Desclaimer Los personajes de Saint Seiya no me pertenecen, son propiedad de M. Kurumada. Los personajes que no aparecen en la serie y en el manga obviamente son míos. El personaje de Milekha le pertenece a Atalanta de Esparta. El personaje de Nahir pertenece a Ryu Mari.

Advertencia: Este fic es secuela de El Aguila y la Melodía y todas sus secuelas (ya son bastantes...)

EL LENGUAJE DEL CORAZON

CAPITULO 1: NUEVAS VISIONES

Habían pasado casi cuatro meses desde que la reina Deyana había sido vencida. Las cosas en el Santuario estaban mucho más tranquilas. Agata se había unido al Recinto de las Amazonas para tomar clases con los caballeros, pues tenía que aprender a usar su cosmo para alcanzar la conciencia Araya.

Una mañana cercana al verano, el guardián de la casa de Tauro se levantó perezosamente. ¡Que los dioses bendigan los fines de semana! La mañana era cálida, la luz apenas pasaba a través de las cortinas de la habitación de Aldebarán.

Aldebarán escuchó a Kiki y Zalika cruzar su templo corriendo. Era imposible saber si habían pasado de Aries a Géminis o viceversa. Lejos de estar de mal humor, el caballero sonrió. Le encantaban las visitas de esos dos. Siempre tenía preparado un tarro de galletas o un par de barras de chocolate para ellos.

Aldebarán se levantó y se dio una ducha. Después de vestirse se dirigió a la cocina para preparar algo de desayunar. Kiki y Zalika hicieron su aparición de nuevo.

-¡Tío Alde!¡Tío Alde!- gritó Zalika- ¡adivina que!-

-¿Qué sucede, pequeña?- preguntó el caballero.

-¡Adivina!¡Adivina!- dijo Zalika.

-No va a adivinar, Zalika- dijo Kiki, cruzando los brazos con impaciencia.

-¡Sí! ¡Tío Alde, adivina!- insistió la niña.

-No tengo idea, Zalika- dijo Aldebarán, bajando el tarro de galletas- pero si me lo dices, te daré dos galletas con chispas-

-¡Mamá se fue al hospital!- exclamó Zalika- ¡mi hermanito ya va a nacer!-

-¿Qué dices?- exclamó Aldebarán, sorprendido.

-Sí- exclamó Zalika- papá dijo que avisara a todos los caballeros cuando se despertaran... y tu fuiste el primero, tío...-

-Después del señor Mu, claro está- dijo Kiki- Saga nos encargó que cuidáramos a Zalika...-

-Ya veo- dijo Aldebarán, mirando el reloj de pared-ya es tarde... no creo que se enojen si los despertamos y les damos la buena noticia, ¿no creen?-

-¿En serio podemos despertarlos, tío Alde?- dijo Zalika.

-Por supuesto- dijo Aldebarán- excepto a Máscara Mortal. Puede ponerse muy irritable si alguien lo despierta...-sonrió- iré yo-

-¡Qué bien!- exclamaron Kiki y Zalika, y ambos se echaron a correr escaleras arriba. Aldebarán sonrió al verlos correr. El primer bebé en el Santuario en 13 años. ¿Quién lo diría?

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-Julieta, te lo diré una última vez- dijo una enorme mujer con cara de pocos amigos- si haces algún desastre en Grecia, te juro que te vas a arrepentir... la señora Totopulus no es una mujer paciente...-

La chica llamada Julieta puso los ojos en blanco, asintiendo fastidiada sin decir palabra. Era una chica de veinte años, un poco alta para ser mujer, de ojos y cabellos castaños, éstos últimos atados con una liga. Usaba unos pantalones negros muy sueltos, una blusa blanca y una chamarra de mezclilla. A pesar de ser muy bonita siempre tenía una mirada triste. La mujer que tenía enfrente le puso un boleto de avión en las manos.

-Ayudarás a la señora Totopulus en todo lo que te ordene- continuó la mujer- nada de meterte en problemas, y nada de novios, ¿entendido?-

"¿Novios, yo?" pensó Julieta "sí, claro, el día que las vacas vuelen"

-Y tampoco quiero problemas con esa bestia... esa cosa que llamas perro- añadió la mujer.

