El día había pasado rápidamente. Las clases se habían hecho muy cortas, y parecía que Hermione intentaba reconciliarse con Harry y Ron, y puesto que éste no tenía demasiadas ganas de pelear, evitaba hablar con Hermione.
De pronto, un grupo muy numeroso de lechuzas entró en el salón, depositando numerosas cartas a sus respectivos dueños. De pronto, (esta vez no entra un dragón ), un halcón atravesó el pasillo, y depositó un pergamino en las manos de Dumbledore. Éste, comenzó a leerlo, y lo cerró con el rostro muy serio.
Profesora McGonagall- dijo Albus
Dime Albus¿qué sucede?
Voy a tener que ausentarme durante unos días, ha habido un ataque de quien tú ya sabes.
McGonagall miró con gesto preocupado a Dumbledore.
¿Qué pasará si ataca mientras no estás?
No lo creo, ten lee la carta, dicen que una hydegrut le lanzó el hechizo subanem, y eso debería dejarle sin poderes durante unos días.
Entiendo- dijo McGonagall- puedes ir tranquilo.
Dumbledore salió del gran comedor. McGonagall volvió a desenrollar el pergamino para leerlo más detenidamente, pero el halcón voló desde la mesa de Ravenclaw hasta ella, y logró arrebatarle la carta.
Llegaron las seis. Un grupo de alumnos de todas las edades aparecieron en el campo de quidditch.
Las pruebas consistirán en lo siguiente- dijo Katie- una de nuestras cazadoras, Alicia, os lanzará diez tiros, quien consiga parar mayor número de lanzamientos, será seleccionado.
Los participantes comenzaron a parar lanzamientos, aunque el nivel que tenían era muy bajo.
Ánimo Ron, lo tienes facilísimo, todos los demás son pésimos- dijo Harry- no tendrás problemas.
Era el turno de Ron, Alicia lanzó los diez tiros, de los cuales, Ron paró siete.
El puesto es casi tuyo Ron- dijo Fred- solo faltan dos más, y serás jugador de quidditch.
Ron sonreía, no lo había hecho tan mal como pensaba.
Y por último, Kara... Wood- dijo muy lentamente Angeline.
Los demás se quedaron pasmados. ¿Wood?
La chica de primer año y de pelo castaño, parte de él recogido en dos coletas, y el resto suelto, montó rápidamente en la escoba, y esperó que Alicia comenzara.
Diez- dijo sin acabar de creérselo Alicia- ha parado los diez lanzamientos.
Se quedaron sin habla, especialmente Ron, había perdido la oportunidad de su vida, su sueño había estado tan cerca de verse cumplido... y deshecho en tan pocos segundos.
Harry se dio la vuelta para ver a su amigo, pero éste ya no estaba.
Bienvenida al equipo- dijo Alicia muy impresionada aún.
Gracias.- contestó Kara.
Por cierto¿dónde has aprendido a jugar así?- preguntó Angeline
Mi padre estuvo enseñando a mi primo, y atendí a sus explicaciones, así que no me ha costado nada ponerlo en práctica.
¿Acaso tu primo es Oliver Wood?- preguntó Katie
Sí, he decidido sustituirle como guardián y capitán.
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Tu padre se dirige en estos momentos hacia aquí, tardará aún unas horas- dijo Cátalyn
Electra asintió. Había estado a punto de morir a manos de Voldemort, pero eso no es lo que más le fastidiaba... la había vencido con tanta facilidad... a ella, la hydegrut de la casa del trueno, la alumna más experta en defensa contra las artes oscuras... y no le había hecho ni si quiera un rasguño. Y ahí estaba ella, en la enfermería, con heridas por todo su cuerpo.
Electra- dijo con rostro preocupado la directora que estaba junto a su cama- hay algo que no me has contado ¿no es cierto?
Electra la miró detenidamente.
¿A qué se refiere?
No es momento de bromas, sabes perfectamente a lo que me refiero.
Lo siento pero no¿de qué se trata?
Voldemort vino en persona, sólo, lo cual es extraño, y para colmo, ni tu ni Flibby pedís ayuda a los fantasmas de la puerta de la casa del fuego... ¿a qué viene esa actitud?
Todo fue demasiado rápido- dijo Electra indiferente.
Mientes.- dijo Cátalyn seriamente.
