Capítulo II:

El Primer Sello.

Tercera Parte: El Despertar del Corrector.

Tomoeda, Jpn.

7:00 PM.

Cayó un leve chubasco que cesó repentinamente. La noche se hallaba envuelta en una extraña quietud.

No circulaban muchos vehículos por las calles, y muchas personas se habían retirado temprano a sus hogares. Y aunque no estaba bien entrada la noche, una paz muy finita reinaba en la ciudad. Atormentada solamente por los rayos, centellas y truenos que caían del cielo atmosférico, y tocaban tierra en campo abierto.

El cuervo se posó en los cables de alta tensión de un poste para electricidad, cercano a la mansión. Desde esa altura la vista dominaba bien toda la extensión de la gran casa. El extraño silencio, junto a la completa oscuridad y la quietud que instantes atrás acababa de reinar y que supuso fueron causadas por el dueño del lugar, le dio más fortaleza para acercarse. La casa parecía vacía.

Voló rumbo a un árbol cercano y con su pico cortó una bellota. Repentinamente, su pico brilló con una leve aura rojiza y cesó. Había cargado la bellota con energía suya. Extendió sus alas y sobrevoló la casa. Voló más alto, y dejó caer la bellota. Mientras caía, el cuervo entrecerró su mirada penetrante, observando su experimento. Cayó en una eternidad que duró un segundo. El sonido que se produjo fue semejante al que hace un cable eléctrico cuando cae al suelo y se descarga. La bellota explotó en mil pedazos y sus restos incandescentes se consumieron antes de llegar al suelo. Un campo de fuerza estaba protegiendo la casa. Iba a regresar a su primera estancia, cuando oyó que algo se movía en un arbusto de una casa cercana. Voló rápidamente para ocultarse en un árbol cercano, junto al arbusto. Una mano colocó una caja pequeña y larga, de piel color vino y de bordes dorados, bajo el arbusto, y con la rapidez con la que apareció se fue.

De un brinco cayó al suelo y, tras cruzar un árbol, se transformó a su forma original. Se agachó y extendió su mano para tomar la caja. La abrió con lentitud. Dentro se hallaba un collar con un dije de una piedra color verdemar cortada en forma de pirámide, un pequeño baño dorado en su base con una prolongación en forma de anillo, el cual le atravesaba el collar, sostenía a la gema. Era una llave para atravesar el campo de fuerza y si hallaba el tablero de control, desactivarlo. Su sonrisa brillante se dejó deslumbrar de nuevo. El infiltrado le dejó el camino abierto.

La habitación se hallaba en total oscuridad. La única luz que entraba era la que se filtraba por las ventanas, provenientes de los relámpagos que caían ferozmente.

Tomoyo iba a tientas, había perdido momentáneamente a Kero y a Eriol desde que entraron a la cocina. En la oscuridad se topó con un mueble frío, que resonó como un gran tambor cuando chocó contra él de frente. Lo palpó, y gracias a la luz de las centellas de energía que caían del cielo, supo que era una mesa metálica sobre la que se hallaban platos y mezclas de varios alimentos.

Oyó que algo sobrevoló por encima de ella y se paró en su hombro derecho. Kero había regresado a la forma de peluche y por el ruido que ella hizo la pudo localizar fácilmente, aunque ella no poseía poderes mágicos.

– ¿Puedes ver algo, Kero? – Preguntó al pequeño guardián, quien se hallaba comiendo algo, seguro algún postre que había olfateado.

– No mucho más que la penumbra...

–...– Tomoyo sonaba preocupada. Kero sonrió.

– Te hallé gracias a mi buen oído. – Agregó.

– Me preocupa Eriol. – Dijo Tomoyo mientras seguía caminando, usando como guía el borde de la mesa. – ¿le oíste?

– No...

–mmm...

– Por mi no se preocupen mucho – Contestó una voz desde su lado derecho, al otro extremo de la habitación. –, estoy bien, y creo que puedo arreglar esto...

Tomoyo empezó a caminar rumbo de donde provenía la voz.

– ¡¿Eriol?! ¡¿Dónde estas?!

El joven mago no contestó ésta vez. Solo oyeron un murmullo.

– ¡Esfera de Luz!

De repente, un resplandor nació de un extremo de la habitación, el cual iluminó fugazmente el lugar. Una esfera muy brillante flotaba en el aire por encima de su creador, la poderosa reencarnación de Clow Lead. Se hallaban efectivamente en la cocina de la mansión y, aunque el lugar no era muy alto pero espacioso, se veía reducido por la gran cantidad de mesas, cacerolas grandes y pequeñas, innumerables ollas y cazos de diferentes tamaños, hornos de microondas, y demás accesorios del lugar. Algunos estantes metálicos estaban alineados junto a una puerta metálica, encima de la cual se hallaba un letrero electrónico, un horno eléctrico para preparar pan, que generalmente usan en las panaderías modernas. Un exquisito aroma a pan recién horneado todavía se desprendía de él.

– ¡¡Yo lo reviso!! – Gritó Kero, adelantándose antes que nadie y usando sus poderes para abrir la gran puerta metálica. Eriol sonrió; Tomoyo lo observó con una gran gota de sudor en su cabeza.

– Keroberos es muy glotón...– Murmuró. Antes de entrar, Kero le dirigió una breve mirada molesta. Tomoyo rió y se cubrió la boca con una de sus manos. Eriol meneó la cabeza.

– Por lo visto no está aquí... ¡Hum! – Dijo Kero desde el interior del horno, mientras engullía entera una magdalena de mantequilla.

– Pues lo mejor será que alcancemos a Sakura y Shaoran...– Manifestó Tomoyo.

– ¡Si! – Dijo Kero, cargando con varios bocadillos y panes.

–...– Eriol observó a Kero, ¿tan grande era su gula? Era algo digno para admirar sin dejar de reírse. – Está bien, ¡Vayámonos!

Eriol se dirigió hacia la puerta. Tomoyo le secundó. Solo Kero iba a la retaguardia, retrasado solamente por la cantidad de cosas que llevaba.

– ¡Un momento! – Rogó Kero, al ver la cercanía de una canasta de mimbre, barnizada de color oscuro, donde depositaría sus golosinas para su fácil transporte. Eriol y Tomoyo se pararon en seco y le observaron.

– Te ayudo...– Tomoyo se le acercó al ver que Kero maniobraba con un poco de dificultad al colocar los bocadillos.

– Hay que darnos prisa...– Repuso Eriol, algo molesto. Sintió que una débil presencia nueva y totalmente desconocida, empezaba a llenar el aire. – Algo va a suceder en este instante...

– ¿Puedes ver algo Shaoran? – Dijo Sakura, mientras caminaban por el corredor, habían varias puertas en él y ya las habían abierto, pero sin ningún resultado. La última puerta se halaba al final del corredor, todavía más adelante, en la negrura de la noche. Apretó los tirantes de su bolso, el cual se podía volver mochila, donde llevaba las Cartas, aparte de las que traía consigo.

– No...– Contestó el joven chino, mientras observaba el lugar; parecía extrañado.

– Sakura...

– Dime. – Sakura volteó.

– Este lugar posee un aura extraña, como un escudo, no se pueden sentir otras presencias...

– ¿Cómo?

– Si. Observa...

Sakura cerró los ojos, concentrándose.

– Tienes razón, no se sienten las presencias de los demás...Pero, ¿crees que ellos puedan sentir las nuestras?...

Shaoran se llevó la mano a la barbilla.

– No lo creo... – Dijo, poniendo de nuevo manos a la obra.

Luke caminaba muy rápidamente, y a Yue le estaba costando trabajo darle alcance por su ropaje y por que no podía dar zancadas más largas como él. De repente, el ictiano se paró en seco.

– ¿Qué es eso? – Preguntó Yue, algo desconcertado. Una presencia muy extraña y ambigua flotaba en el aire.

De repente, la sombra de una mujer les salió al paso. Llevaba un vestido cubierto, rosado, de lentejuelas del mismo color, cuya falda le llegaba un poco arriba de la rodilla, el cual cubría unos pantalones bombachos blancos. Una larga capa le cubría la mayoría de su vestimenta. Traía puesta una mascarilla blanca, semejante a las usadas en las cortes medievales. Su pelo plateado como la luz de la luna brillaba bajo una aurora color lila que le rodeaba. De repente, su vestimenta cambió a la de un vestido de tiras color rojo carmesí. Se quitó la máscara. Una mujer de cabellos rizados dorados los observaba con sus ojos color ámbar.

– ¿Quién eres? – Preguntó Yue.

– Mi nombre es Jasha...– Contestó haciendo una pequeña reverencia. Luke le sonrió.

Al levantarse, unos lienzos la cubrieron de pies a cabeza. Rápidamente se fueron, dejándola vestida con una blusa color café claro con mangas hasta medio antebrazo, pantalones largos abombados en los tobillos, del mismo color. Una capa que llegaba más debajo de sus asentaderas le cubría la espalda, y era sostenida por dos hombreras plateadas. Sus zapatos eran parecidos en forma al de las zapatillas para balet, de color blanco sucio.

