CAPÍTULO 9: EL PRIMER CAÍDO

Los días fueron pasando lentamente hasta llegar la víspera de Halloween. Los días se hacían cada vez más largos a causa de aquella muerte... ¿quién iba a pensar que moriría? Y la forma en que murió...

Pese a aquello, los profesores continuaban con normalidad, y aunque Harry sufría en las clases de Defensa contra las artes oscuras, los entrenamientos de la selección de quidditch eran mucho peor.

Tras muchos entrenamientos con aquel equipo, (diariamente tenían que soportarse), no eran capaces de hacerse buenos compañeros. La rivalidad que existía entre la casa de Gryffindorf y Slytherin era tan grande, que formar un equipo, no era suficiente.

¿Se puede saber qué es lo que estás haciendo Marcus?- gritó la señora Hooch mientras veía como el chico no pasaba a ninguno de sus compañeros.- ¡Kara Wood¿Qué hace sentada en los aros¡Weasley!- gritaba desesperada. Aquel equipo era un desastre, si seguían así, harían el ridículo delante de todos los colegios de magia... y quedaba tan poco para que comenzara el torneo... ¡Apenas unos días! Y con todo lo que había sucedido...

Lo dejo- gritó Kara mientras descendía montada en su escoba.

¿Qué?- preguntó la señora Hooch que no acababa de creérselo.

Me voy, no tienen ni idea de jugar, y no estoy dispuesta a hacer el ridículo delante de miles de personas- explicó Kara.- no podría jugar al quidditch de nuevo.

¿Quién es el que no sabe jugar? - reprochó Fred.- Lo dices tú, que no has movido ni un solo dedo en todo este tiempo

Si no golpearas a todos los cazadores que se disponen a lanzar, podría hacer algo.

Esa es la misión del golpeador, listilla.

¡Ya basta!- gritó Hooch, parando aquella discusión- Kara tiene razón, haremos el ridículo si seguís de este modo. ¿Sabéis lo que significa jugar en equipo? Olvidar de una maldita vez a vuestras casas, y colaborad todos.- gritó furiosa, tanto, que llegó a intimidar a todos los demás- Ahora, subir a vuestras escobas, y jugar como un equipo.

Los demás obedecieron, y jugaron, por primera vez, colaborando los unoscon los otros... aquello iba pareciéndose a una selección de quidditch, aunque...

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Estupendo- exclamó Cátalyn- un juego maravilloso, sin duda ganaréis el torneo de quidditch este año. Si no me lo hubiesen dicho habría pensado que sois profesionales.

El equipo de Saberhaguen sonreía orgulloso de su trabajo. Sin duda era maravilloso jugar con tan buenos compañeros.

Mañana continuaremos, nuestro primer partido se acerca. Hasta entonces descansad- continuó Cátalyn. Cada uno comenzó a alejarse del campo de quidditch, en dirección a sus respectivas casas.

Esta mujer me parece cada día más pelota- dijo Wood mientras se alejaba junto a Electra.

Sí- contestó en un susurro ésta, sin ni siquiera mirar a Wood. Desde aquel día en la enfermería, Electra no era la misma, apenas le dirigía la palabra a Wood y Flibby, pasaba las tardes encerrada en su habitación... ¿qué había sido de aquella muchacha tan amistosa y alegre que había conocido hacía unas semanas?

Electra, espera- dijo Wood mientras la cogía de la mano- ¿podemos hablar?

Ella le miró, por primera vez en varios días, y aquella mirada encogió el corazón a Wood. Aquellos ojos verdes, llenos de tristeza y dolor, eran como un puñal frío que se clavaba en el corazón del muchacho... sí, era una gran pérdida la que ella había sufrido, pero no podía seguir así durante tanto tiempo.

Por favor, tranquilízate, debes olvidarle- dijo Wood mientras veía como Electra se desplomaba poco a poco sin que él pudiera ayudarla.

¿Qué es lo que querías decirme?- dijo casi sin fuerzas.

Bueno... yo...- Wood no sabía si aquel era el momento preciso para decírselo, aunque...- te hice una pregunta, y querría que me contestaras... ¿quieres venir al baile conmigo?

Electra no pudo evitarlo, comenzó a llorar y a llorar, recordando todo lo ocurrido:

Bueno, al fin solos- Electra recordó cómo Wood le había dicho aquellas palabras unos días atrás - todavía no me has contestado.

Con aquellas palabras, Electra se puso roja, él se le había declarado, y ella no había dicho nada, pensando que él no lo recordaría.

