NOTAS DE LA AUTORA:

¡Hola a todos!… Después de meel años por fin… ¡Aquí está la actualización! … Cómo me tarde demasiado en poner nuevos capítulos decidí poner el 15 y el 16 al mismo tiempo… Espero que sean de su agrado… Las notas de autora finales las pondré al final del capítulo 16, en donde por cierto no pondré notas iniciales…

Los personajes son totalmente de Nobuhiro-san…

Sin más, los dejó con estos dos capítulos… ¡Disfrútenlos!


CAPITULO 15

"Peor que las aguas árticas"

-Ya llegué.

"Ahora o nunca" pensó Tokio mientras veía entrar a su sobrina. Su esposo estaba arriba descansando así que no se enteraría de nada…aún. Se acerco a Megumi y tomando aire se dispuso a hablar con ella…

-Necesito hablar contigo.

-¿Puedes esperar un minuto tía? – Su sobrina dejaba sus pertenencias en el recibidor – Se me hizo un poco tarde y quiero ver a las niñas antes de que…

-Ya están acostadas – Tokio cerró la puerta tras ella – Realmente es urgente que hablemos.

-Bien. Tú dirás…

-¿Cuándo rayos pensabas decirnos que estás comprometida?

Los sentidos de Megumi se helaron al escuchar aquello, y más por que su tía se veía molesta…

-Yo…

-No te hagas la inocente por favor Megumi. Conmigo no tienes que fingir que eres la niña perfecta. Contesta lo que te he preguntado.

-¿Cómo sabes eso¿Cómo te enteraste?

-Eso es lo último que importa – Verde inmovilizo canela - ¡Cómo te atreves a hacernos algo así! Estoy furiosa Megumi¡Furiosa! Es el colmo contigo, esto es peor que cuando aceptaste cuidar de las niñas sin antes consultarlo. Somos tu familia¿Cómo es posible que ocultes una decisión tan importante? Ni siquiera nos habías dicho que tenías una relación con alguien. ¿Te volviste loca?

-¡No! … Por supuesto que estoy bien… ¿El tío Hajime lo sabe?

-Yo no se lo he dicho, no quiero verlo enfurecer como loco.

-Te agradecería que no le digas nada todavía.

-Yo no lo haré – Tokio tenía algo planeado – Tú misma lo harás mañana por la noche.

-¿Mañana por la noche? - Megumi presentía que algo no andaba bien – Creo que esta decisión es mía, yo le diré al tío Hajime lo que sucede cuando yo…

-¡Me importa un comino lo qué sea que este pasando! Nadie en esta familia va a hacerle creer a la gente que no hay unidad…

-Tía, gracias… Pero no gracias – Sus nervios despuntaban – Yo sé lo que hago, soy responsable de mis actos. Y si no hay unidad creo que ya todos lo han notado.

-Muy bien jovencita, hasta aquí llegué. Mañana por la noche vas a traer a tu noviecito y a su familia a cenar, y en la cena le dirás a tu tío esto.

-¡Pero claro que no! Es increíble, jamás te ha importado lo que yo haga y ahora resulta que me vas a obligar a comunicar esto. Tía, lamento decirte que esto es parte de mi vida personal, si yo quiero mantenerlo en secreto lo hago y punto, por que…

-Más te vale que cumplas lo que te digo, si no lo haces… Yo misma me encargaré de decírselo a Hajime, y ya sabes como se pone el cuando le ocultamos cosas – Tokio vio como su sobrina bajaba la mirada – Realmente a mi me da lo mismo, tienes toda la razón, pero a él no. De antemano te digo que te prepares, por que esto no le va a caer bien, y entre más tiempo pase peor el asunto. Tienes mucho que explicar querida sobrina, y prefiero esperar a enterarme junto con el resto.

-¿Es una amenaza?

-Si, es una amenaza. Que no se te olvide donde vives – Tokio decidió retirarse e irse a dormir – Será una cena formal, recuerdalo.

