NOTAS DE LA AUTORA:
¡Hola!, aquí está ya el capítulo 1, ambientado en nuestro año (2003), algunos personajes estarán fuera de si, sólo un poquitito, nada de que preocuparse…
Los personajes de Rurouni Kenshin no me pertenecen, son de Nobuhiro-sensei (por qué sigo diciendo eso??...)…
Sin más, los dejo con el fanfic,…disfrútenlo!...
CAPITULO 1
"Frío en la ciudad"
Tokio, Japón
2003
Los primeros copos de nieve de la temporada comenzaban a caer, el viento soplaba despacio y agitaba los móviles de todas las casas de la ciudad. La gente se asomaba por las ventanas y salía a recibir la nieve.
Aún era temprano y las escuelas estaban llenas de niños y jóvenes que se alegraban como los demás de ver la nieve caer, entre tantas personas, en la cafetería de un colegio privado en los altos de Tokio, una chica delgada de largos cabellos negros recogidos en una trenza se encontraba rodeada de sus amigos y compañeros mientras hablaba y reía sin parar. Del otro lado de la cafetería, tres chicas miraban con desagrado la escena; una de ellas, de cabellos castaños largos miro a sus dos compañeras y arrugó la nariz, la chica de cabello corto sonrió ante el gesto mientras que le última, de cabellos negros recogidos en una coleta, miraba a la joven de la trenza y agitaba la cabeza…
-¿Cómo lo hace?
-No lo sé – La chica de la coleta cerró sus ojos azules – jamás me lo he explicado.
-Pues es tan extraño, ha sido lo mismo desde que éramos niñas.
-Yo no razono que estando siempre rodeada de chicos no tenga ningún novio – La chica de cabellos castaños frunció el ceño – Sólo hace que nos resten atención.
-Oh Misanagi – la chica de cabellos cortos sonrió – No seas tan envidiosa, en mi opinión, estas celosa por que mi hermano siempre esta con ella y no contigo.
-¡Cállate!, a mi no me gusta para nada tu hermanito.
-Ya basta – la chica de cabellos negros miro de reojo a todos los que frente a ellas estaban - ¿Saben qué?, hoy le preguntaré como lo hace.
-Linda, se lo has preguntado desde que te creció el pecho y los chicos seguían sin notarte.
-Silencio Kama-chan, es mi hermana menor, y esta vez tendrá que decírmelo.
-Si tú lo dices.
-No sean negativas, ya verán que lo lograré.
-Esperemos.
-Chicas quiero irme ya, tengo ganas de ver la nieve.
-Esta bien, vamonos.
Justo cuando las chicas se dieron la vuelta para marcharse escucharon unas risas, giraron sus cabezas y sus ojos marcaron furia, la pequeña jovencita imitaba a cada una de ellas y los chicos reían por la actuación…
Mientras la gente veía con encantó la nevada, un hombre teñía de rojo con su sangre la nieve, su camisa estaba desgarrada y caminaba recargándose en las paredes, su respiración cortada y su cuerpo temblaba, aún así logró llegar a un estacionamiento en donde sus piernas comenzaron a fallarle y cayó.
En el hospital general de Tokio los doctores y enfermeras se movían de un lado a otro por todo el lugar, había pocos pacientes en la sala de emergencias, así que decidieron tomarse un pequeño descanso y comer algo, sólo un miembro del equipo salía a esa hora por la puerta dirigiéndose a su automóvil, la doctora recién graduada y elemento más joven del hospital salía con dirección al colegio "Shikibu Murasaki", la tradición familiar, asistir allí, era hora de ir a recoger a sus dos primas y a sus hijas, debía apresurarse pues el tiempo no le alcanzaría, y es que había estado descuidando a la familia, era hora de atenderla primero que nada. Justo antes de entrar a su auto notó un rastro de sangre en la nieve acumulada, se decidió a seguirlo, quizás era un perro herido y podría dejarlo en el veterinario de paso sin embargo se llevo una sorpresa enorme al ver que el rastro de sangre terminaba en un hombre y no en un perro, intento levantarlo pero era demasiado pesado para ella así que gritó a un enfermero a que la ayudase, lo llevaron directamente a la sala de emergencias, debía atenderlo rápido, no confiaba en que aquellos doctores hicieran eso, por lo tanto tomó al situación en sus manos, y justo antes de empezar telefoneo a su casa dejando un mensaje: " No podré recoger a las chicas ya las niñas del colegio, por favor pueden ir por ellas, lo siento mucho, sé que lo prometí pero tengo trabajo con un paciente nuevo, me quedaré hasta tarde. No me esperen despiertos."
