CAPÍTULO 10: EL DESPERTAR

Hermione andaba por los pasillos, sin un rumbo fijo. La espera se le hacía cada vez más eterna... ¿y si Lydia no traía su fénix¿Qué pasaría con Ginny entonces? Además, todo había cambiado desde el momento en el que entró en la tumba de Salazar Slytherin. Recordaba hasta el más mínimo detalle... y eso le hacía pensar:

Se está acercando- dijo temblorosa Hermione mientras estaba abrazada a Draco, viendo como el basilisco se les acercaba más y más, y ellos no podían hacer nada más que ver cono se les acercaba.

Entonces Hermione tocó el brazo derecho de Draco con su mano y ocurrió: una visión le vino a la mente... estaban ambos, en su misma situación... pero muy lejanos. Entonces, Draco pronunció unas palabras, y el basilisco se convirtió de nuevo en la insignia de prefecto de Slytherin.

La visión terminó. De nuevo se encontraba abrazada a Draco... cuando de pronto él la dijo: Si pudiera usar el hechizo Imperius, o finate incantiem... pero la magia no funciona... moriremos junto a la tumba de Slytherin.

El basilisco desapareció, y la insignia de prefecto apareció en el suelo, como la visión de Hermione.

Siguió andando con la cabeza gacha... ¿por qué había tenido aquella visión? Mientras caminaba, llegó hasta las mazmorras, y se encontró a Severus Snape, que salía de una de ellas. Sin poder evitarlo, su mente volvió a recordar:

¿Puede saberse que hacen ustedes en este lugar?- preguntó Snape mientras abría la puerta de la tumba, y los encontraba abrazados.

Ninguno de los dos contestaron. Draco se agachó y recogió la insignia de prefecto del suelo. Tomó a Hermione de la mano, y salieron de allí sin dar ninguna explicación.

Hermione no había hablado con Snape desde entonces... ¿qué le diría¿Y si empezaba a quitarle puntos a Gryffindorf? Lo último que le faltaba era aquello. Snape se acercó a ella y la examinó de arriba a bajo, con una sonrisa en los labios. Ella mantuvo la mirada, y estaba comenzando a pensar un largo discurso que recitarle a Snape, cuando éste salió de allí sin decirle una palabra.

Respiró profundamente, y se encaminó hacia la torre de Gryffindorf. Pero no dio más que unos pasos, y vio que una muchacha apoyada en una puerta la estaba esperando.

Pansy Parkinson- dijo entre dientes Hermione.

Pansy se acercó hacia ella como un perro rabioso. La miró de arriba a bajo. Hermione estaba que echaba humo... ¿por qué todos se quedaban observándola?

¿Qué tienes tú que yo no tenga?- dijo finalmente Pansy indignada- eres una cría y una Gryffindorf... ¿qué te ve Draco! Llevo junto a él mucho tiempo, antes de que tú aparecieras... e hice por él muchas cosas más...- parecía que iba a explotar de un momento a otro- déjale, te lo advierto... o no respondo a lo que te pueda hacer.

¿Me estás amenazando?- dijo tranquilamente Hermione- ¿qué te parece una semana de castigos?

Luego no vengas diciendo que no te lo avisé. Aléjate de Draco, o lo pagarás caro- Pansy dio media vuelta, y salió de allí.

Lo que me faltaba- dijo en voz alta Hermione- que una triste admiradora me amenace.

Pansy se detuvo al oír aquellas palabras...

¿Triste admiradora?- repitió con burla- Draco me quería. Salió conmigo por amor, y no por beneficio personal o familiar.

¿Perdón?- Hermione no sabía que pensar- ¿acaso piensas que voy a creer eso viniendo de una estúpida celosa como tú?

Pansy sacó la varita y gritó con voz potente:

Avada kedavra.

