Disclaimer: si alguien piensa que yo soy Rowling, que se vaya desengañando.

Tal y como prometí que haría si os portabais bien, aquí tenéis el nuevo y ya de paso último capi de este fict. Y tanto que os habéis portado bien, no me esperaba tantísimos reviews. Como llevo haciendo desde hace algunos capis, las respuestas las encontraréis en otro review.

Comentarios y tonterías varias al final del capítulo. De momento a leer.

Capítulo 12. Una Nochevieja especial

- Estoy enamorada.

Esas fueron las palabras de Lily al día siguiente, en cuanto encontró un momento a solas con Anne.

- No sabía que un beso fuera tan revelador – dejó caer Anne con una sonrisa pícara – James debe besar muy bien.

- ¿Cómo sabes que estaba hablando de James¿Y cómo sabes que nos besamos?

- Liz os vio – aclaró la castaña – Y por suerte todavía no ha tenido tiempo para bombardearte con sus preguntas.

- Claro, solo nos vio Liz porque tú estabas demasiado ocupada con Remus – recordó Lily sonriendo con picardía.

- Creía que estábamos hablando de James y de ti.

Al oír la palabra "James", una sonrisa de tonta enamorada se dibujó de nuevo en la cara de la pelirroja.

- ¿Qué piensas hacer ahora? – rompió Anne el trance de su amiga.

- Recordar el beso una vez y otra, y otra, y otra, y otra…

- Repito la pregunta – interrumpió la otra joven - ¿Qué piensas hacer ahora con Sirius?

Con toda la euforia de la noche anterior, Lily no había tenido tiempo para acordarse de que tenía novio. Un novio muy guapo y encantador que por casualidades de la vida, era el mejor amigo de James. ¿Qué haría con Sirius?

- Supongo que dejarle – respondió Lily.

- ¿Supones?

- Dejarle – rectificó la pelirroja inmediatamente – Aunque…

- Es difícil dejar a Sirius – adivinó Anne los pensamientos de su amiga.

Lily pensó que era más que difícil dejar a Sirius. Sin embargo no pudo seguir hablando, ya que un torbellino moreno irrumpió repentinamente en la habitación y se lanzó sobre ella, bombardeándola con miles de preguntas tal y como acababa de vaticinar Anne.

- ¿Besaste a James¿Y cómo fue¿Cuándo piensas dejar a mi primo¿Y cuándo piensas declararte¿Cuándo será la boda¿Puedo ser la madrina?

La pelirroja apartó a Liz de encima suyo, empleando en ello todas sus fuerzas.

- Sí le bese, pero antes de pensar en boda creo que deberías pensar en ayudarme a dejar a Sirius – pidió Lily – Además, ni siquiera sé si yo le gusto a James.

Liz y Anne bufaron ante el comentario de su amiga.

- Cuando un chico y una chica se besan, por regla general significa que se gustan – explicó la morena con tono irónico.

- Ya, pero…

- ¿Te besó con lengua? – ante el asentimiento de la pelirroja, Liz continuó hablando – Eso es que le gustas. Nadie besa con lengua a alguien que no le gusta.

- Remus besaba a Grant con lengua y se supone que no le gustaba – objetó Lily.

- Deja de decir gilipolleces – intervino Anne al oír el nombre de su enemiga – Y haz el favor de concentrarte en lo que tienes que hacer. Antes de que terminen las vacaciones, te quiero ver con James¿entendido?

Lily asintió, aunque sabía que le quedaba por hacer lo más difícil. No solo debía dejar a Sirius, sino que además debía declararse a James. ¿No se suponía que esas cosas siempre las hacían los chicos?

- Y ya de paso podrías ir pensando en la boda. Por cierto, no sé si te lo he dicho, pero me encantaría ser la madrina.

Liz sacó a relucir su sonrisa más encantadora, pero esta vez fue la pelirroja quien resopló. En ocasiones su amiga podía ser muy cansina y en aquel momento Lily no estaba dispuesta a sufrirlo en sus carnes.

- ¿Y por qué no pensar ya en el color de la habitación de los niños? – ironizó Lily, saliendo de la habitación acompañada de un portazo.