Me gustaría descansar profesora, así, que si no le importa...
La directora salió enfadada de la enfermería. Electra sonrió con satisfacción... Era una gran ventaja ser la enferma.
Las horas pasaron, y Dumbledore, llegó por fin a Saberhaguen.
Bienvenido Albus- dijo Cátalyn
Buenas tardes¿qué tal estás?- dijo Dumbledore amablemente.
Afortunadamente bien, gracias. Ven, te llevaré junto a Electra.
Dumbledore asintió, y siguió por los pasillos del castillo a la directora, hasta llegar a la puerta de entrada a la enfermería.
Vaya, vaya...- dijo Albus deteniéndose al ver a Wood, que se había quedado pasmado al verle... ¿qué estaba haciendo su antiguo director allí?
Buenas tardes profesor Dumbledore- saludó Wood.
Señor Oliver Wood¿qué tal se encuentra?
Bien, gracias.
Ya me han comunicado que ayer salvó a mi hija... le estoy muy agradecido- dijo Albus sonriente.
¿Hija?- dijo sorprendido. Flibby le miró extrañada.
También a ti Flibby.
No hay de qué.
Profesor, podemos entrar.- dijo Cátalyn
Albus se despidió de ellos, y entró a la sala de la enfermería.
¿HIJA? - gritó Wood a Flibby.- ¿ELECTRA ES HIJA DE ALBUS DUMBLEDORE?
Por supuesto¿no lo sabías? Se llama Lydia Dumbledore... ¿por qué crees que la adelantaron cuatro cursos? Cuando estaba en segundo, ya sabía más que tú en estos momentos, lo que pasa es que necesitaba un poco de práctica...
Y si es la hija de Dumbledore¿por qué no fue a Hogwarts?
Piensa un poco: la hija del director saca las mejores notas del colegio... ¿qué pensarías?.- dijo seriamente Flibby
¿Enchufe?- dijo Wood.
Exacto, y no por sus habilidades. Por eso fue a Beauxbatons.
Dejaron de hablar, miraban a la puerta, y esperaban a que terminaran Albus y Cátalyn, para poder entrar y hablar con Electra.
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Albus entró a la habitación. Electra abrió los ojos lentamente, y observó la figura de aquel hombre durante unos minutos. Cátalyn salió de la habitación para dejar que hablaran.
Hola papá- dijo Electra suavemente.
Hola Lid- contestó éste- ¿Cómo te encuentras?
Mejor, aunque la pierna me duele todavía...
Tienes suerte de seguir viva, si Wood y Flibby no hubiesen actuado, tú...
Ya sé lo que me habría pasado- interrumpió Electra.
Albus sonrió levemente, pero su rostro se volvió más serio.
Cuéntame lo que ocurrió detalladamente.
Electra respiró profundamente, y comenzó a hablar.
Comenzó a las diez de la noche, cuando estábamos en el comedor cenando. Acuarda entró en él a rastras, y con el brazo roto, diciendo que había sido atacada por un mortifago. Acto seguido, una fuerte explosión en el pasillo hizo que varios alumnos fueran heridos. Como es habitual, los hydegrut de cada casa teletransportamos a los demás alumnos a su casa correspondiente, y permanecimos en la puerta vigilando.
Mientras estaba en la puerta vigilando, el mortifago apareció de nuevo para enfrentarse a mí, pero con la ayuda de los cuatro espíritus de la puerta, hicimos que saliera del castillo. Tras una hora de guardia en la puerta, Cátalyn nos obligó a realizar una ronda de vigilancia por todo el castillo, pero cuando la habíamos terminado, y pensábamos que el mortifago había huido, sentí la llamada de Flibby en mi mente, pidiendo auxilio... por eso, me aparecí en su puerta, y comprobé que necesitaba ayuda... pero... - Electra se detuvo unos instantes.
Sí, ya sé lo que ocurrió después- asintió Dumbledore- pero, hay algo que falla... ¿por qué los espíritus de la casa del fuego no aparecieron para ayudarla?
Electra dio media vuelta en la cama, y no contestó. Dumbledore miró a su hija, y permaneció callado. Sabía que ella sabía la verdad, el por qué aquella reacción de ambas... pero no insistió más, veía claramente que Electra sufría con aquellas preguntas que sabía contestar, pero no podía hacerlo.
