Una chica daba vueltas en su habitación tratando de asimilar lo que acababa de ver. Una cosa era que Draco se divirtiera con alguien sin importancia y otra muy diferente era que le dijera a Granger que la amaba.
Sería posible que sólo estuviera aprovechando el hecho de que compartía sala común con ella y como seguramente ella no le iba a poner las cosas nada fáciles había tenido que convencerla de que la amaba para poder llevársela a la cama, incluso sonaba lógico, era por todos sabido que entre más difícil era conquistar a la chica más le atraía a Malfoy, conociendo a la sangre sucia Draco debió haberse obsesionado tanto que tuvo que llegar tan bajo.
Sí, esa sería una buena explicación exceptuando el detalle de que jamás lo había visto besar a alguien de esa manera, bastaba verlo para saber que tal vez Draco estaba siendo sincero.
Pero eso era imposible, ella era una sangre sucia, un vil hija de muggles, la mejor amiga de Potter ¿cómo Draco podría haberse fijado en ella? Llevaba seis años odiándola y haciéndole la vida imposible, no podía imaginar cómo había terminado enamorado de ella.
Aunque ahora eso no importaba qué había pasado para que Draco se enamorara era irrelevante, lo importante era que ahora lo tenía en sus manos. Su padre tenía razón, el amor te vuelve idiota, incluso lo sabía por experiencia propia pero eso era otra historia. Al mostrar sus sentimientos Draco había mostrado sus debilidades. Era la primera regla que aprender si se quería sobrevivir en Slytherin y al romperla se había vuelto vulnerable de nuevo. Sólo era cuestión de tiempo tenerlo a sus pies...
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Hacía tiempo que no entraba en la sala común de Gryffindor, se sentía extraño estar otra vez entre el barullo que normalmente se formaba después de la cena. Esperaba que Harry y Ron no tardaran mucho, le habían pedido verse pero ya eran cinco minutos pasada la hora y no los veía por ningún lado.
Comenzaba a desesperarse cuando el retrato se abrió y vió cómo sus amigos entraban y automáticamente la buscaban con la mirada. Al acercarse Hermione notó que tenían una expresión de desconcierto por lo que comenzó a preocuparse.
- ¿Sobre qué querían hablarme? – preguntó - ¿es algo muy grave?
- Depende de la perspectiva – respondió Harry mientras se sentaban frente a ella
Pasaron varios segundos en silencio, Harry no sabía por dónde empezar, era difícil explicarle a su amiga lo que ahora sabían, además debía hacerlo con cuidado, estaba casi seguro de que en cuanto Hermione comenzara a dar explicaciones Ron se pondría furioso de nuevo y Dios sabía lo que sería capaz de decir. En cuanto a Hermione comenzaba a impacientarse, odiaba cuando se veían así, como si supieran algo que ella no y el hecho de que parecía que nadie estaba dispuesto a explicar nada no era de mucha ayuda.
- Escuchen, si no piensan explicarme qué pasa bien por mí, tengo bastantes cosas que hacer así que no tengo tiempo para esperar a que decidan contarme.
Ron pareció despertar, ¿cómo podía hablarles de esa manera? ¿cómo podía reprocharles algo cuando ella no había sido sincera con ellos?
- ¿Y todavía te atreves a reclamarnos? – explotó Ron
- Pues si supiera qué es lo que pasa sabría que decir
- ¿Quieres saber que pasa? ¿de verdad quieres saberlo? Pues bien, entonces puedes explicarnos qué demonios significa esto – le espetó Ron lanzándo el sobre de color verde sobre la mesa.
Hermione se había quedado sin habla, ¿cómo habían encontrado la carta?
- ¿Cómo consiguieron esto? – logró decir
- Eso ahora no importa, sólo queremos saber que está pasando entre tu y Malfoy – dijo Harry sin exaltarse e intentando no dejar a Ron decir lo que seguramente estaba pasando por su cabeza.
- ¿Cómo que no importa, cómo lo consiguieron? Si han estado hurgando entre mis cosas...
- No te preocupes, no teníamos que hacerlo, lo dejaste caer mientras corrías a encontrarte con tu queridísimo Malfoy – contestó Ron antes de que Harry pudiera evitarlo.
- Ron, escucha...
