Por suerte para Remus, la última clase a la que Tonks y Robert habrían de asistir era la de Defensa Contra las Artes Oscuras, había intentado hablar con ella a lo largo del día, pero al parecer ella seguía firme en su decisión de evitarlo, pues bien, si tenía que hacerlo en frente de todos sus alumnos, no le importaba.

Durante el transcurso de la clase, Remus hizo lo posible por comportarse lo mas normal posible, tuvo éxito con todos, menos con ella, lo conocía demasiado bien y le había resultado obvio que algo estaba escondiendo, pero recordando que él no quería que se metiera en su vida, hizo todo lo posible por ignorarlo.

Al termino de la clase, algunos alumnos salieron del aula, mientras que otros se dirigían hacia Robert y Tonks, al parecer intentaban convencerlos de que se quedaran un tiempo mas, pacientemente, Remus esperó en un rincón del aula hasta que el último alumno hubo salido del salón, al parecer, la idea de ignorarlo iba demasiado en serio, ya que Tonks comenzó a hablar con Robert como si él no estuviera ahí.

Justo cuando Tonks se disponía a emprender el camino hacia la puerta y Remus a abandonar su rincón, Robert hizo algo que le paralizó el corazón.

-Tonks, hay algo que me gustaría proponerte- le dijo, tomando su mano derecha.

-Si, ¿Qué pasa?-.

-Bueno, yo estaba pensando que quizá tú…-.

-Lamento interrumpir, pero me parece que usted no tiene nada que proponerle- interrumpió Remus, mirando a Robert casi con rencor, lo cuál sorprendió a los otros dos presentes en el aula.

-Remus, ¿qué…?-.

-Si alguien va a proponer algo- la interrumpió, -en ese caso seré yo el que lo haga-, se volvió hacia Tonks que lo miraba totalmente desconcertada, al igual que Robert, que no entendía nada de lo que estaba pasando.

-Sé que he sido un completo idiota, un ciego que no quiso darse cuenta que lo único que estaba logrando era herir a la persona que más ama en este mundo…-.

El rostro de Tonks mostraba una mezcla de sentimientos imposible de descifrar, su expresión era de sorpresa e incredulidad, mientras que sus ojos comenzaban a brillar con una mezcla de esperanza y miedo-

-También sé-, continuó, -que no merezco lo que estoy a punto de pedirte, pero aunque tarde, he comprendido que no puedo vivir sin ti, que no puedo resignarme a ver como otro intenta ganarse tu amor-.

Para ese momento, el rostro de Tonks reflejaba ansiedad y esperanza; mientras que el de Robert no podía expresar mayor confusión.

-Te amo, aunque lo intenté, jamás he dejado de hacerlo, y ahora lo único que me importa es pasar el resto de mi vida a tu lado-.

En esta ocasión, el rostro de Tonks solo reflejaba amor, y una inmensa alegría ante las palabras que estaba escuchando. Robert por otro lado, comenzaba a esbozar una sonrisa, empezando a comprender.

-Nymphadora Tonks-, comenzó, pero no pudo continuar al ver el gesto que había aparecido en la cara de la mujer frente a él.

-Tonks-, repitió, -¿aceptarías casarte con este hombre, que tan solo puede ofrecerte todo su amor, y la promesa de que dedicará cada segundo de su vida a hacerte feliz?-.

Por toda respuesta, Remus recibió un abrazo que por poco lo derriba, seguido de un dulce beso en los labios al que el correspondió con gusto.

-¿Debo interpretar eso como un sí?- preguntó divertido una vez que se separaron.

-Por supuesto que sí, tonto- le dijo al tiempo que le daba un leve empujón.

-¿Tonto, ¿Qué no se supone que una de las cosas que admiras de mi es mi inteligencia?- preguntó con el mismo tono de antes.

Tonks volvió a reír antes de volver a besarlo.

-Me parece que ya no tiene caso que te pregunte si quieres acompañarme a Escocia- dijo Robert con una gran sonrisa en el rostro.

-¿Escocia?- preguntaron ambos al mismo tiempo.

-Así es, Escocia- les dijo a las dos personas frente a él que lo miraban con gesto confundido.

