A/N: Para referencias a mi estilo y a ciertos aspectos del fic, lean 'Littera Minima' y sus secuelas, de la cuál esta es su más reciente entrega.
¡MILLONES DE GRACIAS A MI LECTORA DE PRUEBA! ¡Gracias Lady Rowan por el tiempo que te diste para leer y corregir mis locuras! Tan sólo me queda hacer una pregunta: ¿Cuándo actualizarás?
Saint Seiya, la trama y sus personajes pertenecen al Sr. Kurumada y a quienes han pagado por el derecho respectivo. No estoy ganando dinero con esto, nada más entretengo a mi imaginación y le doy más trabajo a mi Musa.
ADVERTENCIA.
Principio 44 para ver y entender Manga: Aunque te pese, SIEMPRE te vas a acordar de los finales tristes.
Se pide criterio y discreción por parte de los lectores. No me hago responsable de castigos, lesiones, o penas capitales derivados de la lectura de este capítulo.
Capítulo 1:
Athena Desaforada.
Mansión Solo.
Día del Ataque al Santuario.
"¡ERES UN BRUTO, INSENSIBLE BUENO PARA NADA! HAN ATACADO MI SANTUARIO POR TU CULPA. ¡ESTO NO TE LO VOY A DEJAR PASAR! EXIJO UNA INDEMNIZACIÓN POR LOS DAÑOS CAUSADOS. JULIÁN: CASI MATAN A TRES DE MIS SANTOS Y TODO PORQUE NO SABES DAR UNA MUGRE DIRECCIÓN."
Creo que demás está decir que Julián alejó el celular de su oreja toda la extensión de su brazo, al tiempo que alejaba la cabeza todo lo que podía, con los ojos cerrados en señal de susto y sorpresa. Sí, susto. Por una buena razón. Si bien una llamada telefónica puede acarrear malas noticias, uno nunca se esperaría semejante alarido, MENOS cuando se está despertando de una improvisada siesta.
"¡Saori, Por Todos Nosotros!" Exclamó el dios enojado. "¡Cállate Que Pareces Loca! NI IDEA de lo que me estás hablando."
"¿CÓMO QUE NO SABES, ME CREES TONTA?" Saori bufó furiosa al otro lado de la línea. De hecho, la diosa tenía el celular tan fuertemente sujeto en sus manos, que sus nudillos se habían puesto blancos. "¡ACABAN DE ATACAR MI SANTUARIO! FUE UNA SERPIENTE ENORME, ¿PUEDES CREERLO? TODO POR TÚ ESTÚPIDA E IDIÓTICA CULPA."
"¿Qué quién atacó a quien? ¿Qué monos pinto yo en ese rollo? Saori, si esto es una broma…"
"¡ESA COSA TE ESTABA BUSCANDO A TI! KANON, SHURA Y SEIYA ESTÁN MOLIDOS Y SE ME MUEREN. MI COLISEO ESTÁ DAÑADO Y TODO ESTÁ HECHO UN DESASTRE. ¡HABÍA APRENDICES EN EL LUGAR! EXIJO QUE ME INDEMNICES."
"¿Qué te indemnice de qué? No se de qué me hablas." Julián tenía un enorme signo de interrogación aplastándole la cabeza. Estaba molesto. Muy molesto. "TE CALMAS EN ESTE INSTANTE. TE ORDENO QUE RESPIRES."
"¡NO RESPIRO! ¡NO ME DA LA GANA!"
"Vamos, Princesa, ¡Respire! Recuerde que usted es una señorita." Julián oyó bien claro la voz de uno de los dorados, Shaka al parecer, que intentaba calmar a la berrinchuda diosa.
"¡ME DA LO MISMO SER LA REINA DE SABA! EXIJO UNA EXPLICACIÓN EN ESTE INSTANTE. ESTO NO SE PUEDE QUEDAR ASÍ."
Claro… sin mucho éxito. Julián sintió una enorme gota sobre su cabeza además del signo de interrogación. ¿Qué bicho le había picado?
"¡HE DICHO QUE TE CALMES!"
"¡TÚ NO ME DAS ORDENES, JULIÁN!" Saori estaba histérica.
"¡OBEDECE, NIÑA!" Exclamó Julián con voz autoritaria, encendiendo su cosmo. Si bien tenía 19 años en esta encarnación… como dios era más viejo que Athena, y encima su tío. Algo de autoridad debía inspirar.
"¡…!"
Vaya, estaba de suerte. Al otro lado de la línea se produjo un furioso silencio. Julián suspiró y se masajeó una de sus sienes con su mano libre.
"Ahora, Saori, dime. ¿Qué pasó?"
"¡Una Sedpiente ENODME Atacó MI ZANTUAdIO, Podke Lo Konfundió Kon El Tuyo! KAUZÓ MUCHOS DESTROZOS. Hay Muchos HeDidos Y ENZIMA KANON, SEIYA Y SHURA Eztán Muy Graves." Resopló enojada, lloriqueando, pero ya más tranquila. Le estaba costando mucho trabajo calmarse.