¿Qué te parece Wood?- dijo Albus con cara sonriente para cambiar de conversación. Electra giró de nuevo, y miró a su padre muy colorada.
¿QUÉ?
Sí, es un buen chico: estudioso, deportista, amable, simpático, y... ¿debería decir: guapo?
Pe... pe... ¡PERO QUÉ DICES!- gritó Electra más colorada que nunca.
Sí, sí, tenéis muchas cosas en común: ambos sois hydegruts, los dos habéis sido jugadores y capitanes de vuestros equipos de quidditch...
¡YA BASTA!- gritó Electra, que no podía seguir escuchando a su padre, porque sino, acabaría por convertirse en un tomate con piernas y brazos.
Es cierto lo que decía Flibby, que era muy divertido meterse con tus asuntos amorosos- dijo Albus riendo.
Electra cogió su almohada y se la tiró a su padre, con una cara de asesina, que habría espantado a cualquiera. Dumbledore, se levantó, sacó su varita, y transformó un jarrón en una almohada.
¡GUERRA!- gritó como un niño pequeño.
Ambos se empezaron a golpear con ellas, y un montón de plumas cubrieron el suelo de la habitación. Una puerta se abrió, y Lirio apareció, viendo aquel desorden. Albus giró su varita y todas las plumas desaparecieron. Lirio sonrió al verles jugar como niños, y salió de allí, criticando un poco a Albus... "a su edad y con estos juegos".
Bien, creo que debo salir, antes de que me echen a patadas.- dijo Albus divertido.
Está bien... ¿cuánto tiempo permanecerás aquí?
Solo dos días más, no puedo dejar a Hogwarts sin director.
De acuerdo.
Dumbledore besó en la frente a Electra, y salió de la habitación.
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Perdona, pero... ¿qué has dicho?- dijo Angeline que no acababa de creerse lo que aquella niña había dicho.
Creo que ya me has oído, no tengo por qué repetírtelo.- dijo Kara
Entonces no creas que vas a ser la capitana de este equipo- dijo Fred malhumorado
¿Acaso habéis elegido ya a uno?- preguntó Kara maliciosamente. Ninguno contestó.- Me lo imaginaba... por cierto Harry, nos vemos en los entrenamientos de la selección de Hogwarts.- dio media vuelta y desapareció.
Todos se quedaron sin habla¡Qué cara tiene esta chica, la última que viene y quiere ser la capitana... ¡eso ni hablar¡todos menos ella!- pensaban todos.
Harry era el más sorprendido... ¿en la selección¿cómo era posible que sin haber entrado a Hogwarts, ya fuese de la selección? Era otro misterio que tenía que resolver... ¿qué pasaba este año en Hogwarts? Todo parecía un enigma, y lo peor de todo, es que aún no había logrado resolver ninguno.
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Hermione pasó la tarde en la biblioteca, buscando información sobre aquel tipo de fénix del que la señora Pomfrey le había hablado, pero no aparecían en ningún sitio... era como si no existiesen, como si nunca hubiesen existido... nada, pero Ginny seguía en coma, en aquella triste habitación, sola, entre la vida y la muerte, sin nadie que la ayudara a no caer en aquel profundo sueño eterno... no, no podía dejarla... ¡por fin¡allí estaban!.
Draconis Fenxus- comenzó a leer Hermione- cruce entre un dragón y un fénix. Esta especie está prácticamente extinguida, aunque quedan algunos ejemplares en la zona del oeste de Europa. Solo se ha conseguido llegar a capturar un ejemplar de esta especie, ya que la fuerza ejercida por estas criaturas mágicas es superior a cualquier otra. El ejemplar capturado, pertenece actualmente a Albus Dumbledore, miembro de la Orden de Merlín...
¡Un momento!- reaccionó Hermione- ¡DUMBLEDORE TIENE EL EJEMPLAR QUE NECESITAMOS!- gritó.
Shhhhhhh- Pince exigió silencio con un rostro más severo del que solía tener.
Hermione salió de la biblioteca corriendo, hasta llegar a la sala de profesores.
Buenas tardes profesora McGonagall¿puedo hablar con usted un momento?- dijo Hermione entrando a la sala, bajo la mirada atenta de Snape.
¿Qué es lo que quiere?- dijo McGonagall, mientras salía de allí.
