Actualizando, hoy este fic cumple un año, así como aquella persona quien me impulsase a seguirle escribiendo, esta chica con una caridad única y un carisma prodigioso, no sólo es aquella la cual nos deleita con historias notables como- "Aún Ahora", "Historias" (Ambas de InuYasha), "No Me Creas" (de Hey Arnold), "Verde" (Card Captor Sakura), entre otras; sino que también es una personita de un corazón inigualable, belleza innata, paciencia y bondad, la cual tengo el gusto y honor de llamar amiga y mas aún "hermana" (pese a que no seamos hermanas "sanguíneas", mas si de corazón).
Ambas hemos pasado muchas cosas, vivencias y sucesos que se vienen dando desde ya más de un año y que por mí parte puedo decir e ido superando en gran medida gracias a tú comprensión y consejo, hoy cumples ya diecisiete años, una edad que muchas veces aún abunda en complicaciones, mas sin embargo también esta llena de bellas vivencias, las cuales de seguro serán gratas para ti, puesto que así lo mereces, eso y mucho más.
Gabyta, nunca olvides que en los corazones de aquellos quienes tenemos la dicha de conocerte has calado hondo, tú persona, sencilla y de gran dulzor a la vez es un verdadero bálsamo a aquellas almas que sintiesen agobio en su andar, nunca cambies mí pequeña sis, que así tal cual eres puedo dar crédito de una certeza, eres una en un millón, una que muchas deberíamos seguir de ejemplo, una persona a la cual admiro en todo ámbito y con orgullo puedo decir conocer.
Te amo mucho sis, ¡Felices 17!
Un Capricho Del Corazón
Disclaimer- Los personajes de InuYasha son exclusiva realización intelectual de la renombrada Rumiko Takashi, yo simplemente he tomado estos sin fines de lucro mas sí de entretención, sin malicia alguna, lo único que pertenece a mí persona en este minuto son las ganas de escribir, el computador y la cuenta exhaustiva que deberé pagar n.n.
Por- SaYo-Yukishiro o Alex
Coautora y Madrina- Gaby (Yashita, la cumpleañera number one, my cute sister, mi hope)
Capitulo Dieciocho
"Encuentros, Descubrimientos"
Inicio- 27 de Julio de 2004; 14:19 hrs.
Al abrir los ojos notó que aún estaba recostada en el piso. Sus ojos estaban hinchados y se le hizo difícil entreabrirlos sin sentir una leve punzada en estos. Agradeció el que su cortina continuara cerrada, la poca luz que se filtraba se le había hecho incómoda, para no decir insoportable. Se acercó al espejo, sacando de un cajón un poco de maquillaje, pese a que casi nunca lo usaba o por lo menos no excesivamente, esta vez era especial, o lo hacía o podría ver la jactanciosa sonrisa de Kikyou al verla bajar con esos ojos hinchados, pupilas dilatadas y mejillas tan blancas como la nieve, pero nada cómodas de ver, una visión enfermiza.
Se tomó un baño primero, luego seco sus cabellos con una toalla para después peinarles y vestirse, al tiempo que echaba rubor en sus mejillas. Sentía nuevamente como sus ojos se inundaban de lágrimas, pero se detuvo en seco, mirándose con absurda complacencia- "eso, Kagome, llora... eres una débil"-
Kagome entonces cubrió con rapidez sus ojos... aquella voz resonaba dentro de ella, proveniente de su cerebro ¿alguna especie de conciencia?, no lo sabía, ¿estaría delirando?. Se oyeron pasos fuera de su habitación y luego el resonante golpe de los nudillos de alguien en contacto con la puerta.
-Señorita Kagome, ¿se encuentra usted bien?- la voz de Kaede sonaba preocupada. Kagome se apresuró en abrir, mirándola fijamente con sus azules ojos.
-Si, lo estoy- murmuró- bajo a desayunar- añadió, tratando de verse lo más normal posible, pero la mirada de Kaede era evaluativa, la observaba con fijación, sin perder detalle.
-Kagome no es bueno mantenerse así- la anciana reconvino, sin esperar en realidad alguna respuesta por parte de la chica, quien de hecho sólo bajó su mirada.
-Sango te espera abajo- continuó la anciana. Kagome sólo asintió, bajando pesadamente las escaleras tras la anciana.
