ACTO 11
Pudo jurar que el aliento se le escapo por un momento que la pareció eterno, ahí estaba frente a el, a unos cuantos metros de distancia Wufei, a quien pensó jamás volvería a ver. A quien se había obligado a olvidar poco a poco, pero que pese a eso su corazón aun salto en una especie de celebracin por verlo de nuevo.
-Wufei... - repitió el nombre del chico que lo miraba, las palabras no salieron de sus labios, solo fue el simple movimientos de estos pronunciar su nombre lo que él vio.
Wufei lo miraba sin dejar de sonreír, se veía tan hermoso como la ultima vez que lo había visto o inclusive podría decir que mas, quiso acercarse pero los pasos de que alguien se acercaba se lo impidieron.
Heero apareció en el pasillo opuesto a donde se encontraba Duo, al verlo a el se detuvo, era la primera vez que lo volvía a ver después de todo lo que había pasado días antes, pero por los nervios tal vez su rostro no mostró emoción alguna al verlo, paso de largo susurrando unos "Buenos días"y se dirigió hacia su nuevo empleado.
Duo aun no captaba muy bien toda aquella extraña situación en la que se encontraba, al escuchar el saludo también susurro igual un buen día tratando de mostrar tranquilidad, pero lo cierto era que su corazón latía al máximo, nervios tal vez, emoción sin duda, y también miedo... miedo por que nunca se espero ver de nuevo a Wufei... y ahora, que la tormenta que era ese mar de sentimientos confusos, por el y por Heero que había en su corazón parecía haberse calmado, había aparecido Wufei para de nuevo crear esa tormenta tal vez con mayor fuerza que antes.
-Buenos días, Heero Yuy-saludo con la mano Heero a Wufei presentándose, este aparto la mirada de Duo, no quería crear ninguna sospecha en el señor Yuy... por que eso haría que llevarse a su Duo de ahí fuera más difícil.
-Buenos días señor Yuy, Wufei Chang- se presento Wufei.
-Pues, el puesto es suyo, por la tarde vendrá Trowa Barton, un amigo mío y el que llevaba la administración de la Hacienda mientras encontraba a alguien mas, él lo pondrá al tanto.- le informo Heero a Wufei.
-Me parece bien- le contesto este con una sonrisa, no pudo evitar volver su mirada hacia Duo, este no se había movido para nada, y su mirada estaba clavada en la nada, Heero noto que Wufei miraba a Duo, no pudo evitar sentir celos mas luego se calmo, era obvio que le mirara si él estaba ahí parado sin decir palabra alguna.
-Ella es mi esposa... Di. - la llamo, Duo se sobresalto al escuchar su nombre y miro a Heero. –Ven por favor- dijo con una sonrisa.
El chico bajo la escalera, su mirada no se aparto en todo el trecho del suelo. Wufei le tendió la mano cuando llego hasta ellos. –muchos gusto... señora.- dio besando su mano.
-Mucho gusto... joven Wufei... - demonios... era difícil... controlar la voz... controlar la emoción en su voz... controlar las lagrimas, era tan difícil controlar sus sentimientos. –Supongo... - dijo mirándolo y sonriendo –que aun no ha desayunado... ni Heero tampoco- ahora miro a Heero –iré.. a ver si ya esta preparado...- esa fue la excusa perfecta para evitar estar mas ahí, camino rumbo a la cocina, aun tratando de que su mente asimilara que el estaba ahí, Wufei estaba ahí.
-Hace mucho que están casados?- pregunto Wufei al ver que Duo se había marchado, tenia que indagar a fondo para conocer todo lo que hubiera pasado en esa Hacienda desde que Duo se caso con Heero.
-Casi un mes...-
-Oh... así que todavía deben de estar en la etapa de luna de miel no es así?-
-Algo así... - dijo Heero meditabundo, la reacción de Duo había sido rara, mas él conocía perfectamente la razón... aun lo odiaba por lo que le había hecho... y no-tenia manera de recriminárselo... el también se odiaba tanto por haberle hecho daño... esa era la razón por la que se mostraba tan distante hacia él.
