Title: Procesos

Author: GaBo0

Pairing:Harry/Draco

Rating: R

Summary: AU, slash. No es magia, solo el mundo real. Mas o menos

NOTA: Esta historia ya està terminada. Irè subiendo los otros cuatro capìtulos (si, la historia solo tiene 5 capitulos ¬¬) a la semana (o si tengo muchos reviews, depende de lo que llegue primero ). Algunos lugares son lugares donde yo misma he estado, asi que... no contiene nada de magia o algo por el estilo.

NOTA2: Debo confesar que no subo el capìtulo muy contenta porque no he recibido muchos reviews... ¬¬ vale, soy un poco vanidosa con esas cosas... pero solo por las personas buenas y bonitas que me dejan review estoy subiendo este capìtulo . Es la primera histria que actualizo este año!


CAP 04: Superando

Ya había pasado un mes y nada fuera de lo común había ocurrido en la vida de Harry. Después del primer día, ya se iba acostumbrando a la nueva forma de dictar las clases en ese colegio, y, aunque aún le parecía algo incómodo, se le iba haciendo costumbre eso de cargar con su maleta todo el día y tenerla rodando por todo el piso del salón al igual que todas las demás.

Además, se iba familiarizando con sus compañeros.

En sí, los compañeros de clase no eran muy interesantes. Por ahí, uno que otro saltaba a la vista. Dentro de ese salón, solo se oían constantemente los aullidos de Millicent antes de un examen o cuando el maestro dejaba una tarea para el día (o mes) siguiente. Aparte de ella, Iago y Darcia se llevaban el premio a los más escandalosos del salón. Ambos eran muchachos de apariencia normal, o sea, no llamarían la atención si te cruzabas con ellos por la calle. Tal vez después, rememorando el hecho, recordaras que Iago tenía los ojos de un verde profundo y bastante fuerte, y Darcia poseía una sonrisa que derretía a todas las chicas menores, pero a simple vista no eran nada fuera de lo común.

Claro que eso era hasta que abrían la boca y soltaban la primera idea estrambótica que se les viniera a la cabeza. Ya iban varias veces en las que Harry se veía envuelto en sus interrogatorios sin sentido o era arrollado por ambos chicos mientras se perseguían o bailaban de alguna forma individualmente al fondo del salón.

También pudo darse cuenta que Draco era conocido por muchos alumnos. Según lo que había podido observar, parecían confiar bastante en el muchacho, pues cada vez que querían hacer un reclamo (o pedir una postergación para algún examen o deber) recurrían a él para que hablara en representación del salón.

El rubio jamás se mostraba prepotente. Todo lo contrario, aceptaba con absoluta seriedad, aunque tal vez con un poco de indiferencia. No estaba seguro de cómo calificar la actitud del rubio pues, aunque no era arrogante, no era la persona más sociable del mundo.

A pesar de que eso le hubiera parecido los primeros días.

Draco se sentaba donde todos comían durante los refrigerios, participaba de las conversaciones en círculo dentro del salón, lograba que su voz fuera escuchada sobre el barullo durante las clases y conseguía que su opinión pesara más sobre las otras, pero...

Había algo que lo rodeaba. Algo que Harry aun no podía reconocer, y que parecía separar a Draco bajo una fina capa de vidrio irrompible del mundo real. Muchas veces lo había imaginado como un ser de otro planeta, un individuo etéreo que vagaba por unos instantes en ese pueblo en medio de la nada, pero luego trataba de convencerse que ello no le llevaría a averiguar qué tanto ocultaba bajo su pose de cortés frivolidad.

También estaban ahí mezclados Blaise y Sebastián, a quienes ya no veía tan a menudo porque tenían que volar a otro lugar para unas clases que tenían de tarde. La actitud del primero lo había desconcertado, sobre todo después del pequeño problema que hubo cuando Draco pasó una noche en su casa. Jamás supo cuál fue el motivo de su desagrado. Ahora estaba convencido de que no tenía nada que ver con alguna clase de homofobia o xenofobia (posibilidades que realmente había considerado), pero no estaba más cerca de descubrirlo de lo que estaba hacía 3 semanas.

Un día había comenzado a hablar de eso con Sebastián, pero lo había cortado amablemente pidiéndole que dejara el tema zanjado. Prefirió hacerle caso y probar con otra persona. Con Blaise le había pasado algo parecido, aunque estaba agradecido de que el chico ya no reaccionara de manera fría y hostil. Realmente le caía muy bien, y sería una pérdida cortar sus relaciones con él. No sólo era muy simpático y atractivo, sino que tenía aquel toque misterioso y profundo de las personas que siempre saben qué es lo que ocurre y parece que pudieran ver lo que va a ocurrir en el futuro.