- No Hermione tú escucha. ¿Cómo pudiste hacernos esto? Creí que eramos tus amigos, nosotros siempre hemos sido sinceros contigo y tú nos traicionas de esta forma.
- Pero Ron...
- Pero nada Hermione, preferiste al huron que a nosotros, veo que ya hiciste tu elección. Espero que seas muy feliz con él pero cuando te parta el corazón descubrirás a quien le importabas realmente.
- Ron, tranquilízate, ella no merece que le hagas esto.
- ¿Sabes una cosa Harry? tienes razón, no vale la pena perder el tiempo con alguien como ella.
Dicho esto Ron se dio la vuelta y salió por el retrato sin mirar atrás ni una sola vez. Hermione había imaginado que se molestaría al enterarse pero esto era demasiado, nunca había visto a Ron tan enfadado, en parte lo entendía pero no era justo. Sin poder soportarlo más se echó a llorar consciente de que todavía faltaba la reprimenda de Harry.
- Harry yo se que hice mal, debí habérselos dicho hace tiempo pero creo que ahora es evidente por qué no lo hice.
- Yo no te culpo, me dolió Hermione, no te voy a mentir pero estoy seguro de que tus razones tendrás para estar con Malfoy, eres lo suficientemente inteligente para no caer tan fácil. Sólo espero que no te haga sufrir.
- Gracias Harry, no sabes lo que significa para mí que tú lo aceptes. Al menos uno de los dos está consciente de que se cuidarme sola.
- No te preocupes por Ron, es sólo que está molesto porque tuvo que enterarse de esa forma. Tal vez si tú le hubieras explicado desde el principio hubiera reaccionado diferente pero ya lo conoces.
- Por lo mismo, porque lo conozco sé que es capaz de no volver a hablarme nunca más y eso no podría soportarlo. Si tan solo me diera una oportunidad para explicarle las cosas se daría cuenta de que no todo es tan malo como parece
- No te preocupes Hermione, no creo que llegue a tanto. Deja que se tranquilice un poco, que asimile lo que está pasando y verás como todo vuelve a ser como antes. No te tortures y quita esa cara, no me gusta verte así y apuesto a que a Malfoy tampoco – Hermione sonrió al instante y Harry se sorprendió al ver cómo con la simple mención su amiga cambió radicalmente de expresión – así me gusta. Y por cierto, ¿cómo es Malfoy como novio? No logro imaginarlo
- No me lo creerías pero es lindo, dulce, atento... – Hermione suspiró y Harry comenzó a reírse.
- No me imagino al hurón siendo dulce, debe ser casi repugnante.
- Si lo vieras lo creerías
- No te preocupes, es algo de lo cual prefiero no ser testigo.
Hermione sólo atinó a seguir sonriendo. Le quitaba un peso menos de encima saber que Harry lo habñia tomado tan bien pero le dolía profundamente la reacción de Ron, esperaba poder aclarar las cosas y que él terminara por comprenderla.
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Había pasado ya una semana y seguía teniendo la misma pesadilla. Cada mañana era lo mismo, despertar tembloroso y con cada centímetro de su cuerpo cubierto de sudor frío pero lo que es peor, con el temor de ver lastimada a la persona que más le importaba.
Era insoportable esa sensación de ver su cuerpo sin vida. Tenía que hacer algo para acabar con esa pesadilla, no podía seguir así o Hermione se daría cuenta de que algo le ocurría y Draco no quería que supiera nada acerca de su sueño. Saberlo sólo la preocuparía o como a él, le daría una mejor perspectiva de lo que podría pasar si su padre llegaba a enterarse de su relación.
No, lo mejor era mantenerla la margen, ya habría tiempo para preocuparse después, ahora lo importante era disfrutar al máximo su tiempo juntos, el próximo año ya no volverían a Hogwarts y sería más difícil verse, ya no digamos estar juntos.
Pensaba en esto cuando de pronto escuchó que el retrato se abría, se levantó para ver si de trataba de Hermione cuando de pronto la vió entrando a la sala cubriéndose la cara con las manos. No había que ser un genio para saber que estaba llorando y mucho menos para saber la razón de su llanto.
Toda la semana había sido lo mismo, ella intentaba darle explicaciones al pobretón y pero como él no daba señales de querer escucharlas Hermione llegaba llorando a la sala común diciendo que no era justo.
