BAJO EL CIELO DE CERULEAN
por Aneth.
ooooooooooooooo
"Porque bajo este cielo yo te conocí...
y desde ese día supe
que estarías a mi lado para toda la eternidad"
ooooooooooooooo
NOTA:
Este capítulo va dedicado a mi mejor amigo Jaunjis! XD
Los personajes de Card Captor Sakura le pertenecen pura y exclusivamente a CLAMP.
Los demás, son personajes inventados y YO soy la dueña absoluta de todos ellos!
Este fanfic es realizado sólo con fines de entretenimiento.
CAPÍTULO 4:
ASALTO AL PALACIO
La luna brillaba en todo su esplendor queriendo ser la única dueña del oscuro cielo, mientras que algunas pequeñas nubes intentaban vanamente cubrirla con su manto.
En la cálida noche reinaba nuevamente la tranquilidad, la cual era quebrada en ciertos instantes por ruidos de pasos y armas en las afueras del palacio, entremezclados con el sonido suave del follaje movido por el viento.
Era casi medianoche.
Shaoran yacía oculto tras las altas ramas de uno de los tantos árboles existentes, observándolo todo.
Hacía ya bastante tiempo que estaba inspeccionando los lugares elegidos por los soldados para montar guardia.
–...tsk ...–chistó Shaoran molesto mientras le echaba un último vistazo a uno de sus enemigos que se estaba recostando tranquilamente allá a lo lejos sobre uno de los frondosos árboles.
Tal y como había pensado, definitivamente habían aumentado la seguridad en los alrededores y no había cesado desde aquel incidente días atrás.
El rey seguía alerta, lo cual quería decir que debía tener muchísimo más cuidado que la vez anterior. Los guardias estaban diseminados perfectamente por todo el palacio en lugares estratégicos, de manera que si por alguna razón llegaba a ser visto por alguno de ellos, sería fácilmente interceptado por el resto del grupo.
Rayos. Le iba a costar más trabajo entrar por el pasadizo esta vez.
Sonrió contradiciéndose. Después de todo mientras más difícil era la situación más se veía atraído a ello.
Shaoran se deslizó finalmente por la rama en la que se encontraba, cayendo suavemente en el suelo y avanzando por el espeso bosque que rodeaba a una parte del palacio, rumbo a la cueva que había utilizado anteriormente en compañía de sus amigos.
Escuchando voces acercándose provenientes de algunos soldados que inspeccionaban el lugar, se apresuró para entrar al pasadizo antes de que sea demasiado tarde.
Desafortunadamente, vio que la entrada estaba vigilada, pero a su vez, el soldado encargado se encontraba solo por el abandono temporal de su compañero.
Shaoran sonrió nuevamente. Para él, aquello era igual a pan comido.
El sujeto se encontraba de pie delante de la cueva, con el semblante serio, moviendo sus ojos de un lugar a otro y sujetando firmemente su espada esperando alguna señal de algún inusitado intruso. Shaoran observaba con detenimiento hacia dónde apuntaban los ojos de su contrincante, esperando el momento adecuado para salir de su escondite.
De pronto, el soldado tosió, llevándose la mano izquierda a su boca bajando la mirada por unos instantes.
–Ahora–dijo Shaoran dando velozmente un gran salto y cayendo delante del sujeto dándole un fuerte golpe en la cabeza.
El soldado, quien a duras penas había tenido tiempo de levantar su mirada, cayó lentamente al suelo inconsciente.
Shaoran se agachó hacia el soldado malherido para correrlo cuando de repente, el ruido del follaje hizo que se detuviera.
Alerta, Shaoran levantó lentamente su brazo derecho hacia aquello que cargaba en su espalda, mientras agudizaba su oído e intentaba oír de nuevo el follaje agitándose.
– Je–sonrió de pronto.
En un abrir y cerrar de ojos, la tranquilidad de la noche fue interrumpida por el imprevisto choque de dos espadas y un leve quejido de dolor.
Silencio otra vez.
Un recién llegado soldado caía de bruces al suelo, mientras que Shaoran limpiaba su espada con su ropa la sangre de éste. La espada del sujeto yacía a su lado partida en el suelo.
Shaoran se agachó y le tomó el pulso.
–Vaya... sigue vivo–pensó con una sonrisa.
Aunque la situación fuera de vida o muerte no le agradaba matar...
Shaoran cargó al sujeto y lo depositó dentro del bosque junto al soldado que se encargó de derrotar primero. Se fijó de que estuvieran bien ocultos entre los arbustos para no levantar más sospechas, y se dispuso a seguir su cometido adentrándose en la cueva.
Mientras llegaba al otro lado de ésta, se le ocurrió pensar en cómo diablos iba a hacer para volver si esos sujetos merodeaban por la salida, rogando que éstos no encuentren el cuerpo de su compañero para complicar más las cosas. Molesto, decidió hacer sus preocupaciones a un lado y dejarlas para más adelante, cuando realmente llegue el momento de enfrentar ese dilema...
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Como si de una sombra se tratase, Shaoran esquivó cada uno de los guardias que se le presentaban en el camino. Éstos no sólo habían aumentado en número, sino que prácticamente no dejaban lugar sin tregua, y retrasaban aun más su llegada al objetivo.
Más de una vez pensó en darse media vuelta e intentarlo más tarde a medida que se iba complicando su estadía allí, pero no podía permitirse fallar de nuevo. No esta vez. Después de todo, a lo largo de su juventud, había logrado ser el excelente ladrón que era por superar una increíble cantidad de pruebas.
–... Tomémoslo como una pequeña travesura más...–se dijo a sí mismo al mismo tiempo que trepaba con increíble velocidad un muro y descendía sigilosamente.
Observó los alrededores oculto tras una pared, tratándose de ubicarse mentalmente en dónde se encontraba. Si mal no recordaba, estaba en uno de los jardines cercanos a la bóveda. Aquel lugar le resultaba familiar... o sería tal vez porque todos los jardines eran parecidos, quién sabe...