- Eso es fácil: rosa si es niña y azul si es niño – dijo Liz a pesar de que su amiga ya no la escuchaba.

oooooooooooooo

- Soy un traidor.

A diferencia del optimismo de Lily, James se sentía fatal tras lo ocurrido la noche anterior.

- ¿Ya besaste a Lily? – dedujo Remus hábilmente.

- ¿Cómo lo sabes?

- Uno tiene sus fuentes – aseguró el licántropo esbozando una sonrisa enigmáticamente enigmática.

- ¿No te lo habrá dicho Sirius? – preguntó James temiéndose lo peor.

- ¿Crees que si Sirius te hubiera pillado besando a su novia tu integridad física seguiría intacta? – James negó vigorosamente con la cabeza – En realidad fue Anne quien me lo dijo, que se entero porque Liz os vio.

James se dejó caer pesadamente sobre la cama, demasiado aturdido para pensar o decir algo más.

- ¿Qué piensas hacer ahora?

- ¿Hacer como si nada hubiera pasado y aceptar ser el padrino cuando Lily y Sirius se casen? – sugirió el moreno.

- Sería todo un golpe de efecto contar que estás enamorado de ella en medio de la boda – bromeó su amigo.

Pero James no se rió. De hecho, en esa situación no se reiría ni aunque tuviera delante al mismísimo Groucho Marx.

- Supongo que se lo tendré que contar – dijo James al final – No es justo que Lily cargue con todo.

- No es nada justo – le dio la razón el otro.

- Además Sirius es mi mejor amigo. Lo mejor es que se entere por mí antes de que se lo cuente alguien más.

Súbitamente, James se levantó de la cama y se dirigió hacia la puerta. Aunque nada más posar su mano sobre el picaporte la retiró bruscamente, como si la manilla estuviera ardiendo.

- Aunque… pensándolo bien… quizás es mejor que se lo diga otro día – se retractó el joven – Ya cuando todos estemos más calmados.

Remus rió ante el comportamiento de su amigo. Normalmente James era mucho más decidido.

- ¿Tienes miedo?

James recapacitó la respuesta durante unos segundos.

- Claro que tengo miedo, joder – respondió al cabo de un rato – He besado a la novia de mi mejor amigo. ¿Qué harías tú si hubiera besado a Anne?

- Te mataría y te castraría – respondió Remus con tranquilidad – No necesariamente en ese orden.

- Gracias por los ánimos.

Remus sonrió una vez más.

- Me gustaría tomarme las cosas con la misma tranquilidad que tú – suspiró James con abatimiento.

- Es cuestión de mentalidad – le explicó su amigo – Admito que estás en una situación complicada y que Sirius no se lo tomará nada bien cuando se entere. Probablemente te pegará un puñetazo…

- O me dará una paliza – murmuró James.

- … te dejará de hablar durante unos cuantos días y te considerará un traidor. Pero luego se acordará de que eres su mejor amigo y te perdonará.

- Si solo fuera eso…

- El problema no es Sirius – continuó Remus – El problema es Lily. ¿Qué piensas hacer con ella¿Vas a dejar escapar a la mujer de tu vida?

James suspiró una vez más. Si la reacción de Sirius le daba miedo, la de Lily podía ser aún mucho peor.

- No la dejaría escapar si tuviera la certeza de que yo soy el hombre de su vida.

- Parece mentira que me estés diciendo esto – le reprochó su amigo – Tírate a la piscina y déjate de tonterías, joder.

Visto así sonaba muy atrevido todo, muy Gryffindor, pero para James la idea de tirarse a una piscina vacía desde un trampolín de 10 metros y sin un buen seguro de vida, no era en absoluto esperanzadora.

ooooooooooooooo

- Todavía me sigo preguntando quién fue el estúpido al que se le ocurrió la descabellada idea de organizar una fiesta – murmuró Lily con fastidio la mañana del 31.

Los alumnos de sexto y séptimo de Gryffindor eran ese año los anfitriones de una fiesta con motivo de la Nochevieja. Y ser los anfitriones de una fiesta implicaba llevar a cabo el trabajo más duro: decorar y recogerlo todo en cuanto la reunión terminase. Lily, Liz y Anne se encontraban inmersas en ese momento en la primera parte de la tarea.