Megumi se quedo parada viendo como su tía salía de aquel salón dejándola sola. Era justo lo que le faltaba, pero ya que, de todos modos en algún momento se lo diría a su tío. Seguro iba a enfadarse pero… Bueno Sanosuke no era tan mala persona, incluso ella le tenía un gran cariño después de tanto… Mejor le llamaba a Sagara para darle la invitación obligada, si iba a explotar la bomba, que explotara de una vez…

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La mañana tenía un sol muy brillante. Era un día hermoso y fresco, lástima que Katsu no tuviera oportunidad de notarlo. Caminaba aprisa por una avenida que no visitaba desde hacía años, el estar caminando por allí tan temprano lo hacía sentirse más irritado aún, y todo para encontrar alguna pista que lo llevara con lo que sentía, era la vuelta a la realidad de Sanosuke. Antes de salir de su apartamento, su hermanito le aviso que tenían una cena en casa de los Saito por la noche¡Bendito el día en que Sanosuke conoció a Megumi! Ya podía imaginarse la cara del viejo Saito al ver a su adorada sobrina al lado de Sano, iba a querer matarlo. Él estaba a punto de rendirse, tal vez no tenía ya nada por hacer, sino dejar a su hermano meterse en problemas. Se giro rumbo a donde había estacionado su auto y continuó su marcha. Mientras intentaba recordar desde cuando Sano era tan problemático, vio algo en la acera de enfrente. ¡Kami no lo odiaba después de todo!

-¡Sayo! – Katsu corrió detrás de aquella mujer que salía de una vieja Iglesia católica - ¡Sayo!

La mujer en cuestión se paralizó al verlo. Apenas recupero el aire Katsu le hizo una reverencia y ella correspondió. Ahora si, esto debía ser una señal… ¿O no?

-Sayo… Que coincidencia.

-Eso creo – Ella sonrió nerviosa - ¿Cómo ha estado Katsuhiro-san?

-Bastante bien… Aunque, si quieres que sea honesto no paso por la mejor de las situaciones.

-¿Le ha pasado algo malo?

-Malísimo – Katsu busco una estrategia - ¿Crees que sería posible que habláramos en otro lugar?

-Yo realmente no lo creo. Debo hacer unas cosas y no tengo mucho tiempo.

-Esta bien - Él estaba muy desesperado – Escucha Sayo, necesito de tu ayuda.

-¿Mi ayuda?

-Sí. Lo malo que pasa tiene que ver con Sanosuke, y estoy casi seguro de que si cuento contigo él…

-¿Le paso algo malo¿Cómo está?

-Está completamente loco. No sé que le sucede, ha perdido la razón por completo. Yo no podría explicártelo todo aquí, es un asunto tan largo… Sólo puedo decirte que es urgente que alguien me ayude a volverlo al mundo real.

-Yo… - Ella cada vez sonaba más nerviosa – No sé si pueda hacerlo. Digo, como usted sabrá, yo no lo he visto desde que…

-Sólo necesito que hables con él.

-Realmente me encantaría pero no puedo – Ella se veía rara – Últimamente he tenido muchas cosas que hacer. Además usted sabe como terminaron las cosas entre nosotros, no creo que le haga mucha gracia verme de la nada. Seguramente se pondrá peor con mi presencia.

-Lo que pasa de verdad necesita medidas extremas, sabes que no deseo colgarte en la soga…– Sagara dudo de decirle la verdad pero, ya que… - Sano cree que quiere casarse con alguien que no le conviene, enloqueció por que es una persona que no tiene nada que ver con él. Son amigos desde hace un tiempo, aunque yo no sabía que eran amigos…

-¿Casarse? – Sayo tuvo una conmoción en ese momento. ¿Casarse? Esto era una broma de pésimo gusto, cómo esperaba que ella fuera y se presentara frente a Sanosuke, que encima estaba a punto de…y ella tenía que decirle…

-Si. Ella era su doctora, un romance fugaz que aún no me explico como fue que termino en planes de boda…

La mente de Sayo se desconecto y no pudo terminar de escuchar… ¿Su doctora¡Dios santo! Tenía que ser la tirana de Takani-sensei. ¡Sanosuke si se había vuelto loco! Esa mujer siempre recibía visitas y llamadas de un hombre que obviamente no era Sano, esa mujer no lo valoraba en lo más mínimo. Ella sentía la necesidad de hacer algo… no, no era necesidad… Era su deber hacer algo, así Shougo se pusiera furioso ella tenía que ayudar a Katsu, después de todo Sanosuke era alguien que le había dado el mejor de los regalos, y haría todo lo posible por que no cometiera el error más grande de su vida…

-Bien. Hablaré con él.