Shaoran se escabulló nuevamente entre los muros del palacio usando como escondite las hermosas enredaderas con flores que pendían de estos. Avanzó un poco más, hasta que pudo reconocer no tan lejos de allí una hermosa fuente adornada con una bella mujer alada. La fuente le resultaba extrañamente familiar, aunque por un lado estaba seguro de no haberla visto nunca...
–... Pero claro... –se dijo una vez que su mente le hizo recordar.
Aquella era la fuente en donde se había detenido por tan sólo unos momentos la otra noche. Había estado tan absorto en escapar de aquel lugar que no se había dado cuenta que ésta era una auténtica obra de arte.
Agradeció el haberla encontrado, ya que ahora ya sabía con precisión en donde se encontraba la ventana de la bóveda y además podía saber el camino de regreso.
Shaoran observó cuidadosamente de nuevo a su alrededor, y al ver que no había peligro trepó sigilosamente por las enredaderas hasta el balcón más cercano.
Estaba a punto de subir sobre el balcón cuando unos ruidos provenientes de aquella habitación lo sacaron completamente de contexto.
Pasos.
Y sonaban cada vez más fuerte...
Rápidamente Shaoran se escondió tras una de las paredes laterales justo a tiempo para evitar que una joven, quien salió apresuradamente al balcón dejándose caer molesta sobre la baranda bufando, lo viera.
–¡Pero Señorita, es por su bien!–le dijo una chica acercándosele preocupada, mientras la susodicha muchacha yacía arrojada sobre el balcón.
Shaoran observó la apariencia de ambas jovencitas. La que estaba con la mirada gacha sobre el balcón tenía el cabello corto color castaño claro y llevaba un vestido sencillo color rosado y blanco, mientras que su acompañante tenía el cabello café oscuro recogido en dos trenzas y llevaba puesto una vestimenta mucho más simple y blanca. Shaoran supuso que la joven cuyo rostro desconocía, era alguien importante dentro del palacio, y que la otra muchacha, por la manera tan formal de hablar y por su ropa, debía ser una clase de criada.
–Uf...–se quejó la joven en el suelo sin levantar su cabeza, mientras Shaoran observaba la situación con atención– Ya lo sé Chiharu¡todo es por mi bien! El que no pueda salir de palacio... –dijo levantando su mano y enumerando con sus dedos–... que no pueda relacionarme con otras personas, que no me dejen encontrar el único recuerdo de mis padres, el que tenga que casarme con alguien porque todos dependen de ello ¡incluyéndome a mi, y ahora¡que no me dejen ser libre en mi propio hogar¡Todo es por mi bien¡Todos se preocupan por mí!–dijo enojada y dejándose caer nuevamente frustrada en la baranda.
–Señorita Sakura, cálmese por favor –le dijo la chica preocupada colocando su mano derecha en su hombro.
–¡Lo único que falta es que no me dejen salir de mi habitación!–se quejó nuevamente pero un poco más calmada.
–Lo siento mucho Señorita... pero creo que Su Majestad tiene razón en no dejarle recorrer el palacio por las noches como frecuenta... Es por su seguridad...
La Princesa Sakura guardó silencio unos instantes con la cabeza entre sus brazos intentando recobrar la calma, que rara vez perdía. Se había puesto de malhumor nuevamente con su hermano mayor y había perdido la compostura luego de haber escuchado las nuevas normas de seguridad impuestas por él. Afortunadamente, la plática no duró mucho, y Sakura intentó tomarse lo mejor posible las palabras de su hermano, disimulando lo más que pudo su enojo.
Sakura suspiró una vez más para terminar de desahogarse y le tomó la mano a la chica, mientras que Shaoran se atrevía a asomarse un poco más por el borde de la pared para observar con mayor detenimiento la escena.
–Te agradezco mucho tu preocupación, amiga...–dijo finalmente y con calma, aún con la mirada gacha–Pero es que ya me cansé de todo esto... De día, ahora no hay lugar al que no vaya con escolta, y de noche ni me puedo dar el lujo de ir por los pasillos siquiera...
–Lamento mucho no poder ayudarla como quisiera...–dijo Chiharu apenada por no resultar de ayuda–Me gustaría que...
–Está bien...–dijo la princesa levantando finalmente su cabeza y dejando ver su hermoso rostro sonriéndole. Sus brillantes ojos verdes la miraron con cariño, aunque con un cierto dejo de tristeza.
–Pero si es... –pensó Shaoran mientras la observaba hipnotizado desde su escondite, recordando aquella mirada–... ella...–
–No te preocupes, estoy bien–le dijo a la chica fingiendo estar animada y sonriéndole aun más–Sólo me alteré un poco... pero ya estoy mejor nn.
–¿Lo dice en serio...?–preguntó la joven esperanzada, aunque sin creerle completamente.
La princesa asintió con un movimiento de cabeza, sin borrar aquella bella sonrisa de su rostro.
–Ahá... –le confirmó–Es mejor que vayas a dormir... Debés estar muy cansada, hoy tuviste mucho trabajo...
–Es verdad–dijo la muchacha devolviéndole la sonrisa, creyéndole finalmente y dando unos pasos hacia atrás–Voy a retirarme entonces¿seguro que no necesita nada más?
–No, te lo agradezco mucho, no necesito nada... –dijo poniéndose de pie-Buenas noches mi querida Chiharu nn
–Buenas noches a usted también, Señorita–dijo haciéndole una reverencia y desapareciendo adentrándose a la oscura habitación.
Sakura veía a su compañera alejarse en la oscura habitación, mientras continuaba siendo observada por unos ojos ambarinos sin que se diera cuenta. Shaoran vio que su sonrisa desapareció tan fugazmente como había aparecido, pasando de un rostro alegre a uno más triste. Ella suspiró una vez más y bajó la mirada deteniéndose un tiempo en la fuente y en las flores de los jardines. Pasados unos minutos, la princesa volvió a suspirar resignándose completamente y optó por recostarse sobre la baranda del balcón junto a la pared donde se hallaba escondido aquel ladrón, cerrando los ojos y divagando absorta en sus propios pensamientos.
Shaoran retrocedió rápidamente sorprendido por el repentino movimiento de la chica, temiendo que ella se diera cuenta de su presencia.