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El tren estaba preparado. El viaje para ir a Hogwarts les costaría un día entero. Ya una compañía de más de catorce personas, estaba preparada para montar en él, esperando que abriesen las puertas. Wood llevaba dos maletas (como todas las demás personas que viajarían con ellos), menos Flibby que llevaba cinco enormes maletas, y Electra que no llevaba ninguna.

¿Dónde está tu ropa?- preguntó Wood.

En mi reloj- dijo tranquilamente Electra.

Me lo podías prestar... me da bastante vergüenza ir con cinco maletas- dijo Flibby viendo como la gente la miraba.

¿No crees que te has pasado un poco?- preguntó Electra.

No, todo es necesario... ¿podrías llevar dos tú?

De acuerdo.- Electra dio dos golpes de varita al reloj, y éste se tragó las maletas. El reloj volvió a su estado normal.- ¿contenta?

Sí, aunque... si me llevaras la otra en la mano... pues... está bien, no hace falta.

Las puertas del tren se abrieron, y los jugadores, junto con sus acompañantes, fueron entrando a sus estancias temporales del tren.

El compartimento de Electra y Flibby (su acompañante), era muy amplio, con dos camas y una mesilla, un baño, un mini bar, una televisión...etc.

Y parecía pequeño desde fuera- dijo Flibby sin creerse que en tan poco espacio cupiesen tantas cosas.

Al momento entró Wood junto con Mark, que había estado ampliando su círculo social por el resto del tren, y comprobaron que sus habitaciones eran más pequeñas.

¿Tienen hasta mini bar?- dijo Mark alucinando- Wood, creo que te han timado... en el nuestro están las camas, la mesilla, el cuarto de baño, y para de contar.

Y ya tenéis más que otros. Aquí hay dos hydegruts, y entre ellas la capitana del equipo... ponen más diversiones, para evitar que estemos dando vueltas por ahí, y de ese modo tenernos vigiladas- dijo Flibby.

Bueno, pues vamos a aprovechar estos privilegios ¿verdad Wood?- dijo Mark mientras se dirigía hacia la televisión.- ¿Qué os parece Scream para empezar?

¡No! Mejor Armagedon- exclamó Flibby.

Más allá de los sueños.- dijo simplemente Wood.

¡Estáis obsesionados con las películas muggles!- dijo Electra- aquí no encontraréis ninguna película que no sea de directores magos o brujas.

Nunca he visto ninguna que no fuera muggle... en eso superan a los magos, hay que reconocerlo- dijo Flibby

Tampoco nosotros- dijeron los demás.

Entonces... ¿qué os parece Hasta la eternidad?- dijo Electra recordando una película que había visto antes de llegar a Saberhaguen.

Ninguno puso ninguna pega, así que se tiraron unas tres horas de viaje viendo aquella película, y otras tantas jugando a juegos de mesa, hablando sobre quidditch, sobre Hogwarts, etc.

Pasaron todo el viaje en el camarote, y solo salieron de allí, cuando era la hora de dormir, y todos estaban cansados.

Mañana llegaremos a Hogwarts- dijo en un susurro Electra.

Sí- se limitó a contestar Flibby.

Tengo la impresión de que mi estancia allí no va a pasar desapercibida... y eso me asusta.

¿Te asusta¿Lo dices por...?- comenzó a preguntar Flibby.

Sí. Un ataque allí es demasiado probable, y pondría en peligro muchas vidas... además él no está solo... hay demasiados mortifagos en Hogwarts.

¿Temes que ataquen a Harry?

Sí. Mi padre temía dejar este mundo por Harry... le quería como a un hijo- dijo mientras sonreía, recordando viejos tiempos- es por eso, que me siento responsable de lo que le ocurra.

Entiendo... no creo que ataque tan pronto.

La última vez me ganó, pero esta vez, será muy diferente... le haré pagar por lo que me hizo.

