Aclaraciones: (espero me disculpen pero les agradecería les leyesen)
Rayos, se que primeramente os debo una disculpa que ciertamente en tan pocos minutos no podré elaborar, y es que, una simple disculpa no sería suficiente, me cubre el velo de la vergüenza y tenía dos opciones, o esconderme y esperar a vacaciones (que al hablar de vacaciones no especifico cuales, de verdad el tiempo me ha sido esquivo), o actualizar para dar la debida explicación, mas no suficiente a mí parecer.
Tras llevar largo tiempo sin actualizar ninguno de mis fics, estoy casi segura que nadie notará este capitulo algo extraño que surgió de la nada, proveniente de un intento de autora que, al parecer, resurgió de quién sabe donde. Y digamos que tuve una tumba de paredes frías y anchas, las cuales separaban la luz del día de mi visión y me mantenían enclaustrada en un mundo que, sin embargo, yo opté por conformar y de hecho, es de mí agrado, el cual estimo mucho, y que normalmente llamamos Universidad.
Si ahora me presento con tal vergüenza es simplemente por una cosa, espero que puedan leer estas notas de autora, ya que deseo agradecerles a quienes, sin importar la demora, han seguido al pendiente de este fic, y a quienes en algún momento le estuviesen leyendo, en general a cualquiera que halla entrado (muy a su pesar, no había nada bueno n.n') a leer este fic, a quienes me han apoyado en alguno de los capítulos, o para resumir, a quien se halla dado la lata (por que en realidad, no es muy entretenido) de leerse a lo menos uno de los capítulos de "un capricho del corazón" (y es que la autora no tiene mucha cabeza¡y ahora tiene menos!).
No obligo a nadie a seguir leyendo, pero si les pido ojala lean las notas de autora y sobre todo esto: PERDONENME Y GRACIAS.- Que en resumidas cuentas es justamente lo que deseaba decirles.
Agradecimientos y dedicatoria especial en este capitulo a todas aquellas personas que han leído, que dejaron review en el capitulo 18 (para mí sorpresa y que ciertamente me robaron más de una bobalicona sonrisa de gusto), y aún más para quien se atreva a leer este capitulo, que en realidad, revisé someramente, y no es uno de los más "aceptables", dentro de lo malo esto es malo medio, por así clasificarle.
Aviso con antelación que seguramente me demoraré mucho en nuevas actualizaciones, tengo dos problemas, uno es el estudio, el cual por las amplias lecturas me mantiene sumida largas horas en sus temáticas, otra es que, creo que la inspiración es algo que ya no existe, he tratado de reiniciar escritos pero al releerlos noto la falta de sentimiento, de hecho, considero que en estos escritos aún tenía algo de esperanza de "expresar" mas ahora lo que redacto parece más bien, una cuadrada explicación que no deja nada.
Quería a la vez saber si alguien, gustaría (aunque debe ser un fastidio lo que pido) de continuar Libertad, tiene algunos capítulos avanzados y me hubiese encantado le continuase alguien que ante mí falta de talento, al continuarle, le entregase una pizca de este, conozco algunas candidatas, autoras con talento innato como lo son Natsumi, Nathari, Aiosami, Yashi, Iya y muchas otras, lamentablemente no conozco a las autoras actuales (lamentablemente, y estoy conciente, me he perdido fics realmente buenos de autoras anteriores y nacientes con un talento espectacular).
Por ultimo pedir una enorme disculpa por de la nada desaparecer, se que mis comentarios no son la gran cosa, pero a la vez tengo noción de que estos para uno significan mucho, por lo mismo, creo que algo que ha apesadumbrado en mí ser, ha sido el no poder seguir leyendo, y la verdad es que a veces trato de fugarme a hacerlo, y reencontrarme con la belleza de los escritos de ustedes, mas, es poco el tiempo y me quedo con gusto a poco (por el tiempo, no por el contenido).
