KIMOCHI HANBUN
SENTIMIENTOS A MEDIAS
CAPITULO XI: UN REGALO, UN KINOMO, UNA SORPRESA.
El invierno toco a su fin y la llegada de la primavera trajo consigo al Aoiya una paz, tranquilidad y sobre todo felicidad que hacia mucho no se sentía y es que desde que las cosas se habían aclarado entre Misao y Aoshi ambos cambiaron para bien, ella volvió a ser la misma joven de antes siempre alegre y dispuesta a ayudar a todos sin importarle como resulten las cosas, todos sus amigos seguían tratándola como siempre con la excepción de que habían comprendido que ella ya no era un niña sino una mujer aunque en ocasiones su comportamiento demostraba ser todo lo contrario, pues aún mantenía esos estados anímicos tan drásticos podía permanecer todo el día risueña pero cuando era el blanco de bromas fácilmente se enojaba, aunque era tan fácil de contentar que mas que disgustarlos les pareció una cualidad extraordinaria propia de Misao a sus amigos, aunque claro que ella trataba de parecer lo mas madura posible cuando estaba a solas con Aoshi claro que esto le resultaba imposible, los otros miembros del Aoiya habían aprendido que cuando Aoshi se encontraba con ellos muy difícilmente podían jugarles bromas a Misao, eso lo aprendieron una tarde cuando a causa de un comentario Misao comenzó a hacer pucheros y ponerse roja, pues esta iba encaminada a su nueva relación con el apuesto ninja, claro que ahí se encontraba el culpable de los sonrojos de la chica, lo único que dijo aquella ocasión fue.- Shiro, Kuro, Okina podrían dejar de molestar a Misao, no me gustaría tener que repetírselo dos veces.- a esta advertencia se sumo el hecho de que apretó con su mano el puño de su kodashi y sus ojos tan fríos como el hielo se fijaron en los tres.
De los dos fue en Aoshi donde el cambio fue inminente su carácter se había ablandado un poco lo suficiente como para permanecer mas tiempo en el mismo salón que todos prolongando su convivencia, a menudo sostenías largas charlas con los demás integrantes de la familia, y por supuesto que el trato con Misao había mejorado bastante aunque ella aun no lograba hacer que éste sonriera, pero ella bien sabía eso no era imposible así que no lo forzó ni intento nada para lograrlo pues sabía que cuando llegara ese momento sería la mujer mas feliz del mundo.
El nacimiento de los cerezos estaba próximo así que todos en el Aoiya habían planeado un día de campo bajo la sombra de estos místicos árboles, sin poner ningún pretexto Aoshi acepto así que este sería la primera vez que el viera el nacimiento de esta flor en compañía de sus verdaderos aunque no únicos amigos. Por este motivo Misao se esmero en la preparación de todos los alimentos, ella había mejorado bastante pues pasaba mas horas con Okon y Omasu aprendiendo como se cocinaba.
Misao ya estas lista solo faltas tú, todos estamos esperándote.-pregunto Omasu mientras entraba a la habitación de Misao. La cual luchaba en vano con el obi que llevaría con un bello kimono que le regalara el día anterior Aoshi.
Irashaimase.- pronuncio la vendedora mientras realizaba una reverencia
Hmmm, vera estoy buscando un kimono para una chica de 19 años.- pregunto con tono serio Aoshi mientras entraba en una lujosa tienda especializada en kimonos, en el centro de la ciudad.
De que color lo desea, con que decorado, podría darme las medidas exactas así será mas fácil, que tipo de tela, el obi como le gustaría que fuera, el zapato cual es la talla.-hablo con una sonrisa la vendedora
Aoshi por supuesto nunca pensó que comprar un kimono fuera lo mas difícil que existiera sobre este mundo; había pensado entrar a la tienda pedirlo, pagar y salir lo mas rápido que pudiera así nadie sabría que el estuvo ahí.- Pues vera, ella es mas o menos así.- tratando de dar con sus manos las medidas de Misao y el color pues uno que le guste algo bien.-empezaba a sentir como un ligero rubor se apoderaba de su rostro.
Podría ser mas explicito.-
Pues no puedo, si supiera todo no estaría pasando esta situación.- para salvación del ninja y de la vendedora que se había puesto nerviosa ante la contestación del oniwabanshu, Omasu y Okon regresaban de hacer las compras y se habían detenido en esa tienda a ver los nuevos diseños en el interior de esta habían descubierto al ninja, al principio no tenían la intención de hacerse notar pero al ver que Aoshi no tenía idea de lo que le hablaba la vendedora entraron en su rescate.
Aoshi san que sucede aquí.- pregunto temerosa Omasu
Trato de hacerle un regalo a Misao pero me resulta imposible. Podrían decirme a que se refiere ella
Se sorprendieron por la reacción del ninja, pero gustosas lo ayudaron a elegir el kimono que mejor le sentaría a Misao.
Salieron de la tienda y ellas regresaron a la casa no sin antes prometerle que no le dirían nada a nadie. Él se dirigió al templo donde sin duda alguna Misao llegaría de un momento a otro. Iban a dar las 5 de la tarde cuando gritando y corriendo entro Misao al templo, abrazo a Aoshi y le dijo Aoshi san vine lo mas rápido que pude en cuanto me entere de la noticia salí corriendo, no puedo creerlo eso es todo un suceso.- hablaba feliz la chica mientras trataba de recuperar el aliento.
