo?
- Al menos he podido cumplir con mi misión…
- ¡HERMIONE DESPIÉRTATE!
- Pero lamento haber roto mi promesa, Harry, siento mucho no volver con vida pero no te preocupes…
- ¡PERO QUÉ DICES!
- No estarás solo, nunca más volverás a estarlo. Ellos estarán contigo y yo también, aunque no puedas verme…
- ¡HERMIONE, ESTÁS CONMIGO, ENTIENDES, TE VEO PERFECTAMENTE, ABRE LOS OJOS DE UNA PUÑETERA VEZ!
- Espero que seas feliz Harry…
- ¡YA SOY FELIZ ESTANDO CONTIGO!. ¿QUIERES DESPERTARTE DE UNA MALDITA VEZ?. ¡NO ME OBLIGUES A USAR OTRAS MEDIDAS!
- Por favor, cuidadle bien…
- ¡ESTÁ BIEN, TÚ LO HAS QUERIDO! " ¡AQUA!"
Un chorro de agua se materializó y cayó en la cara de Hermione, ella despertó de inmediato, mirando furibunda a Harry al darse cuenta de que él había usado la magia para echarle agua.
- ¿QUÉ TE CREES QUE HACES?
- ¡DESPERTARTE, QUÉ SI NO. ERES PEOR QUE UNA MARMOTA!. ¿SABES?. ¡TE DUERMES Y NO HAY MANERA DE HACER QUE DESPIERTES USANDO LOS MÉTODOS TRADICIONALES!
- Uh…bueno, vale, te perdono. En eso tienes razón, desde que estoy en esto de la misión, cada vez duermo más profundamente.
- ¿ME PUEDES DECIR QUÉ COÑO ESTABAS SOÑANDO?
- No me acuerdo.
- ¡NO MIENTAS, TÚ SIEMPRE RECUERDAS TUS SUEÑOS!
- Harry, por favor, no me hagas hablar de ello¿vale? No era algo agradable.
- Supongo que no, tenías temblores por todo el cuerpo y luego empezaste a decir cosas raras como que sentías mucho no poder volver con vida pero que no me preocupara porque yo no estaría solo, que ellos estarían conmigo o algo así.
- Oh Merlín…
- Hermione... ¿quiénes son ellos?
- ¿Comemos algo? Tengo hambre.
- No me cambies de tema. ¿Quiénes son ellos, quiénes son los que supuestamente van a cuidar de mí si tú mueres?
- Harry, te lo ruego…
- ¡QUIERO SABERLO!
- No, aún no debes. ¿De acuerdo? Sólo lo sabrás si yo muero mañana, no antes.
- ¿Por qué?
- Porque lo prometí y yo siempre cumplo mis promesas.
- Eres una cabezota y …
- Y la que se va a levantar de la cama en busca de comida, si quieres me sigues y si no, te veo luego.
- Está bien, iré contigo. Desde luego…cuando se te mete algo en la cabeza no hay quien te haga cambiar de idea ¿verdad?
- Seis años juntos... ¿y aún no te has dado cuenta de eso?- ella sonrió de forma encantadora, moviendo las pestañas de forma coqueta.
Él se rió, olvidando su enfado.
- Vale, cenaremos algo.
- ¡Genial, tengo un hambre terrible!
- No me extraña, hoy ha sido el único día en que has comido en condiciones…
- ¿Dijiste cenar, es que ya se ha hecho de noche?
- Sí, has dormido toda la tarde.
Ella le miró de forma alarmada.
- ¡Eso quiere decir que sólo nos queda el día y tarde de mañana para estar juntos!
- Además de esta noche, sí.
- ¡Qué horror!
- ¿Por qué?
- ¡Porque quería hacer muchas cosas esta tarde, pero como me he dormido no he podido y mañana no podré hacerlas!
- ¿Por qué no?
- ¡Pues porque estaré repasando las profecías, además tendré que hablar con Winky porque ella tiene algo que yo necesito para la batalla!- "La vara de Lilian"- ¡Y por si fuera poco, encima tendré que entrenar!
- ¿Eh, a qué entrenamiento te refieres?
- A las Artes Marciales. He estado practicándolas, por si se daba el caso de que Lori rompiese mi varita o me dejase inútil para la magia, así al menos podré defenderme usando el ataque corporal.