¿Cuál era la pregunta?- había preguntado tímidamente

¿Quieres venir conmigo al baile que habrá en Hogwarts?- Electra suspiró.

Había olvidado totalmente, que al momento de que le llevase el diario a la habitación de la enfermería, Wood se lo pidió... y ella no le había contestado, con la ridícula excusa de que debía escribir en el diario antes de olvidar todo lo que había sucedido.

Entonces, ocurrió todo, en el momento en el que le iba a responder, apareció Lirio, corriendo, con gesto preocupado.

Rápido, debes venir...- dijo con lágrimas en los ojos

¿Qué ocurre?- preguntó Electra nerviosa.

Ha sufrido un infarto al corazón mientras caminaba hacia aquí, y...

Electra respiró rápidamente, y salió de la habitación corriendo hacia la sala de urgencias. A través de una ventana, pudo ver como varios magos y brujas se agitaban en una habitación.

¡ Más aire!... ¡el pulso!... ¡se nos va!- Gritó una bruja mientras los demás realizaban numerosos hechizos para intentar salvarle.

¡NO¡POR FAVOR¡NO TE VAYAS!... ¡NO ME DEJES SOLA!- gritó Electra desesperada mientras golpeaba la ventana con la mano extendida.

Corrió hacia la puerta... cerrada. Sacó su varita, y realizó el hechizo de Alohomora... inútil, aquella puerta estaba cerrada por métodos mágicos, y un hechizo como ese no serviría para abrirla.

Volvió a la ventana, y se desesperó. La bruja que anteriormente había gritado, cubría con una sábana el cuerpo del difunto. Electra miró confundida hacia la camilla, mientras un millón de lágrimas recorrían su rostro.

La bruja salió de la habitación, y se dirigió hacia la muchacha de la ventana con la mirada perdida.

Lo siento, no hemos podido salvarle- dijo la mujer con mirada triste.

Electra la miraba incrédula, repitiéndose una y otra vez que aquello no era cierto, que era mentira, aunque ella sabía que aquello no era cierto... Comenzó a llorar amargadamente, mientras caía de rodillas contra el suelo.

Wood se arrodilló junto a Electra y la abrazó con fuerza, mirando como ella se derrumbaba, y él no podía ayudarla a no caer en aquella profunda desesperación.

¡NO¡NO PUEDE SER¡ES MENTIRA¡¿POR QUÉ¡PROMETISTE QUE NO ME DEJARÍAS NUNCA¡¿POR QUÉ!- Gritaba Electra mientras lloraba sin parar.- ¡NO ME DEJES SOLA¡No me dejes... sola!- dijo casi sin voz, mientras seguía llorando en brazos de Wood.

Claro- dijo débilmente- encantada.- una leve sonrisa apareció en su rostro, una sonrisa de gratitud infinita.

Flibby la miraba desde el otro extremo del campo de quidditch. Se sentía tan mal... no podía hacer nada para ayudar a su amiga... a su mejor amiga.

Wood y Electra se alejaron de allí, mientras se dirigían al gran comedor.

Nunca te dejaré sola- pensó Wood- lo prometo.

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Hermione se encontraba frente a la tumba de Dumbledore, que estaba instalada en el castillo, con el fénix de éste en el hombro. Desde hacía unos días, era lo único que hacía, iba allí, y se quedaba mirando de pie, durante horas y horas, y es que, con la muerte de Dumbledore, también habían desaparecido las esperanzas de poder ayudar a Ginny.

¿Señorita Granger?- dijo una voz tras la puerta.

¿Si profesora McGonagall?- contestó sin dejar de mirar la tumba.

Debería salir a dar un paseo, hace un día estupendo y...

No, prefiero quedarme aquí- interrumpió Hermione.

¿Acaso no quiere ir con Harry y Ron?- dijo Minerva pacientemente.

Lo único que me faltaba es tener que soportar a Ron diciendo tonterías sobre Malfoy... además no me hablan, tampoco Draco, siempre tan ocupado... estoy sola, y mi única compañía es la soledad.- dijo Hermione casi a punto de llorar.

Sabe que eso no es cierto, pero si no quiere ver a nadie no se lo voy a reprochar, aunque debería salir de este lugar... después de todo, no creo que sea bueno permanecer aquí las horas enteras... ¿por qué no prueba a ir a la biblioteca? Después de todo, antes pasaba las horas muertas allí, y lo pasaba en grande.

