CAPITULO 5: EL MUELLE

Aldebarán no volvió al Santuario de inmediato. Se había dirigido a un bar cercano y había pedido una bebida. No podía creer que él hubiera causado eso. Y sobre todo cuando había creído que a él le iría tan bien como a Mu y los otros. Cuando él había creído encontrar a la persona correcta, como le había dicho a Zalika.

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Julieta, por su parte, no podía creer lo que Marco acababa de provocar. Lo poco que alcanzó a captar de la conversación por las señas mal hechas del chico fue que él le había dicho que ella era su novia.

"¿Novia de ese descerebrado mental? ¡Jamás!", pensó.

Julieta pateó el suelo de mal humor, haciendo saltar a Lucas del susto.

"Lo lamento, Lucas" le dijo Julieta con la mirada. Se sentó sobre la cama y recogió al perro del suelo y lo acarició con cariño. Tras unos segundos lo dejó sobre la cama. Julieta abrió la ventana y se apoyó en el marco, dando un suspiro.

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FELIZ DE NOVO

Eu sei você se foi partiu, levou o nosso amor (Yo sé que tú has partido, dejado nuestro amor)
E hoje eu sofro a dor de quem não tem o seu calor (y hoy yo sufro desde que no tengo tu calor)

Quem sabe um dia retornar (Quien sabe si un día regresaras)
Fazer feliz o nosso lar (a hacer feliz nuestro hogar)
Vai ver um outro alguém chegou (vas a ver que otro alguien llegó)
Pra desfazer um lindo par (para deshacer un lindo par)

Era como beira de estrada (Era como mujer de calle)
Nós de mãos dadas por todos os lados (dando las manos por todos lados)
Era comum beijos do nada, (eran comunes besos de nada)
nos entregando em plena madrugada, eu digo: (entregándonos en plena madrugada, yo digo: )

Volta! Agora mi fazer feliz de novo (Vuelve! Ahora me harás feliz de nuevo)
Vamos! Embora pra um lugar longe do povo (Vamos! Entonces para un lugar luego de todo)
Volta! Agora me fazer feliz de novo
Vamos! Embora pra um lugar longe do povo

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Julieta suspiró de nuevo mientras veía el sol de la tarde iluminando las estructuras del Santuario.

"Mañana temprano iré a verlo y aclarar toda esta locura", pensó, y luego frunció el entrecejo "y también le daré una buena patada a Marco"

Julieta sintió a Lucas rozar sus tobillos y lo siguiente que supo fue que el inquieto perro ya se había salido de su habitación.

"Oh, rayos, no puede ser", pensó y salió tras él "no sé como olvidé cerrar la puerta...".

Lucas bajó corriendo los cuatro pisos y recorrió a toda velocidad el pasillo del primer piso. Julieta lo siguió, rogando que el perro no saliera del edificio. Desafortunadamente, la puerta estaba abierta y el perro salió. Julieta salió corriendo tras él.

Julieta miró alrededor. El perro había entrado al vagón de carga de una camioneta. La chica se acercó a él.

-Lucas...- dijo ella con dificultad- sal de ahí...en este instante...-

Pero en lugar de Lucas, un par de hombres salieron de la camioneta y la sujetaron.

-¿Qué hacen?- gritó ella-¡Déjenme!-

-No, pequeña- dijo la directora, la cual estaba mirando la escena desde la entrada del edificio- tú y tu pequeño amiguito van a saludar a los tiburones de mi parte...-

-¿Por qué?- dijo ella.

-Porque los dos saben demasiado- dijo el doctor Salinas- no te preocupes, la señora Federici en Portugal nos agradecerá el habernos deshecho de ti...-

-¡No!- gritó ella, mientras trataba de soltarse- ¡déjenme!-

Julieta vio que otro par de hombres traían al pequeño Arturo y lo comenzaban a subir a la camioneta. Gritó desesperada, pues parecía que nadie iría a ayudarlos.

Lucas salió a toda velocidad de la camioneta al escuchar el grito de su ama y se lanzó contra uno de los hombres que la tenía. La chica se soltó y corrió hacia los dos sujetos que tenían al niño. De dos certeros golpes en la boca del estómago los hizo soltarlo. Tomó al niño de la mano y corrió junto a él a un callejón, y se escondieron tras un basurero.

