Fijó la vista en la ventana al mismo tiempo que soltó un suspiro lo más lento posible y sin ruido para no ser notada, llevaba aproximadamente dos horas allí sentada en una reunión que para ella no tenía sentido…
¿No era más fácil que Touya estuviese en su lugar?... no, su padre la había elegido a ella para que le acompañase, y su hermano encantado dando cortejos a cierta doctora quien al parecer no mostraba otro interés hacia él que el del trabajo, sonrió ante este último recuerdo, el pobre siempre terminaba desmoralizado con ella y aún así seguía intentando con aquella doctora "irremediablemente excitante", como él suele decirle…
Al voltear el rostro, sus ojos brillaron al notar como su padre estrechaba manos, cerrando un nuevo contrato, sin mucho que esperar también se puso en pie y como su padre, estrechaba las manos de quienes sería los nuevos socios.
Al salir del edificio, subió a su auto y lo puso en marcha, al llegar al primer semáforo, en lugar de continuar derecho, giró a la izquierda, quería despertarse, y sabía como hacerlo.
Al llegar a aquel edificio, tocó el intercomunicador, sin obtener mucha respuesta, apoyó una mano en la cintura y con la otra volvió a hacer que sonase el intercomunicador… sin éxito también esta vez, cerró los ojos y al abrirlos, una vez más volvió a sonar el intercomunicador… tampoco.
Se dirigió de nuevo al auto, cerró la puerta tras de sí y apoyó sus manos y cara en el volante, luego de unos segundos echó el cuerpo hacia atrás y tomó el celular, al menos allí había tenido éxito.
-¿dónde estas?
-hola, yo estoy bien, gracias por preguntar¿y tú?
-lo siento, es que vine por ti y no te encuentro
-pensé que sabías estaba en casa de mis padres
-no me habías comentado nada
-ahora lo sabes –la voz de su amiga por el otro lado soltó una risa limpia que contagio a Sakura- ¿qué sucede?
-es que quiero que me acompañes de compras, ando un poco aburrida
-si es a un sex shop, encantada te acompaño
-¡TOMOYO!
-esta vez la risa de la otra parte fue más sonora, con más ganas que antes- sabes que bromeo, no se porque te alteras
-me hiciste apenar
-como si no te gustara ese tipo de "juguete", Sakura, ya somos adultas, y nos conocemos bien eso, y aún así, te hago una broma y te mueres de la pena
-¿me vas a acompañar?
Cambió de tema, su amiga tenía razón, y todavía sentía algo de pena cuando le trataban un tema de ese tipo, suponía que en eso su amiga era mil veces mejor, sin contar que en un principio, la situación era al contrario. Cuando habían cumplido la mayoría de edad, ambas jóvenes habían decidido aventurarse a una de esas tiendas que solo revelan su nombre, nunca, por más que intentes, sabes como será por dentro, ni que clase de cosas o personas podrás encontrar…
Ambas al entrar sus mejillas se sonrojaron más de cuanto ya estaban, sobre todo al encontrar un vibrador de grandes proporciones y tan grueso que por sus mentes cruzó "¿cómo eso podría entrar!", al instante una mujer, calcularon entre los veinte y ocho años se acercó a ellas. Sin saber porque, ambas pensaron que no sería más que algo depravada, y que ese juicio cambió, no era más que una persona "común y corriente", como los demás, con la diferencia de trabajar en un sex shop.
Y a pesar de que estuvieron allí por un buen tiempo, no compraron nada, antes de salir movieron las cabezas a varias partes buscando que nadie notase que salían de aquella tienda.
-si, te espero impaciente, vi por la red un nuevo producto de placer que te va a dejar…
-Tomoyo por favor
-ok, ok, te espero
Se rió por un rato mientras terminaba de arreglarse, Sakura nunca cambiaría, demasiado "inocente" para la edad, y que sin embargo aceptaba que eso llamaba mucho la atención de los hombres, en creer fervientemente que la castaña en cuestión fuese aún inocente ante el mundo que se le presentaba delante.
Bajó y se dirigió a la cocina donde tomó una mandarina y comió lentamente, en aquel momento, todo el personal se encontraba o en los jardines haciendo las limpiezas, la piscina, o las compras necesarias, escuchó unos pasos acercarse a lo que cerró los ojos mientras llevaba a la boca otra mandarina.
-buenos días señorita
-estamos solos
-no del todo
-todos están afuera, nadie te va a escuchar
-como quieras
-voy a salir con Sakura, me pidió que la acompañara de compras
-entonces supongo que no tendré problemas en que haga algunas cosas personales
-no, para nada, además, aunque no saliera igual pudieras atender tus cosas, no te tengo amarrado a mis pies como un esclavo
-hay veces que sí, sobre todo en las noches
-eso ya es otra cosa…
La bocina sonó dando a Tomoyo la señal de que ya habían venido por ella, se acercó a Soichiro y le dio un beso en el cachete, a lo que este respondió, saliendo de la cocina Tomoyo giró su rostro y dedicó una sonrisa al joven
-te quiero
-yo también…
Cerró la puerta y comenzó a ponerse el cinturón de seguridad mientras Sakura arrancaba el auto en la pequeña redoma que se formaba en frente de la entrada principal; ambas comenzaron una conversación sobre lo que había sucedido en los últimos días sin verse mientras la nívea buscaba en la radio algo bueno para sus oídos.