Al oír ese comentario en boca de su amiga, Liz le lanzó una mirada enojada.

- A mí me parece una fantástica idea – replicó la morena – Y se le ocurrió a una estúpida, no a un estúpido.

Lily cesó en su intento de hacer collares hawaianos con papel de colores, constatando de nuevo su poca habilidad para cualquier actividad manual, y posó sus ojos verdes sobre los de su amiga.

- No me digas que la idea es tuya – por el rostro enfadado de Liz, la pelirroja dedujo que la respuesta era afirmativa – Aún así sigo pensando que la idea es un gilipollez.

- Vamos, Lily. Es nuestro último año en Hogwarts. Hay que aprovecharlo lo máximo posible – intercedió Anne en favor de Liz.

- Aprovecharlo al máximo no significa organizar fiesta desenfrenadas sin pedirle permiso a McGonagall – refunfuñó la joven por lo bajo.

- Como si McGonagall nos lo fuera a dar… - dejó caer Liz – Además, en esas fiestas desenfrenadas como las llamas, sueles ser tú la que más disfruta de las tres.

Lily sintió enrojecer violentamente, a causa de la rabia y sobre todo de la vergüenza.

- Cuando las organizan otros sí, pero no cuando me toca a mí todo el trabajo sucio.

- En eso estoy de acuerdo – intervino Sirius apareciendo súbitamente y pasando un brazo por encima del hombro de su novia – Y si es cierto que Lily es de las que más aprovecha las fiestas, creo que esta noche vamos a disfrutar mucho.

Ante tal declaración, Liz y Anne no pudieron hacer otra cosa que no fueran mirar a Lily. La pelirroja adivinó al instante los pensamientos de sus dos amigas: si para Sirius la palabra disfrutar significaba que le dejara su novia entonces sí, iba a disfrutar de lo lindo.

- ¿Os parecerá bonito? – apareció Remus en el momento oportuno, interrumpiendo la tensa situación – Yo aquí, rompiéndome la cabeza intentando hacer flores de papel y vosotros de cháchara.

- Ya sabía yo que tú eras muy torpe en cualquier actividad que implicara el uso de las manos – le hizo rabiar Anne.

- No decías lo mismo ayer por la noche – susurró el joven, dispuesto a besarla.

- ¡Oh, por favor! – interrumpió Liz el momento pareja – Id a hacer guarradas a otra parte.

Anne y Remus se separaron inmediatamente con fastidio.

- No la hagas caso – murmuró Anne con malicia – Desde que se ha enterado que Zabini no podrá venir a la fiesta por ser de Slytherin, está insoportable.

- Los Gryffindors y vuestra eterna rivalidad con Slytherin – se quejó la morena.

- Te recuerdo que tú también eres una Gryffindor – intervino Lily.

- Pero soy mucho más abierta de mente.

- Slytherins no, gracias – canturreó Sirius burlonamente.

- Con gente como éste – Liz señaló con desdén a su primo – no me extraña que luego surjan degenerados como ese tal Voldemort. Limar asperezas, eso es lo que necesita el mundo mágico.

- ¡Mira quién fue a hablar! La que el año pasado se negó a ayudar a una niña de primero por ser Slytherin – atacó Sirius maliciosamente.

- Eso fue el año pasado.

Los dos primos se hubieran enfrascado de buena gana en una de sus interminables discusiones de no haber sido por la oportuna interrupción de Diane Blunt y su pregunta de suma importancia.

- Asunto urgente¿wishky de fuego o algo más suave? – preguntó la joven de sexto curso.

- ¿Pero también va a haber alcohol? – se escandalizó Lily dirigiéndoles a todos una mirada de censura.

- ¿Por qué no se lo preguntas a James? – sugirió Remus ignorando la interrupción de la pelirroja – En asuntos de alcohol, es el más experimentado.

- Lo intenté, pero… - afirmó Diane señalando al joven que en esos momentos se peleaba con el cartel de bienvenida que debía colgar a la entrada de la sala común.