-Pon atención, Arturo- dijo Julieta con señas- corre al Santuario de Atena y busca a Alde. Él nos ayudará. Yo los distraeré-

Arturo asintió. Los dos salieron corriendo del callejón. Julieta se encargó de abrirle el paso para que el niño pudiera escapar. Ella también trató de correr pero los hombres la alcanzaron.

-Dejen al niño, ya lo encontraremos después- dijo la directora- el mocoso debe ir rumbo al Santuario de Atena- miró a Julieta- súbanla a la camioneta-

Los hombres obedecieron. Lanzaron a la chica hasta el fondo, y Lucas saltó dentro de la cabina, ladrando furiosamente. La camioneta partió. Desde la puerta, Marco miró la escena sorprendido.

-¿Qué he hecho?- dijo para sí mismo. Unos segundos después tomó la resolución de correr tras Arturo.

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Arturo no tuvo que correr mucho, porque a medio camino hacia el Santuario chocó contra un enorme hombre y se dio cuenta de que se trataba de Aldebarán.

-¿Arturo?- dijo el caballero- ¿qué haces fuera de la fundación?-

-¡Hombres malos tienen a Julieta!- gritó Arturo- dijo que viniera a pedirte ayuda...-

Aldebarán se le quedó viendo, sorprendido.

-¿De qué hablas?- preguntó Aldebarán- ¿qué pasó?-

Pero Arturo no le entendía, ya que aún no había aprendido a leer los labios de los demás. Aldebarán hizo que se tranquilizara y le preguntó de nuevo, usando las letras del alfabeto que Julieta le había enseñado.

-Los hombres malos tienen a Julieta, la directora mala lo hizo, yo la vi, se estaba riendo- dijo el niño- Julieta se quedó a distraerlos, pero ellos la subieron a la camioneta y se la llevaron...-

-Es cierto- dijo en ese momento Marco, jadeante, llegando detrás de Arturo- lo siento, te mentí sobre Julieta...-

El caballero frunció el entrecejo, muy molesto.

-Lo siento, pero no hay tiempo de hablar de eso- continuó Marco- yo vi que la subieron a esa camioneta, y quieren...-

El sonido del teléfono móvil del caballero lo interrumpió.

-¿Sí?- dijo Aldebarán- ah, sí, te escucho, Mu. Ya veo. Diles que él está en el Santuario. De acuerdo. Sí, obviamente. ¿Aioria y Marín? Perfecto. Hasta pronto- y colgó.

-¿Qué sucedió?- preguntó Marco.

-La directora de la fundación acaba de llamar al Santuario- dijo Aldebarán- pide al niño a cambio de la vida de Julieta...- Marco murmuró algo en voz baja, muy molesto- desde ahí rastrearon la llamada, y dedujeron que están en el muelle... si nos apuramos podemos detenerlos...-

-Quieren deshacerse de Julieta también- dijo Marco- no deben darle a Arturo, la matarán de todas maneras...-

-Lo sé- dijo Aldebarán- tú te quedarás con Arturo, mientras que yo voy por Julieta...-

-¿Tú solo?- dijo Marco, mirándolo con incredulidad- hay como ocho hombres junto con esa mujer y el otro loco...-

-Yo solo- dijo Aldebarán- no sé como confío en ti después de lo que hiciste, pero no tengo opción. Cuida bien a ese niño; piensa que Julieta arriesgó su vida por él...-

-De acuerdo- dijo Marco.

-Y durante mi ausencia, si eres tan amable- dijo Aldebarán, viendo que el niño los miraba sin entender que sucedía- hazme favor de explicarle a Arturo que es lo que vamos a hacer...-

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Julieta había viajado en la parte trasera de la oscura camioneta, abrazando a Lucas contra ella, llena de miedo. No sabía hacia donde la llevaban, pero sentía el vehículo correr a toda velocidad.

"¿Dónde estás, Alde?", pensaba Julieta, desesperada.

Después de unos minutos, la camioneta se detuvo y las puertas se abrieron. Los mismos hombres que la habían subido la esperaban en la entrada. Lucas saltó de sus brazos y corrió hacia ellos, ladrando furiosamente e intentando morder a los que trataban de acercarse a su dueña.