Tras decir esto, dar las explicaciones que creo igualmente han sido insuficientes y rogarles me disculpen por tanto bla bla inicial (mas que creí era necesario, puesto que realmente tengo mucho que agradecerles), les dejo con este corto capitulo, esperando, si tengo suerte, actualizar en un tiempo más (ya que este fic tengo planeado continuarle hasta el final, cueste lo que cueste).
Si alguien se cree capas de hacer maravillas con mi horripilante desempeño (de libertad) me manda un mail (se encuentra en mí perfil). Agradeciendo nuevamente a todas aquellas personas que me dejaron review en el capitulo 18, a las cuales dedico este (que es bastante poco, quisiera dedicarles más) y que lamentablemente (para mí claro) no podré agradecer como desearía (uno por uno).
Les envió un beso enorme, deseándoles lo mejor en todos lo que deseen emprender, se despide, esperando pueda ser un hasta pronto.
-SaYo-
UN CAPRICHO DEL CORAZÓN
Autora- SaYo-Yukishiro
Coautora y Madrina- Yashi sis
Agradecimientos especiales a: Gaby, Iyis, Aiosami y Daniels (ellos cuatro sabrán por que, mas si no se les hace claro, creo que por aguantarme en esta época en que he sufrido de terquedad aguda, o también algunos por estar justo en el momento en que mas necesité)
Capitulo Diecinueve
"Acusaciones y Planes"
Inicio- 27 de Julio de 2004; 16:46 hrs.
Inuyasha había explicado a Sango y Miroku la situación
-. El compromiso de ustedes estaba antes...-
-.¿Cómo?.- replicaron al unísono los dos aludidos.
-.Simplemente, deben de mostrar esta carta.- entregó un papel doblado, el cual Sango abrió con decisión. Sus ojos se abrieron desorbitadamente dirigiendo una extrañada mirada al muchacho quien le sonreía... como hacía bastante había dejado de hacerlo.
-.Pero esto está firmado... ¿por mi padre?.- la joven se llevó una mano a los labios al tiempo que le miraba inquisitivamente, Miroku, semi comprendiendo reía de buena gana.
-.¿Sólo son unos trucos si?.- Inuyasha refunfuñó-. Y bueno si no están de acuerdo, pues... hoy anunciarán alegremente tu compromiso, Sango.- Recriminó el joven con tono burlesco. Sango lo miró con el ceño fruncido.
-.Te juro que si no fuera por el favor que haces no haría esto.- se acercó al de dorados orbes y abrazó con cuidado-. muchas gracias.- musitó con tenuidad, alejándose con una sonrisa satisfecha... ya no tendría que casarse con Landau...
-.¡Yo si te abrazo con gusto!.- espetó el muchacho quien lo veía con ¿ojos brillosos?-. Me has salvado, Inuyasha, amigo mío.- Miroku parecía apretarle tan fuerte que casi le quitaba el aire. Inuyasha lo alejó con semblante enfadado, pero con un brillo de dicha en sus ojos-. "por lo menos el hentai de Miroku podrá ser feliz".
-.¿Podrías de explicarme por qué tu "mujer" me ha tratado así?.- respondió simulando enfado. Miroku entonces sólo opacó su mirada.
-.No te agradará el tema.- Inuyasha comprendió. Sango había sido la que al verlo casi lo había matado con la mirada, lo acusaba de hacer un gran daño en Kagome... cosa que le había dolido mucho. Kagome no había demostrado nada, pero su prima le había hecho saber que si había sentido y estaba tan mal como él. Sin embargo, había obviado el tema con gran sagacidad... odiaría oír algo relacionado con ese sentimiento que hacía ya tres semanas le había robado cualquier indicio de sonrisa o de felicidad... ya nada lograba compensar frente a ese creciente vacío en su interior.
-.Si... tienes razón.- musitó con melancolía. Volvió a sonreír-. Ahora ocupen bien ese papelito... que no me ha salido nada fácil.
