KIMOCHI HANBUN
SENTIMIENTOS A MEDIAS
CAPITULO VIII: EN ESA FRÍA NOCHE DE INVIERNO
Aoshi había notado la dificultad de Misao para ponerse de pie, pero no realizo gesto alguno y mucho menos un movimiento, imagino que alguno de sus músculos se había dormido o que estaba cansada, Se percato del tono de voz de la chica al momento de despedirse y esto mas que sonar como alguien que esta somnoliento sonaba a que algo malo le ocurría a Misao, aun así permaneció como si nada malo pasara, cuando la puerta se abrió percibió nuevamente el mismo aroma que se había colado al interior del templo cuando Misao entro, no fue sino hasta que escucho como un golpe era amortiguado por la nieve, cuando giro su rostro para ver que había sido y encontró tendida boca abajo sobre la blanca nieve a la chica, no tardo mas de una fracción de segundo en ponerse de pie y desplazarse de su lugar hasta fuera del templo, tomo a Misao entre sus brazos al girar el rostro de la chica descubrió como de su boca corría un hilo de sangre y por encima de la nieve existía un pequeño rastro de la sangre de Misao. Por un momento el joven Okashira no supo que hacer, al momento de ver a Misao en el suelo y con sangre se paralizo su mente dejo de trabajar, sus ojos se abrieron tan grandes que en su iris se vislumbro temor, se encontraba ahí sin moverse cuando ese halito de olor a hierbas penetro por su nariz, en ese momento volvió en si y descubrió que ese aroma no era natural de ese lugar que solo se podía obtener al mezclar cierto tipo de hierba, que a pesar de ser un aroma agradable tenía consecuencias fatales para quien estuviera durante mucho tiempo oliéndolo. Sin pensarlo dos veces metió la mano en una de las bolsas de su gabardina saco un pañuelo y se lo amarro alrededor de su rostro para tapar su boca, sacudió ligeramente a Misao pero la chica no reacciono, se dio cuenta que la temperatura de la chica descendía rápidamente, se quito su gabardina y cubrió lo mejor que pudo el cuerpo de la chica. En ese momento unos copos de nieve empezaron a caer era el comienzo de una tormenta de nieve. Tomo en sus brazos a la chica y camino lo mas rápido que sus pies le permitían, no había andado mucho cuando él también comenzó a sentir los efectos del veneno que se encontraba dispersado en todo el bosque. Al igual que Misao sintió como sus fuerzas lentamente lo abandonaban, trastabillo varias veces, su labor se complicaba mas a consecuencia de la tormenta que cada vez iba haciéndose mas fuerte impidiéndole avanzar rápido, su visibilidad se iba haciendo casi nula, y pronto un fuerte frío empezó a apoderase de su cuerpo, acerco mas el cuerpo de la chica hacía el suyo con la esperanza de brindarle el mayor calor posible al cuerpo de la chica.
