…Inclusive la de Eriol Hiraguizawa.
Todas las demás miradas le parecían grotescas, algunas estaban llenas de codicias, más la de un hombre de cejas altamente pobladas y de un gris realmente intenso, trató de alejar todos los pensamientos que en aquel momento la embargaban y se dio paso dentro de la sala de reuniones como si entrase en su apartamento
T: disculpen si hice esperar demasiado, soy Tomoyo Daedouji, pido disculpas en nombre de mi padre, Kamijo Daedouji pero por motivos ajenos no pudo presentarse
Con paso un tanto altanero pero muy elegante sin duda, se acercó a una de las sillas situadas a lo largo de aquella mesa de madera y se sentó, se dio cuenta de la mirada un tanto penetrante pero más de sorpresa por parte de Eriol, todo continuaba su ritmo sin duda alguna; con suavidad se despojó de sus lentes, buscó en su cartera el estuche de los mismo y les dio reposo un tanto temporal.
E: -despertó de su letargo temporal, tratando de retomar el control, aclareció su voz antes de continuar- al parecer estamos ya todos completos y podemos dar inicio a lo que nos interesa, no tome importancia señorita Daedouji, lo importante es que llegó en buen tiempo
T: puede llamarme simplemente Tomoyo –cruzó sus piernas haciendo que Eriol la viese, lo tenía en muy buena posición, se dio cuenta de cómo Eriol pasaba algo de saliva por su garganta ante esto-
E: -apartó la vista de las piernas de Tomoyo, eran blancas y suaves, al mismo tiempo carnosas, lo suficiente para poder arropar su cintura cuando la penetrase, la pregunta que ahora se hacía era ¿por cuanto tiempo estaría pensando en sus piernas?- Bueno, como bien saben, mi compañía no es más que una simple unión de abogados, los mejores sin lugar a dudas, personalmente me he encargado de que así se realice, lo que mi compañía y yo deseamos ofrecerle a cada una de sus empresas, que como bien cada uno de ustedes saben, son de alto prestigio, es darle una total seguridad en caso de una emergencia a nivel judicial, no cabría la menor duda de que en cualquier situación en la que se encuentren, los abogados que se les asignará a cada una de sus empresas puedan sacarles de tales aprietos sin haber movido siquiera un dedo
Su atención recayó en Tomoyo, se había dado cuenta de que se había desabrochado algunos botones de su camisa dejándole ver algo de sus senos, por suerte ninguno lo había notado, se había colocado en buena posición, de última, su respiración se entrecorto, sintió en ese preciso momento ganas de tirársele encima y hacerle el amor en ese mismo instante sin importarle la presencia de los demás¿era eso lo que ella estaba buscando, en caso de que así fuese, lo estaba logrando sin duda alguna.
E: valla¿hace algo de calor o soy yo quien delira?
Un hombre de traje impecable, de color gris, inició a hablar realizándole algunas preguntas a Eriol, su voz era algo carrasposa, pero eso no le tomaba la mayor importancia a Eriol, contestaba a cada una de sus preguntas, a pesar de que su mente y vista, la última con algo de disimulo, se hallaban sobre la chica de ojos amatistas, su boca formaba una sonrisa increíblemente seductora, realmente irresistible, entre sus manos yacía un lápiz que jugaba amenamente, de manera algo sensual, la chica lo único que iba a lograr era de seguro un infarto por parte de él, al termine de la reunión la invitaría a salir, no le importaba a donde, siempre y cuando hubiese terminado con ella gimiendo locamente y gritando su nombre esa misma noche.
Otro hombre de cabellos marrones mezclados con blanco se dejó escuchar ante los demás, su pregunta fue precisa, quizá un golpe perfecto para Eriol y Tomoyo. Tomoyo lo observó en espera de una respuesta, que al parecer este se hallaba pensando con extrema cautela.
E: si así lo desean, ustedes mismos pueden elegir los abogados a trabajar para ustedes, aunque preferiría yo hacerlo, conozco a cada uno de mis hombres y solo desearía que los mejores trabajasen para ustedes, no quiero deludirles.
