Hola!... agradezco mucho sus mensajes nOn...
Aquí les dejo the chapter number five, que es el penúltimo 9.9... Así que disfrútenlo porque el final se acerca y esos me aterran T.T... son los que más trabajo me cuestan .o.
Show me the meaning
(Muestrame el significado)
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Si
me quieres amar ven acá y dime la verdad
y mírame,
solo ámame
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Aquellos fornidos brazos seguían apretando su cuerpo contra el del más grande, haciéndole estremecer.
Camus no supo en que momento de la conversación se perdió a tal grado, que no se dio cuenta del instante en que Saga comenzó a besarlo y él se petrificó. El santo de géminis seguía tocando con sus labios, los suyos, aunque él no se había atrevido a pertenecerle ni a cerrar los ojos...
Cuando por fin comprendió lo que estaba pasando, correspondió el beso antes incitado por el más alto, enredando sus brazos en el cuello del geminiano para que no se fuera, o lograr acercárselo un poco más.
Pero a pesar de desearlo tanto, de que esa sensación tan agradable no desapareciera de su ser, tenía que seguir con sus planes hasta que Saga cayera completamente rendido a sus pies. Así que haciendo acopio de todas sus fuerzas, se separó del tercer guardián empujándole de los hombros. Géminis le miró confundido, preguntándose mentalmente, el motivo por el cual reaccionaba de esa manera si no dejaba de sonreír y si desde hace algún tiempo lo había incitando a hacer aquello
-"¿Por qué lo hiciste?"- Le cuestionó molesto. El sabor de los labios del francés era delicioso y si a eso le agregamos deseables, Saga se sentía frustrado por tan abrupta interrupción de su parte. Camus sonrió con mayores ganas, pensando que los consejos de Milo le habían servido de mucho...
Aunque al pensar en el escorpión, sus entrañas inexplicablemente se sacudieron...
Acuario dio algunos pasos hacia la salida sin dejar de mirar al tercer custodio, sonriendo triunfante por haber obtenido lo que Mu solo habría soñado.
-"¿A dónde vas?"- Volvió a preguntar Saga más molesto que confundido, intrigado por el comportamiento tan extraño que el aguador mostraba.
-"De regreso a mi templo, por supuesto"- Respondió con un guiño de ojo.
-"Pero..."
-"No Saga"- Dijo divertido –"En las circunstancias que nos encontramos, mi presencia aquí es muy peligrosa ¿O prefieres arriesgarte?"- El griego enrojeció. Acuario le dio la espalda diciendo adiós con un gesto de mano, mientras Géminis se quedaba sin saber que decir, ni que pensar, solo le quedaba atormentarse mentalmente...
-"Pero ¿Qué es lo que hice?"- Se preguntó, recargando la espalda en el pilar donde él mismo había arrinconado a Camus para besarle.
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Cada
día la vida me invita a enamorarme más,
A rescatar
mi sed de amar...
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Lo pensó y no se había equivocado. Kanon no solo era un conquistador, si no que del mismo modo lograba besar con tal pasión, que Camus desapareció por completo de la mente de Milo.
Era tan gratificante la sensación que recorría todo su cuerpo, con el simple hecho de lisonjearse de aquella forma con los labios del dragón marino, que se perdió en sí mismo. Sentía el corazón palpitar y vibrar dentro de su pecho. Las manos del gemelo pasar y repasar el contorno de su cintura y la espalda con infinita ansia. Sus propias extremidades aferrarse a él con entrega, en busca de más sensaciones.
Quizá era muy pronto para pensar en dar un paso más. Tal vez las circunstancias no eran las adecuadas, mientras buscaba un calor y confort que solo Kanon podía brindarle; pero quería hacerlo. Se juzgaba temeroso, si, pero de igual forma seguro de estar con él en esa forma tan intima y al mismo tiempo tan bella...
Aunque fuera su primera vez...