Si voy allí, lo único que recordaré es a Ginny, y mi incompetencia... ni si quiera he podido encontrarlo...

¿El qué buscaba?- preguntó McGonagall interesada.

Un tipo de fénix, que según la señora Pomfrey, podría ayudar a Ginny a salir del coma.

¿Qué tipo de fénix?

Draconis fenxus, un fénix con la fuerza de un dragón, que se halla en peligro de extinción... según un libro de la biblioteca, decía que solo se había conseguido capturar un ejemplar, perteneciente a Albus Dumbledore... pero me equivoqué- dijo Hermione mirando al fénix que tenía en el hombro.

No, no te equivocaste... ese fénix existe- afirmó McGonagall.

¿Qué?- preguntó Hermione como si no acabara de creer lo que había dicho su profesora.

Sí, Albus se lo regaló a Lydia, su hija, hace dos años.

¿Y DÓNDE ESTÁ AHORA LYDIA?- gritó Hermione sin poder contenerse por más tiempo, y cuya expresión había cambiado radicalmente.

Ella se encuentra en estos momentos en el colegio Saberhaguen, pero se trasladará aquí para el torneo de quidditch.- continuó McGonagall sonriente al ver como Hermione parecía volver a recuperar su vitalidad en apenas unos instantes.

Entonces no tengo tiempo que perder, debo comenzar a escribir cuanto antes, y también tengo que hacer esto otro, y...- gritó mientras salía de allí corriendo.- Por cierto- dijo volviendo a la habitación- muchas gracias profesora.

No hay de qué.

Hermione atravesó corriendo los diferentes pasillos hasta llegar a su habitación. Revolvió el cajón con rapidez hasta encontrar un trozo de pergamino y comenzó a escribir con rapidez.

Estimada Lydia:

Mi nombre es Hermione Granger, y soy alumna del colegio de Hogwarts, que su padre dirigía. Ante todo, mi condolencia por su reciente pérdida, pero la razón por la que le escribo, no es ésta, sino para pedirle su ayuda.

Desde hace varias semanas, una muchacha permanece en coma tras el impacto de dos Expelliamo. La doctora del colegio, nos comunicó, que la única forma de ayudarla a no morir, era si encontrábamos un Draconis Fenxus. Tras muchas investigaciones, he llegado a saber que el único ejemplar capturado, le pertenece, y por ello, le pido que lo traiga dentro de dos días, cuando venga a jugar con su selección, si no es mucha molestia.

Atentamente,

Hermione Granger.

Ya está- exclamó en voz alta Hermione- corta, pero precisa, sin ningún rodeo... me pregunto si le molestará que la trate de usted.- se dijo, teniendo en cuenta que no sabía cuantos años tendría la chica en cuestión. Hermione enrolló el pergamino y lo ató a la pata del fénix.- Esto...- se quedó pensativa¿cómo se llamaba? Lo había olvidado, y el único que lo sabía era Harry, pero no se hablaba con él...- ¡maldita sea! Bueno, tú- dijo dirigiéndose a Fawkes que miraba ofendido- debes llevar esto a Lydia¿de acuerdo? Si te lo confío a ti, y no a una lechuza, es porque es muy urgente, y sé que tú volarás más rápido.

El fénix salió por la ventana rápidamente en dirección a Saberhaguen. Hermione se tumbó en su cama, y respiró hondo.

Esperemos que llegue pronto.

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La muchacha se colocó frente al espejo, y recordó lo sucedido hacía varios meses, casi un año. Aquellas imágenes y palabras que había escuchado, recorrían fugazmente su mente.

Ha perdido mucha sangre, está al límite, una gota más, y la habría matado.- gritaba alguien mientras llevaba una camilla.

Necesita una transfusión de sangre inmediatamente.- gritaba otro.

Señor, no puede ser, su sangre... no tiene ningún tipo, ni A, ni B, ni AB, ni O, ni negativo ni positivo... es imposible, no puede ser - gritaba una enfermera incrédula.

Yo puedo ayudarla- había gritado la muchacha- tengo su mismo tipo de sangre.

¿Qué tipo posee usted?- le dijo un médico

No hay tipo.- sentenció.

La muchacha dejó de mirar el espejo, y se levantó la manga de la túnica, observando con atención los rasgos que en ese momento se dibujaban en su piel, describiendo la forma de la marca tenebrosa, impuesta por Lord Voldemort.