Una bella mujer de ojos verdes caminaba bajo la nevada, llevaba una falda a media pierna roja, unas mayas negras, una sudadera negra y un abrigo del mismo color, en su cuello lucía una bella pashimna roja, su cabello se encontraba recogido en un moño y cubierto por un sombrero rojo, llevaba un bolso negro y caminaba hablando por su celular. Llamaba la atención de la gente que se la topaba, eso sin dudarlo, e iba deprisa, su semblante era de molestia más su tono al llamar era blando. Camino así bastante hasta llegar a una linda casa con enorme jardín y un hermoso estanque, que por el clima, estaba congelado. Entró por al puerta principal dejando sus botas negras en el guenkan, dónde colgó también su abrigo, su pashima y su sombrero en un lindo perchero, tomó un par de pantunflas y caminó por un muy adornado pasillo, estaba lleno de fotos y reconocimientos, llegó hasta la cocina y allí encontró algo interesante, dos jovencitas viendo por la ventana y charlando animadamente, una joven y un chico sentados a la mesa hablando con un hombre adulto con uniforme de policía, y una mujer cocinando con dos niñas tristes al lado…
-He llegado.
-Oh querida, ¿te encuentras bien? – La mujer miro a al joven mientras esta asentía con la cabeza – Estaba preocupada por ti.
-¿Dónde esta Megumi?
-Meg-chan ha tendió una emergencia – Esta vez quien le contestó fue un joven sonriente que estaba a la mesa – Que gusto que hayas llegado hermana.
-¿Y se puede saber por qué ustedes dos no están a la mesa?
-Por qué estamos viendo la nevada Yumi one-san – Una jovencita de cabellos cortos miro a la que le hablaba – Además, te esperábamos.
-Que raro en ustedes.
-Ya está lista la comida, hora de sentarse todos.
-Hai.
La comida paso sin más molestias, mientras la jovencita que tenía sus cabellos trenzados comentaba animadamente lo que le había sucedido en el día, interrumpida de vez en cando por las dos jóvenes que lucían molestas, hasta que el hombre al frente de la mesa habló…
-Me he olvidado de algo importante que tenía que decirles antes, así que ahora se los diré. Su tía Tae vendrá de visita al final de la semana, vendrá acompañada por Tsubame así que deseo se porten bien, no me agrada que les hagan desprecios a la gente.
-Descuida otusan – Una chica de coleta alta tomó la palabra – Yo me portaré bien mientras Missy no me moleste.
-Si no te molesto, te enojas tu sola.
-Basta niñas – La madre comenzó a regañar a sus hijas – No me agrada que peleen en la mesa, ¿Por qué no aprenden de Sou-chan que siempre come en silencio?
-Gomen okasan.
-Tokio-san, no use de ejemplo a este rebelde, que sólo aparenta ser un niño adorable.
-Oh Yumiko, no seas tan crítica con tu hermano, si es tan obediente, casi no causa problemas.
-Causa problemas por sonreír – La chica de cabellos cortos guiñó un ojo.
-Eso no e cierto Kama-chan, Sou-kun no causa problemas – La pequeña del cabello trenzado defendió a su amigo.
-Bien, volviendo al tema, espero que sean amables esta vez, ¿entendieron?
-Hai otusan – Dijeron ambas chicas al unísono – Sólo falta que le digas eso a tu consentida, mira que aquí la descortés es ella.
-Kaoru te prohíbo que te expreses así de tu prima, además, ella se lleva bien con ambas.
-Sí como sea.
Las ironías de la joven se manifestaban desde años atrás, y casi siempre era para discutir acerca de la joven prima de ella que sus padres cuidaban desde niña…
Un hombre bajaba de su avión despacio, por fin había llegado a su destino, después de largo tiempo de estar fuera, recogió sus maletas y se dirigió al auto que lo esperaba afuera, debía ir a su antigua casa, sólo estaría allí por unos días
Hasta que encontrará apartamento, no deseaba estar mucho tiempo en ese lugar, no le agradaba la idea, hacía tiempo que no sabía nada de la gente de aquel barrio, había dejado las llamadas y las cartas de lado, ni el mismo sabía por que, simplemente decidió no contestar las cartas y no lo hizo, nadie lo pudo obligar a hacerlo. Los negocios de su familia lo tendrían buen tiempo en Tokio, quizás se tomase tiempo de averiguar el paradero de sus viejas amistades, solamente quizás…
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La mañana llegaba a Tokio, frescura de sábado, la nieve aún no se derretía y el cielo estaba gris, quizás nevaría de nuevo, al menos eso indicaban las nubes. En una habitación del Hospital General de Tokio, un hombre abría sus ojos, veía borroso y no recordaba mucho, sólo que había tenido una pelea con unos hombres por sus deudas, que al fin y al cabo tuvo que pagar, entonces lo recordó, cuando lo golpearon llevaba a su perro consigo, ¡kuso!, lo había perdido, ¿qué le diría a s hermanito?, y justo cuando ladeo su cabeza pudo ver algo que lo sorprendió, junto a su cama había una mujer de cabellos largos y negros, de piel bastante blanca, estaba vestida con unos jeans azules y una sudadera gris, estaba acurrucada en un sillón y profundamente dormida…"¿quién es esa belleza?", claro que el hombre se preguntó quien era aquella mujer y que hacía allí, así se quedo un buen rato hasta que la mujer despertó, lo miró y bostezo, tenía unos ojos canela bien marcados, que se veían cansados, la mujer se le acercó y lo miro a los ojos, luego sonrió y comenzó a hablar…
-Podría empezar diciéndome su nombre, no lo sabemos pues no traía identificación.