Katsu sonrió.

-Aquí está mi número personal. Llámeme cuando tenga la hora y el lugar por favor – Sayo extendió un papel – Ahora debo marcharme, que pase un buen día Katsuhiro-san.

¡Ya casi estaba listo! Katsu volvió a sonreír, estaba bastante feliz. Seguramente al hablar con Sayo su hermano reaccionaría y pondría los pies sobre la tierra… si antes no moría de la impresión de ver otra vez a la bella ojiverde que tanto adoro en su adolescencia…

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-A veces quisiera saber que tanto interés en preguntar por mi hermana y sus amistades.

-Simple curiosidad, ya te lo he dicho.

Kamatari sonrió, de nuevo estaba en una cita con Shougo. Aquel hombre la tenía intrigada, ella podría jurar que lo conocía de antes, mas no tenía idea de donde pudo haberlo visto… Le parecía agradable y además de eso era bastante atractivo, así que ella no le veía nada de malo en salir con él, sin embargo nadie sabía nada de él y ella, no le había contado a Kaoru, mucho menos a Yumiko, ya se imaginaba el escándalo que haría su hermana…

-Pues no tengo idea. Mi hermana es un caso rarísimo… Yo imagine que tenía un novio y me salió con que era su socio… Katsu Sagara¿lo conoces?

-¿Sagara dices?… Creo saber quien es.

-Fuera de él no conozco a nadie más que se la pase con ella.

-Interesante vida la de Yumiko. – Él sonrió - ¿Y qué me cuentas de ti?

-¿Acaso me falta algo de mi vida que contarte? – Ambos rieron ante tal comentario – Ah, creo que se me había escapado contarte que después de la graduación me iré de viaje con Kaoru-chan… O eso espero, ella aún esta dudando…

-Cierto, eso no me lo habías contado.

-Bueno, el viaje es a París, Londres, Milán, Roma, L.A. y a New York. Una de las mejores amigas de mi hermana nos regaló el viaje, iremos con ella en una gira que hará en distintas pasarelas.

-¿Hatsumono te regaló un tour por pasarelas?

-Si¿Cómo sabes que fue ella?

El se quedó en silencio un momento – Me habías dicho que es modelo y amiga de tu hermana.

-No recuerdo haber dicho que era modelo, igual y lo sabias, todo el mundo la conoce. Hatsumono no sabe si nos acompañará en todas las ciudades o nos verá en N.Y., con eso de que ahora anda enseriándose con Aoshi…

-¿Enseriándose?

-Ya sabes, está considerando que su relación sea más formal todavía. Bien por ella y eso, lástima que Aoshi sea tan…raro. Creo que tuvo suerte, yo imaginé que Megumi se pondría furica pero…

-¿No lo hizo?

-Para nada. Yumi dice que lo tomó de la mejor manera – La joven dio un sorbo al refresco que tenía frente a ella – Megumi es tan rara como Aoshi, supongo que eso tiene que ver con que ella sólo se dedica a sus hijas.

-Debe de ser un gran esfuerzo sólo dedicarse a dos niñas…

-¡Eso mismo pienso! Ella es muy bonita y joven como para no conseguirse un novio. El otro día Yumi estaba bromeando con ella sobre alguien, un paciente suyo creo. Megumi se puso de todos colores.

-Así que un paciente suyo…

-No escuche el nombre…Si está interesada en él no tardare en enterarme. Mi hermana es tan chismosa – Kamatari vio como Shougo dibujaba una sonrisa – Aunque no sé como terminé hablando de ellas otra vez… Mejor te sigo contando del viaje.

