Lyn, la aprendiz de Link
Capítulo 21: Lyn
No mentir no significa ser sincero. Uno puede no mentir, pero se puede ocultar muchas cosas... A pesar de tener buen corazón e intentar algo bueno, eso bueno puede terminar en algo malo. ¿Por qué tiene que ser así el destino?
La verdad es tan subjetiva, que uno se tiene que limitar a la suya. Mírame, por favor, no quiero que lo ocultes más, mi verdad...
Link abrió los ojos, se sintió desesperado. Vio un techo, después una cara, era Sain. Link se levantó rápidamente.
- ¡Link! - dijo Sain.
- ¿Dónde esta Lyn? - preguntó Link desesperado – Debo saber donde está! Ella...
- ¿No estaba? - preguntó Sain.
- ¡Llévame a donde está Lyn! - gritó Link.
Sain se asustó, para que Link estuviera así, tuvo que haberle pasado algo a Lyn.
- Sígueme – respondió Sain.
Estaban en el castillo de Hyrule, hasta lo que Link pudo notar. Pero no le importaba eso, solo seguía a Sain. Sain abrió una puerta. Vio a Lyn sentada en la cama, con una cara de sorpresa, pero no los miraba a ellos, sino a Leivan que tenía tomada sus manos.
- No puede ser... - dijo Lyn – no... puede ser...
- No podía contártelo antes – dijo Leivan – porque... yo no quería que te fueras a buscarlo... yo... temía que...
Sain y Link miraron en silencio eso, no entendían nada. Observaron el lugar, ahí estaba la princesa Zelda, la cual estaba en casi estado de shock.
- Lyn... - dijo finalmente Link.
- Link... - dijo Lyn con los ojos llorosos, pero sonriendo – Estás bien.
Leivan se levantó, parecía destrozado...
- Ella – dijo Leivan mirando el suelo, apretando las manos y empezando a llorar – Nos dijo que murió en tu mente...
- ¿Qué? - dijeron Sain y Link.
- ¡Eso significa que sólo le queda una hora de vida a Lyn! - continuó Sain.
- ¿Qué? - dijo Link.
Los dos se arrodillaron al frente de Lyn. No querían creer lo que Leivan decía. Estaban sin palabras.
- Leivan... - dijo Lyn – Quisiera... que les contarás a Link y a Sain lo que me dijiste.
- Pero... - dijo Leivan.
- Hazlo – dijo Lyn – Creo que es bueno que sepan quién soy realmente ...
Sain y Link miraron extrañados a Lyn. Leivan miró hacia la princesa Zelda, después hacía Link y Sain.
- Algo que ustedes no saben – dijo Leivan algo inseguro – es que yo... veo espíritus y fantasmas.
Hubo un largo silencio, Leivan respiró profundo.
- Hace varios años... - dijo Leivan.
"Hace varios años. Lyn y yo fuimos a ver algo al cementerio. Yo había encontrado hace poco una cueva y como a Lyn le gustaba explorar, pensé que no sería mala idea. La cueva era oscura, pero interesante, tenía varias escrituras que a nuestra corta edad no podríamos leer.
- ¿Cómo nadie ha encontrado este lugar? - me pregunto Lyn – ¡Es muy grande¡¡¡Sigamos!
- Espera! – grité.
Seguí a Lyn, ella corría alegremente. En un momento, sentí un escalofrío... Estábamos entrando a una parte que no conocía. Eso no era lo que me preocupaba, sino que sentía que había un espíritu por ahí... Bueno, era el cementerio, pero... Yo conozco a la mayoría de los espíritus de ahí, ninguno era malo y ni me haría algo. Pero a éste no lo conocía.
- ¡Lyn! - dije – Detente.
No veía a Lyn por ninguna parte, me desesperé... seguí corriendo sin importar nada, Lyn no estaba en ningún lado...
- ¡Lyn! - seguía gritando, estaba desesperado.
La presencia de aquel espíritu había desaparecido, pero aún no encontraba a Lyn. Me sentía perdido. ¿Qué podía hacer?
- AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAH.
Corrí hacia donde había escuchado aquel grito, sentí de nuevo a aquel espíritu... Me detuve asustado. ¡No! Tenía que ir... Llegue a una cámara, ahí, Lyn estaba en el suelo... Aquél espíritu que parecía ser una vieja, tenía su fantasmal mano dentro de ella.
