NOTAS DE LA AUTORA:
Lo prometido es deuda, aquí les traigo el capítulo especial de año nuevo, me he quebrado la cabeza en esto porque tuve que apresurar el paso de los capítulos y eso pero espero que les guste.
Las costumbres japonesas aún me asombran y pues hay algunas que no estoy muy segura de cómo funcionan, incluyendo la de festejar el año nuevo, si me ven algún errorcito pues les agradecería que me lo hicieran saber…
Los personajes de Rurouni no son míos T_T, son de Nobuhiro-sensei, (me pregunto como se pondría si supiera lo que escribo…)
********************************************************************
CAPITULO 6
"O-misoka & O-shogatsu"
31 de diciembre
O-misoka
El día parecía ser estupendo, con un clima agradable y el sol brillando en esplendor se podía ver a la gente en su ir y venir para terminar los preparativos de la noche tan especial que celebrarían en unas horas, el o-misoka.
La familia Saito como tantas otras estaba preparándose para recibir el año nuevo, la casa estaba ya limpia y decorada y la comida había sido preparada el día anterior, tenían un poco de tiempo para aprovecharlo en lo que quisieran antes de su cena familiar…
Kaoru había salido con Kamatari a casa de Misanagi, deseaban saber si ella estaba bien, Misao y Soujiro estaban en la estancia jugando un videojuego nuevo con Suzume y Ayame, Megumi y Yumi habían salido llevando a Tsubame para terminar de comprar algunas especias, Hajime se retiro desde temprano al trabajo, y en la cocina guardando todo, Tae y Tokio charlaban….
-Hoy es una noche especial querida, intenta dejar los rencores a un lado.
-Eso intento Tae pero es imposible – Tokio tomó un frasco con rábanos y lo guardo – Imagínate que hace unos días discutimos y me alzo la voz.
-¿De qué discutían?
-Megumi quiere mudarse y yo la apoyo, pero tu hermano como siempre empezó a decir que era peligroso y que yo era una egoísta – Tokio tomó asiento – Me dio a entender que quiero que se largue a toda costa.
-¿Y no es así Tokio? – Tae se sentó también – Tanto tu como él deben de dejar ya por la paz ese viejo problema, después de todo ya le habían dado solución.
-¿Insinúas que tiene razón?
-Insinuó que ambos están equivocados – Tae lanzó una mirada de reproche a su cuñada – Es imposible que sigan portándose así.
-Tú no lo entiendes. – Tokio suspiro y sus ojos reflejaron añoranza.
-Claro que lo entiendo, ni él ni tú pueden superar las viejas heridas – Tae se levantó – Pero date cuenta de lo que hacen, tú tomas represalias en contra de tu sobrina por algo de lo que ella no tiene la culpa, y sigues con ese rencor en tu ser, mientras que Hajime no puede evitar protegerla.
-No voy a discutir contigo de cosas que obviamente no comprendes en lo más mínimo Tae – Tokio salió de la cocina dejando atrás a su cuñada, una parte de si misma le decía que era cierto lo que acaba de escuchar, y otra parte le decía que las únicas culpables de sus corajes eran Megumi y su fallecida hermana Yaeko, nadie más…
Sagara Katsuhiro miraba el reloj, las 6 en punto, había cerrado justo a tiempo y ya estaba en casa. Yahiko, Sanosuke y él irían más tarde al templo a ayudar con las campanadas, lo hacían todos los años, comerían algo tradicional y luego volverían a casa. Por la mañana el y Yahiko irían al templo nuevamente, pero sin Sano, su hermano iría por la doctora y sus hijas para llevarlas, que sorpresa se había llevado cuando supo quién era la doctora, se preguntaba por que el destino se empeñaba en hacer que Sano soñara tan alto, nunca se fijaba metas a su alcance, todo lo que se proponía estaba a años luz de él, pero Katsu no podría decírselo, después de todo nunca lo escuchaba, esta vez dejaría que Sano se metiera en problemas y no pensaba ayudarlo, si no aprendía pro las buenas tendría que aprender por las malas, ya era hora de dejar de ser flexible con su hermano menor.
