NOTAS DE LA AUTORA:
Hola a todos los lectores de este fanfic U, por acá les traigo ya el capítulo 8, espero que no estén muy enojados por que me tarde, pero es que de repente la inspiración se me fue de las manos y por fin la recuper
Además no tenía internet y tuve que esperar hasta que me lo reconectaran para subirlo…
Aclarando, Los personajes de Rurouni Kenshin no me pertenecen (TT), son de Nobuhiro Watsuki…
Sin más que agregar los dejo con el capítulo!!....
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CAPITULO 8
"Cuando lo inesperado llega"
Un ruido estruendoso y molesto despertó a la pequeña Saito Misao, cuando abrió los ojos para ver que era eso tan molesto pudo ver su despertador parpadear una y otra vez, lo apagó y luego se levantó, otro rutinario día de escuela, lo único bueno es que era viernes y ella doraba ese día de la semana, el motivo era que desde que tenía 6 años había pasado todos los viernes, sin excepción de ninguno, junto a Soujiro. De nuevo escucho un ruido fuerte pero esta vez era Kaoru gritándole que tenía 5 minutos para estar lista y bajar. Misao no supo como pero se alistó lo más rápido que pudo, y al estar lista bajo corriendo para tomar su almuerzo. No fue agradable la sorpresa que se llevo ya que en ese momento tanto su padre como su hermana salían de la casa en la misma camioneta dejándola en casa…
- Tu padre tenía prisa y se fueron rápido, Megumi salió antes así que tendrás que irte sola.– Misao vio que su madre le dio el almuerzo y luego le abrió la puerta mientras le decía – Si no te apuras llegarás más tarde que de costumbre a la escuela.
Misao corrió lo más rápido que pudo hasta la parada de autobuses más cercana pero antes de que alcanzará siquiera a gritar el autobús partió y la pobre Missy bajo su mirada, no le quedo más que tomar aire y mirar su reloj, si se daba prisa llegaría a tiempo, así que sujeto su mochila y su almuerzo y empezó a correr camino al instituto, corría por inercia y no veía por donde iba, repentinamente chocó con una persona cayendo al suelo, tirando tanto mochila como almuerzo y exclamando un estruendoso "ahhh"…
-¡Fíjese por dónde camina grandísimo… - La frase no pudo ser terminada pues Misao al ver a la persona que estaba parada frente a ella se llevo tamaña sorpresa, era ni más ni menos que Shinomori Aoshi.
- Misao… - Dijo él mirando a la chica y tendiéndole la mano para ayudarla a levantarse – No puedes ir por la vida corriendo y chocando con la gente que se atraviesa.
-Lo siento…-Exclamó ella bajando su vista y provocando que Aoshi la mirara.
-Por segunda vez me atropellas en una acera – Él pudo notar como ante ese comentario la chica se encogió de hombros, sintiendo algo en su interior que no podía describir agregó – y por segunda vez te ofrezco llevarte a donde vas.
Misao miro rápidamente hacia arriba y clavo su mirada en Aoshi, ella no estaba dispuesta a tener que compartir nuevamente un auto con él, pero luego por casualidad miro su reloj….Asintió con la cabeza y luego subió al auto, si tenía suerte llegaría sólo 10 minutos tarde y quizá en el trayecto podría aclarar algunas cosas con Aoshi…
La gente se movía de un lado a otro en la comandancia de Tokio, cómo solía suceder el trabajo de esas personas nunca cesaba, al contrario, solamente se agrandaba. Para cuando Saito Hajime llegó notó que en su escritorio había más informes y más reportes que el día anterior, seguro que hoy sería una larga jornada. Se sentó y comenzó a revisar el papeleo, lo de siempre, se preguntaba si uno de estos días podría tomar vacaciones, el estrés que tenía era enorme, y no sólo era causado por el trabajo si no también por su esposa. Esposa pensó, era curioso, llamar esposa a Tokio, jamás se hubiera imaginado casado con ella y siendo padre de las hijas de esta. Repentinamente la puerta de su oficina fue abierta bruscamente y por ella entro su hermana Tae, con un gesto de molestia que era evidente, cerró la puerta y se plantó frente a él…
-Tokio me ha contado lo que sucedió.
Hajime miro a Tae, siempre ocurría lo mismo cuando discutía con Tokio, era imposible, su paciencia solía agotarse pero nadie lo entendía, siempre lo miraban como si fuera el malo en todo…
-¿Sucedido de qué?
-Sabes bien de que hablo Hajime.
-No, no tengo idea.
-De que hace casi una semana que no duermes en tu habitación – La mujer se torno seria esta vez – Sé que las niñas no se han dado cuenta porque Tokio me dijo que te vas a la habitación de huéspedes cuando ellas están dormidas.
