La noche era tranquila, había una hermosa luna llena y una suave brisa se deslizaba sobre el rostro de Harry. Todo era paz... ¿todo? No, ese sueño volvía a repetirse una y otra vez en su mente, toda su vida pasaba ante él en unos pocos minutos.
Una caricia, que pronto se transformó en un grito de dolor... y ahí estaba él, la persona que acabó con esa tierna caricia, dejándole un pequeño recuerdo en su memoria. De repente el sonido de un niño llorando, llamando a sus padres... sin respuesta. Pero no había acabado, ahí estaba de nuevo ese ser, frente a un espejo, reflejando la nada, y de pronto... el silencio, un largo y triste silencio, interrumpido por el silbido de una serpiente y el sonido de un pequeño ratón que se deslizaba bajo sus pies...y ahí estaba de nuevo, ese ser, intentando volver a matarle, pero esta vez era distinto, gente a la que quería estaba a su alrededor , y, de repente el sonido de un trueno...y allí estaba ella, la figura de una mujer de largos cabellos rubios, manejados por el suave viento, con una larga capa. Algo brillaba encima de ella, una gran bola de fuego, que se acercaba a él más y más...
Harry despertó sobresaltado. ¿Quién podía ser esa persona? Estaba claro que era una bruja, pero su figura no le resultaba familiar... pero tenía la sensación de conocerla...
Harry miró la luna. Todo parecía muy tranquilo, incluso agradable, aun estando en Privet Drive. En ese momento, apareció Hedwig con una carta en su pico.
Gracias Hedwig- dijo Harry mientras acariciaba su lechuza y tomaba la carta. Pronto descubrió la perfecta caligrafía de Hermione.
Estimado Harry:
¿Cómo te va el verano? Espero que al menos sea soportable.
Yo fui a Roma hace unas semanas, y tengo previsto ir la próxima semana a Bulgaria, aceptando la invitación de Víktor Krum. Es muy amable... no entiendo por qué Ron no le soporta.
Sólo estaré allí una semana, de todos modos, así que supongo que volverás a tener noticias mías pronto. De cualquier manera, nos veremos en el Callejón Diagon... bueno, y por supuesto, te enviaré una felicitación por tu cumpleaños.
¿Sabes que la asignatura de Encantamientos va a ser muy interesante este año? Estuve mirando un poco por encima el libro, y hay cantidad de útiles hechizos.
Bueno, me gustaría tener noticias tuyas pronto... precisamente y al ser posible en esta semana, porque si no va a ser más difícil.
Harry, tengo que dejarte, espero que contestes lo antes posible.
Besos,
Hermione.
Harry leyó la carta ilusionado... no cambia, se dijo, pero, pronto comprobaría lo falsas que fueron aquellas palabras en su mente, porque fue a partir de aquel viaje, cuando Hermione cambió totalmente, fue esa carta, en la que se reflejaba toda la inocencia, alegría, entusiasmo e ingenuidad de Hermione Granger por última vez.
Harry prefirió seguir durmiendo, y esperar al día siguiente para contestar a Hermione, y así poder contarle todas sus penas, porque aquella noche era la del cumpleaños de su primo.
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Potter se alejó de sus tíos, mientras ellos andaban observando los distintos animales.
Nunca aprenden- pensó Harry- se meten ellos solitos en la boca del lobo.
Harry miraba de un lado a otro. El gran centro construido en la ciudad era todo un éxito, y en él, a parte de visitar tiendas de todo tipo, cines, restaurantes... también poseía un acuario, zoológico... y estaban en la zona de las serpientes. Potter se detuvo frente a una.
Hablo o no hablo- pensó Harry.- Hablo.- dijo felizmente.
Se acercó al cristal, y dio unos suaves golpecitos para llamar la atención de la serpiente. Se disponía a abrir la boca y hablar en lengua pársel, cuando de pronto la gran mano de tío Vernon se posó en su hombro y le hizo apartarse.
Vamos, no te entretengas.
Para desgracia de Harry, salieron de la sala de serpientes. Dudley comenzó a exigir ir a un restaurante, así que se dirigieron al lugar indicado por Dudley. Mientras su primo se atiborraba de comida, Harry vio algo, que le llegó al alma, y que le hizo alegrarse por todo el día: El rincón de Hogwarts.
Harry se levantó de la mesa, y se dirigió a la tienda, poniendo la simple excusa de que tenía que ir al baño. Se acercó a la tienda, y entró sigilosamente.