- Está demasiado ocupado – completó Sirius.

Diane asintió con la cabeza.

- De wishky de fuego ni hablar – se negó Lily en rotundo.

- A ésta ni caso, que luego es la que más bebe – aseguró Liz – Trae lo más fuerte que encuentres.

En cuanto Diane dio media vuelta, Lily abrió la boca dispuesta a quejarse.

- Antes de que digas nada, déjame recordarte la fiesta que organizó Ravenclaw a principios de curso y cómo te levantaste al día siguiente.

Lily optó por callarse y mantener así su orgullo lo más intacto posible. Al final sus amigas iban a tener razón y la que más disfrutaba de las fiestas era ella.

ooooooooooooo

En otras circunstancias completamente distintas, a Lily le hubieran bastado dos copas para convertirse en la reina de la fiesta. Sin embargo, aquella noche ni con cinco botellas seguidas de wishky de fuego la pelirroja sería capaz de animarse. No hasta que dejara las cosas claras con Sirius.

- ¿Bailas?

Lily despegó sus ojos verdes del vaso vacío que sostenía entre sus manos para posarlos sobre Roger Kent, el Ravenclaw más codiciado. Más de la mitad de las chicas que había en la fiesta pagarían por bailar con él, pero Lily simplemente le rechazó.

- Eres una inconsciente – murmuró Liz a sus espaldas – Por lo menos me lo podías haber dejado a mí.

- Tú tienes novio. Y yo también.

- A mí novio no creo que le importara mucho. Y respecto al tuyo… - la morena giró la cabeza en dirección a Sirius – parece que se lo está pasando muy bien con esa rubia.

Efectivamente, Lily comprobó como su chico parecía estar pasándoselo en grande bailando como una rubia descerebrada. Y Lily en absoluto la llamaba descerebrada porque fuera rubia.

- Será cabrón – siseó la joven apretando con fuerza el vaso que aún sostenía en su mano.

Liz observó con una sonrisa como en cuanto su amiga se acercó a Sirius, la rubia puso pies en polvorosa. Presentía que la ruptura entre su primo y Lily era más que inminente.

- Necesito hablar contigo – pidió Lily aunque por la dureza en su voz, la petición sonó más a orden.

- Si es por lo de la rubia… - empezó a decir el merodeador al tiempo que buscaban un lugar más silencioso.

- No es por lo de la rubia.

Sirius pareció respirar aliviado.

- No me importa que estuvieras bailando con otra chica – aseguró Lily tomando aire – De hecho a partir de ahora no me va a importar nada de lo que hagas porque te dejo.

Sin embargo, la pelirroja no pudo sufrir en sus carnes la reacción de su ahora ex ya que fue interrumpida.

- Tengo que hablar contigo – interrumpió James, dispuesto por fin al confesarle a Sirius lo que él denominaba su "traición". Pensaba que quizás, rodeados de tanta gente, la paliza que le esperaba sería menor.

Lily miró con fastidio a James. Estaba enamorada de él, sí, pero eso no le impedía pensar que era un poco impertinente.

- Joder James, no puedes interrumpir un momento como éste – se quejó la joven.

- ¿Un momento como éste?

- Estoy dejando a Sirius – soltó Lily sin piedad – Vuelve en otro momento.

James se quedó de piedra, pero la mirada que le dedicó su mejor amigo hizo que se esfumara inmediatamente.

- ¿Y bien¿No piensas decir nada? – se impacientó ella.

Y para sorpresa de Lily, de la boca del merodeador surgieron las palabras más inesperadas.

- Ya era hora.

Ahora fue el turno de Lily para sorprenderse.

- ¿Cómo que ya era hora?

Sirius sonrió condescendientemente, como si en vez el dejado fuera él el que dejaba.

- Verás Lily… – comenzó Sirius a explicar lo que llevaba guardado desde hacía tiempo – Si acepté salir contigo no fue precisamente porque me gustaras. No me malinterpretes… eres una chica estupenda y muy guapa, pero no eres mi tipo.