-Por su respuesta no lo veo muy convencido... - dijo Wufei cuando hubo estudiado la reacción de Heero ante su comentario, Wufei no podía hacer conjeturas inmediatamente, pues desconocía casi, por no decir todos los pormenores que habían rodeado a la boda de Duo. –que es lo que le perturba señor?-
Heero salió de su ensimismamiento con la pregunta hecha por su nuevo administrador, negó con la cabeza –problemas de recién casado mi amigo... solo eso...- contesto demostrando en su voz que no había problema alguno, aunque sí lo hubiera. – y no me llames señor... puedes llamarme Heero, a mi me gusta mantener un estrecho lazo de confianza con los que me ayudan a manejar toda esta Hacienda...- dijo con una sonrisa.
-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.--.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.
Parecía que casi se hubiera encontrado con un fantasma, y es que en cierta manera así era, Duo se había reencontrado con un fantasma de su pasado en el que no se había detenido a pensar en hacia ya mucho tiempo: el amor que sentía por Wufei.... ¿qué había pasado con ese amor que sentía por el?...
-Señora...?- la voz de Hilde lo volvió a la realidad tan rápido como un relámpago. –Se siente bien?- pregunto la chica al ver la palidez repentina en la cara de Duo.
-Si... no es nada Hilde... no es nada...- se repito para tratar de controlarse, y que así debía de ser.. no pasar nada... demonios!!!....
-Pero esta muy pálida.. ah ya se!! Ve lo que le pasa por no comer bien??- le dijo la chica frunciendo un poco el ceño y moviendo el dedo índice en señal de regaño frente a Duo.
-Hilde...- se escucho la voz de Heero hablar detrás del chico de ojos amatista que por suerte no pego un grito y un salto por escuchar tan inesperadamente la enérgica voz de su "esposo".
-Si señor?-
-Pon un puesto mas en el comedor, el señor Chang desayunara con nosotros.-
-Si señor...- la chica hizo una reverencia, Heero paro antes de salir por la puerta de la cocina dando medio giro, miro a Duo... cuantas ganas tenia de abrazarlo y pedirle perdón, que todo volviera a ser como el principio, pero de nuevo, su maldito orgullo, su maldito orgullo que aun insistía con atormentarlo y no dejarlo aceptar sus verdaderos sentimientos, ese orgullo era lo único que se lo impedía.
Lo miro con detenimiento pues había alcanzado a escuchar las palabras que le había dicho Hilde, ¿no se había alimentado bien?, ahora que se fijaba si se veía algo demacrada su cara, de repente la mirada violeta choco contra la suya.
-Pasa algo?- pregunto Duo algo confundido por la extraña manera de mirarlo de Heero.
La mirada azul-cobalto se quedo largo tiempo mirando la violeta, de pronto una sensación le llego a la cabeza, la sensación de haber sentido esos labios que ahora veía en su cuello besándolo con pasión, frunció levemente el ceño, seguramente recuerdos de algún sueño que tuvo en sus días de encierro y encuentro cercano (demasiado cercano) con el vino, así era seguramente, un espejismo mas de los sueños que lo habían atormentado durante toda esa semana y que hora volvían a su mete en los momentos menos indicados. Sacudió levemente la cabeza –no... no pasa nada... sólo que hoy te ves... diferente... - y sin decir palabra alguna mas salió de la cocina.
Duo dio un suspiro de alivio, por un momento creyó que Heero había sacado conclusiones propias de Wufei y él, pero claro que no, Heero no tenia manera de saber que él conocía a Wufei de antes, y mucho menos de saber que antes habían sido amantes, claro no tenia manera alguna al menos que se considerara pista su forma de actuar en cuanto lo vio, pero era muy poco probable que eso fuera. Cuando recordó lo que había sucedido el día o mejor dicho la noche anterior, cuando había tomado a Heero suponiendo que el no se había dado cuenta de nada por el grado de alcohol que sospechaba había en su sangre, pero... ¿y si recordaba todo?, Las mejillas del joven adquirieron un suave tono carmín ante ese solo pensamiento.