-No deseo que mis hijas se preocupen por banalidades.
-Sabes que no son banalidades. Tu esposa esta triste, ¿acaso no lo has notado?
-Tokio siempre exagera y lo sabes, además, es ella la que ha causado esto.
-¿Cómo hacerte entrar en razón si eres tan cabezota Hajime? Ella siempre tiene que soportar tus desprecios.
-¿Desprecios dices?, a ustedes las mujeres les afecta la edad – Hajime encendió un cigarro – No suelo discutir con ella por cualquier cosa, es tu amiga la que siempre busca pretextos para estar reclamando.
-¿Cómo te atreves a tratarla de esa forma? Debes disculparte con ella por el bien de ambos.
-Yo no he ofendido a nadie y escucha, no teníamos tantos problemas desde hacía años y lo sabes, pero desde hace unas semanas Tokio esta demasiado empeñada en quejarse de todo y molestarse por cualquier cosa.
-Ella me dijo que discutieron nuevamente por Megumi.
-Sabes perfectamente bien que Tokio se queja de Megumi todo el tiempo – Hajime dio una bocanada de humo y continuo – Y cuando habla contigo siempre dice que ella es el problema, pero no es así.
-Jamás te he entendido Hajime, jamás – Tae tomó asiento, noto que esto iba para largo – Tienes una familia hermosa, una esposa que te ama y dos hijas que cualquiera desearía tener, y que te adoran, y tú siempre dejas eso de lado y sigues en el pasado.
-Tae escucha esto, y díselo a Tokio si deseas, aunque te recomiendo que no lo hagas – Hajime miro a Tae a los ojos y prosiguió – No sigo en el pasado, porque eso a lo que ustedes llaman pasado es mi presente y siempre lo será.
-Me siento apenada de que seas mi hermano mayor – Tae movió su cabeza en señal de negación - ¿Por qué no haces sólo un intento de ver las cosas desde el punto de vista de Tokio?
-Por que sé cual es su punto de vista y no me agrada – Hajime apagó el cigarro que estaba consumiéndose casi al final – Lo único que no sé es porque sigue con esa actitud de colegiala, me gustaría pensar que son celos y nada más.
-¿Cómo puedes ser tan insensible?
-Escucha, volveré a mi habitación si eso es lo que desea Tokio, pero si empieza con sus escenitas no esperes que la compadezca. Además, y díselo, no voy a tolerar que siga con esa actitud con Megumi.
-No hay tal actitud, son tus nervios.
-Claro que no son mis nervios – Hajime se paro y camino hasta la puerta – Cómo has dicho, ponte en otro punto de vista hermana, Tokio se excede y lo sabes, aunque siempre la estés justificando. Yo no soy culpable de que jamás haya tenido el mínimo cariño por Yaeko…
-¡Sí lo eres! – Tae se levantó también – Sabes que eso si es tu culpa, y sabes que por eso ella no tolera que Megumi viva bajo su mismo techo, ¡es una desfachatez de tu parte querer mantenerla allí! Te he justificado también Hajime, pero me doy cuenta de que aquí el imposible eres tú, ¿Por qué diablos te casaste con Tokio si no sentías nada por ella?
-No pienso responderte eso.
-¿Por lástima? ¿O por qué estaba embarazada quizás? – Tae tomó un respito y continuo – Si tan sólo te hubieras evitado tantas cosas. ¡Pero nunca quieres escuchar a los demás!
-Tae vuelve con Tokio y dile que todo esta bien, que si ella desea que este a su lado allí estaré, pero eso no significa que permita sus actitudes que no me agraden.
-Escucha, Yaeko ya murió Hajime, esta muerta. Debes superar esa etapa de tu vida y dejar todo eso atrás.
-Tae ya te he dicho suficiente, ahora si me disculpas, acabo de recordar que tengo algo pendiente que hacer.
Hajime salió de su oficina dejando a Tae furiosa allí "siempre es lo mismo contigo Hajime, siempre"…
Hora del almuerzo en el colegio "Shikibu Murasaki", los alumnos salían de sus clases para dirigirse a la cafetería o a algún lugar a descansar un rato. Kamatari, Kaoru y Misanagi estaba sentadas bajo un árbol conversando, o al menos, Kaoru conversaba y las otras dos chicas sonreían divertidas con lo que su amiga expresaba…
-Vamos Kaoru-chan no es tan malo.
-¡Claro que lo es!, me estuve preparando mentalmente para poder decírselo finalmente, para que resulte que no vendrá hasta nuevo aviso por motivos personales.
