NOTAS DE LA AUTORA:
Hola lectores de Sentimientos Inesperados, aquí regreso con un nuevo capítulo para ustedes. Espero disculpen mi tardanza, pero es que la inspiración simplemente se me escapo y medio la recuperé para escribir un poco.
Este capítulo es la segunda parte del anterior, pero esta más extenso y en él hay muchas sorpresas O.o..
Los dejó con la lectura y espero que la disfruten y me dejen sus reviews…
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CAPITULO 4
"Y aquí empieza todo II"
Saito Tokio se preparaba para dormir, un día largo y cansado más de su vida pasaba. Sus hijas habían discutido por la tarde y su sobrina le había comunicado su deseo de mudarse, ¡Por fin algo bueno por parte de esa chica! Su esposo llegó algo tarde, y ahora estaba recostado leyendo unos informes de trabajo, ese hombre no se tomaba su trabajo a la ligera, era muy dedicado a su labor, dedicado de más. Pasaba más horas en su trabajo que con ella y sus hijas, y al llegar a casa lo primero que hacía era saludar e irse a su despacho, a menos que la linda Megumi quisiera hablar con él en la sala, como había ocurrido hacia unas horas. Para ella era un martirio soportar esa rutina, pero no le quedaba nada más, no podía quejarse, o terminarían de pleito como era costumbre, después de todo su matrimonio no tenía las mejores bases, aunque en apariencia fueran la pareja perfecta…
-¿Qué tanto haces Tokio?
La voz de su esposo la saco de sus pensamientos, escuchar esa voz que tanto le gustaba la hizo sonreír…
-No mucho, me alisto para dormir.
-Bien, por cierto deseo hablar contigo.
-Adelante dime – La mujer se metió bajo su edredón y acomodo su cabeza en las almohadas.
-Megumi me ha comentado que desea mudarse – EL hombre hizo una pausa y su rostro se marco con una mueca de desagrado – Y que a ti te encantó la idea y la apoyas en eso.
-Bueno Hajime, creo que es tiempo de que ella haga su vida fuera de esta casa. Y es por el bienestar de las niñas.
-Las niñas están muy bien en esta casa Tokio y lo sabes, estar fuera de casa sería un desastre para ellas. Recuerda que Megumi trabaja en el hospital y es muy difícil para ella hacerse cargo de todo.
-Creo que es una buena idea. Ya es hora de que deje esta casa.
-Deja de ser egoísta Tokio – Saito Alzó la voz a su mujer – Sabes bien que mudarse sólo le traerá problemas.
-No soy egoísta, soy realista – Tokio levantó su cabeza de las almohadas – Deja esa actitud sobre protectora, preocúpate más por nuestras hijas Hajime. Estoy cansada de que le des más importancia a Megumi todo el tiempo.
-Yo las trato igual a las tres, no se porque siempre te molesta que le de atenciones a Megumi.
-Y yo que pensé que muerta Yaeko tu empezarías a tomarnos enserio a mi y a mis hijas.
-Escucha Tokio, no pienso ponerme a discutir contigo por algo como eso. Y no vuelvas a insinuar nada malo de Yaeko frente a mí.
-Tu sagrada Yaeko,¿no es así?. Es por eso que no quieres que Megumi se vaya, sientes que si se va Yaeko se ira para siempre esta vez.
-¡Tokio ya basta! – El hombre le grito a su mujer, era algo malo para él sacar esta clase de temas – Megumi no se ira porque aún no esta lista para mudarse y punto. Y como te dije, no quiero que de tu boca salga ningún comentario de Yaeko cuando hables conmigo.
-¿Acabas de gritarme Hajime?, es el colmo contigo. – Tokio se dio media vuelta en la cama dándole la espalda a su esposo, estaba furiosa "Ni muerta dejas de arruinar mi vida Yaeko,¡sigo odiándote y siempre lo haré!"…
-Buenas noches Tokio – Saito Hajime se recostó y apago su lámpara, miles de recuerdos venían ahora a su mente "…Yaeko…Cumpliré mi promesa siempre, nunca te defraudaré".
El día empezaba con todo su esplendor. La fresca brisa de la mañana se dejaba sentir mientras que el sol brillaba en esplendor. Kaoru y Kamatari caminaban por los pasillos de la escuela recién llegadas, aún tenían tiempo antes de su primera clase para conversar un rato. Esperaban a Misanagi ansiosas para comentarle lo que había ocurrido con Kaoru el día anterior, su cita no planeada con aquel sujeto había sido fantástica, o eso pensaban las dos jovencitas…
-Aún no creo lo que me has contado Kaoru.
-Pues es verdad Kamatari, él tiene 29 años y trabaja como profesor, sólo que no me dijo en que escuela trabaja.