–¿Estará dormida?...–se preguntó al notar luego de unos cuantos minutos en los que la muchacha parecía haber conciliado el sueño de lo quieta que estaba.
Shaoran permaneció unos momentos observándola, e intentó salir de su escondite, dándose cuenta que aunque la joven no se hubiera dado cuenta de su presencia de todas maneras estaba acorralado. Trató de moverse un poco, comprobando que ante un movimiento brusco rozaría con sus ropas su cabello y su vestido. La única opción que le quedaba era permanecer en aquel lugar hasta que la joven decidiera irse. Debía quedarse lo más quieto posible. Maldijo para sus adentros el momento en el que se metió en ese lugar. Tranquilamente podría haber elegido uno mejor...
Shaoran intentó tomar y exhalar aire más despacio, aguantando incluso la respiración para que ella no lo escuchara siquiera respirar. Aunque poco resultado le dio aquello... ya que algo se apoderó de sus sentidos, haciéndolo estremecer.
El perfume de su cabello...
El aroma a cerezos...
Ese perfume tan embriagante que estuvo a punto de hacerle perder el equilibrio más de una vez...
Shaoran sacudió su cabeza para intentar zafarse de las sensaciones que le producía el aspirar de ese delicioso aroma pero era inútil. Ya había caído hechizado...
¿Qué le estaba pasando? Primero eran sus ojos... aquellos hermosos ojos esmeralda... y luego, su exquisito perfume... Nunca había sentido nada como aquello...
Observó su rostro angelical aprovechando que tenía los ojos cerrados, y lentamente se fue acercando hacia la joven, sin poder evitarlo... sólo dejándose llevar...
Olvidándose de todo y de todos continuó acercándose, mientras su vista se apoderaba de sus sonrosados y tentadores labios...
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–¡Tomoyo!–dijo una voz dulce llamando a su compañera.
En el castillo de Níger, tres criadas realizaban sus últimas tareas del día.
El rey ya se había retirado a sus aposentos, dejándoles el camino libre para asear el recinto. Mientras dos de ellas acomodaban los adornos sobre la enorme mesa que se hallaba en el centro del Salón, una joven de cabellos negros y brillantes ojos amatistas observaba la luna llena por la ventana.
–¡Hey Tomoyo!–volvió a llamar la dueña de aquella voz, quien tenía el cabello corto y usaba lentes, mientras limpiaba la mesa y hacía una pausa.
–Ah... O.O–dijo la aludida y sorprendida muchacha dándose vuelta rápidamente–Es verdad, perdonen ...–dijo mientras se dirigía a la mesa y agarraba una fuente repleta de copas.–No me di cuenta que...
–Está bien–le dijo sonriendo una de ellas–No quería interrumpirte en tus pensamientos pero...–dijo cargando en sus brazos más y más trastos–... si el rey llegase a levantarse y viera que nos atrasamos con nuestras tareas estaríamos en problemas, amiga...–dijo pasándole los artefactos que acababa de levantar a su otra compañera, quien abandonó rápidamente la habitación para llevarlos a la cocina.
Tomoyo le devolvió alegremente la sonrisa, mientras iba en dirección a la puerta con la susodicha fuente llena de copas.
–Espera–le dijo la misma chica, quien ahora se encontraba pasando un paño dándole unos últimos toques de limpieza a la ventana.
–¿Qué pasa Naoko?–preguntó Tomoyo deteniéndose bajo el arco de la puerta mirando curiosa a su amiga.
Ésta sólo le hizo una seña para que fuera, mientras dirigía su vista nuevamente a través de la ventana. Tomoyo la miró sin entender, y acomodando la fuente para sostenerla mejor, fue donde su amiga.
Bajó la mirada hacia donde Naoko observaba, y vio en la oscuridad del lugar una figura que rondaba por los alrededores.
–¿Que...?–comenzó Tomoyo dejando apoyada la fuente en el borde de la ventana.
–Shhh...–le dijo la chica callándola.–Espera a que pase por la luz de aquellas teas–le dijo sonriente y asomándose más, acomodándose los anteojos.
Tomoyo la observó aun sin comprender, y asomándose de igual forma vio asombrada cómo aquella figura pasaba por la tenue luz de una de las antorchas que se hallaban en la pared.
–¡Pero si es...!–dijo sonrojada y tan sorprendida que empujó sin quererlo la fuente dejando caer (por suerte) sólo una de las copas.
Ambas chicas cerraron los ojos. Naoko se ocultó tras la pared, mientras que Tomoyo optó por taparse la cara con las dos manos.
El ruido del cristal roto se escuchó como eco en el medio del silencio de la oscura noche.
–Ay Dios...–dijo Naoko asustada con los ojos cerrados.
La figura que rondaba por las afueras del castillo se detuvo de pronto y volteó hacia el lugar dónde yacían los cristales. Al adivinar de dónde había caído lo que antes era una copa, levantó su mirada deteniéndose en una ventana en particular.
Un joven de cabello azabache sonrió complacido al ver a una joven asomada en el borde de ésta, con lo que parecía una fuente con diminutas copas (NA: a eso se le llama tener buena vista! o).
Tomoyo alejó lentamente las manos de su bello rostro mirando avergonzada hacia donde se encontraba aquel joven. Éste sonrió una vez más y le hizo una reverencia, alejándose rápidamente del lugar.
Naoko abrió finalmente los ojos, mirando asustada a su amiga, quien se hallaba sonriente y sonrojada mirando absorta al joven alejarse en medio de la oscuridad.
–No sabía que te ibas a poner así...–le dijo Naoko haciéndola reaccionar y acomodar la fuente entre sus brazos una vez más.
–Es que... yo...–dijo acomodando aun más nerviosa las copas.
–¡Tranquila, que las vas a terminar tirando todas!–dijo su amiga exasperándose y ayudándola con el trabajo.
–... Perdón...–dijo Tomoyo bajando la mirada roja como un tomate–No sé por qué yo...
–Jajaja–se rió Naoko quitándole la fuente–Ese tal Hiragizawa sí que te hace perder la razón¿eh?
–¿Eh¿D-De qué estás...?–balbuceó sonrojada más aun.