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Harry fue en busca de Ron, ya estaba harto de ir solo de un lado a otro, era el fin, harían las paces con Hermione, y todo estaría arreglado, sin problemas.

Llegó al campo de quidditch, Ron pasaba allí todas las tardes, entrenándose como golpeador.

¡Ron!- gritó Harry.

El aludido bajó de la escoba, y aterrizó junto a Harry. Esperó la llegada del bludger, y lo atrapó (con muchas dificultades, pero lo atrapó)

¿Qué quieres?- dijo éste malhumorado.

Vamos a buscar a Hermione, y a hacer las paces con ella.- dijo firmemente.

¿Te has vuelto loco? Te recuerdo que sigue con Malfoy.

Sí, lo sé, pero quiero que todo sea como antes, o al menos, que me aclare el por qué ahora le cae tan bien Draco... después de todo, no olvidemos que Malfoy siempre la ha insultado porque es de familia muggle, y sin embargo, ahora le da igual.

En eso llevas razón... - dijo Ron mientras ponía cara de asco.

Pues debemos ir con Hermione, y aclarar todo esto.

Aunque no de muy buena gana, fueron a buscar a la chica. Pasaron por la biblioteca, la cripta de Dumbledore, y la torre de Gryffindorf, pero no la encontraron.

¿Dónde se habrá metido?- dijo Ron cansado de andar.

No lo sé, pero ya veo que tendremos que usar esto- dijo Harry mientras sacaba el mapa del merodeador.

¿Cómo es que tienes ese mapa? Pensé que lo habías perdido.- dijo Ron incrédulo.

Sí, bueno, Sirius me lo envió la semana pasada... según él, pensaba que era útil que yo lo tuviera... me dijo que lo necesitaría más de una vez.- dijo poniendo un tono de voz misterioso.

Sí, claro. Bueno, busca a Hermione y ya está.- concluyó Ron.

Vamos a ver... claro, como no- dijo Harry fastidiado- de camino a la torre de Slytherin.

Lógico, vamos.

Corrieron a través de los pasillos, y con la ayuda del mapa, y usando más de un atajo, consiguieron llegar hasta donde estaba Hermione.

Hermione, espera- dijo Harry.- ¿podemos hablar?.

La muchacha se giró, y comenzó a andar en sentido contrario a donde iba.

Bien¿qué queríais?- preguntó sin dejar de caminar.

Bueno, queríamos hacer las paces contigo, que todo vuelva a ser como antes.- dijo Ron para sorpresa de Harry y Hermione.

Lo siento, pero ya nada es como antes... no somos del mismo bando... no hay nada que hacer- dijo Hermione tristemente.

¿Qué quieres decir?- preguntó Harry preocupado, aunque enseguida descubrió el por qué Hermione decía aquello. Le dolía ser la única que no provenía de familia de magos.- pero Hermione, a nosotros no nos importa que seas descendiente de muggles, nunca nos ha importado...

Es por eso precisamente, no provengo de familia muggle, sino de magos.- sentenció Hermione.

¿QUÉ?- exclamaron Ron y Harry a la vez.

Lo descubrí este verano. Mis padres me dijeron que era adoptada, que pertenecía a una familia de magos.

Pero aún así¿por qué estás del otro bando?- exclamó Harry.- podemos seguir siendo amigos.

No, no puede ser- dijo mientras se subía la manga de la túnica, y mostraba la marca tenebrosa en su brazo.

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Veamos- dijo el profesor de psíquica- hoy aprenderemos a mover cosas con la mirada.- hubo un revuelo entre los estudiantes.- Aunque no lo creáis, los ojos son la parte fundamental para la magia, sin ellos, no habría magia... algunos pueden pensar que es la boca, para decir encantamientos, hechizos, etc, o las manos, para usar la varita, crear pociones... pero no. Por ejemplo- miró con los ojos entrecerrados hacia la puerta que se abrió de golpe, cerró la ventana, y comenzó a escribir en la pizarra, solo con los ojos.

Increíble- dijo Wood alucinado.

Bien, ahora vosotros. Debéis concentrar vuestra mirada en un objeto cercano, e intentar moverlo, sin ayuda de la varita.

Toda la clase comenzó a concentrarse en un objeto, y a intentar moverlo, pero sin resultados aparentes. Wood intentaba mover su lapicero.

Muévete- pensaba- por favor muévete... te ordeno que te muevas.- el lapicero comenzó a rodar por la mesa.

Excelente, Wood, ya veo que has conseguido moverlo- dijo el profesor orgulloso.- ¿Por qué no pruebas a mover algo más pesado? Por ejemplo... tu pupitre.