– ¿Cumpliste con tu tarea? ¿Verdad? – Luke le dirigió una mirada pícara.

– Si. – Ella le devolvió la misma mirada, sacándole la lengua. De repente, Luke frunció el ceño.

Luke volteó a ver atrás de él. Una presencia maligna flotaba en el aire.

– ¡¡No puede ser!! – Gritó Luke, corriendo y bajando velozmente unas escaleras, con rumbo un pasillo, el cual le llevaría a la sala donde se efectuaba la fiesta.

– ¡¡Esperadme!! ¡¡Esperadme!! – Exigió Yue, volando retrasado, con el cuidado de no lastimar sus alas con los pasillos estrechos. Jasha les siguió de cerca.

– Bien solo falta abrir esa. – Dijo Shaoran, a la par que señalaba una gran puerta, la que les llevaría al ala sur. – Vamos...

– Si. – Sakura asintió con la cabeza.

– ¡Listo! ¡Ya podemos irnos! – Dijo Kero. Tomoyo le sonrió.

– ¡Se van tan pronto! – Una voz tétrica surgió detrás de ellos. – ¡Si esto aún no comienza!...

Un ser muy alto, de ropajes oscuros, estaba parado detrás de Eriol y les miraba con sus dos ojos brillantes como dos rubíes.

– ¡Pero qué...! – Keroberos se transformó inmediatamente en el león lunar, al sentir que una presencia fuertemente maligna, proveniente de ese ser, llenaba todo el lugar.

– ¡¿Quién eres?! – Preguntó Eriol, quien de un salto muy ágil se colocó frente a Tomoyo, protegiéndola.

Crasid Enthorians Draktar 1 – Contestó. – As Mashitith Kaulon Magthirn2

– ¿Qué?...

– ¡¡Cuidado Kero!! – Gritó Tomoyo, al ver que el ser se abalanzaba velozmente contra el guardián. Kero tomó posición de ataque y esquivó un golpe que el Sello dio.

Kero y Eriol se miraron y se pusieron en guardia. Tomoyo retrocedió.

– ¡¡Voy primero!! – Dijo Kero mientras se aventuraba corriendo contra el Sello mientras que, abriendo sus fauces, preparaba un rayo de energía.

– Y ahora...– El símbolo del mago Clow apareció bajo los pies de Eriol. – Mi turno...

– ¡Toma esto...! – Gritó Kero, al disparar su rayo.

– ¡Esfera de energía! – Gritó Eriol, mientras de la punta de su báculo nacía una esfera blanquiazulada rodeada de rayos de energía del mismo color. – ¡Atrápalo!

Draktar se protegió cubriéndose el rostro con sus largas mangas de su traje. El rayo chocó inmediatamente con él, provocando un gran estruendo haciendo además que las mesas y demás cosas salieran volando en todas direcciones, y se levantara una gran nube de polvo. La esfera de energía de Eriol chocó con él detrás del rayo de Kero, explotando contra el Sello. La presencia de éste bajó rápidamente.

– ¡Uff! ¡Que susto nos dio ese tipo! – Dijo Kero, mientras pasaba una de sus patas delanteras por su frente.

– No bajes las defensas Keroberos...– Dijo Eriol, cerrando su mirada. – Su presencia aún se deja sentir...

– Mmm...– Keroberos le miró con una gota de sudor en el rostro. – Aún así, ha bajado bastante...No creo que cause más problemas

– ¿Te encuentras bien, Tomoyo? – Preguntó Eriol. – ¿No te pasó nada?

– Nada más el susto...– Contestó ella. – Pero, ¿qué fue eso?...

– No sé...– Contestó la reencarnación.

¡¡¡Magthurnon3

¡¡SWOOSH!!

– ¡¡Cuidado Eriol!! – Gritó Kero.

– ¡Aaagghh!

Varios apéndices salieron de la nube de polvo y, tomándolo por sorpresa, sujetaron a Eriol por sus extremidades, cuello y cintura, y lo atrajo hacia el ser, levantándolo en el aire. Por la fuerza con que le jaló, Eriol soltó su báculo.

– Si pensaron que así me iban a destruir, se equivocaron...– La nube de polvo se disipó rápidamente cuando Draktar hizo descender un campo de fuerza que le había protegido, conjurado breves instantes antes del golpe del hechizo de ambos, e incluso, había hecho que su presencia descendiera momentáneamente. Los apéndices provenían de sus brazos estirados.

– ¡Agghhh! – Eriol sentía que los apéndices se constreñían rápidamente contra su cuerpo, evitándole moverse y respirar.

– ¡¡Eriol!! – Tomoyo contemplaba la escena atónita.

– ¡¡¡Suéltalo!!! – Kero embistió al Sello, el cual lo eludió con suma facilidad, como si fuera lo más natural.

– Así que tu también quieres jugar...– Los ojos del Sello brillaron con intensidad, disparando un rayo de luz roja, que se impactó contra el lomo del guardián.

– ¡Aahh! – Kero cayó al suelo.

– ¡Kero! – Tomoyo corrió a su lado.

– ¡K-Ke-ero! – Eriol observaba la escena, mientras luchaba por liberarse. Era en vano, a cada esfuerzo que hacía, el sello lo apretaba aún más.

Kero se empezó a levantar del suelo.

– ¡N-No v-voy a pe-permitir que le ha-hagas daño! – Se reincorporó con dificultad. – "Es muy fuerte" – Pensó.

Y se lanzó nuevamente al ataque, logrando su objetivo esta vez, ya que, por evitar que las garras del guardián solar cortaran sus apéndices, el ser soltó a Eriol, quien cayó pesadamente al suelo.

– ¡Eriol! ¡¿Estás bien?! – Tomoyo lo alejó con dificultad del campo de batalla, mientras Kero batallaba con el ser para distraerlo. Se escondieron detrás de una mesa metálica con cajones del mismo material. Colocó su cabeza de él sobre su regazo. Revisó su cuello y sus brazos en busca de hemorragias. Eriol estaba visiblemente marcado, pero solo eso.

– Es muy fuerte...–Murmuró el inglés, mientras se sentaba en el suelo. Miró a su salvadora. Se admiró de la fortaleza que tuvo Tomoyo, junto con Kero, para arriesgarse de esa manera para llevarlo a un lugar más seguro.

– ¿Te sientes bien? – preguntó ella.

– Si...– Busco algo con la vista. – ¿Y mi báculo? ¿Dónde está?

– Detrás de esa mesa – Tomoyo señaló la mesa enfrente suyo. –; si vas a pelear de nuevo, ten mucho cuidado...Por favor...

– No te preocupes, querida Tomoyo...– Dijo, mientras se reincorporaba. – Lo tendré...

Ágilmente, Eriol saltó la mesa y tomó su báculo.

– ¡Me alegra que volvieras y que estés bien! – Gritó Keroberos, al verlo reincorporarse a la lucha, mientras intentaba soltarse de unos apéndices que le tenían sujeto por las patas delanteras y el tronco. – ¡¿Pero podrías ayudarme?!

– Hazte a un lado...

– ¿Ehh?

– Espero que eso se quede quieto...– Murmuró el joven mago, empuñando su báculo.

Kero parecía asustado.

– "¿Qué piensa hacer?"

– Por el poder cedido en mi, llamo a los poderes de la oscuridad, ¡Qué se manifieste el poder de las sombras! – Un aura brillante azul oscuro rodeó el cuerpo de Eriol. Tomó su báculo y lo apuntó directo a Draktar y a Kero.

Una gran esfera de energía, color negro y morado, se formó por encima del báculo de Eriol, creciendo hasta el tamaño de una pelota de baloncesto.

– ¡Dark energy's thunderbolt! – La esfera, con velocidad sorprendente, salió despedida de su báculo.

Aprovechando que su atacante se había distraído, Kero se liberó y se apartó de él. La esfera alcanzó su objetivo con una gran explosión, haciendo que todo el lugar vibrara. Algunas mesas cercanas al lugar se volcaron. Mientras que la vajilla se hacía añicos, los utensilios de cocina volaban en todas direcciones y los cubiertos de mesa se doblaban, retorcían o volaban por todos lados. La onda expansiva llenó de un polvo café el lugar, a la par que la presencia de Draktar disminuía notablemente. Los tres se protegieron para evitar que la onda y los objetos los lastimara.

– ¡¡¿Qué fue eso?!! – Dijo Lukey en voz alta, mientras abría una puerta que daba al pasillo del comedor.

– Una explosión muy poderosa – Yue se le adelantó, volando por encima de él. –; alguien debió haber acabado con uno de ellos...

Luke frunció el ceño. Algo no andaba bien. Se paró en seco. Jasha se paró detrás de él. Yue se posó en tierra nuevamente, observándolo de frente.