-interesante
-sí¿a dónde vamos?
-estaba pensando en Dolce & Gabanna, luego Cartier y Louis Vuitton, si quieres ir a otra, solo dime
-me gustan, pero también pensaba en Versace, hay unos modelos nuevos de otoño-invierno que me tienen enloquecida
-perfecto, entonces ya tenemos nuestros destinos
Eran alrededor de las cuatro de la tarde, ambas mujeres terminaban de guardar las últimas bolsas en el asiento de atrás, Sakura al cerrar la puerta sonrió un tanto apenada mientras se dirigía al asiento del piloto, Tomoyo en cambio se quedó mirando una vitrina a lo lejos, y sus ojos comenzaban a brillar extrañamente
-vamos Tomo
-espera… acabo de ver unos zapatos que…
-creo que por hoy ya compramos bastante, tenemos todo el maletero y el asiento de atrás repleto de bolsas
-para mi nunca es suficiente, y apuesto que tu dirías lo mismo si los viera… si no quieres venir, no importa, no me tardo
Sakura soltó un largo suspiro y cerró la puerta tras de sí, comenzando a seguir a su amiga, al llegar a la zapatería, también sus ojos brillaron extrañamente, al cabo de una hora ambas salieron del lugar con cuatro bolsas en cada mano
-ahora si que es suficiente, esto era lo que nos faltaba Saku… ¿qué hacemos ahora?
-no se… pareces obsesionada, ahora eres tú la niña
-es solo que no me divertía tanto en compras… aunque… ¿no te vas a ver con Syaoran esta noche?
-no, me gustaría lo admito, pero no quedamos en nada
-llega a su apartamento por sorpresa, ten un poco de sexo, bastante en realidad, gástate toda la noche hasta que lo dejes seco y tranquilo, que te cubro de nuevo
-Tomo por favor
-admite que te gustaría, ve y hazlo, nadie te amarra ni te lo prohíbe
-¿y qué me dices de Eriol? Desde que sé, no has tenido nada con él¿o me equivoco?
Terminaron de abrochar los cinturones y pronto Sakura puso el auto en marcha
-no te equivocas, es que me gusta jugar con él, me estoy divirtiendo más de lo normal, de todas formas pienso verme con él esta noche
-¿dónde?
-en su casa, no tengo nada que hacer, así que decidí darle una visita
-¿cuándo?
-mientras te daba la idea a ti me dije a mi misma "porqué no hacer lo mismo", de modo que ya está decidido
Un profundo suspiro salió de la castaña y luego ambas rieron con ganas, se despidieron en la entrada del edificio de la amatista.
Como pudo, llegó a su apartamento y llevó las bolsas a su habitación, sacó todo dejando todo un desastre sobre la cama, llevó una mano hacia su cabeza y la otra la apoyó en la cintura¿ahora como arreglaría todo eso?
El personal estaba de descanso y la otra parte se encontraba en casa de sus padres, no le quedó otro remedio de dedicarse unas tres horas a acomodar todo aquello, entre vestidos, faldas, camisas, correas, gorros, boinas, carteras, accesorios, zapatos…
-Sakura tenía razón, ya teníamos bastante…
Vio por un momento su reloj de pulso y se levantó de un golpe de su cama, eran casi las diez de la noche y no pretendía perder la oportunidad de ir a casa del chico de ojos azules. Buscó en su armario algo que le fuese bien, muy bien para esa noche, encontrándose primero con un vestido de color rojo
-absolutamente no, no me quiero ver como una cualquiera… terminando porque no lo soy…
Al poco tiempo halló un vestido de color negro fácil de poner, y muy fácil de quitar, una sonrisa maliciosa se mostró en sus labios y pronto se puso al trabajo. A eso de las once estuvo lista y tomó rumbo a casa de Eriol, con algo de dificultad llegó hasta su apartamento y tocó el intercomunicador
Eriol se levantó de la cama mientras caminaba con pesar hacia la sala¿quién sería a aquellas horas, quien sea que sea, está loco; ese pensamiento cruzó la mente del hombre varias veces mientras bostezaba sin pena
-¿quién es?
-hola Eriol, soy Tomoyo, disculpa si te disturbe, pero necesitaba hablar contigo… no importa, nos vemos mañana
Sintió ganas de decir una grosería
-¿Tomoyo, no tranquila, no molestas… ¿la puerta, abrió?