–¡Oh vamos, amiga!–dijo sonriente avanzando hacia la salida del salón–Aunque te esfuerces en hacerlo, a MÍ no me engañas jeje nn
–... /oo/
–¡No tiene nada de malo!–dijo al ver que su compañera bajaba la cabeza apenada.
–Pero yo... es decir... está mal–balbuceó otra vez–Yo soy sólo una criada...
–¡Tonterías!–dijo Naoko alegremente–El Señor Hiragizawa no se fija en cosas como esas... ¡Es una excelente persona!
–Pero es el Consejero Real... y yo...
–Me parece muy gracioso verte tan distraída¡estás en las nubes! –le interrumpió Naoko ignorándola. Tomoyo optó por callarse–Sólo espero que ello no te perjudique... como lo podría haber sido el incidente de recién...–dijo sonriendo mientras Tomoyo le seguía el paso–‚ Te imaginas lo que podría haber pasado si Su Majestad se despertaba! Afortunadamente a estas horas el rey está lo suficientemente ebrio como para dormir como un tronco toda la noche...
Tomoyo sonrió ante el comentario de su amiga y se dirigió con ella a la cocina. Mientras terminaban con sus tareas no pudo evitar sumirse en sus pensamientos intentando disimular en su rostro su preocupación...
Naoko tenía razón. Debía tener más cuidado la próxima vez. Si el Rey se hubiera despertado por aquel descuido suyo, no sólo ella habría tenido problemas, sino también Naoko... ¿Pero cómo evitar sentirse de esa manera ante aquel joven que le hacía acelerar el corazón con tan sólo mirarla¿Cómo evitar ponerse nerviosa y hacer toda clase de tonterías ante su sola presencia?
Tomoyo recordó una vez más el incidente de la copa, y la sonrisa de él al descubrirla. Un leve color rosado se apoderó del blanco de sus mejillas y sonrió, dedicándole sus bellos pensamientos mientras terminaba de lavar la vajilla restante.
OIOIOIOIOIOIOIOIOIOIOIOIOIOI OIOIOIOIOIOIOIOIOIOIOIOIOIOI OIOIOIO
TOC TOC
–¡Sakura!...–se escuchó que alguien llamaba desde la puerta de la habitación.
TOC TOC TOC
–‚ Sakura!–se volvió a escuchar
–¿Que...–se dijo Shaoran de pronto a sí mismo, abriendo los ojos rápidamente y volviendo de golpe a la realidad.
Shaoran notó lo que estaba a punto de hacer y sonrojándose a más no poder, se hizo a un lado rápidamente rozando sin quererlo el vestido de la chica.
La joven sintió el roce del muchacho con su vestido pero sólo se movió un poco acomodándose mejor en la baranda del balcón donde se encontraba. Definitivamente ella se había quedado completamente dormida...
–‚ Pero qué rayos estaba a punto de hacer?–se preguntó Shaoran conmocionado mientras intentaba respirar con más calma–¡Idiota!
–‚ HEY MONSTRUO!–seguía llamando aquella voz del otro lado de la puerta.
Sakura abrió los ojos de golpe de par en par sorprendida y levantándose de un salto, se dirigió velozmente hacia la puerta.
–‚ QUE NO SOY NINGÚN MONSTRUO!–le gritó molesta y algo dormida a su hermano al abrir la puerta.
–¿Ah, no? Entonces dejá de gritarme que vas a despertar a todos con tus rugidos... MONSTRUO–dijo Touya sonriéndole maliciosamente.
–UYYYYYYYYY¿y se puede saber qué hacías VOS gritándome a esta hora!–le respondió molesta.
–Vine a hacerte callar... –dijo sonriente y echándole un vistazo a la habitación para ver si estaba todo en orden– Como eres un MONSTRUO y roncas demasiado fuerte no podía dormir por tu culpa...
–UYYYYYY–dijo ella furiosa apretando fuertemente los puños.
–Uhhhh, estás echando humo... –dijo éste burlándose de ella– Tené cuidado no vaya a ser que te salga fuego por la boca.
–¡ERES UN...!–comenzó diciendo ella.
–Buenas noches, MONSTRUO–dijo éste con la misma sonrisa maliciosa y alejándose rápidamente, al mismo tiempo que ésta daba un fuerte portazo.
–¡Ese Touya es un...!–dijo furiosa apoyada contra la puerta mirando al suelo–¡Diablos!–gritó enojada, mientras se dirigía nuevamente al balcón.
Shaoran, quien para ese entonces seguía maldiciéndose a sí mismo en el lugar por si el sujeto recién llegado se disponía a inspeccionar, observó cómo la joven se volvía a asomar por el borde del balcón mirando a la fuente y al resto de los jardines, más molesta que antes.
–¡Ya es el colmo!–dijo mientras se sentaba en la baranda, como si fuera a deslizarse.
Shaoran consiguió tranquilizarse, y respirando profundamente observó con cierta timidez a la chica.
–Se va a caer...– pensó de pronto al verla peligrosamente sentada tan en el borde del balcón.
Y en el momento menos esperado, la Princesa se deslizó tal y como Shaoran pensaba que sucedería.
–¡Lo sabía!–dijo mientras estaba a punto de salir de su escondite en su rescate.
De pronto, la joven hábilmente se sujetó de la pared por la cual caía, y dejándose caer unas cuantas veces, sujetándose de la misma manera, se deslizó con gracia hasta llegar al suelo del jardín.
–... Q-Qué...?–balbuceó sorprendido de lo que acababa de ver, mientras Sakura se arreglaba el cabello y se acomodaba la ropa.
Shaoran la observaba atónito desde arriba. Nunca habría imaginado que una chica pudiera hacer eso... y menos con ese vestido...
Aunque pensándolo bien, sí existía otra chica capaz de hacer algo similar...
Recordó entonces a su prima Meiling... Pensar que ella hacía casi las mismas cosas que él cuando eran niños... Se preguntó en dónde estaría ahora...
Sakura caminó lentamente hacia la hermosa fuente. La observó un tiempo, escondiéndose por unos instantes de uno de los guardias que se encontraban vigilando por los alrededores.