-¿deseas visitarlo o algo así?
-¡Kamatari! – Kaoru se sonrojo por el comentario de su amiga, ella había logrado leer sus pensamientos – Guarda silencio.
-Vamos Kaoru, sé que digo la verdad.
-Bueno pues si pero no es para que todo mundo lo escuche.
-¿Y quedaron de verse nuevamente?
-Pues no – La linda chica bajo su vista – Simplemente nos despedimos y ya.
-No te desanimes, presiento que lo verás pronto.
-Ojalá, realmente me gusto mucho ese sujeto.
-Eso se nota – Kamatari paro de caminar un momento – Por cierto, ¿le preguntaste quien era la mujer con la que estaba?
-No – La joven de ojos azules suspiro – Me olvide por completo que lo había visto acompañado, pero la próxima vez si le pregunto, ahora dejemos eso que me estoy poniendo nerviosa.
-Oye Kaoru-chan – Los ojos de Kamatari se tornaron preocupados – Anoche le llame a Misanagi pero su mamá me dijo que aún no llegaba. Y mira la hora que es y no llega.
-Tienes razón, ella siempre sigue su agenda al pie de la letra.
-¿Y si le paso algo malo?
-No lo creo – Kaoru le sonrió a Kamatari – Tal vez se sintió enferma, ¿qué tal si después de la escuela vamos a verla?
-Me parece buena idea.
-Bien pues listo, ahora vamonos o llegaremos tarde y ya sabes como es de histérico el profesor.
Las chicas siguieron caminando hasta su aula y al llegar ambas se quedaron estáticas al ver dentro. En el escritorio de su maestro de historia no estaba la acostumbrada pila de libros, sino que estaba un maletín muy bonito, y en el lugar de su profesor se encontraba el pelirrojo que había tomado café con Kaoru. Ambas tomaron sus asientos y al sonar el timbre anunciando el inicio de las clases el sujeto empezó a hablar…
-Buenos días clase, mi nombre es Himura Kenshin y seré su nuevo profesor de historia.
Sanosuke miraba su reloj, ya era media mañana, Katsu estaba en su trabajo y Yahiko en la escuela, tenía tiempo suficiente de ir a entregar los regalos que había comprado días anteriores para las hijas de la doctora, cierto que se había quedado con un bajo presupuesto tras la compra de los regalos pero no le pesaba en lo más mínimo, sabía que a las niñas les iban a encantar y que con eso se anotaría un punto más a su favor frente a Megumi, aunque quizás ella pensaría que él tuvo que robar tan bellos artículos, que mas le daba, era hora de llevarlos así que subió a su motocicleta y se dirigió a la clínica dónde trabajaba la mujer.
Al llegar fue directamente al consultorio, los regalos estaban aún esplendidos y sus envolturas impecables, el mismo se sorprendía de su buen gusto para los regalos de mujer. Llego al consultorio, toco la puerta y al no escuchar respuesta decidió abrir, al entrar se llevo una sorpresa que lo hizo sonreír, la doctora Takani estaba sentada en su silla y tenía la cabeza apoyada en su escritorio, estaba dormida. Sigilosamente llegó hasta el escritorio y la observó dormir, se veía tan calmada, no podía interrumpir en la tranquilidad que ella tenía así que se giro a la salida y se dispuso a irse…
-¿Qué se te perdió por aquí Sagara?
Sano pudo escuchar la voz de la doctora y sonrió…
-Pensé que dormías – Dijo deteniendo su caminar y girándose nuevamente hacia la mujer.
-No, sólo descansaba mis ojos – Megumi se irguió sobre su silla y bostezo - ¿Y esos regalos?
-Los he traído para las niñas, fueron muy amables al cuidar de Notaro que les compre esto como agradecimiento.
-Déjame ver – Megumi se paro dirigiéndose hacia Sano, tomó ambos regalos y los observó – Desearía abrirlos pero son para las niñas, ¿ no los robaste cierto?
-Claro que no, los compre con mi dinero que no fue robado de ningún lado.
-Mas te vale, no me gustaría que mis hijas tuvieran cosas robadas.
-Descuida, las niñas son muy lindas como para darles algo que ha pertenecido a alguien más – Sanosuke la mira y sonrió un poco para si "Una mujer como pocas…" - Espero que no tires los regalos y se los des a las niñas.
-Por supuesto que se los voy a dar. ¿Cómo se te ocurre que voy a tirarlos? – La doctora le sonrió a Sanosuke – ¿Acaso me crees tan mala?
-Bueno uno nunca sabe – El joven esbozo una sonrisa – Siempre es mejor prevenir.
-¿Y desde cuándo tú piensas eso?
-Quizá desde que me diste de alta.
-Yo no te he dado de alta – La doctora lo miro e hizo un gesto de reproche – ¿No estarás creyendo que ya te recuperaste cierto?