Sentía que hacia horas, el dragón marino le hacia suspirar extasiado al recorrer su cuello con esos labios que besaban tan bien. Y sin embargo, le parecía tan poco el tiempo de estar en ese mismo lugar con él, hasta esos momentos, en que sintió la presencia de Camus cerca de ellos dos...
Kanon dejo de besarlo. El cosmo tan helado que el santo de los hielos había dejado sentir, le quitó todo rastro de inspiración y deseos de seguir besando a Milo delante de él, pese a que hacia varios minutos había sentido su presencia en el templo del escorpión
-"Perdón, no quise interrumpir"- Dijo como disculpa, aunque al dragón marino no le dio esa impresión, incluso juraría que había algo más detrás de esa cara soñadora con la que los miraba, podía sentirlo, Camus estaba de cierta forma un tanto diferente; sin embargo, el onceavo custodio sabía tapar muy bien sus emociones, por lo que le era en extremo difícil saber lo que le estaba pasando.
Milo por su parte, hubiera deseado que el semblante de su frío amigo, reflejara molestia al verlo besarse con Kanon; es decir, que hubiera sentido un poco de celos para que él comprobara que en realidad valía la pena amarlo, sufrir por su amor no correspondido...
Pero las cosas no eran así, y con gran pesar descubrió de la peor manera, que Acuario jamás se interesaría por él, como lo hacia con Saga...
Bufó entristecido y molesto. Sus turquesas miraron suplicante a Kanon porque se quedara a su lado; más el gemelo quería lo mejor para él, y sabía que su única felicidad era junto a Camus –al menos eso creía-
-"Yo creo que salgo sobrando..."- Dijo. El escorpión estuvo a punto de protestar
-"Nada de eso Cuñadito"- Respondió en negativa el aguador, sorprendiendo tanto al dragón como a Milo con última palabra, que ambos regresaron su mirada hacia él.
-"¿Cuñado?"- Cuestionó intrigado el mayor
-"Por Saga, tú sabes..."- Respondió el francés con una sonrisa de soslayo
-"¡AH, si!... claro..."- Kanon se giró hacia Milo –"Es extraño ¿No?"- El menor rodó los ojos y exhalo hastiado, como si la respuesta fuese bastante obvia –"Bueno, me voy. Que descanses amor y no te olvides de lo que hablamos"- Escorpio no quería que se fuera, eso lo demostró al atrapar nuevamente los labios del dragón en un beso más fogoso. El marino hizo enormes esfuerzos por separarse de su lado y bajar las escaleras
-"Se ve que tuviste una muy linda noche"- Rió el aguador. Milo estuvo apunto de mandarlo por un tubo, cuando Camus le abrazó tomándole más que desprevenido
¿Por qué lo estaba haciendo? ¿A que se debía el hecho de que el francés decidiera enredar sus extremidades alrededor de su cuello, y brindarle un poco de su calor humano?
Escorpio estaba estático, con las mejillas hermosamente sonrosas, mucho más que cuando el gemelo de Saga le había besado. Y como si las sorpresas de esa noche no hubieran terminado, el aguador estaba sollozando en su hombro
-"Ca... Ca-Camus..."- Musitó más que desconcertado. Sus manos fueron atraídas hacia la espalda del aguador, tratando de reconfortarle. El francés se separó del escorpión con la cabeza agachada, levantándola solo para sonreírle
-"De no haber sido por ti, yo no..."- Guardó un momento de silencio, tan solo para fruncir el entrecejo y cuestionar el que las mejillas de su compañero estuvieran sonrosadas ante el solo abrazo y cercanía que había puesto entre los dos
¿Por qué?... ¿No estaba él enamorado de Kanon?
