Capitulo V: Celos y celos ¿y más celos?
Tercer día, Inglaterra, Escocia o donde este Hogwarts.
Harry se encontraba en el gran comedor, disfrutando del postre. La gran mayoría de alumnos se encontraban en Hogsmeade. Pasando el día ya sea en citas o disfrutando con sus amigos. Harry hubiese querido ir, pero no podía olvidar que su misión se encontraba en Hogwarts y no podía desaprovechar un solo minuto.
Volvió la atenció a su postre. Tres bolas de helado, con crema chantillí en los lados y cima, cada una rodeada de frescas fresas, jarabe esparcido por todo el dessert. Sonrió malevolamente, mientras cogía entre sus dedos la fruta colorada. Era hora de poner en practica la táctica de seducción nº 6 de Severus Snape: Juego de Comida.
Observó la mesa de profesores disimuladamente, notando que su rubio favorito lo observaba. Huntó la fresa de helado, crema chantillí y jarabe y la acercó a sus labios, probando la punta con su lengua. Luego introdujo la fruta y la sacó lentamente, para luego volverla a succionar la punta, repitió el proceso varias veces, mirando a Lucius de reojo, esperando que viera el espectáculo. Al notar que había captado su atención, empezó a lamer la punta de su fruta, una y otra vez, hasta que se decidió a morderla, comiéndosela en pequeños pedazos.
Las otras fresas, corrieron un destino similar, aunque cada una tenía una manera diferente de ser torturada. Harry vio con agrado como Lucius reprimió un gemido, mordiendose el labio inferior.
Cuando su plato estuvo vacío, fue que notó la mirada de los alumnos que se habían quedado (los vagos que no hacían las tareas a tiempo, principalmente de quinto y septimo año).
-¿Sucede algo?- le preguntó a Seamus, que estaba cerca de él.
-Vaya Harry, si utilizas tu boca así en todo, no me disgustaría tenerte en mi cama- si Seamus hubiese hecho ese comentario una semana antes, lo mas seguro es que Harry hubiese atravesado por toda la gama de los rosas, rojos y similares.
-En tus sueños, Seam- susurro en el oído del joven, antes de morder levemente el lóbulo de la oreja del irlandes, quien de inmediato cerró los ojos y soltó un suspiro. Cuando los volvió a abrir, se preguntó como diablos había pasado por alto durante tantos años la sensualidad de Harry.
Mismo día, Australia.
-Es un placer tenerle entre nosotros, joven Malfoy- dijo una joven de alrededor de veinte años. Voluptuosa sin ser exagerada, piel bronceada, fanciones aniñadas e indiscutiblemente bellas. Draco tragó en seco, mientras observaba a la belleza frente a él. Era bien sabido que los Malfoy apreciaban la belleza de ambos sexos, y no había ninguna duda de que esta mujer era hermosa, un poco mayor que él, pero eso significaba que tenía experiencia. Sonrió gatunamente, mientra escoltaba a la mujer a uno de los balcones.
-El placer es todo mío. En verdad es una suerte que conozca a una belleza como usted. Este debe ser mi día-
-Que halagador eres, Draco- dijo mientras batía sus pestañas. Al llegar al balcón, el joven no fue con preliminares, si no que de inmediato comenzó a besarla, se sentía muy bien, mas que bien. Sería interesante divertirse esa noche con ella.
Se detuvieron al escuchar que alguien se acercaba. La joven se enredó en su brazo y empezó a hablar de las maravillas que sería una fusión de ambas familias. No solo a nivel económico, sino político. Draco se quedó frío después de las primeras oraciones. No había duda de lo que esta joven quería, y suficiente conque Pansy, Millicent y muchas otras de las que no sabía ni el nombre, estuvieran detras de él. Que no entendían que lo que el quería era un lío de una noche.
Cuando hubo pasado el tiempo suficiente, el joven se excusó diciendo algo de ayudar a Severus y que luego se contactaría con ella. Definitivamente, su día no había salido como había esperado.
Cuarto Inglaterra, ya se saben el rollo ¿no?
'Mocoso, impertinente, bueno para nada. Coqueteando con todo el mundo. Masa de hormonas andante', esto y mas eran los pensamientos de Lucius Malfoy, quien se dirigía a impartir una de sus clases. Y pobres los que se atravesaran en su camino, desde esa mañana, mas concretamente el intercambio Harry-Finnigan estaba de un humor de mil Voldemorts, acabando de ser derrotado por el niño que vivió. (^-^u se que se oye un poco tonto, pero no quería colocar que tenía un húmor de perros -_-u).
Al llegar al salón, azotó la puerta, a tal punto, que los alumnos creyeron que Snape había regresado. Y al ver el rostro de su profesor, desearon que eso hubiese sucedido.
Si, los Gryffindor y Slytherin de sexto curso extrañaban a su profesor de pociones y se veían incapacitados de recordar la razón por la que habían hecho fiesta cuando este se fue. Gracias a Morgana, era solo una semana. Un regalo para que no se ausentara de nuevo estaría en orden.
Lucius dio las instrucciones para la realizar un afrodisiaco. Mientras se paseaba por todo el salon, en determinado punto, pudo escuchar claramente una conversación que no le gustó para nada.
-¿Crees que deba encerrar a Harry en un salón y darle el afrodisiaco? Eso sería genial. Lastima que si lo hago, Seamus me mata. ¿Has visto como ha tratado de meterse en su cama?-
-Si, aunque no creo que a Harry le importe mucho. No lo ha desalentado- comentó Ginny.
-Es verdad. Que no daría por estar en el lugar de Seam- el joven rubio suspiró, sin darse cuenta de que su profesor estaba a tan solo unos pasos de ellos, su rabia creciendo por momentos.
-100 PUNTOS MENOS PARA GRYFFINDOR- los alumnos de Gryffindor abrieron la boca para contestar, pero al ver el rostro de Malfoy, contraido por la furia, decidieron que no valía la pena. Al fin y al cabo, ellos valoraban sus vidas. Por otro lado, los Slytherin no hicieron comentario, estaban seguros que no serían bien recibidos.
Tercer día, Australia
'Hijo de Lucius tenía que ser. No conoce lo que significa la fidelidad. Va detras de todo lo que camine en dos piernas. Argghh. Mocoso, pero esto no se queda así. Ya verá. Si quiere guerra, pues la tendrá'. Severus se sentó al lado de un joven bastante atractivo, Robert, uno de sus antiguos amantes.
-Robert, es un placer volver a verte- el joven de cabellos castaños se volteó y sonrió ampliamente.
-Lo mismo digo, Severus- contestó mientras se inclinaba hacia Snape. Le plantó un rapido beso en los labios, antes de posar una mano en uno de sus muslos (de Severus) y empezar a moverla en circulos.
Draco que había observado todo el intercambio, no sabía si saltar de alegría, al comprobar que Severus era gay, o gritar furioso, ya que ese extraño estaba tocando a 'su' Severus. Al final la compostura ganó, pidiéndole educadamente a Severus que se corriera un lugar, para el poder sentarse, ya que estaba tratando de evitar a alguien y entre los dos estaría protegido.
Claro que Severus no era estúpido y pudo adivinar el motivo, tras el pedido, pero de esa forma haría sufrir más al joven. No era muy agradable estar entre dos personas coqueteandose. ¡Oh, si! Draco iba a pagar.
TBC
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Besos, cuídense.
Gracias especiales a: Iziel Y. Black, May Potter, Bunny1986, Maggie, Akiko Koori, Bloomy, Sakura Snape, Nabichan Saotome, Startea-Snape