- Ven conmigo pequeña... - dijo la fantasma – ven conmigo...
Empezó a mover su mano, como si estuviera empujando algo... Yo miraba atónito... ¡Se estaba llevando el alma de Lyn!
- No! – grité.
- Oh – dijo la fantasma – eres el niño que nos puede ver a todos...
La miré con miedo.
- Su-su-suelta a Lyn – grité.
- jijijijijiijijijijiii – dijo la fantasma – Adiós, pequeño...
El alma de Lyn no parecía entender lo que pasaba, ella miraba a la fantasma aturdida.
- ¡Lyn! – grité.
Corrí hacía donde veía el alma de Lyn, intenté tomarla, pero no pude. Lógico, soy de carne y huesos.
- ¡Lyn! - seguí gritando.
- ¡Leivan! - gritó el alma de Lyn, antes de desaparecer.
El cuerpo de Lyn cayó al suelo como un saco de papas. Ahora era un contenedor vacío... Me desesperé, tome el cuerpo de Lyn como pude, para sacarlo... ¿Qué podía hacer? Mis lágrimas caían y caían, había perdido a Lyn ¿Por qué¿Para qué quería ese espíritu a mi amiga¿¿¿¿¿Por qué?
Salí del hoyo, estaba atardeciendo. Miré al cuerpo de Lyn... Me senté... Mi mente estaba en blanco.
- ¿Estás bien? - me preguntó una señora.
- Mi amiga... Sniff - dije – Lyn... ella... Sniff...
La señora se agachó, miró el cuerpo.
- Un espíritu debe haberse llevado su alma... - dijo la señora.
- BUUUAAAAAAAAAAAA – empecé a llorar como un bebé desconsolado.
La señora puso su mano en mi hombro.
- Quisiera... - dijo la señora.
- Sniff – me detuve un momento.
Detuvo su frase, ella me miró un momento.
- La pequeña Lyn estará bien – dijo la señora – Yo me aseguraré de ir a buscarla.
- ¿Ah? - dije confundido.
- Pero... - dijo la señora – por mientras, alguien debe ocupar ese cuerpo...
Parpadeé, miré el suelo.
- ¿Quién? – dije.
- Yo sé – dijo la señora.
Ella se levantó, movió un poco las manos... Al frente de ella, un espíritu apareció. Era una niña, muy parecida a Lyn, pero sus pelo era celeste y sus ojos blancos"
Link abrió la boca, presentía algo, Leivan seguía.
"- ¿Qué pasa? - dijo aquel espíritu.
- Necesito que nos hagas un favor... - dijo la señora – ocupa este cuerpo un tiempo.
- Pero yo... - dijo el espíritu algo confuso.
- Tranquila – dijo la señora – tómalo como una oportunidad de vivir de nuevo.
Miré al espíritu, parpadeé.
- Hola... - dije – gracias...
- No... - dijo el espíritu – tranquilo...
- ¿Cómo te llamas? – pregunté.
- Mi nombre es Navi – me contestó el espíritu - ¿y el tuyo?"
- ¿Qué? - dijo Sain.
"- Leivan... – contesté.
- Gusto en conocerte – dijo Navi.
- No debes decirle a nadie esto – dijo la señora - ¿Entendido?
- Sí – contesté.
La señora movió sus brazos, el cuerpo de Lyn y Navi brillaron. Cerré los ojos, la señora y Navi desaparecieron. El cuerpo de Lyn se levantó. Ella me miró extrañada...
- ¿Quién eres? - me preguntó.
En ese momento, no sabía si llamarla Lyn o Navi... La llevé a su casa, ahí, la Sra. Serra llamó a todos sus conocidos que supieran medicina. Conclusión: Amnesia, nada se podía hacer... Era lógico para mi, ella no era la Lyn que conocía... sino, era Navi."
Link y Sain miraron con algo de terror a Leivan, después a Lyn.
- La señora me dijo que encontró al espíritu de Lyn – dijo Leivan con un nudo en la garganta – pero habían pasado 3 años... le di las gracias, pero los dos concordamos que sería muy duro sacar a Navi del cuerpo de Lyn... porque... ella... ahora era Lyn.
- Siempre me sentí mal por no recordar nada – interrumpió Lyn mirando a Leivan – pero siempre tuve el presentimiento de que... tú sabias algo...