Y la verdad era que no...entre escribir una carta en que el padre de Sango tomara mucho tiempo antes la decisión que su hija se casara Miroku, y para más... hacer intentos a veces catastróficos para encontrar un sujeto que falsificase a la perfección la firma del difunto... no, no le había sido fácil, pero por lo menos le distraía, junto con el trabajo cada vez mayor de la compañía y los escasos encuentros que debía simular con Kikyou... y ahora... caminaba con calma y decisión.
-.Señor Higurashi.- llamó con respeto-. necesito hablar con usted.- el hombre sólo asintió al ver determinado semblante y le hizo acompañar a su despacho, aprovechando que los ojos presentes se hallaban en acaloradas discusiones o en diversos temas lejanos a ellos.
-. A ver, Inuyasha.- comenzó el hombre-. ¿Que querías hablar conmigo? .– el hombre tenía dibujada en su semblante una amplia sonrisa que Inuyasha no contestó, sólo se acercó dejando sobre el escritorio un papel doblado.
-.Lo hallé en las cosas de mi hermana.- el joven levantó perspicaz su mirada para afrontar la del hombre-. Quizás usted pueda darme alguna respuesta.
Makoto abrió sus labios con dificultad, mas no dijo nada. Tomó el papel desdoblándole y leyéndole en silencio... lo recordaba bien, ni siquiera hubiese tenido que leerle para decir de memoria lo que se expresaba. Makoto guardó silencio, levantando su vista del papel y dirigiendo una furtiva mirada al joven frente a él, carraspeó como si digiriera pesadamente lo que prontamente debiese de contestar.
-.¿Se lo has mostrado a Naraku?.- interrogó con preocupación. Inuyasha negó, al parecer esto calmó un poco al hombre quien sentía sus músculos contraídos y su cabeza pesada-. No vayas a hacerlo... Inuyasha, hay cosas que es mejor no saber.- explicó el hombre. Inuyasha pareció comprender, lo miró con furia.
-.Fueron ustedes.- habló con voz acusadora-. los mataron.- Inuyasha comenzó a alejarse con mirada enardecida, sintiendo sus puños cerrarse hasta dejar sus nudillos blancos. Makoto se apresuró en cerrarle el paso.
-.Si.- corroboró-. Pero por favor... si deseas hacer algo, me tienes al frente, solo no te acerques a Naraku, cobra mi culpa.- el hombre lo miró con determinación, pero Inuyasha pareció incrementar su ira... y con razón.
-.¿Por qué lo defiende?.- escupió con cólera creciente, tomando por los bordes de la camisa y levantando del piso a Makoto.
-.No lo defiendo.- Makoto logró soltarse con brusquedad. El hombre dirigió una fría mirada al muchacho-. Ya te he dicho, fui culpable, toma represarías contra mí, pero no te acerques a Naraku.
Inuyasha lo vio con cautela, echando una furtiva mirada de odio. Cerró de portazo tras de si la puerta-. Si seguro...- ambos tendrían que explicarle... ambos lo pagarían sin distinción.
-.Una carta.- Kagome había sonreído al arrancársela de las manos a Sesshomaru, quien traía el correo. La verdad es que, en esas semanas, ambos habían ido abriéndose poco a poco, aunque muchas veces sin palabras, solo se acompañaban. Sesshomaru siempre con su semblante tan inexpresivo, a veces hosco, sin embargo se había transformado en su compañía, más ahora que los niños habían entrado a clases en el internado y a ella aún le quedaba tiempo en aquella ajena cuidad a la cual no se había habituado y que, sin embargo, parecía el lugar perfecto para la expansión de la empresa Shikkon.
-.Es de Sango.- avisó al ver la hermosa caligrafía-. volvió a centrar la mirada en el papel, con un semblante preocupado pero que poco a poco fue soltándose, hasta terminar en una enorme sonrisa.