Era muy amplia, mucho más de lo que parecía desde fuera, así que supuso que era debido a algún hechizo. Las paredes, estaban pintadas de azul marino, y cubiertas de escudos de las casas.
Bienvenido- dijo una chica morena.- ¿Puedo ayudarte?
A Harry le sorprendió mucho el aspecto de la mujer, por la simple razón de que vestía como una bruja, auténtica y verdadera, con su túnica negra, y su sombrero en punta.
Bueno, solo quería mirar, porque no llevo dinero.- explicó Harry, al recordar que no le quedaba ni una sola moneda.
No hay problema, si quieres primero pasar por Gringotts...- dijo la mujer mostrándole una cortina con unas monedas bordadas en ella.
¿Gringotts?
Sí, eres un mago ¿no? Entonces supongo que querrás pasar por allí antes.
Harry accedió sin poder ocultar su asombro y pasó la cortina. Frente a él apareció un personaje de pequeña estatura que le pidió su llave, y en pocos segundos apareció frente a su cámara, tomando algo de dinero.
Al momento, volvió a cruzar la cortina, y llegó de nuevo a la tienda. La mujer le miró sonriente.
Bueno, por aquí encontrarás regalos generales, bolas de cristal, calderos... Si quieres, puedes ir a cualquier tienda del Callejón Diagon desde esa cortina, o si lo prefieres, puedes entrar a la sala del Quidditch, donde encontrarás todo lo que quieras, escobas, un juego de pelotas, calendarios, banderas de tu equipo preferido... u optar por entrar a la sala dedicada a tu casa, Gryffindorf, Slytherin, Ravenclaw o Hufflepuff... como prefieras. Si me necesitas estaré por aquí.
Harry observó maravillado aquella tienda, y, aunque la idea de entrar a la sala de quidditch era muy tentadora, optó por entrar en la de Gryffindorf. Potter observó la sala de colores anaranjados y rojos, y se dirigió a un estante lleno de cajones. Cada cajón estaba datado con una fecha.
Harry llamó a la vendedora, y ella explicó que allí estaban fotos de todos los alumnos de Hogwarts durante la historia. Así, abrió uno de ellos, y extrajo una carpeta muy grande. Se acercaron a una mesa, y abrió la carpeta cuidadosamente.
La primera foto, era una de todos los inquilinos de Gryffindorf de primer año, cuando él mismo entró en Hogwarts.
Así, fue tomando varias fotos de él, Hermione y Ron especialmente, y otras con sus compañeros... fue entonces cuando cayó en la cuenta... si allí había fotos de todos las épocas... ¡Tendrían de sus padres, Sirius y Lupin!
Potter explicó lo que quería a la vendedora, porque no sabía exactamente el año en que entraron sus padres a Hogwarts... o si se lo habían dicho, no se acordaba. Tras pensar un poco, con cálculos rápidos, consiguieron acertar con la fecha en que ambos padres entraron, y sacó las carpetas.
Harry miró maravillado las fotos. Escogió solo cuatro, una en la que salía James con la copa de quidditch, vestido como buscador, otra de su madre con la insignia de prefecta, una de ambos juntos, en el baile de graduación, y otra de conjunto, en la que aparecían con sus túnicas, Peter, James y Lily junto a Lupin que estaba con una chica morena de pelo largo, con túnica Slytherin, que es lo que más sorprendió a Harry, y junto a ellos, una niña de unos 11 años con coletas, de pelo castaño, que era abrazada por Sirius y esta intentaba separarse mientras se reía.
Sirius era un corruptor de menores- dijo Harry en voz alta para reírse de él.
¿Sirius?- dijo la mujer que no entendía.
Nada, nada... también me llevo esto y esto... ¿Cuánto es?
Un galeón y siete knuts.
Tome... gracias.- dijo mientras salía rápidamente de la tienda antes de que sus tíos sospecharan algo.
Para desgracia de Harry, sus tíos le estaban buscando, y le cayó una buena bronca cuando le encontraron. Sin embargo, nada podía estropear el hecho de que había estado en una tienda de magos, había estado momentáneamente en Gringotts, que había tenido un leve contacto con Hogwarts, y por supuesto, que había adquirido una mercancía de fotos de su familia y amigos considerable.