Wood volvió a mirar al pupitre, y éste comenzó a elevarse más, y más.

Muy bien, probemos con algo que esté lejano... la puerta

Wood repitió la operación, y la puerta comenzó a abrirse y a cerrarse.

Bueno, ya veo que tienes mucho potencial con la psíquica, sigue así- dijo el profesor alejándose.

La clase terminó, salvo Wood, nadie consiguió mover ni un centímetro su objeto.

Se dirigió hacia el comedor, y se sentó en la mesa de los hydegruts. Flibby ya estaba sentada, y también Acuarda, sin embargo, no habían llegado las demás.

¿Qué tal las clases?- preguntó Wood.

Genial- exclamó Flibby- he ganado tantos puntos para la casa del fuego, que sin duda ganaremos... es una pena que en las asignaturas de pociones y transformaciones no pueda ganar puntos... si no os habríamos machacado- rió Flibby.

No, en psíquica habría conseguido el doble que todos tus puntos.

¿Qué estáis haciendo ahora en esa clase?- preguntó Flibby.

Magia con los ojos- dijo Wood. Flibby casi se desmaya.

Sí, sí... se me daba muy bien...

No seas mentirosa Flibby- dijo Electra que acababa de llegar- jamás llegaste a controlar ese poder, todo lo que intentabas mover, se rompía.

¿Se rompía?- rió Wood.- Bueno, al menos es un comienzo...

Sí, intentaba mover el lápiz, y se rompía, el jarrón, y se rompía... todo. Me acuerdo que la casa del trueno y la del fuego iban juntas en esa clase... me lo pasaba en grande viendo a Flibby usando la psíquica.- rió Electra.

Wood se alegró mucho, parecía que Lydia por fin se había recuperado de lo de su padre, y volvía a ser la de siempre.

Dejadlo ya- gritó Flibby- ya lo sé que la psíquica no es lo mío, pero... ¿qué me dices de pociones, Electra?- a ésta le recorrió un escalofrío por todo el cuerpo.

¿Así que pociones es tu punto débil?- dijo Wood con una sonrisa.

Nunca ha llegado a hacer una poción perfecta, si tenía que ser azul, le salía verde, si tenía que estar fría, ella la tenía hirviendo.- explicó Flibby.

¿Y a ti Wood, qué es lo que peor se te da?- preguntó Electra para cambiar de tema.

Artes muggles- dijo en un susurro.

¿De verdad?- rió Electra- pero si es muy fácil

¿Qué estáis dando ahora?- preguntó Flibby.

Baile de salón... ¡es imposible!.

Esa clase está muy bien, aunque prefería coreografía de una canción... pero es muy fácil bailar un tango, pasodoble, merengue, la danza del vientre...- dijo Electra lanzando una miradita a Flibby.

¿Danza del vientre?- dijo Wood extrañado.

No, nada, nada...

De repente, un conjunto de lechuzas hicieron su aparición, lanzando las miles de cartas.

Vamos a ver cual es la sorpresita de hoy- dijo Wood. Todos los días, aparecía un animal mágico trayendo su correspondiente carta, dragones, centauros, hipogrifos... Cada día uno nuevo, más que un comedor, aquello parecía una clase de Criaturas mágicas.

Cuando todas las lechuzas se habían ido, hizo su aparición un fénix muy hermoso, que fue directamente hacia Electra.

Así que un fénix- dijo Wood mirando a Electra que estaba desenroscando la carta.

No es un fénix cualquiera- dijo ella sin despegar los ojos del animal- es el fénix de mi padre.

Flibby y Wood se miraron seriamente, y pusieron toda su atención en Electra y en aquella carta que estaba leyendo.

Ya veo- dijo Electra terminando de leerla, y en el fondo desilusionada.- Wood¿conoces a una chica llamada Hermione Granger?

Sí, era la mejor amiga de Potter... ¿Por qué?- dijo sin acabar de entender el por qué de aquella pregunta.

Es de confianza ¿verdad?- dijo Electra, que no acababa de confiar en aquella muchacha que parecía tan amable.

Sí... vamos, que yo sepa sí- dijo Wood.

Bueno... vendré dentro de un momento entonces.- dijo levantándose de la mesa, y saliendo de la gran habitación.

Bien¿y cuándo te piensas declarar?- dijo Flibby a Wood dejando de mirar la puerta por la que Electra había salido.