- ¿Entonces por qué fue¿Una apuesta¿Un capricho¡Dímelo! Estoy dispuesta a oír cualquier cosa… - sollozó ella.

- Joder Lily, no seas tan melodramática – pidió el joven – Lo que quiero decir es que si acepté salir contigo fue para que James y tú os dierais cuenta de que estabais hechos el uno para el otro.

Al oír tan impactante información, la expresión de Lily cambió súbitamente, pasando del casi llanto al odio más profundo.

- ¿Qué¿Pero cómo puedes ser tan…?

- ¿Buen amigo? – intentó ayudar Sirius, esbozando su sonrisa más inocente.

- ¡Cabrón! – completó Lily la frase.

- Oh, vamos Lily. ¿Y tú me llamas a mi cabrón? Mira lo poco que has tardado en dejarme por otro – se quejó el merodeador utilizando su tono más melodramático.

Lily examinó al joven con ojo crítico, como analizando el grado de culpabilidad y de responsabilidad de Sirius sobre todo aquel embrollo. Por lo visto, la pelirroja llegó a la conclusión de que era culpable al cien por cien.

- Así que no te gusto… - siseó Lily peligrosamente.

- Yo a ti tampoco.

- Pero creía que me gustabas – replicó ella – Tú ni siquiera eso.

- Te hice creer que me gustabas. Al fin y al cabo, es lo mismo – razonó Sirius.

- ¡No! No es lo mismo – se enfadó Lily – Me has humillado como persona y como mujer.

Sirius se pasó una mano por la cara en señal de desesperación. Lo que menos necesitaba ahora era un discurso feminista made in Lily. ¿Tanto le costaba entender que lo había hecho todo para ayudarla?

- Lily – empezó Sirius, decidido a tomar un camino totalmente diferente - ¿Tú sabes lo que significa la palabra ayudar?

- Claro que lo sé. ¿Me estás llamando ignorante?

- Haz el favor de escucharme y no te pongas a la defensiva – por primera vez en toda la conversación, Sirius utilizó un tono duro con el que consiguió callar a la joven – Eso está mucho mejor. Mira Lily, no sé cómo hacértelo entender… por lo visto eres más cabezona de lo que pensaba. Pero quiero que sepas que si acepté salir contigo era para ayudarte. ¿Entiendes? A-yu-dar-te.

Raras eran las ocasiones en las que el rostro de Sirius perdía toda señal de humor. Y aquella era una de ellas. Lily debió sentirse impactada por la expresión severa que había adoptado el joven a juzgar por sus palabras.

- Lo siento – dijo la chica finalmente.

- No lo sientas tanto y ve a por James antes de que se canse de esperar – aconsejó Sirius retomando su expresión amigable y guiñando un ojo.

Lily sonrió y se dio la vuelta dispuesta a poner en práctica el consejo, pero a medio camino se arrepintió, volvió sobre sus pasos y abrazó a Sirius.

- Perdona por lo de cabrón y todo eso – murmuró Lily tras separarse – Y por la forma en que te he dejado. No sabía exactamente cómo hacerlo y…

- Estás perdonada. ¿Amigos? – preguntó él tendiéndole la mano.

- ¿Cómo no ser amiga de alguien que me ha aguantado solo para que me dé cuenta de quién me gusta? – cuestionó Lily a su vez al tiempo que estrechaba la mano que Sirius le ofrecía, sellando así su amistad.

Sirius sonrió. La verdad es que James se llevaba una joya de chica.

oooooooooooooo

Minutos antes, Remus y Anne observaban desde la distancia como Sirius y Lily discutían acaloradamente. O más bien como Lily increpaba al joven. Aquello parecía no tener término medio: o acababan muy bien o aquellos dos terminaban como el rosario de la aurora. Los dos jóvenes se decantaban más por la segunda opción.

- ¿Disfrutando del espectáculo? – rompió la voz de Liz el momento de silencio.

La pareja posó sus ojos sobre la recién llegada, quien observaba la escena con una sonrisa complacida.

- Me parece que la única que disfruta con el espectáculo eres tú – le reprochó Anne.

- No sabes cuánto.

- Eres una insensible. Lily está dejando a tu primo y tú te alegras.