-Kaoru no hagas tanto escándalo – Kamatari intentaba no reír a carcajada suelta de lo que Kaoru estaba expresando – Cómo si fuera gran cosa.
-¡Para mí lo es! Estaba insegura de decirle lo mucho que me gusta y resulta que no vendrá.
-Pero cuando regrese podrás decírselo – Misanagi intentaba razonar con la joven.
-Pero es que ya no será igual. ¿Por qué los motivos personales del profesor Himura tenían impedirle que viniera hoy exactamente?
-Tranquila amiga, verás que vendrá pronto.
-Eso espero.
Kaoru suspiro ante las risas de Kamatari y Misanagi, sus amigas no entendían su sentir, y fue en ese momento en que una idea disparatada le cruzo por la mente…
-¿Y si voy a su casa?
-¿Nani?
-Vamos píenselo, si tiene algún motivo personal quizás este enfermo, y que mejor que una visita para mejorar.
-Empiezas a enloquecer amiga – Dijo Misanagi – No es prudente que visites a un maestro.
-Pues no importa lo que digas, iré a visitarlo.
-Adelante Kaoru – Kamatari se unió a las opiniones – Ve a su casa, ¿sabes donde esta?
-Pues… - Kaoru pensó un momento y luego un semblante triste mostró – No tengo ni idea de donde esta su casa.
-Entonces deberás preguntarle a algún profesor que lo conozca.
-No puedo Kamatari, seguramente me preguntarían para que deseo ir a su casa y es probable que me ponga de colores.
-Bueno amiga, entonces creo que tendrás que esperar a que regrese.
-Tienes razón Kamatari.
-Bueno chicas debo irme. – Kamatari se levanto y tomo sus cosas – Hoy me iré temprano.
-¿Y eso por qué? – pregunto incrédula Misanagi.
-Pues porque tengo revisión médica. Yumiko cree que estoy demasiado delgada.
-Vaya – Kaoru sonrió - ¿Ella vendrá por ti?
-No, esta vez nos veremos en la casa.
-Ya veo.
-Bueno las dejo, mucho cuidado.
Kamatari se alejó de sus amigas y se fue camino a su casa. Decidió tomar un ataje cruzando un parque cercano a la escuela, le evitaría tener que cruzar calles infestadas de tráfico, mientras iba caminando su mente divagaba en como sus amigas estaban enamoradas, Kaoru del profesor Himura, o al menos parecía, y Misanagi, pues de Soujiro. Ella sería quizás como Yumi, le costaba trabajo poder enamorarse y tomar enserio a una persona, esperaba poder algún día encontrar a alguien que llenará su corazón. Por ir inmersa en sus pensamientos Kamatari no notó que alguien iba siguiéndola, y como salido de la nada, el hombre que la seguía se atravesó en su camino impidiéndole el paso. Kamatari se asustó, el hombre estaba cubierto de negro y no se distinguía, aprovechándose del susto de la joven logró tumbarla. La despojo de sus cosas y fue cuidadoso para que ella no notará ni una facción de él. La joven sintió como un par de manos recorrían su cuerpo y el miedo le recorrió la sangre, pudo recordar una vez cuando era más chica que alguien hizo semejante atrocidad…En un abrir y cerrar de ojos ella estaba pataleando y tirando mordiscos contra su atacante, que no pretendía ceder, estando sobre ella tenía ventaja, y la golpeo varias veces, parecía que el martirio no terminaría hasta que ella misma lo pateo y logró safarse del aprisionamiento, luego corrió hasta que estuvo lejos de esa persona. Mientras tomaba aire notó que una de sus uñas estaba quebrada, seguramente el criminal la tenía enterrada ahora mismo, y cuando por fin recupero el aliento, notó que no llevaba su blusa puesta, estaba tan asustada que ni siquiera noto cuando el sujeto la despojo de su blusa. Kamatari corrió hasta su casa donde espero a que llegara Yumiko, debía contarle lo que había sucedido…
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El tráfico estaba más pesado que de costumbre, era ya la medía tarde y debía ir por las niñas. Estaba casi segura que no llegaría a tiempo pero repentinamente todo el tráfico se aligero. Llegó justo a tiempo a la escuela y luego partió con las niñas al hospital, aún le quedaban dos horas de ronda y luego saldría, no tenía citado ningún paciente, así que sólo se quedaría a cumplir su horario y luego iría a casa, o a lo que llamaba casa, últimamente todos estaban tensos y la situación era peor que antes, sobre todo por lo que ocurría con sus tíos. Cuando llego de regreso al hospital dejo a las niñas en su consultorio viendo unas revistas y ella fue a dar un chequeo a una paciente que había ingresado por la mañana, una mujer muy parecida a ella, o eso habían dicho las enfermeras, de piel muy blanca y cabellos negros, ojos oscuros y delgada. Al parecer la mujer había tenido una hemorragia y por eso estaba allí, pero a ella le parecía algo más. Cuando la recibieron venía solamente acompañada de su hermano, quien tuvo que marcharse a la escuela, esperaba que esta vez hubiese alguien más con ella pero no, estaba sola y viendo hacia el techo, se le acerco y con una voz suave la llamo…
-Hola, he regresado para ver como sigue.