Harry entró en su cuarto muy contento, e inmediatamente sacó una pluma y un trozo de pergamino, y escribió a Hermione, mandándole una foto de recuerdo, como regalo.
Hola Hermione:
Por aquí me va estupendamente... te envidio por poder ir a Roma, y a Bulgaria... me conformo con que me dejen más o menos tranquilo... No creerás lo que me ha pasado hoy.
Verás, hoy era el cumpleaños de mi primo... ya sabes... en fin, creí que iba a ser bastante aburrido, pero todo lo contrario¡han abierto una tienda a través de la cual se puede acceder a Gringotts, y al Callejón Diagon!. Compré algunas cosillas, entre ellas fotos tanto de nosotros (te envío una como regalo), y de mis padres... bueno, y de Sirius y Lupin... espero poder ir otra vez, aunque lo dudo.
Espero que te lo pases muy bien en Bulgaria. Aún no tengo los libros de este año, pero supongo que el de encantamientos debe estar bien.
Bueno, hasta pronto,
Harry.
Había anochecido hacía ya varias horas, todo estaba en calma, menos el sueño de Harry... de nuevo ese sueño... pero no se detuvo al llegar a la bola de fuego... su visión cambiaba por momentos. Estaba andando por una especie de sala, y justo en frente suyo una imagen de una gran estatua, borrosa, y de pronto, aparecía un pergamino frente a él.
"Cuando la lágrima de la sirena haya caído
y el cuerno de plata se quiebre en dos
Cuando su bífida lengua no pueda emitir ningún sonido
y el gran búho vuele hacia el sol.
Cuatro en unoUno en dos"
Un objeto estaba frente a él... algo de poca largura, acercó la mano, y de pronto un gran estruendo hizo que despertara. Se encontró levantado, con la varita en la mano, junto a la mesilla, y la foto de sus padres y demás, en el suelo, con el cristal roto por el golpe. Harry estaba muy confundido. Se acercó a su mesilla, al ver que todo el bote de tinta estaba derramado por el suelo, y la pluma sobre un trozo de papel. Leyó la última frase "... Uno en dos"
Tío Vernon apareció furioso tras la puerta. Observó todo el desastre, cristales por el suelo, tinta derramada, y a Harry con la varita en la mano.
Brujería¡¡ESTABAS PRACTICANDO BRUJERÍA!- vociferó con fuerza.
No es cierto- dijo Harry reprochando a Vernon.
¡EMBUSTERO!
NO LO SOY- gritó Harry.
SÍ, LO ERES, IGUAL QUE TUS PADRES...
Vernon vio como sus pies se elevaban del suelo, tembloroso, miró a su sobrino. La varita permanecía bajada, sin usar, pero el muchacho le miraba con odio, con rabia, y esa ira es la que hacía que Vernon se elevase un metro y medio como poco del suelo.
En ese momento apareció su tía Petunia, que había acudido al escuchar el jaleo. Lanzó un grito de horror al ver que su esposo flotaba en el aire, lo que hizo que Harry apartase su vista de su tío, provocando la caída de Vernon al suelo, con un estrepitoso golpe.
Su tío se levantó como pudo, y se acercó a Harry muy furioso:
-¡VETE DE MI CASA¡INSENSATO¡NO VUELVAS A PONER UN SOLO PIE EN ESTA CASA,ME OYES¡¡EN TU VIDA!
Petunia miró entre una cara de sorpresa y otra de satisfacción. Por su parte, Harry, se había quedado pasmado. Por una parte estaba contento, por fin le habían dado la oportunidad de irse, de olvidarles, aunque por otra...en sus manos tenía la decisión: irse, y olvidarles para siempre, o quedarse y tener un hogar.
De acuerdo, mañana cogeré mis cosas y me marcharé para siempre, no tendréis que volver a preocupar os de mí, pero ahora- levantó la varita- salid de mi cuarto, o usaré una maldición contra vosotros, aunque me juegue la estancia en Hogwarts.
De acuerdo- dijo Vernon con miedo tras pensarlo unos instantes- tienes de plazo hasta mañana por la noche. Ahora es hora de dormir, son las 2:00 de la madrugada, y mañana debo ir a trabajar. Todos a la cama.- concluyó esbozando una sonrisa a pesar del temor.