Querida Kagome:
Lástima que no has podido estar, debiste de ver el rostro de los padres de Landau, que de hecho estuvieron aquí. La señora casi se ha desmayado... ¡y es que no imaginas lo que ha hecho Inuyasha!... Una carta, firmada por mi padre, en la cual hace oficial su deseo de que contraiga nupcias con destacado joven ¿adivina cual, claro que lo sabes. Todo ha salido perfecto, hemos festejado felizmente, pero me ha causado algo de tristeza el joven Landau que al parecer no le agradó mucho de la noticia, sin embargo, eso no empañó nuestra alegría.
Por su parte hay algo que quiero comentarte... Inuyasha no se ve muy bien, sabes, además... (Kagome frunció el seño al leer esto, entre molesta, pero sin poder evitar cierta preocupación) ha salido del despacho de tu padre sin siquiera hablarnos... al parecer muy molesto. Miroku dijo que iracundo de hecho. Pero bueno, no quiero molestarte con este tema
¡Regresa pronto, te he extrañado mucho, no sabes como deseé que estuvieses aquí aquel día... ya que aunque el regalo de cumpleaños que me enviaste era bellísimo, no es lo mismo.
Gracias por todo prima, espero tu regreso.
Sango.
Kagome dobló la carta y sonrió a Sesshomaru, algo temerosa.
-.¿Has sabido algo de Inuyasha?.-preguntó entrecortadamente la chica. Sesshomaru la vio minuciosamente-. Dice que está actuando extraño.- se justificó ella.
Sesshomaru sólo negó y Kagome prefirió no indagar. ¿Para qué darse preocupaciones extra con Inuyasha¡Eso se había acabado!-. "Mentirosa".- se reprochó, mas sin darle mayor importancia.
Días más tarde y tras pensarlo detenidamente había optado por ir rumbo a la mansión de Naraku. Sin darles demasiado tiempo se había adentrado en esta, un lugar que realmente tenía un cierto olor a tabaco y humedad que lo hacía tenebroso.
El hombre de ojos teñidos en sangre se había parado frente a él con una sonrisa burlona y sosteniendo en su mano un cigarrillo a medio consumir.
-.Vaya, vaya... ¿Cuál es la causa de esta inesperada y poco grata visita?.- Naraku miraba siempre de manera desafiante, algo característico en él, sabiendo además, por el semblante del joven, qué este no pretendía nada bueno con su irrupción en esa casa.
-.¡Tu, bastardo!.- el chico se había acercado amenazadoramente, tomándole por los bordes de una oscura bata que traía sobre sí el tenebroso hombre.
-.¿Me explicarías que ocurre?.- preguntó Naraku con sobriedad pero a la vez con impaciencia.
-.¡Tu les mataste!.- un grito sonoro y furioso retumbó por las paredes de la mansión. Naraku sonrió despreocupado.
-.Ah, eso...-
Inuyasha ante tal respuesta sintió la sangre abalanzarse en sí y con fuerzas que el mismo desconocía, tiró al sujeto contra la pared haciendo que este cayese de rodillas. Se encontraba preparándose para abalanzarse sobre él cuando sintió algo frío en su sien. Observó con cuidado a su lado y distinguió a un hombre que le sobrepasaba quizás por treinta o más centímetros, de contextura gruesa y rostro hostil, que le dirigía el cañón de un arma directamente a su sien.
Naraku se incorporó casi inmediatamente, con una nueva y mayor sonrisa
-. Inuyasha... ¿Qué gustas de darme más motivos para matarte?... Créeme que me sobran.- Su voz había sido soslayada, pero con ironía creciente.