La figura de Sango caminaba en círculos en la planta baja, visiblemente preocupada. Corrió a los brazos de su prima, abrazándole con efusividad, mas Kagome se había mantenido quieta, tratando de responder el acto de cariño pero sin sentirse totalmente a gusto... no porque no apreciara a Sango, sino porque no sentía deseos de contarle lo sucedido.
-¿Cómo estás?- otra vez esa infame pregunta, y otra vez Kagome sólo asintió, haciendo un forzoso ademán de agradecimiento- Está bien- Sango negó bajando la cabeza, no deseaba tampoco forzarle a hablar.
-¿Y tu Sango?- cambio de tema la chica, sintiendo culpa al ver incómoda a su preocupada prima.
Sango sonrió
- Bien- musitó falsamente.
En esos escasos segundos de plática se habían transformado en dos desconocidas. Kagome sintió culpabilidad en su ser, Sango sólo estaba allí, quizás con tantos problemas como ella, pero estaba. Trató de adentrarse en conversación con su prima, hablándole del asunto de Miroku y de cómo podrían llegar a pronta solución. Sango esbozó una falsa sonrisa.
-Pronto reiremos de todo esto- aseguró la joven de cabellos azabache. Sango le vio con sorpresa, no se esperaba aquella frase de la nada, pero si necesitaba creer que era cierta- Debo arreglar mis cosas para el viaje. ¿Te molestaría ayudar a tu tonta prima?- Sango sonrió, la mirada de Kagome era casi suplicante, le pedía disculpas en aquel gesto
-Lo siento-
Ambas subieron las escaleras riendo.
-Te digo que lo he echado todo a perder- Negó Inuyasha.
-Pero tu le querías- El joven lo miraba con interrogación, pese a que su frase hubiese sido más una afirmación. Inuyasha sólo dejó escapar uno de sus clásicos bufido, dándole la espalda a su amigo.
-No te llamé para hablar de eso- sentenció el chico de ojos dorados hablando con dureza.
-Eres un tonto, Inuyasha- Miroku bajó la cabeza al no ver respuesta por parte de su amigo- Aún puedes disculparte-
-Mi padre confía en mí- Inuyasha lo miró receloso- esto es lo que siempre esperé, ¡y nadie va a cambiar eso!- casi gritando el chico había reaccionado.
Miroku no dijo nada, mas negó con cuidado
- Ahora por favor, si quieres mi ayuda con tus problemas deja de entrometerte en mis asuntos- Inuyasha sonó firme y dispuesto a cumplir su palabra... mejor no tocar más el tema.
-¿Y tienes planeado algo?- Interrogó el de azules ojos al ver los papeles dispuestos sobre la mesa del estudio.
-No, estos son algunos papeles de la empresa de mi padre... Sesshomaru ha dejado todo papel que tomara su persona en la empresa... ¿puedes creerlo?- preguntó con ironía Inuyasha, al tiempo que observaba aquel papeleo. Su hermano debía estar loco- Pero si he pensado algo con respecto a lo tuyo... sólo que no recuerdo bien, han de estar en el sótano.
-¿Entonces ha sido tiempo perdido?- el joven entrecerró sus ojos, al tiempo que Inuyasha enfurecía, algo típico de su carácter.
-Tú fuiste quien vino apresurado-
Miroku lo observó con cuidado.
-Si... sé que no has venido solo por lo tuyo, pero Miroku- El aludido lo vio más fijamente- No quiero hablar de eso, porque de verdad, entre más lo recuerdo, más me arrepiento- confió el muchacho, su mirada se había tornado nostálgica, su voz apesadumbrada- Ni siquiera sé como se siente ella- una sonrisa lacónica bordeo sus labios, para luego ser borrada, quedar inexpresivo. Miroku golpeó con su mano el hombro de su amigo, sin decir nada, pero dándole a entender su apoyo y comprensión.
Aquel día había sido tranquilo, estaba sentada con la cabeza apoyada en el espejo, viendo como afuera caían pequeñas gotas de manera majestuosa... Siempre le habían agradado los días de lluvia, le agradaba la sensación de sus cabellos bajo esa agua que provenía de lo alto, que veían todo.