Entonces ya sabes todo, les pedí que lo mantuvieran en secreto, pero parece algo imposible para esas dos.-respondió un tanto sorprendido y decepcionado
Si así es pensé que se negaría a aceptar la invitación de mañana.
A es eso pensé que era...
Que de que habla hay algo mas.- pregunto confundida Misao separándose de Aoshi y sentándose a su lado.
Si hay algo mas, hoy en la mañana fui al centro quería acerté un pequeño regalo, he visto que no tienes uno de estos y pensé que tal vez mañana te gustaría usar uno como todos los demás.- le entrego una gran caja a una anonadada Misao no supo como reaccionar abrió con dedos temblorosos la caja en el interior de esta envuelto en papel de arroz un fino y delicado kimono color azul cielo con el dibujo de unas hojas de sakura y un obi color rosa. Misao lo tomo delicadamente como sus manos como si sostuviera una nube la abrazo y exclamo feliz.- muchas gracias Aoshi san es lindísimo y mas por que fue usted el que lo Eligio para mí.
No la desmiento pues finalmente el prácticamente lo había escogido las dos chicas solo asintieron en gesto de aprobación.- me alegro que te haya gustado.
Misao no puedo creer que no puedas ponerte un kimono, anda te ayudo.
Cuando las dos bajaron todos se sorprendieron por el cambio de Misao era la primera vez que la veían con un kimono y tan arreglada en esta ocasión Omasu la peino recociéndole su larga trenza.
Todos los demás al igual que ella llevaban kinomos, Aoshi lucia un gi color azul fuerte que hacia que resaltara sus ojos color zafiro. Durante el trayecto todos conversaban animadamente Aoshi debía de procurar mantener toda su atención a la conversación mas que a Misao, y es que cada que le hablaban tardaba en responder y la mayoría de las veces los demás se dieron cuenta que sus ojos e imaginación permanecían mas tiempo observando y pensando en Misao que en la charla. Llegaron a los linderos del bosque desde donde se aprecian cientos de árboles con pequeños brotes de sakuras listos para florecer con la llegada del medio día, en el lugar se encontraban reunidas la mayor parte de los habitantes de Kyoto, así que ellos se establecieron un poco apartados de estos en lo mas profundo del bosque a la sombra de varios árboles que se agrupaban alrededor del río. Aun era muy temprano así que se sentaron en un mantel por ratos platicando de sus próximos planes, deseos, a ratos bromeando o simplemente se quedaban cayados observando el paisaje.
Hacia rato que ninguno pronunciaba palabra alguna, el sol, ya se encontraba en lo alto del cielo y sus rayos se filtraba por entre las ramas de los árboles bañando los rostros de todos de tonos cobrizos; de improvisto Misao sujeto la mano de Aoshi el cual estaba sentado cerca de ella y permanecía en absoluto silencio dirigió una mirada a la chica al momento en que sintió con ésta sujetaba con fuerza su mano; pronuncio con un dejo de asombro y alegría señalando el árbol que se encontraba mas cerca de ellos.
Amigos, Aoshi san, miren ya es la hora.- todos salieron de sus pensamientos y con la vista siguieron a donde señalaba Misao, al verlo inconscientemente se supieron de pie y contemplaron como los brotes poco a poco, muy lentamente y delicadamente se iba abriendo para dar paso a unas bellas flores color rosa. Tan embelesados se encontraban admirado el espectáculo que se olvidaron que lo que pasaba a su alrededor, razón por la cual ninguno de los del Aoiya se percato de la ausencia de Aoshi y Misao. Y es que tan pronto se pusieron de pie él susurro al oido de la joven.
-me gustaría que vieras lo que he preparado para ti.- dijo con una voz que había perdido todo rastro de frialdad
ella confundida no dijo nada, solo asintió con la cabeza tomo la canasta en donde llevaba lo que preparara antes de abandonar la casa y sujetando aun la mano del ninja se dirigió a donde él la llevara. No anduvieron mucho solo se habían alejado unos cuantos metros pero aquel lugar le pareció a Misao un lugar nunca antes explorado o visto por otros ojos que no fueran de los animales que en esta parte habitaban. Era un lugar donde la hierba era tan verde y fresca que pareciera que se caminara sobre un tapete, los frondosos árboles aun continuaban abriéndose, una cristalina agua nacía de la cascada y se perdía a lo largo del río, las aves entonaban una suave melodía como dándole la bienvenida a la primavera y al amor.
CONTINUARA...
Se que dije que iba a terminar la historia en este cap. pero no pude porque entonces qedba muy largo motivo por el cual tuvo que dividirlo en dos, preferible leer dos cortos a uno largo, no creen?. Espero les haya gustado esta faceta de Aoshi.
Mil gracias a todas por sus comentarios en especial a x-MiSaO-x, Misao De Shinomori, Alis Chan, HADA, AkikoSamaN. Esperando sus nuevos comentarios me despidos.
DESEANDOLES UNA FELIZ NAVIDAD se despido su amiga TAO JUN SHINOMORI.