Todos asintieron de manera silenciosa, para dejar la sala en un silencio total, solo las respiraciones se escuchaban, Tomoyo miró a Eriol de forma lujuriosa mientras pasaba su dedo índice por sus labios de manera provocadora, haciendo que Eriol hirviese, su miembro comenzaba a reclamar territorio de cuanto los ojos de Eriol estaban viendo o mejor dicho, disfrutando. Una vez más pasó saliva y quiso dar fin lo más rápido posible a aquel sufrimiento, no se iría feliz a la cama si Tomoyo no lo acompañaba, lo tenía más que decidido y nada lo detendría.
E: me parece que cada uno de ustedes está de acuerdo con lo planteado y me parece que podemos dar paso a la firma de los contratos si así desean
Observó a Tomoyo, abrochaba los botones antes sueltos con sutileza, al terminar lo observó y le dedicó una sonrisa inocente, sus piernas ya no se encontraban cruzadas y aquel lápiz ahora descansaba en la mesa, como le hubiese gustado hacerla suya en aquella misma mesa, recorrer y conocer cada una de las partes de su cuerpo con su lengua primero, luego con sus dedos, hasta llegar a aquel lugar prohibido y saborearlo lentamente con sus labios, ahora parecía otra, una niña inocente.
Comenzó a pasar varios papeles donde solo se necesitaban las firmas de aquellos hombres y de esa mujer, lo estaba realmente volviendo loco, sus labios carnosos y abrasados por un carmesí leve la hacía ver realmente irresistible. Observó como tomaba un lapicero y con gracia movía la mano tallando su firma ante aquel papel, que en cierto aspecto, deseaba Eriol estar en su lugar, el papel tenía una vista perfecta de sus senos, cuanta envidia sentía hacia ese papel, sintió ganas de reírse, después de todo, aquel objeto no tenía vida.
El hombre de cejas pobladas le entregó todos los papeles ya firmados, cada quien se levantó de sus respectivas sillas y se acercaron a Eriol a estrecharle la mano. Tomoyo se mantuvo distanciada, dando a entender que no se acercaría a él, por lo menos no ahora.
El hombre de cejas pobladas pasó a un lado de Tomoyo y le susurró algo en el oído, Tomoyo hizo un gesto de disgusto y con el tacón fino de sus zapatos le pisó la punta del pie, una sonrisa triunfante sin duda alguna
T: la próxima vez cuide sus palabras porque entonces no saldrá con un dolor en su pie, sino en otra zona donde estoy más que segura le interesa y demasiado
Su tono de voz sonó fría, distante, despiadada, sus ojos veían a aquel hombre de manera terrificante, el hombre no sintió más dolor sino un cierto miedo, notó en los ojos de Tomoyo que era de esas que asesinaban sin piedad alguna y luego seguir como si nada hubiese ocurrido, o al menos eso era lo que daba a entender.
La sala al fin quedó vacía, solo quedaban Eriol y Tomoyo, esta se apresuró en sonreírle de manera dulce, tomó sus cosas y salió con paso ágil de aquella sala. Eriol también salió con paso apresurado, siguiendo a Tomoyo, la vio en espera del ascensor, miraba su reloj al mismo tiempo que esperaba con su celular en la oreja, su vista se posó en los números ubicados sobre las puertas del ascensor, luego giró su cabeza hasta chocar su mirada con la de Eriol, una vez más le sonrió y esta vez no le apartó la mirada ni un segundo.
Eriol se acercó hasta ella, al llegar estaba dispuesto a decirle algo, sin embargo ella se adelantó contestando al celular, que al parecer apenas caía la llamada
T: parece que tenemos algo de mala recepción aquí dentro, en cualquier caso, ya terminó la reunión y con éxito¿dónde estás?...esta bien, entonces te espero en la entrada del edificio, luego hablamos mejor, alguien quiere hablar en este momento conmigo, llega el ascensor, voy baja…… si me invitas tú a comer el helado entonces acepto, así…..sí, así está bien –rió haciendo que Eriol estremeciera, era la primera vez que la veía reír así y por un momento sintió ganas de ser él quien hiciese ese efecto en ella- esta bien, nos vemos dentro de poco…
Guardó su celular y se adentró en el ascensor seguida por Eriol, las puertas se cerraron y comenzaron a descender a la planta baja
T: voy a venir pensando que me sigue solo por no haberle estrechado la mano
E: hizo algunas insinuaciones durante la reunión que me hicieron pensar
T¿en serio, me parecía más bien no pensar, debo decirle que a veces balbuceaba, espero por su propio bien que los demás no lo hubiesen notado, que a razonar no lo creo, no hubiesen cerrado contrato con usted, al menos mi padre o yo no lo hubiésemos hecho, por supuesto que a sabiendas de la razón, lo perdono
E: me gustaría saber porque lo hizo
T: no hay alguna razón en especial, a menos que sea aquella de que me atrae y mucho
Se acercó hasta dejar sus rostros separados por unos cuantos centímetros, uno de los dedos de Tomoyo jugaban con la camisa de Eriol, haciendo a este ruborizarse y pasar una vez más saliva por su garganta
T: -se alejó de él con una sonrisa un tanto triunfante- no debería colocarse así, después de todo, hace algunos momentos atrás me andaba comiendo con la vista
E¿qué le hace pensar eso?