Verá, necesito hablar urgentemente con el profesor Dumbledore.
Lo siento, pero ahora no se encuentra aquí, recibió una carta urgente del colegio Saberhaguen, y ha tenido que ir allí.
¿Sabe cuando llegará?
Dentro de dos días, hasta entonces, yo estoy al mando.
Gracias profesora.
Hermione cruzó el pasillo hasta la enfermería.
Aguanta un poco más, pronto te recuperarás.- dijo a Ginny, que seguía en la cama.
Eso espero- dijo una voz tras ella. Hermione se dio la vuelta...
¿Percy?
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Y que Albus¿ya tenéis selección en Hogwarts?- dijo Cátalyn.
Por supuesto, los mejores del colegio... es una lástima que Wood ya no esté en Hogwarts, habría sido un gran capitán.- contestó Dumbledore.
Pues siento desilusionarte, pero este año volveremos a ganar el torneo.
¿Quién formará el equipo?- preguntó curiosamente Albus.
Lo capitaneará Lydia, como buscadora, Wood será el guardián, Johana y Philip de golpeadores, que mejor que dos hermanos de la casa del viento para combatir a los bludgers- apuntó Cátalyn mirando a Albus.
Estoy de acuerdo con eso- dijo éste recordando a los gemelos Weasley.
Y como cazadores, estarán Patrice, Susan y Tracy, cada uno de una casa diferente.- terminó Cátalyn.
Si no me equivoco, has usado a tres de la casa del viento, y uno del trueno.- dijo Albus recordando los nombres.
Sí, un equipo muy difícil de vencer ¿no crees?
Ya lo creo.
Solo con Lydia podríamos ganar, pero hay que estar prevenidos, nunca se sabe si un dementor aparecerá por allí.
Puedo asegurar que no en Hogwarts.- remarcó Albus.
¿Y qué me dices de tu equipo? Aún no has dicho nada de él.
La guardiana será Kara Wood.
¿Wood?- dijo sorprendida Cátalyn- Así que otro Wood. ¿Eh?
Sí- sonrió Albus- de buscador Harry Potter, de golpeadores Fred y George Weasley, y de cazadores Marcus Flint, Adrian Pucey y Montague.
Slytherin y Gryffindorf ¿eh, no usas demasiada variedad de jugadores... será un duelo de titanes, especialmente por los dos Wood, y tu hija contra Potter... Estoy impaciente por ver el resultado.
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¿Qué tal te encuentras?- preguntó Flibby.
Bien, estoy genial, sin embargo Lirio no me deja salir de aquí.- se quejó Electra.
Sí, ya nos ha dicho que te tiene que tener en observación durante unos días.- continuó Wood.
Lo sé, y necesito entrenar con la selección, no puedo permanecer aquí durante más tiempo, o Hogwarts nos machacará.
Nos machacará de todos modos si no te recuperas.- dijo Wood recordando a Harry.
Lo sé, pero estoy bien, y aun así, Cátalyn ha bloqueado mis poderes, y no puedo ni siquiera aparecerme en la casa del trueno para coger mi diario.- dijo fastidiada.
¿En serio te preocupas por tu diario?- dijo Flibby sin acabar de creérselo.
Pues sí, tengo que apuntar todo lo que me ha pasado, antes de que a alguien se le ocurra borrarme la memoria.
¿Por qué crees que te tendrían que borrar la memoria?- preguntó Wood.
¿Ventisca aún no te ha enseñado tus deberes como hydegrut? Cuando alguien, sea quien sea, mira directamente al escudo de una casa que no es la suya, comienza a ver alucinaciones, vampiros, lobos, monstruos de dos cabezas...de todo, por eso, les borran la memoria, para que su mente no sufra daños irreparables.- dijo Electra.- por eso necesito mi diario, para apuntar lo que no debo olvidar.
Si quieres yo puedo traerlo- dijo Wood.
No, no puedes entrar en la casa del trueno.- dijo Electra.
Si que puede- dijo Flibby- si consiguió entrar en la casa del fuego¿por qué no en la del trueno? Además, cuando llegue aquí, borraremos la visión del escudo del trueno.
Electra miró a Wood y asintió.
Toma- dijo entregándole un colgante en forma de trueno- esto te ayudará a bloquear todas las trampas existentes en el camino. Encuentra el ordenador, y frente a la chimenea, escribe con letras mayúsculas, del tamaño número veinte, monegrillo.