–Si mi hermano me encuentra acá me mata...–pensó mientras escuchaba que los pasos del guardia se alejaban cada vez más.
Con precaución, se levantó despacio detrás de la fuente, y se sentó en el borde de ésta admirándola. Desvió su mirada unos momentos para admirar esta vez la hermosa luna que se encontraba suspendida en el oscuro cielo...
La princesa emitió un suave suspiro, mientras miraba hacia el agua y jugaba con las flores que se encontraban flotando a la deriva. Aquella fuente era como una especie de refugio para ella... El quedarse allí, era lo único que la tranquilizaba cuando sentía que el mundo se le venía abajo... Suspiró una vez más y tomó entre sus manos una de aquellas hermosas flores, mientras alguien la observaba desde arriba.
Shaoran permaneció unos momentos mirándola desde el lugar donde se encontraba, hasta que recordó el motivo por el que había ido a ese lugar. Había perdido bastante tiempo ya... Era hora de conseguir finalmente lo que había ido a buscar...
Salió con cuidado de su escondite subiéndose al balcón y miró una vez más a la joven que se hallaba debajo.
Sakura estaba depositando la flor nuevamente en el agua y continuaba jugando con ella.
Shaoran volteó hacia el frente y salió velozmente escalando los muros del palacio rumbo a la famosa bóveda, sin darse cuenta de que era él esta vez el que había sido observado.
La princesa Sakura levantó de pronto la mirada recorriendo rápidamente con sus ojos los muros...
–¿Es posible que...?–se dijo en voz baja a sí misma, al mismo tiempo que no apartaba la vista del palacio, intentando encontrar a aquella persona que se había reflejado en el agua observándola tan sólo unos instantes atrás...
Sakura sonrió, desviando su mirada a la hermosa mujer alada de la fuente.
–¿Lo has visto, madre?–le dijo a la estatua–... Es él...– le dijo sonriéndole, mientras daba media vuelta y se escabullía entre las frondosas plantas de los jardines en su búsqueda.
–Mi hermano se enfadará mucho por esto...–se dijo a sí misma sonriendo alegremente ocultándose tras la vigilancia de uno de los guardias.
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–Me pregunto si estará bien... Bah, es lógico que sí lo estì no? Después de todo es el mejor de nosotros tres..–dijo Len de pie mirando la brillante luna de plata suspendida en el cielo.–... el mejor de nosotros tres peleando claro estì porque es malísimo tratando con las mujeres jeje... Por más que le enseño no hay caso, no, no... u.u'
Milo se encontraba en silencio escuchando vagamente a su compañero y sentado mirando concentrado las llamas de la fogata que habían encendido entre los dos un par de horas atrás. Hacía rato que Len se encontraba de pie hablando y reflexionando solo.
–...Aunque esta tarde se hallaba un poco... perturbado...–continuó Len con un tono más serio-... sólo espero que eso no le afecte...
Milo apartó su vista de las llamas por un instante y lo miró de reojo.
–...Por cómo están las cosas veo muy difícil que regrese victorioso del palacio...–dijo llevándose la mano izquierda a su barbilla en actitud pensativa.–... Creo que deberíamos ir en su búsqueda...–pensó en voz alta–... tal vez no fue buena idea de que haya ido solo...
Len bajó la cabeza pensando, mientras Milo volvía su mirar a la hoguera nuevamente pensando en las palabras de su compañero.
–... es lo mejor¿no?–preguntó mirando hacia el cielo nuevamente.
Milo ignoró esa pregunta y siguió entretenido en lo suyo. Len cerró los ojos por un instante para después continuar hablando.
–Hey vos...–dijo Len de mala gana llamando a su compañero sin quitar la mirada del firmamento.
Milo lo miró en contestación de su llamado, pero al ver que Len seguía observando el firmamento volvió su mirada a la hoguera nuevamente. Justo en ese momento, Len voltea la cabeza en busca de una respuesta. Al pensar que había sido ignorado, bajó la cabeza de repente comenzando a molestarse.
–¡Hey!–volvió a insistir para que el sujeto no siga ignorando su comentario.
Milo revoleó los ojos y giró la cabeza por... ¿tercera vez, encontrándose cara a cara con su interlocutor.
Len lo miraba con desagrado mientras que Milo continuaba con el mismo rostro relajado de siempre.
–¿Por qué...–comenzó Len casi como un susurro y bajando la cabeza enojándose.
Milo lo miraba indiferente.
–‚ POR QUÉ DEMONIOS NO ME ESCUCHÁS CUANDO TE HABLO!–terminó de decir gritando a los cuatro vientos dejando al otro sujeto casi sordo.
–Te estaba escuchando...–contestó tranquilamente sin quitar esa expresión serena que lo caracterizaba.
–‚ ENTONCES POR QUÉ DIABLOS NO ME CONTESTÁS!–volvió a gritar perdiendo la paciencia.
–Es que...–dijo haciendo una pausa mirando el fuego y pensando una respuesta adecuada–... hasta ahora no me preguntaste nada que valiera la pena contestar–contestó tranquilamente con una leve sonrisa n - n.
–VOS...–dijo Len furioso al ver que Milo le estaba tomando el pelo–... ‚ ME TENÉS HARTO!
Milo lo miró perplejo sin entender.
–¿Puedo preguntar por qué?–preguntó normalmente mientras Len le dirigía una mirada asesina como si en cualquier momento fuera a matarlo.–Siempre me estás mirando con cara de pocos amigos... ¿Acaso hice algo que te molestara?–dijo calmado sin mosquearse por la mirada de su compañero.
Len estaba por ahorcarlo.
–‚ ÉSE ES EL PUNTO!–gritó nuevamente de pronto, en un tono tan alto que todo el bosque lo escuchó tranquilamente.
A Len le ponía tremendamente furioso el saber que Milo no le había hecho absolutamente nada para molestarlo.
Y ni aunque su vida dependiese de ello, iba a admitir ese hecho, y menos delante del causante de su supuesta molestia.
Len bajó la cabeza intentando recuperar el aliento que perdió luego de semejante griterío. Milo lo observó un tiempo esperando a que se calmara.