T: los ojos tienen voz propia, nunca debe fiarse de ellos, por poco y la baba no se le salía, admiro su control, otro ya hubiese perdido la cabeza
E: soy un hombre con escrúpulos y con principio sin lugar a duda, no caigo tan fácil en una trampa y menos en las manos de una mujer
T: pues no lo parece, apuesto mi fortuna que me deseaba con todas sus fuerzas¿o me equivoco?
Eriol permaneció en silencio, tenía razón, lo había deseado, al grado de poder haber perdido la cabeza, su vista se posó en los números que cambiaban con lentitud, o eso le pareció.
T: con el silencio lo dice todo, no debería ser tan simple, eso es lo que a veces aburre de los hombres
E: -soltó un suspiro y habló sin mirarla- puede que sea algo temprano, pero me parece perfecto para conocernos mejor¿acepta una invitación de parte mía?
T: no es temprano si lo fijamos en otra forma de ver
E: me explica por favor
T: que usted acepte ser el abogado de la compañía de mi padre, todo hasta allí, entonces sería una excusa perfecta para salir¿no lo cree?
E: es usted inteligente señorita Tomoyo
T¿tomo eso como un sí?
E: no lo he cerciorado señorita Tomoyo, mis palabras no han dado eso a entender ni yo
T: entonces está negando mi oferta al mismo tiempo excusa perfecta para salir
E: realmente sabe como negociar, me está usted diciendo que de no ser así no acepta mi invitación
T: solo me aseguro lo mejor para la compañía de mi padre, no más de allí
E: por tanto, aunque rechace la propuesta igual acepta mi invitación
T: -lo observó juguetonamente, una media sonrisa se dejó ver, dando la razón a Eriol- entonces si acepta ser el abogado de la compañía de mi padre
El ascensor abrió sus puertas, Tomoyo salió de él seguida por Eriol, intercambiaron una mirada, luego números telefónicos, ya luego se pondrían de acuerdo, Tomoyo daba la impresión de tener algo de prisa. Se acompañaron hasta la entrada del edificio donde un auto negro la esperaba con un Soichiro sonriéndole, Eriol miró con algo de desagrado a Soichiro, algo era de Tomoyo para sonreírle de esa forma y que ella le devolviera la sonrisa quizás con algo más de euforia.
T: espero su llamada, hasta entonces
Sus pies comenzaron a moverse en dirección a Soichiro, mostraba una sonrisa radiante, se colocó los lentes, antes de subirse giró su cabeza y observó a Eriol una vez más, un beso dirigido por su mano fue directo a Eriol, de manera pícara, Eriol no hizo movimiento alguno en intención de atraparlo, pero su sonrojo lo realizó en su lugar. Al final el auto se alejó.
So: te fue bien
T: la verdad es que si, me gusta realmente Eriol, es demasiado atractivo, demasiado
So: sabes que me miro con algo de desprecio
T: no me di cuenta de eso
So: a juzgar por su mirada ha de pensar que tú y yo tenemos algo más que un simple reporte de trabajo
T: no hemos siquiera charlado de una manera algo más concreta y ya anda sintiendo celos de ti, me parece una magnífica señal
So: y bien¿qué hiciste esta vez?