– ¡Jasha! – Dijo Luke sin voltear a verla.

– ¡A la orden! ¡Im Fiuttrek! – Se colocó en posición de firmes.

– ¡Investiga qué sucedió! Tengo cosas por hacer...

– ¡Si!

Luke miró a un pasillo, junto a la puerta que acababa de abrir, que corría a su derecha. Jasha volteó a ver a Yue.

¡Vamos! – Le indicó con un movimiento de su cabeza.

Yue asintió y extendió sus alas.

– Por cierto, Jasha...

– ¿Si? – Volteó a mirar a Luke, desconcertada. El la miro a los ojos.

Luke le sonrió indulgente.

– Cuidate...

– Si...– Parecía sorprendida por lo que le acababa de decir.

– ¿Qué esperas? – Insistió. – ¡Vete ya!

– Ha desaparecido...– Comentó Kero, acercándose al hoyo con forma de cono que se abrió en el suelo por causa de la explosión. El polvo se había asentado y se podía ver que la cocina había quedado hecha un desastre. Algo, como huevo batido, cayó en el hombro de Kero. Lo lamió, intentando limpiarse.

– ¡Que asco!

– No creo que haya sobrevivido algo a esa explosión...– Eriol se acercó al guardián. Tomoyo iba detrás de él. – Es un hechizo que desarrollé para mi defensa, pero nunca creí que lo usaría. – Observó el fondo del cráter, que empezaba a llenarse de agua, por lo visto, alguna tubería de agua potable se rompió. – Este ser es un peligro inminente...

– "Era", querrás decir... – Interpuso Kero, escupiendo y limpiando su lengua con sus garras.

– No, el muchacho tiene razón, gatito...– Una voz se oyó por encima de su cabeza. Gran sorpresa se llevaron los tres al ver al sello, en el techo, trepado como una araña. – Nada más que no solamente soy peligroso, soy un maniático...

– ¡¿Pero, cómo?! – Gritó Kero. Retrocedieron cuando el sello se dejó caer, y se irguió. Sus dos rubíes destellaban como bombillos.

– Tu ataque fue muy bueno, joven faghog4 – Dijo el sello. –, pero no lo suficientemente rápido y fuerte como para eliminarme...

Colocó sus palmas a la altura de su pecho. Una esfera de energía amarilla se empezó a formar entre ellas.

Levantó la esfera sobre su cabeza, la cual creció en tamaño.

– Si quieres sentir qué es la aniquilación, ¡¡Siente esto!!...

¡¡¡Relámpago Mortal!!!

El sello lanzó la esfera energética, la cual voló por los aires a una velocidad sorprendente, con dirección hacia Eriol, Keroberos y Tomoyo, produciendo un sonido sordo-estruendoso, como un disparo de un revolver. A medida que tocaba algo, lo desintegraba.

– ¡A un lado! – Gritó Kero, mientras se tiraba atrás de una mesa.

Eriol estaba atónito.

– "¡N-No es posible!... ¡Es-Es más fuerte que yo!..."

– ¡Eriol! – Tomoyo tomó a Eriol por los hombros y, con una gran fuerza solamente sacada de su interior, lo lanzó al suelo, pero a ella no le dio tiempo para eludir el ataque, ni de alguna reacción. Eriol abrió los ojos desmesuradamente. En segundos, Tomoyo tenía la esfera a menos de medio metro de ella. Kero observó la escena con impotencia.

¡¡TO-MO-YOOOOOOOOOOOOOOOOOO!!

Gritó Eriol. Ella cerró sus ojos, esperando el inminente golpe, tal vez por última vez.

– ¡Creo que esto es tuyo!

En ese supremo instante, dos delgados brazos de manos entrelazadas golpearon la esfera como si se tratara de una pelota de voleibol, reteniéndola por unos instantes. Tomoyo abrió sus ojos de biseles violetas. Una mujer joven, rubia, de pelo rizado casi hasta la cintura, estaba parada enfrente de ella, de su lado izquierdo.

– ¡Te lo devuelvo! ¡Yaaah!

Jasha impulsó la esfera, dándole mayor velocidad que la inicial. Sus brazos dieron un giro vertical de semicírculo.

– ¡Diantres! – El sello intentó esquivarlo, pero no pudo. El ataque se estrelló de lleno contra él, desintegrándolo en la gran explosión que se produjo.

Kero cubrió su cabeza para protegerse, Eriol, se paró como tocado por un rayo y abrazó a Tomoyo. Sintieron que dos alas grandes les protegían de la explosión, mientras que Jasha permanecía estática.

– ¡¿Qué rayos?! –Shaoran se recargó contra la pared. La casa estaba temblando, como si un fuerte sismo estuviera sucediendo.

– ¡Hooeeee! – Sakura estaba abriendo ya la puerta cuando comenzó el sismo, y cayó de sentón en el suelo, al no encontrar de donde sostenerse. El sismo fue tan fuerte, que algunos jarrones de pie cayeron al piso. Los floreros cayeron con sus mesas, haciéndose añicos, y desparramando las flores y el agua contenidas en ellos.

El temblor pasó.

– ¿Qué fue eso? – Sakura se levantó, sobándose el golpe. Shaoran le ayudó. Sakura aceptó la ayuda gustosamente, con las mejillas sonrojadas.

– Un sismo fuerte.

– Espero que los demás se encuentren bien...– Volteó preocupada a ver la puerta. Shaoran le sonrió.

– No te preocupes, lo estarán...Eriol, Yue y Keroberos están con Tomoyo y la protegerán...

Shaoran giró el rostro y miró hacia el interior del cuarto.

– ¿Sientes eso? Pareciese que nos estuvieran observando...

– ¡Es la mujer! – Sakura señaló hacia la puerta que llevaba al ala sur, donde se asomaba una joven de cabellos plata. – ¡Tras ella!

– ¡Espérame!

Sakura corrió con la velocidad de un rayo y Shaoran le seguía de cerca. En instantes ya estaban en la parte alta, donde estaba la puerta, que acababa de cerrarse. Sakura se acercó para observarla.

– No tiene ninguna cerradura, ni tirapuertas...

– Entonces intentaré de otra forma...

Shaoran intentó tirarla. Golpeó la puerta con su hombro, pero esta no cedió ni un milímetro.

– Está sellada...– Dijo el joven Li, al volver a intentar tirarla. – Veré si mi espada la puede abrir...

Shaoran intentó golpearla con la espada. En un momento, había dado un golpe, al otro, estaba volando por los aires, cayendo hacia la planta baja. Cayó al suelo y rebotó dos veces.

– ¡Shaoran! ¡Estás bien!

Sakura bajó rápidamente las escaleras y llegó a su lado, Shaoran observaba el techo mientras parpadeaba tratando de asimilar lo sucedido. Afortunadamente, no se lastimó de gravedad.

– ¿Qué pasó?

Sakura sonrió dulcemente.

– Un campo de energía.

– Debí suponerlo...– Shaoran se levantó y se sentó en el suelo. Sakura lo observaba.

Shaoran volteó a todos lados

– ¡¿Y mi espada?!

Sakura se incorporó.

– Ven y mira...

Subieron las escaleras nuevamente y cuando llegaron al final de los escalones, Shaoran vio que su espada estaba flotando en el aire, totalmente inerte, y había hecho un hueco en el campo de fuerza, lo suficientemente grande, como para que pasara una persona.

– Vamos...– Le indicó Sakura con un movimiento de su cabeza.

– Si.

Shaoran tomó la espada, y el campo de energía regresó.

La nube de polvo cedió deprisa, aunque poco a poco, a medida que los sedimentos suspendidos en el aire descendían sobre mesas, vajilla, cubiertos, ollas y demás utensilios. Muchas mesas se volcaron; otras se compactaron; la vajilla se hizo añicos, y algunos manteles de una estantería cercana estaban quemados y tiznados. La gran explosión había abierto un hoyo en la pared más cercana, e hizo un cráter cónico de gran tamaño y profundidad en el suelo. También el techo se combó, pero afortunadamente no se cayó. Caía polvo de sus grietas.

– ¿Están todos bien? – Preguntó Kero.

– Si. – Respondió Tomoyo.

Eriol no respondió, pues observaba a la joven parada a su lado. Su mirada fue luego al ángel que tenía a sus espaldas, quien le había protegido. Kero miró fijamente a Yue. Yue le observó inexpresivo.

– ¿Quién eres? – Preguntó Kero. La ictiana y Eriol cruzaron miradas al mismo tiempo.

–...– Ella no contestó. Jasha y Eriol se miraban fijamente.

– ¡Te exijo que contestes! – Kero parecía alterado.

–...

– ¡¡Te estoy hablando!!

– ¿Le gritas así al que salvó la vida de la doncella aquí presente? – Jasha ni siquiera se tomó la molestia de mirarle al contestar, sin embargo, tomó una actitud molesta. – ¡Vaya forma de agradecer que tienen!...