- Has pensado en todo ¿eh?
- ¿Y cuándo no?
Él sonrió.
- Vale, te acompañaré a cenar y luego haremos lo que más te apetezca. Y si mañana por lo que sea no nos vemos hasta que llegue el momento de la batalla, déjame decirte que éstos…han sido los días más felices de mi vida.
- Los míos también.
- A pesar de los sustos que me has dado y de lo mucho que me has preocupado, tengo que reconocer…que todo ha merecido la pena.
- Oh Harry…
- ¿Qué?
Ella se abrazó a él y comenzó a hablarle en una suave y dulce voz que parecía más un susurro que otra cosa, pero él podía escucharla perfectamente, a ella y sus palabras, que ya estaban saliendo por su boca.
- Podría decirte que siento lo mismo, porque es la verdad, pero prefiero decirte que…te quiero con todo el corazón y con toda mi alma. Y que tú eres lo primero en lo que pienso cuando me despierto, cuando tengo miedo, cuando sufro o incluso cuando veo algo bonito.
En el momento en que abro los ojos y respiro, eres lo primero en lo que pienso y lo último cuando cierro los ojos. Porque incluso estando dormida, pienso en ti.
Quiero que sepas que no hay nadie como tú en todo el mundo mágico. Que me siento más que afortunada por ser tu mejor amiga y tu pareja. Que no cambiaría por nada, todo lo que he vivido junto a ti durante estos días y los 6 años que hace que nos conocemos. Quiero decirte…que eres el hombre de mi vida, sé que suena cursi, pero es lo que siento y como lo siento.
Me encantaría seguir creciendo a tu lado, reír contigo, llorar contigo, apoyándote cuando más me necesites y estandojunto a tisiempre, tanto en los buenos momentos, como en los malos. Quiero decirte que te admiro muchísimo, que no hay un solo día en que no le de las gracias a Dios, por haberte puesto en mi vida. Quiero decir…que haré todo lo que esté en mi mano por volver junto a ti y por conservar el mundo que nos vio nacer y crecer y que tanto queremos y valoramos.
Déjame decirte…que te amo y que cada día que pasa, ese amor crece más y más, y que a veces pienso que no puedo quererte más de lo que te quiero pero entonces descubro algo en ti, que hace que sí te quiera más aún. Sé que todo esto puede sonar muy empalagoso pero…es la verdad, es lo que hay en mi corazón. Harry yo…Harry... ¿me estás escuchando?- preguntó ella al verle con la cabeza baja y ocultando su mirada de la de ella.
- Sí…perfectamente- dijo él casi de forma audible.
- ¿Podrías mirarme, por favor?
Él movió la cabeza de forma negativa.
- ¿Por qué no?
Él no contestó, ella tiró de su barbilla suavemente, levantándole la cara y haciéndola mirarla. Ella dejó escapar un ¡Oh! De sorpresa cuando le vió.
Verle llorar no era algo que le ocurriese a diario, pero ella intuyó que él no lloraba de tristeza, sino de emoción.
- Oh cariño, ven aquí…
Ella tiró de él, cobijándole en su pecho, apoyando la cabeza de él en uno de sus hombros, sintiendo cómo él la abrazaba fuerte, pero sin hacerle daño. Ella le acarició la espalda suavemente.
- No llores por favor, yo no quería hacerte llorar, sólo quería decir lo que sentía por ti.
- Yo…
- Shhhhh…no hables, no hace falta. Ahora sólo quiero abrazarte.
Ella lo hizo. Él besó su cuello y volvió a apoyar su cabeza en el hombro de ella.
- ¿Sabes qué es lo más tierno de ti?
- No…- dijo él suavemente.
- El hecho de que aún te emociones con mis sentimientos. No creí que aún te causaran ese efecto, sabiendo como sabes, lo mucho que yo te adoro.
- Hermione…
- ¿Qué?
- No sabes…lo especial que eres.
- ¿De verdad?
- Sí…por eso…no te extrañe que yo…pueda emocionarme contigo o las cosas que tú…me dices. Creo…que eres…la primera persona que me quiere de verdad, y me lo demuestra. "Aparte de mis padres, claro."
- Nunca me cansaré de demostrarte cuánto me importas y cuánto te quiero, Harry.
- Yo tampoco respecto a ti.
- ¿Puedes mirarme ahora?
