NOTAS DE LA AUTORA:
Acá otro capítulo más, lo subí lo más rápido que pude, y es que con todo esto de las vacaciones pues casi no he tenido tiempo…
Aclarando, los personajes de Rurouni Kenshin no me pertenecen, son obra de Nobuhiro Watsuki…
Espero que disfruten este capítulo y que me den sus opiniones y comentarios!...
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CAPITULO 9
"Preludio de un desastre"
Estaba empezando a perder la paciencia…El sonido del celular era fuerte y ella no podía encontrarlo, si tan sólo recordara dónde lo puso la noche anterior. Finalmente el móvil dejo de sonar, "¡Chikuso!" pensó, seguramente era una llamada bastante importante y la había perdido. Sus nervios estaban muy alterados y casi tenía un colapso de tensión, la última semana había sido muy ajetreada para todos, especialmente para ella pero después de todo, valía la pena sufrir un poco…
-Yumi te llama Katsu – Soujiro entró con el teléfono inalámbrico a la habitación de su hermana.
-Gracias – Dijo ella, y lo tomó para hablar - ¿Hola?
-¿Por qué diablos no contestabas tu celular? – Se escucho la voz algo molesta del otro lado de la bocina.
-Es que no lo encuentro.
-Pensé que no iba a encontrarte – Katsu se escucho más calmado – Sólo llamó para avisarte que todo esta listo, ahora sólo preocúpate por estar a tiempo.
-¿Hablas enserio?
-Claro.
-Que bien – Yumi se dejó caer en su cama y suspiro – Ya estaba cansada.
-¿Sólo tú? – Dijo él con algo de ironía.
-Y tú también, que bueno que podrás descansar – La voz de ella cambio su tono dulce para uno más serio – Por cierto, ¿cómo sigue Sano? Con todo esto no te había preguntado.
-Algo mejor – Su voz decayó – Aún sigue internado, pero al menos las heridas están sanando.
-Verás que pronto estará bien, ese tori-atama es muy fuerte.
-Eso mismo dice Megumi, pero yo ya ni sé que pensar.
-Tranquilo – Yumi pensaba en como se sentiría Katsu – Sabes que cuentas conmigo para lo que necesites.
-Gracias Yumi, eres todo un encanto.
-Eso ya lo sabía – Ella soltó una ligera risita – Cambiando de tema nuevamente, ¿A qué hora te dijeron los de la banda que irían?
-¿Qué banda? – Katsu fue sacado de línea.
-La que contrataste – Yumi empezó a sonar molesta – ¿Por qué contrataste una banda cierto?
-Pensé que tú la contratarías – Contestó él algo molesto también.
-Quedamos que lo harías tú.
-No Yumi, quedamos en que tú lo harías.
-¿Qué vamos a hacer ahora? – ella sonaba desesperada.
-No tengo idea, yo debo ir al hospital a ver como sigue Sano, no puedo hacerme cargo de eso.
-¿Pretendes que lo haga yo?
-Vamos Yumi, ¿Qué tan difícil puede ser?...
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Las 10:30 apenas, las niñas iban algo confundidas en el auto, no se suponía que las sacaría de clase tan temprano pero alguien le pidió hacerlo, después de todo no las había visto desde hacía más de una semana. Megumi estacionó su auto y luego ayudó a sus pequeñas a bajar, cuando entraron en el hospital todos las saludaron, y ella se dirigió con las niñas al cuarto de Sanosuke, claro que con cuidado, pues los niños no podían pasar a esa área. Al llegar entraron y él al escucharlas sonrió, con un poco de esfuerzo volteó su cabeza y pudo verlas…
-Hola – dijo él.
-¡Sanosuke! – gritaron al unísono las niñas.
-¿Cómo están pequeñas?
-Muy bien – Ayame fue la primera en acercarse – Okasan nos contó que estabas aquí y que por eso no nos habías visitado. ¿Pero ya estás mejor verdad?
-Un poco – Sanosuke vio acercarse a Suzume - ¿Y tú cómo estás Suzume-chan?