-Sagara Sanosuke.
-Pues Sagara-san, le recomiendo que no se meta en problemas, sus heridas tardaran en sanar, y tiene el hueso de la mano fracturado, mandaré a una enfermera para que tome sus datos y avise a sus familiares, digo si es que los tiene.
-Si los tengo, dos hermanos.
-Bien, volveré por la tarde, siga todas las indicaciones que le de la enfermera.
-Podría decirme quien es usted y por que esta ordenándome cosas, sinceramente no me gusta que me den ordenes.
-Bien, pues mucho gusto, mi nombre es Takani Megumi y soy quien lo atendió ayer, por lo tanto, su doctora mientras se recupera, y ya que estamos en eso de ser sinceros, los pacientes que no me obedecen terminan más tiempo en recuperación.
-Pues que gran desgracia Takani-san, pero no cumplo ordenes de nadie.
-Como quiera, si me disculpa debo retirarme – La doctora se le acercó y le dio un fuerte golpe en el brazo – Si sigue con es actitud arrogante y terca sólo conseguirá hacerme enfurecer. Matta ne Sagara-san.
Así la doctora salió de la habitación, fue a su consultorio y recogió su abrigo, su bufanda y su bolso, salió del hospital directo a su casa, otro día que había pasado entero trabajando. Al llegar a su casa, dejo en el guenkan sus cosas y se dirigió rápido a su habitación, entró a su baño y preparó la tina para darse un baño, necesitaba relajarse, después de hacer eso, antes de entrar en ella, se dirigió de nuevo abajo y llegó al vestíbulo dónde dos jovencitas veían televisión…
-Pero mira quien ha llegado por fin Misao.
-Buenos días a ti también Kaoru, ¿dónde está mi tío?
-Otusan esta en el patio.
-¿Y mi tía?
-Esta en su habitación, ha decidido descansar.
-¿Y mis hijas?
-Hasta que te acuerdas de ellas.
-Están en su cuarto – Una joven de cabellos largos y menudita se paro – Se durmieron esperándote pero Sou-chan las llevo a su cuarto antes de irse.
-Arigato, si me disculpan voy a verlas.
-Bien, supongo que tomarás un baño.
-Supones bien.
-Le avisaré a okasan que has llegado.
-Gracias Missy-chan.
-Que Misao sea amable no significa que yo lo seré también.
-Kaoru no estoy de humor, pase un día terrible en el trabajo.
-Me da igual tu bendito trabajo Megumi, tus niñas lloraron por que no llegaste.
-Mira prima, tengo que mantenerlas, a diferencia de ti, yo trabajo y pago mis cosas, pago renta a tu papá, compró comida para mí y mis pequeñas, tengo mi propio auto y eso lo logró trabajando.
-¡Eres una egoísta! – La prima de la doctora se levantó del sofá donde había estado acostada – Me parece que eres bastante malagradecida con mi otusan, todavía que te recogió en esta casa y te permitió estar de arrimada, y encima le dejas cuidando a unas niñas que siquiera llevan tu sangre.
-¡Yare Kaoru! – Megumi dio una bofetada a la mujercita frente a ella, sus ojos se llenaron de agua y estaba casi tirándola – Primera, son mis hijas, sean o no de mi sangre. Segunda, si estoy aquí no es por que sea una arrimada, es por que ayudo con los gastos y descuida que pronto me mudaré.
-Ojalá fíjate, que eso dijiste hace tiempo.
La jovencita pasó a un lado de la mujer y la empujó, salio directo al patio mientras que era observada por su prima y su hermanita…
-Descuida Meg, es sólo que recuerda cuando ella esperaba a papá y pues le da enojo que le hagas lo mismo a Ayame y Suzume.
-Cómo sea.