Menuda palabra más extraña- dijo Wood recordándola.
Se debe al quidditch- se limitó a decir Electra.
Buena suerte- dijo Flibby. Electra asintió.
Unos tornados aparecieron, y Huragano desapareció.
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Wood abrió los ojos, y se encontró frente a la puerta de la casa del trueno. Tenía un gran problema¿cómo atravesaba la puerta? La observó detenidamente, pero nada. De pronto, oyó unos pasos detrás suyo, y fue a esconderse detrás de unas cortinas. Una muchacha rubia llegó ante la puerta y dijo sniquablud, y un escudo con un tigre grabado apareció. La chica se sacó un anillo que llevaba, y lo colocó en el ojo del tigre. Inmediatamente la puerta se abrió, y la chica desapareció tras ella.
Wood se acercó a la puerta, hasta colocarse frente a ella. Entonces, recordó la palabra que aquella chica había dicho, sniquablud... ¿qué significaba aquella palabra? De repente le vinieron a la mente las palabras de Electra: Se debe al quidditch ... ¡claro¿cómo no se le había ocurrido antes? SNIch, QUAffle, BLUDgers. Pensó de nuevo la palabra que debía escribir ante aquel ordenador: monegrillo eso no cuadraba con nada sobre quidditch.
Wood pronunció aquella palabra ante la puerta, y el escudo volvió a aparecer. Rápidamente sacó el colgante, y éste, como un imán, fue a colocarse en el colmillo de aquel tigre, y la imagen se convirtió en un fénix, que voló hasta el hombro de Wood. Con su pico, le cogió de la capa, comenzó a elevarlo por encima de la puerta, y desapareció.
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¿Crees de veras que logrará pasar ante el tigre?- preguntó Electra.
Eso creo, inconscientemente logró pasar ante el dragón de mi casa, y anular todas las trampas sin ningún tipo de objeto mágico- dijo Flibby- un tigre no será problema para él.
Electra la miró dudosa, no era tan fácil anularle, no sin una palabra que debía adivinar él solo. Adivinar aquel jeroglífico no era tan sencillo, y menos aún, con un tigre intentando devorarle.
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Tranquilo gatito- dijo Wood aterrorizado, mientras corría por toda la habitación, con un tigre blanco pisándole los talones, intentando devorarle allí mismo- desde luego- pensó Wood- Electra podría haberme avisado de esto... y tú podrías ayudar- grito dirigiéndose al fénix, que estaba sobre una cristalera, con las alas plegadas.
Siguió corriendo, hasta que el fénix extendió las alas. De repente, tres filas de estanterías aparecieron a derecha e izquierda de la habitación.
Eso no me sirve de nada- dijo Wood mientras sacaba la varita.- Locomotor mortis- gritó apuntando al tigre. El hechizo surtió efecto, y las patas del tigre quedaron pegadas, dejando a Wood libre para pensar.- Reducio- volvió a decir, haciendo que el tigre encogiera hasta convertirse en un hermoso gatito a rayas.- Mucho mejor, y ahora¿cómo encuentro el ordenador y la chimenea?- dijo Wood al fénix, que seguía con las alas extendidas.
Miró la cristalera iluminada gracias a la luz que las alas del fénix desprendían y se dio cuenta de que era de nuevo el escudo de la casa del trueno. Algo que no era nada bueno, puesto que mirarlo una y otra vez, acabaría haciéndole ver ilusiones mucho antes de lo habitual.
Pero el escudo era diferente a otras veces, en él había un tigre grabado, y a cada lado, tres rectángulos dibujados, y debajo del tigre, una especie de pergamino, en el que estaba escrito The house of the Thunder DCLXXIV.
Examinó detenidamente la cristalera, y comprobó que la cola en forma de rayo del tigre, apuntaba hacia el espacio que había entre los rectángulos número dos y tres. Instintivamente, se dirigió hacia esas estanterías situadas en el mismo lugar que la vidriera, que contenían numerosos libros con un número cada uno. Volvió a la cristalera, parecía que ya tenía sentido aquellos dibujos. Leyó de nuevo el pergamino: DCLXXIV
Seiscientos... setenta y cuatro.- dijo en voz alta, repitiéndolo varias veces para que no se le olvidara. Examinó los números de los libros- Quinientos... seiscientos... seiscientos setenta y... cuatro- dijo encontrando por fin el libro que quería. Sacó el libro, y se situó frente a la estantería y el fénix, que había plegado de nuevo sus alas.