-Justo antes de que usted, profesor, nos interrumpiera, yo me disponía a proponerle a Tonks que aceptara un traslado a Escocia junto conmigo, el jefe del departamento me dijo antes de venir aquí, que necesitaban un par de aurores dispuestos a trasladarse temporalmente, mientras resolvían unos problemas que surgieron allá-.

La cara de Remus reflejaba un desconcierto total, -entonces, ¿su intención no era pedirle matrimonio a Tonks?-, pensaba.

-Evidentemente profesor, me temo que usted malinterpretó las cosas- le dijo sin poder reprimir una sonrisa.

Tonks pareció entender en ese momento lo que había pasado, por lo que volteo rápidamente a ver a Remus, temiendo que, al saber que todo había sido un malentendido, cambiara de opinión respecto a lo que acababa de proponerle.

Remus salió por fin de su asombro inicial al sentir una mirada clavada en él, al voltear, adivinó lo que estaría pasando por la mente de Tonks, por lo que con un rápido beso se encargó de disipar todas sus dudas.

-No te preocupes, te aseguro que no he cambiado de opinión, lo que mas deseo en el mundo es convertirte en mi esposa-.

Remus esperaba un beso de su, ahora prometida, pero se sorprendió al ver como después de dirigirle una sonrisa, se separaba de él para dirigirse hacia Robert; y se sorprendió aun mas al ver como se lanzaba a sus brazos, se tranquilizo al ver que lo soltó rápidamente antes de darle un beso en la mejilla y susurrarle un gracias.

-No hay problema, me alegra haber sido de ayuda para que tú y el profesor arreglaran su situación, ahora si me disculpan, los dejo solos- añadió antes de dirigirse hasta la puerta y cerrarla tras de si.

-Estabas celoso- sentenció Tonks con una sonrisa.

-Por supuesto que no, yo solo me di cuenta de que…-, intentó explicarse, pero al ver la mirada que Tonks le dirigía no pudo mas que rendirse ante la evidencia.

-Si- admitió, -me moría de celos con solo pensar que Robert estaba enamorado de ti y que podría lograr conquistar tu amor-.

-Sé que cometí muchos errores, y sé que te hice sufrir demasiado, espero que algún día puedas perdonarme-, le dijo mirándola avergonzado.

-No tengo nada que perdonarte, no ahora que por fin vamos a estar juntos- le dijo con una sonrisa antes de besarlo.

-Y bien, ¿Cuándo quieres que nos casemos?- preguntó una vez que terminaron el beso.

-Cuando tú quieras, aunque entre mas pronto mejor, no quiero que te arrepientas- le dijo un tanto en broma, un tanto en serio, como Remus pudo apreciar en el miedo que se reflejaba en sus ojos.

-No te preocupes, te aseguro que jamás me arrepentiré de esto, y, si estás de acuerdo, podemos casarnos este fin de semana en Hogsmeade- exclamó sorprendiendo a Tonks, ya que solo faltaban un par de días para eso.

-Es… ¿estás seguro?-, le preguntó pensando que se trataba de una broma.

-Jamás había estado mas seguro en mi vida- le dijo con una sonrisa antes de besarla de nuevo.

-Entonces, ¿aceptas?-preguntó.

-¡Claro que si!- le dijo antes de abrazarlo.

-Te amo- susurró en su oído mientras acariciaba su nuca.

-Yo también te amo- contestó mientras besaba dulcemente su cuello.

Que aun te puedo llenar

Con mi piel en tu piel de pasión

Que aun se puede salvar la ilusión

Un suave beso en los labios acompañado de una caricia en su mejilla izquierda fueron los responsables de que Remus Lupin abriera los ojos aquella mañana, encontrando frente a él, el rostro sonriente de su esposa que aquel día había optado por utilizar el color rosa eléctrico que tanto le gustaba en el cabello.

-Buenos días dormilón- fue lo primero que la escuchó decir.

-Es hora de que te levantes, recuerda que le prometiste a tu hija que pasarían todo el día en Hogsmeade, si mal no recuerdo, habían acordado que le comprarías todos los dulces que ella deseara si dejaba de engañar a sus primos con su aspecto- añadió mientras las caricias en su rostro continuaban.

