Orejas de demonio.
Un chico tiene sus expectativas. Fantasear y hacerse ilusiones, más que natural es como un requisito indispensable, entretenimiento para una mente en gran tensión. A propósito de eso, nuestro buen Raiko ya llevaba rato esperando, desde luego sin nada mejor que hacer que ponerse a pensar de más en lo que podía pasar.
Ya mencioné que un chico tiene sus expectativas, también tiene sus problemas comunes, como el que le ocasionaba ese letrero de "Es obligatorio el uso de traje de baño para todos los usuarios de las instalaciones de la piscina". Desde luego no se refería a una prohibición al nudismo, sino a una obligación a usar esas odiosas trusas ajustadas; nada como un speedo para obligar a un chico en plena ebullición hormonal a controlar sus emociones. No, a veces el agua fría no ayuda en nada, lo mejor era intentar relajarse, algo de ejercicio podía hacer el truco.
También tiene que tener paciencia un chico. Que bueno es poder ponerse a practicar algo de tus artes marciales mientras esperas, algunas patadas y giros pueden ser muy relajantes, sobretodo si estás seguro de que nadie te está mirando, lastima que no es igual hacer lo mismo mientras esperas a una chica en la cola del cine. Igual, lo que fuera por no seguir pensando en como se vería Rei en traje de baño ni mucho menos recordar que de hecho ya la había visto sin él, o peor aún imaginarse las posibles reacciones de Ayanami en caso de fracasar Raiko en controlar su cuerpo. De nuevo, un chico tiene sus expectativas, en especial ante las posibilidades que les presenta la vida.
Un chico cree conocer a la chica que le gusta, pero siempre pueden haber sorpresas. Lo más lógico de esperar que Rei hiciera en una de esas vergonzosas situaciones, de ser una chica normal, sería apartar la mirada con el rostro enrojecido de pena, pero tratándose de ella lo más probable sería que no le prestara la más mínima intención, solo dirigiéndole su fría mirada directo a los ojos a Raiko, matándolo silenciosamente con su desvergonzada indiferencia (no que a nuestro chico no le encantara eso de ella). Pero desde luego siempre existía la posibilidad de que le sorprendiera con una repentina y salvaje reacción al más puro estilo del sin sentido del hentai, saltando sobre él como una feroz felina en celo, tumbándolo de espaldas al suelo antirresbalante de la piscina, arrancándole el bañador y finalmente tomando su miembro entre sus manos con toda la intención de devorárselo salvajemente.
—Buenos días.
¿Quién más sino Ayanami podría ser la asesina ninja perfecta? Ligera y silenciosa como una blanca nube, nuevamente le tomó por sorpresa, por la espalda y en el peor momento: justo cuando su imaginación se había echado a volar sin control, justo cuando su mente era dominada por la imagen del celestial y brillante cabello de Rei inundando su entrepierna. Suerte para Raiko, todo estaba bajo control.
—Buenos días, Rei. Disculpa que haya empezado a calentar sin ti, es solo que llegué muy temprano y...
—¿Qué estabas haciendo, es algún tipo de estilo de lucha?
—Eh... Sí, lo es. ¿No les enseñaron algo de este estilo en su entrenamiento básico a ustedes?
—Nosotros no recibimos un entrenamiento básico como el de ustedes, más que nada solo fuimos seleccionados.
—Pero yo te he visto luchar, es decir, los he visto a todos, pero me cuesta trabajo creer que no sabes algo de artes marciales. Y si no es por tu entrenamiento ¿quiere decir que ya practicabas algún arte marcial antes de ser piloto?
—...
—¿Quizás... eras miembro del club de kendo o judo de tu escuela?
Un escalofrío recorrió todo el cuerpo del Teniente, aún cuando la imperturbabilidad de Rei parecía ser la misma de siempre, algo en su silencio, algo en la forma en la que viró la mirada hacia el ventanal perdiéndola en el infinito horizonte por un segundo al escuchar estas preguntas y luego dar esos dos pasos hacia él con esa mirada a la vez vacía y de hierro aterciopelado. Era algo extraño, una suposición muy lógica y loca, pero ¿no sería quizás que Rei...?
—Rei... —Comenzó a decir Raiko sintiéndose como si a sabiendas estuviera a punto de abrir la Caja de Pandora— ¿Qué es lo que más recuerdas de tu vida antes de ser piloto de Evangelions?