-"¿Qué sucedió?"- Lo llamó el escorpión. Camus se apartó un poco más sin dejar de mirarle
-"Hice lo que tú antes me habías sugerido y logré que Saga me besara"- Confesó. Milo sintió romperse en miles de pedazos, maldiciendo el momento en que Camus pidió su ayuda y le dio algunos de sus consejos, pensando muy tontamente que los usaría con él
-"Idiota..."- Murmuró al borde de casi llorar. Caminó algunos torpes pasos hacia la salida del que era su templo, siendo seguido por las pupilas de su amigo. Escorpio solo se giró para mirarle entristecido, saliendo de su recinto con pasos largos en dirección hacia la sombra de Kanon, que bajaba lentamente y no se encontraba muy lejos
-"¿Milo?... Milo..."- Le llamaba el aguador; sin embargo, para des fortuna y desagracia suya, él no quería oírlo, no quería verlo, ya no deseaba nada que proviniera del francés –"¡Milo!"- Le gritó al verle bajar más aprisa
El dragón marino se giró hacia el octavo templo, notando que la sombra que bajaba a pasos apresurados en su dirección, era el mismo a quien llamaban, y quien gritaba no era nadie más que Camus
-"Pero... ¿Qué...?"- Kanon se quedó más que sorprendido cuando el escorpión se aferró a su cuerpo con un desesperado abrazo, dejando que a sus tímpanos llegaran lo que claramente sonaban a sollozos
-"No dejes que me siga lastimando"- Clamó. El dragón Marino le abrazó con fuerza antes de susurrarle
-"Descuida, entre mis brazos yo te tengo"
-:-
Cosas extrañas estaban pasando esa noche. En primer lugar estaba el beso de Saga, el cual le había movido tantos sentimientos y emociones por dentro, además de alguna que otra duda:
Por ejemplo, ¿Qué seguía después de eso? Es decir, Milo le había aconsejado dejar "picada" –en busca de más-, a su presa. Y aunque eso ya lo había hecho, todavía quedaba un pequeño cabo suelto sobre el siguiente paso
Otra cosa que no le dejaba en paz, era sobre el comportamiento tan raro del propio escorpión: tan triste, tan vulnerable, ¿Por qué se comportaba de esa forma?
Acuario deseaba poder entenderle, ya que lo quería demasiado como para soportar esa angustia que varias veces lo embriagaba: justo como esa noche al confesarle lo que había ocurrido con Saga...
Un momento...
¿Sería esa la única explicación lógica para que él se comportara de aquella forma? ¿Acaso a Milo le gustaba Saga?
Pero... eso era...
-"Ridiculo"- Dijo con una falsa risa que sonaba más nerviosa y tensa que nada. Al escorpión le gustaba Kanon, eso le había dicho en una de las tantas fiestas que los dorados solían hacer, ¿Entonces por qué diantre adquirió esa expresión de vacío al enterarse que los labios de Saga y los suyos habían tenido aquél afectivo contacto? ¿Estaba celoso del gemelo mayor? O tal vez...
De él... de Camus
-"Imposible"- Negó con otra sonrisa tensa, frunciendo el entrecejo ante su desconcierto y duda por la nueva casi posibilidad: Milo y él eran amigos, solo eso, ni uno ni otro buscaba algo más...
¿Verdad?
-"¿Qué es imposible?"- Le cuestionó una segunda voz. El aguador miró a todos lados, buscando al dueño de aquellas palabras.
Sus ojos inspeccionaron cada palmo del lugar donde se encontraba, descubriéndose en el décimo templo
Shura...
-"¿Qué haces despierto a esta hora?"- Inquirió. Su voz resonó por las paredes, dirigiéndose así al español que no se mostraba, pero se dejaba oír
-"Lo mismo podría yo preguntar de ti"- Respondió saliendo de entre las sombras. Camus le sonrió levemente
-"Fui a cazar"- Dijo. El pelinegro prefirió no seguir cuestionando, más comprendió perfectamente a lo que se estaba refiriendo.
-"¿Y cómo dejaste a la presa? Por lo que veo la abandonaste más muerta que viva"- Comentó divertido. Las mejillas del aguador enrojecieron fugazmente
-"Algo así Shura. En pocas palabras, digamos que lo dejé aturdido"- Dijo con una sonrisa casi malvada y un extraño centelleo en los ojos.