Remus emitió un pequeño gruñido, - eso no hubiera sido necesario si tú no le hubieras enseñado a manejar sus habilidades de metamorfomaga en primer lugar-.

-Aun no puedo creer que con tan solo seis años sea capaz de realizar transformaciones casi perfectas- dijo mientras se reincorporaba.

-Bueno, sabes que yo comencé a utilizarlas a los cuatro, y por lo general los cambios solo se producían si estaba asustada o enojada, justo como el resto de magia involuntaria, si a esta edad Andy controla sus habilidades de esa manera, se debe a que es igual de inteligente y perseverante que su padre- dijo con una pequeña sonrisa.

-Si hablamos de perseverancia, entonces eso lo heredó de ti, de no ser porque jamás te rendiste, en este momento tú y yo no estaríamos juntos, y a estas alturas yo sería un pobre hombre lobo amargado- añadió con un poco de tristeza y remordimiento, mientras sus ojos la miraban cargados de orgullo y amor.

-Shh- lo calló colocando un dedo sobre sus labios, -no vale la pena hablar del pasado, estamos juntos ahora, tenemos una familia maravillosa y nos amamos más que nunca- le dijo antes de besarlo, desafortunadamente uno de sus pies se enredó en una sábana que arrastraba, por lo que perdiendo el equilibrio, ambos cayeron sobre la cama, Tonks sobre Remus, y ante lo inesperado del movimiento, este último se golpeo con la cabecera de la cama.

Tonks rió ante la situación, mientras su esposo la observaba indignado.

Y justo antes de que este tuviera oportunidad alguna de reclamar, ella volvió a besarlo, esta vez con mucha más pasión que antes.

-Creí que habías dicho que mi hija me estaba esperando- dijo divertido tratando de recuperar un poco de aliento luego de ese beso.

-Yo solo dije que levantaras porque tenías que cumplir tu promesa, sin embargo Andy aun no se levanta y dudo que lo haga en la próxima hora, así es que tenemos tiempo de sobra- añadió justo antes de recibir un beso de su esposo.

Se detuvo justo en el umbral de la puerta de la cocina, aun no podía creer lo feliz que había sido durante los últimos ocho años, al lado de su esposo e hijos.

Después de sus actividades matutinas, ambos se habían dado una ducha rápida y luego Remus había corrido a preparar el desayuno de sus hijos, en una situación normal, las cosas hubieran sido al revés, pero después de todos los intentos frustrados de Tonks por preparar un desayuno, comida o cena decentes, sin destruir o incendiar alguna parte de la cocina, habían decidido que Remus sería el encargado de esto.

Ahí, sentados alrededor de la mesa se encontraban las cuatro personas que mas amaba en el mundo, su esposo, y los tres hijos que le había dado. El mayor de ellos, Sirius de 7 años, llamado así en honor de su primo y mejor amigo de él, era muy parecido a su padre físicamente, aunque nadie que lo conociera podía negar que la sangre Black corría por sus venas, ya que, haciendo honor al antiguo merodeador, podía llegar a convertirse en la pesadilla de cualquiera haciendo uso de sus bromas, aunque en algunos casos el hecho de que fuera casi tan distraído como ella le había traído unos cuantos problemas. Después estaba Andrómeda, llamada así por su madre, Remus se había vuelto loco al saber que había sido una niña, no es que no hubiera hecho lo mismo con su hijo mayor, ya que él amaba por igual a todos sus hijos; pero su instinto de caballero andante le había hecho saber en ese instante, que dedicaría el resto de su vida a protegerla de cualquier peligro, físicamente podría decirse que era una copia de ella, y el hecho de haber heredado sus habilidades de metamorfomaga reafirmaban el parecido, Andy, como ellos la llamaban, era muy apegada a Remus, y al igual que ella misma se ponía como fiera si alguien hacía o decía alguna cosa en contra de su padre, como Nick y Lance hijos de Fred Weasley pudieron comprobar al tratar de jugarle una broma el mes pasado. Por último estaba John, de tan solo cuatro años, si alguien decía que Sirius y Andrómeda eran muy parecidos a sus padres, quedaban sorprendidos al conocer a este; sobre todo al mirarlo a los ojos, ya que estos mostraban la misma profundidad que la de Remus, a tan corta edad, John parecía haberse dado cuenta lo propensa que era su madre a sufrir accidentes inesperados, por lo que, al igual que su padre, siempre se encontraba a su lado cuidándola, o en su defecto, para ayudarla a arreglar los daños provocados.