-Detengan a ese perro de una vez- dijo la directora- no tenemos mucho tiempo...-

-Vinimos preparados- dijo uno de los hombres, con un largo palo de perrero, atraparon a Lucas por el cuello y lo quitaron del camino. Una vez despejado, se acercaron a Julieta y la sacaron de la camioneta casi alzándola del suelo por los hombros.

-¿Qué van a hacerme?- dijo Julieta.

-Ya que soy una buena persona te lo diré- dijo la directora a señas- llamamos al Santuario para que ese amigo tuyo traiga al niño a cambio de tu vida. Pero como de todas formas tenemos que deshacernos de ti, vas a dar un paseo al fondo del mar en una caja de madera-

-¡No!- gritó ella, forcejeando en vano para soltarse- ¡suéltenme!-

-Grita todo lo que quieras, nadie va a oírte- dijo la mujer.

Los hombres que tenían a Julieta la metieron en una caja de madera y la cerraron con clavos, mientras que ella gritaba desesperada desde el interior. Lucas se había soltado de la correa y rasgaba la caja de madera con desesperación.

-¿No que era sordomuda?- se burló el médico.

-Pues parece que después de todo encontró su voz, pero ahora es demasiado tarde- dijo la directora, y se volvió a los hombres que la acompañaban- ustedes, tiren la caja...-

-¡Alto ahí!- dijo Aldebarán, apareciendo delante de ellos.

-Se suponía que estabas en el Santuario- dijo la directora- no importa, ¿dónde está el chiquillo?-

-A salvo- dijo Aldebarán, tronándose los nudillos- entreguen a Julieta y no los golpearé...mucho-

-Ja, ¿crees que la entregaremos así nada más?- dijo el médico, y se volvió hacia los hombres- ¡a él!-

-¿En serio quieren pelear?- dijo el caballero de Tauro- ustedes no me sirven ni de práctica...-

Los hombres se lanzaron contra Aldebarán, y fueron golpeados por el caballero.

-¿Alguien más?- dijo el caballero. El médico sacó su revólver automático y disparó todo el cartucho hacia Aldebarán, quien detuvo las balas con su mano.

-En serio, ¿alguien le ha avisado al resto del mundo que las balas no afectan a los caballeros?- dijo Aldebarán- parece que nadie está informado...-

-Déjalo, de todos modos, espero que la señorita do Neves sepa nadar- dijo la directora- tírenla, chicos...-

Aldebarán vio la pesada caja de madera siendo empujada del muelle y caer al agua, hundiéndose rápidamente. El caballero palideció y corrió hacia ese sitio. Mientras tanto, la directora y el médico subieron a la camioneta para huir.

"Que esté bien, por favor, que esté bien...", pensó Aldebarán cuando saltó hacia el agua y nadó hacia el fondo, donde había caído la caja.

Miró a su alrededor. Estaba muy oscuro y no había señal de la caja por ninguna parte. No podía ver nada. El caballero encendió su cosmo para iluminar el fondo marino, y vio la caja a un par de metros de donde él se encontraba.

No había tiempo que perder, se le estaba acabando el aire. Aldebarán nadó hasta ese sitio y de un golpe abrió la caja. Julieta cayó suavemente hacia delante. Había perdido la conciencia. Aldebarán la tomó por la cintura y nadó lo más rápido que pudo hacia la superficie.

-¡Alde!- exclamó Marín. Aioria y la amazona lo estaban esperando en la superficie.

-Está inconsciente- dijo Aldebarán, acercándose nadando hacia la orilla. Aioria y Marín lo ayudaron a sacar a la chica del agua. Una vez sobre la madera del muelle, Julieta tosió agua varias veces, pero no despertó.

-Respira bien- dijo Marín- tal vez solo se desmayó...-

-Eso espero- dijo Aldebarán, moviéndola ligeramente para despertarla. La chica arrugó los párpados y abrió los ojos. Al principio estaba asustada de verse rodeada por desconocidos, pero al ver al caballero de Tauro sonrió dulcemente.

-Gracias, Alde...- murmuró en voz baja.

-¿Estás bien?- preguntó el caballero, y ella asintió- deberíamos...- pero no acabó su frase, pues la chica lo había abrazado del cuello.