Kero se sintió avergonzado, y miró a Tomoyo. Ella le miró también. Tenía razón, pero aún así no se dejaría intimidar.

– Responde...

Jasha sonrió condescendiente. Por fin le dirigió la mirada.

– Tal vez esto te haga recordar algo...

Un aura rojiza y dorada rodeó a Jasha, aumentando su presencia. Eriol se apartó de ella y se colocó a un lado de Yue. Tomoyo corrió para colocarse atrás de Keroberos. Eriol frunció el ceño. Yue permanecía inflexible. A Kero le nacieron varias gotas de sudor.

– Tú...

Jasha abrió levantó las cejas, como incitando a la respuesta. Se cruzó de brazos. Su enorme capa que le protegía ondulaba cerca de su cuerpo.

– Tú...

– ¿Si?...

– ¡No te recuerdo!...

¡¡Poom!!

Todos se fueron para atrás.5

– ¡¿Cómo es posible?! ¡¡Tan mala memoria tienes!! – Jasha lo miraba con cara demoníaca. Una vena saltó en su puño y su sien.

– ¡Bueno! ¡Es que simple y sencillamente no te recuerdo!

Jasha exhaló aire sonoramente. Yue empezó a caminar a donde estaba Kero.

– ¿Tú la conoces? – Dijo Kero, al mirar al ángel lunar.

– Ella es...– Jasha lo interrumpió, estirando un brazo y cortándole el paso.

– Déjalo así...– Le sonrió.

Eriol se recargó en la pared, de la cual cayó un poco de polvo. Cruzó sus brazos.

– ¿Tú la conoces, Yue?

– Usted también, antiguo amo...

Eriol enarcó una ceja.

– ¿Cómo?

– Tal vez no lo recuerde, pero esto pasó hace mucho tiempo, cuando usted creó las Cartas Clow...

– Mejor no digas nada, guardián, pronto lo sabrán...– Jasha miró a la brecha abierta en el muro. – Por que esto aún no acaba...

Observó el entorno. Eriol volteó también. Una voz provenía de alguna parte, pero en otro idioma, desconocido para él. Ella miró fijamente a la puerta y asintió.

– ¡Síganme! ¡Tenemos algo que hacer!...

Shaoran pasó su mano a través de la puerta. No hallaban cómo abrirla aún. Sakura revisa el marco de la puerta, para ver si había algún botón o alguna trampa para abrirla. Shaoran pasó sin querer su mano derecha sobre uno de los ojos de los leones tallados en la madera, el cual emitió un fulgor amarillo por breves momentos. Sakura y Shaoran observaron lo ocurrido, y luego se miraron uno al otro.

– ¿Viste eso Shaoran?

– ¡Si!

– Vuélvelo a hacer...

Shaoran volvió a pasar su mano sobre el ojo de cristal, el cual emitió otro fulgor amarillo, pero esta vez, ya no desapareció.

– Sakura, haz lo mismo con el otro...

– ¡Si!

Sakura pasó su mano sobre el ojo de cristal de la otra bestia, el cual empezó a emitir un resplandor amarillo. De repente, se oyó un sonido proveniente de la puerta, como si corrieran un pasador. Parsimoniosamente, la puerta se fue abriendo, rechinando en cada giro que daban las bizagras. El lugar estaba oscuro. Era un corredor, el cual tenía a ambos lados diversas armaduras medievales, que debían ser como diez, las cuales presentaban sus armas: hachas grandes y muy afiladas, todo hecho de un mismo material: acero. Varios retratos de personas con vestimentas del siglo pasado se miraban unas a otras, y a la vez, otras parecía que miraban a los recién llegados. Sakura sintió un escalofrío.

– Entremos...– Indicó Shaoran.

– S-Si. – Sakura miraba a las armaduras con algo de temor.

Pasaron las primeras dos armaduras.

– Siento una extraña presencia en este lugar ­– Dijo Shaoran. –; pareciese que nos están observando.

Sakura observó los cuadros.

Desde su cuarto, Luke sonrió de manera malévola. El fleco de su cabellera ocultaba sus ojos de manera rebelde. Estaba parado observando un círculo en el suelo, por el cual veía a ambos jóvenes. Musitó unas frases en ictiano.

¡Riip-Riiip-Riiiiip! ¡Blam!

La puerta se cerró de golpe tras ellos. Shaoran corrió e intentó abrirla.

– ¡Está sellada de nuevo! ¡Nos capturaron!

– ¡No puede ser! – Sakura, como podía, ayudaba a Shaoran a empujar la puerta.

Mientras ellos estaban ocupados, Luke volvió a musitar otra frase. Sin que lo notaran, todas las armaduras emitieron un resplandor cyan. La armadura cercana a ellos se movió de su lugar y, con su hacha en alto, arremetió contra ellos.

– ¡Cuidado Sakura! – Shaoran, con su espada mágica detuvo el hacha, que casi golpea a Sakura en la cabeza, al interponerse entre ella y su agresor. La armadura se liberó y atacó por un costado con su enorme arma.

– ¡Shaoran! – Sakura observaba como Shaoran peleaba. De repente, oyó un ruido metálico detrás de ella. Al voltear, vio que otra armadura tenía su arma en alto e iba a descargar su golpe.

¡¡ESPADA!!

Hábilmente, Sakura detuvo el golpe con su bastón, convertido en espada por la Carta Sword. Con su pié, alejó al ser de hojalata. Sakura y Shaoran se colocaron espalda contra espalda, mientras que empuñaban sus espadas. Otras tres armaduras se acercaron a ellos y los rodearon. Las demás les siguieron.

– No habrá manera de vencerles – Dijo Shaoran –, si no usamos nuestra magia para encontrar su punto débil...

– Si...– Asintió. – Pero primero debemos protegernos...

Sacó una carta de uno de sus bolsillos y la arrojó al aire. En ese momento, un hombre de hojalata se lanzó pesadamente contra ellos.

– Usa tu fuerza para protegernos de estas armaduras que osan atacarnos...– Dijo en voz baja. Luego alzó la voz. – ¡¡ESCUDO!!

La Carta The Shield los rodeó en una cúpula, contra la cual chocó la armadura y cayó al suelo desparramada, como si hubiera chocado contra un muro. Shaoran notó que, dentro del casco, brillaba una pequeña esfera color cyan, del tamaño de una canica, la cual empezó a brillar. De manera inmediata, pieza por pieza, la armadura volvió a unirse, quedando acostada en el suelo. Se paró rápidamente y buscó su arma.

– ¡Eso es! – Gritó Shaoran. – ¡El punto débil está en el casco!

– ¿Cómo?

– ¡Ataca a la cabeza!

Las otras armaduras empezaron a lanzar hachazos contra la protección de ambos magos.

– Voy a inmovilizarlas con la Carta Agua – Dijo Sakura. –, para que no ataquen más...

– ¡¡Si!! – Dijo Shaoran lanzándose al ataque, puesto que Sakura había llamado a la Carta Escudo de vuelta.

Sakura sacó la carta.

– Carta que fuiste creada por Clow, abandona esa vieja forma para obedecer a tu nueva ama, ¡Hazlo por el nombre de Sakura! – Sakura tocó la Carta con su bastonera.

¡¡AGUA!!

La Carta Water rodeó a varias armaduras, mientras las empapaba, o lanzaba chorros contra las que arremetían contra ella, haciéndolas oxidarse de manera rápida. Dos de ellas se cubrieron con escudos que estaban colgados en la pared, evitando que el agua los tocase.

Sakura invocó de nuevo a la Carta Sword y, junto a Shaoran, atacaron a tres armaduras inmovilizadas, por el casco. Shaoran atravesó a una por la visera. La armadura soltó su arma y se sacudió, para después caer al suelo y desbaratarse por completo. Una esferita, como una cuenta de vidrio, salió del casco y rodó hasta sus pies. Al tocar sus zapatos, se partió en dos.

Sakura rápidamente atravesó otra de la misma manera. La armadura también se desbarató como la anterior. Otra esferita rodó y se partió en dos. Poco a poco, las armaduras fueron acabándose, quedando solo dos, las cuales permanecían protegidas por los escudos. Por lo visto, la Carta Water solo pudo oxidar de sus rodilleras hacia abajo, pues era la única parte descubierta.

Sakura y Shaoran atacaron, aprovechando la desventaja de las armaduras. Las armaduras intentaron arremeter contra ellos, pero al ver que no se podían mover, lanzaron sus hachas contra sus atacantes. Ambos las esquivaron con suma facilidad. Al mismo tiempo, Shaoran y Sakura partieron a las armaduras en dos con sus espadas. Las esferitas brillaron en el aire, para caer al suelo y partirse en dos.

– Esto no me gusta para nada...– Confesó Sakura.

– Sakura, sigamos...– Le indicó Shaoran con un movimiento, indicando la proximidad de otra puerta.

– ¡Son muchos! – Expresó Kero con cansancio, cargando a dos invitados dormidos.