Si, esta era su familia, aquella que ocho años atrás jamás se imaginó que podría llegar a tener, y que ahora reía después de haber observado una maravillosa interpretación realizada por su hija.

Unos ojos risueños se encontraron con los de ella, al tiempo que su dueño se levantaba para acompañarla.

-Luce hermosa el día de hoy señora Lupin- le dijo con una gran sonrisa antes de darle un suave beso en los labios.

Justo cuando se disponía a corresponderle, el pequeño John corrió hasta ella dispuesto a darle un beso de buenos días. Al percatarse de la presencia de su madre, tanto Sirius como Andrómeda también se dirigieron felices hacia ella, ya que con su llegada, cada uno podría dar inicio a las maravillosas actividades que habrían de realizar ese día al lado de sus padres.

-¡Mami!- se escuchó una vocecita, perteneciente a John, Tonks se inclinó para besar su frente y revolver un poco sus cabellos antes de besar a sus otros dos hijos.

-Y bien, ¿ya están todos listos?- preguntó de una manera entusiasta, quizá demasiado, ya que el movimiento de una de sus manos provocó que una pila de platos cercana a ella terminara hecha pedazos en el suelo, y el incidente hubiera terminado ahí, de no ser porque Sirius y Andy, en un intento por ayudar a su madre, terminaron mandando al suelo un par de vasos que se encontraban al lado de los platos; con un gesto de resignación, John se encargó de alejar cualquier otra cosa del alcance de su mamá y hermanos, mientras su papá se encargaba de arreglar el desastre con un rápido movimiento de varita.

-Bueno, creo que ahora si lo estamos- añadió Remus con una sonrisa. –Andy y yo nos iremos a Hogsmeade y ustedes tres irán a casa de Harry y Hermione, compraré todo lo que sea necesario y nos reuniremos aquí a la hora de la cena ¿no es así?-.

-¡Si mi general!- contestó Tonks en un tono burlón al tiempo que lo saludaba con un movimiento de su mano.

-Y después nos leerás un cuento antes de ir a dormir, ¿verdad papá?- preguntó Sirius, observándolo con una mirada ansiosa al igual que el resto de sus hijos.

-Por supuesto que si, les leeré el que ustedes quieran-.

-¡La Bella y la Bestia, por favor papá, me gusta mucho esa historia- añadió Andy en un tono suplicante.

-Por supuesto que si, todo lo que pida mi pequeña- le dijo con un tono cargado de amor.

Esa noche la familia Lupin se reunió en el cuarto del pequeño John, ya que era el único que a causa de su corta edad a veces terminaba dormido antes de que acabara la historia, pero siendo esa en particular, la favorita de todos sus hijos, tanto Remus como Tonks estaban convencidos de que, al final, los tres estarían mucho mas despiertos que ellos mismos.

-Bien, aquí vamos- dijo Remus justo antes de comenzar con su lectura, observando divertido como todos sus hijos se acomodaban en torno a Tonks que estaba sentada en el centro de la cama, y como cuatro pares de ojos lo observaban ansiosos.

Todos lo escuchaban atentos, sin perderse una sola palabra proveniente de los labios del hombre frente a ellos, quién leía con voz clara y firme pero capaz de transmitir con cada página, párrafo, oración o palabra todas las emociones plasmadas en esas letras.

-Y vivieron felices para siempre- terminó, al tiempo que cerraba el libro que se encontraba entre sus manos.

-¡Me gusta mucho ese cuento!- dijo con emoción el pequeño John.

-Sobre todo si lo cuentas tú papá- dijo Sirius con una voz cargada de orgullo.

-Los dos sufren mucho, ¡pero al final son felices juntos!- añadió Andy al tiempo que brincaba hasta prenderse del cuello de su padre, ocasionando que ambos cayeran a la cama riendo divertidos.

