Caminaba unos pasos detrás de ella en un intento por disimular pero era inútil, le era imposible dejar de mirarla y por la forma en que lo hacía cualquiera se hubiera podido dar cuanta de lo que pasaba entre ellos. Por si fuera poco de vez en cuando ella volteaba para dedicarle una sonrisa ante la cual le era casi imposible el impulso de besarla.
Después de 7 pisos de tortura llegaron al último tramo de escaleras y hubiera cumplido su deseo de no ser porque la única persona a la vista era Weasley, sentado en el vestíbulo al parecer esperándola. "No va a ser tan fácil como crees" pensó mientras le lanzaba una mirada llena de desprecio ante la cual Ron sólo atinó a cambiar de dirección.
Decidió asegurarse de que se perdiera de vista cuando descubrió a Pansy Parkinson caminando directamente hacia él. No era que le molestara pero Pansy tenía la costumbre de buscarlo sólo cuando necesitaba algo y a juzgar por su expresión ésta no parecía ser la excepción.
- Necesito hablar contigo – dijo simplemente cuando hubo llegado frente a él.
- Buenos días para ti también – respondió sarcástico mientras apartaba finalmente la mirada de Weasley.
- Ahórrate los convencionalismos Malfoy, tú y yo necesitamos hablar urgentemente – dijo en un tono que no admitía réplicas aún sabiendo que raras veces surtía efecto en Malfoy
- Ja, ¿y desde cuándo tengo YO la necesidad de hablar contigo Parkinson? – preguntó de forma burlona
- Desde que te descubrí diciéndole a Granger que la amabas – dijo simplemente con una expresión de triunfo mientras disfrutaba del efecto de sus palabras pero Draco se limitó a soltar una breve risa.
- Me decepcionas Parkinson, creí que me conocías mejor, ¿qué te hace pensar que no se lo dije sólo para llevármela a la cama? – No era como Zabinni, ella no podría probar nada...
- No te esfuerces, lo sé todo, incluso tus motivos para golpear a Weasley - ... o tal vez sí.
- Así que has estado espiándome
- Ni siquiera eso fue necesario, simplemente había que saber leer las señales – dijo con una extraña mirada.
Bien, ahora lo sabía pero qué más daba, entre más rápido le diera a Pansy lo que quería más pronto se la quitaría de encima.
- Y supongo que aquí es la parte donde explicas qué es lo que pretendes diciéndome todo esto – Pansy esbozó una cruel sonrisa ante este comentario.
- Sabes tan bien como yo lo que pensaría tu padre si se enterara de que su heredero anda por ahí enredándose con... personas como Granger – corrigió al ver la mirada amenazadora del rubio.
- ¿Y qué tipo de incentivo necesitas para mantener la boca cerrada? – preguntó comenzando a desesperarse.
- Nada, esta vengo a ofrecerte algo más que mi silencio.
- Explícate Parkinson que no tengo tu tiempo – Dijo Draco exasperado
- Eso es precisamente lo que quiero... tu tiempo. Supongo que sabrás lo que mis padres esperan de mí – hizo una elocuente pausa y Draco sintió una enorme desesperación que se apoderaba lentamente de él al comprender lo que le estaba pidiendo – y tú mejor que nadie comprende lo que eso significa.
Claro que comprendía lo que significaba... crecer sin que pase en día en que no te repitan lo que debes hacer "para poner en alto el nombre de la familia" como solía decir su padre, claro que él lo comprendía... en parte comprendía las razones de Pansy pero todo era tan injusto...
Pansy suspiró y continuó ante un abatido Draco Malfoy
- Para serte sincera me importa poco qué tipo de personas te lleves a la cama, sólo te pido que cumplas mi destino, nada más. Lo único que tienes que hacer para salvar a Granger y a tí mismo de la furia de tu padre es ir con él y decirle que haz cambiado de opinión y finalmente decidiste casarte conmigo – terminó con una sádica sonrisa – tú decides... la felicidad de Granger o la mía... y para serte sincera a juzgar por la forma en que Weasley la mira creo que llegarían a ser muy felices si logras que ella se olvide de ti pronto. Aunque después de todo es tú elección. Espero tu respuesta durante la cena.
Y con una última sonrisa Pansy se dio la vuelta y siguió su camino hacia la sala común. Pasaron mil cosas por la cabeza de Draco durante esos instantes, incluso sintió ganas de darle un puñetazo después de su pequeño discurso pero todo era inútil, sabía que aunque le costara admitirlo esta vez Parkinson había sido más astuta que él. Soluciones pasaban por su cabeza mientras tomaba su lugar en la mesa de Slytherin aunque muy dentro de sí sabía que todo estaba perdido, después de todo hacía sólo tres horas que él mismo había tomado esa decisión pero el tomar plena conciencia de que nunca jamás podría tener a Hermione entre sus brazos lo hizo sentirse impotente por primera vez en su vida.