- No creo que a Sirius le duela demasiado que Lily le deje – rebatió la morena la afirmación de su amiga.

- ¿Qué quieres decir?

- No estarás insinuando que… - empezó a decir Remus, quien sí había captado el significado de las palabras de la joven.

- Que Sirius ha estado saliendo con Lily para que James y ella se den cuenta de lo que sienten el uno por el otro – completó Liz – Sí. Eso es exactamente lo que creo que ha hecho mi primo.

Anne miró a su amiga con sorpresa, mientras que Remus no pudo ocultar la admiración que sentía.

- Que retorcidos sois los Black – murmuró el merodeador.

Liz le dirigió una sonrisa de falsa modestia.

- No es para tanto.

ooooooooooooo

Tras haber aclarado todo con Sirius, Lily sentía que se había quitado un enooooorme peso de encima. Pero aún le quedaba algo más por hacer, y precisamente ese algo se encontraba disfrutando a su manera de la fiesta.

- ¿Qué tal la noche? – preguntó Lily sentándose al lado de James.

- Bastante mejor que la del baile – aseguró el joven.

- Supongo que el hecho de que Sirius y yo lo hayamos dejado mejora bastante el panorama.

James sonrió por el comentario, pero la pelirroja se quedó pensativa.

- Olvídalo, he sido demasiado directa – volvió a hablar ella.

Para sorpresa del merodeador, Lily se levantó del sofá, se alejó unos cuantos metros y volvió, sentándose de nuevo a su lado.

- ¿Qué tal la noche?

James la observó con expresión divertida.

- Bastante mejor que la del baile – repitió él sin borrar la sonrisa de su cara.

- Eso está bien – fue la respuesta diferente de Lily.

Los dos se quedaron en silencio, hasta que la pelirroja se fijó sus ojos en el vaso que James acababa de llenar.

- Espero que el nivel de alcohol que llevas en la sangre no te impida… mmm… - Lily pareció buscar las palabras adecuadas – pensar con claridad.

James se quedó mirando también el vaso antes de dar un largo trago.

- Quizás hasta necesite un poco más de alcohol – concluyó el joven.

Aunque por la cara que puso la pelirroja, estaba claro que la broma no le había hecho ni gota de gracia.

- Pero si quieres te demuestro que estoy en perfectas condiciones – para enmendar su error, James se levantó y obligó a la chica a hacer lo mismo – Vamos a bailar un poco.

Lily se sorprendió de que una petición como esa saliera de boca de James que, a pesar de no hacerlo tan mal, seguía sintiéndose ridículo bailando. La joven llegó a la conclusión de que en contra de lo que James quería demostrarle, esa noche había bebido bastante. James en condiciones normales no bailaría tan animado como lo estaba haciendo en esos momentos. Pero en lugar de reprochárselo una vez más, Lily optó por aprovechar la situación.

Mientras y a una prudente distancia, cuatro personas (bueno, y ya de paso media fiesta que se había enterado de la ruptura de Lily y Sirius) observaban atentamente la escena.

- ¿No os sentís unos mirones? – preguntó Sirius al cabo de unos minutos de observación en silencio.

- Información es poder – murmuró Liz, completamente concentrada en lo que estaba ocurriendo entre Lily y James.

- ¿Cuánto tiempo creéis que tardarán? – se interesó Anne, quien tampoco quitaba ojo de la escena.

- Pues calculando el nivel de alcohol que lleva James en la sangre… - empezó a decir Remus.

- Y el grado de desesperación de Lily – aportó Liz.

Momento de reflexión entre los cuatro amigos.

- La cuenta nos sale a diez minutos como mucho – concluyó Sirius con tono de experto.

Sin embargo se equivocaban, porque la pareja, o mejor dicho la pareja en vías de desarrollo, continuó bailando durante bastante más tiempo hasta que terminaron agotados, dejándose caer de nuevo en el sofá de antes.

- Antes fuiste muy directa – comenzó a hablar James – pero ahora estamos dando muchos rodeos.

Lily fingió pensar.