T: nada fuera de lo normal, al más me desabroche algunos botones de la camisa, te puedo jurar que casi le da un infarto
So: creo que cualquiera en su lugar sufriría de un infarto, hasta yo
T: no es para tanto, solo es un juego de niños
So: a veces es más que un juego Tomoyo, eres demasiado peligrosa para la realidad
T: y eso mismo me ha hecho ganar en todas y cada una de las ocasiones
So: hay una que se te olvida
T¿te refieres a la vez con Brian, no, no lo he olvidado, admito que perdí esa vez pero no me fue mal y tampoco es que perdí de manera vergonzosa, de otra forma no estaría aquí de manera tan campante
So: recuerdo que estuviste algo mal durante algunos días
T: pues en ese entonces estaba algo confundida
So: enamorada a precisar, se te fue una carta de las manos que él supo jugar, realmente estaba enamorado de ti y no creo que haya querido hacerte daño alguno, al final todo siguió el curso de tu propio juego, no había vía de escape
T: lo que cuenta es que ya paso, quedó en el pasado, está enterrada
So¿quieres introducir alguna palabra más?
T: no, con esas es más que suficiente
So: admítelo Tomoyo, te enamoraste de él quieras o no
T: no lo estuve, nunca sentí amor por él, aún no lo he sentido con nadie
Apoyó su cara en una de sus manos y fijó su vista en la ventana, las cosas se movían con rapidez, el tema la estaba comenzando a cansar, era cierto, nunca había sentido amor por Brian ni por cualquier otro hombre, no lo conocía, lo que si admitía era el de haber sentido una atracción más fuerte de lo normal hacia él, y le costó un tanto caro.
So¿sucede algo, si moleste, discúlpame
T: -cerró sus ojos y movió la cabeza en desaprobación- tranquilo, solo que estoy algo aburrida, pensé que Eriol llamaría no apenas nos hubiésemos puesto en marcha
So: es algo duro
T: si duro es comerme con la vista sin escrúpulos, entonces lo es
So: valla, entonces realmente te deseaba
T: vi como deseaba hacerme el amor allí mismo, sus ojos lo decían sin pena alguna
So: entonces con este fue fácil
T: no, ha habido otros que son muchos más ingenuos, y otros que no se hubiesen resistido a la tentación de hacerlo, Eriol en cambio se mantuvo, a pesar de todo, se mantuvo calmo como si no se tratase de algo extraordinario, como si sintiera esa sensación todos los días
So: eso te recuerda a Brian al principio¿no?
T: la verdad no lo había pensado, pero Brian era mucho más misterioso¿sabes, es decir, nunca me mostró cuanto me deseaba hasta después de tener nuestro primer contacto, el primer beso, fue entonces cuando me di cuenta que no todo iba tan mal como pensaba que iba, pero siempre se mantenía inerte, nunca hacía nada que pudiera delatarlo, solo se mostraba cuando nos besábamos o cuando hacíamos el amor, del resto seguía siendo frío y a veces un tanto distante
So: puede que Eriol sea así, quizás peor, solo que fue mucho para ser la primera vez, con Brian fuiste más reservada
T: te equivocas, fui igual, solo que de manera diversa, nunca suavizo o acelero el paso la primera vez con ninguno, siempre mantengo todo igual……
El reloj de su habitación marcaba las 07:30 p.m., ya faltaba poco para su primera cita con Syaoran Lee, y tenía por seguro que esa misma noche ambos terminarían más allá de un restaurante.
Una falda hasta sus pies de color azul claro y leves diseños de flores en un rosado pálido, una ligera camisa amarrada alrededor de su cuello de color azul y leves destellos verdes, unos zapatos igual azules y tonos verdes haciendo combinación con su camisa, y finalmente un reloj de plata en su pulso izquierdo, en su muñeca derecha una pulsera con una rosa de color rosado pálido tal como las flores de su falda. Su cabello se encontraba sujeto de manera sencilla haciéndolo al mismo tiempo elegante, un ligero rojo estaba sobre sus labios. Esa noche estaba perfecta, pensó…
Salió de su habitación y comenzó a bajar las escaleras, al abrir la puerta principal un auto de color plateado la esperaba, Kikuchi le sonreía alegremente, los ojos brillaban intensamente.
S¿qué dices?
K: la verdad está muy bien señorita, está esplendida
S: gracias, me tomé el tiempo necesario para verme así
K: créame que valió la pena, de seguro el joven Syaoran morirá en cuanto la vea
S: no exageres, no soy una modelo
K: es usted más hermosa que esas mujeres, son huesos
S: si, tienes razón, pero dejemos ahora los halagos aun lado y vamos o se nos hará tarde
K: ya
El auto dio marcha, las rejas principales se abrieron dejándolos salir por completo de la mansión. Sakura tenía la vista fija en los árboles y casas que se quedaban cada vez más rápido atrás. Soltó un suspiro, no se sentía muy bien que se diga, unas cuantas horas antes Touya la había llamado para hablar sobre lo poco que había escuchado de la conversación entre ella y Tomoyo, aunque más que hablar, discutieron, el teléfono no dejaba de soltar gritos insultantes de parte de ambos, inclusive se habían declarado la ley del hielo; no recordaba cuanto tiempo tenía sin discutir de esa forma con Touya, no lo recordaba, pero no era lo mejor, de eso estaba más que segura.