Julieta asintió y levantó al pequeño perro Beagle en sus brazos. El perro ladró un par de veces.

-Bien, si ya entendiste, vete de una vez- dijo la mujer, sacudiendo la mano con fastidio- un taxi te espera en la entrada para llevarte al aeropuerto-

Julieta no se despidió. Solo tomó con una mano las dos delgadas maletas y se dio la vuelta, saliendo hacia la calle. Un taxi la estaba esperando, y ella lo abordó. Mientras se dirigía al aeropuerto, acariciaba a su perro mirando por la ventanilla y pensando en lo que la estaría aguardando en Grecia. No lo sabía exactamente, pero esperaba que fuera mejor que en Lisboa.

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Kiki y Zalika habían recorrido todo el Santuario para informar a todos los caballeros que el bebé de Saga y Clara estaba a punto de nacer. Al único que no le hizo mucha gracia fue a Máscara Mortal, quien en su furia rompió el techo de su propio templo.

Aldebarán volvió a la casa de Aries, donde Kiki y Zalika lo estaban esperando. Mu estaba de pie en la entrada del templo, mirando el cielo con los brazos cruzados.

-Vaya día que eligió el hijo de Saga para nacer- comentó Mu en voz baja con la vista fija en el cielo- se acerca una tormenta...-

-Ya me di cuenta- dijo Aldebarán.

-Tío Alde, ¿cuándo voy a poder ver a mi nuevo hermanito?- preguntó Zalika.

-Pronto- dijo Aldebarán- cuando tu padre nos avise que ya nació...-

-¿Y cuanto falta para eso?- preguntó Zalika.

-Pues no lo sé, menina- dijo Aldebarán- que nazca un bebé toma su tiempo...-

-¿Y cuanto tiempo toma?- preguntó Zalika otra vez.

Mu sonrió al ver a Aldebarán en apuros.

-Falta poco, Zalika- intervino Mu- parece que va a llover y las amazonas aún no saben la noticia... ¿porqué no vas con Kiki a avisarles?-

-¡Por supuesto!- exclamó Zalika, corriendo junto con Kiki hacia el Recinto de las Amazonas.

-Te debo una, Mu- dijo Aldebarán, aliviado. Mu sonrió.

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Pasaron varias horas antes de que recibieran una llamada del hospital. Todos querían ir a conocer al bebé de Saga y Clara, y nadie quería quedarse atrás. Mu se ofreció a llevar a Zalika, mientras que Adam, el novio de Shaina, ofreció su auto para llevarlos al hospital. Las chicas fueron las primeras en apuntarse para ir, encabezadas por Saori.

Una vez en el hospital, el primero en recibirlos fue Saga.

-¡Saga!¿Qué pasó?¿Cuándo nació?¿Fue niño o niña?- todos comenzaron a bombardear al pobre santo con preguntas.

-Ya, ya, tranquilos- dijo Saga con una enorme sonrisa- van a asustar a mi hijo-

-¡Niño!- exclamaron todos.

-¿Y cómo está Clara?- preguntó Selene.

-Está bien- dijo Saga- está con el bebé. Mu trajo a Zalika y a Kiki-

-¿Podemos verlos?- dijo Saori.

-Por supuesto- dijo Saga, sonriente- vengan, les mostraré-

Las chicas siguieron a Saga hasta el cuarto de Clara. Al parecer ella ya se esperaba que llegaran, pues estaba sentada sobre la cama y con el bebé en brazos, envuelto totalmente en una manta blanca. Zalika estaba sentada en una silla junto a la cama.

-¡No puedo creerlo!- exclamó Saori.

-Ni yo- dijo Marín.

-Chicos, les presento a mi hijo Teseo- dijo Saga.

-Tiene nombre de héroe- dijo Shaina- me agrada...-

-A ver, dejen verlo- dijo Saori- háganse a aun lado...-

Clara descubrió al bebé. Tenía el cabello azulado y las facciones muy finas. Sus ojos estaban cerrados. De pronto bostezó y todas las chicas hicieron una exclamación de ternura.

-Que lindo...- sonrió Selene.

-Solo que no se ponga a llorar, entonces no les parecerá lindo- dijo Adam desde la puerta. No tenía mucha afición hacia los niños, y solo se había ofrecido a ir porque Shaina quería verlo.