- ¿Crees que Mandy Brucklehurst aceptaría salir conmigo? Estoy pensando que tal vez sería una buena inversión – dijo Blaise a modo de saludo mientras tomaba asiento frente a Draco y se acercaba el plato de cereal.
- ¿Y por qué no le preguntas a alguien que le interese? – contestó malhumorado lo que sólo consiguió que Blaise lo mirara fijamente.
- Así que el amo Malfoy se despertó de mal humor esta mañana, me pregunto por qué – continuó Blaise burlonamente – ¿Weasley intentó vengarse?
- Zabinni no estoy de humor para tus burlas así que o dices algo inteligente o mejor mantén la boca cerrada.
- Está bien, no es para que te pongas así – dijo a modo de disculpa e intentando cambiar el tema agregó - ¿pensaste en lo que te dije anoche?
- Lo intenté pero Parkinson ya tomó la decisión por mí
- ¿Le pediste un consejo a Pansy Parkinson? Y yo que creía que debajo de esa mata de cabello existía algo de cerebro.
- No seas estúpido, al parecer me ha estado espiando...
- No puedo creerlo – interrumpió Blaise estupefacto – ¿después de tantos años por fin se salió con la suya?
- Depende de lo que entiendas por "salirse con la suya".
- Vamos Malfoy – volvió a interrumpir – todo el mundo sabe que Parkinson debe convertirse en la señora de Malfoy o su padre la desheredará, supongo que ese fue el trato ¿o no?
- En ese caso sí se salió con la suya – comentó Draco evasivamente.
- ¿Y que piensas hacer? – preguntó Blaise volviendo a su cereal
- Comprometerme con ella – contestó Draco con indiferencia
- ¿Y estás tan tranquilo? – continuó Blaise su interrogatorio olvidándose nuevamente del cereal.
- ¿Cuál es el problema? Me caso con ella, hago feliz a mi padre, obviamente al suyo y fin del asunto. Necesito más azúcar – respondió Draco como si se tratara de decidir que calcetines usar mientras alargaba la mano para tomar la azucarera.
- ¿Qué hay de Granger? – preguntó incrédulo
Draco sólo se alzó de hombros
- ¿Qué hay con ella? Puede ser feliz con Weasley o yo qué sé
Blaise dejó caer la cuchara sobre el plato logrando que todos le lanzaran una mirada de reprobación pero el aludido no se dio por enterado ya que estaba muy ocupado riéndose.
- ¿Se puede saber de qué diablos te ríes ahora? – preguntó Draco enfadado, ya era suficiente lo que le estaba pasando para que Blaise se burlara de sus desgracias.
- Lo siento, es sólo que... vamos... hace menos de doce horas que golpeaste a Weasley porque se atrevió a hacer llorar a Granger ¿realmente esperas que me trague el cuento de que no te importa hacerla sufrir en lo absoluto?
- ¿Y realmente esperas que me importe lo que pienses? – preguntó Draco a su vez sin inmutarse por el comentario de Blaise.
- No, pero aunque no lo quieras aceptar sé muy bien por lo que estás pasando – dijo secamente – pero a fin de cuentas estás haciendo lo correcto y algún día agradecerás todo el sufrimiento cuando la veas feliz. Después de todo tendrás a Parkinson, seguro que eso ayudará a que olvides a Granger más rápido.
"Olvides a Granger más rápido...", sabía que eso sería imposible y más a lado de Parkinson pero Blaise tenía razón, era lo mejor... su recompensa sería verla feliz, alejada de todas las preocupaciones que él le traería. El escuchar a alguien darle la razón lo hizo sentir un poco mejor y la opresión en el pecho que había sentido desde la noche anterior disminuyó un poco. Sí... era lo mejor... el problema era que faltaba la peor parte...
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Una solitaria figura se veía sentada en el afeizar de la ventana, intentando asimilar lo que había pasado hacía tan sólo unos minutos. Su amigo, su mejor amigo le había confesado que la amaba y decididamente no estaba lista para afrontarlo.
Peor aún, ella estaba completamente enamorada de su enemigo... Se sentía mal por hacer sufrir a Ron ¿pero qué se suponía que debía hacer? No podía decidir de quien se enamoraba, era algo que simplemente había pasado y aunque seguramente Ron lo comprendiera eso no le servía de consuelo. Se sentía culpable de cierta forma, como si en un instante tener algo con Draco Malfoy se hubiera convertido en el peor pecado.