Flibby miró de reojo a Electra, y se mantuvo pensativa durante horas. Ya se había dormido Lydia, cuando la puerta se abrió, y un dementor la atravesó en la oscuridad. Flibby se mantuvo tumbada en la cama, muy quieta, viendo como se iba acercando poco a poco a las camas, y se detenía un momento delante de cada una. Flibby cerró los ojos para aparentar que dormía. Sintió que algo se aproximaba, pero que casi inmediatamente se volvía a alejar.

Miró al dementor de nuevo, que estaba bastante cerca de Electra, y vio como ella se estremecía en sueños, y se acurrucaba por el frío entre las mantas. El dementor se incorporó, y salió de la habitación sigilosamente.

Era bastante obvio, que acababan de penetrar en el territorio de la prisión de Azkaban, y los dementores realizaban sus controles rutinarios por las habitaciones, para comprobar que ningún prisionero fuese a bordo del tren.

Menos mal que Lydia estaba dormida- pensó Flibby.- Esperemos que no se despierte hasta haber dejado a varios kilómetros la prisión.

Al igual que Harry, Electra sentía fobia a los dementores, y se solía desmayar cuando uno aparecía, sin ni siquiera darle tiempo a sacar la varita y ahuyentarlos, a diferencia de Harry... Sin embargo, y para suerte de Flibby, ella no se despertó hasta que no hubiesen dejado muy atrás a los dementores.

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Los preparativos estaban casi concluidos. Cientos de calabazas flotaban en el aire del gran comedor, y una bandada de murciélagos recorría los pasillos del gran castillo. Todas las antorchas de los pasillos estaban apagadas, y habían sido sustituidas por miles de velas de diferentes tamaños y colores. Cerca de la cabaña de Hagrid, se encontraban unas grandes carpas, que contenían numerosos tipos de animales mágicos. El bosque parecía más tétrico que nunca, y pocos eran los que se atrevían a acercarse a él. Multitud de telarañas recorrían los techos y las paredes de los pasillos y clases, haciendo juego con el blanco de las sábanas que cubrían la mayoría de los muebles del castillo. El sonido de cadenas y de la madera al crujir, hacían que Hogwarts pareciera más tétrico que nunca, aun siendo la mañana del 30 de octubre.

Harry terminó su clase de pociones. Justo en la puerta de al lado de la mazmorra, se impartía su siguiente clase. Ya en la clase de Defensa contra las artes oscuras, el profesor Snape comenzó a hablarles.

Siento comunicarles, que la clase de hoy será suspendida.- dijo con una sonrisa... ¡qué mejor que no darles clase a los Gryffindorf! La sonrisa se le quitó del rostro al acordarse de que no podría quitarles puntos.

Hubo un murmullo entre los estudiantes.

¡Silencio!- gritó enojado. La clase permaneció callada- ahora debemos ir al gran comedor a recibir a algunos de los estudiantes que han llegado de Saberhaguen- puso una extraña mueca en la cara. Tal vez fuese porque no sabía si odiar a ese colegio o apreciarle.

Todos se levantaron, y se dirigieron hacia el gran comedor. Cuando abrieron las puertas, comprobaron que ya había varios cursos sentados en sus mesas.

Pasado un tiempo, más estudiantes entraron por la puerta, encabezados por uno de los profesores. Ya todos estaban allí, cuando la profesora McGonagall entró con un taburete, un pergamino, y el sombrero seleccionador.

Minutos después, varios alumnos comenzaron a entrar por la puerta, vestidos con las túnicas del colegio de Saberhaguen (una de cada color: rojas, azules, verdes, negras...), y se colocaron de pie frente al sombrero.

Bienvenidos al colegio Hogwarts- dijo la profesora McGonagall- durante su estancia aquí, serán como alumnos del colegio durante una semana. Ahora seréis seleccionados para una casa: Gryffindorf, Hufflepuf, Ravenclaw, o Slytherin. Cuando os llame, os acercaréis, os colocaré el sombrero, y seréis seleccionados.

Todos estaban muy pendientes... ¿una ceremonia de selección a estas alturas de curso? Los alumnos de Saberhaguen estaban un poco confusos, pero esperaron su turno.