Se quedo otro poco en la cocina ayudando a Hilde con lo que restaba de los preparativos del desayuno, minutos después ya estaba sentado a la mesa junto a Heero y Wufei. Que situación tan rara era esa (y vaya que él estaba acostumbrado a las rarezas en su vida) pensaba el joven bonito, de repente su plato se había vuelto sumamente interesante, aunque no probaba bocado alguno.
-Y cuantos años tiene manejando la hacienda Heero..?- pregunto Wufei para romper ese extraño silencio que se había formado, el también debía de aparentar muy bien enfrente de Heero Yuy, mas era difícil teniendo frente a su ángel.
-La verdad muy poco, casi tres meses... me tuve que hacer cargo yo desde que murió mi padre, sin Trowa la verdad me hubiera hecho un lío completo... -
-Ah si, el amigo que me comento antes... - los dos chicos platicaban, aunque sin que ninguno lo notara ambos miraban de reojo a Duo quien seguía con la vista clavada en el plato removiendo su desayuno con el tenedor. Los dos miraban a la persona que era culpable de robarles el sueño, la miraban preocupados, pero también encantados, era indudable que Duo Maxwell poseía una belleza asombrosa, también no se podía negar que era dueño del corazón de los dos hombres que ahora no le quitaban la visa de encima.
-Yo saldré a la ciudad... tendré que ir por Trowa, puede recorrer con total confianza la Hacienda, el administrador cuenta con una pequeña casa propia para su comodidad... - le dijo Heero a Wufei cuando hubo acabado el desayuno, se levanto de la mesa e hizo un ademán para que Wufei lo siguiera. –Puede pedir cualquier cosa que le sea necesaria a Hilde.- escucho Duo que decía a Heero mientras las voces de el y de Wufei se perdían indicando que habían salido de la casa grande.
-Wufei... ¿por que llegaste...? ¿por que ahora...?- susurro el joven de ojos amatista mientras dejaba caer el tenedor sobre su plato con la comida intacta...
.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.
-Oye, espera!- llamo su atención Wufei a la chica con la que se había encontrado al llegar a la Hacienda, se la topo mientras caminaba rumbo a la casa pues volvía de recoger los huevos del gallinero. Cuando Wufei alcanzo el tramo que le faltaba para esta frente a la chica le sonrió. –Eres Hilde verdad?-
-Si, se le ofrece algo señor Chang?- pregunto la chica mas que feliz de volver a ver a ese joven.
-No estoy tan viejo para que me llames señor, soy Wufei- dijo ofreciéndole la mano en forma de saludo.
-Puedo ayudarte en algo entonces Wufei?-
-De hecho si, podrías...- el joven dudo un poco...- podrías darle esto a la señora Di- esas ultimas palabras no le agrado decirlas, la señora Di era la mamá de Duo... no el.
La chica miro desconfiada primero a Wufei y después miro el papel que le tendía. Wufei noto que la chica no lucia muy segura de que llevar un mensaje de casi un desconocido a su patrona no era sin duda cosa buena.
-Vamos por favor- dijo en tono de suplica – te aseguro que no es nada malo- le sonrió, la chica le devolvió la sonrisa, y es que ¿como podía negarle algo a ese joven con esa sonrisa tan encantadora?.
-Bueno pero...- aun no muy convencida tomo el pequeño papel azul.
-Y por favor.. solo daselo a ella, que nadie mas lo lea..- con estas palabras Hilde dudo de nuevo, eso no le gustaba, pero, la sonrisa de ese chico la hacían olvidar todas sus desconfianzas.
-Bueno...-
-Gracias, eres muy linda pequeña- volvió a sonreír Wufei posando una mano sobre la cabeza de Hilde, esta se sonrojo ante el movimiento del nuevo administrador, después lo vio alejarse corriendo, miro el papel... y se encamino a la Hacienda para dárselo a su señora, aunque la curiosidad por saber el contenido de ese mensaje la carcomía por dentro.
Llego hasta la puerta de la recamara de la señora, desde el desayuno la señora se veía pálida, y no había comido... ¿seria que?... pero ... bueno ella no sabia de la intimidad de sus señores.. pero que tal si por eso había sido la pelea.. ¿estaría embarazada la señora? ¿Seria de otro la criatura...?.... Hilde movió la cabeza negativamente, ella estaba pensando puras locuras, toco despacio, Duo le permitió entrar.