-"¡Uy, cuidado!"- Comentó divertido –"Acuario se ha convertido en un santo de temer"- Ambos guardianes rieron. Camus se acercó peligrosamente al español
-"Cuidado cabrita, puedes convertirte en mi siguiente presa... y quien sabe, quizá decida usar alguno de mis trucos contigo"- La sonrisa del pelinegro se ensanchó un poco más, tomando la mano del francés que 'sin querer' había sido atraída hasta su sonrosada mejilla en una caricia
-"Creeme Camus, conmigo no tendrías que usar esos recursos, a mi ya me gustas"
-"¿Eso es una confesión?"- Inquirió divertido el aguador, apretando suavemente la mano del español que aún sostenía la suya
-"Quizá..."- Alzó los hombros. Acuario zafó su mano, comprendiendo que Shura no estaba jugando, que lo estaba diciendo enserio
-"Pensé que tú y Afrodita..."- Comentó frunciendo levemente el entrecejo, intrigado
-"Si, lo somos"- Aceptó el pelinegro –"Pero a veces no puedes evitar sentir algo más por ciertas personas"- El décimo custodio se dio la vuelta, dedicándole una seña con la mano a modo de despedida –"Buenas noches"- Le dijo antes de desaparecer completamente en la sombra, dejando más que perplejo al aguador
Quizá debió tener cuidado al tratar de conquistar a Saga...
Ahora no solo el geminiano estaba por caer en sus redes, si no también Capricornio...
Y eso ya no le gustaba del todo...
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Si
te vas no pondrás nunca mas encontrarme y ya veras
me
extrañaras y volverás
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Era de día.
Aquella mañana había procurado estar lo más presentable posible y levantarse temprano para preparar el delicioso desayuno prometido a Saga de Géminis, ya que la noche anterior Dohko había pasado a cada uno de los templos para avisar que el entrenamiento estaba cancelado; así que agradeciendo a la diosa fortuna por su tan buena suerte, se alistó rápidamente hasta que la hora fijada por ambos llegara
El último toque a su persona, se lo dio al soltar la cinta que sujetaba su cabello, dejando que este resbalara por sus hombros, mientras contemplaba su reflejo
-"Es la veinteava vez que te miras en el espejo Mu"- Se quejó Shaka después de emitir un bostezo. Aioria se sentó a su lado y le abrazó, pasando los brazos por arriba de sus hombros
-"Deja que se arregle, es muy normal que quiera verse lo más presentable posible para ver a la persona de la que gusta..."- Dijo guiñando el ojo, aun sonrosado carnero. El rubio giró su rostro, logrando mirarle un poco mejor
-"¿Insunias que yo no lo hago?"- El castaño se sobresalto, tratando de sonreír sin mucho éxito
-"Claro que no..."- Negó
-"¡Ag, lo hiciste!"- Acusó Virgo indignado. El moreno suspiró y retiró su brazo, entrelazando sus extremidades en las piernas –"Para tu información, me baño todas las noches con un perfume especial que Afrodita me regaló"- Leo rodó los ojos –"Así que no vengas a decir que..."
-"Shaka, creo que Aioria no quiso ofenderte"- Defendió Mu con una risita forzada. El quinto guardián asintió con la cabeza rápidamente, y cuando el rubio estuvo apunto de protestar, repelar o cualquier cosa que planeaba hacer, llamaron a la puerta.
El primer custodio se llevó las manos a la boca, ahogando un grito de emoción que estaba por salir de su boca. Leo se levantó rápidamente de la silla donde estaba, asió a Shaka por el brazo, y diciendo adiós a Aries, salieron por la puerta donde Saga esperaba ansioso a Mu
-"¡Hola, pero que sorpresa!"- Exclamó el rubio. Aioria volvió a rodar los ojos, sonriéndole al geminiano y jalando a su novio hacia la salida del templo del lemuriano, deseándole la mejor suerte del mundo al carnero.
El gemelo de Kanon se quedó unos segundos desconcertado, observando con sus pupilas verde esmeralda, como ese par se alejaba mirando a veces hacia a tras. Cuando se perdieron de vista, regresó sus ojos hacia el níveo semblante del pelilila con una plácida sonrisa en los labios
-"Buenos días, espero que no haber llegado muy temprano..."- Saludó con un poco de timidez...