-Mejor – La mujer volteo a verla – Gracias por todo doctora Takani.
-No se preocupe, siempre es un placer poder ayudar – Megumi miro bien a la mujer, le recordaba muchísimo a su madre en el hospital cuando murió – Sólo necesitará algunos chequeos más y en unos cuántos días podrá irse.
-Eso espero – La mujer tornó su mirar bastante triste – odio los hospitales mas que a nada.
-Bueno eso es normal, casi a nadie le gusta estar internado aquí.
-Yo debería estar en mi casa preparando la comida, si yo no estoy allá nadie hará la limpieza y cuando regrese será un desorden.
-Quizás deberá pedirle a alguien que lo haga por usted mientras no está.
-Quizás.
-Me parece que esta incomoda, ¿necesita que le cambien las almohadas o la habitación?
-No – La mujer miro a Megumi y le sonrió – Así estoy bien, me han atendido muy bien.
-Me alegro bastante que piense eso, he tenido pacientes que salen jurando jamás regresar porque se quejan de todo –Megumi sonrió y luego se acerco a las ventanas y jalo las cortinas – Espero que no le moleste, pero creo que aquí falta luz del sol.
-Esta bien, yo también lo creía.
-Mi turno terminará en unas horas, pero si necesita algo o se siente mal puede llamar a cualquier enfermera o doctor, o si lo necesita puede pedir que me llamen a mí.
-¿Eso no sería mucha molestia?
-Claro que no, me gusta cuidar bien de mis pacientes y estar cuando ellos lo necesitan.
-Es usted bastante amable doctora Takani.
-Y no me llame doctora Takani, llámeme solo Megumi – Megumi le sonrió de nuevo – odio los formalismos.
-De acuerdo, Megumi-san.
-Es hora de que vaya a ver a los demás pacientes. Nos veremos mañana.
-Hasta mañana.
Megumi salió de la habitación de aquella mujer dando un suspiro enorme al cerrar la puerta, luego se dispuso a caminar hasta la habitación de su siguiente paciente, y mientras caminaba por el corredor se topó con un hombre muy peculiar, un pelirrojo de ojos violetas…
El teléfono sonó de nueva cuenta, Hatsumono estaba fastidiada de escucharlo sonar una y otra vez pero no contestaría, sabía muy bien quien estaba llamándole con tanta insistencia y no deseaba responder, seguramente su padre se cansaría de marcar y la dejaría tranquila. Estaba cansada de cumplir compromisos desde que había regresado al Japón, hubiese sido mejor quedarse en Nueva York y aceptar un cambio en su vida, pero ella deseaba que su vida emocionante siguiera igual.¿Emocionante? Estaba loca, su vida estaba comenzando a fastidiarle, no tenía nada de emocionante, debía seguir una rutina que ya la cansaba y encima para auto-desgracia su padre estaba empeñado en quererla introducir a la empresa y negocios familiares, ¡ella nisiquiera se consideraba parte de la familia! Además, su padre encima de todo parecía encantado con la idea de que ella saliera con Aoshi ¡y le había pedido que lo invitase a cenar!...aunque si lo pensaba bien no sonaba tan mal, después de todo aún tenía diversión en su vida…Partió hacia las oficinas de la empresa dónde sabía que encontraría a Aoshi, estaba segura de que el hombre no podía negarse, después de todo ella tenía muchísimas maneras de, mas que convencerlo, obligarlo. Cuando llegó a las oficinas pidió a la secretaria que la anunciara, y luego entró a la bella oficina de Aoshi…
-Sabía que te encontraría aquí – exclamó la modelo.
-¿Se te ofrece algo importante esta vez Hatsumono?
-Por supuesto que sí, vengo a invitarte a una cena en mi casa esta noche.
-No puedo – Aoshi miro a la mujer, empezaba a molestarle demasiado su presencia.
-Sé que puedes Shinomori – Hatsumono se le acerco – y más te vale que aceptes, no te conviene decir que no.
-¿Qué ganas tu con eso? – Su rostro frío y sus ojos de hielo miraban a la joven mujer que sonreía descaradamente.
-Bueno puedes ganar más tú. La invitación la hace mi padre.