-Señora... ¿ya esta bien?-
Duo le sonrió –si Hilde.. solo me dolía la cabeza... te prometo comer en la tarde...- el chico se apresuro a agregar antes de que Hilde lo regañara diciéndole que esas dolencias eran por no comer bien.
-Tome- le extendió el papel.
Duo inmediatamente reconoció el sobre azul, siempre azul... –quien lo envió?- preguntando tratando de no dar sospechas de que ya imaginaba quien lo enviaba.
-Es del nuevo administrador, me pidió que se lo entregara personalmente.- le contesto la chica, un tanto curiosa, pero decidida a que esas solamente eran cosas de la patrona.
-Gracias por traerlo Hilde... nadie mas leyó este papel cierto?- pregunto un tanto preocupado pues desconocía lo que decía el papel.
-No seño.... solo usted.- dijo la chica.
-Puedes retirarte Hilde, y de nuevo gracias.- le dijo con una tranquila sonrisa, cuando la chica hubo cerrado de nueva cuenta la puerta de la habitación, de su cara se borro toda señal de sonrisa, preocupado.. y sobre todo confundido.. así era como se encontraba ahora.
Sus dedos abrieron temblorosamente el pequeño papel azul, sin duda, esa era la letra de Wufei.
" Te espero en el patio junto a la gran fuente.. a las 12.. por favor ven..." era todo lo que decía, no especificaba que era para él el mensaje, algo astuto por parte de Wufei.. si llegaba a caer en otras manos no habría manera de que los vincularan.
Dio un largo suspiro para tranquilizarse y miró el reloj, las 11:30... sus dedos tamborilearon sobre el escritorio... debía ir, claro que debía ir, el problema era que si alguien los veía (ese "alguien" mas bien debía de ser interpretado como "si Relena los veía"), se levanto y salió de la habitación, sí, lo mejor seria hablar... a ver si así se le quitaba la maldita confusión que ahora traía en su cabeza.
Salió de la habitación cuidando de que nadie le viera, paso los largos pasillos, pasando el primer patio, el patio al que se refería Wufei estaba muy bien escondido, casi antes de llegar al jardín regalo de Heero que tan celosamente estaba oculto, ahí, junto a los vacíos pasillos adornados por los arcos y varias plantas trepadoras, sentado en la fuente lo esperaba Wufei, al igual que el parecía inmerso en sus propios pensamientos, los ojos se nublaron un poco por las lagrimas... culpable... se sentía tan culpable en esos momentos.
El chico fijo su mirada en el, sonrió y se levanto de donde estaba sentado, espero pacientemente a que el otro chico se acercara a el.
-Wufei... tu...- dijo, mas no sabia por donde comenzar en verdad, tenia tanto que explicar mas no sabia como hacerlo.
-Duo, Duo perdóname por haber tardado tanto, mas volví por ti...- el chico se acerco a Duo abrazándolo por la espalda, el cuerpo de Duo se estremeció, mas no por ese extraño calor como el que Heero despertaba en el, no, se estremeció al solo pensamiento de que si lo tocaba tal vez Wufei iba a saber que el lo había traicionado, se había enamorado de otra persona al grado de olvidarse por el... de no pensar en el.
-Wufei...- unas pequeñas lagrimas rodaran por las mejillas de Duo, culpable...
-Vamonos Duo...- le dijo casi como una suplica –vamonos a donde todo esto sea cosa del pasado...-
-No puedo- confeso entre sollozos el chico.
Wufei se extraño, giro a Duo para poder mirarlo a la cara, lloraba, pero por que lo hacia?, y lo mas importante, por que lloraba... de esa manera tan amarga?. –claro que puedes Duo, nada te ata aquí, ¿o si?-
-No lo entiendes?, soy suyo Wufei... el es mi dueño... es mi esposo- dijo en una triste sonrisa, como confesarle que desde la noche antepasada el había aceptado esa realidad, y aun mas, también había decidido que el también era dueño de Heero.
-Duo, nadie es dueño de ti, ni el, ni yo- dijo en una triste sonrisa.