-Adelante…soy todo oídos…

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El silencio resultaba benéfico para la búsqueda de Tsubame. El estar siempre buscando pistas sobre quien quiera que fuera su padre la había llevado a involucrarse en otra cosa: descubrir que era lo que ocultaba su tía Tokio, y ahora no podía dejar de investigar, sentía que estaba muy cerca de descubrir que era lo que pasaba en esa familia "perfecta" que ella durante casi toda su corta vida había idealizado. Había buscado por cada rincón que pudo de la residencia Saito y las pistas que encontraba la confundían más, así que ese día decidió tomar medidas extremas y entrar al despacho de su tío Hajime. Estaba con sus sentidos alertas ya que tenía muy presente que todo el mundo tenía prohibido entrar sin autorización al despacho. Primero intentó abrir los cajones del escritorio pero estaban bajo llave, "perfecto…" luego intento en los gabinetes pero sólo encontraba papeles del trabajo, justo antes de salir decidió abrir el pequeño armario de la habitación, después de unos cuantos trucos con un pasador lo logró y entro para husmear lo más rápido posible, estaba casi segura de que en aquel lugar encontraría algo…

-Pero no me has explicado por que no quieres que se de cuenta de que estás aquí.

-¿Necesitas más motivos además de que no quiero verla?

Tsubame cerró la puerta del armario y se escondió al lado de unas cajas, las voces que la tomaron por sorpresa eran de su madre y de su tío, sólo le quedaba esperar a que se fueran sin descubrirla…

-¿Por qué siempre tienes que ser tan egoísta?

-Yo no soy egoísta – Al parecer Hajime estaba furioso – Intento de todas las formas posibles sobrellevar mi vida, pero siempre tiene que tratar de sabotear mi tranquilidad.

-Es tu esposa, no un monstruo.

-Eso es lo que yo pienso, aunque ella debe creer que su deber de esposa es tratar a toda costa de manchar el nombre de…

-¡Ya basta! Tienes que dejar todo atrás.

-Lo hago Tae. Es sólo que Tokio es imposible, hace unos días me echó en cara a los idiotas Sagara. ¿Puedes creer que mi pequeña Megumi esta relacionada con el mocoso de Souzo?

-Claro que puedo creerlo. Souzo era una gran persona y estoy segura de que educó muy bien a sus hijos, que tú les tengas mala voluntad es algo distinto. Si Tokio te lo contó no fue para molestarte, aunque no lo creas ella también se preocupa mucho por Megumi, supongo que sólo intentaba ver si tú ya lo sabías…

-Que le preocupa… Vah – Tsubame deseaba hacer un hoyo en el suelo y salir de allí – Intenta que me enfade con ella para que la eche a la calle. Tú mejor que nadie sabes cuanto la aborrece, siempre ha estado celosa de ella, la odia desde que nació.

-¡Pero claro que no! Reconozco que Tokio no siempre tiene la mejor de las intenciones cuando se trata de Megumi, pero tampoco la odia tanto. – La voz de su mamá le daba ánimos – Lo único que le sucede es que Megumi tiene un gran parecido con Yaeko.

-Era su madre, por supuesto que tiene un gran parecido con ella.

-¡No es sólo por eso!

-Ya me cansé de hablar de esto. Si te hace sentir mejor, te prometo que voy a tenerle más paciencia, excepto cuando se trate de Megumi. Yo le prometí a Yaeko que iba a cuidarla hasta que me muera, y voy a cumplirlo, por que ni Tokio ni tú van a hacer que olvide lo mucho que Yaeko confiaba en mí.

-Y por supuesto que no queremos eso. Pero no es posible que te alteres cada vez que Tokio hace un comentario de ella.

-No es que haga el comentario, es la forma en que lo hace. Ya olvidemos esto, por favor.

-Bien, pero recuerda que además de cuidar de Megumi, también tienes a Kaoru y Misao¿has pensado lo que les afecta que su padre y su madre discutan a cada rato?

-Tae…

-Hablo enserio Hajime. Son mis sobrinas y por eso me preocupo. No creo que a Yaeko le hubiese gustado que le prestaras más atención a su hija que a las hijas de Tokio.

-No tengo preferencias… Y deja el tema de una vez…

-Sólo quiero que recuerdes… Mira, hazlo por ese amor incondicional que se tenían tú y Yae-chan, piensa en lo molesta que estaría si viera lo mucho que pelean tú y Tokio.

-Si ella estuviera aquí, te aseguro que no tendría motivos para pelear con Tokio, pues no tendría que estar con ella…

-¡Hajime!