Antes, cuando pequeña, pensaba que eran el llanto del cielo, ahora sabía bien que no era más que un fenómeno natural. Sin embargo, en su mente aún guardaba algunas ideas de la niñez, que recelosamente cuidaba en su memoria.
Shippou traía su carita sonriente, y corrían de vagón en vagón junto con Kohaku... Kagome había pedido a Sango que no se preocupase por su hermano, ya suficiente tenía con escapar de Landau y aprovechar el tiempo libre para orquestar encuentros con Miroku, además ella llevaría a Shippou, le parecía justo también llevar a su primo.
Levantó la mirada para ver donde se hallaban los pequeños y que, de paso, no estuvieran ocasionando desastre.
Un joven paso por el lado sonriéndole, Kagome sólo asintió, esquivando y volviendo a ensimismarse y observar por la ventana... no le llamaba para nada la atención gesto alguno de coquetería. De hecho, nada le llamaba la atención en aquellos minutos- dejó salir un soplo- junto su mano a la ventanilla, pese a que la lluvia siempre había sido de su agrado, esta vez la hacía sentir una profunda melancolía... o quizás todo le producía aquella sensación de vacío, todo a su alrededor, hasta las mismas risas de los pequeños en sus travesuras.
Cerró los ojos esperando disipar pensamiento alguno. Parecía haberlo logrado, cuando en la oscuridad en que se hallaba su mente se vieron dos esferas doradas que se acercaban... no, no eran esferas, eran ojos, y le veían con diversión, con burla, como divirtiéndose de ella, como jactándose de su condición.
Abrió con rapidez sus orbes, notando que ambos pequeños le veían preocupados. El más pequeño, Shippou, acercó su manito al rostro de la chica, limpiando con el puño de su camisa una rebelde lágrima que se había dado a la fuga de aquellos tristes ojos azules.
-Kagome... ¿de verdad te sientes bien?- el pequeño llevaba su carita con un gesto de enorme preocupación y sus ojos llorosos. Kagome sintió que el pecho se le contraía en el acto y, tratando de ocultar su pesar, se llevo a ambos pequeños al pecho, abrazándoles con calidez.
-Si, estoy bien- musitó, tratando de no dejar escapar sollozo alguno, sin embargo con sus ojos llenos de lagrimas...
Eran solo niños, no tenían por que enterarse, además Shippou siempre parecía agobiarse ante su tristeza, aún siendo tan pequeño. Kagome acarició los cabellos anaranjados de este y deposito un beso a cada uno en su frente
- Vayan a jugar tranquilos, yo estaré bien... sólo extraño a la familia- Shippou asintió no muy convencido, al igual que Kohaku, pero prefirieron dejarle.
Si, extrañaría la familia, parecían solo unos segundos cuando viese a la llorosa Sango despedirle
-Hey regreso en unas semanas- había replicado en tono de broma Kagome, pero Sango se había echado a llorar en sus hombros. Miroku también había estado, al igual que su padre y Kaede y aquel sujeto que los había llevada y que tan mala espina le daba. Subió su equipaje y se despidió junto a los pequeños por la ventanilla.
-De eso ya hace más de una hora- comentó en voz alta- Por supuesto que los voy a extrañar- susurró. Sin embargo, había sido también en buen instante aquel viaje, definitivamente no quería toparse con Kikyou, y menos aún con aquel que era el motivo de su aflicción, ese de mirada orgullosa y arrogante- creo que... también le extrañaré- Aquella frase, más parecida a un lamento, se había escondido en aquel sitio, tras de los sonidos imparables de risas de niños y conversaciones fluidas que ocultaban al oído humano lamento alguno.
Inuyasha no se reconocía aquellos días, parecía totalmente reacio a cualquier conversación. A minutos hasta creía que en cierto grado su padre se había poseído de su personalidad y que por aquella razón actuaba de manera tan fría... en especial con Kikyou.
-Kikyou-
Hizo eco a su pensamiento. La verdad es que cada vez notaba mayores resentimientos en su trato a ella, cada vez parecía más lejano, y es que esta no paraba de alardear. Al principio no le molestaba que hablase de que su noviazgo era casi perfecto y que ahora, hacía solo unos días, habían dejado en vista de todos el compromiso- pese a él no estar presente.