Hubiera preferido que Ron siguiera sin dirigirle la palabra con tal de nunca haber visto la expresión de su rostro mientras se daba la vuelta para regresar al castillo. Se sentía terriblemente mal y lo único que necesitaba era convencerse de que el estar con Draco no la convertía en la culpable de todo...
Siete pisos debajo un muchacho de cabellos rubios intentaba conservar la calma "ya no hay marcha atrás" pensaba, Parkinson sólo se había encargado de darle las últimas razones que necesitaba para tomar su decisión final. Pero aún así estaba consciente de que la amaba con todo su ser y que la amaría por el resto de sus días sin importar lo que pasara o a quien utilizara para deshacerse de su recuerdo.
Sumido en sus cavilaciones atravesó el retrato de su sala común pero el primer vistazo bastó para que todas las ideas volaran de su cabeza y simplemente se concentrara en la pequeña figura que al verle llegar se levantó de la ventana y corrió a abrazarlo.
Pudo haber sido el momento perfecto para terminar con todo de una buena vez pero no era capaz... no cuando la tenía así... aferrada a su cuello sin razón aparente. No, necesitaba tenerla entre sus brazos al menos una vez más.
- ¿Qué sucede? – preguntó Draco separándose un poco para mirarla a los ojos.
- Sólo abrázame – contestó ella simplemente pero Draco no necesitó escucharlo dos veces, la tomó de la cintura y la estrechó como sólo una persona enamorada podía hacerlo.
Hermione hizo el ademán de separarse pero Draco la sostuvo con más fuerza.
- ¿Podemos quedarnos así? – Hermione no respondió, sólo se acurrucó aún más sobre su pecho.
Se estaba tan bien así... Draco siempre lograba transmitirle esa seguridad que tantas veces le hacía falta, el saber que siempre habría alguien allí para defenderla, para consolarla, para lo que fuera...
Ninguno de los dos supo cuánto tiempo permanecieron así... ambos tomando fuerzas de la otra persona, ambos pensando en lo que vendría después y ambos sospechando que ya nada volvería a ser igual...
El reloj que descansaba sobre la chimenea comenzó a anunciar que la hora del desayuno había terminado y con ella su tiempo juntos. Se separaron lentamente sin dejar de mirarse a los ojos y Draco sintió que se derretía ahí mismo, no pudo más y la besó aún sabiendo el efecto que podría tener en él, pero la decisión ya estaba tomada y nada lo haría desistir.
Fue un beso lento, suave. Tanto que cuando se separaron aún tenían la sensación de los labios del otro sobre los propios. Draco saboreó el aroma que dejaban impregnado los labios de Hermione en la que sería la última vez...
Tomaron sus cosas y volvieron al mundo real, el mundo en el que las sangres no se mezclaban y en el que aquellos que lo intentaban sufrían las consecuencias...
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Recordó la petición de Draco y por un segundo se alegró de tener una excusa para evitar el Gran Comedor donde seguramente estaría Ron.
Gracias a Dios no compartían ninguna clase esa mañana así que aún no se lo había encontrado. No era que la alegrara no haberlo visto, después de todo era su amigo pero sabía de sobra que la situación sería algo por no decir demasiado incómoda y aunque significara actuar en contra de su forma de ser en esta ocasión prefería huir del problema.
Para variar había terminado refugiándose en la biblioteca así que recogió sus cosas y se dirigió hacia la Torre de los Premios Anuales. Lo más lógico sería que Draco también estuviera en el Gran Comedor así que tendría la torre para ella sola el tiempo suficiente.
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- Malfoy... – susurró una voz a sus espaldas, se giró lentamente para encontrarse con Parkinson - ...creo que tenemos asuntos pendientes.
- Veo que no pierdes el tiempo Parkinson – comentó mientras se colgaba la bolsa sobre el hombro.
- Te dije que esperaba tu respuesta durante la cena y ya es la hora de la cena – dijo Pansy señalando el reloj que descansaba sobre la pizarra del aula – no sé por qué te sorprendes.
- Porque DURANTE la cena significa TODA la hora de la cena – contestó Draco haciendo énfasis en las palabras.
- No me fastidies Malfoy – dijo Pansy con una mirada que no admitía burlas - ¿tomaste y una decisión o sigues dudando?
- Parkinson me ofendes – respondió con el mismo tono sarcástico que ella había empleado – de una vez métetelo en la cabeza: un Malfoy nunca duda
- Lo que tu digas...