–Tranquilo–sugirió éste–¿Por qué no te sientas, respiras profundamente y continuamos hablando? n – n –dijo pacíficamente.
–òó''
Len levanto la cabeza de golpe aún más irritado. Si había comenzado a calmarse, ese esfuerzo había resultado completamente en vano.
–‚ Que no te das cuenta que ESO es lo que más odio de vos!–volvió a gritar pero con menos fuerza.
–O.o– Milo lo observó con extrañeza.
–‚ Siempre con esa cara de nada y relajado como si nunca nada te inmutara!
Milo se llevó la mano derecha a la barbilla pensando.
–Mmmm... querés decir... ¿cómo ahora?–pregunto dudando o.o.
–‚ SI¡COMO AHORA!–dijo ya exasperándose y bajando la cabeza para volver a intentar recuperar el aliento.
Milo continuaba mirando cómo Len intentaba tranquilizarse con la misma expresión desde que empezó la discusión.
De pronto, vio cómo Len se sentó rápidamente al lado de la hoguera para encontrar la calma.
–Ahora respira profundo y ya–le aconsejó Milo, mientras Len tomaba una buena bocanada de aire y respiraba profundamente tranquilizándose.
–¿Mejor? n – n– le dijo Milo contento de que haya hecho lo que él le había aconsejado.
Len lo volvió a mirar con desprecio.
– T-E O-D-I-O – le dijo molesto con cara de pocos amigos.
–No es verdad–le dijo Milo con una leve sonrisa de nuevo.–Lo que te molesta...–comenzó diciendo mientras le echaba más leña a la hoguera.–... es el hecho de no saber absolutamente nada de mí... ¿o me equivoco?
Len levantó una ceja sorprendido.
–Sos demasiado curioso...–continuó con algo de seriedad–...es lógico que estés enojado conmigo por tanto misterio... n – n
Extrañado, Len abrió la boca para decir algo, pero cómo el sujeto ya había explicado exactamente todo y no se le ocurría nada mejor para acotar, tomó entonces una de las ramas a su lado y la arrojó molesto al fuego imitando a Milo.
–Ahora te odio más ‚–dijo finalmente y gruñendo, mirándolo mal.
Milo sonrió levemente y apartó la vista de él volviendo a las llamas.
–Pronto sabrás todo... –le dijo de pronto sin apartar la vista del fuego. Len lo miraba asombrado de reojo–... Debo aclarar unas cosas...–dijo seriamente– Supongo que no te molestará estar intrigado un poco más¿no?–le dijo levantando la cabeza y mirándolo a los ojos.
Len se quedó un tiempo manteniéndole la mirada intentando disimular su sorpresa y verificando la veracidad de sus palabras. Al cabo de unos minutos, desistió de su tarea y suspirando dijo:
–Ah... en fin...–rascándose la cabeza–... un tiempo más que te odie no me hará nada...–dijo mirando para abajo y echándose para atrás recostándose en el suelo.
Milo hizo lo mismo y se recostó sobre el tronco del árbol que se encontraba detrás suyo, satisfecho con la respuesta de Len. Aquello significaba en su manera de expresarse que había comprendido sus palabras.
Ambos se quedaron mirando el movimiento del fuego sin dirigirse palabra alguna.
Al cabo de unos minutos, Len lanzó un bufido rompiendo el silencio.
–Me preocupa...–dijo éste con algo de inquietud y mirando la luna.
Milo levantó de la misma manera la mirada observando el firmamento.
–Él sabe cuidarse muy bien solo...–dijo entendiendo lo dicho por él luego de una pequeña pausa.
Len se quedó un rato en silencio viendo cómo la luna era tapada por unos instantes por un par de grises nubes.
–Quizá...–replicó luego, echándole un último vistazo a aquellas pocas nubes, y cerrando los ojos.
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–Allá está–se dijo Shaoran oculto tras un muro vislumbrando una de las elevadas torres del palacio.
Las paredes de aquella torre poseían diferentes tipos de ventanas a lo largo de su estructura.
Shaoran centró su atención en la ventana más alta, cuyo diámetro era llamativamente menor que las demás. Recordaba a la perfección el lugar por el que había saltado el otro día, y estaba completamente seguro de que aquella ventana era la que correspondía a la bóveda que él estaba buscando.
Observó la altura y los techos por los que treparía en cualquier instante.
Nada fuera de lo normal...
Así que le echó una última mirada a la torre centrándose esta vez en los obstáculos que obviamente debía eliminar para realizar su trabajo.
Había una gran cantidad de guardias diseminados por el pie de la torre y a su vez, en cada uno de los techos por los que tendría que subir.
–Genial...–pensó sarcásticamente–Arqueros...–dijo viendo la sombra de un arco que sobresalía por uno de los muros, desapareciendo al instante por el movimiento repentino de su portador.
–Dos... de ese otro tres...–se dijo mientras intentaba calcular el número de soldados en cada puesto–...uno en ese balcón... otro en el del lado este... cinco en aquella terraza... más dos en la base con espadas...
Con el rostro serio, Shaoran permaneció un tiempo mirando el accionar de los soldados estudiando cada uno de sus movimientos.
–Lo tengo...–se dijo al mismo tiempo que salía velozmente de su escondite rodeando el edificio y ocultándose de los soldados que se encontraban al pie de la torre.
Shaoran sacó una de sus estrellas de metal y se colocó tras uno de los muros mirando hacia uno de los balcones, y cuidando de que los demás soldados no lo vieran, la arrojó con toda su fuerza hacia el balcón del lado este.
En un abrir y cerrar de ojos, el soldado cayó hacia atrás y antes de que su cuerpo tocase el suelo, Shaoran lanzó nuevamente otra de sus filosas armas esta vez hacia un lugar más alejado.
Los guardias giraron instantáneamente hacia el lugar donde cayó clavada la última estrella, provocando que uno de los soldados de la base fuera a investigar, mientras los demás se encontraban a la defensiva observándolo todo.
Shaoran aprovechó ese momento de distracción y trepó por el balcón del caído soldado, entrando por la ventana que precedía a éste.
Una vez dentro, se dirigió por el mismo camino de la otra vez. Llegando a aquella gran puerta y eliminando a varios de los sujetos que la estaban custodiando.