-Bien, hoy hice un dibujo en clase – La niña le extendió la hoja a Sanosuke – Somos Yame, okasan, yo y tú, y también Notaro.
-Es muy lindo Suzume – Sanosuke se sentía incómodo con el respirador, él podía hablar claramente y ya se sentía mejor, sin embargo Megumi seguía diciendo que lo necesitaba.
-Puedes quedártelo – Suzume sonrió – Lo hice para ti, así no te olvidas de nosotras.
-Arigato, lo conservaré con mucho cariño.
-¿Cuándo vas a salir de aquí Sano? – Ayame estaba recargada en la cama.
-No lo sé – Sano vio que Megumi seguía en la puerta viéndole fijo – Cuando tu mamá decida.
-Cuando mejores será – Megumi se quedo en la puerta.
-Ya oyeron, prometo mejorar pronto.
-Ojala que sí – Ayame abrazo a Sano.
-Por supuesto – Sano abrazó a la niña y rió.
-Yo quiero quedarme un rato – Dijo Suzume - ¿Podemos okasan?
-Por supuesto.
Megumi acercó una silla para que las niñas se sentaran, pero ellas preferían estar en el borde de la cama, parecían estar impacientes y le preguntaban infinidad de cosas a Sanosuke. Así pasaron dos horas y las dos se quedaron dormidas, en ese tiempo Megumi fue a revisar unos expedientes y a unos pacientes, y cuando regresó se encontró una imagen digna de un cuadro, las dos niñas dormidas, una de cada lado de Sanosuke, y el también dormía, la doctora acomodo un pequeño sillón que había en el cuarto y acostó a las dos niñas, luego se acercó a Sano, que le dio un buen susto pues no estaba dormido…
-Gracias por traerlas.
-Pensé que dormías.
-Te equivocaste – Sano le sonrió a Megumi.
-Ellas también me habían pedido que las trajera, ahora los tres dejarán de molestarme con eso – Megumi sonrió también – Creo que te estás recuperando rápido.
-Supongo, sólo que estos tubos me molestan mucho, ¿cuándo me los quitarán?
-Cuando sea prudente – La mujer vio los ojos de él – Aún no me has dicho cómo fue que te paso esto.
-Tuve una pelea, eso fue todo – El joven dirigió su mirada abajo.
-No te creo, estabas cuidandote porque aún no te recuperabas del brazo. Exijo que me digas la verdad.
-Te la estoy diciendo.
-Mientes, eso puedo verlo.
-Pero si fue una pelea.
-¿Pero por qué fue la pelea? No puedes decir que no hubo motivo.
-Megumi yo… – Sanosuke vio que la mujer a su lado reflejaba preocupación, no le quedo mas que hablar con la verdad – Esta bien, te lo diré. Estaba con unos amigos y uno de ellos quiso ir a una casa de apuestas. Lo acompañamos y bueno, resultó que en la casa de apuestas a la que fuimos nos encontramos con un viejo conocido que por casualidad nos buscaba y estaba preguntando por nosotros, en especial por mí. Nos acercamos a saludarlo y bueno, resultó que no nos buscaba precisamente para saludar.
-¿Pero cuál era el motivo?
-No lo sé. Él ni siquiera vivía aquí, no lo había visto desde hacía más de dos años cuando se mudó a China. Sólo aposté una vez en su compañía y le pague lo juro, y no creo que la mafia china me busque.
-Sanosuke no digas tonterías – Megumi lo había escuchado atenta – Si deseas podría pedirle a mi tío que investiguen eso.
-No es necesario, además ¿Por qué tanta curiosidad de tu parte?
-Por que realmente me preocupas tonto – Megumi notó lo que decía y casi se lleva las manos a la boca.
-¿Nani?
-Bueno es que… – Sabía que había dicho algo estúpido, debía arreglarlo – Eres mi paciente y bueno aún no te recuperabas del todo y además…
-Lo entiendo descuida – era obvio que ella estaba nerviosa - ¿Sabes? Me ha dado algo de sueño, ¿Podrías poner tu mano en mi frente? Eso me ayuda a dormir en estos días.