-Sin embargo, lo que le molestaba era el hecho de que había comenzado a correr el rumor de que Kagome había estado manteniendo una relación amorosa con él- rumor no muy falso- pero que le molestaba... pero de hecho no era sólo eso, sino también la incomodidad que causaba en él, el sentimiento que había embargado esperando sólo tratase de un capricho, de una enajenación de su ser, que sería pasajera y que no dejaría huella alguna. Sin embargo, allí seguía, latente, y cada vez más doloroso.
Ya no era el sentimiento grato que sintiese cuando le besó por vez primera, ni los celos desmedidos al leer la tarjeta de su hermano o verla en el baile junto a él, ahora era una sensación de tristeza, de desolación y, también, de temor...
Esto último sin mucho sentido, o quizás si, tenía miedo a haberla perdido y, lamentablemente, ya lo había hecho...- Una triste sonrisa bordeó sus labios, entre resignada y acongojada, arrepentida, dolida.
En su mente, en las horas de sueño, sólo podía oír la voz melodiosa de la chica en alguna de sus conversaciones, o ver la mirada comprensiva que esta pudiera dirigirle, la sensación cálida del roce de sus labios, la alegría al sentirle cerca o simplemente el nerviosismo de su ser, hasta eso se le hacía grato, frente a aquella nueva sensación- Vacío- murmuró con desazón.
Eso resumía todo, un vacío creciente que le torturaba y le dañaba, pero él se la había buscado, ¿No es así? Con rabia, enardecido, se llevó sus manos a los cabellos tirando de estos, al tiempo que un sollozo se perdía en la oscuridad de su habitación- en esos últimos días aquella era una visión normal.
A media noche, cuando ya todos dormían, el joven, incorporándose en su cama con una mano en su pecho oprimido, obligándose a incorporarse y tratar de mantener sus pensamientos en algún asunto de la compañía, o en el tema de Miroku, tratando de esquivar a duras penas la situación. Porque las situaciones que aquejan el alma son posible de eludir, pero no de borrar. Y con aquella esquivación sólo logramos postergarles, pero no aminorarles, sino al contrario... van creciendo conforme el tiempo pasa, hasta que son inaguantables y revientan en nuestro interior, dejando una herida, que sólo el perdón puede mermar.
Había llegado hacía cortas horas a su habitación en el hotel, pues antes había caminado por los pasillos de las inmediaciones del internado adonde irían los pequeños. Era un colegio muy bien cuidado, en el cual los niños se habían mostrado muy alegres. Kagome ahora llevaba una sonrisa tenue, también se había encontrado allí con Sesshomaru, para extrañeza de ella... lo acompañaba una pequeña a juzgar de la misma edad de Shippou, tenía cabellos oscuros pero sobre todo una deslumbrante sonrisa dulce y acogedora. Sesshomaru solo le había saludado con frialdad, para luego alejarse junto con la pequeña. Sin embargo se lo había encontrado a la salida del establecimiento y habían acordado verse esa misma noche, para dar una vuelta por la cuidad.
Habían estado caminando casi silenciosamente durante ya buen tiempo. Sesshomaru había esquivado la mirada de la joven y esta caminaba cabizbaja junto a él. Se detuvieron cuando esta mirando al cielo sonriese tenuemente ante la luz de la luna.
-Hermosa- había dejado escapar el joven de mirada inexpresiva con un tono perdido y lóbrego. Kagome entonces le había mirado con una leve sonrisa bordeando sus labios carmesí.
-Me alegra haberme encontrado contigo- susurró- me encontraba muy ajena a este lugar- Sesshomaru sólo asintió por respuesta, haciendo incomodar a la chica.
-¿Cómo te has tomado lo de Inuyasha?- soltó el joven. La verdad aquella pregunta había rondado su mente desde el mismo instante en que la vio. El rostro de la joven ensombreció, manteniendo aún esa sonrisa que ahora se veía escuálida.
-No me he dado tiempo para pensarlo siquiera- musitó. Sesshomaru le vio sorprendido- He tenido mucho que hacer sabes... estoy ocupándome de algunas cosas de la compañía y además de la inscripción de los pequeños- añadió con rapidez.