Forzó la puerta con su daga y entró apresuradamente a la sala. Le quedaba poco tiempo antes de que sus enemigos den la señal de alarma.
Comenzó a revisar uno a uno los rincones, en especial aquellos donde había visto aquel símbolo chino la otra vez.
Joyas y monedas de todos los tamaños y colores, tapices, pinturas, libros y manuscritos antiguos pero nada… Ningún mapa o algo que se pareciera a ello…
Shaoran comenzó a impacientarse.
–Es imposible…–dijo disgustado.
Estaba completamente seguro de haber visto ese pergamino la otra noche. No entendía cómo era posible que no estuviese allí… si nadie conocía el motivo de su búsqueda…
Escuchó de pronto sonidos de pasos que se acercaban al lugar.
–¡Mierda!...–se quejó furioso, mientras seguía buscando desesperado–No esta vez… no fallaré esta vez…–se repetía volviendo a revisar los rincones.
Los guardias dieron rápidamente la señal de alarma.
–¡Atrás!–dijo uno de los capitanes mientras les ordenaba a sus subordinados derribar la puerta–¡Uno, dos, AHORA!–dando la orden de embestir la puerta nuevamente.
‚ BLAM!
La puerta comenzaba a ceder…
Shaoran continuaba desesperado en su búsqueda.
–‚ Maldita sea!–dijo de pronto derribando una de las mesas rompiendo un par de jarrones de cristal.
–‚ AHORA!–se volvió a escuchar del superior, haciendo trizas la cerradura y dejando la puerta entreabierta mientras se adelantaban los soldados.
–¡Ni lo sueñen!–gritó Shaoran furioso tomando uno de los tapices y arrojándolo por la ventana.
Una lluvia de flechas lo atravesó en unos instantes. Shaoran saltó al vacío nos segundos después ante el desconcierto de los arqueros, quienes al reaccionar tarde no llegaron a dar en el blanco.
Shaoran se protegió rápidamente en los muros del palacio, maldiciendo con ira a los soldados, mientras huía ágilmente y preparaba sus armas.
Corrió a toda velocidad por uno de los jardines, esquivando flechas y eliminando guardias.
Estuvo a punto de ser atravesado por una de aquellas flechas si no se hubiera corrido justo a tiempo para que le diese a uno de los hombres.
Trepó una pared, y cuando caía velozmente virando en dirección a la fuente para volver por la cueva, algo embistió fuertemente contra él, cayendo al suelo.
Como un acto reflejo, sacó su daga en medio de la oscuridad, al mismo tiempo que una aguda voz se quejaba y sollozaba por el golpe.
–¡E-Esperá–gritó de pronto una chica desesperada.
Shaoran se paró en seco.
–…Y-Yo… yo sólo…–continuó ésta levantando tímidamente la mirada a su interlocutor, mientras calmaba el dolor del golpe en su cabeza con su mano derecha.
Shaoran la miró confundido, viendo cómo ella se levantaba del suelo con algo de dificultad.
–‚ Cuidado!–gritó Shaoran de pronto poniéndose delante de la chica protegiéndola, ante la sorpresa de ésta.
En ese momento, el sonido de las flechas atravesando el aire rompieron el silencio.
OIOIOIOIOIOIOIOIOIOIOIO
–¡Por aquí!–gritó un soldado llegando al lugar rápidamente con varios de sus compañeros.
El soldado que acaba de hablar era seguido por otros cinco hombres armados igual que él, con excepción de uno de ellos que poseía un mejor uniforme.
–¡No disparen¡Alto!–gritó la voz del superior hacia uno de los arqueros, quien con una señal le ordenó detener el ataque a sus camaradas.
Todos los arqueros se detuvieron pero sin bajar en ningún momento la defensa. Los soldados detuvieron su marcha.
–¡Capitán los tenemos!–dijo uno de ellos dirigiéndose hacia un joven alto y apuesto de cabellos negros.
–Buen trabajo–dijo el capitán Yamazaki acercándose a los intrusos.
Los demás soldados lo imitaron y rodearon apuntándoles con sus espadas.
–¿Pero qué..?–comenzó a decir estupefacto al notar a la muchacha–‚ Qué rayos está haciendo Usted aquí?–exclamó sorprendido al ver el rostro de su princesa, y más desconcertado aún al observar una escena que no se esperaba.
El ladrón estaba arrodillado en el suelo con su mano izquierda cubierta de sangre apoyada casi a la altura de su hombro, mientras que la princesa tenía algunas manchas de sangre en su ropa al igual que en sus manos, y estaba tendida a su lado como si no le importase que aquel sujeto que estaba protegiendo fuese un bandido.
–Arréstenlo–les ordenó a algunos de sus guardias.
Dos de ellos obedecieron la orden y se les acercaron rápidamente para apresar al sujeto. Los otros que quedaban se acercaron también para apartar a la muchacha.
–¡NO¡Esperen un momento!– comenzó a gritar la chica mientras intentaba zafarse.
Shaoran intentó en vano resistirse, puesto que le dolía tremendamente su herida. Y no sólo estaba lastimado en el hombro, sino que también lo estaba en su pierna derecha, herida que no se notaba debido al color oscuro de sus ropas.
Los sujetos le quitaron con dificultad la espada que cargaba en su espalda y la daga que yacía tirada en el suelo.
Uno de ellos le asestó un fuerte golpe en la cabeza por detrás, dejándolo casi inconsciente. Sakura comenzó a desesperarse.
–‚ Por favor no lo hagan!–gritó ésta tratando de librarse de los guardias.
–Llévenla a palacio…–les ordenó Yamazaki seriamente.
–‚ NO!–volvió a gritar ella, mientras los guardias la tomaban del brazo y la alejaban del jardín rumbo al susodicho palacio.
Mientras los gritos de la princesa se hacían cada vez más débiles, Shaoran sintió como lo arrojaban al suelo violentamente sujetándole con fuerza ambas manos detrás de su espalda.
Lo levantaron de golpe entre dos, hecho que les resultó más difícil de lo que esperaban puesto que a duras penas podía mantenerse en pie, y le apuntaron con sus espadas al cuello.