Ni Link, ni Sain podían creerlo. Lyn jamás les había contado que no tenía recuerdos desde cierta edad...
- Eso explica muchas cosas – dijo Lyn – Ahora entiendo porque quería tanto que tú me enseñaras espada... Link...
- Lyn... - dijo Link.
- Ahora entiendo porque siempre confié ciegamente en ti – dijo Lyn – Sain...
- Lyn... - dijo Sain.
- Pero ahora... - dijo Lyn – no me queda mucho tiempo de vida... solo quería... darle las gracias... a todos... por favor... cuiden a Nils...
- No! - dijo Sain – tú no morirás! Yo puedo... yo puedo... ¡Yo puedo revivirte! Con mi hechizo prohibido, mi último hechizo...
- ¿A qué precio? - preguntó Lyn.
- ¿Ah? - dijo Sain.
- Yo sé que para hechizar mi espada tuviste que usar casi un litro de tu sangre – dijo Lyn – ¿Acaso crees que no me di cuenta?
- Pero... - dijo Sain.
Sain no quería decirle que debía pagar con su vida.
- ¡Dime! - gritó Lyn.
- El precio es… mi vida - dijo Sain mirando el suelo.
- Nunca te perdonaré si lo haces... - dijo Lyn - ¡Nunca!
Sain empezó a llorar, Lyn tomó su mano, que estaba apoyada en la cama.
- Por favor... - dijo Lyn – Vive... muestra al mundo que tus poderes pueden hacer gran cosa, muestra que tu corazón es grande... como me lo mostraste a mi...
Sain no podía responder, estaba destrozado...
-Sain... - dijo Lyn.
Link, el cual estaba arrodillado al otro lado de la cama de Lyn, se sentía desesperado ¿Qué podía hacer?
- Yo debería morir – dijo Link – Gracias a mi... gracias a mi estúpida decisión de ayudar a Sophia... ahora... tú... Na... - sacudió su cabeza- Lyn...
- ¿Estás loco? - dijo Lyn – Yo luché por salvarte, si tú mueres... mi lucha sería en vano.
Link miró a Lyn, ésta lo miraba seriamente, pero su expresión cambió rápidamente a una expresión de compasión.
- Yo - dijo Lyn – quise tanto que fueras mi maestro, que hasta te mentí del sueño de mi padre.
- ¿Qué? - dijo Link.
- Él siempre fue hombre de paz... - dijo Lyn – Jamás quiso pelear... esa era su verdad...
- Eso ya no importa ahora... - dijo Link - Es que... ahora tú...
Link había sufrido mucho al saber de la muerte de Navi. Ahora, saber que Lyn se iba a ir... Y que Lyn era Navi, lo tenía destrozado por completo. Cerró los ojos, ahí, Lyn lo abrazó.
- Ya te lo dije – dijo Lyn – tú sabes que te quiero.
Link también la abrazó...
- Yo... - dijo Link – yo también te quiero...
El abrazo fue más fuerte, los dos lloraban desconsoladamente al mismo tiempo.
- ¿Sabes algo? - dijo Lyn.
- ¿Qué? - dijo Link.
- Yo le pedí a la flor de las 3 diosas – dijo Lyn – Poder ayudarte alguna ves... poder... hacerte entender que no tenías que hacerlo todo solo.
- Lyn... - dijo Link, cerrando sus ojos, ya no le quedaban más lágrimas.
- Yo no entendía bien lo que sentía por ti aún – dijo Lyn – pero siempre quise ayudarte...
El corazón de Link estaba desconsolado. Sain miraba aquella escena como si hubiera perdido una guerra...
- Gracias Leivan... - dijo Lyn – gracias Sain... gracias Link... ustedes saben que los quiero...
En ese momento, los ojos de Lyn perdieron brillo, su cuerpo empezó a ponerse frío. Link sintió una gran desesperación.
Su cuerpo se helaba... igual que la otra vez
Su ojos se perdían... igual que aquella vez
Ella se iba... igual que aquella ves
El único que podía ver al espíritu de Navi salir del cuerpo de Lyn era Leivan, éste le dio su última despedida moviendo su mano.
- LYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYN – gritó Link.
Link abrazó muy fuerte el cuerpo de Lyn, lloraba ya lo que no podía llorar... Sain se levantó.