Los ojos de Inuyasha se abrieron estrepitosamente-. "¿de qué hablaba ese sujeto?".- Era verdad que jamás le dió buena espina, pero ahora lo veía casi como un demente, el asesino de su hermana... Sin embargo, no mostró temor, su orgullo y su fuerza le mantendrían siempre en pie-. "Que sea lo que deba ser".- entrecerró los ojos, esperando que sucediese algo… una orden, quizás un disparo rápido y seco, como con el que seguramente ese hombre había matado a su hermana.
-.Señor.- la voz grave del sujeto que portaba el arma se levantó llamando a Naraku, pero sin despegar esta de su cabeza.
-.No...-se había detenido, poniéndose de pie frente a Inuyasha. Éste abrió sus dorados ojos, viéndole con ira indescriptible-. Vete... por esta vez, te dejo con vida...- Inuyasha aunque hubiese deseado quedarse allí para enfrentarle dio cuenta de que en su situación desventajosa no ganaba nada. Con un gruñido salió, dando pesados pasos, mirando de reojo, mas esperando un próximo encuentro
-. No se quedará así.-murmuró al salir, sintiendo que su odio aún podía seguir en aumento, porque así lo era.
-.¿Quieres que le siga?.- preguntó el de oscura piel, quien guardaba su arma. Tras de él aparecía una mujer de cabellos oscuros tomados.
-.No, la verdad es que creo que le necesitaré con vida.- parecía haber estado pensando en voz alta. Hizo un ademán con la mano al sujeto, entonces el hombre alto y fornido desapareció rumbo a la salida, dejando allí a Naraku y a la mujer.
-.¿Cómo piensas utilizarle?.- La mujer de cabellos oscuros pronunció con calma, viendo por debajo del flequillo al hombre que mantenía una mirada entusiasta.
Naraku esbozó una altanera sonrisa
-. Makoto no ha querido que yo entre en su familia.- su tono era burlesco, remarcando cada palabra con un ceño de incomprensión fingido. Kagura le vio aún sin entender, pero sabiendo que, de actuar así, Naraku traía algo nada bueno entre manos-. Quizás sea hora de hablar directamente con la señorita Kagome Higurashi. Creo que podremos llegar a buenos términos.
Kagura le vio con una falsa sonrisa, sin poder alejar de su mente la sensación de asco que le provocaba aquel hombre-. "aunque sea mi hermano".- De hecho sentía que eso le hacía sentir aún más morbo al verlo, saber que de ella dar motivos él no se apiadaría de sangre o vinculo familiar... él no se apiadaba de nada ni de nadie cuando se trataba de algo que deseaba.
-.¿Piensas chantajear a la joven?.- corroboró, sabiendo bien que esas eran las intenciones que su hermano tenía, sin poder evitar mirarle con súbito malestar.
-.Kagura... no veo por que me ves así... sabes bien que pienso hacer ¿no,- Kagura sólo asintió, sin siquiera mirarle-, No te preocupes, dudo que necesite de tu ayuda,- Tras esto se volteó a la chica, aspirando una última bocanada de su cigarrillo para arrojarlo a sus pies, pisándolo con el talón de sus zapatos hasta dejarlo chato en el piso.
-.¿Por qué te has desaparecido el día del compromiso de manera tan apresurada?.- Miroku interrogaba con el ceño fruncido, al tiempo que la sonrisa enorme que mantenía en su rostro Sango era borrada por un gesto de preocupación. Inuyasha de verdad se veía tenso.
-.Sólo tuve un problema.- su voz sonó relativamente normal mientras se detuvieron fuera de la puerta de Sango.
Se habían encontrado hace poco en el pueblo con el joven de dorados ojos, quien caminaba con su cabeza gacha, pero se les había unido en el camino de regreso-."Ahora que lo noto, no se ve muy bien".-había replicado Sango hacía solo unos minutos, cuando le viese acercarse a ellos con una sonrisa algo fingida.
-.¿Qué te ocurre?.- interrogó luego de dejar a Sango.
-.Miroku¿Qué sabes de Naraku?.- su mirada penetrante se clavó en su amigo, quien le vio algo desconcertado.