Los especiales de año nuevo empezaban por la televisión, muchas familias estaban ya sentadas a la mesa esperando la cena tan típica y tradicional característica de la fecha. Los Saito, reunidos en la estancia recibieron con gusto como invitados a los hijos del difunto Oki, todos los años lo hacían y este no sería la excepción. Los puestos en la mesa estaban ya dados y empezaron a ocuparlos, al frente estaba Hajime, a su lado derecho su esposa Tokio, junto a ella Misao y después Soujiro, siguiéndole Megumi y las niñas, del lado izquierdo estaba Tae seguida de Tsubame,Kaoru,Kamatari y por última Yumi. Las damas de la familia Saito usaban bellos kimonos con un pequeñísimo bordado en forma del escudo familiar, la tradición antes que todo. La cena fue servida finalmente, todos tenían ya su plato de toshikoshi-soba acompañado por algún aderezo, para beber un sake dulce llamado otoso, y claro, todos charlaban…
-¿Y cómo van los negocios Yumiko? – preguntó Hajime a la linda mujer sentada al otro extremo de la mesa.
-Todo en orden, Katsuhiro y yo estamos próximos a abrir un bar cerca de aquí, por fin hemos conseguido la firma de quien nos faltaba.
-Me alegro, espero que este negocio vaya muy bien, porque por lo que veo la galería ha traído muchos frutos.
-Bastantes – Yumi dio un sorbo a su sake – Diría que hemos sido afortunados.
-¿Y qué puedes contarme tú hermana? – Hajime volvió su vista a Tae.
-Bueno el restaurante de Kyoto esta produciendo más ganancias que nunca y el de Osaka va muy bien, pronto pienso abrir uno aquí en Tokio.
-Grandes proyectos – El hombre noto la tristeza en los ojos de su hija pequeña y la tensión que irradiaba su mujer, siempre era lo mismo – En cuánto todos terminemos de cenar iremos al templo, la ceremonia empieza justo a las 12.
-¿Crees que lleguemos a tiempo con el paso que lleva Misao? – Kaoru movió su cabeza en señal de no creerlo.
-No me molestes Kaoru, que el año pasado llegamos tarde gracias a ti.
-Niñas no peleen – Tokio sonrió a sus hijas – Llegaremos justo a tiempo ya lo verán, ahora terminen los fideos para poder irnos.
-Hai okasan.
El resto de la cena transcurrió en una charla amena acerca de lo que les había ocurrido a lo largo del año, cosas buenas y malas, y cuando al fin terminaron todos salieron con rumbo al templo Shin para disfrutar de la ceremonia de cambio de año. Al llegar al templo, caminaron bastante entre la gente que estaba ya reunida, cerca de la campana había una fila larga en la que Kamatari, Sou y Yumi se formaron, los demás siguieron caminando por el templo entre puestos de comida y demás.
Al fin sonaron las 12, y lo primero en escucharse fue una campanada dada por el monje de mayor rango del templo y después de esa campanada se escucharon 107 más, al termino de estás se dispusieron a comer algo, los 108 pecados existentes habían sido alejados del lugar…
---------------------------------------------------------------------------------------------
1 de enero
O-shogatsu
Sanosuke y Megumi estaban en Asakusa, el templo Senso-ji en honor a Kannon dejaba ver su esplendor por la mañana, las niñas estaban ya impacientes por hacer sus plegarias, habían recibido de Hajime su otoshidama y estaban muy contentas, además ya sabían que pedirían a Kami. Al llegar al santuario se dirigieron a dejar una pequeña ofrenda y hacer sus peticiones, que esperaban, se cumplieran en el transcurso del año. Luego de haber hecho sus peticiones empezaron a caminar por el lugar, puestos de comida y otras cosas se esparcían por todo el lugar, y obviamente eran atracciones para las pequeñas…
-¿Okasan podemos comprar esas flechas? – Preguntó Suzume al ver unos amuletos.
-Esta bien – Respondió Megumi pagando al vendedor y tomando una flecha para cada uno.
-¿Ya están cansadas? – Sanosuke bebió un poco del sake que había comprado, justo el sabor que le fascinaba.
-Aún no – Ayame sonrió y señalo una puerta muy colorida – ¿Podemos ir allí a tomarnos una foto?
-Claro que sí – Sanosuke tomó en brazos a Ayame y detrás de él Megumi y Suzume intercambiaban amuletos.
-Me parece que la foto será bastante linda, primero les tomaré una a las dos juntas, ¿bien?- Propuso Megumi.
-Hai.
Al tomar la foto, Sanosuke y Megumi sonrieron, ahora las niñas querían una foto donde los cuatro estuvieran juntos, sano tomó la cámara y se dirigió a un hombre que estaba allí…
-Disculpe, ¿podría tomarnos una fotografía?