Johana Stiffenson- pronunció Minerva. La golpeadora se acercó.

Mmmm... Vamos a ver...- pensaba el sombrero- ya lo sé... Ravenclaw- la casa Ravenclaw estalló de alegría.

Philip Sttifenson- siguió McGonagall. El muchacho se acercó.

Hufflepuff- gritó el sombrero.

Oliver Wood- dijo McGonagall con una sonrisita. Éste se acercó con paso decidido.

¡Ah!- gritó el sombrero- Así que otra vez tú¿eh? La decisión de hace unos años la mantengo señor Wood... Gryffindorf.- Harry y todos los demás saltaron de alegría al ver de nuevo a Wood entre ellos.

Mark Pitten- continuó McGonagall.

Gryffindorf- gritó el sombrero. La mesa volvió a temblar de alegría, y recibieron al muchacho con entusiasmo.

Éste es Mark, un gran amigo- dijo Wood mientras McGonagall llamaba a Patrice- éstos son Fred, George, Charlie (que estaba sentado con ellos), Ron Weasley, Hermione Granger, y Harry Potter- una luz se le encendió en los ojos al pronunciar ese nombre, y lo miró orgulloso.

Esto... Wood- dijo Hermione que estaba algo preocupada- ¿quién es Lydia?

¿Lydia¡¡A sí, Electra!- dijo Wood, que había olvidado su verdadero nombre- es la chica rubia del centro, junto a...

Menuda pelirroja- exclamó Fred mientras se le caía la baba al verla.

Ya te digo, menudo cañón de mujer- dijo George maravillado por la figura de la chica.

Es mi novia- dijo Charlie mirándoles como un perro que defiende su territorio. Ambos se giraron para verle, y volvieron a mirar a la chica.

Demasiado para ti- dijeron ambos a la vez mientras se sentaban.

Jennifer Swansom- dijo McGonagall. Flibby se acercó al sombrero.

¿JENNIFER SWANSOM?- pensó Wood. Se quedó pensativo... la verdad es que no sabía cuál era su verdadero nombre... era... Flibby.

Mmmm... Entiendo... difícil...- decía el sombrero mientras pensaba- entonces que sea... SLYTHERIN.

Todos se quedaron mudos... ¿Slytherin? Estaban casi convencidos de que sería Gryffindorf... La casa de Slytherin aplaudió efusivamente... sin embargo, Snape la miraba extrañado. Había bastante ruido, pero todos se callaron cuando oyeron el nombre de...

Lydia Dumbledore- dijo McGonagall sin mirar al papel. Electra subió los escalones lentamente, bajo la atenta mirada de todo el colegio. Se sentó lentamente, y la profesora le colocó el sombrero.

Mmmm...- dijo el sombrero- muy, pero que muy difícil... no he tenido una decisión tan complicada desde hace cinco años- Electra miró hacia Potter bajo el sombrero... ¿Caería en Gryffindorf? Wood estaba allí... pero Flibby estaba en Slytherin... ¿Amor o amistad? El mismo dilema de siempre. El sombrero permanecía en silencio... no llegaba a decidirse, y puesto que Electra tampoco se decidía, pues...

¿Por qué tarda tanto?- pensaba Wood inquieto- es una Gryffindorf, se le ve en la cara... no tiene nada de Slytherin... aunque tampoco lo tiene Flibby... ¿Por qué tarda tanto?- ya se estaba desesperando, y la verdad es que todos estaban impacientes, incluso la profesora McGonagall.

Slytherin- gritó finalmente el sombrero, aunque no muy satisfecho por su elección. La mesa de Slytherin gritó como loca. Electra se dirigió hacia la mesa en la que se encontraba Flibby. Wood no se lo creía, estaba pasmado... Draco se sentó frente a Electra, también se acercó Snape.

Bienvenidas a Slytherin- comenzó Severus con su misteriosa voz- es un honor tener en esta casa a las dos brujas más importantes del colegio Saberhaguen.