¿Esa noche todo iría bien, no lo sabía, no tenía en lo absoluto una idea clara, la misma idea que siempre la acompañaba y que le daba toda seguridad en si misma, ahora esa idea se había fugado, quien sabe por cuanto tiempo, quizás regresaría en una hora como mañana o dentro de un mes, no lo sabía, eso era lo que más le pasaba por su mente, podría llamar a Syaoran, pedirle disculpa y cancelar la cita o posponerla para cuando se sintiese mejor, mucho mejor, no, una rápida respuesta, no lo haría, sea lo que sea trataría de actuar como siempre…
K: señorita Sakura, la veo un tanto apagada
S: no es nada Kikuchi
K¿está nerviosa?
S: solo un poco
K: comprendo, aunque me parece un tanto extraño viniendo de parte de usted, usted ha superado eso desde hace bastante tiempo ya
S: en algún momento podía suceder de nuevo, al final soy humana… Kikuchi, para mañana quiero un gato, que sea dorado, o en tal caso atigrado.
K: esta bien, pero ¿y porqué?
S: se me antojó tener un gato, no más de allí
El silencio se volvió a hacer presente en el auto, Kikuchi tenía razón¿de dónde había sacado lo del gato¿una extraña vía de escape exasperada, si no sabía ella la respuesta, mucho menos lo sabría alguien más, sea lo que sea, ya había pedido el gato y ahora lo haría su acompañante.
Syaoran miraba su reloj, subió la vista en busca de algo que le dijese "Sakura", no tenía más de un día de conocer a aquella mujer y ya lo estaba volviendo loco, se sentía como un novio en espera eterna de su futura esposa. Por un momento por su cabeza cruzó que podría ser ella su vía de escape ante aquella desesperante de (buscar el nombre), prefería mil veces pasar un año junto a su prima Meiling y sus hermanas a que estar con (buscar nombre), no dejaba de pedirle cosas y era demasiado caprichosa para su propio gusto… Estaba siendo egoísta con Sakura, ella no sería capaz de prestarse para ese acto tan poco decoroso, Sakura se veía de esas chicas inocentes sin embargo inteligente, muy inteligente.
Cerró sus ojos y soltó un suspiro, al abrirlos, vio un auto estacionarse en frente de él de color plateado, un hombre alto bajó del puesto del piloto y giró a abrir la puerta trasera. Sus ojos mostraron una chispa de alegría, Sakura le estaba sonriendo como una niña al tener una muñeca, y él ahora le sonreía demasiado alegre para el gusto de muchos.
Le ofreció su mano, Sakura la tomó, se despidió de su chofer, y comenzó a caminar al lado de Syaoran.
Sy: esta realmente hermosa esta noche, mucho más que la noche anterior
S: no digas eso Syaoran, hace que me sonroje
Sy: solo estoy cumpliendo con decirte la verdad. Adentro nos espera una mesa especial
S: espero entonces con ansias llegar a ella
Un hombre en traje negro les pidió su nombre y luego los acompañó a una mesa un tanto alejada del resto, el lugar en sí estaba un poco oscuro, la mesa y el alrededor de tal se alumbraba por una vela alta de color rojo contrastando con los colores del restaurante. Syaoran ayudó a Sakura a tomar asiento, luego fue él quien lo tomó, un mesonero les dio a cada uno la carta y se retiró momentáneamente. Un silenció se apoderó del lugar, ambos se encontraban concentrados en la carta, o al menos así parecía.