Duo rió con algo de ironía –no me entiendes querido Wufei... soy suyo...-
-No eres de el!-levanto un poco la voz –no hay nada que te ate a el-
-Soy su esposa ahora!- reitero Duo.
-Un simple papel, un papel no te une a alguien...!, un papel no vale nada...-
-Oh Wufei, si tu supieras que todo esto inicio por unos papeles que para mi padre valían tanto...-
-Duo... quiero que seas feliz... por eso.. vamonos..- repitió Wufei, esta vez tomo con su mano la barbilla del chico, este miro a los ojos negros como la noche de Wufei, esos ojos que su dueño tantas veces le había dicho que el seria feliz...
No lo podía evitar, pero sabia que tampoco podía ser, no podía ser que estuviera enamorado de dos hombres a la vez, se hundió en el abrazo de Wufei, era tan tentador, huir, abandonar todo, pero no podía... estaba Heero... mas tampoco podía ser tan cruel con Wufei, el chico que había estado con el en las buenas y las malas, que siempre le había dado esperanza, y el cual creía que era su primer amor. También sabia con certeza que el amor sentido hacia Wufei y Heero eran muy diferentes entre si... y eso lo hacia confundirse aun mas.
-No me puedo ir...- repitió Duo sin dejar de perderse en los brazos de Wufei.
-No eres suyo...- dijo el chico.
-Si lo soy, soy suyo... en todo aspecto soy suyo..- le dijo despacio el chico –Wufei el... el me hizo suyo la noche que se entero de que yo era un hombre...- esas palabras salieron casi mecánicamente, cierto, esa noche había tenido un cierto toque que lo excitaba, pero también dolía recordar las palabras y miradas tan duras y frías de Heero esa noche.
Duo espero que Wufei deshiciera el abrazo al escuchar esas palabras, que lo considerara sucio, que ya no lo quisiera por haberle pertenecido a alguien mas, si dolía, dolía por que aun tenia ese dejo de que había traicionado a Wufei, y dolía en el alma, mas los brazos de Wufei lo rodearon con mas fuerza y mas calor a el.
-Duo...- el nombre salió claro, lleno de amor de esos labios.
-Perdóname Wufei... yo soy el que te debería de pedir perdón...- su cara se perdió en el pecho de joven administrador.
-Duo... solo te preguntare una cosa...- dijo el muchacho separando el abrazo, tenia que mirar a los ojos de Duo, esos ojos que siempre habían demostrado el verdadero sentir del chico.
Duo miro a Wufei, sus cuerpos ahora se habían separado.
-¿Eres feliz...? ¿realmente eres feliz...?-
-Yo...- no sabia que contestar, por unos momentos se había sentido renovado, lleno de fuerzas, pero cuando lo había visto a el, todo eso cambio, y ahora no sabia realmente como se sentía.
-Yo no me iré... hasta que no seas realmente feliz Duo- Wufei le dio la espalda a Duo, para decir lo que a continuación diría tenia que hacerlo sin verle a la cara, si no jamás podría decir aquellas palabras que aunque fueran verdad, y estuviera plenamente convencido de que eso es lo que haría le dolía decirlas -si eso significa dejarte en los brazos de otro hombre o mujer bien... pero solo lo haré si ese hombre o mujer realmente te ama y te hace feliz... si no... de ninguna manera te abandonare.-
-Wufei... no puedes estar aquí... es que...- tampoco podía decirle que su sola presencia ahí hacia todo mas difícil.
-Por favor Duo, dime cuando seas realmente feliz ¿bien?- Wufei se alejo, esa punzada en su corazón, esa punzada le indicaba de alguna manera que había perdido a Duo, que había perdido a su amor, pero cierto el había decidido hacia mucho que lo que mas quería era que Duo fuera feliz, aun si no era a su lado, aun si eso significaba perderle para siempre.
-Wufei... lo siento tanto.... yo no se... ya no se que es lo que siento en verdad- el joven murmuro para si. Se quedo mirando el agua caer de la fuente... un ruido de que alguien estaba detrás de el lo distrajo, dio la media vuelta en la defensiva creyendo que era Relena la persona que espiaba pero no, se encontró con Hilde, de cuyos ojos aun caían lagrimas cristalinas.