–Nos causaste muchos problemas, sabandija–le dijo maliciosamente Yamazaki viendo el estado lamentable de su presa.
Shaoran levantó levemente la cabeza.
–Imbécil...–le dijo sin llegar a mirarlo a los ojos, ya que aun se encontraba algo mareado del golpe recibido anteriormente.
El capitán frunció el ceño, y acercándosele le dio un fuerte puñetazo en el rostro. Shaoran lo recibió sin siquiera poder intentar defenderse. Miró hacia el suelo confundido, y escupió un poco de sangre debido a que tenia el labio roto por el golpe.
–Llévenlo a las mazmorras–dijo finalmente el superior mirando severamente a los soldados.
–Sí, señor–contestaron éstos a coro, mientras se disponían a conducir al ladrón a su encarcelamiento.
Shaoran le echó una última mirada de odio al susodicho capitán, intentando resistirse a ser conducido por aquellos guardias. Viendo al sujeto a los ojos, le llamaron la atención las facciones de su rostro. Por alguna razón éstas le parecían extrañamente familiares.
Ignorando aquello y siendo empujado violentamente por los sujetos, caminó como pudo unos cuantos pasos, sintiendo de pronto cómo todo le daba vueltas y comenzaba a verse borroso.
Detuvo de pronto su andar, y ante la sorpresa de todos, Shaoran cayó inconsciente...
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Comentarios de la autora:
Hola a todos otra vez! Sí, lo sé... esta vez me tardé mas de lo esperado u.u' perdonen perdonen... Es que este fue uno de esos capítulos que definitivamente NO querían ser escritos! O.o Lo escribí y rescribí un millón de veces, nada me convencía... Hasta que finalmente encontré una manera que me dejó bastante conforme (aunque por supus, no del todo jejeje n - n). Espero que de todas maneras les haya gustado! En verdad me esforcé!
Muchas gracias por haber leído hasta acá
Y ahora pasemos a los reviews! n – n
Celina Sosa: Siempre tan puntual! n – n Jajaja, es verdad, lo hice sufrir mucho al pobrecito de Shaoran u.u', pero no te preocupes que saldrá adelante¿Y cómo se conoció con Len? Mmmmm... veré qué puedo hacer con eso... Voy a tratar de agregarlo más adelante para satisfacer tu pedido! n – n Si si! Y ya hice aparecer a Tomoyo! En realidad nunca pensé en hacerla aparecer así, sino que pensaba hacerla amiga de la infancia de Sakura. Pero he leído a lo largo de esta página muuuchos fics que son así, e intenté cambiar eso para hacerlo diferente. En verdad espero que te guste como quedó. Muchas gracias por tu review! n – n
Shiori: Daijoubu ka? Totemo daijoubu desu ne! XD Jajaja, muchas gracias por tu review! Y perdona por no haber hecho el súper reencuentro SxS que esperabas n.n', el que escribí no fue muy extenso que digamos... (por no decir que no duró nada :P), pero algún día tendrán que cruzar más de dos palabras como se debe, no? n – n Espero saber más de ti por estos lares. Mucha suerte!
Belzer: Hermaaaanoooooo Belzer-kun! XDDDDD Jajaja, finalmente estoy respondiéndote el review que me enviaste hace muuucho tiempo! (los milagros existen sisi n – n). Estoy muy contenta que te haya gustado mi historia, pero más me alegro de poder contar siempre contigo! Estoy muy feliz de haberte conocido, y de que seamos buenos amigos! Gracias por ser siempre tan divino conmigo n – n jeje, y por soportarme por mail juajua! Y espero encontrarte finalmente por el msn! (algún día, en un futuro no muy lejano... nos coincidirán los horarios! O.O). Nos vemos n – n!
Lizbeth: Holaaaa! Muchas gracias por haberme dejado un review! Me puso muy contenta que te haya gustado mi fic! n – n A mí también me encantan las historias de príncipes, reyes y demás... Espero no decepcionarte! La mejor suerte del mundo para vos también n – n.
Serenity-princess: Konnichiwaaaaaa! Qué suerte que te haya gustado mi fic! n – n Me puso muy feliz el que me hayas enviado un review! Jaja muchas gracias! A mí también me fascinan las historias de princesas y rebeldes (se notará mucho? O.O) Espero no decepcionarte en los capítulos que siguen! Y también me gustaría saber más de vos por aquí. Muchas gracias por tus comentarios de nuevo, y suerte!
Aguilatro: HOLAAAAA MY FRIEEEND! XDDDDDD Jajaja, a que tuviste que sacrificar tiempo de tu preciada vida para leer todo de nuevo! n – n Que tieernooo que me hayas dejado un review! Estoy muy feliz de que seas mi amiguete n – n Muchas gracias por estar siempre cuando lo necesito, en verdad! Y también por haberme arreglado la compu el otro día : P, jaja aunque ya murió de nuevo O.O CHAN... no hay caso no no... ¿Qué tengo un don? No será mucho? o.o' duh, gracias igual jeje, pero creo que exageraste un poquito muuuchio n – n. Me alegra mucho que te haya gustado mi historia! Especialmente porque como bien vos decís, no sos un lector frecuente. MAS TE VALE que aparezca tu review en todos los capis siguientes n – n whooowhooowhoohoo (o como se escriba, vos me entendés n – n). ABAAAAAZOOO DE OSOOO! XD Matta ne!
Y bueno, eso fue todo! Muchísimas gracias de nuevo a todos ustedes por sus lindos comentarios. Y a los que leyeron mi fic pero no dejaron escrito nada porfiiiiiiissssss dejen review! Es muy importante para mí que me digan lo que piensan, para así poder ver los errores y mejorar n – n. Además, me da ánimos para seguir escribiendo! Los que escriben fics saben lo lindo que se siente al recibir una opinión. Tendrían que verme a mí saltando por toda la casa jajaja, mareo a todo el mundo n . n.
En fin! Si desean hacerme llegar algún mensaje a mi dirección de mail también pueden hacerlo! (fijense en mi BIO!).
La mejor de las suertes y se me cuidan!
Saludos,
Aneth.