- Supongo que tienes razón – aprobó ella – Aunque antes debes saber que Sirius…

- Ya he hablado con Sirius. Me lo ha contado todo. Y…. bueno, es Sirius¿qué otra cosa podías esperar de él? – preguntó James con una sonrisa.

- Pero los dos nos lo creímos – apuntó la pelirroja.

- Lo que hace el amor – suspiro el merodeador.

- ¿El amor? – repitió la pelirroja mirándole divertida - ¿Has dicho el amor?

James se dio cuenta de que él solito se había puesto en una situación comprometida, así que salió de ella de la mejor forma que sabía.

- ¡Basta de cháchara! – exclamó James tomando a la chica de la cintura y demostrando que sí, que era amor lo que sentía.

- Deberías hablar menos y besar más – le aconsejó Lily tras el beso.

Y la ya pareja hubiera continuado empleando la lengua en otras actividades más productivas de no ser por la interrupción más que deliberada de Sirius.

- Bueno tortolitos, ya habéis tenido vuestro momento de intimidad. El nuevo año está apunto de empezar¿no querréis perdéroslo?

James y Lily torcieron el gesto, como diciendo que lo que no se querían perder era lo que estaban haciendo hasta que Sirius apareció. Pero el joven no les dejó quejarse y les empujó hacia el centro de la sala común. James tuvo que conformarse con rodear con su brazo la cintura de su pelirroja, ahora que ya lo podía decir con toda la propiedad del mundo.

FIN


Ahora mismo no sé si sentirme orgullosa por haber terminado el fict o triste porque ya no voy a volver a escribir las locuras de estos personajes. No más Liz, no más Zabini, no más charlas entre Anne y Grant, no más escena Sirius/Lily… qué penita.

Pero mientras decido mi estado anímico, hay algo que quiero puntualizar. Por lo que he visto en los reviews que me dejáis, no ha quedado muy claro el asunto Sirius/Liz/Zabini. No sé si recordáis una charla entre Sirius y Liz que puse en el capítulo 8 en la que él daba el visto bueno, a su manera eso sí, a la relación de Liz y Zabini. Desde un principio no tenía la intención de liar a los dos primos (aunque es cierto que jugué un poco al despiste) y la aparición de Zabini creí que había dado el asunto por zanjado. Pero como quedaban algunas dudas, por eso lo explico.

Aclarado este punto y como siempre que termino un fict, no podían faltar los agradecimientos. Así que quiero dar las gracias (y parece que estoy recogiendo un Oscar) a todos los que habéis leído esta locura y especialmente a todos los que me habéis dejado reviews al lo largo del fict. Aunque solo fueran tres palabras, gracias. Si escribís, comprenderéis lo importante que es saber que hay gente que lee tu trabajo y que lo valora, ya sea positiva o negativamente.

Además, a modo de petición, me encantaría que los que habéis seguido este fict y nunca habéis dejado un review ya sea por pereza, por falta de tiempo o simplemente porque no os dio la gana, lo hicierais ahora, en este último capítulo.

Y ya por último, hablemos de nuevos proyectos. Para los que estéis leyendo mi otro fict, o mejor dicho para los que recordéis que yo tengo un fict por ahí perdido titulado "Como en los viejos tiempos", deciros que solo le quedan dos capítulos y que ya estoy en proceso de escribirlos. Está siendo un trabajo difícil porque tengo que cambiar de nuevo el chip y adaptarme otra vez a sus personajes, pero como me llamo Bárbara que ese fict lo termino. Y además dentro de poco tiempo.

Aparte de eso, estoy también trabajando en un nuevo fict de los merodeadores, para variar. Se titulará (a no ser por un cambio de última hora) "¿Tú no me odiabas?" y tendrá aventura, amor y comedia para dar y tomar. Como novedad, en esta nueva historia trasladó a Lily, James and company fuera de Hogwarts y os aseguro que estoy muy ilusionada con él. El primer capi lo tendréis arriba exactamente dentro de tres semanas.

Y tras el rollo del que por ser el último capítulo no se siento culpable, daros de nuevo las gracias por leerme y espero veros en mis próximas historias.

Millones de besos, que hoy ando generosa

bars9