-Claro.
Megumi puso su mano en la frente de Sanosuke, no pudo evitar sonreír al verlo tan tranquilo, se veía lindo a pesar de los moretones y una que otra cicatriz, incluso los vendajes eran lindos, "¿Pero qué estoy pensando? Claro que no es lindo". Mientras Sanosuke sentía la mano de ella una calma invadía su ser, pero haber recordado la golpiza le trajo una pregunta que tendría que averiguar al salir del hospital, claro, sin que Megumi supiera…" ¿Porqué diablos me golpeo? ¿Y porqué diablos está aquí? Aunque eso significa algo más, si ellos regresaron seguramente ella los acompaña… ¿Y si ella les pidió que me golpearan?"…
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Kamatari caminaba junto a Kaoru por la escuela con Misao algo molesta detrás de ellas. Las tres iban directo a la salida, debían estar en casa lo más pronto posible si deseaban ir a la inauguración, y claro que lo deseaban, al menos Kamatari y Kaoru. Kamatari había decidido ayudar en ausencia de Sanosuke, y al parecer en ausencia de Megumi también, y Kaoru había invitado al Prof. Himura y esperaba verlo. Misao por su parte estaba enojada, Soujiro se había ido temprano y había olvidado que ella lo esperaría después de la hora del almuerzo en los campos de soccer, era tan extraño, él nunca olvidaba esas cosas y ahora repentinamente lo olvidaba, y ni siquiera le había dicho nada a su hermana y no tenía idea de si estaba en su casa o no, pero ya la escucharía el muy desconsiderado…
-Vamos Misao, relájate – Kamatari también estaba algo molesta – Lo más probable es que se haya ido a casa.
-¿Cómo puedes estar tan segura de eso si no te diste ni cuenta en que momento se fue?
-No soy su niñera, además yo estaba ocupada.
-No escuches a Misao, ya esta de paranoica – Kaoru soltó una risita – No seas tan celosa hermanita.
-¿Has dicho celosa? ¡Claro que no estoy celosa! Estoy molesta que es distinto.
-Bueno ahora que mencionas lo de molesta – Kamatari miro a Kaoru con complicidad – Misanagi no vino a la escuela, así que tal vez Sou haya ido a visitarla.
-Pues no lo creo – Misao se les adelantó.
-¿A dónde vas ahora? –Dijo Kaoru reprendiendo su hermana.
-A casa, pero me iré sola.
Kaoru y Kamatari miraron como Misao avanzaba a paso rápido frente a ellas, esa niña no aguantaba nada, ambas rieron, y repentinamente una voz hizo que su alegría desapareciera…
-¿Qué es tan gracioso damas?
-Que te importa –respondió Kamatari.
-Eres muy poco amable Kamatari.
-¿Qué se te ofrece Enishi?
-Bueno sólo intento conversar con ustedes Kaoru, pero por lo visto algunas personas no tienen modales.
-¿A quién le dices eso? – Gritó Kamatari.
-Déjalo Kama-chan – Kaoru dirigió su vista a aquel muchacho – Sabes bien que nosotras no te recibimos de buen agrado, no sé que pretendes al hablarnos.
-Chicas, ¿acaso no soy amable? – Enishi sonrió – Será mejor que me vaya, tienes razón, aún debo ir al hospital. Saluden a Misanagi, díganle que espero que se recupere del resfriado.
Enishi se marchó ante la confusión de Kaoru y el enojo de Kamatari…
-¿quién diablos se cree que es? ¿Acaso cree que puede hacer como si nada hubiera pasado?
-Kamatari calma, escuchaste lo que dijo.
-¿Nani?
-Dijo que Misanagi tiene un resfriado.
-¿Y que con eso?
-Pues que nadie fue a avisar porque Misanagi faltó hoy. ¿Cómo es que él lo sabe?
-Yo…no tengo idea – Kamatari se detuvo y abrió su mochila.
-¿Qué haces?
-Busco mi celular – Kamatari sacó su pequeño celular y marcó – Aquí está.