-Por supuesto – El hombre tomó la cámara y justo antes de presionar el flash agregó – Son una familia bastante bonita, sus hijas son líndisimas.
Megumi se sonrojo por el comentario mientras Sanosuke solamente movía la cabeza nervioso, y sin darse cuenta las niñas reían y se felicitaban…Su petición empezaba a cumplirse…
Kamatari y Kaoru entraron en la habitación de Misanagi, ambas ya habían ido al templo a hacer sus oraciones del año, sabían del estado en que se encontraba su amiga y pensaron que con una visita nuevamente ella mejoraría…
-Hola Misanagi – Dijo Kaoru acercándose a ella.
-Hola – respondió la chica, sus ojos se veían con más vida que la última vez que la habían mirado. Estaba sentada sobre su cama luciendo un kimono verde con un obi amarillo. Su cabello estaba recogido en un moño y llevaba lindos adornos.
-Te miras muy linda – Agregó Kamatari acercándose también - ¿Fuiste ya al templo?
-Hai, llegamos hace rato – Misanagi les ofreció asiento a sus dos amigas – Espero que me disculpen por la forma en que me porte con ustedes hace unos días.
-Claro que te disculpamos – Kaoru la abrazó – No podríamos enfadarnos nunca contigo.
-Así es – dijo Kamatari uniéndose al abrazo – Somos tus amigas y te queremos mucho.
-Gracias – Misanagi se soltó del abrazo de sus amigas y les sonrió – Ustedes siempre son tan atentas y se preocupan tanto por mí, son las mejores amigas que alguien pudiera pedir.
-Ya te lo dije, es porque te queremos.
-Sí Misanagi, eres nuestra amiga y nunca te vamos a dejar sola.
-Chicas…
-Ahora jovencita es hora de salir un rato – Kamatari fue la primera en pararse – Le hemos pedido permiso a tu mamá para que te dejará salir con nosotras a un karaoke.
-Yo no quiero salir – Misanagi miro al suelo.
-Vamos, será divertido – Kaoru se paro frente a ella y la animó – Necesitas salir y esto será genial.
-No quiero.
-Kaoru ya no lo intentes – Kamatari abrió la puerta – Será mejor irnos solas.
-Tienes razón – Kaoru salió tras Kamatari y antes de que bajarán las escaleras Misanagi las alcanzó.
-Esta bien iré con ustedes, esperénme.
Y así las tres chicas salieron juntas en dirección a un conocido bar de karaoke, Kamatari y Kaoru harían que su amiga se animará, estaban seguras, además ya no se veía tan mal, y según lo que Megumi les dijo, Misanagi se recuperaría con el tiempo, no sabían de que puesto que no se los dijo pero sabían que su amiga se los contaría cuando estuviera mejor…
-Es lindo el lugar, ¿no lo crees?
Aoshi miro a su acompañante, estaba en un elegante restaurante de las afueras de Tokio y llevaba casi toda la mañana en compañía de la misma persona, indeseable para él y contra su voluntad, había sido su padre quien se lo pidió y no pudo negarse…
-Estoy hablándote Aoshi.
-Y estoy escuchándote Hatsumono.
-Entonces responde, kami parece como si estuvieras en otro lugar.
"Eso desearía" pensó Aoshi, quería largarse y dejarla allí hablando y librarse de una vez por todas de esas horribles salidas que habían estado teniendo los últimos días, pero era imposible, al menos para él. Muchos no harían algo en contra de su voluntad, menos Aoshi, pero esta ocasión era diferente, hablaba del futuro de la compañía familiar, ese futuro que podría acabar si él no seguía las órdenes de su padre, ¿por qué? Simplemente por que mientras él estuvo estudiando en el extranjero la empresa de los Shinomori sufrió una grave crisis que casi los lleva a la bancarrota, no terminaron en la calle gracias a que alguien adquirió la mayor cantidad de acciones de la empresa, y para desgracia de Aoshi ese alguien era Iwamura Kensuke, padre de Hatsumono, Su regreso al Japón fue para integrarse al trabajo e la compañía, su padre estaba algo enfermo y tendría que suplirlo un tiempo, y no podía permitirse perder al mayor accionista sólo por no soportar a la hija de este.
-¡Aoshi! – Gritó Hatsumono muy impaciente.
-Dime.
-Que coraje me da contigo, llevo tiempo hablándote y no me haces caso.
-Disculpa, ¿qué decías?
-Te decía que este lugar es lindo, ¿no lo crees?
-Pues en su mayoría – Aoshi miro a la joven frente a él, se veía realmente molesta.