-¿Y a qué se debe? – Aoshi comenzaba a sospechar que estaba sucediendo algo no muy bueno.
-Sólo me ha dicho que te invite a cenar – Hatsumono rió divertida - ¿aceptas o no?
-Esta bien, ¿a qué hora?
-A las siete – Ella se acercó al hombre y le planto un beso en la mejilla marcándole el labial – Nos veremos entonces.
Aoshi tan sólo escuchó como la puerta era cerrada y tomó un pañuelo para quitarse el beso pintado de aquella mujer, se preguntaba como es que se había vuelto tan quisquillosa, y luego lo recordó, ella siempre había sido quisquillosa. Quiso imaginarse que sucedía pero no pudo, porque el teléfono resonó y en la línea estaba ni mas ni menos que la pequeña Misao, se le había caído de la mochila un examen que debía repasar y estaba segura que lo había perdido en su auto…
¿Sería acaso una especie de maldición?, era lo que pensaba Yumiko en ese momento…En cuanto su hermanita llegó a la casa y le contó todo aquello ella corrió al hospital, afortunadamente Kamatari estaba bien, solamente se había llevado un enorme susto. Era extraño pero ahora estaban ambas en el sofá de su casa, Kamatari con la cabeza recargada en las piernas de Yumi, y Yumi acariciando el pelo a Kamatari, Soujiro recién había partido a casa de los Saito, era viernes y era imposible que lo retuvieran en casa, además él no sabía nada de lo que le había sucedido a Kamatari pues está no quiso decirle nada, y Yumi por supuesto guardo silencio. Estaba llena de preocupaciones, además de la situación de su hermana tenía encima la abertura del bar, era en una semana y aún faltaban cosas, los empleados aún no eran seleccionados y la decoración se había retrasado, esperaba que le fuera mejor de lo que esperaba, sus ánimos estaban por los suelos y su corazón a punto de explotar de las preocupaciones…
-Yumi puedo decirte algo y juras no enfadarte.
Yumi salió de sus pensamientos y miro a su hermanita, asintió y luego Kamatari continuó:
-Lo que sucede es que el otro día entré a tu cuarto y encontré unas revistas, y bueno pues…
-No pienso casarme Kamatari.
-¿Cómo sabes que iba a preguntarte eso?
-Bueno quizá porque Soujiro me lo pregunto antes. – Yumi la miro con dulzura – ¿Crees que sería capaz de hacerlos a un lado?
-Pues… no.
-Así es, y además, ¿con quién crees que me casaría?
-Bueno pues yo pensé que…
-Ni lo menciones niña.
Ambas se miraron y sonrieron, luego continuaron en silencio descansando…
Kaoru caminaba tranquila por aquel parque, todo lucía muy bello, el atardecer caía y el anochecer empezaba, ella estaba fascinada con tal imagen, era un espectáculo de la naturaleza hermoso. Siguió caminando un rato y luego se sentó en una banca, viendo como algunos niños corrían su mente la hizo recordar cuando ella era una niña y solía jugar en ese mismo parque con Kamatari y Misanagi, como discutía con Misao para que no la siguiera y como se molestaba cuando enviaban a Megumi a cuidarla. Aunque Megumi no todo el tiempo era tan mala, había veces en que realmente podía ser agradable, eran contadas ya que para ella la mayoría del tiempo era una molestia. Luego volvió su mirada hacia el frente y vio lo que menos esperaba encontrar en aquel lugar, vio al profesor Himura. Kaoru no lo pensó dos veces y se levanto hacia él, se le acerco y con una voz muy suave le habló:
-Profesor hola.
Kenshin giro su cabeza hacia la dueña de aquella voz y no pudo evitar sonreír al verla, era Saito Kaoru, parada a su lado con una mirada entre curiosa y tierna, que lo miraba insistentemente…
-Kaoru-dono que sorpresa.
-Sorpresa la que me llevo yo, hoy en la escuela nos dijeron que usted no iría en varios días por motivos personales.
-Así es, estaré ausente varios días. – Kenshin bajo su mirada.
-¿Dije algo que no debía profesor? – Kaoru busco la mirada de Kenshin – Si lo moleste le pido me disculpe.
-No, para nada – Kenshin encontró la mirada de Kaoru y le sonrió – Lo que sucede es que…bueno es que alguien de mi familia enfermó.
-Vaya – Kaoru miro como el maestro bajó nuevamente su rostro y agregó – Seguramente no es nada grave profesor, verá que pronto se recuperará.
-Gracias Kaoru-dono – Kenshin vio como la bella joven le sonreía, y él correspondió esa sonrisa.
-Así se ve usted mejor.
-¿Nani?