Cual si fuera la más apropiada música de fondo para aquella escena, Raiko escuchaba claramente como los latidos de su corazón rompían salvajemente el abrumador silencio que emanaba de la pálida Rei envolviéndolo todo. Ella bajó la cabeza por un instante durante el cual sus ojos desaparecieron tras una densa sombra. Al levantar de nuevo el rostro, una fuerte impresión y sorpresa oprimió el corazón de Raiko cual si lo hubieran arrojado dentro de un gran puño hidráulico, ¿Era ese en verdad el brillo de una lagrima asomándose en sus ojos? ¿Era posible que sus labios estuvieran tan siquiera ligeramente temblando? Sus tan hermosos labios... ¿Estaba acaso él alucinando todo esto? Quizás solo estaba viendo lo que él quería o solo estaba demasiado cerca para notar que nada había cambiado en ella en realidad. Lo que sí era cierto es que trataba de decir algo, en tres ocasiones intentó comenzar aquella frase.
—Yo...
—¿Sí?
—No, nada de eso importa ya.
—Pero...
Ahora el rostro de Rei estaba a solo dos centímetros del suyo y sus palabras sonaban con un muy extraño y sombrío énfasis calmado.
—Nada de eso importa ya.
Raiko se sintió como si ella estuviera tratando de dominar su mente al más puro estilo Jedi, y en serio que había algo hipnótico e irresistible en su manera de hablar y de mirar tan profundamente. Él estaba completamente a su merced y a punto de hacer una locura, inclinando inconscientemente su cabeza muy lentamente hacia la de Rei para acercar sus labios. Semejante momento tan sublime, semejante mala suerte que tienen algunos.
—¿Qué estás haciendo?
De nuevo una inmensa sensación de vergüenza invadió a nuestro pobre chico, quien comenzó a tartamudear tratando de explicarse y disculparse sin saber que decir y rogando al cielo porque algo lo sacará de ese atolladero. Las plegarias de algunos son respondidas tan fácilmente.
—¡Emergencia! ¡Emergencia! —Comenzó a retumbar por todos lados en las estridentes bocinas— ¡Se ha confirmado la presencia de un Ángel! ¡Todos los pilotos de Evas reportarse de inmediato!
—Tendremos que venir a nadar otro día.
—Eso parece —Entre aliviado y culpable por ver satisfecho su deseo egoísta, Raiko ahora respiraba más tranquilo, al parecer se había escapado de meter la pata bien hondo está vez— Supongo que será mejor que me valla al refugio más cercano...
—Ven conmigo.
—¿Ah?
—Te puede hacer bien tener experiencia de primera mano en este tipo de operaciones, así luego no te agarrara tan de sorpresa cuando comencemos a trabajar juntos oficialmente.
—Entiendo lo que dices, pero dudo mucho que solamente me dejen observar desde la sala de control...
—Las unidades Tipe A de tu grupo ya fueron trasladadas a nuestro hangar. Presiento que podemos necesitar refuerzos y me parece que tú podrías ayudarme.
—Yo haré todo lo que pueda, pero no estoy seguro de que sea una buena idea incluirme así sin previo aviso...
De pronto se había quedado de una pieza por la impresión. Así como si nada, como una madre que le da valor a su chiquillo, Rei le había tomado de la mano, interrumpiéndole en medio de su frase y haciéndole sentir de pronto tan seguro de sí mismo, tan seguro de poder bajar y subir del Infierno por ella. Una sensación muy confusa de explicar en realidad.
—No tienes que preocuparte por nada, Raiko, yo te estaré protegiendo. Ahora vamos.
Para sus adentros el siempre heroico muchacho se reía mientras se dejaba llevar por su adorada Rei, pensando con gracia que ella le había robado sus líneas. "Debí ser yo quien dijera eso", pensaba nuestro aspirante a actor mientras se ponía su plug suit, ya no tan sorprendido de que de verdad le dejaran prestar su ayuda como apoyo en el combate (las palabras textuales de Misato fueron: "Que bien que ya estás prácticamente desvestido, tardarás menos en estar listo ¡deprisa, Teniente, este no es un simulacro!). Solo una cosa lamentaba Raiko, ni siquiera era el no haber de hecho besado a Rei, el solo seguía pensando "Yo al menos lo habría dicho con algo más de ternura, eso habría sido fantástico".
Un chico tiene sus expectativas, y salir a matar a un Ángel en la primera cita no estaba nada mal después de todo.