Por alguna extraña razón, le costaba un poco de trabajo tener su mirada clavada en aquellos ojos verdes un poco más oscuros que los suyos, ya que la sensación que su ser tenía cuando lo hacia, era algo así como culpabilidad. ¿Por qué sería?
-"Nada de eso Saga, llegas a buena hora"- Respondió con una sonrisa sincera, invitando a que entrara en el comedor. El geminiano aceptó el gesto con un asentimiento de cabeza y una nueva sonrisa
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Luego de haber comprobado que la comida del carnero era tan exquisita como Shaka y Aioria presumían, se dio cuenta de que también era una de las personas más agradables y sinceras con las que jamás hubiera charlado, haciéndole sentir esa extraña sensación de confort cada vez que le hacia reír con algún comentario donde se apenaba o una que otra anécdota graciosa, o con el simple hecho de sonreírle.
Por otra parte, al lemuriano le costaba un tanto de trabajo mantener la cabeza centrada en la conversación que mantenía con el peliauzl hacia más de una hora, cuestionándose si de verdad al mayor le estaba gustando su compañía o si solo estaba fingiendo, además del hecho de seguir los consejos de Milo...
¿Si a Camus le servían, por qué a él no?
El carnero suspiró antes de levantarse de la mesa, riendo por el recién comentario del más alto sobre el sistema que Dohko empleaba para entrenar, siendo que ya no habría otra guerra santa hasta dentro de mucho...
-"Yo creo que mi maestro tiene algo de culpa"- Comentó levantando los dos platos donde se había servido el postre –pastel de chocolate y vainilla-, para dejarlo en el lavadero –"Es decir, pasando demasiado tiempo justos, cualquier costumbre se pega"
-"No creo que sea por eso"- Dijo Saga siguiéndolo con los vasos de leche, ya vacíos –"Afrodita pasa mucho tiempo con Shura y no es un sarcástico..."- Mu rió y se dio la vuelta para mirarle, recargándose en el fregadero
-"Puede ser, pero..."
-"Y Shaka pasa demasiado tiempo pegado a Aioria. Míralos, a nuestro rubio amigo no se le ah pagado nada del buen humor del Aioria..."- Interrumpió acercándose a al pelilila, logrando dejar los vasos sucios con los demás trastes, sin romper aquella peligrosa cercanía. Mu rió nervioso, tal vez podría hacer algo de lo que Milo le dijo, aunque ahora que tenía al más grande demasiado cerca suyo, no recordaba con exactitud lo que seguía
Vaya problema...
-"Aún así Saga, hay varias cosas costumbres que pueden pegarse..."- Trató de decir sin que su voz sonara nerviosa, aunque sabía de más que lo estaba. El geminiano no parecía incomodado en lo más mínimo por tenerle tan cerca, ni siquiera cuando el propio carnero se acercó un poco más a su rostro, buscando un anhelado contacto entre ambos labios
-"¿De verdad lo crees?"- Inquirió el peliazul entrecerrando los ojos. El carnero asintió con la cabeza y con la boca
-"Eh... si..."- Respondió apenas pudiendo articular palabra
Estando tan cerca...
Sólo un tanto más hasta alcanzar esos divinos labios, tan sólo un instante para deleitarse con esa fina boca que tantas veces había soñado besar, únicamente los separaba ese silencio y la escasa distancia...
Nada más que eso y le habría ganado a Camus...
¿En verdad deseaba hacerlo así? ¿Quería que Saga se fijara en él de aquella manera?
No, si él algún día llegaba a amarlo, Mu quería que fuera por ser el caballero de Aries: tímido, de buen corazón, con algo llamado pudor...
-"No puedo hacerlo..."- Susurró a tan solo unos centímetros de su deseo. Aquellas níveas manos de su pertenencia, se posaron temblorosas sobre el torso del gemelo, empujándole con suavidad lejos de su lado
-"Mu..."