Syaoran observaba disimuladamente un pequeño corte en la camisa de Sakura que dejaban ver una parte de sus senos, ni muy grandes, ni muy pequeños, una medida más que perfecta y que resaltaban con aquella camisa de tonos suaves y que al mismo tiempo se acentuaban en su piel. Pasó un poco de saliva y su mirada comenzó a subir y comenzó a imaginar que dejaba besos a medida que se dirigía a los labios de Sakura, su cuello esbelto y de un color entre blanco y dorado lo hacía increíblemente atractivo, sus cachetes adornados por un leve rosado la hacían ver como una niña, sus labios de un leve rojo los hacían realmente provocadores, sintió entonces ganas de morderlos. Su nariz pequeña y un tanto respingona la hacían ver adorable, y sus ojos, una de las cosas que más le gustaba sin duda, sus ojos de color verde, un verde expresivos al mismo tiempo llenos de picardía, no cabía duda alguna que era eso una de las cosas más atractivas que Sakura poseía. ¿Cuántos hombres no se habrán enamorado de su vista?
Sakura sintió la vista de Syaoran sobre ella y sonrió minimamente, cerró la carta y la colocó a un lado.
S: Syaoran¿tienes novia?
Sy¿yo, no, soy un hombre totalmente a tu disposición
S: -rió ante el comentario- ya lo creo
Sy¿lo dudas?
S: no, en lo absoluto, además, no podría, apenas nos estamos conociendo, así que si mientes, no te sabría decir si lo haces o no
Sy: buena opinión
El mesonero se acercó listo a tomar la orden.
Sy¿deseas algo?
No es que tuviera muchas ganas de beber o comer, pero ¿acaso tendría otra opción, algo rápido tenía que pasarle por la cabeza, no había prestado la más mínima atención al menú y al último segundo ni siquiera lo intentaría hacer, debía trabajar rápido
S: vino tinto, si tiene del año 75 sería mejor
M: sí, y ¿usted?
Sy: un whisky a las rocas, Black Label
M¿desean ordenar la comida o esperar un poco más?
Sy¿qué dices Sakura?
S: esperar un poco más
M: ok, en seguida regreso con las bebidas, por cierto, hacen muy buena pareja
Bastó y sobró estas palabras para ver a un ruborizado Syaoran sonriendo nerviosamente, realmente el comentario había caído bien, y le gustaba que comenzasen a pensar así, después de todo pronto lo serían, aunque sea por una noche…
La noche pasó rápido para él, lenta, demasiado lenta para ella; Syaoran y ella se despedían en la entrada del restaurante, mientras Kikuchi la esperaba en el auto. En un acto imprevisto, Sakura se acercó a Syaoran y le dio un beso en los labios.
Al principio se sorprendió, luego le siguió la corriente e intensificó el beso, sus lenguas se movían y chocaban la una con la otra tratando de llevar el control. El beso hacía sentir a los dos mariposas volar en sus estómagos, las piernas temblar, y el miembro de Syaoran algo más, comenzaba a sentir excitación y un intenso deseo por Sakura, de momento deseó despojarle la ropa y besar su sexo, hasta sentirse zaceado por los líquidos que de su sexo saliesen, luego morder sus senos, hasta hacerla llevar al clímax y finalmente penetrarla tan fuerte y lento como se le fuese posible…
Sakura puso fin al beso y le sonrió de manera dulce.
S: si quieres podemos vernos mañana
Sy: me parece bien¿qué me dices si te invito a una cena en mi apartamento?
S: excelente, sólo si me das la dirección, estoy allí a más tardar a las ocho
Sy: sí.
Sakura se dirigió al auto y le pidió a Kikuchi un lápiz y papel, al mismo tiempo que le guiñaba un ojo, se regreso, y espero a que Syaoran le escribiese la dirección, al terminar, se despidieron con un "hasta mañana" y se retiraron.
HOLAS! Aquí les tengo el quinto capítulo, espero que les haya gustado y espero sus reviews para saber si voy haciendo bien mi trabajo o si estoy empeorando.
En esta ocasión no respondo los reviews porque me llegó un mail de un contacto diciéndome que había apenas creado una nueva regla prohibiendo que los autores contestasen los mensajes por los lectores, no se que tan cierto sea esto, pero prefiero mientras tanto esperar a que luego me eliminen el fic o que se yo. Igualmente quiero leer sus reviews y espero que esto no llegue a ser realidad….
Les pido disculpa por el retraso de la actualización, es que estuve estos días ocupada y no había podido subir el capítulo, discúlpenme!
Nos vemos en el próximo capítulo y también les aviso que tal vez en este demore un poco más ya que voy a estar de viaje y no se cuanto pueda durar, aun así trataré de publicar el siguiente capítulo lo más pronto posible. Nos leemos!