-Pues….No, si traigo estas vendas es seña de que aún no.
-Así es, más vale que te cuides porque si no tendremos que darte un tratamiento pesado para corregir la fractura.
-Mujer se amable, he venido de visita de cortesía no a consulta.
-Estoy siendo amable – La joven doctora arqueo sus cejas y miro a Sano - ¿Acaso no lo notas?
-Bueno no se cual es tu concepto de amabilidad.
-El mismo que el de las demás personas.
-Bueno entonces te falta un poco más de amabilidad. Pero para ti eso esta bien.
-Sagara…
-¿Sabes? Debo irme ya, aún tengo cosas que hacer – Sano se acercó a Megumi y beso su mejilla para luego encaminarse a la puerta – Dale mis saludos a las niñas, diles que pronto llevaré a Notaro para que jueguen con él.
Megumi vio cómo la silueta de Sanosuke desaparecía por la puerta, contemplo los regalos y se pregunto que serían, ¿acaso muñecas? , era lo más probable, él no tenía los recursos para andar derrochando dinero en regalos costosos, ¿o si lo tenía y le había mentido?...Pero que tonterías le pasaban por la mente, ahora ya estaba alucinando por la falta de sueño. Dejo los regalos junto a su chaqueta y se sentó nuevamente recostando su cabeza en el escritorio, nuevamente dormitaba pero sus pensamientos tenían otro enfoque….
-Okasan creo que debimos haber avisado que veníamos nuevamente.
-No es necesario querida, podemos llegar solas hasta la casa.
Una mujer alta de cabellos castaños caminaba por el aeropuerto hasta la salida del mismo, acompañada por su hija, castaña también, llevaba consigo dos maletas y un bolso grisáceo, fue hasta el aparcamiento de los taxis y tomó uno, al indicarle la dirección el conductor la miro con rareza, la mujer le sonrió y la niña puso su mano sobre su frente, estaban ya en camino a la casa de sus familiares para darles una noticia muy buena, además, faltaban sólo unos días para el festival de año nuevo y podrían quedarse a disfrutarlo…
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Misao continuó caminando, tenía solo unos minutos de haber terminado sus clases y se dirigía a casa muy agotada, caminaba lento y cargaba su mochila casi arrastrándola, estaba molesta con Kaoru por haberse marchado sin avisarle, y con Soujiro por quedarse en prácticas y no irse con ella, esto era algo muy extraño en su amigo, ya vería más tarde que le pasaba por la mente a ese niño. Mientras caminaba se percato de que un hombre alto caminaba tras de ella y en un segundo paso de largo sin verla a su lado, la chica lo miro y logro darse cuenta de quien era el sujeto, ¡el tipo que la llevo a su casa el otro día!, recordó que nunca le dijo su nombre e hizo un puchero, bueno si él no se lo decía ella tendría que averiguarlo por su parte. Caminaron unas cuadras más hasta llegar a una casa muy conocida por Misao, la mansión de la familia Shinomori, y oh sorpresa, el tipo entro en ella y fue recibido por miembros de la servidumbre que a voz alta dijeron al unísono…
-¡Shinomori-san que bueno que llego!
La más pequeña de las Saito estaba helada, el señor Shinomori que ella conocía era algo viejo, y estaba segura de que el matrimonio que habitaba en esa casa solamente tenía un hijo, Aoshi….Eso significaba que el hombre malhumorado que choco con ella era...¡¡Shinomori Aoshi!!...Su sorpresa la hizo llevarse las manos a la boca, y al darse vuelta casi corriendo para marchar a casa y contarle a Megumi lo que había descubierto otra sorpresa se llevo…Hatsumono estaba detrás de ella con el mismo gesto de sorpresa y con un volante del festival de año nuevo….
La puerta de una bellísima casa tradicional se habría dándole paso a dos jóvenes con uniforme de preparatoria, ambas llevaban sus mochilas y unas cuantas tarjetas en la mano, ambas preocupadas visitaban a una amiga, al verlas la madre de la chica les sonrió agradecida y las hizo pasar, se dirigieron al cuarto de su amiga hasta que una de ellas se quedo casi estática…
-¿Te pasa algo malo Kamatari?
-Kaoru mira – Dijo señalando hacia la puerta del cuarto que se habría dando paso a un joven alto, de piel muy clara y cabellos grisáceos, llevaba unos lentes oscuros y sonreía.
-Pero si es…
-Hola bellas señoritas – El joven se acerco a ambas saludando.
-¿Qué carajos haces tú aquí? – Kamatari parándose protectoramente frente a su amiga le hablo al joven.
-Kamatari que gusto de verte – El joven sonrió – Vine a visitar a Misa porque supe que estaba enferma, peor pobre, esta al borde de la locura.