-"No. Vete por favor"- Pidió caminando hacia la puerta de la cocina, negándose a mirarlo a la cara. El santo de géminis frunció el entrecejo, de nuevo molesto y frustrado como la noche anterior
-"Estoy arto de que Camus y tu jueguen de esta manera tan vil conmigo"- Reclamó tomando al carnero del brazo, obligándole inconscientemente a que su cabeza se girara hacia él
-"Por mi parte puedes estar plenamente seguro de que no estoy jugando"- Respondió tratando de liberar su brazo del fuerte agarre, sin mayor éxito que solo disgustar más a Saga –"Sueltamente por favor y sal de mi templo..."- Suplicó.
Sentía una terribles ganas de llorar, y es que de su mente no salía la idea de que al gemelo le gustaba más Camus, ya que era mucho más sensual y atrevido de lo que jamás llegaría a ser él mismo, porque le gustaba su manera en como era y por mucho que amara al geminiano no pensaba cambiar
-"No hasta que me expliques el porque me invitaste a desayunar, seducirme hasta al grado de querer besarte y dejarme como si nada sin una maldita explicación"- Gruñó el peliazul, pegando más hacia si al carnero
-"Saga..."- Musitó el tibetano. El más alto tomó su otro brazo, sacudiendo aquél cuerpo con sus dos manos para que hablara
-"Mu, dímelo... ¿Por qué diantre me invitaste a desayunar?"- Insistió. La voz del pelilila se entre cortó, sin poder evitar el que sus pupilas miraran directamente las esmeraldas del gemelo
-"Porque..."- Trataba de decir, pero esa mirada...
-"¿Por qué?"- Volvió a insistir, sacudiendo con mayor fuerza a Aries, quien perdió el completo control en su voz hasta el grado de sollozar
-"Ya que tú te veías tan interesado en Camus, yo traté de demostrarte que él no era nada comparado conmigo y que también podía jugar el mismo juego de seducción; pero no puedo ¡No puedo!"- Gritó desesperado, dejando que su cabeza cayera pesadamente contra el pecho del peliazul
-"Mu... yo..."
-"Así que perdóname si no soy lo que tú buscarías en una persona para amarla, ya que mi ser es todo lo que yo te puedo ofrecer"- Confesó por último, levantando el semblante hacia el rostro del mayor. Saga lamentó tanto haberle hecho llorar y reclamarle algo de lo cual no era culpable
Deseó tanto que las cristalinas y saladas lágrimas del primer custodio se detuvieran, y anheló por demás detener su dolor, que depositó un suave y tierno beso en los labios del carnero...
El pelilila se sentía tan afligido, con su pobre corazón ensangrentado rompiéndose en miles de pedazos, que sin pensarlo más veces de las que su propia razón le dictaba, correspondió esa muestra afectiva y reconfortante con pasión... y con entrega
Porque lo amaba...
Y sin embargo, ¿Saga a quién quería...? A Camus y la parte oscura que lo caracterizaba, o a él, la parte contraria –y por lo tanto la luz-
De nuevo, pesa a sus propios deseos, apartó al gemelo de sí, empujándole ahora con agresividad y plasmando en su mejilla un golpe que enrojeció aquél bronceado pómulo. La mano del geminiano buscó su adolorido rostro, girándolo hacia un furioso Mu
-"Eres tú quien juega de manera vil con nuestros sentimientos"- Reclamó más que molesto, secándose con enfado las lágrimas de la faz, caminando hacia la salida del comedor con grandes zancadas -"No quiero volver a verte Saga, y si algún día te interesas en saber de mi, te suplico que sea una vez hayas aclarado tus sentimientos"- Sentenció dando un portazo.
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Eso era lo que buscaba, hacer lo que el carnero le había pedido. Y la razón no solo se encontraba en esa petición, si no más bien un deseo desesperado de si mismo por resolver todo ese asunto de una buena vez y para siempre...
