Despiértame cuando el dolor se acabe
Capítulo 1
Cómo es que había pasado todo? En realidad no lo sabía. Por qué había pasado? Tampoco podía responder eso. Lo único que sabía era que había pasado y que ahora él estaba en medio de todo. Era como estar de nuevo en la oscuridad en la que había tenido que permanecer durante 5000 años. Con la sola diferencia de que ahora estaba en el mundo 'real'.
-Yami, ven acá ahora!- exclamó el joven. El faraón, o mejor dicho el ex faraón, obedeció de inmediato.
-Qué pasa, aibou?- le preguntó al llegar al lugar en el que se encontraba el chico.
-Qué te había dicho sobre llamarme 'aibou'?- preguntó Yugi mientras lo miraba con evidente furia en sus ojos.
-Lo siento... se me olvidó- se disculpó el más grande mientras miraba al suelo. Su semblante era diferente; ya no se notaba altivo y lleno de vida, al contrario, se veía páildo y agotado.
-Más te vale. Quiero que me traigas algo de comer...- Yami no se movió. -Acaso no escuchaste? Muévete!- exclamó logrando por fin una reacción del ex gobernante.
Yami entró a la cocina y de inmediato buscó algo de comer para su 'hikari'. Aunque ahora al parecer, Yami debería ser el que tuviera ese título, porque Yugi, de luz, no tenía nada.
Yugi había cambiado. Ya no era el mismo chico inocente, por lo menos para Yami, porque con sus amigos siempre se comportaba igual que antes. Pero con Yami... al parecer lo había dejado de ver como un amigo y ahora lo veía como un sirviente, o un esclavo. El ex faraón lamentaba no haber ido al otro mundo cuando había tenido la oportunidad. Pero no podía hacer nada ahora.
-Me duele el estómago- se quejó. Aunque nadie lo iba a escuchar... estaba completamente solo, y él lo sabía muy bien. -Supongo que es por el hambre- se dijo. No recordaba la última vez que había comido. Yugi no lo había dejado comer y tampoco lo dejaba entrar al Rompecabezas para recuperar energías. En realidad, Yami ni siquiera había dormido por algunos días. Parecía un muerto recién salido de su tumba.
Pero no podía hacer nada. No había nadie que se preocupara por él. Los amigos de Yugi? Ellos estaban muy ocupados para siquiera acordarse que él existía. Kaiba? Jamás se interesaría en él. Por qué lo haría? Después de todo eran rivales. Ishizu y Malik estaban en Egipto. Y el abuelo de Yugi también estaba en un viaje en Egipto. No había nadie. Nadie más había estado ese día, el día en que se enfrentó a Yugi en un duelo, después de recuperar sus memorias... Sus memorias, de qué le servían ahora? Su vida pasada ya estaba en el pasado.
-Qué tanto estás haciendo, Yami!- exclamó Yugi sacando a Yami de sus pensamientos.
-Ya voy- contestó mientras salía del lugar con una bandeja en sus manos.
-Por fin!- habló el chico con sarcasmo. -Creí que te habías ahogado en el fregadero- comentó.
-"Como si te importara"- pensó Yami pero prefirió no decirlo en voz alta.
-Qué esperas!- le dijo. Yami lo miró por unos momentos antes de avanzar. Pero al parecer había algo en el suelo que lo hizo tropezar y derramar la comida encima de Yugi y alrededor de él. Sus ojos se abrieron en impresión al ver lo que había pasado. Yugi, por otra parte, se levantó de inmediato y alzó su mano para luego dejarla caer sobre la mejilla de Yami, dándole tremenda cachetada.
-Eres un estúpido! Nunca puedes hacer nada bien!- exclamó. Yami no dijo nada. -Quiero que todo esté recojido y en orden cuando yo regrese, o sino estarás en serios problemas. Y si falta comida en la cocina te irá peor- le dijo antes de salir del lugar. En unos momentos volvió con la ropa limpia y salió de la casa.
-Si... amo- susurró el joven al oírlo irse. Se quedó unos momentos sin moverse pero luego miró toda la comida en el suelo. Tomó una parte de la comida en sus manos. Se veía tan... deliciosa. Sin pensarlo dos veces se la llevó a la boca y la comió. Era lo más delicioso que había probado. Tal vez era por que ya casi había olvidado el sabor de la comida. Y así siguió, el que antes fue el gran Faraón de Egipto, comiendo del suelo como un esclavo. Las lágrimas se hicieron presentes en sus ojos, pero él no las dejó caer. Sentía un gran dolor, pero no era físico. No podía creer que Yugi, su hikari, su aibou, fuera el que le estuviera haciendo todo eso. Pero no podía hacer nada, solo obedecer.