-Así es- dijo Remus mientras se sentaba cerca de su esposa e hijos y acomodaba a Andy entre sus brazos. –Ella lo salvó con su amor, cuando llegó a su vida su corazón estaba lleno de sufrimiento, y, aunque se negara a admitirlo ante aquellos que lo rodeaban, estaba convencido de que nunca podría llegar a ser amado de esa manera- dijo mientras su mirada se encontraba con la de su esposa, quién lo observaba con emoción.

-Su mundo estaba vacío y lleno de soledad, ya que todos temían acercarse a él, sin siquiera darle la oportunidad de conocerlo, pero ella llegó, y le mostró que el mundo era diferente, que había personas buenas, a las que no les importaba que el fuera peligroso sino lo que había en su corazón- terminó mirando a Tonks con una profunda expresión de amor en todo su rostro.

-Sabes, jamás me había emocionado tanto mientras les explicabas a nuestros hijos el significado de alguno de sus cuentos- le dijo Tonks abrazándolo por la espalda una vez que entraron a su habitación.

-No estaba hablando del cuento en ese momento- mencionó mientras tomaba sus manos que seguían abrazadas firmemente a él, -hablaba de nosotros, de la manera en la que me sentía antes de que llegaras a mi vida, y como la cambiaste con tu amor- añadió antes de dar la vuelta y quedar frente a su esposa-

-Sí, aunque vaya que me dio trabajo convencerte- dijo con una sonrisa, -aunque hubo momentos en los que pensé que…-

-Shh- le dijo imitando el gesto que ella había hecho por la mañana, -tu misma me dijiste que no hay que hablar del pasado, sino concentrarnos en lo que estamos viviendo ahora- le dijo antes de besar subvente sus manos que aun tenía entre las suyas.

-Tal vez sería buena idea que escribiera un libro sobre nuestra historia, ¿no crees, aunque definitivamente tendría que ser infantil, a veces los niños son los únicos que pueden percibir el verdadero significado de las cosas, así es que dime, ¿se te ocurre algún título para la historia?-.

Este último comentario logró dibujar una sonrisa en el rostro de Tonks, quién con tono divertido dijo, -bueno, ya tendremos tiempo de pensar en un nombre, por lo pronto, creo que tenemos cosas mas interesantes que hacer-.

-¿Ah sí, ¿Cómo cuáles?- preguntó con un gesto divertido.

-¿Qué te parece repetir lo de la mañana?- añadió antes de provocar que ambos cayeran riendo en la cama.

Podía escucharse un gran alboroto procedente de la casa de los Potter, ese día, ellos y la familia Lupin habían decidido reunirse para celebrar el próximo ingreso a Hogwarts de uno de los miembros de cada familia, por un lado estaba John, y por el otro Lily, la hija mayor de Harry y Hermione. Desde su nacimiento, todos sus hijos se habían llevado muy bien, debido a la cercanía que existía entre sus padres, incluyendo a los Weasley, que ahora se encontraban en su totalidad en Egipto, ya que para sorpresa de todos, Bill y Fleur habían decidido traer al mundo un Weasley más.

Harry y Hermione se habían casado un año después de la caída de Lord Voldemort, ya que él deseaba aprovechar cada minuto al lado de ella y comenzar a compensarla por cada momento de sufrimiento que él había causado al no darse cuenta de su amor por ella. A pesar de la insistencia de Harry de tener una gran familia, Hermione terminó por convencerlo de que tres hijos eran más que suficientes, ya que de este modo a cada uno podrían brindarle el suficiente amor y atención; Lily de once años, Mathew de siete años y el pequeño James de tan solo tres años.

Mientras los adultos se encontraban en una animada charla acerca del futuro de sus hijos, estos se encontraban distribuidos por parejas en diferentes puntos de la casa. Sirius le mostraba a un interesado Mathew las nuevas bromas que había conseguido directamente de los fabricantes, Nick y Lance que comenzaban a seguir los pasos de su padre; John se encontraba al lado de James leyéndole una historia, ya que este mostraba el mismo interés de su madre hacia los libros a pesar de su corta edad; y por último Andy y Lily, se encontraban en la habitación de esta última hablando sobre Hogwarts, o mejor dicho, Andy le contaba a Lily que podía esperar de su nueva escuela.