-Gracias, Alde- dijo ella- y escucha, lo que te dijo Marco, no es verdad, él solo...-

-Ya, ya, lo sé, él me lo dijo- dijo Aldebarán- y además... ¡momento! Puedes hablar...-

-Yo... ¡es cierto!- sonrió ella.

Los dos volvieron a abrazarse. Marín tomó el brazo de Aiora y suspiró con una sonrisa al ver la escena.

-Alde, vimos una camioneta negra alejarse- dijo Aioria en voz baja, como temeroso de interrumpir un momento- se fue por allá. ¿No vamos a...?-

-Háganme un favor los dos- lo interrumpió Aldebarán, mientras su rostro se volvía serio de nuevo- cuídenla por unos minutos. No tardo-

Aldebarán se levantó y se dirigió a toda velocidad hacia la dirección que Aioria le había dado. No tardó mucho en alcanzar la camioneta que el caballero de Leo le había dicho.

-¡Ahí viene ese sujeto!- escuchó la voz de la directora gritar- ¡acelera!-

-¡GRAN CUERNO!- exclamó el caballero de Tauro. La camioneta salió rodando por un callejón hasta que una pared detuvo su camino. Los ocupantes salieron con bastantes golpes, y lo peor estaba por venir. Aldebarán los tomó por el cuello.

-Denme una buena razón para no matarlos aquí mismo- dijo el caballero- y que no sea librarme de prisión...-

-Yo...yo...-comenzó el médico.

-Tú que tanto temes ir a prisión, ahí mismo es donde vas a parar- dijo Aldebarán- pero no te preocupes, tu amiga la directora te hará compañía...-

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Pasaron varios días desde aquel incidente. Todo había vuelto a la normalidad. Julieta había logrado localizar a los padres de Arturo para que reabrieran el caso, y además el médico y la directora fueron juzgados por secuestro e intento de asesinato.

Y por si fuera poco, la cede francesa de la fundación Betancourt designó a Julieta do Neves como la nueva directora en Atenas, cosa que no hizo mucha gracia a la señora Federici de Portugal. Aldebarán la visitaba casi a diario a su oficina en el edificio de la fundación.

-Menos mal que todo acabó- dijo Aldebarán a señas.

-Menos mal- dijo Julieta, hablando y haciendo las señas que correspondían a cada palabra- ahora tengo un montón de trabajo...-

-No te preocupes- dijo Aldebarán, señalando a Marco en el escritorio detrás del suyo- tienes a tu "asistente" por si tienes alguna dificultad-

Julieta sonrió al ver a Marco contestando llamadas telefónicas.

-¡No lo soporto!- exclamó Marco con desesperación- ¡no sé como funciona este teléfono!¡Tiene demasiados botones!-

Aldebarán y Julieta rieron.

-Oye, sobre lo que pasó ese día- dijo Aldebarán- quiero que sepas que siento no haberte escuchado, no sé porqué lo hice...-

-No importa- lo interrumpió Julieta- sé porque lo hiciste...-

-¿En serio?- dijo el caballero, y ella asintió- Julieta, la verdad es que te quiero mucho, menina-

Julieta sintió sus mejillas enrojecer, pero al ver que lo mismo pasaba con las del caballero sonrió.

-Quiero que sepas que... rayos, voy a volver a perder la voz...- Aldebarán alzó una ceja y ella rió- yo también te quiero mucho-

-¿En serio?- dijo Aldebarán.

-Muy en serio- dijo ella. Aldebarán estaba tan sorprendido que no pudo decir palabra. Julieta, por su parte, se levantó y se acercó al caballero, para después plantarle un sonoro beso en los labios, que Aldebarán no pudo dejar de devolver.

-Vaya, hasta Alde cayó- murmuró Lily, quien estaba espiando la escena de nuevo junto con Marín y Agata- ¿quién más falta?-

-El maestro Shion y el maestro Dohko- dijo Marín- pero que esos dos caigan parece imposible...-

-Hay algo que he aprendido en el poco tiempo que llevo en el Santuario- dijo Agata en voz baja- los caballeros hacen lo imposible-

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FIN

La canción se llama"Feliz de Novo", es del grupo brasileño Kaleidoscopio. Espero que les haya gustado. El siguiente fic es el de Shion y Dohko. Espero no tardar mucho. Muchas gracias por sus reviews.

Abby L. / Nona