EPILOGO

El coche se estaciono frente a una bonita casa con un bonito jardín. Era Private Drive numero 4, en un bonito vecindario lleno de vecinos chismosos que esperaban a que alguien hiciera algo y tener la oportunidad de criticar.

- Por fin llegamos – dijo el hombre gordo y con bigote mientras se bajaba del auto.

- ¡Que casón, maestros! – dijo el tipo hippioso al que habían recogido – así, si me aviento el año completo aquí.

Al escuchar esto a Harry casi le da un infarto.

El hippie bajó del auto y arrojo su maleta por la ventana rompiéndola y luego se metió por ahí. Harry le hecho una mirada a la tía Petunia esperando que gritara y se enojara por lo que le había pasado a su ventana, pero esta estaba muy ocupada jalando a su hijo atorado en el auto junto con el tío Vernon, así que Harry decidió entrar a la casa por la ventana.

- ¡oye! ¡¿qué te crees! – dijo el tío Vernon mientras jalaba a Harry para que no se metiera por al ventana , luego lo tomó por la parte de atrás del cuello y lo llevó hasta la puerta - ¡Por aquí es por donde se entra! ¿Entendiste? – y luego lo aventó contra la puerta – Hay, olvide abrir la puerta.

Entonces el tío abrió la puerta y arrojo a Harry adentro y luego sus cosas .

- Ahora ve a tu cuarto – ordenó el tío.

Así que Harry tomó sus cosas y subió a su recamara, el tiradero de la noche en que había escapado seguía, nadie se había tomado la molestia de recoger, así que se puso manos a la obra, mientras recogía escuchaba estruendosas risas que venían de abajo.

- ... y me dije ¿qué tiene el que no tenga yo?- y todos se burlaron de que hablaba solo.

Y las risas estallaron, aunque harry no encontraba lo graciosos en ese comentario.

- Saben – dijo la voz que Harry reconoció como la de Gaudencio – hace poco que me fume unas hierbas me alucine un autobús pero bien loco, maestros...

Al oír esto Harry se abalanzó a las escaleras, bajó corriendo y llegó a la cocina donde estaban todos.

- Puedo hablar contigo un segundo – preguntó Harry a Gaudencio – a solas.

- ya oyeron al chaval – dijo el hippie a los Dursley – orenle, lléguenle, a fumar caserolas

Y para la sorpresa de Harry los tíos se levantaron y... los corrieron a él y a Gaudencio al jardín.

- Chales! Yo que me quería quedar en la cocina, estaba bien comodísimo. Bueno Henry, que querías decir.

- Bueno... – comenzó a decir Harry – creo que no deberías hablar con mis tíos sobre cosas extrañas que te hayan pasado... bueno no pasado sino visto, ya sabes con la hierba y eso, mis tíos no lo comprenderían, ¿si?

- Yo creía que les iba a gustar, pero si no quieres pues que le hacemos, bueno nadie va a cantar, te parece.

Harry asintió aliviado, y luego subió a su recamara para terminar de arreglar.

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RING RING RING

- ¿qué pex? – contestó Gaudencio el teléfono - ¿cómo dice? ¿Harry? No aquí no hay ningun Harry, solo esta el Henry que es super... ¿qué?... Simon... entonces quiere hablar con Harry o con Henry... esta bien. ¡Henry! – gritó el Hippie – hay te hablan por el fono

- ¡que no soy Henry! – gritó Harry mientras bajaba – Hippie estúpido – murmuró Harry.

- ¿Qué? – preguntó Gaudencio

- no nada, ¿hola? – harry contestó.

- ¿Harry? – preguntó la voz en el teléfono

- ¡Ron! – exclamó Harry - ¡que bueno que hablas me han pasado cosas terribles!

- "Ya me lo esperaba,- dijo Ron - pero, te hablo para algo importante, ¿no quieres venir conmigo al torneo de canicas explosivas?"

- Claro que s...

- "A no, no puedes, tus tíos te iban a llevar a ver a los gigantes de Edimburgo o algo así."