Llego a la casa subió lo mas rápido que pudo a su habitación, antes de entrar a esta entro a la de Osamú saco de ahí mantas y frazadas, recostó a Misao sobre su futón le quito su gabardina que se había humedecido a causa de la nieve traspasando no solo la capa de la chica sino también su ropa, titubeo unos instantes al pensar si debía quitarle la ropa o no, decido que era lo mas apropiado pues estaba mojada, la arropo con su yukata y coloco numerosas frazadas sobre el cuerpo de la chica, después de esto encendió el rustico calentador tenía que procurarle a la chica el mayor calor posible, puesto que Misao había empeorado estaba completamente fría y el carmín de sus labios empezaba a abandonarla para dar lugar a un tono púrpura, lo mejor hubiera sido ir por el esposo de Murakawa san el cual tenía bastos conocimientos en medicina, pero como se encontraba en estos momentos la cuidad era imposible, salir en medio de esa tormenta era como dirigirse a una muerte segura, así que descarto esa posibilidad; pero si ambos no recibían atención especiliazada de inmediato Aoshi no estaba seguro de lo que pudiera pasarles, de pronto recordó las palomas mensajeras que tenían los oniwabanshu, salió al patio amarro en la pata de una la nota que había escrito y que estaba dirigida al doctor, le dio una rápida explicación del paradero al cual debía llegar y hecho a volar al ave. Se dirigió a la cocina donde puso a calentar agua cuando esta hirvió la llevo a su habitación, saco de entre sus cosas un pequeño paquete el cual estaba envuelto en una piel de algún animal de ahí saco un polvo el cual disolvió en el agua y separo en dos tazas la infusión él debió una y la otra la apoyo en los labios de Misao tratando de que la chica bebiera el líquido. Aoshi estaba seguro que con esto los efectos de aquel veneno desaparecerían parcialmente pero no fue así. No cabía la menor duda de que el responsable de preparar ese veneno conocía muy bien el procedimiento. Después de que el se cambiara de ropa se acerco a verificar el estado de Misao, pero ella aun continuaba inconsciente, él por su parte sentía como actuaban cada vez mas rápido los efectos del veneno, se recostó aun lado de la chica pues sentía cada vez mas su cuerpo enfriarse trato de no dormirse pues si se llegaba a dormir lo mas seguro es que ambos morirían; pero sus intentos fueron en vano cayo en un profundo sueño del cual no podía despertar.
No habían trascurrido mas de dos horas cuando el apuesto ninja sintió como algo extremadamente caliente bajaba por su garganta recorriendo todo su sistema, abrió lentamente los ojos y alcanzo a ver la figura de dos personas adultas que se encontraba conversando en voz baja.
Fue una suerte que esa paloma no se perdiera y nos entregara el mensaje, si hubiéramos demorado mas tiempo ambos hubiera muerto aunque aun no estoy seguro de lo que pueda pasarle a Mi...- cayo de improvisto el hombre al percatarse que Aoshi había vuelto en sí.
Aoshi kun, como te sientes.
Yo estoy bien, pero que hay con Misao.-hablo después de unos instantes, tratando de ponerse de pie y alejarse de donde estaba, pues había despertado al lado de Misao.
No por favor Aoshi kun, no se esfuerce demasiado su cuerpo aun se encuentra débil, mejor dígame que fue lo que paso.
El ninja no reprocho y volvió a acomodarse en el mismo lugar efectivamente aun se sentía débil como para ponerse a discutir.- Fue ese extraño olor, provenía del bosque desde que Misao entro al templo lo percibí pero no le tome importancia, cuando salió aun seguía en el aire fue hasta que yo salí cuando puede identificar el aroma, me percate de que el aroma se concentraba cada vez mas...-le relato todas las peripecias que paso para poder llegar a su casa.
Ahora se porque Misao chan se encuentra en ese estado, estuvo expuesta por un largo periodo a esa sustancia y por lo que me dices se trata de un veneno que es conocido como myotoko, y efectivamente es uno de los venenos mas poderosos que desarrollaron al inicio de la era Edo los ninjas del Japón.
Si eso lo se a la perfección, por su efectividad de aniquilar a varios individuos sin levantar la mas mínima sospecha se uso casi siempre en las reuniones entre shogunes ya que el aroma es muy agradable, sus efectos se sientes de inmediato y la muerte les llega de diferentes formas.
La razón de esas muertes se debe a que este veneno no solo ingresa al organismo por la nariz, también entra por los poros de la piel, aunque tiene una cura sino se atiende a tiempo la persona quedara sumida en un profundo sueño del cual no podrá despertar. A pesar de que ya se las administramos veo que todavía se encuentra en sus organismos, hay algo mas que me inquieta Misao chan presento otro tipo de síntomas que no son comunes al menos que lo hayan mezclado con otras sustancias; no cabe duda que fue hecho por una persona con grandes conocimientos en herbolaria. Aunque no me puedo imaginar quien podría haberlo hecho pues ese tipo de manejo de hierbas solo los conocen unos cuantos y la gran mayoría son ninjas.