-¿Para qué?
-Llamaré a casa de Misanagi.
-Kamatari pudimos haber llamado de casa.
-Shhh – Kaoru miro como su amiga hablaba – Hola, habla Kamatari…Si, es sólo que me preguntaba porque Misanagi no había ido hoy a clases…Ya veo…No, déle mis saludos, hasta luego…
-¿Quién era? ¿Qué te dijo?
-Era su mamá, y me dijo que no fue hoy a clase porque desde ayer tiene un resfriado.
-Kamatari tengo un mal presentimiento…
-Yo también lo tengo. Presiento que algo no anda bien con Misa….
Ambas amigas se miraron angustiadas para después seguir caminando directo a la casa de los Saito…
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-Pensé que no ibas a venir hoy.
-Se me hizo un poco tarde.
La puerta fue cerrada justo cuando el joven entró, se acerco hasta la mujer que estaba recostada y tomo su mano…
-¿Cómo te sientes?
-Igual – La mujer le sonrió – Pero descuida, no estoy tan mal.
-Ya verás que pronto saldrás de aquí.
-Eso espero, se suponía que solamente estaría aquí mientras me hacían los exámenes necesarios y ya vez.
-Lo más probable es que aún no hayan terminado.
-Pues ojala que terminen pronto – Ella dio un suspiro - ¿Cómo están mis plantas?
-Muy bien, estoy siguiendo las indicaciones que me diste.
-Perfecto. ¿Y no te has metido en problemas Enishi?
-Claro que no – El rió – Mi conducta nunca había sido tan buena, lo último que deseo ahora es causarte problemas.
-Mira nada más, lo mejor que ha tenido esto es que ya te portas bien – Su tono burlón era evidente.
-One-san no digas eso.
-Lo siento Enishi, pero eso es lo que yo creo – Ella rió – ¿sabes que más creo?
-No, no lo sé.
-Creo que okasan y otusan estarán orgullosos de ti y de que ya estás cambiando tu conducta, seguramente nos enviarán buena suerte por eso.
-¿Te dieron sedantes o algo así?
-¡Enishi! ¿Por qué me dices eso?
-Bueno empiezas a sonar como Kenshin – El muchacho la miró dándose cuenta de que ella empezaba a enojarse.
-¿Y eso qué tiene de malo? ¿Cuántas veces tendré que recordarte que debes respetar a Kenshin? – Los ojos de la mujer estaban fijos en Enishi – Sé muy bien que ustedes no se llevan del todo bien pero por favor, respétalo.
-Pero si no dije nada ofensivo.
-Lo insinuaste y con eso basta. No me gusta nada que seas tan grosero con Kenshin. Deberías estar agradecido con él.
-Yo no tengo nada que agradecerle a él.
-¿Estás viviendo en su casa o no?
-No es sólo su casa, y…
-Y nada.
La puerta se abrió nuevamente y por ella entró un hombre pelirrojo, Himura Kenshin. Miro a Enishi y a la mujer y supuso que estarían discutiendo, cerró la puerta y se dirigió a ella…
-Hola, ¿cómo estás?
-Bien Kenshin – Ella sonrió y le hizo una seña con la mano para que se acercara – Que bueno que has decidido venir a esta hora, para gusto Enishi acaba de llegar también.
-Eso es bueno, y me alegro de que sigas mejor. ¿Ya te trajeron la comida?
-Hace rato, no te preocupes por eso.
-Mi tío Hiko llamó – Kenshin se acercó a la mujer de cabello negro y le sonrió – Dijo que vendrá en cuanto le sea posible, y que le avisará a tus abuelos
-Bien, aunque debiste decirle que no le dijera nada a los abuelos, esto no es tan grave.
-Sabes que aunque se lo hubiera dicho él iría a informarle. El tío Hiko no es la clase de persona que se queda tranquilo.
-En eso tienes razón.
-Los dejo solos por un rato – Enishi se encamino a la puerta – Iré a la cafetería por algo para comer, no me tardo.