Eso indica cual es la mejor casa de Hogwarts- continuó Draco con una sonrisa malvada.

Ni Electra ni Flibby contestaron. Estaban absortas en sus propios pensamientos. Desde luego, no estaban muy satisfechas de haber quedado en Slytherin... sobre todo Electra.

Amistad- pensó Electra- así que eso es lo que he de elegir, pero... además me ha tocado en la casa donde más mortifagos hay... al menos podré tenerlos controlados... esto es increíble... hasta un profesor es mortifago... y este muchacho, Malfoy...- miró a Draco que estaba sentado frente a ella, y le hablaba de los logros de Slytherin- nadie te escucha, odiamos Slytherin...aunque nos servirá la estancia aquí para averiguar quienes son los mortifagos de la confianza de Voldemort... puedo comprobar que tu eres uno de ellos... tienes la marca en tu brazo, que señala que es tu amo... yo puedo verla tras tu ropa, puedo adivinarlo, y puedo adivinar otras muchas cosas más.

Mientras seguía pensando, Wood se acercó a su mesa junto con Harry y Hermione, seguidos de cerca por Charlie.

Electra... ¡Electra!- dijo elevando la voz, para sacarla de sus pensamientos.

¡Ah, sí!- dijo volviendo a la realidad. Casi inmediatamente sus ojos fueron a recaer sobre Harry.

Estos son Harry Potter, y Hermione Granger- dijo presentándolos.

Encantada- de pronto volvió a pensar, y clavó su mirada en el brazo de Hermione.- Veo que tu también estás de su lado- siguió pensando- aunque es diferente. No tienes mal corazón... fuiste obligada, no querías, pero lo hiciste por tu familia... sé lo que se siente el tener que hacerlo solo por un lazo de sangre.- Electra volvió a salir de sus pensamientos- Así que tu eres el famoso Harry Potter... mi padre te veneraba...

Malfoy lo miró con odio... cuanto odiaba aquel nombre, que tantos veranos le había hecho sufrir:

¿Cómo se te ocurre dejar que ese Potter te gane al quidditch? Es incomprensible- recordaba la voz de Lucius Malfoy en su mente, palabras que le había dicho el verano pasado- será mejor que te entrenes, deberás vencerle.

Y así lo había hecho, durante todo el verano se había entrenado con su nueva Saeta de Fuego y además, había aprendido numerosos ataques avanzados.

Por su parte, Hermione miraba a Electra... ¿cuándo podría hablar a solas con ella? No tenían que perder más tiempo...

Lydia- dijo en voz baja. Ella no se dio por aludida, seguía con sus pensamientos- Electra- dijo elevando algo más la voz. Ella reaccionó.

¿Qué¿Cómo?- miró a Hermione- lo siento mucho, te ignoré durante un tiempo, y la pequeña Ginny no puede esperar.

¿Ginny?- preguntó Flibby- ¿Qué le pasa a Ginny?

Ven conmigo y te lo contaré por el camino... si nos disculpáis.- ambas se levantaron de la mesa y siguieron a Hermione.

Los demás las siguieron con la mirada, sobre todo Charlie, que no había tenido oportunidad de ni tan siquiera saludarla. Inmediatamente, volvieron a la mesa de Gryffindorf, Wood y los demás. Como una fiera, Pansy se acercó a Draco y se sentó junto a él.

Dime la verdad

¿El qué?- preguntó Draco con sonrisa maliciosa.

¿Quién es ella en verdad?

No sé de qué me hablas.

Lo sabes muy bien... Hermione... ¿cómo es posible que saliera ilesa de una maldición Avada Kedavra?

¿Qué?- dijo en voz cortada. Miró a Pansy, que desvió su mirada, temerosa.

La verdad... es que yo... la ataqué con esa maldición, porque me insultó...- dejó de hablar... no podía decirle que la había atacado por celos.