-Apuesto que aún así debe ser bellísimo- dijo Shaina. Adam rió nerviosamente.

-Creo que es hora de dejar descansar a Clara- dijo Mu- vamos, Zalika, que Aldebarán está esperando a que le cuentes como es tu hermanito...-

Zalika se puso de pie de un salto y tomó la mano de Mu.

-Nosotros también deberíamos irnos- dijo Adam- parece que va a comenzar una tormenta...-

-Sí, sí, tienes razón- dijo Saori- bueno, hasta pronto...-

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-¿Y como era tu hermanito?- preguntó Aldebarán, mientras servía un vaso de chocolate caliente y lo ponía sobre la mesa frente a Zalika.

-¡Muy bonito!- comentó Zalika- ¡se parece mucho a mi papá!-

-Por los dioses- dijo Aldebarán, sirviendo otro vaso y sentándose frente a la niña- ya serán tres iguales...-

-Pero no pude ver si sus ojos son como lo de mi papá o los de mi mamá, tío Alde- dijo Zalika, tras tomar varios sorbos de chocolate caliente y ensuciándose los labios.

-Los bebés no abren los ojos el día que nacen- dijo Aldebarán, alcanzándole una servilleta- tardan unos días. De todas maneras, pueden cambiar de color...-

-¿En serio?- dijo Zalika, limpiándose la boca con la servilleta.

-En serio- dijo Aldebarán- así que tendrás que tener paciencia...-

-Ya que- dijo Zalika- tío Alde, ¿y porqué tu no tienes novia? Todos los caballeros tienen...-

-No todos- dijo Aldebarán- tampoco el maestro Dokho ni el maestro Shion tienen-

-También ellos deberían tener- dijo Zalika.

-Pues... no sé- dijo Aldebarán- primero tienes que enamorarte, y para eso tiene que llegar la persona apropiada...-

-Pues espero que pronto llegue la persona apropiada para ti, tío Alde- dijo Zalika.

-Yo también, pequeña- dijo Aldebarán. Miró el reloj- ya es tarde, vuelve a la casa de Aries, que Mu te está esperando...-

-Claro- dijo Zalika- gracias por el chocolate, tío-

-De nada- dijo Aldebarán- gracias por contarme sobre tu hermanito...-

Zalika sonrió ampliamente y se fue hacia el templo de Aries. Aldebarán la miró alejarse con una sonrisa, pensando en lo que la niña le había dicho.

-¿La persona apropiada?- dijo Aldebarán para sí mismo- sí, claro, llegará el día que lluevan perros y gatos...-

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"¡Están lloviendo perros y gatos!", pensó Julieta, frunciendo el entrecejo de mal humor. Había olvidado empacar su paraguas.

La chica se quitó su chamarra de mezclilla y envolvió a su perro con ella para evitar que se mojara, tomó sus maletas y salió del aeropuerto hacia el estacionamiento. Una camioneta negra se detuvo junto a ella y bajó la ventanilla del copiloto. Una mujer regordeta y con cara de fastidio apareció dentro del auto. Julieta abrió la boca, como para decir algo, pero la mujer no se lo permitió.

-Sí, sí, soy la señora Totopulus- dijo la mujer con impaciencia- ¿tú eres Julieta do Neves? ¿Y traes a tu... mascota?-

Julieta asintió, mostrándole en bulto donde estaba el pequeño beagle.

-Vamos, sube- dijo la mujer- no tengo todo el día...-

Julieta subió al asiento trasero del auto con un tanto de tristeza. El perrito dio un par de ladridos y gruñó. Julieta estaba de acuerdo con él. Al parecer en Atenas las cosas no iban a ir mejor que en Lisboa.

La camioneta se dirigió a toda velocidad a un enorme edificio en el centro de la ciudad. El chofer las dejó y se fue a estacionar el auto.

-Este edificio es la fundación Betancourt- dijo la mujer- este será tu nuevo hogar-

Julieta miró el edificio y se encogió de hombros.

-Ven, te llevaré a tu habitación- dijo la gruesa mujer, tomando la muñeca de la chica y jalándola hacia el interior del edificio, y casi la hizo tropezar de tantas cosas que llevaba con ella. Tras subir cuatro pisos en el ascensor, la mujer abrió una de las muchas puertas que había ahí con su llave.