Enishi salió dando una mirada recelosa a Kenshin y a la mujer, mientras estos empezaban a charlar…
-Este Enishi. ¿Se ha portado bien contigo?
-Sí, no me ha causado problemas…hasta ahora.
-Más le vale que no los cause.
-Verás que no lo hará Tomoe.
-Te lo repito, más le vale.
Kenshin observó a aquella mujer, se miraba tan frágil en ese estado, casi tan frágil como una muñeca que se acaba de caer y esta por romperse. Súbitamente sus pensamientos cambiaron, y recordó la invitación que le había hecho Kaoru hacía unos días, estaría bien ir, él quería, ir, y seguramente no habría nadie que lo hiciera cambiar de opinión, ni siquiera Tomoe…
El viento movió los cabellos de Tokio, "que frescura" pensó ella, estaba en el jardín de su casa tomando el té con Tae, y con una ausente Tsubame, el tema de la conversación era el cumpleaños número 14 de la pequeña, las mujeres mayores planificaban una fiesta mientras ella miraba largamente al vacío…
-Podrías hacerla aquí si deseas Tae.
-No lo sé – Tae miró a su hija que parecía no estar prestando atención - ¿Tú que piensas linda?
-¿Nani?
-¿Deseas que tu fiesta la realicemos aquí?
-¿De qué fiesta hablas?
-De la tuya – Tae se levantó – Hija empiezas a asustarme, ¿dónde andas?
-Estoy bien okasan – Tsubame miro a su mamá – ¿No ha olvidado algo?
- Muy cierto querida, si me disculpan ambas, iré por un libro que deseo mostrarte Tokio, ahora regreso.
-Pasa – Dijo la esposa de Hajime viendo como su sobrina miraba de nuevo al vacío, le recordaba a Megumi cuando recién se había mudado a su casa - ¿Te sucede algo malo querida?
-¿Nani?
-Te la has pasado mirando hacia las flores, ¿daijobu ka?
-Iie…hai...iye...No lo sé…Okasan sólo habla de mi cumpleaños, esta más emocionada que yo…
-¿Acaso tu no estas emocionada?
-No es que no lo esté…- La jovencita suspiro – Obasan puedo hacerte una pregunta.
-Claro.
-¿Tú sabes quien era mi papá?
La señora Saito se quedo helada ante esa pregunta, ¿acaso había escuchado bien?, no era posible que Tsubame estuviera preguntando eso especialmente a ella…
-¿Nani?
-Es que…quiero saber quien era, o quien es, o algo…Sé que Hajime ojisan no me contestaría, y con okasan no hablo de eso, supongo que para ella no es un buen tema, es decir, yo llevo el apellido Saito, no el de quien quiera que sea mi otusan.
-Tsubame yo…yo no sé que decir…esto es… - Tokio había esperado que una de sus sobrinas la confrontará con el tema de su padre algún día, pero no era precisamente Tsubame – No creo que sea un tema que yo debo…
-Onegai, respondeme…Siempre pienso esto en mi cumpleaños. ¿Tú crees que él supo que yo iba a nacer? ¿Acaso me vio de pequeña? ¿Sabría la fecha de mi cumpleaños?
-Suba-chan, ¿Por qué mejor no hablas de esto con tu mamá?
-Ya te dije, si menciono algo sé que lo eludirá – La mirada de Tsubame se perdió nuevamente – Me gustaría saber al menos si el supo que nací, si está vivo o muerto, cosas así.
-Bueno pues yo no sé mucho que digamos – Tokio estaba incómoda con esto, ¿acaso esto era para prepararla? No podía contarle nada a Tsubame, pero podía decirle algo que la hiciera sentir un poco mejor – Pero puedo asegurarte que él supo que naciste.
-¿Supo? – Los ojos de marrón se encontraron con los verdes - ¿El lo supo? ¿Acaso ya no lo sabe? ¿Tú sabes quién es?
-Calma Tsubame…Lo único que puedo decirte es que él se enteró que naciste, incluso que creciste – La mujer intentaba mantenerse calmada – Pero lo demás creo que le corresponde a tu mamá.