¿Te insultó?- Draco soltó una breve carcajada- ¿y eso qué? Debes aceptarlo de un superior... los Parkinson no tienen nada que hacer contra los di Metherlow.

¿Me... Metherlow?- la muchacha comenzó a temblar de pies a cabeza- no... no puede ser... ella es una sangre sucia... no...

Bueno... ¿dijiste que había sobrevivido a tu maldición?

Sí, pero fue extraño... no sabría decirte que hizo, pero rechazó el ataque. Después, la miré a la cara sorprendida, y la vi... muy pálida, pero un débil resplandor la envolvía, y sus ojos estaban muy extraños... no sabría describírtelos.- explicó Pansy con temor en su mirada.

Su verdadero poder está comenzando a despertar. Lo de los ojos viene de familia, cuando se les pone de ese modo, es porque están conjurando un nuevo ataque, cuando su poder crece... ¿te lanzó algún hechizo después?

No, murmuraba unas palabras que no pude oír, pero cuando levantaba la varita, el resplandor desapareció, y cayó de rodillas al suelo.

Eso es porque su poder no está completo... pero no le falta mucho... sus verdaderos padres la ayudarán a conseguir el poder que le falta por medio del ritual de...- Draco calló al comprobar que estaba hablando demasiado- Gracias por la información.

Malfoy salió de allí lentamente, lanzando una mirada asesina a Harry que no dejaba de observar cada uno de sus movimientos. Salió del comedor maldiciendo el nombre de Potter, pero dejó de pensar en aquello... debía averiguar quién era ella en verdad, antes de que los demás se diesen cuenta.

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Flibby, Electra y Hermione ya estaban en la habitación de Ginny, que seguía totalmente inmóvil. Su madre estaba junto a ella, y no paraba de llorar.

La señora Pomfrey entró en la habitación.

¿Habéis traído el fénix?

Sí- respondió Electra- no lo he llamado por precaución- abrió la ventana, y llamó al fénix. Inmediatamente, llegó volando el majestuoso fénix, seguido por el de su padre.- éste es Quidditch- dijo mientras el Draconix Fenxus se posaba en su hombro, y el otro en el de Hermione.

Es un fénix estupendo, único...- dijo Pomfrey maravillada.

¿Y ahora qué hay que hacer para despertar a Ginny?- preguntó Hermione.

Llorar supongo- respondió Pomfrey dudosa.

¿No sabe qué hay que hacer?- preguntó maravillada Hermione.

En los libros de magia comentan que sus lágrimas son capaces de despertarla.

Sin pedírselo, Quidditch se posó sobre Ginny, y comenzó a llorar. Las lágrimas, que brillaban como piedras preciosas, cayeron en su frente, sus ojos y sus labios. El fénix voló de nuevo al hombro de Electra. Ginny abrió los ojos, y movió los labios, pero no parpadeaba, ni hablaba.

Todas mantenían su mirada fija en ella, esperando que comenzara a hablar, o dar signos de que estaba bien... pero no lo hacía.

¿Por qué no reacciona?- dijo en alto Hermione- me gustaría saber qué le estará pasando por su mente en estos momentos.

Tal vez sea el momento de que uses adivinación- le dijo Flibby a Electra.

¿Adivinación?- preguntó Hermione

Sí, una de las ramas de la adivinación... la lectura de la mente ajena, traspasando tu alma a su cerebro... pero gasta mucha energía, y es necesario ponerse uno en estado... no sé que palabra usar... se podría decir de coma, y no todos pueden volver...- explicó Flibby.

Pero es demasiado peligroso... no podemos arriesgarnos a perder a Electra- dijo Hermione

No queda otra solución- dijo Lydia. En cierto modo, salvar a la muchacha era una meta propia que se había propuesto... no pudo salvar a su padre, no había logrado ayudar demasiado a Flibby cuando estaba siendo atacada por el propio Voldemort... que menos que aquello... además no era la primera vez que había hecho aquello... no tenía por qué ocurrir nada malo.