– Pues no los podemos despertar aún...– Señaló Eriol, pasando el brazo de un joven alrededor de su cuello y levantándolo. – Y aunque así fuese, la magia utilizada por la Carta Dream de Sakura fue muy fuerte, así que el efecto de ésta pasará dentro de mucho.

– ¡Ufff! – Kero parecía cansadamente molesto. Eriol se acercó a él y acostó al muchacho en el lomo de Kero. Pesadamente, Kero llevó a los que tenía en su hombro a las mesas cercanas donde Tomoyo, junto a Yue, los sentaban en las sillas. Por todos lados se podían oír ronquidos.

Tomoyo, junto con Yue, acomodaban a unos muchachos en las sillas, mientras que Jasha acomodaba a otros en una mesa cercana a ellos. El león solar observó a la extraña joven.

– ¿De donde habrá salido? – Susurró.

– ¿Eh? – Tomoyo volteó a verle, mientras sentaba a Naoko en una silla junto a Mika.

– Esa joven, ¿de donde es? ¿qué es lo que quiere?

– No lo se...Pero...No es mala. ­– Contestó Tomoyo. Yue estaba mirando furtivamente a la joven, mientras que tomaba a un joven de los lomos de Keroberos y, tomándolo por la cintura, lo intentaba parar, para luego pasar su brazo y sentarlo en otra silla cercana. Tomoyo abría la silla para así acomodarlo. – Si así fuera, no me hubiera protegido en ese ataque...– Se limpió el sudor de su frente.

– Eso es lo que más me confunde...– Kero tomó un leve respiro, Yue le quitó el último pasajero que llevaba. – Porque también pudo hacerlo para obtener nuestra confianza...Y aunque así no fuese, por lo visto, ella debe ser de los alrededores de éste lugar, así que debe de está vinculada con la desaparición de la Carta...

Tomoyo lo observó extrañada. Kero la miró con una gran gota de sudor.

– Bueno, eso he de suponer...

– ¿Y tú que opinas Yue?...

Yue dirigió su mirada fría a Tomoyo.

– Pienso lo mismo que Keroberos...No podemos fiarnos de ella tan pronto...

– Mmm...– Tomoyo se llevó su índice a su mentón. – Puede que tengas razón, pero, ¿no creen que es muy pronto para sacar prejuicios de ella?...

– Es que, su presencia...– Dijo Kero, observándola. Tomoyo siguió su mirada. – La presencia que ella emite...Se asemeja mucho a la que se sentí en el cuarto de Sakura, la noche que desapareció la Carta...

Yue miró más seriamente a la joven.

–...– Tomoyo observó a la joven de reojo. Ella también le miró de reojo. Podía leer sus pensamientos.

Jasha se acercó a un grupo de al menos seis jóvenes, entre ellos muchachas, y extendió sus brazos. Eriol, Yue y Kero voltearon rápido a verla, al sentir aumentar su esencia mágica. Como movidos por hilos invisibles, la mitad de ellos se levantó, levitando en el aire. Retrocedió unos pasos y levantó más las manos, al instante, ellos se alzaron más, como a la altura de su cabeza. Movió lentamente sus manos y la colocó en dirección a la mesa; sudaba un poco. Poco a poco, los muchachos se fueron moviendo y se colocaron sobre la mesa, distanciados a intervalos iguales. Bajó lentamente las manos, al igual que los jóvenes, quienes quedaron al fin sentados en la mesa. Se limpió el sudor de su frente y procedió a repetir el mismo proceso con los faltantes.

– Es muy poderosa...– Dijo Kero. Ella volteó súbitamente.

– Debemos darnos prisa, por que aún corremos peligro...– Vociferó. – El enemigo aún anda suelto...

Eriol hizo una mueca de incredulidad.

– ¿A qué te refieres? – Le esputó. – Tu lo destruiste hace un momento, ¿no?, ya no debemos correr ningún riesgo... ¿no es así?

Jasha sacó de un bolsillo oculto en su pantalón una pluma negra, quebrada y quemada.

– No se los dije para no alarmarles, pero eso no era el enemigo...

– ¡¿Cómo?! – Gritó Kero. Volando para posarse frente a ella. – ¡¿A qué te refieres con eso de que esa cosa no era nuestro enemigo?!

– Esa fue una ilusión...– Dijo, dando unos pasos para alejarse de él. – Una ilusión creada por magia oscura, para distraernos y para que el creador se mantuviese a salvo de nosotros...

– No puede ser...– Contestó Eriol. Rápidamente se buscó las marcas en sus brazos hechas por los apéndices que salieron del sello. Se las mostró. – Si eso hubiera sido una ilusión, no me habría hecho esto...

– Este tipo de ilusiones no son como las que ustedes conocen...– Respondió. – Las ilusiones que ustedes crean son inofensivas o reflejan una acción y aparentan ser algo...Pero ellos6 pueden crear ilusiones capaces de vivir, materializables, casi con vida y conciencia propia, solo regidas por la voluntad de aquel que las creó a su semejanza; solamente que son más débiles que su creador. Sin embargo, tienen el poder suficiente para usar ataques y causar daños...Son como lo que ustedes llaman "clones" de si mismos, pero creados con su magia...

– ¡Imposible! – Refutó Eriol. – ¡Solo los magos poderosos podemos hacer eso!

Jasha lo miró a los ojos.

Ellos no son cualquier cosa...Si no me crees, créele al ataque que casi te mata...

– Por eso dijo que esto aun no acababa...– Murmuró el inglés.

La Carta Light, en forma de hada en una esfera luminosa, entró primero, después de que Sakura la invocara nuevamente, iluminando la estancia. Shaoran entró después, seguido muy de cerca por Sakura.

La estancia era enorme. Debería tener unos 100 metros de ancho por 150 de largo. Varias ventanas pequeñas de la bóveda de estilo de pañuelo encima de su cabeza, se hallaban cerradas, con cortinas rodadas, haciendo que la oscuridad se hiciera más notoria. Varias columnas estilo corintias sostenían el techo, cercanas a la pared. Una cúpula enorme se veía justo al centro del techo. Sin embargo, la oscuridad del lugar envolvía todo, dándole un toque frío y sombrío al lugar.

Avanzaron cautelosamente.

– Hay que ser precavidos – Dijo Shaoran. –. No sabemos que trampas estén aguardando en éste lugar...

– Si. – Contestó Sakura, asintiendo con la cabeza.

Luke cerró los ojos y alzó su rostro, mientras pronunciaba otras palabras. De repente, una extraña niebla resplandeciente se empezó a formar poco a poco del suelo y, parsimoniosamente, empezó a subir y llenar el lugar. Hasta ese momento, ya no podía hacer nada. Ahora, todo dependía de lo que hicieran esos dos jóvenes humanos. De repente, chasqueó sus dedos de su diestra, a la par que alzaba la mano.

– Tengo que pedir al refuerzo...– Se recordó.

– Esta niebla no es normal...– Dijo Sakura.

Los bancos de niebla se acumulaban cerca de las columnas, y empezaban a trepar por ellas, o se desplazaban a su alrededor, como cercándoles mientras le cortaba la vista. La Carta intentó elevarse más, escapando de la niebla que le perseguía. Se acercó a Sakura y se posó sobre su cabeza.

De repente, se oyó un sonido, como si alguien hubiese levantado una piedra y la hubiese arrastrado, moviéndola de su lugar. Luego, un resplandor color rosado se vio alzarse del suelo, al otro extremo de la gigantesca habitación. Shaoran y Sakura abrieron bien los ojos.

– ¡¡Esa debe ser la Carta!! – Dijeron al unísono. – ¡¡Esa presencia le pertenece!!

Instantáneamente, la niebla se partió en dos, formando un camino a través de ella, que les conducía al otro lado, al resplandor. Sakura dio un paso, pero Shaoran la frenó con su brazo en el hombro de ella.

– Déjame ir al frente – Le interpuso. –. No quiero que te pase nada malo, en caso de que existan más trampas...

Ella se sonrojó.

– Si...

– Está bien...– Le sonrió dulcemente, mientras se adelantaba.

Se colocó delante de ella, empuñando su espada. Volteó a observarla.

– ¡Vamos! Sigamos, pero con precaución...

Sakura asintió con su cabeza, y ambos empezaron a caminar. La niebla se abría delante suyo, como si fuese un sendero, y se iba cerrando detrás de ellos, ocultando su paso.

– ¡Bien! ¡Eso fue todo! – Gritó Jasha a los demás. – ¡Ya coloqué al último!

–...– Eriol, Yue y Kero la observaban con algo de precaución.

–...– Jasha los miró con una gran gota de sudor en la cabeza, mientras sonreía.

Tomoyo fue la primera que se le acercó.

– Te agradecemos que nos hallas ayudado a todos – Hizo una leve reverencia. –. Sobretodo el haberme salvado la vi-...