La cabeza de Harry comenzó a pensar en los posibles lugares donde podía ir. Primero pensó en Sirius, su padrino, pero pensó que no sería bueno, teniendo como tenía a un ejercito de dementores tras él. Después pensó en Hermione, pero la idea de tener que aprenderse todos los libros del próximo curso de memoria no le agradaba, y además debía estar en Bulgaria... Entonces le vino a la mente la Madriguera... ¡claro¿Cómo no se le había ocurrido antes pensar en los Weasley?.
Cogió pluma y un trozo de pergamino y comenzó a escribir a Ron con mucha rapidez:
Hola Ron:
Necesito una respuesta lo más rápida posible, y por eso seré breve. Mis tíos me han echado de casa... los detalles ya te los explicaré. He pensado si podría ir a tu casa hasta que encuentre un sitio donde vivir de ahora en adelante... por favor, contéstame rápido.
Harry.
- Vale, ya está.- cogió el pergamino y lo ató en la pata de Hedwig- llévasela a Ron lo más rápido que puedas por favor.- La lechuza le picoteó la mano con dulzura, y salió volando por la ventana. Harry comenzó a recoger todas sus cosas, las metió en el baúl y se acostó.
Harry tardó tiempo en dormirse, y aunque parecía totalmente ilógico, de nuevo volvió a soñar lo mismo, pero esta vez con cambios... no apareció la estatua ni el pergamino, pero si la chica que pronunciaba algo... Harry pareció escuchar... y logró escuchar:
- " Lívering sáider lídering som
dárling soguéder an dy for de zom"
De repente un rayo de luz lo cegó totalmente, y despertó.
¿Qué significa esto?- se preguntó Harry mientras sus dedos recorrían la forma del rayo de su frente, que desprendía una luz azul.
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¡ Click, click, click !- se oyó en la ventana.
Ron despertó, y miró su reloj: las 5:00 de la mañana.
¿Quién llama a estas horas?- dijo mientras se desperezaba. Miró a la ventana, ahí estaba Hedwig, golpeando con su pico el cristal.- ¿Hedwig¿Qué haces aquí a estas horas?- La lechuza entró. Ron desató la carta de su pata, y la empezó a leer. -¿CÓMO¿¿¿LE HAN ECHADO DE CASA¡¡¡¡SERÁN IDIOTAS!.
Rápidamente se puso una capa, y fue a la habitación de los gemelos.
Chicos - dijo en voz baja- despertar, Harry está en apuros, tenemos que ir a buscarle ahora mismo.
¿Qué dices?- dijo Fred mientras asimilaba muy lentamente la información- Tenemos que irnos ya. Rápido.- dijo reaccionando.
Los gemelos se levantaron, se pusieron sus capas, y salieron de la Madriguera.
Bueno, creo que nos tendremos que jugar una buena bronca de mamá ¿no?- dijo Ron- después de todo, tendremos que coger el nuevo coche volador.
Los gemelos empezaron a reír de una forma, que, en verdad, daba miedo.
¿Qué crees Ron¿Que mientras tú pierdes el tiempo practicando quidditch, nosotros no hacemos nada?- dijo George
No hermanito, nosotros hemos creado el invento que revolucionará la vida de todos aquellos que no saben aparecerse... ¡los cohetes ultrasónicos de tamaño miniatura! (sólo disponibles en tiendas Weasley's )- dijo Fred, mostrando dos pequeñas bolitas de acero.
¿Qué es eso?- preguntó Ron observando las bolitas extrañado.
Son dos pequeños cohetes que, enganchados a la parte trasera de un vehículo, lo hacen viajar a la velocidad del sonido.- dijo George, mientras enganchaba las bolitas de acero al parachoques trasero del coche.
Subieron al vehículo, y Fred sacó un pequeño mando, mientras se sentaba en el asiento del conductor.
Abróchense los cinturones, el viaje puede ser peligroso- dijo ansioso de empezar.
¿Habéis probado esto alguna vez?- dijo Ron asustado.
No- le confesó George- alguna vez tendríamos que hacerlo ¿no? Pues este es el momento.
Ron se puso pálido, y se abrochó el cinto rápidamente. Fred dio a un botón del mando, y de éste, salió una palanca. La pulsó hacia delante, y el coche salió a una velocidad increíble.
JAJAJA, QUÉ DIVERTIDO, JAJAJA- reía sin parar Fred, que parecía haberse vuelto totalmente loco.
En 5 minutos habían llegado a la ventana de Harry.
Harry- dijo Ron mientras daba golpecitos a la ventana. Éste se levantó rápidamente.- Vamos, date prisa a salir, o mi madre nos matará.