- Puedo.
- Hazlo.
Él obedeció y ella le regaló un beso en los labios, uno dulce y puro, de amor verdadero. Él podría jurar que era el más bonito de todos los que había recibido de ella e intentó corresponderle de la misma forma.
- Te quiero Harry Potter, te quiero hoy y te querré siempre, aunque me muera.
- No…hables de tu muerte, por favor, me hace daño.
Él volvió a dejar su cabeza en uno de sus hombros, escondiendo su mirada de ella.
Ella pensó que nunca le había visto tan vulnerable como ahora. Parecía un pequeño niño asustado, con miedo a separarse de lo que más quería, pero al mismo tiempo, era un chico enamorado que disfrutaba estar con la persona que amaba. Hermione vio esas cosas y muchas más, y sintió, que estaba ante un momento único entre ella y Harry, uno como pocos había experimentado y en un instante supo lo que tenía que hacer.
- Harry…
- ¿Mmm?
- ¿Te quedas conmigo?
- Siempre.
- Ya no tengo hambre.
- Yo sí, pero puedo comer más tarde.
- ¿Vienes a la cama?
- Sí.
Ella agarró su mano y tiró de él y cuando ambos estuvieron encima del edredón, Hermione, sin decir una sola palabra, quitó los zapatos de ambos, los tiró al suelo y se tumbó encima de él, colocando su cabeza bajo el cuello de Harry. Entonces pasó sus manos por detrás de sus hombros y comenzó a besarle suavemente.
- Te quiero, lo sabes ¿verdad?
- Sí.
- ¿Y sabes también que tú eres lo más importante de mi vida?
- Ahora sí.
- ¿Y que haría cualquier cosa por ti?
Él asintió.
- ¿Y que sería capaz de matar a quien te hiciese daño?
- Ajá…
- Y que…lo que más me gusta, aparte de estar contigo…¿es estar en tus brazos?
- No…eso…no lo sabía…
- Pues ya lo sabes. ¿Y sabes también que es verdad que soy una adicta al sexo?- preguntó ella de forma traviesa aunque sin abandonar el tono dulce con el que le había estado hablando.
- Eso…sí lo sabía, pero no me importa en absoluto, porque creo que yo también lo soy, aunque…sólo contigo.- Él sonrió, guiñándole el ojo, y ella sintió un enorme peso levantarse de su pecho al ver que él ya estaba alegrándose, abandonando aquél estado melancólico que parecía haberle envuelto antes.
- Entonces…¿ A qué estás esperando para hacerme el amor?
- A que me beses tú primero.
- Ahora mismo.
Y sin más que añadir, ella comenzó a besarle sin descanso y demostrarle cuánto le gustaba amarle.
Continuará.
Nota de la autora:
¡Espero que os guste este cap! No me digáis que no es bonito. Ah…¿qué ha qué ha venido lo de la fiesta de Hermione? A nada en concreto, simplemente quería poner algo más de la vida corriente y salirme un poco de la misión, para que os despejaseis un ratito. Que tanto dato en la cabeza a veces se hace pesado ¿verdad? ;-)
Paso a los reviews. ¡Espero que os hayan regalado muchas cositas! A mí aún nada, porque en España, no solemos celebrar Santa Claus (los extranjeros a los que les incumbe sí) Nosotros tenemos la noche de "Los 3 Reyes Magos: Melchor, Gaspar y Baltasar". Que se celebra la noche del 5 de Enero. Durante la tarde se hace una cabalgata, donde gente disfrazada van en carrozas y tiran caramelos a la gente que está en la calle, sobre la acera (ellos van por la carretera, lógicamente) y yo, aunque soy grande, voy todos los años. Luego en casa, mis hermanas y yo hacemos el recuento de todo lo que hemos recogido ¡y siempre traemos casi una bolsa llena! (Cuando no toda la bolsa). Por la noche, después de cenar, nos acostamos ¡y cuando despertamos al día siguiente tenemos el salón lleno de regalos!. ¿La verdad? Me encanta la noche de reyes.
¡FELIZ NAVIDAD A TODOS Y TODAS, ESPERO QUE SE CUMPLAN TODOS VUESTROS DESEOS Y QUE EL NUEVO AÑO OS TRAIGA LO QUE MÁS QUERÁIS! Un abrazo fuerte. RAkAoMi.