-Hilde...- Duo nunca se espero encontrar ahí a la chiquilla –¿oíste... todo...?-
-Usted... usted...- la niña no dejaba de llorar, Duo se acerco a ella, inexplicablemente la chica no se movió.
-¿Escuchaste todo?- volvió a preguntar.
-Si... pero no entendí muchas cosas.. perdone... yo.. el... quería saber por que tenia tanto interés en usted... ahora la se... no debí haber venido...- dijo de pronto dándose la vuelta para marcharse, Duo la detuvo por la muñeca.
-Hilde... creo que te tengo que explicar muchas cosas, para que entiendas, y no lo voy a negar, para desahogarme...- dijo en una triste sonrisa a la chica que lo miraba aun con ojos llorosos.
.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.
-Pero Dorothy... deberíamos esperar carta suya... - el joven rubio seguía a su esposa por toda la habitación mientras esta guardaba su ropa en las maletas de viaje, más sabia que todos esos intentos por hacerla entrar en razón era en vano, ella haría lo que traía entre manos le gustara a él o no, después de todo, así era el carácter de su amada Dorothy.
-No Quatre!!, no aguantare ni un solo día mas sin hacer nada... me preocupa!!... así que el único remedio es ir hasta a allá.-
-Deberías esperar su contestación... - insistió una vez más.
-Querido...- Dorothy se puso frente a su marido mirando los hermosos ojos aqua que ahora la miraban preocupado y sorprendido –iremos... a ver como esta nuestro pequeño Duo- dijo como palabra final.
-Querida... - Quatre abrazo a Dorothy al ver que su mirada reflejaba una angustia que el no sabía como consolarla, cierto que Dorothy había sido muy paciente en todo ese mes y medio en que habían permanecido en la constante angustia de saber como se encontraría Duo, y no era para menos no estar preocupado por la joven de ojos violetas, la situación en la que siempre se había encontrado no era muy favorable, y aunque el pequeño estuviera acostumbrado ya a llevar esa vida, siempre había tenido la esperanza de irse muy lejos... siempre les había contado eso.. que el se iría muy lejos, donde pudiera ser él... pero parecía que el destino tenia otros planes para su pequeño amigo, la vida le tenia demasiadas pruebas por que superar, y muy en el fondo Quatre se preguntaba si es que la vida realmente le tenia preparado un final feliz después de todas esas pruebas.
Quatre beso la cabeza de su esposa con ternura –¿segura que aguantaras el viaje?- pregunto tras posar su mano sobre el vientre que ya se comenzaba a notar mas y más, no se podía esperar otra cosa considerando que la muchacha ya contaba con cinco meses de embarazo.
Su esposa sólo le devolvió una tierna y tranquilizante sonrisa al joven –si amor, no será nada, si no aguanto el viaje mucho menos aguantaría el parto ¿no lo crees?- la joven rubia llevo sus brazos al cuello de Quatre rodeándolo y después besándolo, cuanto amaba a ese hombre que le había arrebatado el corazón en sus días de juventud, cuanto amaba su sonrisa que estaba tan llena de amor, cuanto amaba esos ojos... cuanto lo amaba sin duda.
Ya sin mas tratar de convencer a su esposa de que lo mejor seria quedarse en casa y esperar a que Duo diera señales de vida, partieron ese mismo día cuando ya amanecía; y es que no podía negarlo, el también estaba demasiado preocupado por Duo, no dudaba que podía cuidarse solo, no dudaba de sus habilidades, dudaba de su imprudencia, su espíritu libre sumado a su carácter que aunque cierto en algunas cosas fuera demasiado maduro, cuando ese espíritu libre dominaba su carácter se convertía en un joven demasiado inmaduro que hacia las cosas por los espontáneos arrebatos (y en ocasiones nada razonables y con unas consecuencias no muy buenas para él) que le llegaban.