-Bueno es que… – Kaoru rió nerviosa y un ligero color carmín cubrió sus mejillas – Me refiero a cuando usted sonríe. Así se mira mejor.
-Gracias – Kenshin notó el rubor de la joven y no pudo evitar ampliar su sonrisa, ella se veía hermosa así.
-La verdad espero que muy pronto pueda regresar a darnos clase, porque con honestidad, su clase es mi favorita.
-¿Enserio?
-Hai – Kaoru se acercó al profesor, esta era su oportunidad y no pensaba echarla a perder. – Porque bueno…usted es mi profesor favorito.
-No sabía eso – Kenshin notó el acercamiento de ella, sin embargo, no hizo nada para evitarlo. – Es bueno saberlo.
-¿Acaso soy yo su alumna favorita? – Kaoru estaba susurrando, cada vez estaba más cerca de él…
-Bueno sepa Kaoru-dono que no tengo favoritos, pero es usted de las mejores de la clase.
-Eso también es bueno saberlo.
-Claro.
Ambos se acercaron, y lentamente sucedió algo totalmente inesperado, sus ojos se cerraron y sus labios se juntaron, y en un instante que pareció una eternidad, ambos estaban sumergidos en un beso…
-Misao creo que escuche el timbre.
-Yo no oigo nada excepto las palomitas, ¿por qué no vas a ver?
Soujiro miro a Misao y con un gesto de resignación se levantó y se dirigió a la puerta principal, se preguntaba porque repentinamente la señora Tokio había despedido a toda la servidumbre y no la había recontratado. Esta vez dormirían en el patio, las niñas los acompañarían ya que Megumi había recibido una llamada de emergencia y tuvo que marcharse, iba a ser divertido. Cuando llegó a la puerta y la abrió se encontró con un hombre muy alto, de cabello negro y ojos azules, llevaba puesto un traje, y por lo que pudo suponer seguramente venía a buscar a Megumi…
-¿Sí?
-¿Se encuentra por aquí Misao?
-¿Misao? – El joven se desconcertó, ¿qué hacía ese sujeto buscando a Missy-chan?
-Eso he dicho, ¿está?
-Sí – Soujiro cambió su mirada, y por instinto hizo algo que normalmente no habría hecho, dejó de sonreír – Ahora vengo.
Soujiro se encaminó hasta la cocina nuevamente y miro a Misao…
-¿Pasa algo malo Sou-chan?
-Hay un hombre en la puerta que esta buscándote – Su tono era serio.
-¿A mí?
-A ti.
-Bien ahora vengo – Misao se quito su delantal y se encamino hacia la puerta.
-¿No deseas que te acompañe?
-No es necesario – Misao notó la mirada pesada de Soujiro, se le acerco y acarició su mejilla sonriendo – Termina lo que yo estaba haciendo, no me sucederá nada malo descuida.
Misao salió riendo, quizás era su imaginación pero le pareció ver a Soujiro algo…¿celoso?...Siguió caminando y al llegar a la puerta tuvo que volver a abrirla "Sou me escuchara, ¿cómo deja afuera a la gente?", y al volver a abrirla se encontró con Aoshi, parado sosteniendo un papel…
-Aquí está el examen que perdiste – Aoshi extendió su mano y el papel.
-Gracias – Misao tomó el papel y emitió una ligera sonrisa, con melancolía en sus ojos – Realmente pensé que no lo encontraría.
-Bueno no te preocupes más, allí está.
-Disculpa que hayas tenido que esperar aquí afuera, me disculpo por Soujiro, él no suele ser así, de hecho…
-¿Soujiro dijiste? – La mirada fría de Aoshi cambio a una mirada desconcertada.
-Eso dije. ¿Acaso no lo recuerdas? – Misao había dejado de lado su enojo, ahora estaba feliz, mientras estuvo en el auto de Aoshi por la mañana el le pidió que no intentará entenderlo y sólo lo escuchará, y le contó varias cosas que hicieron que ella pensará diferente, ahora estaba divertida.
-Lo recuerdo, es por eso que no me cuadra. ¿Qué hace él aquí?
-Bueno es que es viernes. Eso también debes recordarlo, ¿o no?
-Creo que tengo una vaga idea. – Aoshi notó que Misao lo miraba con curiosidad - ¿Porqué me miras de ese modo?
-Bueno es que estás algo elegante, ¿no lo crees?
-Tengo que ir a una cena importante.
-Ya veo – Misao le sonrió - ¿Aún no debo decirle nada a Megumi cierto?
-No, sé lo diré cuando crea conveniente – Aoshi miro su reloj – Debo marcharme, recuerda no mencionar nada de…
-Si, lo sé, descuida. – Misao entró en la casa y antes de que Aoshi se marchara le dijo – Espero que no tengan que pasar más años para volver a verte y charlar contigo.