Tomoyo se sonrojó al sentir unos delicados labios, y el suave calor que un beso produjo en su mejilla. La joven se había inclinado a besarla en la mejilla, pues era un poco más alta que ella. Jasha se retiró un poco y la miró a los ojos enternecida. Tomoyo estaba algo sonrojada.

– No te preocupes...– Le contestó. – Para mí, tú eres alguien muy especial, por quien valdría la pena arriesgarse...

Los demás las miraban asombrados por la reacción de la joven. Ella los miró desde su posición.

– Además – Repuso. –, mi querido Fiuttrek me encargó cuidarte...

– ¿Quién?

– Ya lo conocerás...

Jasha se incorporó, y dirigió una mirada fría y seria a los otros tres.

– El mensajero personal del Yoihtian Duan Mandrakargth7, Fuittrek del Cuarto reino, desea veros...

– ¿Quién? – Preguntó Kero, con una gota de sudor en la frente, rascándose la cabeza de ignorancia. – ¿El mensajero de qué?

Jasha cerró su mirada.

– Uno que viene en nombre de alguien sumamente poderoso...– Contestó Yue, al tempo que cerró su fría mirada. Eriol volteó a verlo. Si bien Yue casi no había interactuado con anterioridad, era por que debía saber algo.

De repente, el lugar se llenó de una presencia mágica, la cual hizo que empezara a bajar un poco la temperatura, al grado de sentirse como si fuese invierno. El suelo empezó a congelarse, al igual que varios objetos, sobre todo todos los líquidos en el recinto. Varios muchachos se abrazaron entre sí, dándose calor, mientras que sus bocas desprendían nubes de aliento. Kero tuvo que sacar sus garras para poder mantenerse en pie, su piel cubierta de pelo era abrigadora contra el frío. Yue flotó levemente sobre el suelo para que sus pies no se enfriaran demasiado con el piso congelado. Tomoyo, aunque traía zapatillas, demostró su habilidad en las pistas de patinaje sobre hielo, y se acercó rápidamente a Eriol, buscando su protección y calor. Eriol la acogió entre sus brazos y le dio el calor que necesitaba, mientras se mantenía en pie. Solamente en donde estaba parada Jasha, el suelo no se había congelado. Ella volteó a ver a una puerta cubierta de escarcha a su lado derecho, de donde provenía la presencia.

– Esta presencia es fuerte...– Dijo Eriol, de forma inexpresiva, sin embargo, dentro de si estaba muy confiado, los poderes de ésta persona no eran superiores a los de él. Tomoyo lo abrazó más.

– Esta presencia no puede ser humana. – Advirtió Kero, batallando por mantenerse en pie, o bueno, a cuatro patas. – Es demasiado extraña para serlo...

Yue miraba a la puerta, al igual que Jasha.

– La presencia aumenta...– Dijo Yue al fin.

Entre ronquidos y respiraciones, se dejó oír el eco de unas pisadas, provenientes de esa puerta, las cuales se acrecentaban poco a poco. Eriol cerró la mirada, mientras que Kero tomaba un poco la posición de combate, para estar listo ante cualquier cosa. Yue se cruzó de brazos. Se oyó un sonido, proveniente de la puerta, indicando que se habían corrido los seguros. Poco a poco, la puerta se fue abriendo de par en par. Un hombre, cubierto con un sobretodo tipo hábito color gris rata estaba parado, en el umbral de la puerta. Debería ser tan alto como Touya. Su cara era alargada, barbilla pronunciada, y tez latina, parecía un actor. Tenía pelo color negro, lacio, cortado como mesero de algún restaurante, algo cortado en forma de hongo. Vestía unos pantalones largos, cerrados a la altura de los tobillos y sujetos por arriba por algo semejante a un cinturón grueso, de franjas de colores dorados y plateados. Vestía algo así como una camisa de cuello, de manga larga, cuyas mangas terminaban acampanándose al final de éstas. Toda su vestimenta era del mismo color que la de Jasha, solamente que en todos los bordes traía bordado, en hilo negro de manera fina, algo como enredaderas sin flores ni hojas, solo espinas. Tomoyo lo observó fijamente.

– "Me parece conocido" – Se dijo la muñequita de porcelana.

Dio un paso. El suelo crujió debajo de sus pies. Procedió a acercarse a donde estaban los demás, con el cuidado de no caerse. Jasha lo observó con una gran gota de sudor en la cabeza, Khrasuy a veces era de lo más meticuloso en su andar. Los demás no dejaban de mirarlo con interés, curiosidad y precaución. Khrasuy se colocó entre Jasha y los demás. Se quitó la capucha y los miró de frente con sus ojos cafés oscuros.

Justo en el momento en el que juntó sus talones, en posición de firmes, tuvo un leve resbalón por la fuerza de uno de ellos al juntarlo. Hizo un malabar por no caerse. Como un rayo regresó a su posición original, enseriando su mirada y su rostro. Eriol, Yue, Tomoyo y Keroberos lo miraron con una gigantesca gota de sudor. Jasha se puso rojísima y se tapó la cara, para ocultar su pena y su risa.

Khrasuy se aclaró la garganta. Jasha recuperó la compostura, aunque algo risueña. Los demás pusieron atención.

– Mi nombre es Khrasuy Nogth'Paght, Hijo de Heint Night, y soy el mensajero personal del Fiuttrek Lukey Lunogyh'Khard, Hijo de Harmss Lunaght, el Yahr Mandrakargth. – Hizo una reverencia, llevándose su mano izquierda a su pecho, y brazo derecho pegado al cuerpo. – Venimos del planeta Ictianishak, que en vuestro dialecto es Ictians. Cuyo sistema solar se encuentra en una constelación, desconocida para ustedes, llamada Delta-Taght, la cual se encuentra al norte de las estrellas binarias llamadas Pléyades. – Todos abrieron grandemente los ojos al oír esa información.

– ¡¡Son alienígenas!! – Kero no podía creérselo, estaba teniendo un encuentro extraterrestre del tercer tipo. – ¡¡Increíble!!

– ¿A qué han venido? – Mencionó Eriol, con una actitud seria. – ¿Qué desean de nosotros y de nuestro planeta?

– Hemos venido en actitud pacífica...– Habló Jasha, colocándose a lado de Khrasuy. Le dirigió una breve mirada. Debido que el suelo que ella pisaba se descongelaba y regresaba a la normalidad, le fue fácil acercársele. – Venimos a cumplir una misión que nos ha sido encomendada en nuestro planeta...

– ¿Qué misión?

– Si me permiten yo les explicaré...– Khrasuy sacó un papel enrollado con un sello en forma de listón, de color carmín, que se unía como en un sello de cera del mismo color, se lo quitó. Lo desenrolló, sujetándolo con ambas manos. – Esto que tengo aquí es una carta. Una carta escrita por nuestros líderes, con dedicación a una persona importante, pero que ya ha dejado de existir: Clow Lead. – Kero se acercó velozmente, gracias a que podía volar; estaba atónito, se quedó cerca de los ictianos, pero a una distancia prudente. Eriol se acercó despacio, mientras que ayudaba a Tomoyo a acercarse. Yue se acercó lentamente, en silencio. – La leeré a continuación:

"Yahr Gotnan8Clow Lead:

Le deseamos salud y paz duraderas. Le enviamos esta carta para informarle acerca del favor que uno de los miembros de éste Concilio, el Yahr Khroncilums Dah Begind, el Yahr Fiuttrek Lukey, de hallarle y motivarle a esconder el Corrector De Los Sellos, misión que fue encomendada a Usted después de que halló en un templo griego a tan poderosa arma. Confiamos en que Usted lo haya hecho...

– ¿A qué se refieren? ¿De que hablan? – Interrumpió Kero, desconcertado. – ¿Qué tiene que ver nuestro antiguo amo en esto?...

– Escucha y sabrás...– Contestó Jasha apaciblemente. Yue y Eriol mantenían una mirada fría.

...Como sabrá y le habrán informado con nuestras cartas anteriores, hace mucho tiempo, en nuestro planeta sucedieron cosas horribles, guerras, muertes, catástrofes de gigantescas magnitudes, desastres, todo a manos de un hechicero poderoso, hijo de un pueblo de malignos cazadores sin misericordia, cuyos poderes malignos destruyeron la grata paz que había en nuestro planeta. Millones perecieron bajo sus garras; los más inocentes pagaron con sus vidas. Nuestros guerreros intentaron detener esto, pero todo fue en vano. La desesperación, el terror, la muerte y la maldad dominaron nuestro mundo durante varios e interminables actros9

Khrasuy hizo una pausa para darse un respiro.

La maldad creció en sobremanera. La oscuridad reinó en nuestro planeta y él expandió sus dominios a las lunas y planetas vecinos, ambicionando el cosmos. Por decenios no veíamos fin a esto, pensábamos que pereceríamos, que era el fin de nuestra raza, del universo, hasta que un día, la luz brilló de nuevo. Sucedió un milagro. Nació un niño con la marca de la esperanza en su frente, la cual daba al que la poseyera un poder incalculable y una fuerza de gran magnitud; solamente los corazones puros podían tener ésta marca. Pero el corazón de éste niño era el más puro, era único. Había nacido el Yahr Mandrakargth...