-Cuarto cuatrocientos diez- dijo la mujer, poniendo la llave en las manos de la chica- solo hay una llave, no la pierdas-

Julieta asintió, puso al perro en el suelo y juntó sus manos en señal de agradecimiento.

-Nada de esas tonterías- dijo la mujer con impaciencia- si quieres comunicarte con alguien que no es como tú, tienes que hablar-

-Gra...gra...gracias- dijo Julieta con dificultad. Sentía una terrible aspereza en la garganta, y tosió un par de veces.

-¿Ves? No es tan difícil- dijo la mujer- no quiero que esa bestia tuya haga destrozos. Las clases que darás son de diez a doce de la mañana. El resto del tiempo ere libre para hacer lo que quieras, mientras no te metas en problemas ni nos molestes, ¿entendido?-

Julieta no tuvo tiempo de responder, porque la mujer salió dando un portazo. Al quedar sola, la chica examinó su nueva habitación. Una cama, un closet, un escritorio y un baño completo. El perrito saltó sobre una silla y se acurrucó ahí.

"Descansa, Lucas, también fue un largo vuelo para ti", pensó la chica al ver a su perrito.

Julieta desempacó, tomó una toalla y se secó el cabello mojado. Parecía que había acabado de llover. Abrió la ventana, pues se sentía un poco encerrado, y miró a lo lejos un hermoso complejo de templos griegos en una montaña.

"¿Qué es eso?"

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A la mañana siguiente, algunos caballeros se apuntaron para ir al hospital a conocer al bebé de Saga y Clara, Aldebarán entre ellos.

-¿Y cuanto tiempo tienen de casados?- preguntó Agata.

-Casi un año- dijo Afrodita.

Nahir y Shaka iban con ellos, así como Milekha, Camus y Milo, los cuales no habían podido ir el día anterior.

-Zalika dijo que se parecía mucho a Saga- dijo Aldebarán.

-Pobre Zalika- comentó Agata.

-¿Por qué lo dices?- preguntó el caballero de Tauro.

-Porque en un momento así es más difícil ser adoptada- dijo Agata tristemente- sé lo que se siente...-

-No te pongas así- le dijo Afrodita- tuviste la suerte de que tus padres adoptivos te quisieran mucho aunque no fueran tus padres. Y Zalika también es feliz con Saga y Clara. Estoy seguro de que la quieren como si fuera su propia hija-

-Tienes razón- sonrió Agata.

-Bueno, menos plática y más movimiento- dijo Aldebarán- ya quiero conocer a ese niño-

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El primer día de trabajo de Julieta no fue nada fácil. Sus alumnos eran buenos, pero la chica podía leer el miedo en sus ojos, y no podía darse cuenta porqué.

Cuando llevaba apenas diez minutos de haber comenzado la clase, un niño entró al salón corriendo y llorando, y se abrazó de ella. Julieta lo miró sorprendida. Segundos después entró el intendente con una escoba en la mano, haciendo un gesto amenazante. Se detuvo al ver al niño que perseguía abrazado de la cintura de la chica.

-Señorita do Neves- dijo el intendente un poco apenado- disculpe la interrupción por parte del niño. No se preocupe, le daré su merecido...-

-¡No!- exclamó Julieta con todas sus fuerzas. El intendente salió un tanto sorprendido.

Julieta se arrodilló para estar a la altura del niño y lo examinó. Era un niño muy lindo, de piel blanca, de cabellos y ojos negros. Tenía una herida muy fea en el hombro derecho, y un rasguño en la cara. Al verlo tan asustado le sonrió para tranquilizarlo.

-No tengas miedo. A mi me hicieron lo mismo. Ven conmigo-

Julieta se levantó y tomó de la mano al pequeño. Tras indicar a sus alumnos que no tendrían clase, salió del edificio junto con el niño.

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CONTINUARÁ...

¿Me extrañaban? Lamento mucho la tardanza, pero tenía que asegurarme de terminar la historia antes de publicarla. Va a estar cortita (5 capítulos). El perro de Julieta se llama Lucas, en memoria del beagle de mi mejor amigo. Un abrazo a todos.

Abby L. / Nona