Y tampoco podía negarlo, estaba preocupado por su bienestar físico; no conocía bien al señor Yuy, pero si era un chico criado en el campo (pues recordó, era hacendado) y a las usanzas de esos tiempos, por muy hijo de un gran aristócrata que fuera, sus instintos al enterarse de la realidad que había contraído matrimonio con un hombre lo volverían loco, o eso era lo que creía Quatre que seria la reacción de ese hombre "ojalá y este equivocado..." pensó mientras veía como el paisaje del camino cambiaba de la ciudad a salir al campo.
-Quatre... cuanto tardaremos en llegar?- pregunto Dorothy cuando ya llevaban buen trecho de camino recorrido, había oscurecido horas antes, pero aunque Dorothy no lo quisiera admitir ya estaba cansada de permanecer sentada tanto tiempo, y es que antes de que oscureciera ya habían hecho varias paradas para que ella descansará un poco pero hacer eso en medio de la noche era peligroso. Aparte que parecía que la pequeña personita dentro de ella estaba emocionada con el viaje puesto que no paraba de darle pequeñas y fuertes pataditas.
-Se hacen dos días de viaje querida... en cuanto veamos una posada nos detendremos a pasar la noche- contesto Quatre.
-Menos mal.. tu pequeño hijo me esta torturando desde que salimos del pueblo... - le confeso la muchacha haciendo una pequeña mueca de dolor y acariciándose la pancita.
Quatre sonrió y paso el brazo por encima de los hombros de su mujer –te recuerdo que tu fuiste la que insistió en viajar... ¿tu crees que a este pequeño bebé no le gusta viajar?, es un Winner... adoramos viajar...- ahora coloco su otra mano sobre la mano de Dorothy que descansaba sobre su vientre, Dorothy sonrió y recargo la cabeza en el hombro de Quatre.
-Tu no harías lo mismo que el señor Maxwell ¿verdad?-
-¿Consecuentarte en todo?, perdona querida mía, pero creo que eso ya lo hago- bromeo Quatre indicándole que estaban en el carruaje por capricho de ella.
-Vamos Quatre... sabes a lo que me refiero...-
-No.. no lo haría... aunque no me guste verte sufrir ni estar triste... tendría que pensar en el futuro de la criatura... no podría ser tan egoísta como para arrebatarle su felicidad a cambio de la mía...- Dorothy suspiro.- me alegro que pienses así querido mío..- cerro sus ojos, sí, Quatre era un hombre sensato, y sabia que él haría cualquier cosa por que el hijo que venia en camino fuera feliz, eso la tranquilizaba y le daba la seguridad que su hijo tendría un buen futuro.
.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.
-Traize, te lo diré de nuevo, ni un centavo mas te prestare... ya me viste cara de tu banco personal- le dijo ya molesto de tanta insistencia por parte del heredero Maxwell, de nuevo había perdido una buena cantidad en las apuestas y de nuevo quería que el fuera su salvavidas.
-Por favor Milliardo, esta vez la cantidad es menor que en otras ocasiones, vamos, te pagare- insistió Traize mientras tomaba otro sorbo de vino.
-Si claro- dijo con sarcasmo –como el otro dinero que me has pagado no?-
-Sabes que te pagare cuando la Hacienda de nuevo empiece a producir- contestó fastidiado.
-Mientras no ayudes a tu padre no va a producir nada, ya es peligroso para su salud hacer esos viajes tan largos, Traize, Traize, cuando comprenderás que solo tu puedes ayudar a tu familia y a ti mismo?- pregunto algo desilusionado Milliardo.
-No me vengas con eso, que ya me lo han dicho miles de veces miles de personas, por favor, tu no seas uno mas del montón.-
-Ja... ahora resulta que tu eres el ofendido- dijo entre divertido y molesto.
-Pues si, no estaríamos así, si mi hermana se propusiera enviarnos algo del dinero de su esposo, es rico, ¿que tanto le puede molestar darnos un poco mientras todo se mejora?-
-Pobre de tu hermana...... casada para mantener a su zángano hermano- dijo ahora si completamente asqueado por la forma de pensar de su amigo.
-De que lado estas?-
-En este preciso momento.. de lado de la ética... y de tu padre, así que por mas que estés aquí insistiéndome en mi casa, de mi ya no sacaras otro quinto mas... te vendría bien que te dejaran escarmentar por tus errores, tal vez... yo también sea algo culpable de tu penosa actitud hacia la vida y tu familia- le regaño saliendo de la habitación.