También había intentado hablar con Ron sobre la misteriosa situación de Draco, pero parecía estar casi igual de perdido que él (y lo conocía de muchos años). Le comentó que Draco y Blaise eran los únicos que parecían conocer todo el rollo completo, pero que de alguna forma Sebastián había conseguido que le contaran porque su ayuda se volvió necesaria en algún punto. Aquí, Harry notó cierto rencor en su voz, sobre todo cuando comentó que durante ese tiempo él estaba de viaje.

Se había vuelto más cercano a Ron. Normalmente, cuando regresaban a casa, Draco no hablaba mucho durante el camino y luego enrumbaba hacia su casa con alguna razón para no desviarse. Él y Ron tenían más tiempo de conversar (sobre todo cuando se aburrían y salían a vagar excusándose con alguna tarea inventada). Con Ron había hablado de Hermione, y había podido entrever que su amigo sentía algo por aquella chica que, si bien no le había parecido nada fuera de lo común en un principio, comenzaba a apreciar bastante como persona.

Había visto cómo Hermione parecía conocer de todo más que un poco. Dominaba muchos temas en el colegio y era amable y de buenas intenciones. Realmente amable. Podría decir que era una de las pocas personas que actuaban con sinceridad en la escuela. Harry no podía decir que se sentía incómodo, pero podía percibir cómo bajo la manta de amistad se colaban pequeñas cosas de las que nadie quería hablar.

Por ahí oía rumores y críticas entre personas que se juraban amistad para toda la vida y ya hacían planes para el viaje de 5 años más adelante. Oyó comentarios sobre un par de parejas dentro del colegio, e, incluso, cómo destruían a una profesora con un pedazo de información que alguien había conseguido.

Se decía que las personas no eran malas. Se lo repetía todo el tiempo. Y no las veía malas. No podía verlas como malas personas a pesar de todas las actitudes negativas que veía en ellas. Mas bien, le parecían perdidas. Como aquellas ovejitas que siguieron a la oveja que se largó de donde debería estar por miedo a que hacer lo que ellas mismas querían las volviera exiliadas del grupo.

Y, hablando de ovejitas, tenía que buscar algo que usar mañana. Era sábado, y Blaise acababa de llamar para decirle que debía conseguir botas gruesas, semillas de cualquier planta, una regadera (lo cual le parecía bastante improbable de encontrar a estas alturas) y un sombrero de paja (probablemente una broma).

Mañana sería su segunda visita de caridad.


No había podido dormir bien durante la noche tampoco. Por alguna razón se despertaba cada cinco minutos y conciliaba el sueño después de media hora para levantarse nuevamente a los cinco minutos. Ahora estaba cansado y le cohibía ligeramente salir con la cara de mala noche que portaba.

- Eh, Harry. Pensé que saldrías ayer

Harry se detuvo y saludó a Ron. El pelirrojo no parecía haber pasado una noche tan mala como la suya. Por el contrario, tenía una sonrisa plantada en el rostro y el aspecto de querer contarle algo importante.

- ¿Por qué no bajaste a la casa de Iago?

Harry se golpeó la frente y maldijo su mala memoria. Tal vez ahora sería una buena oportunidad para comenzar a usar la agenda que su tía le había regalado a comienzos de año.

- Lo siento, lo olvidé completamente

- Pues – dijo Ron con una risa burlona -, debes estar enamorado porque ayer saliendo del colegio prometiste no faltar

Harry le metió una colleja por hablar tan alto y se ruborizó furiosamente. Tal vez no era cierto que estaba enamorado, pero podía muy bien estar en camino de estarlo. Sobre todo después de darse cuenta lo mucho que podía acaparar cierto muchacho pálido en su cabeza.

Y, ahora que se ponía a pensar en eso, había olvidado completamente la reunión por su culpa.

Ayer Draco lo había llamado a su celular. La primera vez que lo llamaba a su celular. Cuando reconoció su voz en el teléfono no pudo evitar que su corazón se acelerara a mil por hora y su respiración quedase atrapada dentro de su garganta. Una felicidad abrumadora se había apoderado de él, algo que no le pasaba desde hacía mucho tiempo con ninguna persona de carne y hueso (la última vez que le pasó fue saliendo de una obra de teatro donde quedó enamorado de la heroína).

Su conversación no había durado más de dos minutos, pero fueron suficientes para tenerlo divagando durante el resto de la tarde y mandarlo a dormir temprano. El chico le había dicho que no podría asistir a la obra que tenían planeado para aquel día. Cuando Harry había preguntado porqué, el otro hizo una pausa preocupante antes de responder que no se sentía muy bien.