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Varias horas habían pasado y Yami por fin había terminado. Por lo visto ahora tendría tiempo para dormir un poco. Aunque no podía entrar en el Rompecabezas; Yugi no quería que lo molestara mientras estaba con sus amigos. Y aunque el no pensaba salir de ahí, su presencia en el Rompecabezas molestaba a Yugi. Sin más opción, se acostó en la cama de su hikari. Después de todo solo iba a descansar por unos minutos... Yugi no se daría cuenta.
Al mirar hacia un lado, vio algo que le llamó la atención. Cogió el objeto y lo miró por unos momentos, mientras aparecía una triste sonrisa en su rostro. Tal vez su dolor sí se podría acabar después de todo.
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Era muy tarde ya. Las 2 de la mañana. Yugi entró a la casa en silencio. -"Y ahora donde está?"- se preguntó al no ver a Yami por ninguna parte. Pero en lugar de llamarlo, prefirió buscarlo.
Al entrar en la sala de estar, se encontró con que todo estaba en perfecto orden. Al parecer Yami había hecho lo que él le había dicho. Sin darle mucha importancia, subió las escaleras hasta llegar a su habitación. Podía sentir la presencia de su contraparte en esa habitación. Abrió la puerta y buscó a su yami con la mirada, y lo encontró... durmiendo en su cama. Sintió rabia al ver al otro.
-Qué demonios estás haciendo!- exclamó esperando que Yami se despertara de inmediato. Sin embargo, eso no pasó. -Maldición Faraón, despierta!- habló el chico, pero de nuevo no obtuvo respuesta. -Yami, si esto es una broma- advirtió Yugi mientras se acercaba a Yami. -Si es una broma te juro que...- Pero no pudo terminar, al ver que las sábanas estaban manchadas de algo... pero de qué?
Se quedó unos momentos ahí, sin moverse. Pero luego fue a prender las luces de la habitación. En menos de un segundo el lugar se iluminó, y el chico se dio la vuelta para ver a su contraparte. Sus ojos se abrieron en impresión y su respiración se aceleró al darse cuenta de qué estaban manchadas sus sábanas. Su cuerpo quedó paralizado al igual que su mente.
Pero de pronto reaccionó y su cuerpo por fin se movió. Yugi miró a Yami una última vez antes de salir de la habitación y bajar de nuevo las escaleras hasta llegar al teléfono. Sus manos temblaban y su mente aun no estaba muy clara. Sin saber qué hacer marcó el número de su mejor amigo.
-Se puede saber quien es y qué quiere a estas horas?- se oyó la voz de Joey, quien al parecer no estaba muy contento.
-Joey... soy... soy yo, Yugi. Ne...necesito que... que...-
-Oye, cálmate viejo. Qué pasa?- preguntó.
-Por favor, llama a una ambulancia- pidió Yugi.
-Por qué? Qué pasó Yugi?- preguntó el rubio muy preocupado.
-Solo hazlo! Te explico luego!- exclamó antes de colgar. Las lágrimas por fin caían de sus ojos, mojando su rostro y cayendo al piso. -Por qué? Por qué? Por qué!- se preguntaba una y otra vez. De pronto, las sirenas de la ambulancia inundaron el lugar y el tiempo se detuvo por completo.
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-Qué fue lo que pasó Yugi?- preguntó Joey mientras miraba a su pequeño amigo. Habían llegado al hospital desde hacía algunos minutos, pero aun así, Yugi no le había dicho a sus amigos qué era lo que realmente sucedía.
-Yami... intentó... yo... jamás creí que...- tartamudeó Yugi.
-Yami Motou- interrumpió el médico. Yugi se acercó de inmediato.
-Soy... su hermano. Cómo está?- preguntó el chico.
-Lamento decirle que el joven... a caído en estado de coma- le dijo el hombre. Yugi mantenía su mirada baja.
-Se va a poner bien?- interrogó sin emoción en su voz.
-Sus esperanzas de despertar son casi nulas- afirmó. Yugi no pudo contenerlo más, cayó de rodillas y explotó en un llanto amargo. Yami estaba muriendo... y todo era por su culpa.
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Magi Girl:bueno... aqui estoy con otro fic n.n aunque este no será muy largo, tendrá 4 ó 5 capítulos. Sé que Yugi está un poco OOC pero hay una razón para su... extraño comportamiento. Y Yami... pobre siempre lo hago sufrir T-T pero creo que es mi muy extraña manera de demostrarle que lo quiero! (Yami:¬¬) Ejem, bueno espero que les haya gustado este capítulo.
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Nos vemos
Ja ne!