-Tu...- el joven dudo- ¿Le amabas?- Kagome sólo asintió, bajando aún más su rostro... por alguna razón, se había atrevido a responder aquella pregunta que ella misma negaba hacerse.
-Perdona- susurró esbozando una lánguida sonrisa y con los ojos cubiertos de lágrimas- No sé por que he reaccionado así.
Sesshomaru negó con tranquilidad, acercando una mano al rostro de la muchacha y sonriendo con tristeza.
-Seguramente ya era hora que lo reconocieras-
Kagome borró su sonrisa, acercándose al pecho del alto muchacho y dejando reposar su frente en él, derramando algunas lágrimas que no evitó ni reprimió. Por alguna razón, sintió que estaba bien hacerlo, que ya no podía seguir luchando por guardarlas dentro de si, o derramarles en absoluta soledad... necesitaba que alguien simplemente le acompañase, aunque no fuera a contar lo que le aquejaba, aunque no desahogara los gritos que aún trataban de salir de su garganta, aún cuando desease largar a llorar descontroladamente... el simple hecho de poder sentir una compañía, era más que suficiente.
Sesshomaru le abrazó en silencio, maldiciendo en sus adentros a su medio hermano. Esa muchacha era prácticamente la única que había logrado arrancarle alguna palabra de compasión, no importaba si jamás fuese correspondido... deseaba, por lo menos, aminorarle la carga, aunque fuese sólo un segundo.
Tras de aquello habían hablado de la pequeña, relatándole Sesshomaru que se trataba de la hija de su hermana... Sus padres habían muerto, como bien Kagome lo sabía, y la verdad se había criado muy sola. Sin embargo, era de aquellos seres que, sin dudarlo, continuaban sonriéndole a la vida. Sesshomaru utilizaba un tono seco, pero aún así podía ver en su mirada cierta ¿admiración?, si, seguramente, aquella pequeña poseía una sonrisa única, Kagome podía corroborarle.
-Ahora estudiará con niños de su edad, la verdad esto le ha alegrado mucho- concluyó el muchacho.
Kagome sólo le dirigió una enternecida sonrisa. Sesshomaru sonrió para si, por lo menos había logrado robarle una leve sonrisa.
Inuyasha revolvía los papeles una y otra vez. No podía creerlo... buscando en el sótano aquellos que sirvieran como base para su actuar, había hallado algunas notas guardadas en una carpeta con el nombre de su hermana, entre ellas un contrato sin firmar con un consorcio que era bien conocido y que actualmente pertenecía a Naraku y a la familia Higurashi y, por otro lado, una nota, una citación al muelle, no con muy buenos términos, la misma noche...
-Que asesinaron a mi hermana- sus ojos parecieron rodar por la habitación. Aquella nota la firmaban Makoto Higurashi y Naraku, pero... ¿Por qué nunca había hecho interrogaciones al respecto?...
Su mirada pareció desorbitarse... aquella nota sólo podía significar algo: ellos debían saber quienes fueron los asesinos, pero ¿Por qué nunca nadie había dicho o hecho nada?
Recordaba bien el que aquella caja hubiese sido dejada ahí tras de la investigación por su mismo padre.
Guardó entre sus ropas aquellos papeles... él no lo dejaría así. Al día siguiente aprovecharía que estarían todos para preguntar al señor Makoto... tendrían que explicarle, no se quedaría con aquella duda.
Término- 27 de Julio de 2004; 16:40 hrs.
Opss, perdón nuevamente por la demora, la verdad es que la poca seguridad que tengo se me escapa cual escurridiza agua entre los dedos, ha de ser por algo asumo yo, pero bien, deseaba actualizar dada la ocasión imperante, pese a mí pusilánime, auto critica y renuente personalidad (sumemos a aquello "negatividad", tan presente a la hora de referirme a mí misma), bueno el capitulo actual a mí parecer tan malo no iba, hubiese deseado desde el fondo de mí alma presentar algo mejor de obsequio a mí adorada sis, sin embargo cada quien a sus limitaciones, espero poder brindarle algo mejor a su regreso de vacaciones (estoy en eso, con ideas de dos originales que como ya sabrás, nadie leerá más que tú... aunque mas bien aquello es una afrenta a tú persona, pobre sis que debe aguantarme siempre n.nU).
