CAPITULO 9

EL SAUCE MALDITO

Los niños intentaron correr hacia el otro lado, pero era demasiado tarde, el vagón se inclino quedando solo en dos llantas, y estas empezaron a rechinar y a sacar chispas, hasta que...

Cuando pensaron que todo estaba perdido la puerta del vagón se abrió y un muchacho entro, y como era gordo, muy gordo, (fácil pesaba unos 120 kg.) nivelo el peso del vagón y por un momento este volvió a los rieles, en ese momento volvió Harry mareado, se tapaba la nariz y le lloraban los ojos, estaba confundido y se metió al vagónm, el peso del lado de Harry y el gordo fue demasiado, el vagó empezó a voltearse para el otro lado.

Cayó de costado y se salió de las vías rodando colina abajo mientras que el resto del tren pasaba por un puente y seguía derecho. El vagón rodaba, pero no con las ruedas, sino de lado y todos los pasajeros de adentro iban de cabeza y aplastados por el gordo. Después de rodar un buen rato así, chocaron con una roca y salieron volando sobre el pantano, sobre un llano en llamas, sobre una cañada, un sembradío de cactus, el Everest, la muralla china, la torre de Tokio, la esfinge, los jardines colgantes de Babilonia, el muro de Berlín, la pirámide de Teotihuacan, Six Flags, San Juan Tilapa, la casa de Big Brother, y también la del Gran Carnal... bueno, en realidad no, solo pasaron por el pantano, la cañada, el sembradío y el llano en llamas.

Cayeron bruscamente sobre las llantas del vagón, pero no se detuvo siguió andando a toda velocidad. Todos adentro estaban amontonados y aplastados hasta que alguien dijo...

- ¡Ya basta! Saquen al gordo.

Todos empezaron a hacer grandes intentos por sacar al gordo por la ventana, pero era inútil; no cabía. Después se acordaron de que había una puerta para entrar al vagón y que era más grande que la ventana.

- Por la puerta de atrás - volvió a repetir la voz.

Con la ayuda de todos pudieron deshacerse del gordo que los aplastaba, y así... la paz regresó al vagón.

- ¡Bien! - Gritaron todos de alegría cuando vieron al gordo rodar cuesta abajo y caer en un lago pantanoso.

- ¿Ahora que hacemos? - Preguntó Ron.

- Nada - respondió la voz de Hermione - el vagón va muy rápido y si nos bajamos tardaremos mucho en llegar caminando.

- Si, pero... - dijo alguien de entre la multitud - ¿si nos estrellamos?

En ese preciso momento el vagón llego a las orillas de un acantilado y cayó, Nadie se había dado cuenta hasta que Ron se sintió mareado y decidió sacar la cabeza de la ventana entonces vio que estaban cayendo a 150 km./hr:

- ¡Salten! - fue lo único que pudo de decir y luego se arrojó por la ventana.

Todos los demás al ver la actitud de Ron y ver que ya había saltado por la ventana, supieron que no era una broma, se arrojaron todos por las ventanas y la puerta de atrás, pero inmediatamente que salieron del vagón chocaron contra el piso.

- ¡Ah! - Dijo Harry - ¿Para qué saltamos? Ni siquiera el vagón se destruyó.

- ¿Dónde esta Ron? - pregunto Hermione

Harry miró a su alrededor, buscando a su amigo, era el primero que había saltado, ¿Y si lo había aplastado el vagón?

- Aquí estoy - dijo la voz de Ron.

- ¿Dónde? - Preguntó Harry que no lo veía por ningún lado.

- Abajo del vagón.

- ¿Cómo llegaste ahí? - le preguntó Harry mientras caminaba hacia él.

- Bueno - dijo Ron - lo que pasó fue que yo iba cayendo muy bien... pero luego cuando saltaron ustedes el vagón se movió justo debajo de mí y cayó encima...

- bueno, solo hay que sacarte de ahí - dijo Harry -

- Dense prisa - ordenó Ron – creo que la mitad de mi cuerpo ya se esta poniendo morada.

Entonces, con el esfuerzo de todos voltearon el vagón para liberar a Ron.

Ya todos aliviados por no haber muerto en la caída se preguntaba cómo regresarían al Hogwarts, el vagó ya no avanzaba y no podían seguir. Además no sabían exactamente donde estaban.

- Oigan - exclamó Ron – miren, a lo lejos se ve la orilla del lago.

Todos miraron para ver si Ron tenía razón, y la tenía, estaban a unos cuantos metros de la orilla del lago, solo tenían que cruzarlo para llegar a Hogwarts.

- Y bien - dijo una de las niñas - ¿qué hacemos ahora?

Harry examinó el lugar a ver si podía pensar un plan, vio una pequeña colina a lo lejos cerca del lago. Entonces se le ocurrió que si empujaban el vagón hasta la cima de la colina y luego lo dejaban caer volarían por arriba del lago, claro que abría que construirle su rampa abajo. Al comentárselo a los demás desconfiadamente aceptaron pues nadie tenía nada mejor que eso.

Empujaron el vagón con todas sus fuerzas y después de mucho, muchísimo, pero mucho esfuerzo lograron llegar hasta la cima de la colina, todos estaban exhaustos.

- ¡Oh! Mi espalda - se quejo Ron - ahora me quedare jorobado.

- Bueno - dijo Hermione - ahora solo hay que empujar colina abajo para que el vagón tome impulso, y podamos volar sobre el lago.

- Pero déjanos descansar un rato, - se quejo Ron.

- Si no lo hacemos ahora - lo regaño Hermione- nos vamos a perder el banquete.

- Calma, - dijo uno de los presentes - el tren todavía no llega y tenemos tiempo.

Todos volvieron a tomar sus posiciones y a empujar de nuevo, y lentamente el vagón se empezó a mover, hasta llegar a la orilla de la cima y empezaba a tomar impulso con la bajada, pero luego de empujar colina abajo el vagón empezó a ir mas y mas rápido, los niños ya no pudieron controlarlo; el vagón se salió de control. Iba tan rápido que ya no podían alcanzarlo por mas que corrían, pero a Hermione se le ocurrió un hechizo para ir más rápido:

- Rapidus - grito mientras agitaba su varita.

(Que buen hechizo)

Y en ese momento todos empezaron a correr mucho más rápido, y alcanzaron al tren, pero iban tan rápido que, lo rebasaron.

- Lentus - volvió a gritar Hermione.

* Todos volvieron a correr normal pero como ya le llevaban ventaja al tren les fue fácil saltar y entrar al vagón.

- ¡Bien! - Gritaron todos de alegría por haber hecho todo perfectamente, aunque no como lo planearon. Solo faltaba que el vagón se impulsara lo suficiente para pasar el lago.

* El vagón ya iba muy rápido y al llegar al final de la colina, el tren chocó contra una roca en vez de la rampa que construyeron aunque no dije cuando. El tren voló muy alto, hacia arriba, pero no hacia el otro lado del lago, y cuando estaba apunto de caer de nuevo, el calamar gigante del lago les dio un gran impulso al vagón con un golpe y este se dirigió volado rápidamente hacia el otro lado.

- ¡Bien! - Volvieron a gritar todos, por su buena suerte.

El vagón ya estaba llegando al otro lado, pero había tomando demasiado impulso, se dirigió a la parte trasera del colegio, donde se encontraba plantado un sauce, y chocaron contra él haciendo que el vagón se destrozara.

- ¡MALDITO SAUCE! -