No era necesario mencionar que desde la primera vez que la vio llorando habia querido echarle una maldición imperdonable pero Hermione le había rogado que no lo hiciera y él había pasado toda la semana con una creciente furia hacia Weasley pero esto no podía seguir así. Se sentía morir con cada lágrima que ella derramaba. "Esta vez me las pagará" pensó sintiendo una punzada de ira.
Se acercó a ella y abrió los brazos mientras ella se aferraba a su cuello, odiaba verla así, podía sentir como la ira iba creciendo en su interior.
- ¿Otra vez Weasley cierto? – preguntó esperando confirmar sus suposiciones
- No es justo Draco, ¿cómo puede ser tan terco? Traté de explicarle, pero no quiere escuchar, ¿por qué se porta así?
- No te preocupes, yo me encargaré de que escuche – dijo mientras la soltaba y comenzaba a caminar hacia el retrato
- Draco, no... – susurró mientras lo tomaba de una manga – espera, no vayas a cometer una estupidez
- ¿Yo?, ¿Estupidez? Estupidez la que cometió Weasley desde el primer momento en que te hizo llorar, pero esto no se va a quedar así, no esta vez, ya tuve demasiado.
Liberó su manga y siguió su camino con Hermione corriendo detrás de él. Era martes, así que Weasley debería estar haciendo su ronda en el segundo piso.
Después de bajar cinco pisos a toda velocidad miró hacia sobre su hombro disimuladamente para comprobar si Hermione aún lo seguía. Sólo vió el pasillo desierto, así que continuó hasta divisar a lo lejos una figura alargada. Aminoró el paso hasta quedar a unos pasos detrás de él. Al parecer el pelirrojo no se había dado cuenta de su presencia. Estaba a punto de sacar su varita cuando decidió que esa no era la forma de vengarse y aunque fuera un Malfoy estaba dispuesto a rebajarse, no necesitaba maldiciones imperdonables, lo podía matar con sus propias manos.
- Weasley – lo llamó. Ni bien Ron se hubo dado la vuelta sintió un agudo dolor en la nariz y sangre brotando de ella.
- ¿Qué demonios...? – Malfoy no lo dejó terminar la frase, le lanzó otro puñetazo, esta vez al estómago con lo que consiguió hacerlo caer. Lo levantó de la túnica y lo lanzó hacia la pared.
- En este momento me vas a explicar cuál es tu problema – le espetó mientras lo inmovilizaba contra la pared.
- ¿Y qué te hace pensar que voy a contestarte? – preguntó Ron mientras intentaba limpiarse la sangre que le brotaba de la nariz.
- Esto – contestó Malfoy si exaltarse mientras le propinaba otro golpe esta vez en el ojo haciéndole una herida a la altura de la ceja.
- ¿Qué Malfoy, piensas matarme? – volvió a preguntar. En respuesta sólo consiguió otro puñetazo en el estómago
- No me provoques Weasley, no quieres averiguar de lo que soy capaz. Ahora escucha atentamente lo que voy a decirte porque no lo pienso repetir. Déjanos en paz, no es mi culpa que Hermione no te haga caso y mucho menos de ella así que deja de molestarla.
- Ella es demasiado para ti, no la mereces – dijo con la nariz aún sangrando.
- Y supongo que tu si – contestó Malfoy mirándolo con cara de burla.
- No lo se, pero al menos yo si la amo y no la uso como un pasatiempo mas – Ron sabía que no debía provocarlo, la ceja comenzaba a escocerle y sentía como su ojo se hinchaba lentamente pero no pensaba quedarse callado.
- Si la amaras tanto como dices no la harias llorar con tanta tranquilidad. No pienso dejar que por tu culpa nuestra relación se venga abajo ¿me entendiste o tengo que repetirlo?
- No te preocupes Malfoy, no tengo que hacer nada – lo miró con sorna - Conociéndote seguramente la alejaras tu solo, sin mi ayuda, cuando ella descubra la clase de alimaña rastrera que tiene como novio...
No pudo seguir, sintió como Malfoy continuaba golpéandolo.
Lo tenía a su merced, sin alguien que pudiera impedir que le diera su merecido de una vez por todas. Nadie excepto...
- Malfoy, ¿que demonios haces