Electra trajo una silla y se sentó junto a Ginny. Se quedó muy quieta, y murmuro unas palabras. Su alma estaba dentro de la de Ginny. Las demás miraban perplejas el cuerpo de Electra, que parecía muerto.

Ginny- llamó Electra. - ¿Dónde estás?

Miró a su alrededor. Todo estaba oscuro, aunque ella brillaba. De pronto le pareció ver un resplandor que llegaba desde lejos. Corrió hacia él, y observó en silencio. La muchacha estaba sentada, abrazada a sus rodillas, y con la cabeza oculta entre ellas. Su llanto se propagaba por todo aquel espacio. Frente a ella, había un pequeño charco de agua cristalina, muy brillante, y que Electra no tardó en identificar como la lágrima que Quidditch había derramado en la frente de la muchacha.

Electra se acercó a él, y vio el rostro de la señora Weasley, de Hermione, Flibby y Pomfrey, que miraban atentamente. Volvió a mirar a la muchacha, y se sentó junto a ella.

¿Qué es lo que te pasa?- le preguntó dulcemente

La muchacha la miró con su rostro lleno de lágrimas, y volvió a mirar al suelo.

No quiero volver- dijo ella débilmente.

¿Por qué no?

Si vuelvo, algo malo volverá a pasar... volveré a sufrir... y no quiero sentir más dolor.

¿Y prefieres permanecer aquí para no sufrir?

No, tampoco quiero estar aquí, pero...

Ginny, no puedes quedarte... debes volver con tu familia, y con Harry... él te espera.

No es cierto, no le importo... ni siquiera ha venido a visitarme.

No le está permitida la entrada a ningún alumno.

Pero Hermione entró...

Ella pudo entrar porque es...- Electra se quedó pensativa- es prefecta- mintió.- debes volver.

Ginny miró a los ojos a Electra, y asintió con la cabeza. Se incorporó, y se adelantó hacia el charco. Entró en él, y éste se la tragó, desapareciendo también él.

Inmediatamente, el cuerpo de Ginny comenzó a moverse de forma normal. Su madre, la abrazó con fuerza, sin dejar de llorar. Las demás sonrieron con alegría, pero... ¿qué le pasaba a Electra? Su cuerpo seguía inmóvil...

Lydia había salido de la mente de Ginny, y su alma estaba de nuevo en su cuerpo, pero, inexplicablemente, éste no respondía.

Comprendo- pensó de nuevo Electra- no te obedecerá hasta que hayas decidido... tu mente no está clara, y es por eso que tu cuerpo te rechaza. No te dejará entrar hasta que hayas elegido un destino... el mismo dilema de siempre... ¿amor o amistad?

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NOTAS DE LA AUTORA:

Otro capítulo más! Al fin despierta Ginny! (que se ha tirado prácticamente la mitad de la historia en coma!) pero pobre Electra. Y no digamos Pansy, que se ha quedado temblando como gelatina royal... jejejeje y todavía queda por descubrir el por qué Hermione puede entrar a ver a Ginny y no sus hermanos o Harry... jajajaja

A todo esto, hay un fallo garrafal! (bueno, podemos decir medio fallo... explico!) Yo pensaba que los prefectos podían quitar puntos, porque no lo recordaba bien (el libro auténtico, claro), pero claro, son sólo castigos lo que pueden poner, así pues, cambié algo que decía Hermione cuando estaba con Pansy que era "¿Me estás amenazando?- dijo tranquilamente Hermione- ¿qué te parecen 5 puntos menos para Slytherin?" por lo que ahora está, (una semana de castigo), pero no sé si por ahí había más fallos como ese... lo siento muchísimo... en todos estos casos añadir "una semana de castigo y una torta para la autora por mala memoria"

Como digo siempre (al menos en los mensajes privados), muchas gracias por los reviews, que me hacen mucha ilusión!

DEW Almu-chan