- Señorita Parkinson me puede decir para qué es la hora de la cena? – los interrumpió la voz de la profesora McGonagall desde su escritorio.
- ¿Para cenar? – respondió Pansy confundida
- ¿No me diga? – preguntó irónicamente la profesora – entonces se podría saber ¿por qué razón siguen en mi aula en lugar de estar "cenando"?
- En este mismo instante nos dirigíamos hacia allá profesora – dijo Draco simplemente antes de salir del aula con Pansy delante de él.
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Por fin. Le había costado mucho trabajo realizar el hechizo pero después de todo lo había conseguido.
Su estómago crujió y recordó que no había comido nada desde el día anterior, se quedó pensando durante unos segundos hasta que encontró la solución perfecta, si quería evadir el Gran Comedor ¿por qué no ir directo a las cocinas? Guardó el libro que había estado utilizando y salió de la sala común.
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Comía sin estar consciente de lo que realmente hacía. Su mente divagaba cerca de un arbusto al borde del bosque prohibido... no se arrepentía de lo que había hecho, al contrario, consideraba que ya había sido hora de que se convenciera de que lo suyo con Hermione nunca podría ser, haber esperado más, a la larga sólo hubiera significado más dolor.
Aún así ¿dónde estaría Hermione? No la había visto por ningún lado en la mesa y eso empezaba a preocuparlo, si no estaba cenando por evitarlo eso sí que sería un problema grave..
Lo mejor sería hablar con ella antes de que terminara por ignorarlo. Se levantó y salió del Gran Comedor sin saber adónde ir pero con la determinación de que las cosas con Hermione no podían seguir así.
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Bajaron las escaleras en silencio hasta que Pansy se detuvo súbitamente en un pasillo desierto cuyos únicos habitantes eran múltiples armaduras. Lo miró fijamente y finalmente preguntó
- ¿Y bien?
- Sabes perfectamente cual es mi respuesta Parkinson, o no me hubieras traído hasta aquí – contestó Draco de mal talante.
- No esperaba menos Malfoy, aunque ahora que nos vamos a casar creo que puedo comenzar a llamarte "Draco" ¿no lo crees? – comentó sarcásticamente.
- Si nos vamos a casar que te quede muy claro desde este momento que nadie, absolutamente nadie me llama Draco a no ser que sean mis padres – dijo en un susurro que más que advertencia pareció reproche. En realidad no le importaba como lo llamara Pansy pero Hermione había sido la única persona que lo había llamado así aparte de sus padres y quería que ese privilegio se quedara siempre con ella.
- Entonces que también te quede claro que nos vas a poder tratarme a tu antojo – dijo cambiando radicalmente de expresión - esto no es un engaño bien elaborado "Malfoy" es la realidad y vas a tener que acostumbrarte a ciertas cosas te guste o no.
- No tengo problemas con eso – contestó alzándose de hombros – y estoy consiente de lo que todo esto significa.
- Bien, ahora que nos entendemos – continuó Pansy con una renovada sonrisa - ¿cuándo piensas comunicarle a tu padre tu decisión?
- Mañana mismo le envío una lechuza, para que fijen la fecha del compromiso lo más pronto posible.
- Perfecto. Ahora sólo espero que te comportes como un verdadero prometido – dijo alzando una ceja.
- Ya te dije que no tengo problemas con eso – contestó casi sin pensar observando a la figura que acababa de doblar la esquina y como si el destino no le hubiera jugado ya suficientes bromas la esbelta silueta de Hermione Granger caminaba despistada a lo lejos.
- Hechos, no palabras – escuchó a lo lejos la voz de Pansy.
Sintió cómo una mezcla de emociones contradictorias subían por su pecho...
Fue en ese momento en que supo que nunca sería capaz de decírselo de frente...
Y sin pensarlo dos veces acabó con su vida en un instante...
Lo siguiente que supo fue que tenía a Pansy acorralada contra la pared en lo que parecía un apasionado beso.
Esperó aguzando el oído hasta escuchar a Hermione alejarse y se separó súbitamente.
- Ahí tienes tu hecho – atinó a decir sin aliento.
- Eres un maldito cobarde Malfoy – dijo Pansy con una extraña mirada – no siquiera eras capaz de soportar la idea de mentirle.
- Eso a ti no te incumbe – contestó Draco con una mirada que hubiera congelado a cualquiera – ya conseguiste lo que querías ¿no es cierto? Así que ocúpate de tus propios asuntos – terminó. Pero Pansy seguía observándolo de la misma forma, como estudiándolo.