-Bien, pues gracias, sólo te pido no le digas a okasan que te pregunte nada.
-No se lo diré, descuida.
-Ya vine – Tae traía en sus manos un libro algo grueso, de pasta guinda y con sus kanjis en color dorado – Échale un vistazo a esto.
-¿Qué es?
-Es dónde anotaré los registros del restaurante de Tokio.
-¿Hablas enserio?
-Hai, ya adquirí el local así que pronto tendremos apertura.
-¡Felicidades!
-Gracias – Tae sonrió - ¿En que nos quedamos?
Las mujeres siguieron charlando durante un rato, Tsubame seguía con la mirada perdida y Tae sin idea de lo que pasaba con su hija, y Tokio sintiendo que algo la carcomía, viendo la cara de tristeza de la joven que le recordaba tanto a Megumi al haber perdido a sus padres, ¿y si un día de estos todo se descubría? ¿Qué sucedería si tenía que decirle la verdad a Megumi?, prefería no pensar en eso…
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El olor a sakura era penetrante en la habitación de Hatsumono. Hacía como 10 minutos mientras seleccionaba un vestido había tirado la fragancia sobre la alfombra que inmediatamente se había quedado impregnada. Seguía sin elegir vestido para la inauguración del bar y se había quedado sin su perfume favorito que era justo como el perfume que su madre uso durante años, eso podía recordarlo bien, tardaría unas semanas en conseguir otro. Estaba en su apartamento así que tendría que esperar hasta el día siguiente para que alguien limpiara la alfombra, "qué mas da". Debía alistarse deprisa, Aoshi iría por ella a las 7:00 y ya eran las 5:00 así que no le quedaba mucho tiempo. Nunca pensó que sería él quien le propusiera que fueran juntos, al parecer era benéfico que salieran juntos o algo así, hasta las acciones habían subido la última semana, "que provechoso para ambas empresas" aunque para su vida personal no parecía tener efecto alguno. No podía negar que Aoshi era bastante atractivo pero fuera de eso parecía no tener nada más, ni sonreía, ni hablaba mucho, y ella ya estaba cansándose de la actitud fría de él hacia ella. Llamaban la atención de todo el mundo como pareja, la verdad es que los paparazzis la habían fotografiado más de lo acostumbrado en los días pasados, rutina y siempre rutina. Y como un rayo una idea cruzo su mente, podría usar esa atención para hacer algo importante, no iba a dejar que una oportunidad de oro como esta se le fuera de las manos. Con Aoshi como pareja estaba casi segura de que sus ingresos subirían más, el interés por ella aumentaría aún más, y bueno, no le desagradaba del todo la idea de tener algo con el apuesto Shinomori. Ahora sólo debía pensar que hacer para que él se interesara en ella…
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Sabía que estaba en serios y graves problemas, se le acababa el tiempo y aún no conseguía ninguna banda. Yumiko se puso su último accesorio y se miro en el espejo, estaba lista y se veía hermosa, llevaba puesto un vestido a media pierna de escote algo pronunciado, era color vino de tirantes delgados y el bajo del vestido como un tul, enmarcado a su esbelta figura, su cabello estaba recogido en un moño y llevaba un ligero adorno en el lado derecho, su collar y aretes habían sido un regalo de Hatsumono y eran negros con toques en vino, y sus zapatillas simplemente perfectas. Miro el reloj y pudo constatar que ya no había tiempo para conseguir ninguna banda, ¿Y si era por la maldición que había pensado ella el otro día? ¿Acaso atraían a la mala suerte?...
-Yumi ya estamos listos.
-Ya voy Sou-chan – La mujer suspiró.
-¿Te pasa algo malo?
-Pues lo que sucede es que…bueno no tenemos banda para esta noche.
-¿No tienen banda?
-Así es. Katsu y yo olvidamos contratar una, y ya es muy tarde para conseguir quien cante.
-No te desanimes – Soujiro se quedo en silencio y una idea cruzó su mente - ¿Ya estás lista tu también?