Onishi san te dijo que todo esto se debe a esa extraña mujer que ha estado rondando por los alrededores.-intervino en la conversación la anciana que iba entrando a la habitación con una charola.
Nanako san ya te he dicho que esa es una simple leyenda que se escucha últimamente, pero es solo eso una leyenda.
Pues yo no lo creo así yo la he visto y mas de una vez.-reprochaba mientras se acercaba a Aoshi y le daba una taza de la cual bebió una sustancia pastosa y con sabor desagradable. Tan pronto Aoshi se la termino se levanto lo mas rápido que su estado le permitió y salió corriendo al baño. Cuando volvió a la habitación lucía un mejor aspecto encontró a la pareja discutiendo sobre esa mujer.
No, no estoy loca van tres veces que la veo y este día fueron dos, la primera vez yo iba caminando y alcance a ver como se ocultaba en el bosque, y hoy la vi cuando Misao chan salía de nuestra casa y la última fue antes de que entráramos a la casa.
Nanako san podría decirme cual es la apariencia de esa mujer.
Es una mujer joven mas grande que Misao chan, delgada y pues su rostro no lo pude ver porque esta cubierta con una capa muy larga como la que usa Misao chan.
Si comprendo!.- expreso meditativo el ninja mientras trataba de crear una imagen mental de la extraña con la descripción de la anciana.
Aoshi kun no me digas que crees en las palabras de Nanako san.
Pues claro que cree, porque lo que dijo es cierto, pero mejor nos vamos ya. Aoshi san que se mejore pronto dele a Misao este brebaje es importante que expulse la mayor cantidad posible de veneno; y no dudes en llamarnos si tienes otro problema. Se despedían haciendo una reverencia.
Misao aun continuaba inconsciente por eso se le complico a Aoshi hacer que bebiera el brebaje, pasados unos minutos Misao empezó a reaccionar abrió lentamente los ojos, trato de incorporarse pero se le dificultaba esa labor Aoshi le ofreció su ayuda tomándola con delicadeza por la espalda.
Aoshi san por favor necesito ir al baño.-fue lo único que pronuncio la chica ofreciéndole una cansada sonrisa. Él le ofreció sus hombros para que ella se apoyara en ellos y caminando despacio la llevo hasta el baño, cuando regreso al futón se notaba ligeramente mas saludable, empezaba a recobrar su color. después de un gracias volvió a acostarse y quedar nuevamente dormida.
Hacía dos noches que Aoshi no dormía y solo se concentraba en observar como descansaba Misao. La primera noche después de su pequeña recuperación volvió a quedar sumida en un sueño intranquilo, su temperatura aumento y él trato de controlarla con compresas de agua fría por la mañana la temperatura había desaparecido pero ese día sufrió de escalofríos y empezaba a pronunciar palabras ininteligibles; Aoshi no se había separado ni un solo instante de la chica y es que temía que si se apartaba de su lado la salud de Misao empeorara, tan solo se separo de ella para prepararle un té con las hierbas que se le había indicado. En esos dos días la mano de Misao se aferraba con todas sus fuerzas a la del joven ninja él sintiéndose impotente ante el estado de la chica lo único que podía hacer era velar por ella y esperar su pronta recuperación. En el amanecer del tercer día los síntomas de la enfermedad de Misao había casi desaparecido su rostro ya no se mostraba enfermo y pálido, sino que había recuperado casi por completo su apariencia habitual, la señal de que estaca casi curada fue cuando Aoshi vio que Misao abría lentamente los ojos y escucho como ella pronuncio su nombre y le agradecía por estar siempre con ella, después de eso una sonrisa se dibujo en el rostro de la chica, permaneció unos instantes mas al ver que esta vez la respiración de Misao armonizaba con su rostro se retiro de la habitación, tomo un baño y dado que en su cuarto estaba Misao ocupo el de ella para descansar.