Por cierto, agradecer enormemente a quienes han continuado la lectura de este fic, pese a todo le siguen leyendo y eso me llena el alma de la más grata satisfacción ;;, a diferencia de Libertad la cual ahora tiene pocos lectores, seguramente debido a su carencia de calidad, motivo por el cual sí logro hacerlo hoy actualizaré por última vez en un tiempo hasta lograr hallarle un posible arreglo a su deficiente trama u redacción (no sé cual de los dos casos es O.O, ¿alguien me podría decir?).
Por tanto mis más humildes agradecimientos a –
Sesshi23- Gracias por tú review, la verdad es que me dio gusto enorme el saber que fue aquella la causa de el agrado por el capitulo, la idea era aquella, mostrarle como alguien humana, pero digna.
Naru-Chii- Mi Nee-chan, tiempo sin hablar, vacaciones encima, extrañando bastante a su nee-chan, gracias por leerme pequeña, te quiero mucho.
Fenixgirl- Gracias por leer, tanto Caprichito como Libertad y sobre todo Elígeme, la verdad aquello es muy grato ;;. Espero este capitulo no decepcione.
Meg-ek- Gracias bella por tú review, jejeje, pues creo que la petición que me has hecho quizás no sea cumplida, jeje -.-, quien sabe ¿no?.
Kagome-N- Buaa, preciosa, gracias por los ánimos,¡extraño mucho hablarte!, el review era larguito pero tan re bello, gracias amiga hermosa por todo.
Kagome-Anti-Kikyo- jeje, pues la venganza quien sabe, digamos que a veces el castigo es mayor que el mal y dentro de este acarreamos a aquellos que hubiésemos deseado no involucrar. Gracias por leerme ;;!
Yelitza- Hola preciosa! Gracias por leer y espero no defraudar con el capitulo, por cierto, las demoras están a la orden al parecer, pero prometo no seguirlo haciendo con este fic, más que ahora estoy decidida a darle el final.
Natsumi-chan- Cuándo leí este review no podía dejar de pensar en cuanto perderíamos si dejases de escribir, gracias amiga por leerme, pero algo he de decir, jamás dejes TÚ de escribir, puesto que aquello sería un error, además de una pena para nosotros tus lectores.
Gaby- No digo nada, solo un TE AMO MUCHO SIS
Dark-Kotetsu-Angel- Buaa, gracias por el review niña, no importa la demora, lo valioso es la llegada de este, de veritas.
Oyuki77- Gracias por los ánimos y por leerme bella, de verdad es muy grato saber tú opinión.
Nathari-chan- En el mundo inmortal, en el cual el alma reina y vive a entereza, con libertad y paz, pues, allí. Jeje mensaje subliminal, nada más que decir, además de un Gracias! Y, espero podamos hablar prontito.
Bunny Saito- Buaa, Gracias por leerme bella, pues algo aquí se sabe, pero es poco.
Pues eso fue todo del fic, petición extra de esta fallida intento de escritora, más bien dos peticiones, una es la de siempre, reiterada, ya cansa quizás, pero digamos que son mí forma de saber que opinan, que cosas debiese de cambiar y cuales mantener y sobre todo así poder ir perfeccionando mí redacción a través de sus opiniones, o de por sí, quizás arreglar asuntillos en la trama que puedan parecer burdos o innecesarios. Por mismo, si pueden, poseen la disposición de tiempo y las ganas, les agradecería enormemente saber su opinión, ya sea mediante un Review o a mí correo electrónico.
El segundo favor, y este si me parece algo descarado de mí parte es, hacerles una petición, la cual consiste en... rodeos, mil rodeos para decirlo, y es que hasta vergüenza me da -.-... esto, si tienen un tiempito y gustan se dan una vueltita por Libertad, me agradaría saber de este último que cosas debiese de cambiar, la trama esta recién comenzando y estoy a tiempo de hacerles los cambios, recomenzarle si alguien lo estipula conveniente, ¿me harían aquel favor?, ¿Porfis? ;;.
Ahora sí me despido (enormemente avergonzada por las peticiones -.-), pero, buaa, disculpen ;;!.
Nuevamente felicidades a Gabita y de antemano gracias a aquel que haya leído hasta aquí.
Atte. SaYo-Yukishiro