-Hai.
-Bien. Tengo una idea, pero necesito que tú y Kamatari se vayan adelantando.
-¿Qué estás tramando Soujiro?
-Descuida, nada malo – El joven sonrió - ¿Lo único que falta es una banda?
-Pues sí.
-Supongo que habrá música.
-Claro, la banda es solo la presentación especial tonto – Yumi rió – Aunque puede ser un solista.
-¿Y más de uno?
-Suena bien, ¿qué piensas hacer?
-Pueden irse cuando quieran, yo las alcanzaré más tarde.
-¿No vas a decirme qué planeas hacer?
- No, así que será mejor que se vayan o se les hará tarde.
-Esta bien, confiaré en que no harás nada loco.
Ambos salieron de la habitación y se dirigieron a la sala, para encontrar a Kamatari esperándoles ansiosa con bolso en mano, Yumi tomó su abrigo y su bolso y salió detrás de Kamatari quien estaba refunfuñando algo, sacó las llaves del coche de su bolso y luego lo encendió, lista para pasar algo que quizá sería una de las noches más largas de su vida, y con una gran curiosidad por saber que tramaba su hermanito…
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NOTAS DE LA AUTORA:
¿Cómo están? Espero que les haya gustado este capítulo, no es muy largo (o eso creo yo), pero es que les juro que tengo tantas ideas y no encuentro como acomodarlas…
Intente que quedaran varios misterios por allí, espero haberlo logrado, y bueno, lo de la mujer misteriosa creo que muchos ya veían venir que era Tomoe y no se sorprendieron, pero ya verán las sorpresas que tengo preparadas...
Siguiendo me gustaría agregar que el pedacito que le dedique a Hatsumono, bueno, ella es una mujer de armas tomar, y va a causar muchos problemas por esa idea que se le metió en la cabeza…Al igual que Tsubame, porque su curiosidad la va a llevar a descubrir los secretos más recónditos de su familia…
Aquí agradezco a las personitas que me han dejado sus reviews:
mIsArA: No quería ofenderte, pero luego te pones violenta pecotsa!... Bueno continúo, espero que este capítulo te haya gustado mucho. Cómo sé muy bien que notaste Saito no apareció, pero en su lugar estuvo Tokio un buen rato…Espero con ansias tu review acerca de este capítulo!!
KAORU-SANZ1: Hola!! Espero que el capítulo te haya dejado picada para el siguiente también…Ojalá que la parte donde salió Tomoe te haya gustado y te haya dado una idea de lo que viene en los siguientes capítulos, y sobre Saito, puedo decirte que es un buen hombre, pero para descubrir el pasado de esa pareja deberás seguir pendiente del fanfic!!!...
GABY (HYATT: Pues diste en el blanco muchacha. Era Tomoe precisamente la mujer misteriosa, y lo que te imaginas, bueno, quizás y si sea lo que pasa en el fanfic. Sobre Sanosuke hay puse un cachito nada más, se vale hacer teorías acerca de lo que el pensó =P…Sigue pendiente porque los siguientes capítulos estarán llenos de misterios y sorpresas!!!...
CRYSTAL: Muchas gracias por haberme dejado un review, y me alegro mucho de que te guste el fanfic. Acá te aclaro la duda que tienes: Por el momento Aoshi no tiene ninguna pareja, esta solterito, sólo que Hatsumono lo chantajea para que salga con ella. Y sobre él y Megumi, cuando eran más chicos fueron novios pero él se fue al extranjero y literalmente se olvido de ella, y ahora que ha regresado no quiere que ella sepa que él ha vuelto porque se siente avergonzado de haberse portado como un imbécil con ella. Pero para que lo entiendas mejor sigue pendiente, que en uno de los siguientes capítulos profundizaré más en el pasado de los personajes!!
Bueno, espero que sigan pendientes, el siguiente capítulo será narrado por Kaoru, Misao y Megumi y será en la misma noche que se ubica esté capítulo…
Sugerencias, comentarios, quejas??.......dejen un review….
Matta ne minna…