-si
-es el noveno piso
-ok
Eriol salió corriendo en dirección al baño a arreglarse lo mejor que podía, le había caído como un chaparrón de agua, aunque debía admitir que le gustaba aquel chaparrón, se cambió tan rápido cuanto pudo, vistiéndose con ropa deportiva, era todo lo que tenía al alcance y más fácil de poner, al cabo de unos minutos sonó el timbre y salió corriendo en dirección a la puerta
-buenas noches, disculpa si te disturbo
-bu…buenas noches… no… no te… preocupes…
Sus ojos se abrieron al ver el atuendo de Tomoyo, el vestido era pegado al cuerpo, era cerrado sin embargo, un rombo dejaba la unión de sus senos, llegaba hasta los tobillos con una abertura por uno de los lados dejando mostrar su pierna, la hizo pasar mientras veía con "disimulo" su trasero, que se marcaba gracias al vestido y dejando entender que llevaba una tanga
-y bien…
-verás… necesitaba hablar contigo de algo importante
-tu dirás
Se sentía inseguro, sin embargo no tanto como momentos después cuando ella lo besó e hizo que ambos cayeran en el sillón, ella sobre él. Luego de unos segundos de reflexión, la abrazó por la cintura, mientras su otra mano iba a parar a una de las nalgas de ella, la acarició suavemente para luego pasar a aprietos por parte de él.
Tomoyo se separó y lo miró, Eriol pudo notar su mirada llena de lujuria, como la que él ahora poseía. Tomo sonrió para si misma y comenzó a deshacerse de la ropa de él, para luego comenzar a besar su cuello y pecho, al llegar a una de las tetillas de él comenzó a acariciarla con la lengua y luego a succionarla, provocando gemidos de parte de él.
Mientras hacía esto, llevó una de sus manos a la parte inferior de él y comenzó a acariciar por encima de los pantalones, esto hizo que Eriol se retorciese y soltase un fuerte gemido, provocando en Tomoyo un aumento de lujuria y ahora llevando su mano por dentro de aquella ropa hasta sentir su pene rozar con las manos de ella. Eriol comenzó a acariciar sus cabellos mientras dejaba escapar más, ella poseía el control y debía admitir que le gustaba.
Al cabo de un rato, terminó de deshacerse de toda la ropa de él y llevó el pene de Eriol a su boca, con movimientos lentos y sensuales comenzó a introducirlo y a sacarlo, haciendo que Eriol temblase, pronto aumentó los movimientos y Eriol soltó un gemido mostrando que pronto vendría un orgasmo, ella se detuvo y lo miró
-ahora es mi turno
Él no dudo un segundo y se deshizo de la ropa de ella tan rápido que Tomoyo no sintió siquiera las manos de él posarse sobre su cuerpo, comenzó a besarla por la espalda, llevó una de sus manos a un seno de ella y comenzó a acariciarlo, mientras la otra se dirigía a la vagina de ella, al hallar su clítoris comenzó a acariciarlo con movimientos circulares, ella ya se encontraba algo húmeda.
Tomoyo comenzó a morderse los labios, llevó ambos brazos hacia atrás tomando la cabeza de Eriol, él por su parte aumentaba la velocidad en el seno y en el clítoris. Luego de un rato ella se acostó y él abrió las piernas de ella, llevó su cabeza hasta su vagina y comenzó a introducir su lengua por aquella entrada que a más de un hombre vuelve loco, Tomoyo arqueó la espalda y apretó la cabeza de Eriol hacia sí haciendo más profundo la sensación. Pronto cambió la lengua por el dedo índice y medio y ahora su boca se encontraba besando su ombligo y pronto succionando los pezones de ella que ahora se encontraban más endurecidos que antes.
Su movimiento se aceleró y sintió cuando ella tuvo el primer orgasmo de la noche, sacó los dedos mojados y la besó. Tomó su pene y lo introdujo, no esperó haciendo embestidas que al parecer a ella no molestaban en lo absoluto…
El primer orgasmo de ambos fue maravilloso, la vagina de ella se contrajo apretando con fuerza el pene de él, mientras Eriol liberaba su semen. Esto, sin embargo no parecía suficiente para Tomoyo, quien ahora hizo que él se acostase sobre aquella alfombra y ella estuviera sentada sobre él, haciendo movimientos salvajes, Eriol la tomó por la cintura y la ayudó, se sentó quedando su rostro al nivel de los senos de ellas e introdujo uno de los pezones en su boca mientras ambos seguían en ese vaivén que les había ya provocado el cuarto orgasmo…
Cuando Eriol despertó, no había rastro de Tomoyo, haciendo que se levantase de un golpe, escuchó el ruido de la regadera y sonrió…
HOLAS! FELIZ 2006 A TODS! espero que este año sea prospero para cada uno de ustedes y sus familias y que conserven gratos recuerdos del año anterior.
Cambiando discurso, aquí les dejo el octavo capítulo, espero halla sido de su agrado, por fin hubo el lemon entre nuestra pareja predilecta, que tantas ganas teníamos, la verdad la chica no resistió y se fue a casa de él a hacer ya saben que, jugar mamá y papá XD…. Me disculpan tanto si no les puedo responder a los reviews anteriores, sin embargo, les agradezco de corazón que hallan disfrutado del capítulo pasado y que hallan dejado su opinión, como también agradezco a aquellos que lo leyeron pero que por x o por y, no dejaron su opinión, igualmente, gracias.
Nos vemos en el próximo capítulo y espero dejen muchos reviews! Para el próximo prometo contestar… BYE! CUIDENSE!