- ¿A dónde vas? - preguntó Zelda a Sain.
- Necesito tomar aire – dijo Sain mirando el suelo.
Sain salió... Leivan y Link no se movían...
El más perjudicado fue el pequeño Nils, el cual estaba dormido cuando paso todo. Al saber lo que había pasado con su hermana, maldijo a Link lo más que pudo. Link recibió todos aquellos insultos, sin decir nada... Según él, se los merecía...
El entierro de el Sr. Hector, la Sra. Serra y Lyn en Kakariko fue como lo prometió Sheik, con todos los honores, La Sra. Leila iba ha ser trasladada al Valle Gerudo. Link miraba de lejos, no se sentía persona como para estar ahí. Miraba a Nils, el cual estaba junto a la Sra. Priscilla, amiga de la Sra. Serra. Sain también estaba, junto a Nabooru. Al final del entierro, la Sra. Priscilla miró a Nils.
- Hay que ir a dormir pequeño – dijo la Sra. Priscilla a Nils.
Nils afirmó. Una hora después, Link seguía observando... Pero ahora, sólo quedaba Sain. Link decidió acercarse.
- Pensé que nunca vendrías... - le dijo Sain a Link.
- Siempre estuve – dijo Link, dejando un ramo de flores que había cortado de la pradera, en la tumba – No me atreví a entrar...
- Me imagino – dijo Sain – Nils empezaría a gritarte de nuevo...
- Nils... - dijo Link – pobre chico...
- ¿Y qué harás? - preguntó Sain a Link.
- No sé – dijo Link - ¿Y tú?
- Yo... - dijo Sain – me iré a Gerudo y terminaré mis estudios de magia...
Link sonrió.
- Yo pensaba – dijo Link – que te habías quedado solo para intentar revivir a Lyn...
- Quisiera... - dijo Sain – pero Lyn no me lo perdonaría... Mamá Leila siempre me decía que lo único que no tenía solución era la muerte... para hacerme acordar de que no debía usar el hechizo prohibido... ella tampoco me lo perdonaría en el otro mundo.
- Yo tampoco te lo perdonaría – dijo Link.
- ¿Ah? - dijo Sain.
- No me gustaría perder a mi único hermano vivo – dijo Link.
Sain no había analizado eso, ellos dos tenía la misma madre... Eran hermanastros, pero Link lo había llamado simplemente, hermano.
- ¿Hermano? - dijo Sain.
- Sí... - dijo Link.
- Sí... - dijo Sain.
Ahí, Sain miró directamente a la tumba de Lyn en ese momento.
- Lyn... - dijo Sain – Quizá... esta sea la última ves que vea tu tumba... pero... te prometo que, cuando vuelva, si es que vuelvo... seré tan buen mago que llenaré tu tumba de flores solo moviendo una mano.
Sain salió corriendo, el sol se ocultaba...
- Lo hará – dijo Link – estoy seguro que lo hará...
En medio del sol que se ocultaba, apareció otra figura... Era el pequeño Nils.
- Por fin te encuentro – dijo Nils.
Link miró a Nils algo confundido.
- Yo le dije a mi hermana – dijo Nils – que cuando volvieras, yo te iba a pedir que me enseñaras a protegerme.
Link cruzó los brazos, no le gustaba mucho pensar que tenía que entrenar a Nils. Vio su cara de decisión, le recordó a Lyn.
- ¿Cuál es tu sueño? - le preguntó Link a Nils.
- Mi sueño... - contestó Nils – Es... ¡Evitar que a otras personas les pase lo mismo que a mí!
Link cerró los ojos, tomó algo que había guardado hace tiempo.
- Está bien... - dijo Link.
Nils sonrió, por primera vez le mostraba una felicidad sincera a Link.
- Toma esto – dijo Link, pasándole algo a Nils.
- ¿Qué es? - preguntó Nils.
- Es mi primera espada – dijo Link – la espada Kokiri... es una espada que estimo mucho, pero no podría compensar todo lo que te hecho.
Nils tomó la espada Kokiri, la levantó... lo demás, es otra historia...
Fin
He terminado un fan fic! (Minaya salta de felicidad) Espero que les halla gustado nn, en serio... no sabría dar gracias por el apoyo que he tenido... Ah, sí, no crean que esto termina aquí, aún falta el epílogo...