-Es una pena que tu padre haya dejado su puesto de profesor de Defensa Contra las Artes Oscuras, papá dice que era realmente bueno-.

-Y lo sigue siendo- dijo Andy con gran orgullo, -pero desde que Sirius entró a Hogwarts, decidió abandonar el puesto, todos los alumnos le preguntaban porque lo había hecho e incluso a mi cuando entre a primer año, pero papá siempre repetía que quería darnos libertad en la escuela, además ahora hace un gran trabajo junto con tu mamá en el Departamento de Regulación y Control de Criaturas Mágicas-.

-Tienes razón, fue algo muy noble de parte suya al renunciar a un trabajo que amaba, para que ustedes se sintieran mas cómodos-.

-Así es, pero nos ama aun más a nosotros y quería que nos sintiéramos cómodos, al principio deseaba que él siguiera ahí, realmente llegas a extrañar mucho a tus padres, Lily- dijo con un poco de tristeza, pero al ver el semblante triste que comenzaba a aparecer en la cara de su amiga rápidamente añadió, -aunque ahora me sería muy difícil conseguir una cita si mi padre fuera uno de los profesores-, sonrió satisfecha al darse cuenta de que su comentario había logrado su objetivo, ya que Lily había soltado una pequeña carcajada.

-No me puedes negar que tus padres son muy comprensivos en ese aspecto, en cambio, en mi caso, estoy segura de que si fuera por papá, iría a hablar con la profesora McGonagall para pedirle que le diera incluso el puesto de Filch con tal de mantenerme vigilada y no permitir que ningún chico se me acerque-.

-Bueno, sé que eso a ti no te molestaría ya que la persona que te interesa si está cerca de ti, y lo mejor de todo es que tu papá ni siquiera sospecha de él- dijo sonriendo maliciosamente.

-Lo sé, y prefiero que siga así, con el solo hecho de ver como reacciona con las bromas que le hace el tío Ron al respecto me es mas que suficiente; además, no es el único que no se ha dado cuenta, a él parece darle lo mismo si estoy o no-.

-Vamos, solo tienen once años, algún día se dará cuenta, además tomando en cuenta lo tímido que es, tal vez tengas que esperar a que terminen Hogwarts antes de que tenga el valor de decirte algo- dijo mientras salían de la habitación, ya que sus padres acababan de llamarlas.

-Vamos, habla con él, estoy segura de que a James no le molestará si me lo llevo unos momentos-.

-Dices eso porque nunca has visto como se pone cuando no terminas de contarle algo, y más tratándose de un libro, cuando mamá y papá le leen algo, es mucho más fácil que papá se duerma antes que él-.

-Si claro, es un digno hermano tuyo, y de Mathew claro, solo que él se pone como loco cuando le quitan su escoba, ¡oh vamos! Sé que tal vez no leo tan bien como mi hermano, pero estoy segura de que puedo entretener a un niño de tres años- dijo mientras arrastraba a Lily hasta donde se encontraba su hermano John, y no pudo evitar sonreír al ver que justo en ese momento terminaba con la última página, por lo que ninguno de los dos tendría escapatoria.

-¡Hola James!- dijo mientras lo cargaba, -estás mucho más guapo que la última vez que te vi – dijo mientras observaba sus ojos verdes y su alborotado cabello castaño, -¿Qué te parece si te muestro mis últimas transformaciones mientras Lily y John hablan un rato?-.

Y, como si James hubiera entendido las palabras ocultas tras la mirada que Andy le dirigía, aceptó sonriente mientras observaba como su hermana le dirigía una mirada muy parecida a la que Hermione solía reservar para Ron.

-Creo que James se la estaba pasando muy bien contigo, es una suerte que hubieras terminado de leerle el libro justo antes de que tu hermana se lo llevara-.

-Es algo en lo que nosotros tres nos parecemos, nos encanta leer- dijo John en un tono educado, -igual que a nuestros padres- añadió en el último momento.