- Tienes razón, y por eso te dejo para que pongas en práctica todas tus habilidades de familia Malfoy – dijo recogiendo su bolsa – Y Malfoy... – agregó sobre su hombro cuando no había dado ni tres pasos – intenta ser convincente.
Draco sólo la miró mientras doblaba la esquina. Al menos ya había pasado lo más difícil, pero aún faltaba convencerla.
Se recargó en la pared y comenzó a respirar lentamente, tenía que hacer uso de sus "habilidades de familia Malfoy" como las llamó Pansy, Hermione lo conocía demasiado bien y con un solo error podía echarlo todo a perder.
Pero ser educado por su padre no era cualquier cosa, era perfectamente capaz de llevar a cabo lo que estaba a punto de hacer, sólo habría que seguir las reglas al pie de la letra y todo saldría bien.
Adoptó la misma mirada que le había dirigido a Pansy, una mirada fría, intimidante, capaz de ahuyentar a cualquiera y convirtió su rostro en la típica expresión de arrogancia y hastío sin ninguna dificultad.
Recogió su bolsa del piso y comenzó su camino, parecía que se dirigía su juicio final, o al menos así era como se sentía. Llegó finalmente a la sala común de la torre y no se hubo bien cerrado el retrato cuando escucho una voz que lo llamaba.
- ¿Draco?
Volteó hacia la fuente de la voz y se encontró cara a cara con una Hermione confundida.
- ¿Qué significó eso? – preguntó extrañada
- ¿Qué significó qué? – preguntó a su vez Draco sin cambiar de expresión
- Te vi besándote con Parkinson y bueno... – respondió intentando que el temblor en su voz no fuera demasiado notorio.
- Es mi prometida, ¿por qué no habría de besarla? – quería terminar con esto lo más pronto posible, la expresión en el rostro de Hermione después de la última frase era algo que no podría aguantar por mucho tiempo.
- ¿Q-q-qué? – logró tartamudear
- ¿Acaso creíste que lo nuestro iba en serio? – de no haber sido porque todo esto era precisamente para verla feliz para ese momento ya la hubiera tenido entre sus brazos.
- Pero yo... – dijo simplemente mientras una lágrima solitaria comenzaba a asomarse.
- Vamos Granger, ¿realmente esperabas que un Malfoy aceptara tener algo con una... sangre sucia? – lo había hecho, ahí había terminado su relación. Ya no sólo fue una lágrima la cual Hermione luchaba por contener, su rostro daba a entender que intentaba contener el mar de lágrimas pero le era imposible. Guardó silencio hasta que pareció volver a la realidad dando paso a una intensa expresión de odio.
- Veo que Ron tenía razón, siempre tuvo la razón y yo lo rechacé por ti – le espetó con el rostro surcado en lágrimas – y tú siempre fuiste un imbécil.
Con el dolor pugnando por salir Draco sólo bostezó descaradamente - ¿ya terminaste? ¿O quieres que busque a alguien que le interese?
Sintió la mano de Hermione estamparse contra su mejilla con toda la fuerza que su brazo le permitió, pero más que el dolor físico que esto le produjo, sentía cómo se estaba carcomiendo por dentro. Abrió los ojos y sólo alcanzó a verla subir por las escaleras que llevaban a su dormitorio. El dolor que seguramente sentía ella no era nada comparado con la pena que él sentía dentro de sí en ese momento.
Escuchó la puerta cerrarse y no encontró nada mejor que retirarse él también pero las sorpresas del día aún no habían terminado. Su habitación estaba iluminada por la tenue luz de una vela colocada sobre su mesita de noche.
Se acercó a ella, la flama era de un color rojo eléctrico y en su base había simplemente una nota en donde reconoció la impecable caligrafía de Hermione con una sola palabra escrita en ella
"sopla"
Sin pensarlo dos veces tomó aire y sopló ligeramente sobre la extraña flama, la cual al parecer se elevó y comenzó a desenrollarse formando letras que a su vez formaron palabras que quedaron suspendidas en el aire para después convertirse en el pedazo de pergamino más perfecto que hubiera visto y sobre él aparecieron las mismas palabras en tinta roja.
"Yo, Hermione J. Granger me declaro completamente enamorada de Draco E. Malfoy y no hay poder que pueda cambiar eso"
Pues al parecer sí lo había pensó para sus adentros, tomó el pergamino entre sus manos y lo abrazó como si con eso pudiera tenerla de vuelta.
Pero nada funcionó. La había perdido para siempre...
Sin poder soportarlo más cayó al piso con la carta aún en las manos y comenzó a hacer algo que jamás había hecho... llorar...
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