Aoshi se fue y Misao entró en la casa, llego a la cocina y notó que Soujiro ya estaba afuera con las niñas, salió y pudo verlo colocando una tienda de campaña…
-Hasta que vienes. ¿Quién era ese hombre?
-Sólo alguien – Misao no pudo evitar reír ante los gestos de Soujiro - ¿Sou-chan estás enojado?
-¿Debería estarlo? – Soujiro dejó lo que hacía y se acerco a Misao – Me preocupo por ti es todo, no es normal que un desconocido venga a tu casa a buscarte y encima no quieras que yo escuche lo que te dice y…
-Empiezas a sonar como papá – Misao rió y juguetonamente tumbo a Soujiro cayendo ella junto con él – No es un desconocido y no va a hacerme daño, te lo prometo.
-Esta bien – Soujiro sonrió junto con ella – Misao quitate de encima.
-¿Te molesto?
-Es que estas pesada…
Megumi iba lo más aprisa que su auto lo permitía, su corazón estaba latiendo muy rápido y sus nervios estaban muy alterados. Llevaba consigo su maletín y esperaba no llegar demasiado tarde. No se preocupada por las niñas porque sabía que Misao las cuidaría bien, se preocupaba porque presentía que no llegaría a tiempo a la emergencia. Al entrar en el distrito al que iba notó que la gente veía el auto con rareza, pero poco le importo. Cuando por fin llego a su destino se estacionó en el primer lugar que miró y bajo del auto casi corriendo. Jamás en su vida había estado en un lugar que diera tanto miedo sin temer por su propia vida. Cuando estuvo frente al departamento escuchó gritos de dolor, eso la puso mas tensa, tocó fuertemente y cuando le abrieron la puerta entro desesperada…
-¿Dónde está?
-En su cuarto, sígame.
Megumi iba tan aprisa que no tuvo tiempo de notar ningún detalle de aquel lugar, no notó el desorden de la sala, ni los restos de comida y platos sucios de la cocina, tampoco notó las fotografías que estaban en la pared, ni en los diplomas ni nada, sólo estaba concentrada en llegar a su paciente que no paraba de gemir de angustia…
-Aquí es, pasé.
Cuando entró no creía lo que veía, sus ojos amenazaban con llorar y su corazón estaba sintiéndose oprimido…
-Megumi que bueno que llegaste – Un hombre se acercó a la doctora y le ayudó con su maletín.
-¿Aplicaste lo qué te dije por teléfono? – Sus manos temblaban cuando empezó a ponerse todo su equipo, aquella escena estaba desgarrando su alma.
-Hice todo lo que me dijiste, pero…-La voz del hombre se cortó y unas lágrimas bajaban por su rostro.
-Descuida estará bien – Megumi empezó a sacar cosas de su maletín – Tráeme toallas y agua caliente.
-Yahiko ya oíste.
-Si Katsu – El niño corrió por lo que le pidieron.
-¿Pero que fue lo que sucedió? – Megumi empezó inyectándole un sedante, si seguía gritando ella perdería su auto-control. Notó también que él ardía en fiebre, buscaba algo para bajar la temperatura.
-No tengo idea. Yo estaba aquí con Yahiko ayudándole con sus tareas cuando llegaron unos vecinos con Sano en ese estado, ellos también venían golpeados pero no tanto, lo poco que pude entenderles fue que alguien los atacó.
-¿Cómo es posible?...Le advertí que no se dañara más el brazo y la mano – Ella estaba al borde de las lágrimas, Sanosuke estaba casi irreconocible, tenía los ojos golpeados al igual que el resto de su cara, los brazos llenos de sangre y el pecho también, sus nudillos estaban rotos y parecía tener el hombro dislocado, estaba en un estado deplorable y parecía que estaba muriendo.
-Así es él, no escucha razones, pensé en llevarlo al hospital pero estaba murmurando tu nombre, ya sabes que el odia los hospitales y pues…
-Descuida, estará bien.
Megumi se tomó un calmante antes de empezar y primero intentó bajar la fiebre de Sano, al hacerlo empezó con todo lo demás. Encontró daños muy serios, sería necesario llevarlo al hospital pero primero debería estabilizarlo o sería peligroso sacarlo en ese estado, y lo último que ella deseaba era poner en peligro la vida de él.