-Si lo sé, y dime, ¿Cómo te sientes, solo faltan dos días para que vayamos a Hogwarts, yo ya no puedo esperar más, me gustaría estar ya ahí y comenzar a aprender todo lo que pueda, mamá me ha hablado tanto de los libros que hay en la biblioteca que no puedo esperar a visitarla- dijo bastante animada; para John no pasó inadvertido el brillo que adquirieron sus ojos, uno muy parecido al que pone un niño pequeño antes de abrir un regalo de Navidad, por lo que no pudo reprimir una sonrisa.

-Podría decir que me encuentro igual que tú, por lo que te propongo que la primera cosa que hagamos sea ir a la biblioteca- le dijo mientras seguía observando el brillo de sus ojos.

-¿Juntos?- preguntó con una gran sonrisa.

- Bueno, estoy seguro de que eso será lo primero que hagamos en cuanto tengamos una oportunidad, además mi padre me llevó en algunas ocasiones a la biblioteca mientras era profesor, así es que sé exactamente donde buscar algunos libros-.

-Gracias, hay varios libros que tengo en mente, tengo que estar bien preparada, estoy segura de que a ti también te gustarán, ¿Qué asignatura es la que tienes mas deseos de aprender?-.

-En realidad estoy muy interesando en Defensa Contra las Artes Oscuras, me gustaría llegar a saber tanto como mi padre, aunque las demás son de vital importancia si en un futuro quiero ser auror-.

-Estoy segura de que tus padres estarán muy orgullosos de ti-, -y yo también- pensó.

-Gracias, y ¿tú que me dices? Estoy seguro que estás interesada en más de una- dijo John mirándola fijamente, lo cuál provocó que ella se intimidara un poco.

-Sí, así es, aunque, estoy especialmente interesada en Aritmancia, Transformaciones y Defensa Contra las Artes Oscuras- por lo que he visto en las viejas notas de mamá son asignaturas muy interesantes-.

-Estoy seguro de ello, aunque, imagino que también debes estar ansiosa por entrar al equipo de quidditch ¿no es así?-.

-Tienes razón, a pesar de que no dejan que nadie de primer año pertenezca a los equipos, tal vez la profesora quiera hacer una excepción conmigo al igual que lo hizo con papá-.

-No creo que se niegue, después de que tu padre dejó Hogwarts, Gryffindor no ha tenido un buscador decente, y antes de que digas algo- añadió al ver que estaba a punto de ser interrumpido, -sé que nadie sabe a que casa irá, pero estoy convencido de que irás a Gryffindor-.

-Eso espero y dime, ¿Ya tienes todas tus cosas listas?-.

-Así es, todo está empacado y listo en el baúl, excepto esto…-dijo mientras sacaba de uno de sus bolsillos una bella varita, -veintitrés centímetros, flexible y pelo de cola de unicornio, la de mi padre tiene el mismo centro- dijo orgulloso, -¿y tú?-.

Sonriendo, Lily también extrajo una varita de su bolsillo, -acebo y nervios de corazón de dragón, veintiocho centímetros, flexible; es bastante buena-.

-¿Me estas queriendo decir que ya la probaste?- preguntó sorprendido.

-Supongo que una característica fundamental de los Potter es que no seguimos las reglas al pie de la letra- dijo sonrojándose un poco, -¿quieres ver?-.

-Pero…-.

-Hay cuatro magos adultos aquí, y muy poderosos debo añadir, el Ministerio no se dará cuenta de que fui yo quién hizo unos cuantos hechizos-.

-Definitivamente la sangre Potter corre por tus venas- dijo con una pequeña sonrisa.

Después de realizar 7 hechizos a la perfección, John se encontraba asombrado por la gran habilidad que Lily poseía, aunque después de todo, siendo hija de quién era, no era nada raro.

-Realmente eres una bruja excelente, Lily, estoy segura de que la casa a la que pertenezcas estará muy orgullosa de ti, al igual que tus padres y el resto de tus compañeros- le dijo mientras fijaba en ella su mirada.

-¿Tú también lo estarás?-.

-Claro que sí, eres mi mejor amiga y aun aunque estuviéramos en casas diferentes siempre me sentiré orgulloso de ti-.