Julián alzó una ceja. ¿Qué había pasado qué y quiénes estaban mal? Se rascó la cabeza en honesta duda. ¿Kanon estaba lastimado? Tragó saliva. Si bien el dios todavía estaba resentido por el intento del Gemelo Menor por controlarlo cuando aún no despertaba del todo, tenía que ser objetivo: al fin y al cabo, Kanon prácticamente le había enseñado a irse de juergas en esta encarnación, siendo la figura de hermano mayor que nunca tuvo. Se encogió de hombros. Ojalá se recuperase pronto.
"¿Y KÉ ME DICEZ AL REZPEKTO?"
"Perdón, no te estaba escuchando." Julián dijo mientras sacudía la cabeza. Para variar, se había distraído.
"¡BUAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA!"
¡Anda la Osa! Saori estalló en llanto. Una enorme gota comenzó a flotar encima de la cabeza de Julián. ¿Qué se supone que tenía que hacer?
"¡Ya no llores, Athena! Pero la verdad no entiendo nada de lo que dices…"
"¡KÉ INZENZIBLE EDEZ! ¡BUUUUUUUU!" Esto le nació del alma a la diosa. Se oía muy, muy afectada. "Me Matadon Tres Zantoz Y…"
"¡TE AGUANTAS UN MINUTO!" Julián la interrumpió de golpe. "¡CREÍ QUE ESTABAN VIVOS!"
"¡Pero en cualquied minuto ze mueden!" Saori volvió a sollozar con amargura. "¿Ez ke do me oyez? Te dije ke fue una sedpiente gigante Y… ¡Y!… ¡BUAAAAAAAAAAAAAAAAA!"
"¿Y Porqué Miércoles Te Atacó Una Serpiente?"
"¡PORQUE TE ESTABA BUSCANDO A TI!" Chilló Saori de repente. "LA MUY BRUTA CREYÓ QUE ERA TU MUGRE SANTUARIO. ¡BUAAAAAA! No quiero que se mueran… ¡buuuuuuuuuuuuuuuuu!"
Julián se mordió el labio inferior. Ya tenía una idea más clara de lo que había pasado, sin embargo seguía sin entender muchas cosas. Oyó como el celular de Saori cayó al suelo y que la diosa se deshacía en llanto. Le dio pena, estas lágrimas sonaban muy honestas. Realmente su sobrina se debió haber llevado una fuerte impresión como para haber quedado así. Sin embargo, le extrañaba esta reacción, pues sus santos se habían pegado peores golpes y vivido para contarlo…
… Bueno, aquella vez con Hades tal vez no, pero no se iba a meter en esos asuntos. Julián no quiso colgar. Alguien tomó el celular de la diosa, al parecer, la misma persona que la estaba consolando.
"¿Aló?" Era la voz del güero ese… ¿Cómo era que se llamaba?
"¿Shaka?" Preguntó Julián cruzando los dedos. ¡Ojalá que no se hubiera equivocado!
"¡Ah, Joven Julián! Por favor, disculpe a la señorita Saori, está un poco alterada."
"¡Evidente! Pero ¿Podrías explicarme qué pasó? No entendí ni papa. ¿Qué Serpiente Ni Que Ocho Cuartos?" ¡Ah! Más oraciones salidas del alma.
Shaka tomó aire y comenzó a explicarle al dios lo que había pasado. Por fin se enteró Julián de todos aquellos detalles que Saori le había chillado, mas no explicado. Hizo una mueca con la cara, aprovechando el virtual anonimato que le daba el celular, cuando el santo de Virgo le describió los daños… ¡Le iba a salir muy salado!
"¿Estás seguro que esa cosa me estaba buscando a mi?"
"Sí. Dejó muy en claro que le estaba buscando. No en buenos términos dedo añadir."
"¿Y qué rayos se fue a hacer allá y no me vino a buscar acá?"
"Se equivocó de Santuario…" Suspiró Shaka resignado.
"… ¡BUAAAAAAAAA! ¡MALDITA MIOPE! ¡BUAAAAAAAAAAAAA!"
"… No soy quien para aconsejar, pero yo pondría atención a la seguridad." Añadió el santo. "Si nos disculpa, debo colgar… tenemos que irnos al hospital…"
"Gracias Shaka… Dale a Saori un calmante… Y… a ver si me avisan como siguen esos tres."
"Bien. Con su permiso, Adiós."
"¡BUAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA!"
Shaka colgó el teléfono, ahogando con este gesto el agudo llanto de Saori. Julián bufó: estaba más colgado que un jamón de tienda. No tenía ni idea que su sobrina podría llegar a alterarse tanto. ¡Bah! Lo que le faltaba. Ahora si que su día estaba amargamente completo… a menos claro que el destino le tuviera reservado otra sorpresa.
"…"
Olvidando el problema, o más bien relegándolo a tercer plano, tiró el celular encima de la cama y se talló la cara. Estiró los brazos y tras un sonoro bostezo, se dirigió a su armario.