¿Qué?- dijo éste asombrado- ¿A qué viene esto ahora?

Bueno, es que veo como se te cae la baba cada vez que la ves... ¿cuándo te vas a decidir?

No lo sé, pero no creo que ahora sea el mejor momento de declararse... lo está pasando muy mal, y no querría hacer que se comiera el coco durante días por mi culpa...- dijo bajando la cabeza.

No se lo pensará- dijo Flibby sorprendida por aquellas palabras- ella también está enamorada de ti, lo que pasa es que no lo reconoce... demasiado orgullosa tal vez... lo que está esperando, es que se lo digas tú primero.- dijo emocionada.

¿Eso te lo ha dicho ella?- dijo Wood sorprendido.

No, pero se le nota en los ojos, en la forma que habla cuando está contigo...

Pero ella no te ha dicho nada ¿no?- insistió Wood.

No, pero yo me sentía así con Charlie- confesó al fin Flibby.

Así que hablas por tu propia experiencia.

Bueno, sí, tal vez- continuó Flibby- pero ella y yo somos como hermanas, y sé que le gustas, no hay ninguna duda... sino, no habría accedido a ir a la fiesta de Halloween contigo.

Wood dejó aquella discursión, y se quedó pensativo, sin decir una palabra.

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Así que usted lo sabía- dijo Snape con una sonrisa en los labios.- ¿No cree que se habría ahorrado unas cuantas disputas si me lo hubiese dicho antes?

Tal vez- dijo Malfoy- pero quería ver su reacción ante la situación.

Sigo sin acabar de creérmelo- prosiguió Snape- la señorita Granger, hija de los di Metherlow, la familia favorita de Lord Voldemort...

Sí, cuando casi iba a comenzar el curso, a finales de verano, ella descubrió por medio de una carta, que había sido adoptada, que sus verdaderos padres la habían abandonado en un cementerio.

¿Por qué la habían abandonado?- preguntó Snape.

Era un regalo para Voldemort, un futuro cuerpo para él, después de que él hubiera bebido casi toda su sangre.- respondió Draco.

¿Entonces?

Era mujer, y no querían que su señor entrara en un cuerpo de mujer a no ser que fuese totalmente necesario. Además, se enteraron de que él ya tenía otro cuerpo preparado, por ello, la chica no servía para nada, y la abandonaron... sin embargo, descubrieron que era amiga de Potter, y que además destacaba en Hogwarts como bruja, así que durante el verano, se la llevaron con ellos para lograr sus propósitos- concluyó Draco.

Interesante, pero... ¿qué sabes de la hija de Lord Voldemort?- siguió preguntando Snape, al ver lo enterado que Draco estaba acerca de aquél asunto.

No demasiado... Voldemort no permite que nadie sepa la verdadera identidad de su hija... mi padre me dijo hace poco, cuando le pregunté acerca de esto, que se le acababa el tiempo a nuestro señor, y si el único cuerpo que posee sangre maligna, el de su hija- aclaró Malfoy- llegara a desaparecer, sería su ruina, y moriría finalmente... sin embargo, la larga espera que ha mantenido, pronto se dará por finalizada, y el resurgimiento de Voldemort, será más grandioso, y fatal para todos los sangre sucia y magos del mundo.- terminó Draco.- Después de todo esto, me gustaría que me dejara en paz con mis asuntos con Hermione di Metherlow, profesor.

Claro- sonrió éste- una unión entre los Malfoy y los di Metherlow sería muy provechosa para ambas familias ¿no?

Draco sonrió, y salió de la mazmorra en la que se encontraba Snape.

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NOTAS DE LA AUTORA: Lo que me ha costado completar diez hojas... que de cambios de escenario que he hecho! Pobre Hermione, no? ya sé que la idea de que fuera abandonada en un cementerio, es un poco tétrica, macabra... etc, pero son magos perversos, casi tanto como el propio Lord Voldemort... pobre Dumbledore! hasta me da pena haberlo matado... pero es que tenía que morir, que ya tenía sus años, y aunque descienda de unos seres longevos, como son las Dio... (mmm, mejor me callo, que eso es de la segunda parte de la historia, jejeje), pues como que no. En fin, me callo ya, y hasta el próximo capítulo... (sigo en mi otro ordenador, así que, ya os contaré ) Por cierto, descubrí que la gente no puede dejar reviews si no está registrada... así pues, pues os dejo mi dirección de correo Gwaihir21587 arroba (es que sino, luego no sale U) Almu-chan