Justo cuando Lily se disponía a contestarle, una voz detrás de ella se puso a gritar a todo pulmón, llamando la atención de todos, y en el momento en que imaginaba la manera de golpearlo por la interrupción, llegaron a su mente imágenes de una cruel tortura al darse cuenta de lo que estaba diciendo.

-¡Vaya! Así es que el pequeño John está enamorado de la pequeña Lily, quién lo iba a decir, parece que fue ayer cuando ambos gateaban juntos por la casa, o cuando John corría a levantar a Lily cuando esta caía de la bicicleta, o cuando la consolaba después de que Ronnie rompió su primer tomo de La Historia de Hogwarts- decía Sirius con una enorme y pícara sonrisa en el rostro.

Todas las personas, tanto adultos como niños presentes en la casa, comenzaron a adquirir diferentes tonalidades de rojo en sus caras, Lily y John evitaban sus miradas avergonzados, Harry parecía a punto de estallar ante la sola idea de que su pequeña pudiera estar interesada en alguien, o peor aun que alguien estuviera interesado en ella, mientras que todos los demás estallaban en carcajadas ante la situación, incluso James encontraba divertida la cara de frustración de su padre y la mirada avergonzada de su hermana mayor.

Hermione se levantó al darse cuenta de las intenciones de Harry, y tomándolo de la mano lo alejó un poco de todos para intentar convencerlo de que John no tenía ninguna intención de robarse a su pequeña.

Remus también se levantó, pero al contrario que Harry, él sonrió dirigiéndoles una mirada al par de jóvenes avergonzados, que justo en ese momento acababan de intercambiar una mirada a la vez que sus labios esbozaban una tímida sonrisa.

-¿En que piensas?- le preguntó Tonks al tiempo que lo abrazaba y recostaba su cabeza en su pecho.

-En que en esta ocasión, me parece que las palabras de Sirius encierran una gran verdad-.

-¿Tú crees?-.

Remus volvió a mirarlos, mientras pasaba uno de sus brazos por la cintura de su esposa atrayéndola más hacia el. Tal vez les costaría un poco de trabajo convencer a Harry en un futuro de que su pequeña al fin había crecido y de que no se convertiría en abuelo en los próximos años como Hermione intentaba convencerlo en ese momento, desafortunadamente para todos pero afortunadamente para Harry, John era casi tan tímido como él y estaba seguro de que le llevaría algo de tiempo armarse del valor suficiente para confesarle a Lily sus sentimientos, por lo que ella tendría que hacer uso de toda la inteligencia y paciencia heredados de su madre, y de la alegría y gusto por la aventura heredados de su padre para brindarle ese valor. Además, Hogwarts era el lugar perfecto para que su amistad y, en un futuro el, amor crecieran, como fue el caso de Harry y Hermione; y quizá, algún día en un pasillo, John encontraría el motivo que lo empujaría directamente a los brazos de Lily, sonriendo ante esto, Remus volteó y beso a Tonks profundamente.

-Te amo- dijeron los dos al separarse.

Remus volvió a contemplar la escena que tenía frente a él, mientras Tonks lo abrazaba y volvía a refugiarse en su pecho, observando la misma escena. Después de todo, la comunidad mágica tenía razón, incluso ella Nymphadora Lupin, había logrado ser feliz, al igual que el resto de seres a los que amaba.

Para volver a respirar en tu corazón...en tu corazón.

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Una disculpa por haber tardado en subir el último capítulo, pero mi computadora ha estado de rebelde en estos días y no me dejaba, pero bueno, aquí lo tienen, muchas gracias por haberlo leído y por todos sus comentarios, espero que les haya gustado.

syzygy-galaxiaJaja así es, ahora si Remus va a saber lo que es bueno jeje.

Violet-PotterMuchas gracias, disculpa por dejarlo ahí y disculpa también la tardanza, espero que esta última parte haya sido de tu agrado.

Feanwen: Muchísimas gracias por todos tus comentarios, espero que el final te haya gustado también.

Ani: Te agradezco mucho tu opinión, y espero que te haya agradado como termino todo con este par.

Kilia TomobikiJajaja, me parece que olvidé mencionar eso en el fic, pero la idea era que Robert fuera medio galán, para que le dieran aun mas celos a Remus :p Muchas gracias por tus comentarios.