Porque era cierto que Camus le atraía, eso era un hecho más que comprobado con ese beso; pero también estaba el sentimiento hacia el carnero, el cual también le inquietaba de sobre manera quitándole las pocas ganas de sonreír
Así que ayudado por su hermano, subió hasta el doceavo templo, procurando de no encontrarse con el aguador en su camino de ida. Al lograrlo, tuvo que prometerle mil y un cosas a Afrodita –a quien Shura acompañaba esa tarde-, para que le ayudara a descubrir de quien en realidad estaba enamorado. Y es que el pez, hacia algún tiempo, le había propuesto al gemelo hacerle una especie de rito mágico que había leído en una revista, sabiendo que de ese modo descubriría a quien en realidad amaba
En ese entonces el santo de Géminis se negó, ahora estaba más que dispuesto a probar lo que fuera con tal de descubrir el por quien su corazón latía con mayor fuerza
El peliceleste preparó con algunos de sus pétalos de rosa, cabellos de Saga, cera de vela y unas gotas de sangre; una especie de poción no ingerible, de un color rojo grosella en el cual podían verse reflejadas las caras de los tres
-"¿Eso se toma?"- Preguntó con cara de asco Shura. Afrodita rió un poco
-"No bombón, esto solo nos dará alguna seña de la persona a quien realmente ama Saga"- Respondió con un guiño del ojo. El gemelo se preguntó mentalmente si el pez se había vuelto loco o si ya lo estaba y jamás se había enterado –"Toma la vela y vacía la cera sobre la poción, en el agua debe marcarse un símbolo o algo que nos diga quien es él..."- Con la mano temblorosa, el tercer custodio tomó la vela roja que estaba encendida, y vertió la cera en la superficie del material líquido
La cera caliente tardó un poco en casi querer, fallidamente, mezclarse con el agua, al no lograrlo, una figura se formó sobre ella. Los tres guardianes se impulsaron hacia delante para observar mejor lo que era
-"Es una..."- Musitó Shura
-"¿Una 'A'? ¿Por qué diantre apareció esa letra?"- Reclamó Saga no muy conforme con el resultado que nada le decía
-"Solo hay una o dos explicaciones para esto..."- Dijo Capricornio como si de pronto se hubiera vuelto un filosofo –"La primera nos dice que es... 'Afrodita'..."
-"¿QUÉ?"- Exclamaron el pez y el gemelo al unísono. El español los empujó hacia abajo para que se sentaran de nuevo
-"La otra es que dijera 'Acuario'..."
-"O 'Aries'"- Completó perplejo el peliceleste
-"Eso me deja en el mismo lugar donde comenzamos"- Gruñó el tercer custodio exasperado.
-"Vierte el contenido de la cera de nuevo, haber que sucede"- Aconsejó el último guardián.
Con la mano aún más temblorosa que la primera vez, Saga vacío de nuevo la cera sobre la superficie roja del agua que marcaba una 'A', y lo que apareció a continuación, provocó que sus ojos se abrieran sorprendidos y que el corazón le latiera a toda prisa
-"Ese símbolo es de..."
-"Pero... pero..."
Afrodita se sentía feliz porque al fin el geminiano encontrase las respuestas que buscaba, pero se sentía infeliz por la cara que Shura había puesto tan de pronto, conociendo mejor que nadie el motivo por el cual había dejado de sonreír...
… o … o … o …
Adoré a las parejas de este capítulo nOn SagaxCamus, KanonxMilo, ShuraxCamus, AioriaxShaka, MuxSaga y creo que ya o.o...
No estaría mal dejarlas así y darme gusto por una vez en la vida n.nU jajajaja
Como sea, ya saben que adoro las críticas constructivas ;)
Thank you to read me n.n
Lo que me recuerda que le agradezco muchísimo a Sirena-Asuka por las firmas que me regaló, de este fic y de "lo que nunca dijiste" así como el banner para... pues ella sabe para que cosa n.nU... pero le kedó estupendo aunque yo no kiera eso 9.9... en fin...
Kisses!
-Extras: Grupo Lu, canción Grita fuerte-