Ya había transcurrido la mayor parte de la tarde y pronto cairía la noche, la casa estaba en su mayoría a obscuras y en una calma total, este silencio se rompió cuando se escucho que el shayi de la habitación de Misao se descorría y se acercaban con rápido andar al futón que perteneciera a la chica.
Misao mi ángel, que fue lo que te sucedió vine lo mas rápido que pude, quería llegar antes que ella pero parece que se adelanto.- gritaba Okina abrazando a la persona que estaba acostada. Por el ancho del cuerpo que se encontraba en sus brazos se sorprendió haciendo que quitara las frazadas topándose con que era Aoshi y no Misao el que había abrazado.-Ahhhhhhhhh!
Okina se puede saber que estas haciendo.-preguntaba con fría voz y con una expresión fulminante.
Aoshi san donde se encuentra Misao chan y que haces en su habitación, dime como esta mi ángel, pudiste ver quien fue el culpable, la defendiste en todo momento, como que Omasu y los demás no se encuentran, quien la atendió...habla ya Aoshi san.- hablaba tan aprisa y con grandes lagrimas en los ojos que no dejaba que Aoshi pronunciara palabra alguna.
Okina Misao esta descansando en mi habitación parece que ya todo paso...- explicaba de manera tranquila pero no termino ya que en cuanto Okina supo donde se encontraba su nieta salió corriendo. Aoshi considero prudente dejarlo a solas con Misao, después de todo el era uno de los que mas se preocupaban por la chica. Pasada dos horas el apuesto ninja entro en la habitación y se encontró a Okina sentado al lado del futón sin decir palabra alguna.
Okina explícame algo cuando llegaste dijiste que trataste de llegar antes eso significa que sabes quien hizo eso. Y otra cosa donde estuviste metido estos días.- pronuncio tan pronto entro en la habitación aun seguía de pie, con los brazos cruzados y su expresión era la misma de siempre. Okina se sorprendió por lo directo que fueron las palabras del ninja; pero aún así hablo sin dirigirse al él.
Fui a Tokyo, a buscar a los Ukemi y tratar de llegar a un acuerdo con ellos. Al principio se negaron a recibirme pero después el Okashira accedió, conviví muy poco con ellos pero durante la cena me pareció conveniente hablar de mis verdaderos objetivos. Les explique como se encontraban las cosas aquí en Kyoto y como era la organización de nuestro clan, hable de que en estos tiempos de paz era justo hacer a un lado todos los tratos y reglamentos de los ninjas; además de que no consideraba correcto entregar a uno de mis líderes para llevar a cabo sus planes. Me obligaron a que les dijera quien era el Okashira así que tú saliste en la conversación, al saber esto esa chica, Kizuna parece haberse alegrado; pues incluso antes de que yo terminara de hablar ella se levanto triunfante de su lugar y exclamo que pronto ella sería la Okashira y tú su marido, la escucharla todos los ahí reunidos profirieron gritos de aceptación creyeron que me daría por vencido tan fácilmente pero les recordé que el padre de Misao antiguo okashira me había elegido a mí para relevarlo y si yo lo hubiera aceptado le pregunte a Kizuna si estaría dispuesta a casarse conmigo; por supuesto que esto no le agrado en lo absoluto y trato de defenderse, pero su padre pareció comprender y ofreció a declinar el trato solo si tenía un recurso convincente. Y pues dije lo único que se me ocurrió.. concluyo con una risa nerviosa.
Si comprendo, pero que fue lo que le dijiste, y como termino todo esto.-expreso de manera gélida
Bueno.., pues tienes que comprenderme me bombardearon con tantas preguntas que respondí lo primero que me vino a la mente...-su voz y risa se mostraban cada vez mas nerviosos.
Y que fue lo primero que se te vino a la mente.- esta vez empezó a caminar quedando detrás de Okina.
Pues que tu estabas profundamente enamorado de Misao y que ya habían acordado la fecha para casarse, antes de que se supiera todo eso.- mas que pronunciar esas palabras pareciera como se estuviera diciendo su propia sentencia de muerte. Se encogió de hombros y le pidió una disculpa.-lo lamento Aoshi san pero debes comprender lo hice para salvar a ambos.