Todos escuchaban atentos.

Desde joven combatió a las huestes malignas hasta desterrarlas fuera de nuestro planeta. Su arma fue una espada poderosa que creó a sus 180 años10, con el poder de la luz, el bien y la esperanza de todos, el Yahr Corrector. Por fin, la luz empezó a brillar de nuevo sobre nosotros; pensamos ya no habrán más tinieblas, que la paz volvería a nosotros. Grave error. En la última batalla él murió a manos del Mago de las Tinieblas, El innombrable, se había acabado todo, pero su hijo retomó la Espada de manos de su padre y con su poder lo asesinó, sellando su cuerpo y su alma para siempre. Todo acabó, su reinado de terror fue derrocado, la victoria fue nuestra; por fin obtuvimos lo que tanto anhelábamos; pero nos costó caro haber devuelto la paz. Nos costó la vida de la familia real de nuestro reino. Todo por causa del poder de ambicionar al Corrector.

Tomamos entonces la decisión de sellar la espada y dividirla, por mano del Hijo del Amo, en dos espadas con poderes asombrosos, más allá de la imaginación, y los enviamos al espacio, para que nunca se volvieran a juntar, para evitar otra catástrofe mayor o de proporciones en extremo peligrosas al cosmos; debíamos asegurarnos de que ambas nunca volverían a unirse. Hasta el momento de escribir esta carta no sabemos de la otra mitad de la espada, el "Orión del Norte", pero sabemos que usted, como citado en anterioridad, posee la otra mitad, el "Corrector de los Sellos", y que la ha escondido en una de sus Cartas, que por obvias razones no mencionaremos. Le rogamos que no deje que la espada y las Cartas caigan en manos ajenas, sino solamente confíe en el Hijo del Amo y en el Nuevo Amo, a quien la espada elija. Confiamos en usted. El universo entero confía en usted. Por favor, le rogamos que tenga cuidado, pues "ellos" también le buscan, para recuperar la espada. Sea cuidadoso y precavido. Nuestra raza, su raza, el cosmos, depende de lo que pase ahora con esta espada, la cual buscará a un nuevo amo. En este momento, estamos luchando para oponer resistencia a que el antiguo reinado maligno regrese. Contamos con usted...

Gasghascan Khado

Líder segundo del Khroncilums Dah Begind

Khrasuy enrolló el papel y lo guardó entre sus ropas. Fijó su mirada nuevamente en el grupo.

– Nuestra misión es ahora no solo asegurarnos de que la Espada se encuentre bien, y, de ser posible, llevárnosla... – Jasha observó extrañada a Khrasuy, no sabía acerca de que Luke hubiera dado esa última orden.

– Pero ustedes acaban de decir que no debemos dársela a nadie. – Aclaró Yue. – Sino solo a ese "Nuevo Amo" y al tal "Lukey", quien dices...

– Nosotros hemos venido en nombre de Lukey, a recoger el arma...– Dijo Khrasuy. Eriol frunció el ceño.

– Si él necesita la espada, ¿por qué no vino él mismo a recogerla? – Dijo la reencarnación.

Khrasuy y Jasha cruzaron miradas discretamente. Se les había ordenado mantener en secreto la llegada y estancia de Luke en el planeta Tierra.

– Él es un ser muy poderoso – Esputó Jasha. –, ni su mismo sistema planetario sobreviviría si él usara toda su fuerza...

– Además se encuentra luchando con la resistencia...– Aclaró Khrasuy.

– ¿O será por que tiene miedo? – Murmuró Kero. Yue lo alcanzó a oír y lo observó extrañado. Gracias a su fino oído, Jasha también lo oyó. Enseguida se encolerizó, subiéndosele los colores al rostro.

– ¡¡¿Qué dijiste?!! – En un abrir y cerrar de ojos la joven guardiana estaba frente a él, de rodillas, mirándole a sus negros ojos. Le tomó por la piel del cuello con gran fuerza. En los ojos de ella ardían dos llamaradas. Su presencia aumentó considerablemente.– ¡¡Sabes que en nuestro planeta decir eso es que te cueste la vida!!

– ¡Yo...uhh...esto...! – Kero estaba confundido, se apartó rápidamente de ellos.

– ¡Tranquila! – Gritó Eriol, imponiendo autoridad. – ¡Él tiene razón! Si él es tan poderoso, ¿Por qué no vino personalmente a recogerlo? ¿O a qué le teme?

Jasha se incorporó. En su boca se dibujaba una mueca de furia, mientras apretaba sus blancos dientes. El flequillo del pelo ocultó sus ojos y parte del rostro. Apretó fuertemente los puños, casi clavándose las uñas.

– ¡No tienen idea de lo que dicen! ¡No saben el sufrimiento que todos estamos pasando! ¡Ellos no perdonan! ¡Matan como si fuéramos animales! – Por sus mejillas rodaron lágrimas, al recordar a su familia. Un aura carmesí le rodeó. – ¡Hemos perdido todo! ¡Amigos, hermanos, padres! ¡Todo! ¡Solo nos queda nuestra patria, los recuerdos de otra vida y nuestro honor! ¡Nuestro Fiuttrek está haciendo todo lo posible para evitar que siga la matanza y devolvernos lo que nos han quitado! – Su voz se tornó quebrada. – Por eso necesitamos la espada...Para evitar más muertes...

Estalló en llanto. El corazón de Eriol y el del guardián Keroberos se conmovió. Tanto Eriol y Kero se avergonzaron de lo que dijeron. Tomoyo se le acercó y le abrazó. Alzando una de sus manos, puesto que ella era un poco más alta, le limpió una de las lágrimas de sus mejillas. Jasha levantó la vista y la observó admirada de su buen corazón.

– Perdónalos... – Le dijo. – No tenían intenciones de ofenderles...No sabíamos que ustedes estaban sufriendo...

– Comprendemos su postura...– Dijo Eriol, molesto de su forma de comportamiento. – Siento haber actuado de esa manera...

– También yo...– Mencionó Kero, cabizbajo. – Lo siento...

– No importa ya...– Contestó Khrasuy, algo molesto.

Jasha solo se limitó a sonreírle a la muñequita de porcelana, en una muestra de aceptar su consuelo.

– Shaoran – Sakura señaló a al fondo del salón. Se encontraba a su lado. Habían recorrido casi todo el sendero que la niebla les había marcado sin ningún percance. –, la niebla se concentra en ese lugar.

– Es cierto...

De pronto ambos voltearon a ver al techo, luego detrás suyo. Después al banco de niebla frente a ellos.

– Esa presencia...– Dijo Shaoran. – Parece como si alguien nos estuviera observando...

– ¡Shaoran! ¡Mira!...– Sakura señaló al banco de niebla, que empezaba a partirse en dos, como si fuese una cortina.

Pronto vieron algo así como un atril pétreo, de mármol blanco, con la forma de una columna no muy gruesa, cortada en diagonal. Sobre ella se hallaba la Carta Sakura.

– ¡Es la Carta! – Gritó alegremente Shaoran.

– ¡Vamos! – Sakura se le adelantó para tomarla. Shaoran la tomó por un brazo, intentando frenarla.

– ¡Espera! – Le dijo. – Déjame ir al frente, por si algo sucede...

Sakura no obedeció, solo siguió caminado, jalándolo.

– ¿Sakura? – Shaoran parecía confundido. – ¿Estas bien?

Hábilmente, con un movimiento de su brazo, Sakura se liberó de su opresor masculino y siguió su camino.

– ¡Sakura espera! – Shaoran corrió y la alcanzó. Se colocó frente a ella. – ¿Qué preten...?

Los irises esmeraldas de Sakura parecían vacíos y sin vida; estaba en trance. Shaoran la tomó por los hombros y la agitó.

– ¡Sakura! ¡Despierta!

Chig11 – Murmuró la flor de cerezo.

– ¿Qué? – Shaoran se sintió nervioso. Sakura no solo estaba en trance, estaba poseída.

– ¡Fua Chig!12

Sakura tomó el brazo de Shaoran y, con fuerza fuera de lo normal, lo arrojó a un lado.

– ¡Sakura! – Shaoran observó desde el suelo cómo Sakura se acercaba al lugar de la Carta. Se reincorporó y volvió a sujetarla por los hombros, pero por detrás

Como rayo, Sakura dio media vuelta y lo empujó. Shaoran voló de nuevo por los aires.

– ¡Ahhhh! – Cayó de golpe contra el suelo.

Shaoran se reincorporó, con su mano sobre su hombro izquierdo, el cual se lastimó al caer. Sakura se volvió y se aproximó al lugar de la Carta, de nuevo.