-.Que nadie se fía de él... – había sonreído el de ojos azules al recordar los malos comentarios que se hacían acerca de ese hombre, pero sobre todo los que siempre había escuchado de su padre o abuelo, o aún anteriores.
Inuyasha sin embargo no pareció divertido y le siguió viendo interrogante.
-. Dicen que llevan lo malo por dentro, ya sabes, carcomidos, sin piedad... ¿sabías que se dice que su abuelo era un loco obsesivo? Me pregunto como habrán hecho tanto dinero…
-.Asesinos.- murmuró para sí.
-.Si también se dice, eso ya todos le tienen claro, pero, por supuesto, deben tener sus ideas claras… ¿Por qué la pregunta?.- Miroku le veía ahora muy intensamente, había estado riendo tranquilamente pensando en las barbaridades que podrían haber cometido, muy ajenas a él por lo menos. Inuyasha exhaló tratando de calmarse, pero sin lograrlo ni remotamente.
-.Creo que ahora se las tomará conmigo.- Miroku volvió a mirarle, cada vez comprendiendo menos-. él y Makoto fueron los que mataron en el muelle a mi hermana y su marido.- Inuyasha lo decía con visible tranquilidad. Miroku en cambio pareció abrir desorbitadamente sus ojos.
-.¿Sabes la clase de tipo que es ese?.- Había casi gritado el muchacho de ojos azules.
-.Por algo lo preguntaba.- una sonrisa absurda estaba plasmada en labios del joven de ojos dorados-. Le escribiré a Sesshomaru.- había determinado luego de un rato, despidiéndose del joven sin siquiera dar explicación. Miroku sólo blandió su mano en el aire, en ademán de despedida, pero sin ser visto, pues su amigo se encontraba ya de espaldas a él, casi corriendo, seguramente rumbo a su hogar.
-.Espero no se metan en un lío... ambos son un par de arrogantes que no saben cuando es mejor hundir la cabeza y mantenerse ajenos.- susurró el chico. Miroku no sabía mucho del tema, pero si entendía bien que podía hacer Naraku.
Lo recordaba bien, cuando hacía sólo unos meses había conocido a su hermana Kagura. Luego de verse desaparecida la había vuelto a ver, al parecer había tenido que permanecer dos meses hospitalizada luego de una "riña" con Naraku, quien había estado totalmente enfadado con ella-. "todo porque me negaba a establecer una relación con un desconocido".- había comentado la joven.
Poco tiempo después supo que se trataba de Sesshomaru. Sin embargo, lo que si le llamaba la atención era como aún se notaban algunos leves indicios de las condiciones en que hubiese dejado a la mujer Naraku ante su negativa
-.y eso que es su hermana...- murmuró con terror el joven, al tiempo que introducía la llave en la perilla de aquella puerta de madera.
Entró con pasos cortos, dejándose caer en lo primero que hallase...
–.¡Demonios!.- Miroku tiró lejos las llaves que hubiese mantenido en su mano cerrada -. ¿No tendrá planeado vengarse?.- su pregunta resonó levemente más como un miedo que una interrogación.
Rodó los ojos por la habitación. Tendría que hablar mejor con Inuyasha, no fuera a ser que su amigo tuviese que desaparecer dos meses hospitalizado o peor aún... de por vida.
Término- 28 de Julio de 2004; 16:44 hrs.
Hasta una nueva oportunidad, espero este capitulo fuese de su agrado.
"El mundo es tan tuyo como mío, no por eso te apropiaras de mí parte, no por eso me apropiaré de la tuya, por que no hay partes divisibles, solo espacios infinitos, en que de compartir con el corazón abierto, podremos poco a poco tolerar nuestras diferencias, comprender nuestros defectos y vivir la vida, tú la tuya, yo la mía, en este mundo... que es tan tuyo como mío y tan lleno de diferencias, como de personas diversas."