- Ron, tengo que confesarte algo – comenzó a decir Harry. – Yo, la verdad es que no... no conseguimos entradas, así que me conformo con ir al torneo.

- "Ok, creo – dijo Ron - ¿te dejaran tus tíos?"

- Por ellos no te preocupes, lo tengo todo bajo control.

- "Bien, entonces pasamos por ti el sábado" – Dijo Ron y luego colgó.

-¿Quién era, mi cuate? – preguntó gaudencio.

- Era mi amigo Ron – respondió Harry.

- ¿y que quería?.

- Me invito a ver un torneo

- Chales! Me encantan los torneos – exclamó Gaudencio.

- ¡En serio! eso es grandioso – dijo Harry mientras ponía su mano en el hombro del hippie y luego se fue a su habitación

Al día siguiente Harry se despertó tarde.

- pero cuanto duerme, amo – le dijo Hedwig.

- Buenos días, Hedwig – saludó Harry - ¿qué hora es?

- No lo sé – respondió la lechuza – yo no sé leer el reloj.

Harry se levantó y se vistió. Luego bajó a la cocina para desayunar.

- Buenos días – saludó Harry al entrar a la cocina.

Pero no había nadie, bueno, solo gaudencio dormido sobre la mesa y un extraño olor venia de él. Se despertó al oir entrar a Harry.

- Este... ¿qué? Si, holas, yo solo estaba retozando, si, nada mas – dijo mientras se levantaba- Bueno, ¿quieres desayunar?

- ¿Dónde están mis tíos? – preguntó Harry.

- Salieron, pero no te azotes, ya regresan, entonces ¿qué te atragantas?

- Huevo con tocino, por favor.

- ¡¡¿Tocino! – exclamó Gaudencio – ¡¡¡Jamás! no hay que comer a nuestros hermanos animales!

- Esta bien, entonces que sean solo waffles.

- Toma – dijo pasándole a Harry un plato con tres waffles.

- ¿Eh? Pe..pero, ¿de donde salieron?

- Vas a cuestionar todo lo que hago – repuso Gaudencio

Después de desayunar, los dos se quedaron viéndose.

- Y dime mi buen Henry, ¿qué es lo que haces en este tiempo, cuando no vas a que te eduquen? – preguntó Gaudencio

- bueno, normalemte, espero a que mis amigos me manden una lechuza, y me voy a casa de Ron.

- ¿El chico pelirrojo?

- Si, ese, es mi mejor amigo, siempre estamos juntos, nos ayudamos, y cuando tengo problemas él me escucha y yo lo escucho a él, y esta conmigo cuando tengo que enfrentar mis miedos y me apoya cuando yo ya he caído, me ayuda a levantarme y...

- ¿Y que tal besa, mi buen?

- Depen... ¡¡¡¿qué!

- Bueno, es que yo veo que como que hay mucha amistad.

- No! Guacala, la gente pelirroja y pecosa me da asco, es mi amigo, pero procuro no tocarlo.

- Eres un amigo de porquería

Y antes de que Harry dijera algo, una lechuza entro por la chimenea. Y harry corrió a quitarle la carta de la pata y la abrió.

Querido Harry:

Adivina que, me gane unos boletos para el parque de diversiones "La magia irresponsable" pide permiso, y vamos por ti en tres días, será genial.

ATTE. Ron

Harry, terminó de leer la carta, y se sintió feliz, iba a conocer mas cosas del mundo de los magos, pero luego al levantar la cabeza vio a Gaudencio, no quería dejarlo solo, pero seguro que no podría llevarlo.

Harry escribió una carta a Ron, diciéndole la situación y unas cuantas horas regreso la lechuza con la respuesta, diciendo que no había problema, ya que como era un marihuano le borrarían la memoria y todos culparían a la hierba, y su padre ya había arreglado todo.

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NA: Bueno un epiloguillo para el que todavía se acuerde de esta historia, y no importa si la ven y tiene tiempo de que se escribió, ustedes dejen sus reveiws.