-Sigo casado con Tokio por que la aprecio bastante, y por que Yaeko me pidió que no la dejara sola – La pequeña Tsubame apretaba los ojos y cubría sus oídos, ya había escuchado bastante – Espero que no vayas a contarle todo a Tokio como es tu costumbre. Ambos sabemos como odia recordar que para mí sólo a habido una sola mujer, y que esta muerta por su culpa.

-No fue su culpa… Y puedes estar seguro de que guardaré silencio sobre esto.

Tsubame tuvo que esperar un rato antes de poder salir, claramente escuchó cómo se abría la puerta y creyó que debía salir, se detuvo cuando notó que su tío Hajime seguía en el despacho, sentado y con las manos entrelazadas, después de varios minutos el también salió y entonces ella pudo dejar el escondite. Definitivamente lo que fuera que escondían en esa casa era mucho más grande de lo que ella imaginó en un principio, y en ese momento no sabía si continuar indagando o quedarse con la interrogante sobre como es que Megumi terminaba entrelazando cada pista que hallaba…

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Al parecer lo que ella creía era una cena cualquiera, su madre la había transformado toda en un gran banquete… ¿Ocasión? Aún nadie le informaba. Supuso que tendría que ver con su prima, después de todo allí estaban las amistades de Megumi, no iba a preguntar pues estaba segura se enteraría en el transcurso de la noche. Y ella que al principio pensó que era para festejarla… Camino hasta el jardín más cercano y se paró frente a la puerta, prefería estar en aquel lugar que en medio de las pláticas molestas que acontecían en su sala…

-¿Por qué estás aquí afuera?

Misao vio como Aoshi se acercaba al lugar donde ella estaba parada. Aquel hombre siempre lucía increíblemente apuesto, y ella pudo haberse quedado deslumbrada con esa vista, si no fuera por que recordó la plática que mas la molesto…

-Tu novia me ha mareado con tanto comentario sin sentido acerca de ustedes – Misao notó que su comentario no sonaba precisamente bueno – Digo, no es que sea por ti ni nada, pero su estilo al hablar me fastidia.

-Hatsumono tiene un acento peculiar, tantos años y aún no te acostumbras.

-No es amiga mía, no tengo por que acostumbrarme a su dialecto raro – La jovencita hizo un puchero que logró que el hombre sonriera ligeramente – Y sin que te enfades pero…poco me importa lo que hagan o a donde salgan. Ya te dije que no soy su amiga.

-Pensé que eras mi amiga.

-Yo… - Lo último que Misao se hubiera imaginado era escuchar eso, bien, ahora estaba siendo cautivada, como siempre, por el encanto de Shinomori… - Si pero… No me gusta estar en conversaciones ajenas.

-Descuida, comprendo que te hayas sentido incómoda. Sé muy bien lo que es estar rodeado de esas mujeres en medio de un montón de palabrería que fastidia.

-Ya esta, entonces no más preguntas de por que soy una inadaptada.

Ambos rieron. Para Misao no era fácil creerse que el Aoshi que se había encontrado unos meses antes, aquel que parecía no tener expresión alguna, estuviera hoy riendo con ella. ¿Reiría así con Hatsumono? …

-¡Misao!

Misao, quien estaba a punto de dar un paso más hacia Aoshi, vio como Soujiro se acercaba con una cara de enojo…

-¿Pasa algo Sou-chan?

-Tu madre me ha dicho que ya es hora de la cena, ya han llegado todos los invitados y me mando por ti – El jovencito la jaló del brazo – Anda vamonos. Permiso Shinomori-san.

-Voy con ustedes, Soujiro.