Las tapas del libro estaban vacías. De repente el fénix extendió las alas y las volvió a cerrar, así continuamente.
¿Solo sabes hacer eso?- dijo Wood enfadado. De pronto se fijo en algo. Las tapas del libro eran color fuego, igual que las alas del fénix... ¿y si el fénix le estaba diciendo que abriese el libro? Aunque no sabía por qué, lo abrió, y encontró un pequeño teclado de ordenador.- El ordenador, así que éste es el ordenador. Solo me falta encontrar la chimenea...- miró a su alrededor, pero no encontró ninguna chimenea.
Miró al fénix, que había echado a volar, y giraba en forma de círculos sobre él.
Deja ya de hacer eso...- gritó Wood. Entonces se quedó pensativo. Si antes el fénix le había ayudado a ver el escudo con su luz, tal vez ahora le estaba indicando...- miró al suelo. La baldosa tenía inscrita una V. - ¿el cinco?- dijo mirando de reojo al fénix.
Se dirigió a la primera estantería, y buscó el libro que contenía el número cinco. Lo encontró rápidamente, y no lo abrió hasta estar delante de la vidriera. El fénix se había vuelto a posar encima de la vidriera, y volvía a extender y plegar sus alas.
Ya sé que tengo que abrirlo.- le gritó Wood- desde luego, a cualquiera que le digas, que estoy hablando con un pájaro, va a creerse que estoy loco.- Wood abrió el libro, pasó una y otra hoja, pero nada, no había nada escrito en él...- espera un momento, tal vez... Aprecium- inmediatamente unas enormes letras de color oro aparecieron en el libro.- tinta invisible, como no... QUIDDITCH- leyó en voz alta.
En ese momento, el fénix lanzó un ruido tremendo, y una chimenea apareció frente a Wood.
Entonces, abrió el primer libro, y escribió la palabra en el ordenador:
MONEGRILLO
La chimenea comenzó a producir unas llamas más elevadas. Wood retrocedió unos pasos, pero el fénix, fue hacia la chimenea, se introdujo en las llamas, y se posó en el hombro de Wood con un libro negro entre su pico... de hecho no le parecía que aquella fuese la primera vez que lo había visto...
Wood sonrió, lo había conseguido.
Bueno, ya puedes darme el diario- dijo Wood intentando quitarle del pico el diario. Sus esfuerzos fueron en vano, y por mucho que lo intentó, no consiguió arrebatárselo.- de acuerdo, entonces te vendrás conmigo.
Los tornados aparecieron, y salieron de allí. Llegaron a la enfermería. El fénix fue a posarse junto a Electra.
Vaya Wood- dijo Flibby- veo que lo has conseguido.
Sí, fue difícil, pero lo conseguí.- dijo orgulloso de sí mismo.
Veo que a Quidditch le has caído bien- dijo Electra sonriendo.
¿Quidditch?- preguntó Wood sorprendido- ¿se llama Quidditch?
Sí, me apasiona el quidditch, y por eso le llamé así.- dijo Electra.
¿Es tuyo?- preguntó Wood
Fue un regalo- dijo Electra asintiendo.
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NOTAS DE AUTORA: Bien... aparece Quidditch! Que majo... se lo robaré a Electra...jejeje Por cierto, se me olvidó aclarar el por qué MONEGRILLO... es fácil...(para el que lo sabe, claro) es por los colores que visten la casa del trueno cuando juegan al quidditch MOrado, NEGRo, amaRILLO... sencillo! (en Saberhaguen, no les gusta complicarse las cosas tanto como en Hogwarts!)
El episodio este de la búsqueda del diario... no estaba planeado, pero a mí me gusta! Por cierto, aunque no lo aclaré, a Wood le resulta familiar, porque lo vio en la casa del fuego... ¿recordáis cuando se desmaya, que antes habla del dichoso libro negro? Pues es el mismo... y bueno,si esto llega a enganchar lo suficiente a alguien, para querer más, en la segunda parte (que porcierto dejé a medias)ya veréis lo importante que puede llegar ser... jejejejejeje.
Almu-chan