Al colgar el teléfono, Harry se dio cuenta que estaba realmente preocupado. Después de ver cómo Lucius trataba a Draco (y lo había visto tres veces más después de la primera vez que apareció en su casa), no se le hacía extraño que la primera idea que se le venía a la cabeza fuera que esta vez se había pasado de la raya y Draco no estaba en condiciones de salir de su casa.

Y luego, pensando un poco más, se alegró un poco de la situación (no sin antes recriminarse el estar alegre cuando Draco podía estar en malas condiciones). El rubio había preferido llamarlo a él antes que a otra persona. No se conocía mucho aún, pero ya habían desarrollado un lazo más o menos fuerte. No como la amistad que había trabado con Ron y la amable cortesía con la que trataba a Hermione. Era diferente.

Era como...

Como cuando conoces a una persona y ningún silencio es incómodo.

- ¿Harry?

El moreno parpadeó un par de veces. Le sonrió a Ron como disculpa por haberse ido volando junto a sus pensamientos. Debía chequear eso, pues últimamente parecía pasarle más seguido.

- Tienes algo grave – exclamó Ron con las cejas entornadas. Luego, dejándolo a un lado, agregó -. ¿No vas a preguntar cómo estuvo la reunión?

Ahora Ron había regresado a su pose sonriente y picarona. Harry sonrió de medio lado y preguntó cómo había estado la reunión para darle gusto a su amigo. El pelirrojo dejó de caminar, se plantó sobre sus dos pies y adoptó una pose dramática.

- Estamos

Tal vez la reacción de Harry no fue la esperada, pues el pelirrojo frunció el ceño y le golpeó la cabeza.

- ¿No me vas a felicitar? – y al ver que Harry seguía sin reaccionar, Ron explicó con algo de desgano -. Hermione es mi novia, Harry

Harry lanzó una larga expresión de entendimiento y felicitó a Ron como era debido. Este le mandó la debida amonestación por su lentitud mental, pero entendía que el moreno reaccionara así de lento en su actual estado. Su mente parecía andar por las nubes últimamente.

Siguieron caminando hacia la casa de Ron. Ellos habían quedado con Blaise en que llegarían un poco más tarde porque tenían que comprar cosas de último minuto (cosas que ahora cargaban en cuatro bolsas llenas de goma, tijeras, papeles y marcadores de color). Ron se quejaba de vez en cuando que el otro muchacho jamás cargaba con nada (refiriéndose a Blaise), pero Harry ignoraba los comentarios con una sonrisa. Sabía que su amigo solo lo decía por tener alguien contra quien quejarse.

Aunque no sabía porqué siempre caían sus quejas sobre Blaise.

- ... Siempre tan delicado. No puede cargar ni una bolsa porque se daña las manos. ¡Por Dios! Ni siquiera cuando estuvo con Hermione...

- ¿Qué?

Ron se detuvo y giró a ver a Harry, quien se había quedado casi de piedra.

- Ni siquiera cuando Blaise estuvo con Hermione la ayudó a redecorar su cuarto. Yo tuve que ir a cargar con los muebles y...

- No, no. ¿Blaise estuvo con Hermione?

- Ah, sí – contestó Ron restándole importancia y continuando su camino -. Hace un buen tiempo. Terminaron porque no hacían buena pareja – sentenció Ron una sonrisa malévola.

Harry le alcanzó aun queriendo saber más sobre el tema.

- Pero jamás tocan ese tema

- ¿Y por qué habrían de hacerlo? – preguntó extrañado el pelirrojo

- Pues... no sé. Pero es extraño que...

- Tal vez por Draco – contestó súbitamente el otro mirando a Harry fijamente, como si le estuviera respondiendo a él.

Ante la cara de signo de interrogación del moreno, el pelirrojo se vio obligado a elaborar.

- Cuando Blaise y Hermione fueron novios a Draco le gustaba él. Claro que ella no sabía. Realmente nadie sabía, creo que ni siquiera el propio Blaise sabía. Todos nos dimos cuenta porque ellos andaban siempre juntos y de la noche a la mañana Draco lo hacía todo solo.

- Mmm...

- Probablemente fue esa razón la que no dejó que esa relación prosperara. O tal vez sea que esos dos están predestinados. Esto es, Draco y Blaise.

Harry no tomó muy bien el comentario, pero Ron no se dio cuenta.

- Draco nunca ha salido con nadie, y creo que Blaise tampoco. A parte de Hermione – aclaró Ron cambiando las bolsas de mano porque sentía que la sangre no llegaba a sus dedos -. Y con todo el problema de Lucius...

- ¿Qué hay con él?

- No lo sé, pero algo me dice que tiene mucho que ver.

No continuaron hablando porque oyeron a Sebastián gritarles que se apuraran y tuvieron que correr hasta el autobús.