-No me creo que hayas tardado tanto sólo para decirme eso – Hatsumono dirigió una mirada hacia otro lugar, estaba que echaba chispas del coraje, Aoshi le desesperaba tanto…De repente una sonrisa se formo en su rostro, en el restaurante estaba entrando ni más ni menos que la familia Saito – Aoshi mira que gusto, Saito Hajime y familia han llegado, ¿por qué no vamos a saludarlos?
-¿Qué has dicho? – Aoshi giró su cabeza en la misma dirección de Hatsumono y logró mirarlos, en el frente venía el jefe de la familia seguido de su esposa y su hija menor. Su cuerpo se tenso y en ese instante se paro – Es hora de irnos.
-¿Qué?
-He dicho que nos vamos, anda.
La mesa más cercana a la ventana, Misao miro nuevamente hacia fuera, Soujiro notó como su amiga suspiraba triste al ver pasar la gente, ella llevaba triste varios días y ni la visita al santuario la había animado, algo raro tendría. No encontraba como preguntarle que tenía sin hacerla enfadar o ponerla peor así que decidió tomar una rosa y se la mostró…
-Mira esta rosa, ella y tú tienen algo en común, ¿sabías?
-No – Misao miro a su amigo - ¿Qué es?
-Que ambas me preocupan.
-Soujiro…
-Dime que tienes Misao, odio verte triste – Sou sujetó la mano de Misao acariciándola con dulzura.
-No es nada grave Soujiro, sólo que… – Misao suspiro y trato de sonreír – Es que hace unos días me encontré a alguien a quien hace mucho tiempo que no veía y pues…No es nada grave.
-Si no es nada grave quiero que sonrías Missy.
-Lo haré – Misao sonrió a Soujiro, adoraba a su amigo mas que a nadie y no quería que el se preocupará tanto. Ahora la linda jovencita sólo esperaba que su petición fuese escuchada y se cumpliera pronto…
-¡Misao!
-¿Sí? – Misao vio la cara de Soujiro sonriéndole.
-Niña andas divagando por el mundo, ya nos vamos, todos nos están esperando.
-Lo siento – Misao se rió – Bien vamonos.
-Por cierto – Sou detuvo su caminar un momento – Pues te compré un regalo y quiero dártelo – Extendió una cajita hacia la chica – Ten.
-Gracias – Misao sonrió y abrió la cajita, en ella había una linda cadena de oro, llevaba consigo un dije en forma de relicario que en cada parte tenía grabadas unas letras "S M" – Es muy bonito.
-Que bueno que te gusto.
-¿Gustarme?, Me encanto – Misao abrazó a Soujiro, hasta sus iniciales le había puesto "Saito Misao"
-Creo que vamos empezando muy bien el año Misao – Soujiro contestó el abrazó y sonrió, el detalle de la letra inicial de sus nombres de seguro era lo qué más le gustaba a Missy. "Soujiro Misao".
El día paso agradable para todos, entre comidas, karaoke, paseos y charlas. Sin duda este sería un año próspero y todos esperaban con mucha fe que sus plegarias y peticiones fuesen escuchadas y se cumplieran pronto, o al menos, que se cumplieran, después de todo no todos tenían la misma prisa para recibir las gracias de Kami…
*****************************************************************
NOTAS DE LA AUTORA:
Espero que este capítulo haya sido del agrado de todos, me esforcé en hacerlo y trate de hacerlo lo más entendible posible, si quedan dudas acerca de las tradiciones (estoy casi segura que si quedaron) pueden escribirme, con gusto aclararé sus dudas según lo que yo sé ^^U y si notaron errores pues les agradecería que me los hicieran saber…
Agregué un poco el porque Hatsumono le dijo a Aoshi en el capítulo pasado que estaba en sus manos, y como ven la chica nada tonta esta saliendo ahora con él. El pedacito que puse de Misao y Soujiro se me ocurrió de repente y pues como ven, cada uno tenía el significado de las letras de distinta forma y creanme que a lo largo del fanfic eso va a tener sus consecuencias…
Las peticiones de los personajes las pondré en el siguiente capítulo de forma espontánea, ustedes saben, que surjan de repente…
Gracias a GABY y a BIZCOCHIA por sus reviews, y gracias a todos los que han leído mi fanfic….
Esta escritora les desea feliz y próspero año nuevo y que los deseos de cada uno se cumplan…
¡Akemashite omodeto gozaimasu minna!!!
Matta ne….