La pequeña Saito sintió unas ganas de reírse a carcajadas que tuvo que contener. La cara de Soujiro y la forma en que le apretaba el brazo le hacían pensar que el joven estaba celoso de Aoshi, quien tampoco traía la mejor de las expresiones, esta si que iba a ser una cena larga…

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Megumi se miro por última vez en el espejo y respiro profundamente. Camino al comedor hasta tomar su lugar en la mesa. Su tía Tokio se había esmerado por hacer de eso algo muy formal, la mejor vajilla y el más lindo mantel sobre la mesa. Notó que su tío Hajime no puso la mejor de las caras cuando vio a Sanosuke sentarse en su mesa, probablemente su tía no había dicho ni una palabra sobre el motivo de aquella reunión. Misao y Kaoru le dirigían miradas curiosas, probablemente ellas tampoco tenían idea de que pasaba. Esperaba terminar de cenar y así armarse de valor para decirle a su tío lo de su supuesto compromiso, pero como siempre, las cosas se adelantaron a sus planes…

-¿Y qué celebramos exactamente…?

Hajime Saito hizo que todo el mundo volteara la mirada hacia él. Megumi sintió un nudo en la garganta y espero a que alguien más dijera algo para ser su salvación, por que ella no podía ni articular una sola palabra…

-Eso mismo me preguntaba yo papá – Kaoru apoyo el comentario.

-No arruinemos la cena con preguntas necias – Tae sonrió al resto de los invitados – Tokio y yo nos encargamos de todo personalmente¿no es delicioso?

-Esta perfecto Tae-san – Megumi pudo jalar una sonrisa, aún tenía tiempo para armarse de valor.

-Si, bastante bueno¿Acaso alguien cumple años y no lo sé? – Misao sonrió al ver a su madre – Esto es mucho para una cena cualquiera.

-Oh, y no es una cena cualquiera – Yumiko miró a Megumi mientras hablaba, si, ella no se quedaría callada en ese momento tan monstruoso, según su opinión. No importaba que Katsu y ella… daba igual, Sanosuke le caía lo bastante mal como para ignorar a Megumi y sus ojos de "no hables por favor…" – Me sorprende muchísimo que nadie haya comentado nada… ¿No deberías decir algo, Meg?

-¿Megumi? – Hajime se volvió hacia ella - ¿Qué es lo que sucede?

-Bueno… yo…

El jefe de la familia Saito no tenía el mejor de los presentimientos, ver a los hijos de Sagara en su mesa, con una cena tan formal… Estaba claro que si alguien iba a contestarle que pasaba, era Megumi, sus amigos más cercanos estaban presentes… Su mente se heló ante la idea que le rondaba la cabeza… No podía ser…Simplemente no podía estar pasando en su familia…

-¿Y bien? Sigo esperando Megumi.

-Saito-san… - Sanosuke parecía querer decirle algo… Estaba a punto de ir a buscar una de sus tantas armas de colección y de atacar al idiota ese con una de ellas – Como le comenté el otro día… Pues verá, Megumi y yo…

-¿Mi sobrina y tú qué…Sagara?

-Lo que sucede es que él y yo… Esto es algo complicado…

-Querida, tengo todo el tiempo del mundo para escucharte.

-Saito-san, mire… Lo que sucede es que pues… ¿Recuerda lo qué le dije? Espero que lo recuerde, por que en realidad yo me lo decía enserio… El asunto era más de lo que usted imagina…

-Yo pensaba decírtelo… Eres como un padre para mí y…

-Van a casarse… ¿No es eso adorable Hajime? – Tokio interrumpió… Sus sentidos estaban colapsando…

-¿Nani?

-Eso… que nosotros…

-Nos casaremos.

Hajime Saito sintió como si alguien lo hubiera empujado a las aguas del ártico… No podía dar crédito a lo que escuchaba, su preciosa Megumi no podía estar…tener…Cómo…desde cuándo…Pero…No sabía hacia donde fijar sus pensamientos…Era obvio que Tokio estaba enterada, una razón lógica para tanta alegría…Sus hijas comenzaron a felicitarlos, todos lo hacían…y él… ¡Pero por supuesto que ningún hijo de Souzo Sagara iba a meterse a su familia¡Esto era una locura! Sabía que Megumi no era de las que hacían las cosas sin antes pensarlas, pero ahora dudaba de que la joven doctora tuviera cordura en lo que hacía…Él jamás iba a aceptar tal tontería, y cómo haría cualquier jefe de familia molesto, alejó su plato y se retiró de la mesa con dirección hacia su despacho haciendo que el resto de los invitados lo miraran con desconcierto…Mientras su bella esposa no podía evitar sonreír por dentro…