Una vez acomodados en los asientos, la conversación fue imposible de reanudar puesto que Blaise y Sebastián estaban sentados frente a él. A parte, había tenido que sentarse con Adriana, la amiga de Hermione, pues esta se había marchado con Ron a los asientos posteriores.

Adriana parecía una chica muy risueña. Tal vez demasiado. A Harry le dieron ganas de decirle que guardara silencio más de una vez en lo que iba del viaje. Finalmente ella pareció entender que no quería conversar y, muy diplomática, se excusó y fue a reunirse con otro grupo de chicas un par de filas más atrás.

Así, Harry terminó sentándose al lado de soledad.

- ¿No andas con ánimos de conversar hoy?

Harry giró hacia el chico que le había hablado y le sonrió negando con la cabeza. Blaise tomó asiento a su lado. Fue solo en ese momento en el que Harry percibió que sus movimientos eran más lentos y tal vez un poco remilgados a comparación de los demás. Aún así, no pudo evitar la sensación de que él se veía muy tosco al lado de la refinada postura del otro chico.

- ¿Hablaste con Draco?

El moreno se sobresalto al saber que Blaise sabía que el rubio lo podía haber llamado. Había notado la ausencia del rubio, pero no se había animado a hacer ninguna pregunta para no recibir ninguna a cambio. No estaba seguro de cómo se tomarían el hecho de que Draco lo hubiera llamado a él, un desconocido relativamente, antes que a cualquiera de ellos.

Asintió

- Me imaginaba – sonrió Blaise, acomodándose en el asiento y mirándolo con una sonrisa melancólica en el rostro -. En algún momento dejaría de ser indispensable.

Harry lo miró con las cejas entornadas y bastante confundido. El chico a su lado no parecía nada dispensable, literalmente. De haberse encontrado en otra situación estaba seguro que podía haberse clavado con él. No sólo era irremediablemente atractivo, casi de la misma forma como Draco lo era, sino que tenía aquella simpatía y calidez que el rubio trataba de imitar con su cortés frialdad.

A Harry le había llamado la atención desde que lo conoció. Cuando Hermione lo mandó a acomodar cajas, Harry recibió con algo de vergüenza y satisfacción el leve flirteo en el que Blaise lo envolvió. Después de eso, el otro no repitió esa clase de conversaciones. Desde el conflicto que tuvo cuando Draco se quedó a dormir en su casa, se había portado hostil por un par de días antes de volver a ser el mismo de antes.

- No estoy de acuerdo. Draco y yo no somos tan cercanos...

El otro le sonrió como diciéndole "No trates de hacerme sentir mejor porque siento que doy lástima". Harry no podría decir que se le partió el corazón al ver la mirada triste del otro, pero sí sintió como si le estuviera arrebatando algo muy precioso a una persona que no le había hecho nada. Trató de disculparse, pero el otro lo detuvo colocando su mano izquierda sobre su rodilla.

La respiración de Harry se cortó.

- No te disculpes. Sé que Draco no se arrepentirá de tenerte como su confidente ahora. Tal vez no parezca gran cosa ahora, pero esa llamada que te dio ayer fue una señal de que la relación entre él y yo ya no sería la misma.

- ¿Por qué...?

Blaise se encogió de hombros y su lacio cabello cubrió su rostro como un manto de sangre. Harry se alejó horrorizado por un segundo antes de darse cuenta que eran alucinaciones de su mente cansada. El muchacho levantó la vista, volvió a sonreírle y recostó la nuca en el asiento con un gran suspiro.

- Supongo que deberías saber qué ocurre con Lucius.

Harry lo miró expectante, agarrando la tela de su pantalón más fuerte lleno de ansiedad. Aquel había sido un tema que le molestaba desde hacía un buen tiempo. La relación que Draco llevaba con su hermano no era la más saludable. No sabía si estaba traicionando la confianza de Draco al enterarse de todo por parte de Blaise, pero el pelirrojo había sido su mejor amigo durante mucho tiempo. Debía de saber lo que sería mejor para el rubio.

Blaise acomodó un mechón de cabello color sangre detrás de su oreja. Harry pensó por un instante lo lacio que era su cabello y lo bien que enmarcaba su rostro antes de concentrarse de nuevo en el tema.

- En resumen, Lucius piensa que es su padre.


Yap, ahi està! Solo falta un capìtulo para terminar la historia. Esta semana voy a vivir en la playa, asi que lo estarè subiendo el proximo domingo (y voy a tratar de no quemarme mucho para poder hacerlo )

Un beso para todos.. y dejenme un review al menos que me hacen sentir mejor!

Ah, y otra cosa. Sè que a muchas no les gusta el RonHermione, pero es lo que està practicamente predestinado.. asi que creo que era o que mejor quedaba

GaB

04:44 pm, Lunes 02 de Enero del 2006