La doctora tomó camino por las escaleras y subió a darse un baño, estando allí no pudo contener las lágrimas y se soltó a llorar, lo que Kaoru le había dicho era verdad, ella sólo estaba de arrimada en casa de sus tíos desde que era una niña, desde que sus padres murieron, y encima de todo, aceptó dos responsabilidades más y las cargó a la casa, y ella apenas era capaz de cuidarlas un poco ya que su trabajo era absorbente, pero así tenía que ser, y esta vez estaba decidida, conseguiría un hogar propio, dónde sus pequeñitas no estuvieran de recogidas junto con ella…
En la misma casa, una jovencita de coleta alta salía al patio para hablar con su padre, estaba ya cansada de soportar a su prima, y lo peor era que parecía ser la única en esa situación. Había sido lo mismo desde niñas, y sería lo mismo, incluso había menos pleitos con su hermana menor, estaba harta ya de las caridades de su familia, aunque era cierto que una de sus mejores amigas era Komagata Kamatari, una chica bastante particular, hermana mediana de Komagata Yumiko y Komagata Soujiro, esta y Sou eran gemelos, aunque de parecidos no tenían nada. Por fin vio a su padre y se acerco a él, logró la atención del hombre y comenzó con su pequeño monólogo…
-Tu protegida ha llegado, venía con cara de no haber dormido bien, ¿sabes?, creo que también se le debería de aplicar hora de llegada a ella, digo, vive bajo nuestro techo, si se que dirás que ella es mayor, pero eso no quita que tenga obligaciones, tanto contigo y con okasan sino también con sus hijas, recuerda que ayer las niñas se entristecieron por que ella no vino, se quedo pegada a su trabajo, pareciera que el importa más que sus niñitas, y creéme otusan que a mi no me agrada dar pretextos por ella, por que eso de que se quedo trabajando yo no me la creo.
-Kaoru no tengo tiempo el día de hoy para tus cosas, ¿recuerdas lo que te dije anoche cuando acusaste a Misao?
-Eso es distinto papá, Misao me ofendió a mí, se burlo de lo que soy, además tú y okasan junto con Sou-chan festejándole sus majaderías. Con Megumi es distinto, ella debe hacerse cargo de sus hijitas.
-Y lo hace, tuvo trabajo eso es comprensible, y creo que si se hubiese querido ir a otro lado, se hubiera venido a cambiar.
-Otusan…
-No se hable más del tema.
Hai otusan.
-Ahora ve a cambiarte, que ya es hora de que dejes la pijama.
-Hai.
La chica se marchó y el hombre se quedo solo, pero que hija mas berrinchuda tenía, nunca se había explicado el problema de ella, no entendía por que el rechazó a la mayor, menos las discusiones tontas con la menor, si que vivir entre mujeres le era difícil, sólo tenía a ese pequeño Sou que lo apoyase, el si era un buen muchacho, y solía ir a cada rato, el mejor amigo de su hijita Misao, eran casi como novios, y la mayoría de la gente le preguntaba si es que estaban comprometidos, que más quisiera él, pero era decisión de ellos, quizás algún día, y estaba seguro de que si tan sólo fuera verdad lo que todos decían, estaría contento de que su hija hubiese encontrado un buen hombre, así sólo le quedaba preocuparse por las otras dos…
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NOTAS DE LA AUTORA:
Algo raro lo sé, espero que le haya gustado, esto es sólo como un indicio de los personajes, sólo para medio saber cómo están acomodados, así que tranquilos, que la trama se desarrollara mejor conforme pasen los capítulos, esté es sólo como una base para el siguiente, en el que se desarrollaran más los personajes.
Descuiden admiradores de Kaoru, no es que ella sea una arpía, es sólo que son las cosas de su niñez y su amor propio lo que la hace actuar así…
Quienes se pregunten que caracolas pasa en este fanfic pues estén pendientes al capítulo dos, dónde habrá mucho de Sanosuke, y claro, bastante de la familia Saito…
Gracias a quienes leyeron este capítulo y el prólogo, y a quienes me dejaron sus reviews:
MER1: Gracias por tu review y trataré de publicar los capítulos más seguido…
MIYUKI KOBAYAKAWA: Espero que este capítulo haya sido de tu agrado, y si te quedaste medio confusa, déjame tu review y te aclaro lo que pueda…
mIsArA: Oye tu sunshine, mira que andar con flojera…y pues la curiosidad no es buena, mejor pregunta, aunque no creas que te lo diré todo, espero que te haya gustado este capítulo y que no te haya asustado Kaoru, es sólo que pues, un poco de carácter fuerte nunca es malo.
Sugerencias, comentarios, quejas??...dejen un review
Matta ne minna….