Después de unas horas de curar, suturar y vendar Megumi por fin había terminado. Varias veces la fiebre regresó y ella tuvo que hacer hasta lo imposible para controlarla. Cuando considero que era prudente llamó a la ambulancia que llegó un rato después. Ella los siguió en su auto y al llegar al hospital mientras Katsu llenaba los papeles, ella se encargaba de revisar que todo estuviera en su lugar, y a él lo puso en terapia intensiva. Luego de un rato aprovecho para sentarse y acomodo una silla junto a él, pasó su mano por su frente y la acarici
-Eres un grandísimo idiota Sagara Sanosuke – Megumi no pudo evitar que unas lágrimas bajaran por su rostro - ¿Sabes el susto que me llevé al pensar que no llegaría a tiempo? Tienes mucha suerte porque estoy segura de que despertarás pronto, y espera a hacerlo porque tendrás que oírme. Porque más te vale despertar pronto, ¿entiendes eso?
Megumi continuó acariciando la frente de Sanosuke, que ahora estaba lleno de tubos, mangueras, y demás aparatos, si librará las siguientes horas bien le desconectarían todo y lo pasarían a una habitación. Ella esperaba que al amanecer él despertara, realmente estaba muy preocupada. Se cansó de estar sentada y recargó su cabeza junto a él, y pudo escuchar el latido de su corazón, sintió escalofríos de pensar que ese latido se hiciera cada vez más lento, mientras que el de ella estaba acelerado. Entre tanto pensar se quedo dormida, con la cabeza recargada junto al pecho de Sano, con sus manos apretando una de las manos de él y con su voz diciéndole "Despierta ya Sano-kun"…
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NOTAS DE LA AUTORA:
¡Hola a todos!.... Ya sé que me llevo algo de tiempo escribir el capítulo pero por fin aquí está, créanme que lo hice lo más largo que pude, espero que no se hayan cansado de leerlo o que no les haya parecido algo sin contexto…
Bueno, por acá quiero aclarar, en mis últimos capítulos creo que estaban de vacaciones, pero es porque la ultima vez que actualice fue en invierno y pues ahora intentaré que todo regresé a la normalidad sin alterar la historia. Por cierto, acerca de la mujer que atendió Megumi, bueno creo que ya tendrán una idea de quién es, así que sólo les diré que en el siguiente capítulo aparecerá de nuevo…
Otra cosa es que quizá estarán preguntándose, ¿por qué esa golpiza salida de la nada para Sanosuke?, bien pues necesitaba algo de acción para agregar unos cuantos personajes más, y eso fue perfecto, y les aseguro que se llevarán tremendas sorpresas de ahora en adelante…Y si alguien se quedo con el ojo cuadrado por las cosas que le dijo Tae a Saito, imagínense las cosas que siguen…
Por acá pongo los agradecimientos para las lindas personitas que me dejaron reviews!!...
KAORUSANZ(Kaoruhimuratchotmail.com): Gracias por tu review…Tokio no es tan mala, creo que cualquier mujer estando en su situación actuaría parecido, y descuida, Hajime no tiene preferencias por nadie. Espero que te haya gustado el pedacito que dedique en la discusión de Hajime y Tae y me dejes un review para saber que opinas:!!....
BIZCOCHIA U-u: Hola!!!!...espero que no me cuelgues por tanto retardo =S, y espero que te guste, puse algo de A&M, no olvides dejarme un review para ver que te pareció, y sobre Kaoru, pues no es tan mala, esta consentida es todo =P…Ojalá que ahora no creas que el del lado oscuro es Hajime, y que sigas leyendo el fanfic!!!!...
GABY (HYATT: Gaby me dejaste con los ojos O.o, no puedo comentar nada acerca de porque Tokio no quiere a Megumi, porque le quitaría el chiste a la historia… y pues aquí hubo un poco de K&K y A&M y también S&M, espero que te hayan gustado y me sigas dejando tus reviews!!
KIRARA 26: Gracias por las observaciones! =D y me alegro mucho que te haya gustado el fanfic…Acá puse algo de Sano, todo golpeado el pobrecito, espero que te haya gustado esa parte, y espero que me sigas dejando tus reviews!!!
MISARA: ¬¬ Pues no me queda mucho que decirte, sólo que gracias por no haberme despedazado ni nada por el estilo…Ojalá que no odiarás a Saito aquí, y que lo sigas leyendo porque la historia se hace más interesante cada vez!!! No olvides que tus reviews son importantes okas???
Bueno, sin más los dejó…Para el próximo capítulo esperen más sorpresas y una que otra aparición de más personajes, y quizá revele quien esa mujer misteriosa…
Y disculpen los espacios comidos...lo qe pasa esqe me canse de batallar contra esto y mejor lo deje asi...es imposible acomodar el texto a mis posibilidades....
Sugerencias, comentarios, quejas??.......dejen un review….
Matta ne minna…