De acuerdo, ya casi estoy listo- dijo sonriendo mientras se ponía la capa por encima.
Entró en el coche, saludando a todos.
- Yo que tú, me abrocharía el cinturón- dijo Ron en continua tensión.
¿Por qué?- dijo Harry.
Ya había viajado con ellos una vez, y no recordaba que fueran demasiado rápido... de repente Fred volvió a dar a la palanca, y salieron disparados.
¡Guau!- Dijo Harry cuando llegaron... no se le ocurrió nada más inteligente que pronunciar en ese momento.
Todo arreglado¿veis, hemos rescatado a Harry de las garras del demonio, hemos probado el invento, y hemos llegado lo suficientemente temprano para que mamá no nos pille- dijo Fred mientras quitaba las bolas del coche.
Los demás le miraban, y miraban a su madre, que estaba justo detrás de él.
Frederic Weasley- dijo su madre con cara de enfado- ¿puede repetir lo que ha dicho?
Eh... hola mamá- dijo tembloroso.
¿ES QUE NO APRENDEIS NUNCA¿SE PUEDE SABER DÓNDE DEMONIOS HABEÍS IDO A ESTAS HORAS?
Señora Weasley... - intervino Harry
Harry, cariño- dijo la mujer, cambiando su tono de voz a uno de lo más diferente. - ¿Cómo te encuentras?
Muy bien, gracias. Pero es que la culpa ha sido mía porque resulta que...
Tranquilo cariño, no tienes que dar explicaciones, pasa y ves a acostarte al dormitorio de invitados. Todavía es muy temprano. En cuanto a vosotros – dijo dirigiéndose a George y Fred – hablaremos más tarde.
Ron subió a la habitación seguido por Harry.
Éste es tu cuarto. Mañana hablaremos más tranquilamente. ¿Estás bien no?- preguntó Ron mientras le mostraba una puerta.
Sí, estoy muy bien gracias... bueno, y también por dejar quedarme- contestó Harry- hasta mañana.
Harry entró a su habitación, jamás la había visto. ¿Cuándo la habrían hecho? Por supuesto, habría sido decorada por su madre, porque no había ni una sola mención a algún equipo de quidditch a diferencia del cuarto de Ron.
Hola Harry- dijo una voz detrás de él. Harry se dio la vuelta y se quedó pasmado... ¿ OLIVER WOOD ?
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NOTAS DE LA AUTORA: Bueno, este es mi primer fan fic, y mi primer capítulo, así que no seáis muy crueles conmigo. Ante todo, quiero aclarar algo. El fic, se desarrolla después del cuarto libro... Harry y los demás tienen 15 años, a pasado todo lo del torneo de magos, Víctor Krum... aunque hay cosas que he decidido pasar por alto, como si nunca hubiesen estado escritas, como cuando habla de la Orden del fénix, la busqueda de los gigantes, de la misteriosa Figg... bueno, pues todo eso he decidido saltármelo, porque sí... bueno, y porque no me acordaba muy bien, todo hay que decirlo U
El fic, como podréis ver más adelante, trata sobre todo entre el dilema Amor o amistad, y bueno, eso de Cuando la lágrima de la sirena haya caído, bla,bla, bla... será un punto esencial para entender un poco la historia... no lo olvidéis!
Bueno, y ahora, hablando del capítulo en sí... lo siento mucho para los fans de los Dursley, pero solo aparecerán una vez más en toda la historia... sinceramente, siempre he creído que lo peor de los libros de Harry Potter es el principio (en mi opinión, por favor que nadie me mate)... así que esto se soluciona con una visitita a la Madriguera . Oliver Wood... bien, yo era una gran fan de Oliver Wood, y por eso tendrá un papel protagonista en la historia... en algunos capítulos más que el propio Harry... a decir verdad, Harry queda un poco apartado de la trama... aunque su papel en la historia es fundamental!
Intenté que la historia estuviese intrigante desde el principio... espero que con el dichoso sueño, la carta de Hermione, y la aparición de Wood en la Madriguera pongan un poco de intriga al asunto...
Como dije en el prólogo, cualquier comentario o duda, no dudéis en consultarme.
Por cierto,ahora, cuando leo el quinto libro (La Orden del Fénix), y veo similitudes, me hace mucha gracia... pero saber que esto está escrito mucho antes.