-Quieres callarte.
-Kaoru hola – El chico se acerco a Kaoru besando su mejilla – Te ves realmente hermosa-
-Déjame – Kaoru abofeteo en un segundo al sujeto caminando hasta la puerta del cuarto de su amiga – y lárgate antes de que te de otra Enishi.
El chico se quedo enfurecido viéndolas a ambas mientras ellas entraban al cuarto de Misanagi, al entrar notaron que las cobijas estaban destendidas y la puerta del baño abierta, decidieron entrar a revisar si Misanagi estaba allí y lo que vieron fue algo terrible, la joven linda que conocían estaba recargada en una esquina de la pared abrazándose y llorando desconsoladamente…
-¡Oh querida cálmate! – Kamatari se acercó a ella abrazándola.
-¡Suéltame! – Misanagi violentamente soltó un golpe hacia Kamatari arrinconándose más y agrandando su llanto.
-¿Misa-chan estás bien? – Kaoru se acercó a su amiga asustada.
-Déjenme sola, váyanse – Misanagi se mecía de un lado a otro viendo el vacío.
-Todos se preocuparon por ti y mandaron estas tarjetas, ten – Kaoru extendió las tarjetas para que Misanagi las sujetara.
-¡No las quiero! ¡Váyanse ya! – Aventó las tarjetas regándolas por todo el baño, sus manos eran frotadas en sus piernas como seña de inseguridad y desesperación.
-Linda, ¿qué te sucede? – Kamatari estaba a punto de llorar con su amiga – Estas asustándome.
-¡Déjame ya! ¡Vete!
Kamatari y Kaoru salieron de la habitación desconcertadas y casi al borde de las lágrimas de haber visto a Misanagi en ese estado, caminaron hasta la salida y corrieron a casa de Kaoru, debían rogarle a Megumi que revisara a Misanagi, estaban seguras de que algo malo le había pasado a la chica y tendrían que ayudarla…
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NOTAS DE LA AUTORA:
¿Qué les pareció este capítulo?, espero que les haya gustado porque me esmere mucho en hacerlo T_T…
La trama esta algo rara, y pues ya no sé ni como explicar lo que sucede, pero bueno, trataré de ser lo más clara en lo que escribo ya que como que no lo estoy siendo del todo.
Quizás se pregunten, ¿Qué hace Enishi en el fanfic?, bueno, en el siguiente capítulo voy a poner una narración de primera persona hecha por Kaoru donde explicaré esa y otras cositas más, esperenlo para antes del día 31, prometo ponerlo pronto….
Acá pongo los agradecimientos muy especiales a todas las lindas personitas que me dejaron sus reviews:
MISAO_19: Hola Misao-san, espero que este capítulo haya sido de tu agrado, y para que veas que tome enserio tu sugerencia te puse un poco de A&M, que conforme pasen los capítulos se hará mucho más frecuente…Ya verás todas las sorpresas que tengo preparadas ^o^….
KAORA-FGV-16:¡¡Prima!! ¿Ves que si tengo cuidado?=P… Espero que este pedacito de K&K te haya gustado mucho, y que la participación de Enishi te haya gustado también, estate pendiente que la parte fuerte de la vida de Kaoru ya viene en camino y te va a dejar boquiabierta O.o…
MOURISAN: Espero que en este capítulo no te hayas enredado tanto y que te haya gustado mucho, sigue leyendo mi fanfic y sigue dejando tus reviews, sobre todo déjame uno de este capítulo, para que me des tu sincera opinión de lo descarrilada que es esta familia…
KIRARA_26: Ojalá Y hayas entendido más del fic en esta pequeña porción de él ^^U… ¿Qué te parece la adaptación de Hatsumono que estoy haciendo?, espero que te guste porque me estoy quebrando la cabeza para meterla en la historia sin hacerla tan malvada pero no convertirla en buena entera…
MAKIMASHI MISAO (F.D.S.S: Muchas muchas gracias por tu review…Tus palabras me dieron mucha alegría, porque tú sabes, no a cada rato me dan esa clase de halagos. Que gusto que de verdad pienses eso tanto de mi como de mi fanfic, y pues los personajes así son, tiene sus partes ocultas que a veces debemos explorar como escritoras…Tu también escribes genial, he leído algunos de tus fanfics y de veras que me gustan…Ojalá que continúes pronto escribiendo y que me sigas dejando tus reviews, que esperaré muy ansiosa…Espero que este capítulo haya sido de tu agrado y que te haya hecho sentir lo que a mí cuando lo escribí…
Espero seguir recibiendo reviews de todos los lectores, sus opiniones son muy importantes para mí, recuerden que se aceptar críticas constructivas O.o…
Matta ne minna…..