Ahora dime como sabías de lo del veneno.- tal parecía que lo anterior no le afectara, pues continuo como si nada.
Dudo por unos momentos si debía contestarle estaba seguro que tan pronto escuchara lo que había hecho, Aoshi tomaría sus kodashi y lo cortaría sin mas ni mas, pero su reacción había sido todo lo contrarío hasta le pareció a Okina que le había agradado la idea.- Pues como te iba diciendo todos quedaron muy sorprendidos, pero como podrás imaginarte ese no fue el discurso que ellos estaban esperando así que se negaron a mis proposiciones.
En resumen solo fuiste hasta allá para empeorar las cosas y hacer quedar mal a los Oniwabanshu.
No del todo, Kizuna reacciono de una forma muy mezquina cuando escucho que tu ya tenías una prometida, abandono el lugar no sin antes amenazarme con que esto no se quedaría así y ella sería la única beneficiada.
Y supones que fue ella la que nos tendió esa trampa.
Si así es antes que yo abandonara la aldea ella ya no se encontraba en esta, así que supuse que vendría al Aoiya dispuesta a todo, pero de lo que no estaba seguro es de cómo atacaría esto lo supe cuando llegue y me encontré a los señores Murakawa y me contaron de su envenenamiento con esto mis sospechas se volvían mas certeras y cuando Nanako san me contó que hacía casi una semana que una extraña mujer rondaba por la casa confirme mis sospechas.
Entonces los relatos de la anciana eran ciertos, no estaba seguro de creerlos pues la gente en ocasiones es muy fantasiosa pero algo en ese cuento me inquietaba y era la fiel descripción que me dio.
Si en realidad se trata de Kizuna, entonces esto puede resultar muy beneficioso, no lo crees así Aoshi. Las leyes de los ninjas son muy estrictos en muchos aspectos tanto que no perdonan traiciones, ni malas jugadas.
Creo entender lo que dices; pero entonces tu hiciste todo esto sabiendo como terminaría o solo abriste tu boca a lo tonto como es tu costumbre.
Yo he hecho mi parte y ahora el resto lo dejo en tus manos, si Misao te importa tanto como a mí, y si no deseas separarte de ella harás todo lo posible para que esto se resuelva lo mas pronto posible.- y con esto Okina abandono la habitación dejando solos a Misao que seguía durmiendo y a Aoshi que se sorprendió por el último comentario del anciano.
Se acerco a un viejo baúl en donde guardaba todo tipo de documentos y tratados concernientes a todos las leyes y convenios que se habían creados y modificado a través de toda la historia de los ninjas. Paso la mayor parte de la noche leyéndolos detenidamente bajo la tenue luz que una vela podía ofrecer, finalmente en un rincón del baúl extrajo una bitácora vieja, llena de polvo y con olor a humedad en ésta encontró lo que tanto había estado buscando, guardo la bitácora en una maleta de viaje; era todavía muy temprano para partir, además afuera una copiosa nevada aun continuaba y lo mas probable era que la temperatura estaría por debajo de los 0 grados; aunque sabía que debía partir lo mas pronto posible a estos pretextos se sumo el hecho de que se negaba apartarse del lado de Misao, no sabía exactamente en que momento había sido pero ahora que las cosas se empezaban a calmar un poco finalmente se había dado el tiempo para continuar lo que había dejado pendiente en el templo zen, aclarar su situación con respecto a lo que estaba ocurriendo en su interior; durante la mayor parte de su vida había sido una persona dura, frívola, solitaria, rígida que a lo único que atendía y tomaba como lo justo y correcto era lo que su razón le dictaba; durante todo ese tiempo había suprimido sus emociones por no hablar de sus sentimientos, pero ahora la situación se empezaba a tornar confusa, desde hace varias semanas ignoraba lo que le decía su lógica y se dejaba guiar mas por sus emociones; aunque tardo en darse cuenta de esto o tal