– Lo siento Sakura, pero no me dejas otra opción...– Sacó un pergamino. – ¡¡dios del hielo ven a mi!!

Una espesa nube azulosa rodeó a Sakura, encerrándola luego en un prisma de hielo. Shaoran sabía que eso solo la detendría, sin dañarla. Sakura permanecía suspendida dentro de esa prisión fría. Tenía los ojos cerrados.

– Ahora intentaré despertarte...

De repente, Sakura abrió de golpe los ojos. Una gran aura rosa le rodeó en ese momento, agrietando su celda de hielo y, después, haciéndola estallar.

– ¡¡Imposible!! – Li se cubrió el rostro para que los fragmentos de hielo no le dañaran. – ¡¡No puede ser!!

Sakura se acercó al púlpito y tomó la Carta, la cual inmediatamente dejó de emitir su resplandor. Dentro de su bolso, las Cartas emitían un resplandor dorado. Luego, su bolso se abrió y la Carta Sword flotó en el aire y se colocó frente a ella. Las demás Cartas salieron de sus lugares y rodearon a Sakura. La Carta Windy les siguió. Shaoran estaba atónito, la presencia mágica de Sakura aumentó hasta niveles inimaginables; mientras ella estaba inconsciente y levitaba en el aire, abrazándose a sí misma, pero alzando la frente.

La Carta Sword emitió un resplandor blanco como la luz y se elevó un poco más. Un haz de luz dorada proveniente de la carta cayó sobre la inconsciente Sakura. Una como marca, nació en su frente; en ese instante abrió sus ojos. Sakura volteó de nuevo, para verle. El color de sus ojos había cambiado de un verde esmeralda a un gran vacío, y de allí a un anaranjado fuerte. El aura rosa todavía le rodeaba.

– ¿Qué quieres? – Una voz como de un hombre salía de Sakura, junto a la suya propia. – ¿Qué buscas de mí, humano?

– ¡¿Quién eres?! – Contestó Shaoran. Empuñó su arma. – ¡¿Qué quieres de Sakura?! ¡Te exijo que la liberes!

– Yo soy el Corrector de los Sellos...– Contestó. – Y estoy en busca de mi nuevo Amo...

– ¿Qué?

– Hace muchas décadas, en un lugar muy lejano, mi hermana y yo fuimos una sola arma, El Corrector, el arma más poderosa y letal en toda la galaxia y el universo conocidos. – Shaoran bajó su arma. – Siempre peleamos por el bien en manos de nuestro Amo; sin embargo, un día él murió a manos de la maldad, y quedamos sin dueño, pero su hijo nos usó para vengar a su padre y, como recompensa, le regalamos algo especial, pero tuvimos que separarnos por que nuestro poder era inmenso, y en manos equivocadas podría ser fatal...

– ¿Cómo?

Sakura cerró sus ojos, y sonrió burlona.

– Juntas somos muy poderosas, por lo cual fuimos divididas en dos, junto a nuestros poderes. – Elevó su mirada. – Pero hicimos la promesa de que encontraríamos un nuevo amo, alguien con caracteres semejantes al nuestro antiguo creador, y ésta niña humana al parecer cumple todos los requisitos, aparte de que es muy poderosa...Sin embargo, si no pasa la prueba suprema, morirá...

Shaoran miró asustado a Sakura. Los ojos de Sakura lo observaron malévolos.

– ¡No te atrevas! – Empuñó su arma.

– El tiempo se ha cumplido...La hora del Nuevo Amo ha llegado...Es hora de que mi poder escondido se libere de la prisión en donde estaba, de esta Carta Clow...Y se manifieste al universo por medio de mi Amo y de su voluntad...– Sakura alzó los brazos. – ¡Qué se manifieste mi poder! ¡Sello del Corrector...!

¡¡¡¡LI-BE-RA-TE!!!!

La Carta Sword resplandeció más aún, iluminando toda la estancia. Shaoran se cubrió, mientras que Sakura empezaba a levitar más alto, en el aire, inconsciente. Una gigantesca cúpula de energía se dejó sentir, alcanzando a Shaoran y desplazando la niebla, haciendo que el resplandor saliera por las ventanas, cimbrara el lugar, y rompiera el escudo anti-presencias que cubría al ala sur de la mansión.

– ¡¡Sakuraaaaaa!!!

CONTINUARÁ...

¡¡Reeeeeessspondiendo reviews!!

¡Hola a todos! Pido una disculpa por haberme extendido mucho-mucho-mucho tiempo para poder subir este capítulo, Uff uu, pero por fin ya quedó nn

Gracias a todos por sus reviews, ¡Wow!, me han servido de mucho-mucho:

Urdine: ¡Bienvenida a bordo! Jeje nn (Touya observa a Arcángel con cara de "y a este que le picó"), pues esta es la historia escrita por tu servilleta (Tou...: ahí vas de nuevo!! ¿Qué? Eres capitalino o que onda?!! ¬¬ – Arc...: Hey Touya!! Qué te pasa!!) Perdona a este entrometido, que parece bicho pegado a mí (Tou...: ¡¡¡ ¿A quién llamas "bicho"?!!!) Jejeje nnU Pues espero que sea de tu agrado esta historia que apenas comienza, y te invito a que la sigas leyendo, pues intento hacer una historia, no se, tipo guerra de las galaxias y el señor de los anillos, jejeje nn

Kismmy Claw: Mi pekeñaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa!!!! (Respiro agitado, se me fue el aire) ¡¡ ¿Cómo has estado?!! ¡¡Oie muchisisisisisisisisisisisisisimas gracias por tu ya sabes que, puesto que si me ha servido mucho mucho!! Ufff, te estoy súper agradecido, porahi te mandé un correo contestando lo que me enviaste, espero que lo leas, por cierto, toda esta semana y la pasada me he estado conectando de 10 a 11 am (horario de México) para ver si te pillo alguna vez, pero por lo visto no he tenido éxito con mi empresa esta de pillarte TT pero seguiré intentando

Por cierto, ¿te llegó mi mensaje que te envié hablando acerca de eso que busque de los celulares y su marcación internacional? (si alguien sabe, hágamelo saber), por k pues he estado intentando, pero no he hallado algo más, para ver si por lo menos te pillo por el móvil nn!! Pero seguiré intentando...bueno, si así lo deseas nnU...

Touya...: Oye Arcángel, ya deja en paz a la Kismmy, ke luego te vas a quedar sin tiempo aire por hacer llamadas larga distancia... 66

Arcángel...: ... ¬¬

Tou...: oo? Qué ya no me dices nada?

Arc...: 99 Y si mejor te raptan a ti?

Tou...: Raptarme? oo Oye que dem..... estas pensando?!!!!!!

Arc...: Siiii!!! me parece perverso!!! jajajajajajaa XD

Touya se queda mirando a Arcángel con cara de pocos amigos.

Tou...: Ni se te ocurra!!!

Celina Sosa: Hola niñaaaaa!!!!! Oie creo que ni tú ni yo nos hemos puesto de acuerdo con respecto a hablar por el Yahoo Messenger, por cierto, ¿tienes cuenta en MSN? si es así, mi correo es , me envías algún recadito o algo, puesto que si no me encuentras, y ya nos ponemos de acuerdo para chatear y todo...

Ah!! mil gracias por todavía estar conmigo como apoyo, te estoy sumamente agradecido pues tus reviews siempre son los primeros onno

Bueno, tata por ahora, me despido deseándoles lo mejor y las bendiciones Divinas para cada uno de ustedes, cuídense mucho!!!!!!! Su amigo

RCAnGeL

1 A los lectores: Éste idioma NO es ictiano, se llama Mangdhariano o Irctem, y es el lenguaje que usan solamente los Sellos y sus creadores. Se diferencía del primero por su pronunciación, pues mientras el Ictiano es de pronunciación seca y corta, como el alemán, el Irctem es largo y pausado.

2 Traducción: Eriol pregunta: "¿Quién eres?" y Draktar responde: "Sello Maligno Draktar" y luego dice: "Pero ustedes deben morir"

3 Traducción: En Irctem: ¡¡Morirán!!

4 Traducción: En Irctem "mago (a)" o "hechicero (a)"

5 Paréntesis del autor: ¡¡Ayy Kero!! ¡¡Nunca cambiarás!! - Kero: ¡Oye! ¡Esa escena fue la mejor y la más graciosa!

6 O en ictiano: "Drakhos" (Mote dado únicamente para referirse a los sellos, o a todo el ejercito del mal)

7 Traducción: En ictiano: "Hijo Del Amo"

8 Traducción: En Ictiano: "Mago (a)"

9 Nota: Un "Actros" equivale a 6 "Gihis", o un año terrestre.

10 Nota: Equivaldría como la edad entre los 11 y 12 años.

11 Traducción: En ictiano: "Muévete"

12 Traducción: En ictiano: "¡Quítate!". Increíble ¡Sakura está hablando ictiano, y lo hace bien!