"Mejor me pongo a hacer esa maleta…"
Isla de Chiloé. Ancud.
"Pauli, Mírame, Respira, ya se pasa, tranquila mijita…"
Don Sergio tomó a su hija por los hombros y la apoyó contra la pared. La chica tenía los ojos lacrimosos y los labios azules: abría y cerraba la boca como pez fuera del agua. Los músculos de sus dedos estaban rígidos y fijos en una dolorosa contorsión, lo que le impedía moverlos. Sudaba frío y apenas emitía sonidos, debido a un punzante dolor en el vientre que le subía por esófago hacia arriba. Estaba asustada.
"TOBÍAS, ¡APÚRATE CON EL HIELO!" Vociferó Don Sergio a todo lo que le dieron sus pulmones. "Pauli, Hijita, Ya se pasa, estoy contigo. Sé valiente, que ya se pasa." La chica de 17 años miró a su papá mientras luchaba por resistir.
De fondo se escuchaba un tremendo alboroto en la contigua cocina. Tobías, su hermano mayor, de 19 años, apareció corriendo, agitado, con una olla en sus manos, llena de todo el hielo que había podido reunir. A zancadas se acercó a su padre y hermana, a quién le acercó la olla.
"¡Ya era Hora, Muchacho! ¿Qué Acaso Fuiste A Hacer El Hielo?" El duro reproche de Sergio a su hijo no tenía más motivo que la horrible angustia que le producía ver a su hija luchando por respirar sin mucho éxito.
"¡Ya, Viejo, Déjeme Tranquilo!" Se defendió el muchacho, mientras sostenía la olla con hielo a la altura del mentón de su hermana.
Curioso. La cercanía del hielo solía aliviar estos ataques y ayudarle a respirar mejor. Era una medida de parche, pero efectiva para controlar las crisis. Al cabo de varios minutos, Paulina por fin comenzó a respirar más normalmente, y sus músculos se relajaron. Don Sergio y Tobías la miraron con especial atención mientras la chica se tranquilizaba. Por fin Paulina pudo encontrar la fuerza para alzar sus manos y sujetar la olla ella misma. Sus rodillas se doblaron bajo su peso y Don Sergio alzó a su hija en brazos.
"Mejor nos sentamos." Balbuceó mientras la acercaba a una silla, que Tobías rápidamente acercó.
"Enana, ¿Cómo estás?"
"…" Con los ojos llenos de lágrimas, Paulina miró lánguida a su hermano. Estaba agotada "… no sé…" logró balbucear.
Padre e hijo se miraron a la cara. Ambos compartían el mismo ceñudo rostro, estaban preocupados y parecieron trasmitirse el pensamiento. Paulina sujetó con debilidad la olla y se acercó a su contenido, que la ayudaba a respirar mejor. No se sentía bien, sino débil dolorida. Esa noche iba a ser muy larga, lo presentía en sus huesos.
"Nos vamos al Hospital." Sentenció Don Sergio con rudeza. Él era un hombre duro, algo bruto, cierto, pero un buen hombre ante todo. No más que no lo demostraba. Tobías asintió y desapareció raudo al interior de la casa.
"Papá… No quiero ir… mañana tengo examen…" Resopló Paulina levantando la cabeza de la olla con esfuerzo. "… no puedo… faltar."
"¡TONTERÍAS!" Don Sergio tomó a su hija en brazos con relativa facilidad. Es que Paulina era un saco de huesos. "Nos vamos al hospital."
Y en cuanto apareció Tobías con un bolso en sus manos, sin decir más, la pequeña familia salió de casa en dirección al hospital.
Continuará.
Por
Manquehuito (Misao–CG)
Próximo Capítulo: Desagradable Encuentro.
… Entonces una densa neblina cubrió el puerto. Paulina se detuvo en seco, y observó a su alrededor con las cejas entrecruzadas. Apretó la mandíbula cuando aquella presencia se hizo evidente. Podría estar muy enferma, pero aún podía identificar cosmos.
"Yo sé que eres Anfitrite…" Dijo una voz a su espalda. Paulina giró sobre sus talones.
PS: Este es el fic siamés de "Extremus Australis." Como ven, mi victima actual es nada más ni nada menos que Juliancito Solo. Un nuevo dios a torturar. Jejeje… hace tiempo que quería escribir sobre las desventuras de Julián. Además si lo hice con Hades, ¿Por qué no Poseidón? A ver como me resulta esto. Espero que esta nueva propuesta les guste, ya que eso me haría muy feliz. Lo que me recuerda, usaré la función "reply" para responder sus reviews, pero como no puedo hacer lo mismo con las anónimas, las responderé, como suelo hacerlo, en mi profile… lo que sí sería muy bueno y que les agradecería en el alma, sería que si son anónimas, pongan su mail para poder responderles de manera más expedita. ¡DEJEN UNA BELLA REVIEW!