vez no lo quería aceptar pero lo cierto era que había llegado el momento de ser sincero con él mismo, ya era tiempo de que se quitara de una vez tantas mascaras que solía usar para esconder su verdadero yo, y aunque ese yo no distaba mucho de lo que enrealidad era pues finalmente la gente no se forma ni cambia de la noche a la mañana ni de manera radical. Aoshi seguía siendo él mismo un hombre centrado, con temple, frívolo con las personas pero no con esa chica que ocupaba en ese momento su futon y es que sin darse cuenta la joven ninja había empezado a ganar terreno en el corazón del apuesto okashira, no es que no lo existiera desde antes Aoshi siempre había sentido un aprecio y gratitud hacia Misao, pues aunque le costara aceptarlo ella de una forma u otra lo hacía sentir tan bien, tan satisfecho, querido, tan...lleno de vida de esperanza; ya una vez lo había sentido pero no como lo sentía en ese momento, era como si ese deseo que una vez estuvo latente en su interior hubiera muerto pero que ahora estaba poco a poco despertando de su largo letargo y todo gracias a la compañía de Misao. Ya una vez Himura le había hecho ver su error en aquella batalla en el interior de la biblioteca; él rurouni había hablado acerca de la muerte que tanto anhelaba el okashira y que se reflejaba en las personas que este último había matado; pero porque desear con tantas ansias la muerte si con la vida uno puede encontrar la felicidad. Felicidad, vida por mucho tiempo Aoshi estuvo vagando internamente tratando de encontrarla pero todo había sido en vano hasta este instante en que finalmente comprendía y sentía las palabras de aquel rurouni.
Aquel hombre que aun se encontraba a lado de aquella chica que tanto lo amaba en silencio, creyó encontrar la respuesta a todas sus inquietudes; pensó en todo menos en la palabra amor. Y es que al igual que la leyenda griega, aquella que cuenta que la curiosidad de Pandora la llevo a abrir esa misteriosa caja la cual aguardaba en su interior todas las desgracias que se posaron sobre la humanidad, pero que por temor Pandora la cerro de improvisto dejando atrapado al amor. De esa manera Aoshi no permitió que este último sentimiento saliera a flote de su interior.
Aoshi tomo sus kodashi, se coloco su gabardina, tomo la maleta que contenía la bitácora e introdujo unas cuantas provisiones, le dirigió una última mirada a Misao con la esperanza de que ella despertara, pero si eso llegase a suceder que le diría no estaba seguro de que era lo que debía decirle a Misao ya hubiera sido en ese momento o a su regreso sin pensar mas en eso salió en silencio de la habitación, corrió despacio el shayi y partió a su último y principal destino. Era duro alejarse de la persona que se quiere incluso si sabes que lo haces por el bien de aquella; y si que era duro el clima no le ofrecía ni la mas mínima cooperación aun seguía nevando y el frío helaba hasta los huesos y por primera vez en su vida el solitario y frío okashira deseo encontrarse en el interior de su casa, no se debía tanto al frió sino mas bien a que horas antes de partir se encontraba sentado al lado de Misao, la chica inconscientemente había tomado la mano del ninja, él al sentir la calidez de otra persona se sorprendió abrió los ojos pero Misao continuaba dormida, sostuvo con ambas manos la frágil y delicada mano de la chica y la acerco hasta su pecho acto seguido la poso en el pecho de la joven y partió.
CONTINUARA...
Agradesco como siempre a todos los que continuan leyendo esta historia. Como ven yo y mis recuerdos del anime, jeje pero esque fue cuando escuche lo que le dijo ken a Aoshi que mi mente empézo a trabajar rapidamente y por esas palabras dio origen Kimochi Hanbum, así que era indispensables que las pusiera.
HADA, Alis Chan, AkikoSamaN.
Arigato gozaimasu
Tao Jun Shinomori