Traize salió molesto de la residencia Marquize, cuando entro a la casa encontró a su padre saliendo justo en esa momento para la Hacienda.
-Traize, por que no acompañas a tu padre?- pregunto la señora Diana a su hijo mayor.
-Déjalo mujer.. de seguro tendrá cosas mas importantes que hacer, por ejemplo empeñar otro cuadro de la casa...-
-Terrence!...- lo regaño la señora Maxwell –Traize no ha robado nada de esta casa, así que deja de insinuar eso-
El señor Maxwell solo suspiro –me voy Diana.... si Duo escribe carta... por favor avísame en un telegrama bien?- le dijo antes de despedirse con un beso.
-Di, Di... –lo corrigió la señora dándole a entender que si lo haría, y así se marcho el señor Maxwell a recoger lo poco que seguramente había producido la Hacienda.
-Si es que no esta ya muerto..- murmuro Traize sin poder evitar dar una sonrisa.
-No digas eso hijo!- lo regaño la señora –las noticias malas vuelan rápido... además no creo que ese joven se arriesgue a tan escalofriante rumor, no, no se atrevería menos aun siendo el bastardo que es.-
-Quien sabe madre.. en un arranque de ira todo es posible- Traize alzo las cejas no totalmente convencido de la teoría de su madre.
-Además las escrituras llegaron por correo.. algo debió haber hecho Di para que se las diera, te dije que sabría manejar sus cartas, si sabré yo lo lista que puede ser tu hermana, se escapaba a cada rato y nosotros ni cuenta ¿no es así?-
-Sabe...... creo que le hace falta una visita a mi hermana, claro, para saber como se encuentra- sonrió con cierta malicia Traize.
-Te apoyo en esa idea hijo...-
.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.
Beno, un capitulo mas, y este caso se complica ne?.
Pa que se diviertan puse unos mensajitos por el fic, solo junten las letras negritas según el orden de lectura jojojojo.
Okis, y el premio para la que se supo la edad de Duo, Heero, Quatre y Dorothy es: Nuriko Sakuma!!! La chica se puso abusada leyendo el fic, por que si, en el fic ya había especificado edades de ellos, si no, observen:
Duo
-Solo espero que me sigas amando cuando eso pase- dice la ultima de sus cartas... ese plan aun no ha quedado descartado... el vendrá... y por fin... podré ser libre de esta farsa.
Y así... entre engaños y mentiras han transcurrido diecisiete años de mi vida- (acto 1)
Heero
-Trowa... ese sujeto que se hace llamar mi padre no me ha querido reconocer en veintiún años... ¿y ahora me quiere ver así como así?-(acto 4)
Dorothy y Quatre
-Dorothy... no me trates como niño... niña pequeña- dijo Duo esbozando un sonrisa, Dorothy al igual que Quatre eran cuatro años mayor que él... (ejem....... Duo 17, 174=21)pero eso no quitaba que fueran sus amigos mas íntimos. (acto 3).
A verdad? Pa´ que se pongan abusados, por que así doy muchas pistas entre línea y línea y hasta ahora aparte de Nuriko la que se ha fijado ha sido Kiri .
Nuriko, mándame un mail o déjame un review para decirme de que pareja quieres el fic que será el premio . (a poco creían que regalaría un autooooooooo?)
Y Terry.... bueno...... no utilice específicamente tu nombre, si no el de Terrence Grandchester O para el nombre del papá de Duo, pero por si las moscas.... diremos que utilice el tuyo valee? (no le quiero pagar regalías a nadie muajajajaja)
Para los que se quieren imaginar mejor los escenarios de la Hacienda del Guadiana (la de Heero) y que aquí esta escritora no puede describir como se merecen vayan a este link, es de la Hacienda Ferreria que está en mi ciudad, es muy bonita por ello la utilice como escenario de mi fic o
http: www. elsiglodedurango. com. mx/ anexos/ pID/ 60/ fecha/ 07$08$2003/ ?print=1
Matta ne!!!
